TERRASA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha.

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Estos gráficos representan el Parque Residencial de TARRASA, Barcelona.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (<1900).

Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.

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Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


terrasa-ge5Terrassa la antigua Égara romana y Egosa íbera, es un municipio de 70,2 km2 y ciudad española de la provincia de Barcelona, en la comunidad autónoma de Cataluña, situada en la comarca del Vallés Occidental, de la que es una de sus localidades más importantes junto a Sabadell, y dista unos 20 km de la ciudad de Barcelona, cuarta ciudad más poblada de Cataluña y la vigesimocuarta de España. Además, este municipio es un importante nudo de comunicaciones por carretera, autopista y ferrocarril. Cuenta con varias escuelas universitarias y es sede de la diócesis de Tarrasa. 

Tarrasa se encuentra situada al sur del macizo de Sant Llorenç del Munt sobre la riera de las Arenas, a 286 msnm dentro de la fosa tectónica del Vallés-Penedés. Las zonas forestales ocupan el sector más nordoccidental del término; la parte septentrional se integra dentro del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac.

mapa_Terrassa.jpgLimita al norte con Matadepera, Mura y Vacarisas, al este con la ciudad de Sabadell y Castellar del Vallés, al sur con San Quirico de Tarrasa, Les Fonts, Rubí y Ullastrell, y al oeste con Viladecavalls, y Vacarisas, ciudad vecina de Sabadell, con la que mantiene una histórica rivalidad.

Barriadas de la ciudad:

  • Distrito 1 – Centro (Plaza de Cataluña y Escuela Industrial, Cementerio Viejo, Centro, Valparaíso y Antiguo Pueblo de San Pedro).
  • Distrito 2 – Levante (Montserrat, Vilardell, Torre-sana y Ca n’Anglada).
  • Distrito 3 – Sur (Can Parellada, Las Fuentes (parte del barrio se encuentra dentro del término municipal de San Quirico de Tarrasa), Can Jofresa, Guadalhorce, Can Palet, Can Palet II, Xúquer y Siglo XX).
  • Distrito 4 – Poniente (Ca n’Aurell, La Maurina, La Cogullada, Roque Blanco, Les Carbonelles y Can Palet de Vista Alegre).
  • Distrito 5 – Noroeste (San Pedro, Pla del Bon Aire, Can Roca, Pueblo Nuevo y Zona Deportiva, Torrente de Pedro Parres, Can Boada del Pi, Can Gonteres, Pla del Bon Aire y el Garrot).
  • Distrito 6 – Noreste (Las Arenas, La Grípia, Can Montllor, San Lorenzo, San Pedro Norte, Egara y Can Tusell).
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Mapa Barrios TERRASSA

La ciudad se encuentra a una altitud de 277 m, en el fondo de una ancha depresión, rodeada por un anfiteatro de montañas y atravesada longitudinalmente por una red de arroyos muy bien desarrollada. La llanura egarense, a modo de plano inclinado, desciende progresivamente hacia mediodía y levante. Al N de la ciudad, entre los barrios periféricos y los relieves montañosos, se extienden ampliamente, de W a E, el plano de Mará, el plano de Roca y el plano del Bonaire, todos en torno a los 350 m de altura. Más hacia el este, en dirección a Sabadell, los planes de Can Bonvilà se sitúan a 300 metros y en la barriada de las Fuentes, en el extremo meridional del término, el nivel ha bajado hasta 180 m.

Al N de la depresión se levantan los relieves acusados de la Cordillera Prelitoral, formas residuales del antiguo Macizo Catalán emergido desde la era primaria. La sierra de las Pedritxes (759 m), la sierra del Horno del Vidrio (679 m) y la sierra del Pinar (675 m) ocupan la parte septentrional del término la divisoria del cual, con el municipio de Matadepera el NE, luego de trepar por las colinas de Can Candi y de Roques Blanques (587 m), de la Moleta (759 m), y de Puig Codina (858 m), llega hasta el collado de las Tres Cruces (860 m) y el cerro del Castillo Sapera (932 m) y desde ahí baja por la cresta de la sierra del Obac (cerro de la Carlina 944 m) hasta encontrar la cabecera del torrente del Llor.

En cuanto a las comunicaciones, Terrassa está conectada con Barcelona mediante las autopistas C-58 y C-16, que confluyen en mediodía de la ciudad para continuar hacia Manresa y el Eje del Llobregat (C-55). Pasan por Terrassa varias carreteras locales que comunican los diferentes núcleos de población, como la carretera N-150 de Terrassa en Sabadell y otras como la carretera de Terrassa en Matadepera, la de Terrassa en Rellinars, la carretera Terraza-Viladecavalls-Olesa de Montserrat o la de Terrassa a Rubí, entre otros. Dispone también de una estación de ferrocarril de la línea que va hacia Manresa y Lleida (RENFE) y otra de los Ferrocarriles de la Generalitat.

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Los orígenes de la población del ámbito territorial terrassense y su entorno son probablemente paleolíticos (según los hallazgos arqueológicos de las terrazas de la riera de las Arenas, de Torrebonica y de Rubí), pero no es hasta el período neolítico que tenemos claramente fechado el origen del poblamiento en esta zona. No hay registros claros del volumen demográfico de la ciudad romana de Egara, y las primeras cuantificaciones comienzan el 1359-60. La villa y el término de Terrassa tenían a mediados del siglo XIV unos 280 hogares. El período precedente a este primer censo es de suponer de euforia demográfica (concretada urbanísticamente en la apertura del nuevo suburbio situado en la calle de la Vilanova (siglo XIII)) seguido de varios años de regresión que tienen como posible origen la Peste Negra del 1348. Sin embargo, uno de los primeros recuentos, fechado hacia el 1381, patente aún la importancia demográfica terrassense: los 228 de la villa y término situaban Terrassa como primera zona humana del Vallés y uno de los primeros agrupamientos de Cataluña. A partir de esta fecha ya lo largo de todo el siglo XV el retroceso, compartida con el resto del país, será dramática: los estragos de las sucesivas pestes, las hambres provocadas por malas cosechas y los terremotos frecuentados diezmaron también las comarcas terrasenses. Hay que añadir como causa de la crisis el progresivo endeudamiento de la ciudad provocado por las repetidas enajenaciones de que fue objeto por parte de los reyes catalano-aragoneses y por las costosas imposiciones y gastos públicos. Sendos privilegios reales del 1512 y el 1529 insinúan el resurgimiento de una comunidad que tras varias fluctuaciones alcanzará en total, en 1719, 1835 habitantes, establecidos en 483 casas. Respecto de las oscilaciones demográficas de este periodo 1359-1719, que en términos muy genéricos se dividirá en una fase de depresión y otra de expansión (separadas por la inflexión del 1481), cabe destacar la diversidad de comportamiento de los 2 tipos de poblamiento que coexistían en el territorio terrassense: el aldeano y el del término rural. Estos dos tipos, configurados ya desde la alta edad media con una personalidad propia, se escindieron en 1562, que fue constituida la Universidad de la Ciudad y la Universidad Forana. Las fluctuaciones demográficas de la villa son bruscas, ya que su población acusa con mayor intensidad los agentes perturbadores. Tras una prolongada fase de progreso ya pesar de las maldades difíciles de cuantificar de la epidémica peste del 1589 (que originó la devoción terrasense a San Roque), los testigos de finales del siglo XVI y el principio del siguiente denotan una época de enderezamiento y de pujanza menestral y comercial. En cuanto al poblamiento del término foráneo, integrado por las parroquias rurales y constituido en universidad en 1562, obedeció a un ritmo de fluctuación más suave, consecuencia de una población fija establecida en masías relativamente prósperos y con posibilidades de autosubsistencia. Esta configuración agraria no será sustancialmente modificada con la edificación de las primeras casas en la calle Mayor de San Pedro (1574) y en la calle de la parroquia de Sant Quirze del Vallés ni con el nacimiento del agrupamiento humano al abrigo de la iglesia parroquial de Juncales, tempranos núcleos urbanos de la nueva universidad. Ahora bien, el empuje demográfico que significó la formación de estos núcleos (sobre todo los dos primeros) fue descompensado por el despoblamiento de fuerza y provocó en el siglo XVII una debilidad demográfica que, además, fue sacudida por la contracción del tercer cuarto de siglo. A pesar de la maldad general sufrida por la población durante la guerra de Sucesión, no parece que el número de habitantes disminuyera de forma alarmante. Siguiendo el tono general del país, Terrassa sobrepasó el triple de su número de habitantes a lo largo del siglo XVIII. En el año 1787, Terrassa, con 2.976 hogares, era la 29ª población más habitada del Principado, y San Pedro de Terrassa también se encontraba entre las poblaciones con más de 1.000 habitantes. Si consideramos, sin embargo, el término histórico, Terrassa con sus agregados constituía la 14ª población de Cataluña. Este elevado índice de crecimiento protagonizado principalmente por el núcleo aldeano no evitó, sin embargo, el déficit de mano de obra que la floreciente industria de paños producía. El año 1800 San Pedro de Tarrassa se segregaba de Terrassa oficialmente y a todos los efectos constituían 2 municipios independientes. La progresión de los poblamientos terrassense y Santperencs a partir del primer censo oficial de 1857 observa que el aumento demográfico del siglo XX obedece a las tasas normales de crecimiento del Principado -excepto la anómala de 1910, consecuencia de la agregación de parte del municipio de San Pedro (1904) y la merma del 1940- hasta que se dispara a partir de 1950, fruto del intenso corriente migratoria. La receptividad inmigratoria terrasense no es exclusiva de estos últimos años ya que desde la industrialización de mediados del siglo XIX el flujo migratorio ha sido continuo, aunque diverso según el origen geográfico: el siglo XIX la industria terrassense se nutrió de gente del campo catalán (Barcelona, Bages, Segarra) a los que también se incorporaron núcleos muy concretos de valencianos y aragoneses. Durante la década de 1920 llegaron los primeros contingentes de murcianos y almerienses y, finalmente, después de la guerra, empezó mayoritariamente la avalancha andaluza, primero oriental y desde los años 50′ con la marcada incorporación de efectivos cordobeses. Esta receptividad inmigratoria no fue un caso único: Terrassa compartía con unas pocas poblaciones cercanas (Hospitalet de Llobregat, Badalona y Sabadell, también fuertemente industrializadas) estos índices de crecimiento desmesurados. Este crecimiento generó el nacimiento repentino de barrios sin planeamiento urbanístico, carentes, en ese momento, de servicios y equipamientos y con dificultades de integración social en la vida de la ciudad. Este saldo migratorio, junto con un acentuado crecimiento vegetativo fruto de una población renovada y joven, contribuyó al intenso progreso industrial de la ciudad hasta convertirse Terrassa en un centro industrial de primer orden. Este fenómeno de crecimiento fue paralelo a la progresiva des-ruralización del término. La descontrolada explosión demográfica de las décadas de 1960 y 1970, provocada por unos momentos de euforia económica, se convirtió en preocupante cuando la industria, en particular la textil, mermó con celeridad tras los primeros síntomas de crisis de los 70′, lo que convirtió Terrassa en una ciudad con unos fuertes índices de desempleo. Este hecho provocó un cierto reflujo migratorio protagonizado por emigrantes de las primeras olas de los 60′ que, una vez alcanzada la jubilación, volvieron a sus tierras de origen. A partir de la década de 1980 la población de Terrassa tendió a estabilizarse ligeramente, aunque no dejó de crecer. En 1981 el censo contaba 155.624 habitantes y en 1986 había 160.105. Durante el último decenio del siglo XX la población continuó creciendo progresivamente, de modo que en 2001 había 174.756 h. Este crecimiento, que alcanzó los 194.947 h en 2005, es motivado, en parte, por la llegada de nuevos inmigrantes extranjeros.

