SANTA CRUZ DE TENERIFE, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha

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Estos gráficos representan el Parque Residencial de SANTA CRUZ DE TENERIFE.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (<1920).

Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.

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Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


sctenerife-ge5Santa Cruz de Tenerife, localmente conocida como Santa Cruz, es una ciudad y un municipio de 150,56 km2, capital de la provincia homónima, de la isla de Tenerife. El municipio se encuentra situado en el nordeste de la isla, a orillas del océano Atlántico, limitando con los municipios de San Cristóbal de La Laguna y El Rosario. La ciudad está enclavada entre la bahía que lleva su mismo nombre y el macizo de Anaga.

Su altitud en el casco histórico es de 4 msnm, mientras que su cota máxima se alcanza en la elevación conocida como Cruz de Taborno, a 1.020 msnm.

Tiene 58 km de costa, dividida naturalmente por el barranco de Santos. 

  • Playa de Las Teresitas: en San Andrés, es la playa más visitada por los chicharreros. Se trata de una playa artificial, realizada con arena traída del desierto del Sahara en 1973, sobre 3 antiguas pequeñas calas de arena negra y rocas que existían en la zona.
  • Las playas de Roque de las Bodegas y Almáciga: Tras dejar Taganana, aparece este espacio de playas, roques y vegetación autóctona.
  • Playa de Benijo: en un paraje con vistas a los Roques de Anaga, que son Reserva Natural.
  • Playa de Las Gaviotas: playa nudista, visitada también por surfistas. Es muy concurrida. Su arena negra y limpias aguas provocan visitas que taponan la carretera de acceso.
  • Parque Marítimo César Manrique: Obra póstuma del artista canario creado a imagen y semejanza del Lago Martiánez del Puerto de la Cruz. Se compone de 2 piscinas principales de agua salada, una pequeña cala de arena rubia, cafeterías, guardería, gimnasio y demás elementos de ocio. En un extremo del Parque Marítimo, en la Montaña del Lazareto, esta el Palmétum, un jardín botánico especializado en palmeras.
  • Playa de Antequera:400 metros de playa de arena dorada, sin acceso por carretera, y de complicado acceso a pie (son necesarias varias horas de caminata subiendo y bajando montañas). Normalmente se llega en barco.

La ciudad está ubicada en una zona abrupta, formando un área metropolitana con la ciudad de San Cristóbal de La Laguna con la que se encuentra físicamente y urbanísticamente unida.

santa-cruz-de-tenerife-3dEl municipio se divide administrativamente en 5 distritos, atendiendo a características geográficas y demográficas. 

Distritos municipales de Santa Cruz de Tenerife, las cifras se corresponden con la enumeración oficial de la izquierda.
  • Distrito 1, Anaga: Incluye las poblaciones del Macizo de Anaga, aglutinando los barrios de Chamorga, Taborno, Almáciga, Afur, San Andrés, El Suculum, Igueste de San Andrés, El Bailadero, Roque Negro, Casas de La Cumbre, Cueva Bermeja, Los Campitos, Lomo de Las Bodegas, La Alegría, Taganana, Valle Tahodio, Valleseco y María Jiménez.
  • Distrito 2, Centro-Ifara: La zona más antigua de la ciudad, donde se encuentra con el casco histórico. Lo forman los barrios de Ifara, Urbanización Anaga, Las Mimosas, Barrio Nuevo, Los Lavaderos, Las Acacias, Salamanca, Uruguay, Duggi, Zona Centro, El Toscal, Zona Rambla y Los Hoteles.
  • Distrito 3, La Salud-La Salle: Es el distrito más poblado, zona de expansión durante el siglo XX. Aglutina los barrios de Salud Alto, Salud Bajo, Villa Ascensión, El Perú, Cuesta de Piedra, Cruz del Señor, Los Gladiolos, La Victoria, El Chapatal, Buenavista, Los Llanos, San Sebastián, El Cabo, Cuatro Torres y La Salle.
  • Distrito 4, Ofra-Costa Sur: El distrito incluye los barrios de Tío Pino, Villa Benítez, Vistabella, Santa Clara, Camino del Hierro, César Casariego, Chimisay, Somosierra, Las Delicias, Chamberí, San Antonio, Moraditas, Llano Alegre, Ballester, Finca La Multa, Miramar, Las Retamas, Las Cabritas, Juan XXIII, Nuevo Obrero, San Pío X, Tristán, García Escamez y Buenos Aires.
  • Distrito 5, Suroeste: Separado del resto de la ciudad por Montaña de Taco y la TF-2, es la zona con más posibilidades de expansión. Aglutina los barrios de Llano del Moro, El Sobradillo, El Tablero, Los Alisios, La Gallega, Añaza, El Chorrillo, Santa María del Mar, Acorán, Barranco Grande y Tíncer.
mapa-callejero-santa-cruz-tenerifeLa ciudad está formada por dos ámbitos territoriales muy diferentes, por su tamaño, rasgos geográficos, y geológicos:
1) El antiguo macizo de Anaga, muy modelado por la erosión a causa de su vejez geológica y escasamente poblado.
2) La rampa que forman las coladas volcánicas derramadas en la formación de la isla, en una fase posterior a Anaga, que van desde la cumbre de Acentejo hasta el mar por la vertiente meridional. Es la zona en donde se encuentra el área urbana en la que se incluye la capital insular, que se inicia en su litoral junto a  las instalaciones portuarias, y alcanza la altiplanicie de La Laguna. Esta área constituye un pasillo que divide las vertientes norte y sur de la isla. Esta zona, desde el punto de vista urbano queda dividida entre la Zona Centro (la ciudad consolidada limitada por el Macizo de Anaga, el mar y el municipio de la Laguna) y la Zona Suroeste.
Desde el punto de vista urbanístico, se pueden distinguir 3 grandes zonas de la ciudad con carácterísticas muy diferenciadas, correspondientes con la primera de las anteriores, Zona Anaga, y las 2 en que se divide la rampa de coladas volcánicas, Zona Centro y Suroeste:
A) Zona Anaga.
Es la zona queda definida por el Macizo de Anaga, y está incluida en el Parque Rural de éste. En ella se pueden diferenciar a su vez dos zonas:
1.‐ Los núcleos urbanos del interior y litoral norte de Anaga: Situados por toda la costa de Anaga, que supone el extremo oriental de la isla, y por el interior del macizo, en los cauces de abruptos barrancos y sobre montañas de espesa vegetación, se reparten el resto de los barrios: Chamorga, Taborno, Almáciga, Afur, Igueste de San Andrés, El Bailadero, Roque Negro, Casas de La Cumbre, Cueva Bermeja, El Suculum, Los Campitos, Lomo de Las Bodegas, La Alegría, Taganana, Valle Tahodio, Valleseco y María Jiménez.Estos barrios son de poca entidad, por su escasa población, y responden a asentamientos rurales históricos, vinculados a las actividades económicas del Parque Rural de Anaga. Cuentan con agricultura, ganado, playas y bares turísticos, turismo rural y turismo de playa.
2.‐ Los núcleos urbanos del litoral y borde sur de Anaga: Los ámbitos residenciales del litoral sur de Anaga y sus respectivos entornos se pueden entender como un continuo paisajístico, que define la visión del litoral de Santa Cruz con el macizo de Anaga como fondo. En esta zona las viviendas se asientan siguiendo un modelo de origen rural de carácter histórico, en ocasiones marginal, aprovechando determinadas condiciones de las laderas de barranco, en pequeños ámbitos perfectamente delimitados por condicionantes físicos, y con una estructura socioeconómica similar entre los mismos.
B) Zona Centro.
El área urbana del centro de la ciudad consolidada y definida, limitada por las laderas del macizo de Anaga, el Puerto, la autopista del sur TF‐1 y el límite del término municipal de La Laguna. En ella se pueden diferenciar cuatro zonas:
1.‐ Centro: donde la ciudad responde a un modo histórico de asentamiento tradicional de barrios.
2.‐ Salud: corresponde al ensanche de la ciudad desarrollado en el siglo XX. En la parte alta del área destacan los barrios de casas de autoconstrucción y en las medianías, los edificios y bloques de viviendas de protección oficial, como el barrio de Los Gladiolos. También hay zonas como La Salle o Cruz del Señor en las que predominan los edificios de media altura construidos en manzanas donde antes abundaban las casas terreras
3.‐ Ofra: correspon de al ensanche de la ciudad desarrollado en el siglo XX. Es el resultado de una planificación ordenada conforme a las leyes urbanísticas. En las zonas de reciente desarrollo hanpredominado zonas de edificación abierta en bloque lineal. En esta zona se han ido construyendo barrios que han desplazado la actividad industrial hacia el extrarradio de la ciudad, aunque todavía se pueden encontrar algunas parcelas industriales. Se han ido ocupando espacios sin edificar en el sector de Ofra mediante promociones públicas, y se han rehabilitado y repuesto las viviendas de las barriadas construidas en los años sesenta que presentaban un avanzado estado de deterioro (Santa Clara, San Pío X).
4.‐ Costa‐Sur: corresponde a la zona de crecimiento de la ciudad en los últimos años, fundamentalmente en los barrios de El Cabo y Los Llanos, en terrenos que la ciudad ha ido ganado al suelo industrial de la Refineria. En esta zona se han concentrado los nuevos edificios oficiales, como el Palacio de Justicia, el Edificio de Usos Múltiples II, la Presidencia del Gobierno, el Intercambiador de Transportes de Santa Cruz de Tenerife o el Auditorio de Tenerife.
C) Zona Suroeste.
Extremo sur del término municipal, limitado por los municipios de La Laguna y el Rosario, y separado físicamente del resto de la ciudad por la Montaña de Taco y la Autopista del Sur TF‐1. En ella se pueden diferenciar dos zonas:
1.‐ El área situada entre la costa del Suroeste y la Autopista del Sur (TF‐1): la constituyen los barrios de Añaza, Acorán, Glasor y zonas limítrofes, en los que se ha ensayado un modelo residencial que no tiene origen en un núcleo histórico, conformando un tejido urbano planificado, completamente estructurado y dotado de equipamientos, equilibrando el tejido residencial de alta densidad con otros de baja.
2.‐ Los ámbitos desarrollados en el territorio del Suroeste, al norte de la Autopista del Sur TF‐1: esta zona se encuentra en proceso de desarrollo, y la trama urbana es prácticamente inexistente en determinados ámbitos. El Suroeste, en general, está conformado por diferentes núcleos, aún de naturaleza rural, de carácter disperso y carentes de centralidades urbanas. Además, el área presenta espacios vacíos de carácter residual insertos entre polígonos residenciales muy atomizados y de difícil relación entre los mismos. En esta zona predomina la autoconstrucción, lo que actualmente se conoce como «salón y vivienda», en el que la planta baja generalmente se convierte en un pequeño negocio y/o garaje privado, y la planta alta contiene una vivienda desarrollada según distribuciones de tipología de uso residencial colectivo, y generalmente rematado por cubierta plana destinada a lavadero‐tendedero y depósitos de agua.

