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San Sebastián–Donostia es una ciudad y municipio de 60,89 km2 situado en la costa del golfo de Vizcaya y a 20 km de la frontera con Francia. La ciudad es la capital de la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco. Es la cabecera de la Eurociudad Vasca Bayona-San Sebastián, una conurbación de más de 620 000 habitantes.
San Sebastián se asienta a orillas del mar Cantábrico, teniendo varias playas (siendo la más conocida la de La Concha, en la bahía homónima) y un pequeño puerto al abrigo del monte Urgull. Posee además otras montañas, tanto promontorios costeros como tierra adentro, estando su cima más alta, Urdaburu (599 msnm), en un enclave homónimo, si bien la cima no pertenece al término municipal, dándose la máxima altitud del municipio de unos 585 m en la cara S de la misma montaña, cerca de la cima. Aunque el relieve es accidentado se encuentran algunas zonas llanas de cierta amplitud en los valles, planicies donde se concentra buena parte del núcleo urbano.
Su relieve se caracteriza por la existencia de, básicamente, 3 partes diferenciadas. Por un lado, un frente o cadena litoral compuesto por una serie de unidades -Ulia, ensenada de la Zurriola, desembocadura del Urumea, tómbolo de Urgull, bahía de La Concha e Isla Santa Clara, montes Igeldo y Mendizorrotz-, que dan lugar a una costa abrupta, erosiva y estructural, de tipo longitudinal. Por otro, un corredor intermedio, denominado Irun-Donostia-San Sebastián, con un relieve de tipo fluvial configurado por una red de pequeños arroyos y atravesado por los cauces fluviales de mayor importancia, capaces de generar fondos de valle más o menos llanos que han servido de principal asentamiento de los desarrollos urbanos. Por último, un sector interior montano, representado por los enclaves montañosos de Landarbaso y Urdaburu, y la parte alta del de Zubieta, donde predomina el uso forestal, sin ninguna ocupación de carácter urbano
Desde 2003 el ayuntamiento de San Sebastián divide la ciudad oficialmente en 17 barrios:
- Alza («Altza»). Es el barrio más oriental de la ciudad, lindante con el vecino municipio de Pasajes, y uno de los más densamente poblados. Alza fue durante unos pocos años un municipio independiente, volviendo a reintegrarse a San Sebastián en 1940. De carácter principalmente rural, experimentó un gran crecimiento entre los años 60′-80′ siendo la principal área de expansión urbana de la ciudad con edificios de grandes alturas destinados a las clases trabajadoras inmigradas principalmente de otras regiones de España. El actual barrio de Alza comprende solo parte del antiguo término municipal de Alza, es decir la parte comprendida entre la autopista AP-8 y el puerto de Pasajes, separado del resto de la ciudad por el enlace de la AP-8 con el E de la ciudad. En los próximos años el planeamiento urbanístico augura un importante desarrollo urbanístico. Dentro del barrio se distinguen a su vez numerosas zonas o barriadas: Alza-Gaina, Arria, Auditz-Akular, Buenavista, Eskalantegi, Herrera, Larratxo, Molinao y Oleta.
- Amara Nuevo («Amara Berri»). Principal barrio residencial de la ciudad, se construyó mediante un ensanche hacia la década de los 60′. Al S de dicho barrio se encuentra la ciudad deportiva de Anoeta, que incluye el Estadio Municipal de Anoeta (Real Sociedad de Fútbol). También son destacables sus establecimientos hosteleros.
- Añorga. Barrio situado en la periferia de San Sebastián, a medio camino del municipio de Lasarte-Oria. Está separado del núcleo urbano y las comunicaciones con el mismo son problemáticas debido a la carretera N-1.
- Ategorrieta-Ulia. Barrio residencial compuesto de villas señoriales, ocupadas en su surgimiento por la población acomodada de la ciudad.
- Ayete («Aiete»). Barrio eminentemente residencial situado en un pequeño monte en el centro de la ciudad. En este barrio se encuentran el Palacio de Ayete (en el Parque de Ayete) y el Palacio de Arbaizenea.