La ciudad de Terrassa surgió alrededor del castillo palacio de Terrassa, que probablemente ya existía el 801. La rambla del Palau, hoy rambla de Egara, era una de las defensas naturales del antiguo núcleo de población, que fue amurallado en 1366 por privilegio de Pedro III.

august 001.jpgEl núcleo medieval, centrado por la plaza Mayor, tenía en la parte soberana el castillo palacio, del que se conserva la torre maestra de planta circular, que se adelgaza ligeramente a medida que se eleva, construida en torno al año 1000. La capilla del castillo, dedicada a san Fruitós, es documentada en 1206. Este casco antiguo de Terrassa, el perímetro del que todavía está dibujado por sus calles, estaba separado del de Egara junto al torrente de Vallparadís. Ambos núcleos están diferenciados en la documentación del siglo X, pero hacia el 940 el nombre de San Pedro de Egara es sustituido progresivamente por el de San Pedro de Tarrasa, que desbancó definitivamente el antiguo topónimo a mediados del siglo XIII. En el lado de levante del recinto medieval de Terrassa se levantó antes del siglo XII una torre o hucha de vigilancia sobre el Puignovell, que era el lugar más elevado entre el castillo de Terrassa y el torrente de Vallparadís. El 1110 el conde Ramón Borrell III vendió un alodio situado al otro lado del torrente de Vallparadís con la condición de que el comprador, Berenguer Sala, hay construye una fortaleza. El castillo de Vallparadís, donde en 1344 había la cartuja de Santiago de Vallparadís, estaba en estado ruinoso a mediados del siglo XX y fue adquirido y reconstruido por el ayuntamiento de Terrassa en 1959; actualmente está instalado el Museo de Terrassa. De los diversos cuerpos de edificios que forman el castillo cartuja de Vallparadís se destaca la sala que fue la capilla de la cartuja, el claustro y, también, la magnífica fachada septentrional, donde alternan los lienzos de muralla con torres de planta rectangular. Las murallas del siglo XIV se habían vuelto pequeñas para el crecimiento de la ciudad (en el siglo XIV sólo había 228 fuegos) y en 1560 se produjo la primera expansión urbana extramuros, con Vilanova y el Raval de Arriba (actualmente arrabal de Montserrat). En 1562 San Pedro formó una universidad particular, desprendida del municipio de Terrassa, reducido este al perímetro urbano. En 1574 se empieza a construir la iglesia del Santo Espíritu, a la que sería trasladada la parroquia de San Pedro, antes situada en el núcleo de Egara. En adelante la iglesia parroquial de Terrassa fue la del Santo Espíritu y San Pedro. Entonces la ciudad tenía una población de 300 fuegos (unos 1500 h), que se dedicaba mayoritariamente a la fabricación de paños y su exportación en Occitania, en Italia y en otros países del Mediterráneo. Había, entre la población, numerosos franceses, que habitaban en la calle Gavatxons. A finales de siglo ya había 500 casas dentro murallas y al XVII se construyeron 20 casas más extramuros. Cerca del castillo de Vallparadís, en la plaza del Doctor Robert, está la iglesia de San Francisco de Asís, del que fue convento de este nombre, con trazas góticas, y del Renacimiento, se destaca especialmente el claustro, decorado con veintidós seis paneles de cerámica, sobre temas de la vida del santo, valiosa obra de Lorenzo Passoles, del siglo XVIII. A caballo del siglo XIX, al producirse la Revolución Industrial, se construye el primer edificio destinado a fábrica de vapor (1833), uno de los primeros de España, alrededor del cual se agruparon diversas industrias que recibían el vapor generado por una caldera. Con la llegada de la corriente eléctrica, los vapores desaparecieron como fuente de energía colectiva, aunque todavía sirvieron para otros usos industriales; en la actualidad con sus altas chimeneas son auténticos monumentos urbanos, así como algunas fábricas son ejemplares interesantes de la arquitectura del hierro, que deben clasificarse como testigos excepcionales de la época. Con la transformación de aquella Terraza, mitad agrícola, mitad industrial, en un núcleo básicamente industrial, la ciudad conoce un gran cambio en su estructura global. Las edificaciones y la urbanización de la Terrassa decimonónica, que aún retiene el centro urbano de la plaza Mayor, quedaban limitadas por las murallas, pero tras la invasión napoleónica, el aumento de población obligó a ampliar el perímetro amurallado.