SCTENERIFE GE3.jpgFundada el 3.5.1494 como real de conquista, fue entre 1833 y 1927 de iure la única capital de Canarias (siendo de este modo la única ciudad canaria que ha ostentado tal título de manera oficial), hasta que en 1927 un decreto establece que se comparta la capitalidad del archipiélago con Las Palmas de Gran Canaria.

La zona sobre la que actualmente se asienta la ciudad y el municipio de Santa Cruz de Tenerife ha sido objeto de ocupación humana desde época precolonial, hace aproximadamente 2.000 años. La conquista de la isla comenzó en 1494, cuando los castellanos establecieron en Santa Cruz el campamento base para la conquista, que se prolongó hasta 1496, año en que Tenerife fue incorporada a la Corona de Castilla.

Desde el principio el núcleo económico de la ciudad residía en el puerto. Al final del siglo XV se empezó a formar una sociedad heterogénea compuesta por soldados, marineros, mercaderes y los propios guanches (los habitantes precoloniales) que llegaron a integrarse.

La historia de Santa Cruz de Tenerife comenzaría en 1494 con el desembarco de las huestes del investido Adelantado por la Corona de Castilla. Alonso Fernández de Lugo acabaría la conquista de Canarias para España, ocupando las islas de la Palma y Tenerife en las postrimerías del siglo XV. En el caso de esta última, realizaría su sometimiento en varias fases, a partir del desembarco de sus tropas en el mismo lugar, denominado Añazo. La llamada Caleta de la Carne era una pequeña ensenada junto a la que construiría inmediatamente una pequeña torre defensiva para protegerse de los aborígenes guanches y que sería sustituida por un fortín más consistente una vez pacificada la isla. Ese es un hito urbanístico que está en el origen de Santa Cruz de Añazo, como sería denominada la villa en sus comienzos.

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1588 SANTA CRUZ DE TENERIFE por Torriani

El primer documento cartográfico con el que cuenta la ciudad es el que realizaría en 1588 el ingeniero cremonés, Leonardo Torriani. Sería un resultado del estudio para la fortificación del archipiélago que hizo por encargo del rey Felipe II. Cuando el italiano visita la ciudad han pasado ya 8 décadas desde la fundación del primer asentamiento y hay un primer nivel de consolidación poblacional. Serían unos tiempos difíciles en los que había que construir el conjunto de las instituciones de una sociedad desde cero. Un momento apasionante en el que los colonizadores comenzarían a construir sus asentamientos y empezarían la roturación de las tierras más fértiles una vez realizado su primer reparto entre los participantes en la conquista.

En ese plano, titulado Porto di S. Cruz della isola di Tenerife, que se integra en su conocida Descripción e historia del reino de las islas Canarias, aparece dibujada la pequeña villa marinera, integrada por la 200 casas -que según Torriani- se habían acumulado a lo largo del siglo que ha transcurrido ya desde el primer momento fundacional. Ahí se representan ya los elementos urbanos más significativos como el castillo de San Cristóbal, que sustituyó a las primeras fortificaciones en 1577 y ocuparía un promontorio prominente de la costa junto al punto de desembarco habitual, junto a la Caleta de la Carne. En ese tiempo, el caserío se dispone entre ese baluarte defensivo y otro hito geográfico relevante, el barranco de Santos. La carta refleja también un primer esbozo de fortificación de la costa que se prolonga desde allí hacia el Sur por delante del pequeño grupo de casas del Cabo, ocupando todo el frente marino. Junto al desembarcadero se ha conformado un pequeño espacio abierto que, probablemente permitiría acomodar las maniobras de descarga y conexión con los navíos. Aparecen también reflejados de alguna manera, los templos primeros de este ya núcleo urbano: la primera fábrica de la iglesia de la Concepción, junto a las ermitas de Regla y de la Consolación.
El siglo XVII es para Tenerife un tiempo para el esfuerzo colonizador del territorio interior de la isla, así como el momento para la implantación de determinadas especialidades agrarias orientadas a la exportación. Es el caso del azúcar, primero y del vino, después. Productos que se exportaban directamente desde los puertos y fondeaderos más próximos a los ámbitos de cultivo más significados, la comarca de Daute y el valle de La Orotava. Esto tendría una influencia clara en la parálisis urbanística del puerto de Santa Cruz y la concentración de las actividades comerciales y de intercambio en la villa norteña de Garachico y el puerto de la Orotava.
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1701 SANTA CRUZ DE TENERIFE

La organización urbana primitiva alrededor de aquel embarcadero, existente en esa época, quedaría representada de una manera más precisa en el dibujo realizado por el militar Tiburcio Rosell a comienzos del siglo XVIII. Allí, en escorzo axonométrico, se observa la forma consolidada de aquel asentamiento costero que constituía una de las puertas de acceso a la isla. En el bosquejo de Rosell, se aprecia la escasa transformación producida a lo largo de toda la centuria anterior. Si bien se ha consolidado y extendido la fortificación y amurallamiento de la costa con la construcción de la batería del Rosario al Norte, también habrían empezado a definirse otros elementos urbanos significativos en la futura estructura de la villa.

Es el caso de la plaza de la Constitución o de la Candelaria, en la trasera del castillo de San Cristóbal; un espacio en el que las edificaciones se habrían dispuesto de tal manera que se ha conformado ya claramente en su típica forma rectangular y de la que parte, en extensión hacia el Oeste, la calle del Castillo. Ya se han empezado a construir también los edificios que albergan a los conventos de Santo Domingo y San Francisco. El camino hacia la ciudad de La Laguna, capital entonces de la isla, se perfila en prolongación de la calle de la Noria. Podemos observar que junto a su inicio se accedía al puente de madera que comunicaba con el barrio del Cabo. Probablemente, el dibujo de una estructura en uno de sus extremos representaría la noria que daba nombre a aquella vía. La iglesia de la Concepción muestra ya la forma básica rectangular que se mantiene hasta nuestros días, estructurada entonces en tres naves paralelas bajo cubiertas de madera a dos aguas.

 

tenerife por coello.jpgEn el siglo XVIII se produjo la primera expansión de Santa Cruz, derivada de una serie de factores, como el traslado de la residencia del comandante general desde la ciudad de La Laguna al castillo de San Cristóbal.

La destrucción a comienzos de ese siglo XVIII del puerto de Garachico, la otra entrada importante a la isla, acelerará como contrapartida el crecimiento de Santa Cruz de Tenerife. Un plano significativo que representa ese momento de transición es el que dibujaría otro ingeniero militar, Joseph Ruíz, 70 años después. De su lectura se desprende que, de repente, el caserío había experimentado en esas décadas un crecimiento notable.

Defensa de Santa Cruz - despliegue de las baterías de costa, castillos y fuertes.jpgAparece con rotundidad un nuevo elemento imponiéndose al perfil de la costa y adentrándose claramente hacia el mar. Es el reciente muelle que se ha construido al norte del Castillo de San Cristóbal. Un esfuerzo de ingeniería marítima que busca la mejora del acceso a la isla con una infraestructura portuaria que permita las operaciones de estiba y desestiba en mejores condiciones.
Se observa ya la muy completa fortificación de la costa, ocupando toda la orilla desde el extremo más septentrional, con varias baterías colocadas en posiciones estratégicas, llegando hasta el barranco de Santos. Esa muralla se prolonga más allá hacia el Sur desde el Cabo, barrio que ha experimentado un escaso crecimiento hasta entonces. Este importante esfuerzo de amurallamiento, que le valdría a la ciudad el título de Plaza Fuerte, trataba de responder a los constantes y reiterados ataques a las islas de piratas y corsarios ingleses, holandeses y franceses.
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1771 SANTA CRUZ DE TENERIFE

El mapa refleja 4 elementos geográficos básicos para entender la estructura de la ciudad. Son los barrancos y barranquillos que cruzan el núcleo de Este a Oeste. El más relevante es el barranco del Santos que establece un límite urbano claro al sur; mientras que el llamado barranquillo del Aceite define una grieta entre el caserío consolidado y el nuevo barrio de Villaflor, situado hacia el suroeste. Este eje coincide con el desarrollo de la actual calle de Imeldo Serís. Otros dos barranquillos se dibujan, uno primero, denominado antiguamente de Guaite, que coincide con la traza del viario situado lateralmente a la plaza del Príncipe y su prolongación hacia el parque de García Sanabría; una segunda escorrentía divide el espacio del futuro barrio del Toscal, coincidiendo espacialmente con la actual calle de San Antonio.