- Centro («Erdialdea»). Nace a mediados del siglo XIX (tras el derribo de las murallas en 1864) y es fruto de la fusión de 2 proyectos firmados por los arquitectos Cortázar y Saracibar. Del 1º se tomó el plano general y del 2º el Boulevard de unión entre la Parte Vieja y el nuevo Ensanche. Sobre este primer proyecto se realizaron numerosas variaciones (como la plaza del Buen Pastor, para dar cobijo a la nueva iglesia de la misma denominación; la calle Prim, la calle Easo, etc. En esta zona se situó el centro de la ciudad y el «km 0» de las carreteras guipuzcoanas (en el cruce de la Avenida de la Libertad, una de las calles más importantes de la ciudad y su centro económico, con la calle Hernani). Su plano ortogonal o en cuadrícula es típico del Modernismo, que organiza los edificios en cuadrículas y calles perpendiculares. De hecho, se considera que el Centro de San Sebastián es comparable, en términos arquitectónicos, con el de Barcelona, Bilbao o París.
- Eguía. («Egia»). Separado del centro de la ciudad por las vías del ferrocarril, en él se encuentran el parque de Cristina Enea y el Cementerio de Polloe. El antiguo campo de fútbol de Atocha estaba situado en ese barrio.
- El Antiguo («Antigua»). En este barrio surgió el primer asentamiento humano de la ciudad. Inicialmente poblado por obreros, hoy cumple funciones de barrio residencial, así como de alojamiento turístico en su zona más cercana a la Bahía de la Concha.
- Gros. Barrio con mucha actividad comercial situado en la orilla este del río Urumea. La ampliación de la playa de Gros y la creación del Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal lo han revitalizado económica y socialmente.
- Ibaeta. Zona en expansión, tanto para usos industriales como de vivienda. En este barrio se ubica el campus universitario de la Universidad del País Vasco y el campus tecnológico (Tecnun) de la Universidad de Navarra.
- Intxaurrondo. Dividido en sus partes vieja y nueva (S y N), concentra gran parte de la población donostiarra. Es un barrio eminentemente residencial situado en un pequeño monte, antiguamente pertenecía al municipio de Alza.
- Loyola («Loiola»). En este barrio se encuentra el Cuartel Militar. Las riberas del río Urumea a la altura de Loyola se encuentran en proceso de construcción de una ampliación de su núcleo residencial.
- Martutene: barrio en el que se encuentra la cárcel del mismo nombre. Está siendo, junto con Loyola, objeto de reformas y mejoras.
- Miracruz-Bidebieta. Se trata de uno de los barrios más nuevos de la ciudad. Limítrofe con Pasajes, es objeto de diversas reformas estructurales destinadas a mejorar su calidad de vida y servicios.
- Miramón-Zorroaga («Miramon-Zorroaga»). Lindando con el municipio de Hernani, en este barrio se encuentran el Parque Tecnológico de San Sebastián y el Hospital Donostia.
- Zubieta. Barrio compartido con Usúrbil. Este barrio se halla dividido entre los términos municipales de San Sebastián y Usúrbil. En él se encuentran las instalaciones deportivas de la Real Sociedad de Fútbol, así como el Hipódromo de San Sebastián.
Otros barrios tradicionalmente identificados por los donostiarras son considerados oficialmente por el ayuntamiento como parte del Centro de la ciudad.
- Amara Viejo («Amara Zaharra»). Barrio surgido a finales del siglo XIX con el desarrollo del ferrocarril. Los vecinos de este barrio presentan una de las edades medias más altas de la ciudad.
- Miraconcha. («Mirakontxa»). El privilegiado marco en el que se encuentra (frente a la bahía de la Concha) ha condicionado su configuración, desde fines del siglo XIX, como una zona residencial de lujo. Está ocupada, en su mayor parte, por palacetes rodeados de espacios verdes. Su creación responde a la demanda de residencia secundaria de calidad de la población que veraneaba en esas fechas en San Sebastián y de sus clases nobiliarias. En esa zona se encuentra el Palacio Municipal de Miramar, antiguo palacio real.