Terrassa en el siglo XIX dejará de ser una villa agrícola y artesanal para convertirse en una ciudad industrial. El proceso de industrialización terrasense se caracterizará por su vinculación exclusiva al textil lanero. Las bases de esta industrialización hay que buscarlas en los cambios del siglo XVIII que afectaron a toda Cataluña y también en Terrassa, donde un grupo de empresarios comenzaron una expansión industrial muy concentrada estructuralmente. La invasión napoleónica frenó este primer impulso industrial, pero a partir de los años 20′ el proceso de mecanización y la consolidación del sistema fabril afianzaron el crecimiento industrial textil desde unas bases netamente capitalistas. Básicamente la financiación de esta industrialización se hizo con aportación de capital local más la contribución de algún comerciante barcelonés. Esta industria se especializará en pañería de calidad que buscaba su salida en las clases acomodadas y urbanas del mercado español. La principal dificultad con que tropezó la nueva industria fueron las fuentes energéticas. La creación de la Mina Pública de Aguas de Terrassa en 1841 pretendía ser una alternativa en la fuerza motriz de las fábricas, a pesar de los intentos, sin embargo, las dificultades energéticas continuaron hasta mucho más adelante. La mecanización de la industria local fue dispersa en el tiempo y los sectores. La hilatura aplicaba desde 1830 lamule-jenny, los telares Jacquard se introdujeron en 1845 y el telares mecanizados en 1863. Los aprestos usaron la tondosa transversal a partir del 1830 y la tondosa longitudinal a partir del 1861. Este proceso de industrialización cambiar la fisonomía terrasense.
Su crecimiento urbano, sin embargo, no estuvo regulado por un Plan de ordenación hasta el 1877, y anterior a este las principales pautas las dio la construcción de la carretera de Moncada al sur (1852) y la llegada del ferrocarril en el norte (1856). Estas dos obras alteraron de forma importante las comunicaciones de la ciudad, y fueron vitales para la salida de sus productos y el surtido de materias primas. El gas fue instalado en Terrassa en 1860 y la electricidad en 1866. La industrialización llevó a una indiscutible hegemonía social de la burguesía, que se manifestó liberal en numerosas ocasiones, como pueden ser la aceptación de la Constitución de Cádiz de 1812 (donde estaba presente el industrial terrassense Salvador Vinyals), su proclamación en el trienio liberal, la actitud antiabsolutista durante la década ominosa y las luchas contra los carlistas. Durante el período 1840-43 buena parte de la burguesía local adoptó una posición progresista antiesparterista. Durante el sexenio revolucionario, Terrassa fue una de las pocas ciudades catalanas que defendió la opción monárquica y donde los liberales eclipsaron un republicanismo que nació y continuó débil. Los liberales monárquicos tenían un paradójico apoyo popular al tener una clara actitud anticarlina (que en la entrada del 22.7.1872 les proporcionó un mártir en la popular figura de Jaime Jover) y para defender algunas reivindicaciones sobre las quintas y las costumbres que afectaban directamente las clases subalternas. La principal figura de este período fue Jaume Vallhonrat, que ocupó la alcaldía prácticamente durante todo el sexenio. A partir de los años 80′ la burguesía egarense, basada en la patronal textil lanera, optó por hacerse un lugar en el caciquismo de la Restauración que le permitiera proyectar sus intereses en Madrid, mantener el control social de la ciudad y participar en las instancias de gobierno intermedias. Así, entroncando con el viejo liberalismo nació, en torno a la figura de Alfonso Sala, el salismo. Este, más que una ideología o un partido, era simplemente la expresión de estos intereses de la burguesía local presentados en clave ciudadana constituyendo una opción política de distrito. El salismo mantuvo durante mucho tiempo un dominio político total, eclipsando el catalanismo político terrassense y un republicanismo débil y fragmentado. Exceptuando el período de Solidaritat Catalana, Alfons Sala fue el diputado del distrito desde 1893 hasta el 1922. A partir de 1917 los enfrentamientos entre Salistes y catalanistas fueron durísimos y Sala quedó como baluarte de las opciones monárquicas no catalanistas que desembocaron en la Unión Monárquica Nacional. La industrialización trajo también la aparición de los trabajadores como nueva clase social. La actitud social de estos, desde los primeros conflictos de los que tenemos noticias, a principios de los años 1840 hasta la Semana Trágica, fue en general bastante moderada. Las diversas organizaciones obreras que funcionaron, participaron en las contrataciones colectivas del bienio progresista y del sexenio democrático. En 1873 algunas secciones obreras locales estaban adheridas a la Federación Regional Española de la AIT, sin obtener demasiado eco ni continuidad. A comienzos de siglo el movimiento obrero terrassense fortaleció pero sin que acontecimientos emblemáticos del obrerismo catalán, como la huelga de 1902 o la Semana Trágica de 1909, constituyeran episodios violentos o de alta conflictividad social en la ciudad. En cambio, a partir de la década de 1910, al consolidarse el anarcosindicalismo como opción del obrerismo egarense, al producirse las consecuencias de la inmejorable coyuntura creada por la Guerra Europea, y con la llegada de nuevos sectores de mano de obra en la ciudad, el movimiento obrero local cambió de talante y, obviamente influido por las circunstancias generales, tuvo un comportamiento de lucha frontal ya menudo violenta en los conflictos sociales. Actitud que chocaba con la tradicional dureza del empresariado terrassense y que provocó ya numerosos atentados y algunas víctimas en los años del pistolerismo. Terrassa obtuvo el título de ciudad en 1877. En torno a esta fecha se fueron consolidando las principales instituciones y entidades que dirigían la ciudad: el Instituto Industrial, institución que ha representado los intereses de los fabricantes terrasenses, fundado en 1873, la Cámara Oficial del Comercio y la Industria, en 1886, el Banco de Terrassa, en 1881, la Caja de Ahorros de Terrassa, en 1877, la Escuela Industrial, en 1902.

Hacia el N, junto a los núcleos entonces independientes de San Pedro y la cuadra de Vallparadís, se fomenta el nacimiento del barrio de la Cruz Grande, llamdo así debido a la cruz de término, gótico-renacentista que, en un cruce de caminos, separaba ambas poblaciones. También surge el Paseo, que es una de las arterias más agradables de la ciudad. El paseo del Conde de Egara y el barrio de la Cruz Grande, que conservarán su carácter, son dos modelos de excelente urbanización decimonónico. Hacia el S está el Raval de Baix, la Rutlla, el Rasot, etc. Mientras tanto, también se destacan notables casas señoriales como la de Cal Baró (1603), de típico aire catalán, en la plaza Vieja (la antigua plaza Mayor); la de Can Vinyals, hoy desaparecida; Can Sagrera, convertida en Casa Museo Alegre de Sagrera (1973), en la calle de la Font Vella, testigo arquitectónico de la guerra napoleónica en Terrassa y más tarde magnífica casa solariega de regusto romántico; Can Galí, del Raval, también desaparecida para edificar la casa de la ciudad desde el año 1903; las suntuosas mansiones de Can Suris y de Can Busquets han desaparecido. Todavía hoy, sin embargo, podemos admirar casonas del siglo XIX, como son: Can Montllor, en el Paseo, ampliada como Mutua de Seguros; Can Mata, en la calle de García Humet; Can Cadafalc, en la Cruz Grande, y Can Barata, en la calle de San Pedro; algunas de las cuales fueron construidas por los ricos agricultores de los alrededores de Terrassa, que durante la guerra de los carlistas se trasladaron a la ciudad, donde había más buena protección. También se conservan, del siglo XIX, las casas de los terrasenses más humildes, viejas o modificadas, en las calles del Mas Adei, de Garcia Humet, de San José, etc. ; casas de planta baja y un piso, bajas de techo, donde después de pasar las vidrieras que hacían de puerta, hay un rellano que servía para el lagar, si eran de agricultores, o bien para el telar a mano si se trataba de tejedores del textil o ambas cosas a la vez si el propietario se dedicaba, a ratos, a ambos oficios. Otro edificio muy notable de Terrassa es el del Real Colegio Terrassenc (1864), el de las actuales Escuelas Pías. El año 1852, Terrassa une a Barcelona por carretera. En 1856, por ferrocarril, que, cuatro años más tarde, llega a Manresa. En 1878 (Terrassa tenía el título de ciudad desde 1877) el maestro de obras Miquel Curet presenta el primer plan urbanístico que sirve de base para la expandiment ciudadano.

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Plan de Reforma y ensanche de terraza de Miguel Curet – 1878 TERRASA

Miquel Curet en su Plan de Ordenación Urbanística de 1878 proyectaba el cubrimiento de la riera del Palau y consecuentemente el salto urbanístico definitivo hacia el oeste, trazando una hipotética ampliación de calles cuadriculadas al que llamó «el ensanche de Terrassa «. Su plan quedó en el olvido, pero su iniciativa fue absorbida y aunque las calles no siguieron la enajenación prevista se respetó el trazado de cuadrícula que se implantó en el que, en aquellos tiempos, se llamaba «barrio del arroyo».

Curet dispone la ciudad bajo una planimetría cuadriculada, similar a la de Cerdà para el Eixample barcelonés. En aquellos tiempos Terrassa tiene 80 calles y 7 plazas, divididos en 3 únicos distritos. En 1881 las autoridades dictaminan el derribo de las murallas. Esta reforma permite que la ciudad se agrande más allá de los torrentes que antes eran defensas geográficas: la rambla del Palau a poniente y el torrente de Vallparadís a levante. A finales del siglo XIX, Terrassa comienza a configurar la próspera población que será el día de mañana. Además de industrias importantes, abundan las amplias casas señoriales del burgués terrassense y los dignos edificios públicos, algunos de los cuales aún existen y otros que han sido destruidos debido a la desenfrenada especulación urbana de los últimos años. Se conservan, no obstante, algunos edificios notables como el del actual Instituto Industrial, que había sido construido, en 1894, para almacén y despacho de la empresa textil Pascual Sala; situado en la calle de San Pablo, es una muestra de arquitectura historicista. La Casa Puig-Arnau (1898), en la calle del Norte, es una obra neogótica del prestigioso arquitecto terrassense Lluís Muncunill y pertenecía a la familia Alegre; la Casa Ros (1873), de finas líneas neoclásicas, está en la calle de la Iglesia. El pretérito Banco de Terrassa (1892) en la calle de Santiago conserva en la fachada elementos decorativos tanto dentro de la arquitectura historicista, como dentro del Modernismo inicial. De las calles típicas de la población medieval y decimonónica cabe destacar los de la Vilanova, del Portal Quemado, de las Parras, del Cantero, de Abajo, del Mosterol, de la Iglesia, la plaza Vieja, calle del bastardo, del Valle, de la Paja, de la Fuente Vieja, de San Pedro, de San Pablo, de la Cruz Grande, Mayor de San Pedro, entre otros, ya que reencontraremos el sabor de unos siglos distintos y distantes, con la significativa transición de unas épocas a otras.