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1783 Santa Cruz de Tenerife

A lo largo de la segunda mitad del XIX, Santa Cruz de Tenerife contó con una explosión demográfica debida al desarrollo socioeconómico y a la consolidación de la ciudad al amparo de su función portuaria. El puerto demandaba una importante mano de obra que, procedente del interior y de las islas menores, exigía viviendas y, en consecuencia, un incremento del espacio edificable.
Esto ocurre en el momento en el que se aprobaban a nivel nacional las Leyes de Ensanches, mecanismos de control de la administración estatal sobre las propiedades, las expropiaciones, las ordenanzas de edificación…
Según esta legislación, los ayuntamientos, una vez aprobadas por el Ministerio de Fomento las obras de ensanches, convocaban un concurso público para la elaboración del Plan de Extensión de la población, consignando en el presupuesto municipal la cantidad necesaria para atender a los gastos ocasionados por el proyecto. Pero en Santa Cruz la técnica urbanística que regulaba el crecimiento de la población fue un fracaso como formula jurídica. El ensanche no estaría protagonizado por la administración pública o central. Asimismo, la municipalía no contaba con capital suficiente para financiar el plan de extensión de la ciudad, ni con técnicos cualificados para acometer el proyecto. El crecimiento de la población en Santa Cruz de Tenerife estaba dirigido por la iniciativa privada, especialmente por la burguesía, grupo social que ejercía el poder socioeconómico y que exigía una renovación de la ciudad acorde con su ideología racional-liberal. Este grupo rector de la sociedad decidía participar en la expansión de la urbe a través de «sociedades constructoras de edificios urbanos», asociaciones que nacieron con fines filantrópicos. La Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas, fundada en 1888 tenía como objeto «…La construcción y reedificación de edificios públicos y de particulares, aprovechamiento, canalización y distribución de aguas y otras obras que convengan a esta Capital o redunden en beneficio de la misma o de otros pueblos de la isla de Tenerife…». Igualmente, la Sociedad Cooperativa de Producción de Tenerife, fundada en 1905, excluía todo lucro o ganancia, con el fin de «…construir para cada uno de los asociados, una casa habitación, estimular la virtud de la economía y desarrollar entre sus miembros, cuales quiera otras instituciones que completen su propósito del socorro mutuo…».
El Ayuntamiento fomentó la existencia de estas sociedades, que dejaron su impronta urbanística en Santa Cruz, reemplazando la labor de las corporaciones locales. Las sociedades de reformas urbanas se fundaron sobre las siguientes bases: Construcción de viviendas para las clases medias-bajas obreras; Mejorar las condiciones de salubridad de las viviendas y de la ciudad en general (alcantarillas, canalización y abastecimiento de agua);  Fundación de nuevos barrios; Posibilitar el acceso a la vivienda en propiedad a las familias con menor poder adquisitivo mediante el sistema de venta o financiación a plazos; Acabar con los altos alquileres; Creación de puestos de trabajo en el sector de la construcción para «…obreros honrados y laboriosos, deteniendo tal vez en mucho la emigración de esta clase que llena de privacidades abandona nuestro suelo en busca de fortuna casi siempre mentida…». 
Los resultados de la labor emprendida por estas sociedades constructoras no fueron nada despreciables: Revalorización de los terrenos adquiridos; Aumento de las arcas municipales; Aprovechamiento racional del espacio; Incorporación de los materiales y técnicas constructivas empleados en Europa; Fomento de las inversiones mobiliarias; Mejoras en las condiciones de ornato y comodidad de las viviendas.
Las consecuencias derivadas de la actividad de aquellas sociedades constructoras beneficiaron fundamentalmente a la iniciativa particular. A partir de este momento, la ciudad se convirtió en un negocio donde el valor del precio del suelo actuaba como principio discriminatorio. Los costos del terreno y de la edificación en determinadas áreas de la ciudad se revalorizaron, reservándose para los grupos en el poder. De esta manera, las sociedades constructoras que nacieron con fines filantrópicos se convirtieron en empresas lucrativas al servicio de la clase social que ejercía el poder socioeconómico y político. Como dice Benévolo «… Conviene a toda la burguesía conceder privilegios a un sector atrasado para convertir en automático el siguiente mecanismo: defendiendo sus intereses, la propiedad inmobiliaria defiende los intereses generales de la clase dominante…». En consecuencia, a finales del XIX se producía en Santa Cruz una segregación social del espacio urbano, reservándose la burguesía el centro histórico (plaza Candelaria, calle del Castillo y barrio de los Hoteles) y desplazando a las clases obreras a los barrios periféricos del ensanche (Duggi y Salamanca). 
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1888 Ensanche de SANTA CRUZ DE TENERIFE

La primera iniciativa de expansión de la ciudad se debía a la Sociedad Constructora de Edificios Urbanos, fundada en 1866. Ésta proyectaba crear un barrio nuevo y dirigir el ensanche de la población hacia el N.O. de la ciudad, en una zona comprendida entre la  calle de Méndez Núñez, la calle del Pilar, el paseo de los Coches y la carretera a La Laguna.
El nuevo barrio presentaba un trazado reticular y fue urbanizado a base de pequeñas manzanas, con una parcelación sensiblemente homogénea. Al parecer, tal como se muestra en los planos de finales del siglo XVIII, se había iniciado a fines de esta centuria, al oeste de la calle Suárez Guerra y final de la calle del Castillo, una planificación regular con manzanas que se cortaban en ángulos rectos, pero los terrenos permanecieron sin urbanizar ni edificar hasta la segunda mitad del XIX.
La planificación del barrio de la Constructora estaba vinculada a 2 reformas urbanas de gran interés para la capital: la ampliación de la calle del Castillo y la apertura de la plaza de Irineo González, proyectos firmados por el arquitecto municipal Vicente Armiño. Con la prolongación de la calle del Castillo, desde la calle Suárez Guerra hasta la plaza del Hospital Militar, se unificaban 2 centros neurálgicos de la ciudad: la plaza Weyler y la plaza de la Constitución. La primera, sede del poder militar; la segunda aglutinaba al poder civil y económico. La calle del Castillo, convertida en calle mayor de la ciudad, estaba embellecida con edificaciones de 2 ó 3 plantas construidas por los arquitectos Manuel de Oraá y Arcocha, Manuel de Cámara y Vicente Armiño.
La plaza de la Constructora era un espacio reducido concebido como lugar de tránsito o de descanso, espacio verde que contribuye al ornato de esta parte de la población al realzar la monumentalidad del edificio del Instituto de Bernabé Rodríguez Pastrana creado por Manuel de Oraá en 1869.
En 1888 la Sociedad Constructora se disolvía sin llevar a término el vasto programa de ensanche de la población.
El Ensanche del barrio de los Hoteles: metáfora de la ciudad jardín. El barrio de los Hoteles fue construido por la Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas (SERU), que iniciaba su actividad en 1888. Su objetivo era proseguir la expansión de la población hacia el N.O. En 1888, la SERU encargó a Manuel de Cámara, arquitecto de la Sociedad, la elaboración del plano de la zona factible para crecimiento de la población. Pero el plan, aprobado en 1889 por el Ayuntamiento, afectaba al sector comprendido entre las calles Viera y Clavijo, Méndez Núñez, Paseo de los Coches, Gran Vía y Numancia. La idea de Cámara era desplazar el eje de crecimiento de la ciudad hacia el N.O., en tomo a un eje rectilíneo que atravesaba manzanas regulares que cruzaban la ciudad por el oeste. Esta avenida diagonal, propuesta por Patricio Estévanez, partía de la plaza Weyler y se dirigía hacia Pino de Oro. En el encuentro con la calle de Viera y Clavijo y el Paseo de los Coches se proyectaban 2 plazas, circular (la actual plaza Veinticinco de Julio) y elíptica (convertida en encrucijada de caminos al prolongarse la Rambla hacia el N.O.) «…destinada a hermoso punto de recreo en cuyas inmediaciones se dibujó la idea de una especie de parque donde pudiera hallarse como en otros países acontece, alguna distracción, un restaurante, y un lugar donde refrescar, tomar chocolate, leche, etc…». De esta manera se pretendía unificar 3 centros urbanos con funcionalidad diferente: la plaza Weyler (zona militar-administrativa), la plaza 25 de Julio (zona residencial elitista) y la plaza elíptica del paseo de los Coches (zona de esparcimiento y recreo).
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1891 Ensanche SANTA CRUZ DE TENERIFE