- Parte Vieja («Alde Zaharra»). Es el 2º barrio más antiguo de la ciudad después del Antiguo y donde se encuentra el puerto pesquero. Según una antigua tradición, sus habitantes se dividen en joxemaritarras (los bautizados en la iglesia de Santa María) y koxkeros (los bautizados en la Iglesia de San Vicente). Desde ese barrio se tiene acceso al monte Urgull.
- Riberas de Loyola («Loiolako Erriberak»). Entre los barrios de Loyola y Amara, es un barrio que se encuentra actualmente en construcción. Oficialmente forma parte del distrito de Amara Nuevo.
San Sebastián posee además 3 enclaves:
- Landarbaso. Terreno rural situado entre Astigarraga y Rentería. Poblado por unos pocos caseríos que suman 19 vecinos.
- Urdaburu. Situado junto a la frontera navarra. Está deshabitado.
- Zubieta. Barrio compartido con Usúrbil. Este barrio se halla dividido entre los términos municipales de San Sebastián y Usúrbil. En él se encuentran las instalaciones deportivas de la Real Sociedad de Fútbol, así como el Hipódromo de San Sebastián.
Además de dichos exclaves, el Ayuntamiento de San Sebastián posee la finca de Articuza, situada en territorio navarro, dentro del término municipal de Goizueta. En él hay un embalse (es el punto más lluvioso de la península ibérica) y tiene un gran valor ecológico. Su superficie es de 37 km² (equivalente a más de la mitad del término municipal de San Sebastián).
La ciudad tiene 3 playas urbanas: Ondarreta, La Concha y la Zurriola, las 2 primeras situadas en la bahía de La Concha y la 3ª al otro lado del río Urumea. Las 3 están englobadas en un mismo Sistema de Gestión Medioambiental, que trata de garantizar un uso sostenible de las mismas.
- La Concha. Es una de las playas urbanas más famosas de España. Tiene una longitud de 1350 m y una anchura media de 40 m. Al igual que las otras 2 playas, su arena es fina. En la playa se encuentran el balneario de La Perla, la antigua Casa Real de Baños y el Real Club Náutico, edificios que, junto con la famosa barandilla, las elegantes farolas, 2 grandes relojes de principios de siglo y el Palacio de Miramar, que la cierra por el O, configuran una playa elegante y singular.
- Ondarreta. Situada entre el Palacio de Miramar y el monte Igueldo, es la más pequeña de las tres playas. De aire algo más informal que La Concha, se trata de una playa de corte menos urbano. En el paseo que la bordea hay unos jardines en los que encuentra una estatua en honor a la reina María Cristina. Tiene una longitud de 600 m.
- Zurriola. Con una longitud de 800 m, es la playa más abierta al mar y con oleaje más fuerte, de forma que se ha convertido en la más frecuentada por los jóvenes y los surfistas. En 1994 se llevó a cabo una remodelación de la playa, hasta entonces prácticamente inutilizable, con la construcción de un espigón que redujo el peligro de las aguas y con la mejora general de la calidad de la arena y del agua.
Además de estas 3 playas, también es utilizable la pequeña playa que se forma en la isla de Santa Clara, a la que se puede acceder en barco en los meses de verano, o a nado, pues se encuentra a escasos 500 m de Ondarreta en marea baja.
Sus principales actividades económicas son el comercio y el turismo, constituyendo en el pasado uno de los más famosos destinos turísticos de España. Su paisaje, dominado por la bahía de La Concha, así como su desarrollo arquitectónico moderno iniciado en la 2ª mitad del siglo XIX, que configuró una ciudad de corte francés y aburguesado, propiciaron el desarrollo de la actividad turística a escala europea. Todo ello, unido a eventos internacionales como el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, el Festival de Jazz de San Sebastián, la Quincena Musical o el Festival de Cine de Terror, ha dado proyección exterior a la ciudad, a pesar de sus pequeñas dimensiones. San Sebastián es Capital Europea de la Cultura en 2016 junto con Breslaw, Polonia.