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1879 TERRASSA

El crecimiento expansivo de la ciudad en el curso del siglo XX ha supuesto la transformación de las zonas periféricas, que antes habían sido terrenos de cultivo, y en un tiempo no muy lejano habían pertenecido al antiguo municipio de Sant Pere de Terrassa. Fuera del casco urbano de la ciudad de Terrassa se han desarrollado, esparcidos por la llanura, diversos tipos de establecimiento humano de muy variada proyección, que complementan la ciudad en su expansión natural. Dispersas por todo el término hay numerosas masías, que luego mencionaremos. Al N de la ciudad está la casería del Pla del Bonaire, a ambos lados de la carretera de Terrassa en Talamanca; cerca de él está el centro deportivo del Club Egara. A la izquierda del arroyo de las Arenas, al este de la ciudad, está la casería de Torrebonica y el SE de la casería se encuentra la Mancomunidad de Sabadell y Terrassa. En la parte meridional del término está el barrio de las Fuentes, compartido con el municipio de Sant Quirze del Vallès. El barrio es a ambos lados del arroyo de las Arenas y es atravesado por la carretera de Rubí en Terrassa. Se empezó a construir a principios de siglo XX, en terrenos de la antigua masía de Can Falguera, que fueron comprados por la Sociedad Ribes y Compañía, cerca de la estación de los Ferrocarriles de la Generalitat. Primeramente se siguió un proyecto de urbanización residencial, pero después de 1940 fue cambiando de fisonomía; se estableció población inmigrada en edificaciones de tipo barraquístico y durante la década de 1960 se comenzaron a instalar industrias. Entre el barrio de las Fuentes y la ciudad de Terrassa, a la derecha del arroyo de las Arenas, está el polígono industrial de Can Parellada y la zona industrial de Santa Margarita del Mujal o de las Fuentes; la de Can Guitard de la Riera es ponente de éstas. Al otro lado del arroyo se encuentra el polígono de viviendas y urbanización de Can Parellada. A poniente de la ciudad hay varias urbanizaciones, la de Can Gonteres, la de Vistalegre, las Martines y los Cuatro Vientos. Al término hay, además, un buen número de masías. Entre las que se conservan, de las cuales algunas han dado lugar a barrios o urbanizaciones, se pueden mencionar Can Amat de la Montaña, Can Anglada, Ca n’Arnella, Can Bonvilà, Can Bogunyà, Can Carbonell, Can Colomer , Can Figueres, Can Font de Gaià, Can Guitard de la Montaña, Can Guitard de la Riera, Can Palet, Can Parellada, Santa Margarita del Mujal, Can Amat de las Harinas o del Avellà, los Bellots, Can Cardús , Can Casanoves, Can Fonollet, Can Montllor, Can Petit, Pinar, Can Sabater del Torrent, Can Sales, la Torre de Mossèn Doms, Can Torrella, Torrebonica, Can Boada, Can Coniller y Can Candi.
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Masías en Terrassa y su término municipal 1907

El siglo XX es el de la gran expansión urbanística de Terrassa, impulsada por fuertes contingentes de inmigración, que, sobre todo a partir de los 50′, desbordó todas las previsiones racionales. Desde aquel primer plano general de la ciudad de Miguel Curet se han confeccionados otros -el de Antoni Pascual y Carretero (1911), los de Melchor Viñals y Muñoz (1919 y 1933), el de Viñals (del 1933 y modificado por Josep Pratmarsó en 1949), el de Baldrich (1951), desestimado; lo que proyectaron Pratmarsó y Ayzieu y que fue terminado por el arquitecto municipal Juan Baca y Pericot el 1965-.

En 1909 el Ayuntamiento encargó al arquitecto Antoni Pascual la redacción de un Plan General de la ciudad. 2 años más tarde Pascual entregó los planos urbanístico; uno general a escala 1:2000 y 15 parcelarios a escala 1:500. El Plan no prosperó quedando en el olvido.

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1902 TERRASSA

La Terrasa de finales del siglo XIX y principios del XX hay que situarla entre la Estación del Norte, la rambla del Palau (hoy rambla de Egara), la carretera de Moncada y el torrente de Vallparadís, zona que se ampliará en 1904 con la incorporación del municipio de San Pedro de Terrasa, donde hubo la antigua ciudad de Egara. En 1903, Terrasa inaugura las Escuelas Industriales, voluminoso y admirable conjunto neorrománico del arquitecto Lluís Muncunill. Del mismo año es la Casa de la Ciudad, neogótica, edificio del arquitecto Josep Maria Coll y Bacardí. De las influencias neomedievales que conducirán a Muncunill hacia el Modernismo, son ejemplo el Almacén Farnés (1907), hoy Archivo Tobella, importante obra modernista, y la Masía Freixa (1907), convertida en Parque Municipal de Sant Jordi en 1959, donde Muncunill hizo la adaptación de un elemento gaudiniano, el arco elíptico, y donde alcanzó un lenguaje arquitectónico propio; aunque son del mismo arquitecto del edificio del Acondicionamiento Terrassenc (1916), el Gran Casino (1920), etc. Estas construcciones del arquitecto Muncunill, que se destacan dentro del núcleo urbano, son acompañadas de otras edificaciones notables como el Teatro Principal (1911), cuya fachada, decorada con esculturas de Pablo Gargallo, es una bella muestra de la estilo novecentista. De esta debemos recordar el Chalet Mon Reposo (1917), de la carretera de Rellinars, a la salida de Terrassa, donde habitó el pintor Joaquín Torres García, que dejó espléndidas decoraciones de su periodo novecentista. Otras edificaciones importantes son la Estación del Norte (1901), la Casa Barata (1906), el Convento de las Hermanas Josefinas (1907), la Farmacia Albiñana (1908), el Mercado de la Independencia (1908), la Central de electricidad (1908), Cal Sastre de Olesa (1914), la Casa Baumann (1916), etc. 

1.917 Plan general y de reforma de Coll y Bacardí. El planteamiento urbanístico presentado por el arquitecto Josep M. Coll y Bacardí 1917 contemplaba una propuesta de reforma del centro de la ciudad. Principalmente la salida en la calle Mayor de la calle de la Unión y la ampliación de la calle Mayor que más tarde se llevó a cabo. También fue el primero que diseñó, tomando como base las propuestas de Antoni Pascual, una ordenación romántica del torrente de Vallparadís. El local de la Agrupación Regionalista recogió en una exposición de planos y dibujos de un idealizado parque de Vallparadís.

Uno de los proyectos era hacer un puente de una sola vuelta que conectaría la calle de la Rectoría con la otra orilla del torrente, a la altura de la calle del Dr. Pearson. Curiosamente casi 200 años después, en 2004, en el mismo lugar se construiría una pasarela sin pilares.

plano-1918.jpg1919 Primer Plan Vinyals. A finales de la segunda década el arquitecto Melchor Vinyals recibía el encargo de redactó un nuevo Plan de Ordenación. El resultado del planteamiento de Vinyals era muy ambicioso y poco creíble y no aceptado por sus coetáneos. Era impensable que el tejido urbano, que hacía pocos años había dado el salto a la otra orilla del torrente de Vallparadís, se planificara hasta la riera de las Arenas, por levante y más allá de las tierras de en Maurí ponente. El sueño o las previsiones de en Vinyals se harían realidad a finales del siglo XX cuando la trama urbana terrassense ocuparía este espacio configurándola, también, de norte a sur desde el Pla del Bon Aire hasta Can Jofresa, producto de en crecimiento demográfico impensable como fue la inmigración durante el franquismo.

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1920 TERRASSA – IGN

El Plan Vinyals contemplaba la urbanización de una ronda que circunvalaba la ciudad. El proyecto se aceptó y llevó a cabo 10 años después en su nuevo Plan de Ordenación con algunas modificaciones; lo que sería la avenida de Abad Marcet la dibujó como un gran arco entre las de Jaume I y la de Ángel Sallent cuando finalmente se convirtió como una gran línea recta. Preveía que la rambla alargaría tanto por el norte como por el sur como así ha sucedido (la avenida de Josep Tarradellas y rambleta del Padre Alegre). Los extremos de este gran vial en conectarían a la ronda de circunvalación a base de rotondas o de anillos concéntricos. También diseñó 2 «ciudades jardín»; en Vista Alegre y en Can Boada y un parque donde ahora está el Área Olímpica.

planol-del-1934 pla-melcior-vinyals.jpg1930-1934 Plan General de Melchor Vinyals

En 1925 se convocó un concurso para confeccionar un plano geométrico y topográfico de toda la ciudad para preparar un nuevo plan. 5 años después se encargaba de nuevo a Melchor Vinyals

El Plan Vinyals contemplaba la urbanización de un anillo de ronda que circunvalaba la ciudad. El proyecto se llevó a cabo reservando los terrenos para su realización, respetando las nuevas edificaciones el alineamiento otorgado. El total de la ronda se llamó Gran Via. Más adelante en cada tramo de la figura octogonal de la ronda se le aplicó un nombre; Avenida de Ángel Sallet (1935), ronda de Poniente (1987), av. del Abad Marcet (1949), av. de Jaime I (1949), av. de Barcelona (1936), av. de las Glorias Catalanas (1936), av. Santa Eulalia (1958) y Joaquim de Sagrera (1949). Sin embargo la idea inicial ha variado en parte. La av. de Àngel Sallent en su parte norte no se respetó el ancho de la avenida y un tramo quedó convertido con la calle Murillo. El espacio de la unión entre av. de Àngel Sallent y la del Abad Marcet quedó absorbido al desviar el arroyo del Palau mediante un trasvase hacia el torrente de la Maurina. El vial lateral que sigue la vía fluvial por su izquierda quedó convertido en la Ronda de Poniente sin conexión con la av. de Àngel Sallent. La avenida de San Eulalia ha transformado en una variante de la N-150 que, antes pasaba por la carretera de Moncada, actualmente conecta la carretera de Sabadell con la de Martorell, sin ningún enlace con la avenida de Joaquim de SagreraEsta última avenida contando con la previa canalización y soterramiento del torrente de Ca n’Aurell tenía que ser un vial ancho, pero el trasvase de la riera del Palau en 1963 y su paso por este lugar ha dejado sin ejecución la planeada avenida, dividiendo en diagonal el barrio de la Cogullada.