En el proyecto de ensanche de Manuel de Cámara se hallaban implícitas 3 de las propuestas urbanísticas más importantes de finales de siglo XIX:
Creación de grandes vías. Apoyada en proyectos como la avenida de José Antonio o Gran Vía madrileña, en la Gran Vía  de Granada o en la Vía Layetana de Barcelona, se proyectaba la actual calle Veinticinco de Julio para solventar problemas de tráfico y comunicación entre los distintos sectores de la población. 
Creación de una ciudad jardín. En el documento de Cámara estaban presentes las ideas de Howard al proyectar una gran plaza central de la que partían vías de comunicación que separaban manzanas inscritas, en este caso, en una superficie cuadrangular, conformadas por edificaciones con entorno ajardinado. El tipo de residencia diseñado para la SERU con casas a modo de hotelitos con jardines y la propuesta de parque, entre las calles de Numancia, Méndez Núñez, los Campos, y Paseo de los Coches, prolongándose en triángulo hacia Pino de Oro, permite usar la metáfora de ciudad jardín o ciudad verde, «ciudad de salud y ciudad del placer». Sin embargo, en Santa Cruz, el barrio de los Hoteles únicamente tenía de la ciudad verde de Howard los jardines que decoraban sus fachadas, pues el sector estaba reservado, en el centro histórico de la ciudad, a la burguesía, con una clara función residencial. 
Creación de espacios verdes que contribuían no solamente al embellecimiento de la urbe, sino también al esparcimiento de sus habitantes. No obstante, el parque, aunque aparecía trazado en la prensa desde finales del XIX, no se proyectó hasta las primeras décadas de la presente centuria.
La formación de barrios obreros: el ensanche del barrio Duggi y Salamanca. La urbanización del barrio Duggi, sector comprendido entre el camino de la Costa, la carretera a La Laguna, la calle de Galcerán y el barranco de Santos, se inicia en el último tercio XIX. Los terrenos pertenecían a Luis Duggi, quien en 1784 exponía al Ayuntamiento su propósito de dedicar su finca al ensanche de la población. En esta fecha, la corporación municipal autorizó a Luis Duggi un plano de urbanización propia, pero respetando la alineación fijada por el arquitecto municipal y solicitando licencias de construcción de edificios. En 1888, la urbanización del barrio fue aprobada por el Ministerio de Fomento, aunque Duggi ya había costeado la apertura de las calles Serrano, Porlier, Cairasco, Femando y Galcerán. En 1893, el Ayuntamiento encargaba a Antonio Pintor un proyecto de apertura de nuevas calles. En la memoria descriptiva del proyecto de Antonio Pintor se advertía la necesidad de que dicha zona se convirtiera en un barrio obrero, con viviendas económicas e higiénicas: «…y al abrir sus calles y construir sus casas apropiadas para las clases trabajadoras no hay que dudar que a él acudirán gustosas desalojándose o no hacinándose como lo están hoy en las ciudadelas…». 
Nuevamente, en 1900, el arquitecto municipal recibía el encargo de elaborar un proyecto de conjunto del barrio Duggi. La iniciativa partía del Ayuntamiento, que necesitaba la declaración de utilidad pública para dicha empresa como único medio legal del que disponía la municipalía para intervenir en las construcciones a realizar, fijando alineaciones y rasantes y apropiándose de terrenos necesarios para las vías públicas. El proyecto no fue aprobado, pues la Comisión Permanente de Obras señalaba la necesidad de armonizar este documento con el futuro Plan de Ensanche de la Zona Sur de la Población.
Por otra parte, al estar ubicado en el extrarradio de la ciudad, próximo a la carretera a La Laguna, única vía de comunicación con el resto de la isla y por la que ascendía el tranvía eléctrico que unía Santa Cruz con La Laguna y Tacoronte, se puede llegar a decir que el barrio Duggi reunía las condiciones pertinentes para instalar en él una ciudad lineal. Ésta, la ciudad lineal, fue proyectada por Arturo Soria y definida por la relación entre los medios de transporte y la edificación. En Santa Cruz de Tenerife, ésta podía proyectarse como una larga franja urbanizada que uniría mediante el tranvía, inaugurado en 1901 (en sustitución del ferrocarril), las 2 ciudades más importantes de la isla: el núcleo capitalino y la antigua capital de La Laguna. La actual rambla de Pulido se convertiría en el principal eje de comunicación del sector. A ambos lados de la vía se dispondrían bandas de terrenos edificables divididos en manzanas rectangulares y separadas por vías secundarias perpendiculares a la principal. En la ciudad lineal de Arturo Soria «otras dos vías periféricas limitarían el ancho de las bandas edificables, y al otro lado de ellas dos nuevas franjas, plantadas de bosque éstas, servirían de transición entre la ciudad y el terreno, en el cual podrían instalarse a distancia conveniente los establecimientos agrícolas e industríales». En el caso de Santa Cruz, al sur del barranco de Santos y al oeste del Paseo de los Coches, ambos convertidos en zonas verdes, se ubicarían las zonas agrícolas e industriales. En Santa Cruz estas propuestas urbanísticas, tan en boga a nivel nacional a finales del siglo XIX, no tuvieron repercusión alguna. La ciudad lineal pretendía regularizar y controlar el precio, uso y propiedad del suelo a fin de acabar con la especulación. Efectivamente, las mayores rentas del suelo urbano fijeron las que promovieron las reformas urbanísticas acaecidas en la ciudad santacrucera.
En cuanto al barrio de Salamanca, constituye un núcleo poblacional situado al poniente del Paseo de los Coches. Esta zona fue considerada hasta principios de siglo como lugar a la afueras de la población, y por ello un lugar idóneo para dirigir hacia ella el ensanche de la ciudad. En 1901 se solicitó al arquitecto municipal fijar las alineaciones del camino de Salamanca. En el proyecto el arquitecto municipal, Antonio Pintor, formulaba las reformas urbanísticas que diseñarían el futuro plan de ensanche de la zona del N.O., en el que se inscribía el barrio de Salamanca: «…para facilitar el aprovechamiento de los terrenos situados a uno y otro lado del trozo de la calle de La Laguna, comprendido entre el camino de Salamanca y la rambla XI de Febrero, dividida en dos la enorme manzana limitada por las citadas vías, conviene abrir una calle que seguramente aceptarán sin modificación los que estudien el proyecto de ensanche, siguiendo la dirección que se ha indicado para la desviación del barranquillo. Combinando estos proyectos, la misma zona del terreno servirá para la ejecución de ambos, obteniéndose en las expropiaciones una economía considerable; debiendo advertirse que hoy pueden adquirírse con facilidad por estar libres de toda construcción mientras que, si se deja pasar algún tiempo y se cubre de casas todo el lado derecho de la carretera el importe de las expropiaciones subirá considerablemente …»
Por aquel tiempo comenzaban a proliferar pequeñas y modestas construcciones pertenecientes a la clase media-baja y obrera, que huía de los altos alquileres del centro de la ciudad, pero el plan de ensanche se retrasaba. 
También en estas fechas, Manuel de Cámara publicaba en la prensa sus ideas sobre la ordenación del sector. Admitía que el barrio de Salamanca podía reservarse para las clases sociales más modestas, las cuales buscaban casas alejadas del centro, «baratas y saludables». Del mismo modo, los solares de Salamanca, según el mencionado arquitecto, eran apropiados para aquellos grupos sociales que, sin alejarse del mundo de los negocios, ubicaban sus casas de recreo en las proximidades del centro histórico. Desde el punto de vista de la edificación, diseñaría viviendas similares a las levantadas en el barrio de los Hoteles, es decir, casas a modo de chalets modernos rodeados de jardín, pero en torno a una gran vía que enlazaría la carretera de La Orotava con la rambla XI de Febrero. Cámara se pronunciaba en estos términos: «…Si aquí hubiera capitales y gusto pudiera hacerse de aquella parte de la ciudad un barrio saludable y hasta bonito. Construida en él una serie de pequeñas casas, pero no terreras, sino con apariencia del moderno chalet, daría bello aspecto a todo aquello, si se le rodea de pequeños jardines; si las calles tienen sus correspondientes árboles; y prestaría cómodo albergue a muchas familias que necesitan ciertas condiciones en la salubridad de la casa y del ambiente que respiran. En muchas ciudades con ensanches modernos, hay barrios donde las personas de modestos posibles, buscan habitaciones apartadas del centro, baratas y en situación saludable y alguno que tiene gusto y puede permitirse el lujo de una casa de recreo, allí la suele tener sin alejarse de sus negocios…».
La propuesta de Cámara no pasó de ser una mera formulación teórica e idealista. Nuevamente, en 1904, el Ayuntamiento capitalino encargó al arquitecto municipal la formalización del proyecto de extensión de la ciudad hacia el N.O. El plan elaborado por Antonio Pintor presentaba el actual barrio de Salamanca con un trazado reticular con manzanas cortadas en chaflanes, como prolongación de la malla urbana diseñada para la zona comprendida entre la carretera a La Laguna, la rambla XI de Febrero y la calle 25 de Julio.
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1904 Ensanche SANTA CRUZ DE TENERIFE

Pero faltaban aún los recursos económicos y los medios legales para que el ayuntamiento capitalino adquiriera los terrenos necesarios para la apertura de nuevas calles y, en definitiva, para consumar el plan de ensanche. Las edificaciones continuaron, y en los planos de principios del siglo XX se observa que las construcciones ocupaban un amplio perímetro, aprovechando la prolongación y alineación del  camino de Salamanca. Antonio Pintor fue requerido para trazar nuevamente el sector situado encima del camino de Salamanca, que, finalizado el 10.3.1911, hubo de ser rectificado años después por Otilio Arroyo».
Restaba por planificar y urbanizar los terrenos comprendidos entre el barrio de la Constructora y el barrio de los Hoteles, es decir, el espacio limitado por la carretera La Laguna, el Paseo de los Coches y la Gran Vía. A resultas de ello, el Ayuntamiento encargó al arquitecto municipal, Antonio Pintor, la formalización del proyecto.
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1913 Santa Cruz de Tenerife