Los planes urbanísticos posteriores han enmarcado en el fuerte proceso de transformación que la ciudad ha ido experimentando en los últimos años. La mayoría de los planes otorgan una gran atención al torrente de Vallparadís como céntrico pulmón paisajístico terrasense. Desde principios de siglo XX se extendió el barrio de la Sagrada Familia o de Can’Aurell e igual ocurre con el de San Pedro; en 1920 se inició el barrio de Can Palet; en 1945, nacieron los barrios de la Maurina y de Can Anglada; en 1949 surgió el barrio de las Arenas; en 1950, los de Can Boada y el Poblenou; 1952, se levantan los bloques del Grupo Egara; en 1955 los grupos de Montserrat y San Lorenzo. Van agrandándose los barrios del Siglo XX, de la Cogullada, de las Fuentes, etc. Este crecimiento fue motivado principalmente por la llegada de inmigrantes, sobre todo andaluces. Estos barrios que fueron surgiendo se convirtieron en zonas suburbanas bien características y desordenadas.

plano baldrich 1951.jpg1951 Plan Baldrich de la Comisión Superior de Ordenación Provincial

A principios de los 50′ toma las riendas de la planificación urbanística terrassense el arquitecto Manuel Baldrich dependiendo de la Diputación de Barcelona. El arquitecto presenta un planeamiento innovador y atrevido para la época, pensado por muchos años allá en la entrada del siglo XXI. Proyectaba la ciudad dividida en perímetros, el 10% de cada uno de ellos sería zona verde. Se enterrarían los pasos a niveles de los ferrocarriles y se procedería a una modificación del centro urbano con la ampliación de la calle de la Font Vella como eje central. En el ámbito del torrente de Vallparadís se procedería a su transformación en Parque con una vía de circulación central y zonas deportivas. El Ayuntamiento desestimó el Plan por exagerado y fantasioso además, también, por las presiones recibidas por el novel y agresivo movimiento especulador de la época franquista.

La no aceptación o congelación de este plan comportó la anarquía urbanística de los años próximos y sus consecuencias como la edificación vertical de los grupos de San Lorenzo y de Montserrat o la previsión nula en los nuevos barrios como el de La Maurina.

1951 Baldrich.jpgEn 1958, se impulsó la Mancomunidad de Sabadell y Terrassa, que pone de manifiesto el avance de estas 2 ciudades industriales. Pero Terrassa continuó creciendo: el polígono Vilardell-Torre-Sana; el núcleo de Can Montllor, la Grípia, el sector del Pla del Bonaire; los grupos de Can Jofresa; el polígono de Can Parellada, etc. Un urbanismo periférico que rodea aquella ciudad del siglo XIX y principios del XX, rechazando la cardinal racionalidad del Plan Curet y la unión con el casco antiguo, lo que lleva a un urbanismo por sectores sobre una malla vial de diversa validez. Problemas que quedaron acentuados con las grandes inundaciones del año 1962, y la construcción del Trasvase del arroyo del Palau. Los nuevos barrios de Terrassa se construyen donde antes había, y todavía hay, antiguas masías: Ca n’Aurell, Ca n’Anglada, Can Montllor, Can Palet, Can Jofresa, Can Boada, Can Parellada, etc. El crecimiento acelerado ha determinado una fisonomía urbana que en los últimos años ha variado con una tendencia a la verticalidad, no sólo en los grupos de carácter social (San Lorenzo, Montserrat, etc.) sino especialmente en el centro de la ciudad y las grandes vías circulares (avenida Barcelona, Abad Marcet, etc). La ciudad de Terrassa se divide en distritos que engloban diferentes barrios.

pla-pratmarsc3b3-i-alsius-1959.jpg1965 Plan General de Joan Baca

La no aceptación del Plan Baldrich por parte del Ayuntamiento y el compromiso de éste de hacer una contrapropuesta, conlleva que la administración encargara al arquitecto municipal José Pratmarsó, ayudado por el también arquitecto Jordi Alsius, rehacer el estudio inicial de en Baldrich aprovechando del mismo las modificaciones urbanas factibles, despreciando todo lo inaceptable y utópico por el Consistorio terrassense. En el año 1958 con 7 años de retraso, es presentaba la nueva propuesta que no llega a aprobarse.

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1962 ZONAS AFECTADAS POR LA RIADA TERRASSA

Debido a las consecuencias de las riadas de 1962 y la puesta en marcha del Plan de urgencia con las consecuentes contradicciones con los planes anteriores, se hizo patente la ilegalidad urbanística terrassense al no tener aprobado ningún plan desde 1933El Ayuntamiento encargó al arquitecto municipal Joan Baca la confección de un nuevo plan. Con la documentación precedente y los estudios de Pratmarsó y Alsius, hizo una revisión teniendo con cuenta el desbarajuste urbanístico que se había producido con la ola migratoria de la época. La ciudad había pasado de 70.000 habitantes 1955 a 117.000 en 1964.

El 30.11.1965 el Ministerio de la Vivienda aprobada el Plan de Ordenación de Terrassa.

Tanto en el planteamiento de la Alsius como en la revisión total de en Baca se contemplaban los viejos sueños de los terrasenses de soterrar el ferrocarril y la transformación del torrente de Vallparadís en parque como ejes centrales. Uno de los puntos fuertes era la reforma del centro histórico; la gran plaza Vieja con la torre del Palacio en medio y el ensanchamiento de la calle de la Font Vella. También se contemplaba el derribo del Mercado de la Independencia para dejar más espacio al tráfico rodado y el aparcamiento.

En 1973 se presentó una revisión del Plan de 1965 que no se aprobó.

1983 Plan General de Ordenación

Con la entrada del Ayuntamiento democrático en 1979 se proyectó un nuevo Plan de Ordenación. En un principio se confecciona un Plan plurimunicipales de Terrassa que comprende los municipios Terrassa, Castellbisbal, Matadepera, Rellinars, Rubí, Sant Llorenç Savall, Ullastrell, Vacarisses y Viladecavalls. En 1979 se envía para su consulta a los mencionados Ayuntamientos.

También se confeccionó el Catálogo de Edificios de interés Histórico-Artístico 1981 que perpetra la regulación del patrimonio urbanístico. Muchos edificios por desidia, especulación o ordenación urbanística del momento, habían sido dañados o derribados; el Grupo Escolar Torrella, la Casa Alegre de la calle del Norte y toda una serie de almacenes modernistas de la ruta de los viajantes. A finales de los 70′, sin el amparo de dicho catálogo, debido a la presión ciudadana se pudo salvar del pico la fábrica Aymerich Amat i Jover, el Gran Casino y el almacén Farnés.

A principios de los 80′ se creó la Gerencia Municipal de Urbanismo, en un principio para desarrollar un nuevo Plan de Ordenación, el que se aprobó en 1983. 20 año después, en 2003, se aprobaba la revisión del anterior Plan para rediseñar urbanísticamente la ciudad por los próximos 15 años. 

El Plan General de Ordenación de Terrassa, aprobado en 1983, cumplía en 1999 16 años de vigencia. Transcurridos estos años, el Plan General del 83 todavía contenía elementos plenamente vigentes, junto con otros que hacían oportuna una revisión, o actualización en profundidad de sus contenidos. Además, se cumplían los plazos fijados en las propias Normas Urbanísticas del Plan (artículo 5.1.a) respecto la vigencia del mismo y los supuestos de revisión. Es en este contexto que el Ayuntamiento de la ciudad se plantea iniciar y afrontar el proceso de revisión del Plan General de Ordenación de 1983; que debe entenderse como una revisión ordinaria. De hecho, la voluntad municipal de revisar el Plan General de Ordenación vigente, ya se pone de manifiesto a lo largo del año 1998, justo un año antes de cumplir el plazo de vigencia, y como consecuencia del análisis profundo de su evolución y aplicación, de su encaje a las nuevas situaciones coyunturales y, lo que es más importante, de su nivel de adecuación a los nuevos requerimientos estratégicos para el desarrollo de la ciudad. En cuanto a la consulta y participación pública del Plan, el 31.3.2000 se constituyó el Consejo Consultivo para la revisión del PGO, según reglamento aprobado por el Pleno del Ayuntamiento el 27.1.2000, con el objetivo de facilitar, garantizar y organizar el seguimiento de los trabajos de la revisión del PGO y el debate o debates que se generen a partir de las propuestas y alternativas que se vayan planteando por parte de la Oficina del Plan y de las asociaciones y entidades que se integren.

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Régimen del suelo. POUM 2003 – TERRASSA

A finales de 2003 ha entrado en vigor el nuevo Plan de ordenación urbanística municipal (POUM) de Terrassa. El POUM de Terrassa, que se ha aprobado conjuntamente con el Plan de actuación urbanística municipal (PAUM) del municipio, es una de las primeras figuras de planeamiento de gran envergadura desarrolladas a raíz de la entrada en vigor de la Ley 2/2002 , de 14 de marzo, de urbanismo de Cataluña.

Desde el avance de planeamiento los retos de futuro de la ciudad pasan, en gran parte, por la reconsideración de las grandes infraestructuras que la rodean y, concretamente las hidráulicas y las viarias,  por lo que es necesario proyectar estas grandes acciones de la obra pública, como elementos claves del nuevo modelo de ciudad, estableciendo en cada caso una mayor coherencia entre la ejecución de la infraestructura y la construcción de un proyecto urbano, que aporte una mejora de calidad de las relaciones y de los espacios que se definen.

El Plan plantea como elemento especialmente imprescindible la reorganización de las grandes infraestructuras hidráulicas, construidas como consecuencia directa de los aguaceros del 62, y la corrección de su impacto tanto decisivamente negativo para la configuración urbana de los barrios del oeste de la ciudad.

La nueva regulación del sistema hidráulico del trasvase de la riera de Palau, y el establecimiento, si fuera necesario, de un mecanismo de compensación de las avenidas de agua entre cuencas diferentes y fuertemente desequilibradas, en cuanto a su potencial – las de los arroyos de Rubí y de Gaia -; además de permitir una mejora de la seguridad en la cuenca de la riera de Rubí, posibilitará también llevar a cabo una transformación decisiva de la ciudad.

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Por un lado, el cubrimiento de la totalidad del trazado del actual trasvase, a lo largo de su recorrido por los barrios de Pueblo Nuevo, Can Boada, La Maurina y La Cogullada, dará lugar a la creación de un gran eje urbano configurado como un verdadero paseo que permitirá vincular los barrios y vertebrar la ciudad, y generará la presencia de nuevos frentes de actividad urbana en todo su recorrido. Este eje posibilitará también articular la construcción de nuevos paquetes de ciudad situados en el margen izquierdo que cosían los ámbitos urbanos del sur y el noroeste y al mismo tiempo, establecer nuevos tejidos para aportar factores de nueva centralidad en ámbitos de actual periferia.

Por otra parte, la ordenación del tramo sur de la Riera del Palau permitirá generar una importante franja de desarrollo de nueva ciudad, organizando un territorio que tradicionalmente ha mantenido un carácter territorialmente indeterminado y supeditado a la lógica urbana de su entorno. Esta actuación plantea principalmente la construcción de la extensión de la Rambla hacia el sur, siguiendo el curso y la lógica de la antigua riera, duplicando su longitud actual, y convirtiéndola en un verdadero eje de relación entre los diferentes tejidos de la ciudad y los sistemas territoriales situados en su cabecera y la confluencia con la riera de Rubí.

La ordenación de las grandes infraestructuras viarias debe suponer un elemento fundamental de la mejora de las conexiones con el exterior y sobre todo de la propia ordenación del tráfico interior de la misma ciudad consolidada.

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Terrassa desarrolla los planes urbanísticos residenciales propuestos por el POUM. En 2008, la junta de gobierno del Ayuntamiento aprueba la transformación del Vapor Sala y Badrinas y los planes parciales relacionados con el cubrimiento de la riera de Palau. Asimismo, el Gobierno de la Generalidad, proyecta el área residencial estratégica de Puerta Sur. Estos planes permitirán la construcción de más de 14.000 viviendas. El POUM de Terrassa apuesta por la consolidación de la ciudad existente, y actúa en 3 elementos clave. En primer lugar, mediante planes de mejora urbana, recupera parte del importante patrimonio industrial de Terrassa, como son el Vapor Sala y Badrinas, el Vapor Gran, el Vapor Cortés, la antigua fábrica AEG eléctrico motores, Ca n’Anglada, Can Palet y Glòries. Estas actuaciones permiten generar nuevas áreas dinamizadoras donde tienen lugar mezcla de usos y tipologías.
La segunda gran operación es la reordenación del paseo de Poniente. Los diferentes desvíos del arroyo de Palau han generado una fractura en la ciudad. La propuesta del Plan es cubrir el arroyo y generar un paseo arbolado de 6 km con zonas residenciales y de nuevas actividades.
Finalmente, el POUM trata las actuaciones en las calles anchas. Dado que la estructura parcelaria de la ciudad es muy estrecha, el Plan define una estrategia de agrupación de parcelas que permite la localización de nuevas viviendas y actividades comerciales y terciarias en las plantas bajas.
Incluye 3 sectores situados al noroeste de la ciudad, alrededor de la riera de Palau, y relacionados con su cubrimiento y conversión en el paseo de Poniente. Se trata de desarrollos en suelo urbanizable, donde se prevé construir 12.000 viviendas, que suponen cerca del 40% de la oferta de nuevas viviendas que el POUM tiene calculado de construir para los próximos 10 años. Dentro de este entorno se han definido los sectores residenciales de las Aymerigues, Can Marcet-Torrent Mitger y Can Colomer.
Área residencial estratégica de Puerta Sur y Palacio Judicial. En 2007, el Gobierno de la Generalitat propuso el desarrollo de un área residencial estratégica (ARE) en Terrassa, situada alrededor del nuevo edificio judicial. El sector de 15,60 ha, incluye 1.164 viviendas de los cuales 590 son viviendas de protección, según datos de la aprobación inicial, además de un nuevo centro de asistencia primaria, una escuela y la nueva estación de Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña (FGC).

Desde la aprobación del POUM, el Ayuntamiento de Terrassa ha desarrollado gran parte del planeamiento derivado de los sectores propuestos.
Durante el 2008, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento ha aprobado inicialmente la transformación del Vapor Sala y Badrinas. Situado en el extremo nororiental del municipio, en el barrio del siglo XX, de 3,6 ha, incluirá 423 viviendas, de las cuales 109 serán viviendas protegidas. La zona también incluirá una escuela y una central de recogida de residuos neumática, y propone la conservación de las naves más representativas de la antigua fábrica. El proyecto diseña un gran paseo que da continuidad peatonal en el área del Vapor Gran, la fábrica Puente Aurell y Armengol, el Vapor Freixa hasta llegar a las Torres del siglo XX.
Por otra parte, el cubrimiento de la riera de Palau se desarrolla con 3 planes parciales, que permitirán 11.942 nuevas viviendas. De estos 3 planos, Can Colomer-Torrent Mitger se aprobó definitivamente en mayo de 2008, las Aymerigues se aprobó inicialmente en febrero de 2008 y Can Marcet se aprobó inicialmente en septiembre de 2008.
El sector de Can Colomer-Torrent Mitger (PLAN PARCIAL CAN COLOMER) comprende 47,48 ha y está previsto construir 4.490 viviendas, de las cuales 976 serán de protección pública. También se prevé una red de recogida neumática de residuos, una central de recogida, dos equipamiento escolares y uno deportivo.
El Plan parcial de las Aymerigues desarrolla un sector residencial de 39,4 ha. El 67% del suelo es público y se construirán 3.282 viviendas, de las cuales, 1.641 serán de régimen protegido. El Plan también prevé 12 equipamientos, entre los que el traslado del campo de fútbol de la Maurina, dos escuelas de primaria y un instituto. Los promotores asumirán el coste del enlace con el Cuarto cinturón y un viaducto para el tren.
Finalmente, el Plan parcial de Can Marcet, con 6,7 ha, permitirá la construcción de 4.378 viviendas, de las cuales 1.752 serán de protección pública. El Plan incluye la construcción de un espacio polivalente, las ampliaciones del IES Torre del Palau y la escuela Maria Galí. Se prevén 9,7 ha para zonas verdes, se respetarán las zonas boscosas actuales y se conectarán con los itinerarios peatonales del sector. También se conservarán las masías de Can Marcet y Can Boada.
esquema_anglada.jpgCan Anglada (13.635 habitantes en 2012 y 29% de inmigración extranjera) es un barrio de Terrassa situado a 1,5 kilómetros al este del centro histórico y delimitado por la avenida del Vallès, el Paseo de 22 de julio, la avenida de Barcelona y la carretera de Moncada. Aparte de la masía que da nombre al barrio (que data del siglo XV) y de algunas construcciones de principios de siglo XX, el crecimiento urbanístico se inició básicamente a partir de 1950, con la llegada de población proveniente del sur de España. El hecho de que buena parte de las viviendas fueran de autoconstrucción provocó que sufriera los efectos de la riada de septiembre de 1962, que afectó varias poblaciones del Vallès Occidental. Así, el desbordamiento del arroyo de las Arenas, que delimita Can Anglada por el este, destrozó muchas casas y provocó decenas de muertos en el barrio. Debido a este hecho se construyeron varios bloques de pisos para realojar a los afectados, especialmente en el sector norte de Can Anglada.
A partir de los años 90 el barrio atrajo población procedente sobre todo de Marruecos y de los países sudamericanos. En julio de 1999, a raíz de una pelea entre jóvenes autóctonos y marroquíes, se sucedieron varias manifestaciones en contra de la presencia de marroquíes en Can Anglada que desembocaron en destrozos en una carnicería y en la mezquita del barrio y el apuñalamiento de un joven. El debate sobre estos incidentes hizo palpable la necesidad de atender con más recursos los barrios donde se estaba produciendo la entrada de población inmigrante e intervenir desde un punto de vista social y urbanístico.
En 2004 Can Anglada fue elegido, junto con 3 barrios más del distrito 2 de Terrassa, dentro de la primera convocatoria del PROGRAMA DE BARRIOS Y ÁREAS URBANAS DE ATENCIÓN ESPECIAL con el objetivo de atender las situaciones de fragilidad social y urbanística. El presupuesto total era de 17 millones de euros. Entre las actuaciones que se desarrollaron hasta el año 2008 destacan la urbanización de la avenida de Barcelona, la creación de una nueva pasarela peatonal sobre el arroyo de las Arenas y programas sociales destinados al fomento de la convivencia ciudadana, la acogida a recién llegados, la dinamización de la actividad comercial o el fomento del deporte y la cultura.
Además de las actuaciones previstas en el Programa de barrios, el Ayuntamiento de Terrassa estudiaba la necesidad de ir más allá y actuar sobre los problemas de densificación en Ca n’Anglada Norte. En este sector se evidenciaba una falta de espacios libres ya que, en algunos casos, la separación de los bloques era de sólo 3 metros; además se habían detectado viviendas con patologías estructurales y aluminosis. Por ello en 2006 se iniciaron los trámites de una Modificación puntual del POUM de Terrassa -aprobado en 2003- para permitir el derribo de 9 bloques de Can Anglada Norte y la reubicación de los vecinos en la Avenida del Vallés , junto a la riera de las Arenas.
Los 9 bloques afectados por el esponjamiento se sitúan alrededor de la calle de Jacint Elias y forman parte de las viviendas que se construyeron para realojar a los afectados por el desbordamiento del arroyo de las Arenas del 1962. Tienen planta baja más 5 o 6 pisos y suman un total de 184 viviendas- de los que cerca de una tercera parte están ocupados por personas de origen extranjero- y 22 locales comerciales. La ubicación de los bloques a derribar, en medio de las islas de vivienda y sin contacto directo con las calles ortogonales, supondría la liberación de los espacios centrales y la reducción de la densidad.
La Modificación comportaba, además, dividir el sector de Plan de mejora urbana en 2polígonos de actuación urbanística (PAU 1 y PAU 2) que se desarrollarían de manera independiente. El PAU 1 se localizaba en el sector sur de la avenida del Vallès y preveía 312 viviendas. El PAU 2 se situaba en el sector norte de la misma avenida e incluía, además, los bloques a derribar de Can Anglada Norte; en este ámbito se preveían 586 viviendas, la mayor parte de los cuales para realojar a los vecinos afectados por el esponjamiento.
El Ayuntamiento de Terrassa aprobó inicialmente la Modificación del POUM en abril de 2006 y abril de 2007 la Comisión Territorial de Urbanismo de Barcelona (CTUB) hizo la aprobación definitiva. A partir de entonces comenzó la redacción del Proyecto de urbanización de los dos polígonos de actuación urbanística.
Durante el 2014 se derriban 2 bloques de viviendas de Can Anglada, en Terrassa, en el marco de la operación de esponjamiento del sector norte del barrio. Faltan por derribar 7 bloques más con el reto de realojar a los vecinos en viviendas sociales de la misma CITU.