Al respecto, el arquitecto municipal afirmaba «…si se quiere construir al NO de la población un barrio de ensanche bien trazado e higiénico se hace preciso después de aprobar el proyecto que se estudiara si VE. se sirve ordenarlo adquirir los terrenos que deben ocupar las calles, explanarlos y establecer los servicios de agua y alcantarillado y de no hacerlo así y cuanto antes resultara por la forma en que están divididas las propiedades por aquella parte, un barrio lleno de defectos y sin ningún enlace con el resto de la población…». El plan presentado por Antonio Pintor en 1904 organizaba el espacio con manzanas regulares dotadas de chaflanes en las esquinas.
El técnico municipal proponía continuar la retícula al poniente del Paseo de los Coches, actuando el citado camino como vía diagonal. La retícula se salvaba a la altura de la plaza de toros mediante dos manzanas ubicadas a espaldas del edificio y en forma circoagonal.
Igualmente, en la confluencia con la Gran Vía se abría una amplia plazoleta circular, encrucijada de las más importantes calles de la población. Asimismo, el proyecto de ensanche de 1904 interesaba porque mostraba la estrecha vinculación con el urbanismo de las principales ciudades españolas, es decir, con el plan de Ildefonso Cerda para Barcelona y con el madrileño barrio de Salamanca. No obstante, el plan de Antonio Pintor no se llegó a poner en práctica, pues no cumplía con los requisitos exigidos por la Ley de Ensanches. Habría que esperar al mandato de García Sanabria para contar con el primer plano topográfico y el primer plan de ensanche de Santa Cruz de Tenerife. 
En definitiva, la ciudad de Santa Cruz no contó con un plan de ensanche de la población hasta principios del XX. En su ausencia se realizaron únicamente proyectos urbanísticos a corto plazo y referidos a áreas limitadas, que describían con detalles las alineaciones y rasantes de calles, vías abiertas y las edificaciones construidas. Aquellos documentos no se concebían como planes de ensanche en cuanto que no proponían soluciones urbanísticas reguladoras del futuro solar urbano. Todo plan de ensanche debía garantizar la racional ordenación y urbanización del suelo así como la edificación.
En Santa Cruz de Tenerife la expansión urbana ha carecido de coordinación general, presentando cada barrio (Duggi, los Hoteles, Constructoras…) una morfología peculiar. Es decir, la expansión se ha realizado a base de sectores autónomos sin aparente conexión.
plano01Además, en cada uno de los barrios del ensanche estaban implícitas propuestas urbanísticas tan significativas a nivel nacional e internacional como la «ciudad jardín» y la «ciudad lineal», pero la obsesión del grupo que ejercía el poder político y económico por obtener las mayores rentas del suelo llevó a que estas propuestas no tuvieran ninguna repercusión en la ciudad capitalina.
Asimismo, entre las razones que explican el retraso en la aprobación y ejecución de los planes de ensanche de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife señalamos la carencia de recursos por parte del Ayuntamiento para ofrecer incentivos a los arquitectos encargados de la elaboración del proyecto y para ejecutar las operaciones qué todo plan de ensanche implica (expropiación, indemnización y reparcelación de propiedades), y la lentitud administrativa en la aprobación del proyecto. Los planes de ensanche tenían que seguir un lento y largo camino burocrático y administrativo (aprobado por la Comisión de Ornato y por la Corporación en Pleno, pasaba al Gobierno Civil, quien debía enviarlo al Ministerio de la Gobernación y de ahí al Ministerio de Fomento); el antagonismo entre la postura oficial y la de los particulares y, por último, la ausencia de técnicos especialistas (la redacción de un plan de ensanche exigía una formación técnica e integral, pues requería un análisis pormenorizado de diferentes materias tales como demografía, geografía y meteorología, etc.).

A finales del siglo XIX, al perder España su imperio de ultramar, la entrada del siglo XX viene marcada por el fin de las relaciones comerciales de la metrópoli con sus colonias, y en consecuencia, Tenerife se verá afectada en su tráfico marítimo y comercial por ser escala de estas rutas. Se continúa con la expansión del cultivo del plátano y tomate, siendo los ingleses sus principales promotores.

En el siglo XX y con la llegada de la modernidad y el «boom» demográfico, la ciudad extendió sus límites todo lo posible hasta convertirse en la gran urbe que es hoy y cuyas fronteras se desdibujan por la cercanía de las aglomeraciones urbanas de los municipios colindantes. La Primera Guerra Mundial supuso un corte en las comunicaciones marítimas escaseando productos, momento en el que aparece el hambre y se desencadena la emigración.

Durante la dictadura de Primo de Rivera se funda la refinería de petróleo CEPSA en Santa Cruz de Tenerife y hay un relanzamiento de las obras públicas al construirse las primeras carreteras de Tenerife y del Archipiélago. Se recupera el mercado del plátano y del tomate, siendo el mercado inglés el que absorbe la producción. En las primeras décadas del siglo XX aparecen partidos políticos de corte regionalista y pequeños grupos políticos de inspiración nacionalista.

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1920 SANTA CRUZ DE TENERIFE

La Ley de Cabildos de 1912, base de nuestros cabildos actuales, vino a mitigar las rivalidades interinsulares, liquidándose en 1927 un pleito que duraba más de un siglo con el decreto de la división provincial, creándose dos provincias en el archipiélago canario.

La década de los 40′ se caracteriza por la escasez y la lucha por la subsistencia, no sólo en Tenerife, sino en todo el archipiélago, claras consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil española y, por supuesto, el bloqueo económico al que fue sometido nuestro país por parte de los aliados o triunfadores de la Segunda Guerra Mundial. Fueron años de emigración, de racionamiento, de estraperlo, etc.

Canarias pierde, por culpa de los años de autarquía a la que fue sometida España, los mercados tradicionales de Europa, siendo el mercado peninsular el que absorbe la producción de Tenerife y de Canarias de plátanos y tomates.

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1943 SANTA CRUZ DE TENERIFE

Con el objeto de homogeneizar las diferentes partes de la ciudad y para definir una estructura jerarquizada con una correcta clasificación del suelo urbano en función de su uso, se redactó en 1951 el Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz de Tenerife, aprobado definitivamente en 1957, apoyado en la Ley del Suelo de 1956.

Este documento tenía categoría de Plan de Ordenación Urbana ya que presentaba una serie de objetivos inherentes a su específico carácter. Entre ellos cabe señalar una percepción orgánica, jerarquizada y estructurada de la ciudad; la aplicación del concepto urbanístico de zonificación, precisando una clasificación del suelo urbano en función de su uso (comercial, industrial y administrativo); la tendencia a homogeneizar los diferentes barrios de la ciudad, en referencia a los servicios desempeñados y a su estructura urbanística; evitar la densificación en el centro de la ciudad, procediendo a una revalorización de los precios del suelo e impulsando a la población hacia el alojamiento periférico; y a garantizar la accesibilidad interior.

No obstante, en su esencia, el Plan General de Ordenación Urbana de 1957, planteaba una serie de utopías basadas en teorías ideales, sobre todo en lo que respecta a la planificación de la ciudad, que no se correspondían con la realidad geográfica y temporal. Por otro lado, el referido Plan contravenía la Ley del Suelo de 1956, puesto que solo preveía dos categorías o tipos de suelos: urbano y rústico. Por ello, y aprobado el Plan en 1957, el Ayuntamiento promovió diversos proyectos de modificación y planes parciales, concebidos como documentos que legalizaban una situación contraria a la normativa vigente en lo referido a uso, función, edificación y volumen.

Entre los planes de carácter parcial o específico elaborados con posterioridad al Plan General de Ordenación Urbana de 1957, merece una singular referencia el Plan Especial de Reforma Interior del Centro Histórico (PERI), por sus aportaciones y las vinculaciones, en cierta manera, con el Plan vigente (PGOU 1992).

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El PERI, fundamentalmente, procuraba restituir los viejos tejidos históricos y dotar de equipamientos adecuados y nuevos usos a los barrios incluidos en su ámbito. El PERI, además, intentaba solventar el problema de zonificación acercando los valores de densidad a las ya previstas en el Plan General de 1957 mediante una serie de normas e igualmente planeaba optimizar la estructura urbana racionalizando los problemas de tráfico. Sin embargo, como se ya se sabe y se ha expresado suficientemente en los documentos de esta Revisión, el PERI fue declarado nulo por Sentencia del Tribunal Supremo.