En el Informe “Análisis Urbanísíco de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”, Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid, ‐ HERNÁNDEZ AJA, Agusín (director) se identifican en 1991 en Terrassa los barrios vulnerables de 1.‐ Riera Este (Montserrat, Torresana y Vilardell), 2.‐ La Gripia, 3.‐ Sant Llorenç, 4.‐ Can Tusell, 5.‐ Poble Nou y 6.‐ Terrassa Suroeste (Vista Alegre, Can Palet de Vista Alegre, Roc Blanc y La Maurina) además de CAN TUSSELL, (situado en el borde la ciudad, al norte. Se trata de un polígono de vivienda social en alquiler, construido a finales de los 70′. Las condiciones urbanísticas son buenas, pero las rentas de la población son muy bajas y existe riesgo de exclusión social) y en 2001 serán 1.‐ Ca n’Anglada, 2.‐ Sant Llorenç, 3.‐ San Pedro Norte/Egara, 4.‐ Poble Nou, 5.‐ La Maurina y 6.‐ Can Palet Sur, además de GUADALHORCE (es una promoción pública unitaria de bloques de 7 plantas con los bajos destinados a vivienda. Es una zona pequeña pero homogénea y diferenciada. La construcción es mala y el ambiente urbano también lo es. Hay mucho desnivel entre la fachada delantera de los bloques a la avenida de les Glories Catalanes y la fachada posterior), CAN PALET II (es una promoción pública de mediados de los años 70′. Como el barrio anterior es una zona pequeña, pero de características muy homogéneas y diferenciadas del resto. Está separada de la anterior por una zona verde en buen estado, con bancos, árboles y columpios. Los bloques son de 5 plantas, con la planta baja habilitada como vivienda. Son bloques lineales muy estrechos y alargados y situados muy próximos entre sí. Entre ellos sólo hay una calle de un carril y estacionamiento en línea en uno de los lados. Entre los 2 bloques centrales hay una calle más amplia con bulevar arbolado y comercios. La construcción y los materiales empleados son de mala calidad. El ambiente urbano es regular, ya que el espacio está organizado de una manera muy clara y limpia y en torno a esta zona existen zonas verdes, parques y equipamiento deportivo. Existen también unas torres de 9 plantas de construcción posterior a los bloques descritos. Todo el área está hundida con respecto a lo que la rodea lo que la proporciona un cierto aislamiento frente a las vías de tráfico más importantes y los polígonos industriales), XÚQUER (Se trata de un polígono de viviendas baratas de los años 70′. Los bloques, de 7 y hasta 10 plantas, son de promoción privada. Su estado de conservación es muy malo. Su posición es marginal respecto de la ciudad. Está aislada entre un polígono industrial y la autovía del Vallés. La calidad de la urbanización es muy mala y el ambiente urbano es igualmente malo), CA N’ANGLADA, (Este barrio es de los años 60′. Se formó con los inmigrantes que llegaron en esos años a Barcelona. Tiene mucha vivienda autoconstruida (de una o dos plantas). La parcelación es muy pequeña (unos 5 metros y medio de anchura). Las manzanas son homogéneas y tiene una lógica de planeamiento. El nivel de urbanización es regular, pero el ambiente urbano no es malo. En la parte norte del barrio existen bloques de viviendas de promoción privada de los años 70′ muy económica. Son bloques de 5 u 8 plantas, de construcción muy simple y problemas de aluminosis. Por otra parte, el espacio público tiene una calidad buena), EGARA (Una parte importante de este barrio está ocupado por la fábrica de AEG. El resto está formado por viviendas de promoción pública municipal de finales de los 40′ (casas adosadas de 1 a 3 plantas con un pequeño jardín a la entrada) y por bloques de viviendas de diferentes alturas (3 y 4 plantas) de finales de los años 60′ y años 70′. El otro sector, al sur de la carretera de Castellar que divide el barrio en dos, está compuesto por una mezcla de viviendas e industria (talleres). La fachada del barrio a la riera de Les Arenes es de autoconstrucción (años 50′). Invade un poco el lecho natural del río y en 1962 se produjeron unas inundaciones que arrasaron parte de estas construcciones. Existe alguna promoción reciente de viviendas unifamiliares adosadas. El aspecto general del barrio es degradado. Su estado de conservación es malo y la calidad del espacio público es regular), CAN GONTERES (Surgió a mediados de los años 70′ como ciudad jardín de segunda residencia sin ningún tipo de planeamiento. En la actualidad ya se ha urbanizado y se ha convertido en zona de primera residencia. Hay viviendas de calidad baja y, sin embargo, también hay otras de lujo. Es casi como una isla de terreno inmersa en el término municipal de Viladecavals). En 2006, son los barrios de 1.‐ Ca n’Anglada, 2.‐ San Pedro Norte/Egara, 3.‐ La Maurina y 4.‐ Can Palet Sur/Guadiana. 

El municipio ha experimentado un importante crecimiento de la inmigración extracomunitaria en los últimos años. Según los datos del Padrón, en el año 2006 el índice de extranjería del municipio es uno de los mayores de las ciudades estudiadas, alcanzando el 10,69% de media. Se trata de una cifra similar al promedio autonómico (11,11%) y algo superior a la media nacional (7,4%). La presencia de inmigración extracomunitaria ha aumentado considerablemente en toda la ciudad en los últimos años. Entre los años 2001 y 2006, observamos que el índice de extranjería municipal ha crecido extraordinariamente desde el año 2001, ya que en el Censo de este mismo año el índice de extranjería del municipio se situaba en un escaso 4,02%. En Terrassa se encuentran un total de cuatro barrios que superan el 20% de población inmigrante, que es el valor crítico establecido según la metodología utilizada. Éstos barrios y sus índices de extranjería respectivos según el Censo del año 2006 son los siguientes: Ca n’Angalada (31,05%), San Pedro norte‐Egara (21,52%), La Maurina (22,40%), Can Palet Sur‐Guadiana (22,30%).