A partir de la década de 1960 se supera ampliamente el límite municipal, en terrenos próximos y más baratos, ocupados casi siempre por la población inmigrante que viene atraída por el importante dinamismo capitalino. Este crecimiento de la segunda mitad del siglo XX se articula sucesivamente en torno a tres vías: la carretera general de La Laguna–La Cuesta; la carretera general del Sur hacia El Rosario y, posteriormente, la propia autovía TF-5 hacia La Laguna. De hecho, el desarrollo urbano, sobre todo en su extensión hacia el oeste y sur, ha estado muy condicionado por las vías de comunicación, con la creación de una retícula en la que quedaban como intersticios espacios no urbanizados que progresivamente iban colmatándose.
Este es el caso del área entre los barrancos de Santos y de El Hierro, en donde quedaron hasta finales del siglo XX espacios dedicados a la agricultura, pues su elevada rentabilidad propició su establecimiento hasta la década de 1970, al competir su renta ventajosamente con la demanda de suelo urbano; en esta época, en el plano de la ciudad se apreciaba el sector situado en la margen izquierda del barranco de Santos como un núcleo denso y compacto de edificaciones, mientras que la margen derecha aparecía tamizada de barrios y edificios de distinto tamaño con espacios no urbanizados.
La progresiva ocupación de los espacios no urbanizados de las áreas centrales de la ciudad y las limitaciones topográficas antes descritas impulsaron en las últimas décadas del siglo XX el crecimiento urbano hacia el suroeste, siguiendo la carretera de El Rosario como eje inicial (en parte en los terrenos baldíos cedidos en 1968 por el municipio de El Rosario), en algunos casos, en nueva urbanización (Añaza) y en otros por agregación de lo preexistente: Buenos Aires, Chamberí, Taco (que enlazan con la propia urbanización de La Cuesta), pero también, y hacia el sector cedido por El Rosario, Tíncer, El Sobradillo, Llano del Moro, La Gallega y Bco. Grande, entre otros; estos barrios, sin embargo, han mantenido ciertos rasgos de autonomía propios de una zona de nueva urbanización, y manifiestan una cierta desarticulación con el conjunto del municipio. Además, y ya en los últimos años, se produce la consolidación del segmento de la avenida 3 de Mayo, con nueva edificación en parte sobre terrenos cedidos por la refinería.
Fueron numerosos los planes parciales ejecutados en Santa Cruz de Tenerife, con carácter residencial, industrial, comercial y administrativo (a la promoción) particular (iniciativa privada) o pública (Ayuntamiento y Ministerios de la Vivienda): Plan Parcial del Centro Comercial (1961, firmado por F. Aznar Ortiz y F. Sáenz Marrero); Plan Parcial de Los Gladiolos (1963, firmado por Luis Cabrera Sánchez Real, Javier Diaz Llano y Vicente Saavedra Martínez); Plan Parcial de Ofía (1963, firmado por Luis Cabrera Sánchez Real, Javier Diaz Llano y Vicente Saavedra Martínez); Plan Parcial de Ifara (1964, firmado por Rubens Henríquez); Plan Parcial del Centro Comercial (1966); Plan de Polígono Costa Sur (1967, firmado pot Enrique Rumeu de Armas).
En Santa Cruz de Tenerife también se aprueban planes especiales de modificación como escape para realizar un planeamiento parcial sin necesidad de ninguna referencia a un orden superior. Ello significa una reforma de las propuestas del plan general de ordenación urbana con fines fundamentalmente especulativos. Ejemplo significativo lo constituye el plan de modificación de Las Colinas que aprovecha un suelo reservado a zona verde para establecimientos de tipo residencial.
El Plan de las Colinas fue redactado por los arquitectos Francisco Aznar Ortíz y Vicente Saavedra Martínez, y aparece firmado en diciembre de 1967. La superficie afectada por este planeamiento comprendía las estribaciones del macizo Anaga entre las cotas 10-540m.
El plan general de las Colinas contenía numerosos proyectos de urbanización, parcelaciones y planes parciales de la distintas agrupaciones poblacionales asentadas en las Colinas, es decir, en el Monte de las Mesas (540 m.) y en las faldas del Pico de la Meseta (278 m.) y del Risco Caído (373 m.). Este planeamiento fue promovido por los popietarios de las fincas, los cuales presentaron al Ayuntamiento capitalino planes parciales y proyectos de urbanización de la zona para su tramitación y aprobación. La corporación municipal aprobó con carácter provisional aquellos que tenían categoría de plan parcial (Ifara, Ventoso y Las Mesetas), mientras que otros fueron devueltos por no reunir las condiciones exigidas. Los propietarios de las fincas, sin esperar la aprobación definitiva comenzaron a acometer las obras de urbanización, e incluso el Ayuntamiento concedió licencias para la edificación. Sin embargo, la Comisión Central de Urbanismo no resolvió satisfactoriamente estas propuestas urbanas. Ante este problema, que escapaba a la iniciativa privada, la corporación proponía como solución una modificación del plan general de ordenación urbana para éste área. La Modificación del PGOU se  entiende como figura que legaliza una situación contraria a la normativa vigente en lo referido a uso, función, edificación y volumen. Uno de los objetivos fundamentales que perseguía este plan era delimitar el suelo de reserva urbana. La división formal del territorio en suelo  urbano, de reserva urbana y rústico había sido impuesto por la Ley del Suelo de 1956, pero el plan general de urbanización de Santa Cruz, redactado con anterioridad a la aprobación de la legislación urbanística, solamente distinguía dos categorías de suelo: urbano y rústico, sin que exista la reserva urbana.
El plan general había fijado el límite de la ciudad en las laderas de las Colinas, a las que consideraba como suelo rústico. La modificación de las Colinas señalaba la posibilidad de urbanizar dicho espacio creando dos zonas de reserva urbana: una ciudad jardín de viviendas unifamiliares (zona residencial para la clase media y alta que completa algunas de las laderas no incluidas dentro de los planes parciales y proyectos de urbanización presentados) y otra de uso industrial (ligada al Puerto y asentada en el barranco de Tahodio, y con la que se resuelve un problema de extrema gravedad: la escasez de terrenos adecuados para el establecimiento industrias y almacenes vinculados al Puerto).Asimismo, planteó la conveniencia de urbanizar con fines turísticos algunas de las fincas de suelo rústico, excepcionalmente ubicadas en los barrancos del Macizo de Anaga.
Este planeamiento de las Colinas concedía importancia a la infraestructura viaria. El plan de 1957 sólo preveía la Vía de Cornisa como arteria obligatoria. El nuevo plan general de las Colinas, admitía la vía de cornisa como única vía que enplaza las distintas urbanizaciones de la zona, pero proyectaba nuevas conexiones entre los viarios de los planes parciales. El plan general de las Colinas se completaba con la redacción de unas ordenanzas complementarias, que tenían como objetivo: controlar el volumen y la densidad de población
En este planeamiento también estaba presente una distribución de las densidades de población en función de la orientación del terreno y de las vistas. De esta manera, se situaban las densidades más elevadas en los terrenos con cotas más bajas descendiendo el número de habitantes, en las partes más altas.
Con respecto al planeamiento a escala extramunicipal, impuesta en la normativa de 1956, Santa Cruz de Tenerife al igual que el resto de las ciudades canarias se vio privada de planes de ambito supraminicipal. La falta de técnicos, de voluntad política y de un órgano de gestión con capacidad de promoción e inversión imposibilitaron la puesta en práctica y la ineficacia de este planearniento. En este sentido señalamos la iniciativa de los Ayuntamientos de Santa Cruz, La Laguna, El Rosario y Tegueste, para ejecutar un plan comarcal. La fusión urbanística, que abarca la futura área metropolitana de Tenerife, responde también a una fusión social y económica. Sin embargo, la rechazada fusión administrativa de los Ayuntamientos, así como, la postura de la iniciativa particular, afectada en sus propiedades por la nueva estructuración del territorio, han hecho inoperante a esta figura del planeamiento.
El plan regional no llegó a prosperar ante la ausencia de una coordinación efectiva política o técnica.
La reforma de la Ley en 1975- 1976, matiza el texto legislativo anterior y regula la formulación de planes especiales de protección y de planes de reforma y saneamiento de la ciudad. Estos se podían formular sin previa aprobación de planes generales y de planes parciales siempre que el planeamiento especial contribuya a la protección del paisaje, a las de comunicación, del suelo, del medio urbano, rural y natural, a la reforma interior y al saneamiento interior a la ordenación de recinto y conjuntos arquitectónicos. Asimismo los planes especiales de reforma interior y saneamiento se encaminan a la descongestión del suelo urbano, a la creación de barrios insalubres, a la resolución de problemas de estética y de circulación. Estos son precisamente los objetivos a resolver con el PERI de Santa Cruz de Tenerife, aprobado por el Ayuntamiento, en 1982, para poner freno al continuo deterioro de las condiciones ambientales y de vida urbana de su centro histórico. Este proyecto coincide precisamente con la campaña del consejo de Europa para el renacimiento de la ciudad, en la que se emplea el slogan de «ciudades para vivir». De esta manera se pretende acabar con la política urbanística regida casi exclusivamente por el aprovechamiento de la capacidad edificatoria del suelo propiciando una especulación que persigue la máxima rentabilidad económica.
No obstante, algunos de sus contenidos fundamentales fueron recogidos en el Plan General de Ordenación Urbana de 1992. Entre ellos, merecen indicarse: la descongestión del suelo urbano, la creación de dotaciones urbanísticas, el equipamiento comunitario, el saneamiento de los barrios y, entre otros temas, la resolución de problemas de estética y de circulación.
El Catálogo de Patrimonio Arquitectónico, de Espacios y Elementos Protegidos contenido en el Plan General de Ordenación Urbana de 1992, proviene en gran medida del Catálogo del PERI, cuyo ámbito territorial abarcaba sólo una parte de la ciudad, delimitada por el Barranco de Almeyda en su confluencia con la Avenida de Anaga, Avenida de José Antonio, San Sebastián, Trasera de la Rambla de los Asuncionistas, Barranco de Santos, Calles Gil Roldán, D.J. Manrique, Camino Oliver, Horacio Nelson, Enrique Wolfson y Avenida 25 de Julio. Por lo tanto el Catálogo de Protección de 1992 amplía el ámbito territorial del PERI, puesto que este había estudiado sólo aquélla parte de la ciudad. Por consiguiente, con respecto al anterior catálogo se añaden núcleos como: Los Llanos, Las Colinas, Vistabella, la fachada marítima hasta San Andrés, núcleos del Macizo de Anaga, como Igueste de San Andrés y Taganana. Otra de las variantes con respecto al PERI fue la catalogación de algunas edificaciones defensivas militares: Castillos, Baterías y Murallas.
Desde la anulación del PERI (por el Tribunal Supremo) la protección del centro histórico de Santa Cruz de Tenerife, hasta 1992, se hizo casi exclusivamente a través de la incoación y declaración de Bienes de Interés Cultural (Monumentos Histórico-Artísticos) para toda una serie de edificios y conjuntos singulares el entorno establecido para su protección.
El Catálogo de Patrimonio Arquitectónico y Urbano de 1992 protegía obras de gran valor histórico, artístico y patrimonial que han sido capaces de definir la imagen de la ciudad. Sin embargo, se percibe en el referido documento un interés por mencionar especialmente la “arquitectura de autor”, obviando en algunos capítulos notables ejemplos de arquitectura civil y doméstica que han formado parte de nuestra cultura arquitectónica y patrimonial. Se protegen así las grandes arquitecturas de promoción privadas, impulsadas por la ascendente burguesía comercial de este período. También la arquitectura racionalista se considera fundamental para comprender el modelo de crecimiento de la inmediata periferia durante los años 40′, destacándose exponentes fundamentales ideados por arquitectos de gran reputación como José Blasco Robles.

El Centro Histórico de Santa Cruz de Tenerife se encontraba en un proceso de degradación física, económica y social, que había llevado a una pérdida de población por emigración hacia otros lugares. Las elevadas tasas de paro (en 1991, en el Centro se localizaba el 50% del desempleo total de la Isla), el cierre de una gran parte de los alojamientos turísticos (en los últimos diez años se cerraron el 44%), el descenso de la actividad desarrollada por sectores como la construcción o la industria (entre 1988 y 1991 la construcción descendió en un 49,56% su actividad, y la industria local registró en un sólo año, el comprendido entre 1988 y 1989, un descenso del 76,52% de los puestos de trabajo existentes) la rehabilitación casi inexistente de edificios, así como el elevado número de viviendas desocupadas (incremento del 95% en el nivel de viviendas desocupadas en los últimos 10 años) hacían prever un futuro insostenible para este área significativa de la ciudad. 

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Delimitación URBAN Tenerife

En este contexto, surge el proyecto URBAN Tenerife con el objetivo prioritario de alcanzar la reactivación económica de los barrios comprendidos y ofrecer alternativas de generación de empleo estable. Concretamente, el Proyecto de Recuperación del Centro Histórico de Santa Cruz establece actuaciones integradas de rehabilitación física y medioambiental, de mejora del tejido económico, y de dotación de equipamiento público y social que pretenden alcanzar los siguientes objetivos específicos:

  • Dignificar el espacio urbano, dotándolo de los equipamientos e infraestructuras adecuados para mejorar la calidad de vida de los residentes, lograr la implantación de nuevas empresas y generar actividad turística.
  • Definir con claridad los espacios del peatón y del vehículo rodado potenciando los recorridos a pie.
  • Acabar con la situación de marginación social que sufren estos barrios y especialmente algunos grupos más vulnerables: tercera edad, sin techo, etc.
  • Recuperar la personalidad perdida del área de la Concepción.
  • Mejorar el tejido económico de la zona y generar empleo.
  • Poner las bases físicas para la implantación de una «zona comercial abierta» en el área URBAN Santa Cruz, entendida como una agrupación de PYMES que, en un espacio urbano determinado, se rige por una gestión integral de los negocios a través de una forma societaria que determina la estrategia y las políticas de actuación empresarial.
  • Lograr la participación e implicación de los ciudadanos en el proyecto

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El Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz de Tenerife databa del año 1.992, y a raíz de la aprobación por Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de Mayo, de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias, el P.G.O.U. debió adaptarse a las determinaciones de la L.O.T.CA., como ésta determinaba en su disposición transitoria segunda.

La Adaptación del P.G.O.U de Santa Cruz de Tenerife está aprobada provisionalmente a fecha de 21.3.2003 y en la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias definitivamente en sesión de 30.11.2005

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La Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, en la sesión celebrada el 30.7.2013, adoptó el acuerdo de “Aprobar definitivamente y de forma parcial el Plan General de Ordenación de Santa Cruz de Tenerife.”

El Sr. Consejero de Obras Públicas, Transporte y Políticas Territoriales, por Orden nº 238, de 13.6.2014, ordenó la inserción en el Boletín Oficial de Canarias del acuerdo de la COTMAC de 30 de julio de 2013 por el que se aprueba definitivamente y de forma parcial el Plan General de Ordenación de Santa Cruz de Tenerife. Esta publicación tuvo lugar en el BOC nº 117, de fecha 19.6.2014.

La normativa  (de la Ordenación Estructural y Pormenorizada) del documento de la Revisión del Plan General de Ordenación fue publicada en el BOP de fecha 30.6.2014; entrando en vigor a los 15 dí­as hábiles de su publicación, esto es, el 18.7.2014. Todo ello en cumplimiento de lo previsto en el artí­culo 51.2 del Reglamento de Procedimiento de los Instrumentos de Ordenación del Sistema de Planeamiento de Canarias, aprobado por Decreto 55/2006 y como dispone el art. 70.2 de la Ley 7/85, de 2 de abril, de Bases de Régimen Local.

Pero sólo de forma parcial, «…condicionando la publicación del acuerdo a la subsanación de una serie de reparos y rectificaciones, pero también acordó suspender la aprobación definitiva de las determinaciones del Plan General de Ordenación en determinados ámbitos…»

Ha tenido que ser en septiembre de 2016, cuando el Consejo Rector de la Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife apuebe dos expedientes por los que se resuelven los reparos planteados por el Gobierno de Canarias al Plan General de Ordenación (PGO) del municipio y se propone el levantamiento de la suspensión de los ámbitos afectados. Ahora, una vez subsanados los reparos en esos ámbitos (salvo Costa Cardón, que no hay quien lo justifique), el pleno de la Corporación deberá aprobar la propuesta y elevar la solicitud de alzamiento de la suspensión a la propia Cotmac para la aprobación definitiva del Plan, y sólo cuando se publique en el Boletín Oficial tendrá plena fuerza jurídica, si no lo impiden el Consejo Rector de Urbanismo o la Comisión de Ordenación del Territorio (quienes aún no se han manifestado). Todo un embrollo.

En el Informe “Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid, ‐ HERNÁNDEZ AJA, Agustín (director) (1996), se identificaban en 1991 como barrios vulnerables 1.‐ Salud Alto, 2.‐ Salud Bajo, 3.‐ Gladiolos, 4.‐ Somosierra, 5.‐ César Casariego, 6.‐ Chimisay, 7.‐ Santa Clara, 8.‐ Juan XXIII, 9.‐ Chamberí y 10.‐ Tincer Rosario; y en 2001 fueron 1.‐ Salud Alto, 2.‐ Salud Bajo, 3.‐ El Perú, 4.‐ Los Gladiolos, 5.‐ Camino del Hierro‐Somosierra, 6.‐ Chimisay, 7.‐ Las Delicias‐Nuevo Obrero, 8.‐ Santa Clara, 9.‐ Añaza, 10.‐ Barranco Marrero, 11.‐ Tíncer y 12.‐ Duggi – Ramón y Cajal. Otras zonas vulnerables son:
BARRIO NUEVO. Situado en la zona de La Salud, a las faldas de Anaga, en una colina, separado del barrio de Salud Bajo por un barranco. Limita con la zona centro en el barrio histórico y de rentas altas de Los Hoteles. Está formado por viviendas de autoconstrucción que se dispones sin orden aparente según la pendiente del territorio. Pese a estar anexo al centro urbano tiene problemas de accesibilidad por su situación en ladera. Tiene un Plan Especial inacabado. Además, está afectado por un A.R.U. (Área de Renovación Urbana) de Barranco de Santos, en el que se prevé la reposición de gran número de viviendas.
LLANO ALEGRE/LAS MORADITAS. Situado en Costa‐Sur, estos barrios están constituidos por un recinto urbano aislada, separada de la zona de Ofra por la TF‐5 (hacia el norte), y polígonos industriales (hacia el sur). Ambos están compuestos por viviendas de autoconstrucción, formando una trama reticular desarrollada a partir de caminos existentes. En el caso de Llano Alegre la prolongación de sus calles se mezclan con uno de los grandes polígonos industriales de la ciudad. 
Las Moraditas está afectado por el “Plan Especial de Mejora Urbana y de Infraestructuras Básicas de las Moraditas Residencial”, previsto en el Plan General recién aprobado en enero de 2010.
LLANO DEL MORO/EL TABLERO/EL SOBRADILLO/EL PILARITO/SANTA MARÍA DEL MAR/BARRANCO GRANDE. Se trata de dos barrios situados en la zona del suroeste, hacia el norte del la TF‐1, en el interior ésta. Son áreas de origen y estructura rural, caracterizadas por una gran dispersión de las viviendas. Son zonas a medio camino entre lo rural y lo urbano. Se localizan en el único ámbito de la ciudad en el que existe suelo vacante, por lo que se considera la zona más probable de crecimiento demográfico a corto plazo. Reune además, la mayor concentración de actuaciones públicas en materia de vivienda. Estos barrios han crecido bastante en pocos años, alentados por la prosperidad de las empresas radicadas en la zona y de las superficies comerciales.
La zona en la que se sitúan está afectada por la Vía Exterior prevista, que divide y rompe la trama original. Esta vía, que se traza en paralelo a la TF‐2, pretende ser una nueva circunvalación de la ciudad, así como facilitar la expansión residencial de esta zona al otorgarle mayor comunicación. El planeamiento prevé para esta zona el dotarla de estructura urbana, trazando nuevas alineaciones y usos, con poca relación con el territorio. Este planeamiento ha provocado el surgimiento de un rechazo ciudadano activo, que ha cobrado fuerza en los últimos años en parte de estos barrios.
Tanto Santa María del Mar como Barranco Grande, pese no tener índices de vulnerabilidad considerables según este catálogo, se han considerado como tales por los técnicos municipales. Santa María del Mar contiene una bolsa de vivienda de vivienda de los años setenta que cuenta con un programa de reposición, declarado A.R.I.(Área de Rehabilitación Integral), y que afecta a un total de 536 viviendas.
LOS CAMPITOS/BARRIO LA ALEGRÍASe trata de dos barrios que limitan con el Parque Rural de Anaga. Situados en la zona de Anaga próxima a la ciudad, constituyen núcleos urbanos no costeros, situados en ladera hacia el interior, y aislados del resto de la ciudad por su situación en ladera. Son barrios de viviendas unifamiliares de autoconstrucción que tienen su origen por su cercanía al centro urbano. En ambos barrios hay previstas actuaciones de reposición de viviendas.
El Barrio de La Alegría cuenta con un Plan Especial de ordenación en tramitación inicial.
VALLESCO/MARÍA JIMÉNEZ/SAN ANDRÉS. Situados en la zona de Anaga próxima a la ciudad, forman parte de los núcleos urbanos del litoral sur de Anaga.
Estos barrios se sitúan en una desembocadura de barranco, y su prolongación y contacto con el mar ha sido invadida por el desarrollo de las industrias del Puerto de la ciudad. En estas zonas las viviendas se asientan siguiendo un modelo de origen rural de carácter histórico, aunque marginal, aprovechando determinadas condiciones de las laderas de barranco, en pequeños ámbitos perfectamente delimitados por condicionantes físicos, y con una estructura socioeconómica similar entre los mismos. La problemática que se plantea deriva de la topografía del terreno, de muy difícil accesibilidad y con una sola comunicación con el resto del municipio a través de la Autovía a San Andrés. Las zonas de edificación mayoritarias son las propias de la construcción en ladera, con fuertes escalonamientos y en plataformas aterrazadas.
Entre estos barrios, destaca San Andrés, un enclave histórico de origen marinero que prevé un crecimiento poblacional moderado derivado de la promoción de nuevas viviendas y del crecimiento económico que supondrá la remodelación de la Playa de Las Teresitas y la construcción de un hotel y complejos de ocio. En este barrio se define un Área de Centralidad (estrategia que integra cohesión social y calidad de vida, a través del desarrollo de dotaciones), en San Andrés, en el Plan General de Ordenación de enero de 2010.
CASERÍOS DE ANAGA. Situados por toda la costa de Anaga, que supone el extremo oriental de la isla, y por el interior del macizo, en los cauces de abruptos barrancos y sobre montañas de espesa vegetación, se reparten el resto de los barrios: Chamorga, Taborno, Almáciga, Afur, Igueste de San Andrés, El Bailadero, Roque Negro, Casas de La Cumbre, Cueva Bermeja, El Suculum, Lomo de Las Bodegas, Taganana,y Valle Tahodio. Estos barrios son de poca entidad, teniendo escasa población, y responden a asentamientos rurales históricos, vinculados a las actividades económicas del Parque Rural de Anaga. Cuenta con agricultura, ganado, playas y bares turísticos, turismo rural y turismo de playa.
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Grandes sectores residenciales en ejecución SANTA CRUZ DE TENERIFE y entorno