Al mismo tiempo tiene Grandes desarrollos residenciales pendientes de edificar, con una edificabilidad residencial prevista de 2.280.440 m2 para 23.163 viviendas, estando pendiente 19.227, en sectores como CAN COLOMER (477.324 m2 de suelo para 403.658 m2 de techo para 4.452 viviendas, urbanizado al 100% y pendientes de construir 4.341 viviendas), SECTOR CAN MARCET (444.648 m2 de suelo para 378.066 m2 de techo para 4.170 viviendas, urbanizado al 50% y pendientes 4.047 viviendas), o el SECTOR LES AYMERIGUES (392.857 m2 de suelo para 330.866 m2 de techo para 3.649 viviendas, iniciándose).

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Grandes Desarrollos Residenciales TERRASSA y su entorno

Terrassa Barrios en Marcha es un programa iniciado en 2014 que trabaja la mejora y el mantenimiento del espacio público. Como consecuencia se mejoran las condiciones funcionales, de movilidad, de accesibilidad y de mantenimiento de los espacios de convivencia.

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Polígonos industriales TERRASSA

El Plan apuesta decididamente por un modelo de mixtura de los diferentes tejidos productivos, mixtura tanto en la localización como en el tipo de actividades productivas. Diversificación de localizaciones y usos, que deben servir para superar un modelo de organización de zona que se caracterizaba por la definición de áreas de exclusividad de usos productivos e industriales. Y también una diversificación de usos y actividades que dé cabida y lugar de prioridad a las actividades económicas y productivas relacionadas con el mundo de la comunicación y las nuevas tecnologías. 
El mantenimiento y la potenciación del modelo de ciudad productiva que es consustancial a la historia y la forma urbana de la ciudad y su tejido socioeconómico, plantea la necesidad de contemplar nuevos ámbitos de implantación que deberían responder a dos requerimientos esenciales: 
– Dar cabida adecuada a las nuevas actividades productivas derivadas tanto de la introducción de las nuevas tecnologías, como del peso creciente que la ciudad logrando en el contexto regional en cuanto a las actividades de servicios terciarios. 
– Dar respuesta adecuada a las necesidades de suelo para nuevas implantaciones productivas que demandan su localización en la ciudad, ya sea por su valor como centro metropolitano de actividad de especial calidad por su oferta de trabajo y de servicios, y sus comunicaciones; o por las necesidades de crecimiento generadas por las actividades ya existentes en la ciudad. 
El encaje de estas necesidades no es posible únicamente dentro de los tejidos consolidados, y requiere la disposición de nuevos ámbitos de implantación. La delimitación y la ordenación de estos nuevos ámbitos responde a factores de idoneidad respecto al modelo general de desarrollo y transformación de la ciudad.
Desde la definición previa de un modelo de ciudad compacta, con unos límites claramente definidos que respondan a formas urbanas coherentes y que garanticen la preservación de el entorno natural, se definen diferentes ámbitos de desarrollo productivo: 
La ampliación del sector de los Bellots, entre el actual sector industrial de los Bellots y la delimitación del nuevo parque territorial los torrentes de la Betzuca y de la Grípia, La Franja Norte, ligada a la posible construcción de la Autovía Orbital. Y la Puerta Sur con vocación de resolver la confluencia y continuidad entre los ejes de la actual Rambla y su posible prolongación hacia el sur siguiendo el desarrollo de la riera de Palau.
Así, los sectores industriales de Terrassa, PALAU-NORD (Sector de suelo urbanizable delimitado que comprende los terrenos situados al sur de la ciudad, delimitados al norte por barrio del Siglo XX, Can Jofresa, al este, por la autopista C58 al sur y la línea de los Ferrocarriles de la Generalitat a poniente. La superficie del sector del Plan Parcial es de: 407.044 m2), o PALAU SUD-GUITARD (Sector de suelo urbanizable delimitado situado al sur de la ciudad, que comprende los terrenos delimitados por la autopista C-58 por norte, el arroyo de Palau por el este, la autopista C-16 por el oeste y el vial de conexión de esta última con la avenida del Vallés por el sur. La superficie del sector del Plan Parcial es de 763.642 m2), o ELS BELLOTS (Sector de suelo urbanizable delimitado que comprende los terrenos situados al este de la ciudad, definidos por la autopista C-58 al sur, la avenida del Vallès en el oeste y la carretera de Moncada, al norte. La superficie del sector del Plan Parcial es de 911.810 m2).

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Los principales ejes o líneas de actuación sobre los que se definen los modelos del nuevo Plan Municipal, son los siguientes:
1.- Una apuesta decidida por la recalificación interior. Se trata de definir un marco de referencia general fundamentado en lo que podríamos llamar «rehacer ciudad» dentro de la ciudad actual.
2.- Una oferta complementaria en los suelos de extensión residencial que permita cubrir con suficiencia el margen necesario de un futuro mercado de vivienda que ha tender a incrementarse por un lógico agotamiento del espacio del área central metropolitana.
3.- El mantenimiento a grandes rasgos del marco de referencia actual del vigente plan general como un documento adecuado y válido para la construcción de la ciudad tal y como lo ha sido en estos años de vigencia.
4.- Una atención particularizada a la rehabilitación y reutilización del parque de viviendas actual, implementando medidas que favorezcan la reforma y mejora del conjunto residencial existente, y a la vez incorporando el modelo de la vivienda alquiler como una opción coherente dentro de un plan que se quiere ajustado a las opciones para el crecimiento medido y no extensivo.
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Trama Urbana Consolidad 2011 – TERRASSA

La convivencia entre la ciudad consolidada y las actividades industriales convencionales se ha convertido cada vez más difícil a pesar de la creciente implementación de medidas correctoras y de procesos productivos cada vez menos
contaminantes. Las drásticas mejoras obtenidas en problemas como la emisión de ruidos, vibraciones y humos, o en la seguridad por parte de las actividades, han ido paralelas al incremento de los niveles de exigencia de confort por parte de los residentes, y por tanto, no han sido suficientes para disolver el conflicto urbano permanente entre residencia e industria. El problema de la movilidad generada por la industria y los efectos que ésta origina en el entorno urbano ha ido adquiriendo cada vez mayor peso dentro del binomio industria – ciudad. 
Alternativamente a esta compleja relación, la expulsión de todo tipo de actividad industrial fuera de los tejidos de la ciudad compleja, lleva a otros problemas de mayor gravedad: el empobrecimiento de los tejidos urbanos, la desaparición de actividad productiva y la creación de monocultivos residenciales que sistemáticamente conducen hacia el empobrecimiento y pérdida de calidad urbana de los tejidos. Las propuestas del nuevo Plan deberían apostar decididamente por un modelo de mixtura entre los tejidos productivos existentes en el interior de la ciudad -que en
términos de forma y localización se explican en términos de su historia industrial- y los otros tejidos, buscando la máxima mixtura entre usos, tipologías y formas diferentes. Se plantea pues una nueva lectura del papel de las antiguas piezas y tramas industriales del interior de forma que mayoritariamente puedan acoger nuevas actividades productivas que una vez asegurada su compatibilidad, permitan garantizar el mantenimiento de la intensidad del sector productivo en la forma y la vida de la ciudad.
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POUM 2003 TERRASSA

Web

La Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integral de Terrassa DUSI-Terrassa, continúa la línea del Plan Estratégico de la Ciudad de Tarrasa PECT-1993, orientando las actuaciones de transformación urbana de Tarrasa para facilitar su integración y mejorar las condiciones de vida, crear infraestructuras de espacios, equipamientos, públicos y privados que en el ámbito del Tarrasa Central definido por los 4 ejes tengan dimensión metropolitana, atender las necesidades sociales y favorecer las actividades cívicas, culturales y deportivas, mejorar la calidad del pisaje urbano, reordenar la circulación y el transporte urbano, de acuerdo con el modelo de ciudad que el Plan configura; consolidar y ampliar la oferta niversitaria y de formación profesional y favorecer las actividades económicas que puedan potenciar las sinergias mutuas y con la ciudad; preservar y mejorar el entorno de ciudad y afirmar la voluntad de Tarrasa de actuar como elementos estructurante y coordinador d su área de influencia.

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Compleja ciudad Terrassa en un territorio limitado, casi comprimido, con una doble cara, industrial-logística y residencial con necesidades de compatibilizar y «rentabilizar» un patrimonio territorial muy dinámico; planes de transformación, planes de remodelación urbana, planes de reforma interior y planes para completar el tejido urbano coexisten, y como modelo el Passeig de Ponent, planteando la conversión de la actual trasvase de la riera de Palau y sus márgenes, en una nueva calle avenida que recorra y estructure todo el frente oeste de la ciudad.

Hoy Tarrasa tiene una población de 215.214 habitantes y un parque residencial edificado de 93.053 viviendas, de las cuales el 14,72% son unifamiliares (13.698 viviendas). Aún conserva más del 15% del parque de viviendas anterior a 1960′, datan de los 60′ la cantidad de 14.184 viviendas (el 15%), de los 70′ son 20.760 viviendas (el 22%), de los 80′ son 7.336 viviendas (el 8%). de los 90 son 13.894 viviendas (el 15%) y de la década prodigiosa 2000-2009 son 23.006 viviendas (el 25% del total).


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España