Santa Cruz de Tenerife hoy aún dispone de grandes desarrollos residenciales pendientes de edificar, estando previstos 3.370.623 m2 de edificabilidad residencial, para 26.062 viviendas, quedando pendientes 23.982 viviendas. Son sectores como S15.4 UA-1 CURVA DE LA GALLEGA ALTA (197.646 m2 de suelo para una edificabilidad residencial de 132.963 m2 de techo para 1.016 viviendas, en los inicios), SECTOR SSU4.1 HOYA FRIA ( 615.576 m2 de suelo para 260.656 m2 de techo para 1.862 viviendas, urbanizado al 75% y pendientes todas las viviendas), SECTOR SSU5.4 LOS LIRIOS-LAS VISTAS (346.758 m2 de suelo para 210.127 m2 de techo para 1.465 viviendas, sin iniciar) o el SECTOR SSU5.9 DRAGUILLO SUR (266.341 m2 de suelo para 210.585 m2 de techo para 1.611 viviendas, urbanizado al 36% y pendientes de edificar 1.532 viviendas).

Santa Cruz de Tenerife: Extrema desigualdad en la ciudad del Carnaval.  El 26% de los hogares tinerfeños carece de medios para cubrir sus necesidades básicas en una capital que cuenta con una de las rentas per cápita más bajas de España. 
La ciudad resistió en 1797 al sitio del almirante inglés Horacio Nelson. Sin embargo, Santa Cruz de Tenerife afronta el futuro con una sensación de derrota en las entrañas. El 26% de los hogares de la capital tinerfeña vive en situación de «extrema desigualdad social», es decir, buena parte de ella carece de medios económicos para cubrir determinadas necesidades básicas. Así lo recoge el recién alumbrado Plan Municipal de Prevención Social y Desarrollo Comunitario. Santa Cruz de Tenerife es conocida por su Carnaval, pero cuando se quita la careta se descubre el rostro empobrecido de una ciudad con la cuarta renta más baja por persona y año del país (8.515 €) y una tasa de paro del 29,32%.
Pese a todo, hay personas que no se doblegan ante el temporal social. Benjamín Barba preside la Asociación Kairós, que desde 2008 apoya, a los más desfavorecidos de la ciudad. «Al principio de la crisis venían sobre todo vecinos que se habían quedado en paro. Ahora recibimos a mucha gente que quizá sí tiene un salario, pero tan bajo que no les da para lo básico», explica. En estos momentos, Kairós atiende cada mes a 2.000 per sonas a las que entrega comida del banco de alimentos o de donaciones privadas. Según sus datos, el 70% de las familias atendidas reside en zonas humildes como Los Gladiolos, Ofra o el Barrio de la Salud. 
Porque las desigualdades sociales también son una cuestión geográfica en Santa Cruz de Tenerife. La marginalidad se concentra en los barrios de las zonas más escarpadas de una ciudad que vive entre el Atlántico ylas montañas. Tanto es así que Fernando Muñoz Salazar, experto en Geografía por la Universidad de La Laguna, sostiene en un estudio que «la ocupación del suelo ha ido en contra de los principios básicos de equidad en todo el municipio, y presenta unos desequilibrios patentes en su distribución y  uso porque esos principios han sido suplantados parlas de rentabilidad económica». Este proceso ha empujado «a las clases populares a ocupar las tierras, parcelas y solares más económicos y en los lugares de la topografía más accidentada de Santa Cruz». 
Esta distribución del territorio en la que contrasta la especulación de unos pocos con las necesidades de la mayoría alcanzó su versión más alambicada en la playa de Las Teresitas, uno de los mayores escándalos judiciales de Canarias. La Fiscalía investiga una supuesta trama para la adquisición de suelo municipal por una cantidad muy superior a su valor real antes de una recalificación. La operación podría haber alcanzado los 109 millones de € e implica a empresarios y cargos públicos.
Cercanías: una radiografía diferente de nuestras ciudades. Diagonal-La Marea. 2016
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Area Metropolitana SANTA CRUZ DE TENERIFE

Pero si hay algo «sensible» en Santa Cruz es el Plan Especial del Puerto de Sta Cruz de Tenerife, Las Teresitas y la legalización de edificios en “fuera de ordenación”

En «Las Teresitas», tenemos «…presunto pelotazo donde están acusados el exalcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo (CC), y los entonces portavoces municipales del PSOE, Emilio Fresco, y del PP, José Emilio García Gómez, así como los empresarios Antonio Plasencia e Ignacio González, entre otras personas….» Los terrenos en torno a la playa han sido expropiados, recalificados y vueltos a vender. El 19.4.2007 Miguel Zerolo, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, fue imputado formalmente por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) de los delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos por esta operación. El Tribunal Supremo en mayo de 2007 anuló la compraventa de los terrenos aledaños a la playa de Las Teresitas por ser «contraria al ordenamiento jurídico». La Intervención General de la Administración del Estado en un informe calificó esta operación como «pelotazo de libro».

Del asunto «fuera de ordenación», entender que el origen estaba ya en el Plan de Volúmenes citado anteriormente y la falta de diligencia municipal, consintió, entonces, lo que hoy es irreversible.

«…Tras numerosas manifestaciones, quejas y denuncias, que incluso llevaron a la constitución de una plataforma ciudadana, el actual equipo de Gobierno, formado por nacionalistas y socialistas, se comprometió a dar solución a los vecinos que quedaban afectados por el fuera de ordenación con la revisión y aprobación del PGO. En marzo de 2012, los técnicos de Urbanismo finalizaron el catálogo que contenía las construcciones que se encontraban en tal situación, un total de 1.500 repartidas por el municipio, en ámbitos como el centro histórico, La Salle, Salud-Perú, Las Colinas y Duggi. El pasado 30.7.2013, la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) aprobó de manera definitiva y parcial el Plan General de Santa Cruz, tras 12 años de espera, y dejando suspendidos los ámbitos fuera de ordenación y las áreas´ polémicas, como Costa Cardón, Taco Residencial, Montaña de Taco, Suculum y Cueva Bermeja. Así lo propuso el propio Ayuntamiento para contar con más tiempo para «ordenar y dejar dentro de la legalidad las áreas más problemáticas del PGO». En la actualidad, prácticamente todas las suspensiones han sido levantadas, a excepción del fuera de ordenación, para lo que el Consistorio pidió en octubre de 2014 al Gobierno de Canarias una prórroga de 6 meses.
Los técnicos de Urbanismo han tenido que ir edificio por edificio comprobando con qué licencia se contaba y qué se podía legalizar. La principal consecuencia para los inmuebles fuera de ordenación es que tienen fecha de caducidad, esto es que sus propietarios no pueden realizar obras de consolidación ni las que aumenten el valor de la edificación. En definitiva, no se pueden llevar a cabo trabajos de afianzamiento, refuerzo o sustitución de elementos dañados de la estructura del edificio; no se pueden cambiar las tuberías o las acometidas eléctricas; no se puede mejorar el aspecto del inmueble; y tampoco se puede instalar un ascensor en el edificio o cerrar un balcón, entre otras actuaciones.
Las vías utilizadas para poder legalizar las construcciones fuera de ordenación han sido, entre otras alternativas, el estudio del cambio de régimen de usos compatibles, la redelimitación de algunos ámbitos, la generación de nuevas actuaciones urbanísticas de renovación o áreas de renovación edificatoria y, también, trasladando al plan la realidad edificativa existente…

Finalmente la solución se llama «en régimen de consolidación»… lo cual quiere decir que o bien no están saturados o no se aumenta el aprovechamiento del Plan anterior, cumpliendo así con la legislación vigente, fácil no? Pues ha costado años, manifestaciones, descalificaciones, y sobre todo inseguridad jurídica y dinero público.

Y del Puerto, del que tanto se esperaba por la ciudad, finalmente ha sido aprobado.

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El Plan Especial del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, vigente desde el 18.12.2014, fue aprobado definitivamente por el Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife reunido  con fecha 13.11.2014. La entrada en vigor de este importante documento urbanístico permitirá la realización de inversiones para los próximos años por un montante que supera los 200 millones €.
«…Todo, bajo la premisa de reordenar y hacer más atractivo el frente marítimo de la ciudad con un plan de actuaciones que impulsará el crecimiento del puerto capitalino tinerfeño…»

Santa Cruz de Tenerife hoy tiene una población de 203.811 habitantes, y un parque residencial edificado de 90.231 viviendas, de las cuales 14.346 son unifamiliares, representando el 15,90% del total. Datan de los 60′, 14.928 viviendas (el 17%), de los 70′ son 19.574 (el 22%), de los 80′ son 14.748 viviendas (el 16%), de los 90′ son 10.924 viviendas (el 12%), y de la década prodigiosa son 18.025 viviendas (el 20% del total).

Y muchos retos por la desigualdad, en lo territorial y en lo social. Los barrancos, las ramblas y su idiosincrasia no son seguros, demasiados riesgos. La cara amable del puerto y sus turistas choca con el aeropuerto urbano y de «las teresitas»…, justicia.


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España