Las excavaciones arqueológicas en el convento de Santa Teresa constatan la presencia romana y, tras siglos sin rastro alguno, una necrópolis junto a una iglesia al menos desde el siglo X. Encajan en un contexto de repoblación monástica de carácter agropecuario: las rutas de trashumancia de los valles bajos del Urumea, Oria y Urola se atisban ya en un documento de 1025, el primero que cita “Ipuscoa”. En todo caso, desde fines del XI, el monasterio de San Sebastián (donde actualmente está el palacio de Miramar) y su entorno están protagonizando parte importante de la historia guipuzcoana.

1552 San Sebastián
San Sebastián, como villa, fue fundada por el rey navarro Sancho VI el Sabio a fines del XII, probablemente en 1180, en una estrategia más amplia desarrollada por la monarquía navarra. Obviamente, la concesión de la categoría jurídico-política de Fuero no supone la fundación completamente nueva de la población. De hecho, en 1178 están documentadas las iglesias de San Vicente y de Santa María. Quizás la existencia de esas 2 iglesias pudiera ser un reflejo del origen distinto de los primitivos pobladores donostiarras: autóctonos y gascones. Desde luego, es conocida la presencia de comunidades gasconas originarias de Baiona en las desembocaduras del Bidasoa y del Urumea y en la bahía de Pasaia. Durante la Baja Edad Media controlaron numerosos resortes de poder, entre ellos, el concejo donostiarra, y han dejado rastros en la onomástica, la toponimia (Embeltran, Narrica, Morlaans, Aiete, Monpas…); hasta hay documentación escrita en su lengua.
Con la fundación, el monarca navarro buscaría afianzar poblaciones ya existentes y promocionar la llegada de elementos alóctonos dedicados a actividades comerciales y marineras. La necesidad de autorización de los ya vecinos para la inclusión de “navarros” en la nueva villa, más que una referencia étnica o de procedencia, sería de actividad, diferenciando así a los campesinos (navarros) de los villanos (francos). Entre otras ventajas, destaca la exención de acudir a llamamiento militar o la exención de impuestos relacionados con la mercadería y el consumo. Se reconoce a sus habitantes el derecho a ser juzgado en la misma villa, según su propia jurisprudencia o remitiéndose al Fuero de Estella, del que deriva el donostiarra.

1641 SAN SEBASTIAN
La jurisdicción territorial de la villa donostiarra era extensa, desde la desembocadura del Bidasoa hasta la del Oria y desde la costa hasta Arano, en Navarra. Las posteriores fundaciones de villas (Hondarribia, Errenteria, Hernani, Orio…) en el territorio de su jurisdicción dieron lugar a numerosos pleitos, en especial por el control de la bahía de Pasajes. Y es que, aunque el fondeadero natural de la villa era la bahía de la Concha bajo Urgull, al lado de sus murallas, y al otro lado del tómbolo, en la desembocadura del Urumea, se situaba el astillero y muelle de Santa Catalina, a medida que el calado de las embarcaciones era mayor, el lado San Pedro y la Herrera se fue convirtiendo en el principal puerto donostiarra. Donostia exportaba hierro guipuzcoano y lana navarra, e importaban paños de Flandes. Incluso después de la incorporación de Gipuzkoa a Castilla, el reino de Navarra siguió favoreciendo el comercio a través de San Sebastián. La villa, junto a otras guipuzcoanas, creó sus propios mecanismos de promoción mercantil: acuerdo comercial con Baiona e Inglaterra, “Hermandad de las Marismas” de varias villas costeras con Vitoria, etc.
Fue Sancho VI, quién mandara construir un puerto y levantar una guarnición que protegiera La Bahía de la Concha y de paso canalizar el comercio de Navarra. Así creció la ciudad de San Sebastián, alejada de su emplazamiento original cerca de Ondarreta (de ahí que el nombre de dicho barrio quedara como el Antiguo).
Como Hondarribia, ambas villas y plazas fronterizas, Donostia contó con castillo, y posteriormente amplió las murallas hasta crear casi una ciudadela, derruida en 1864 para dar paso al primer ensanche urbano. Se pueden observar restos de aquellas fortificaciones en el aparcamiento subterráneo del Boulevard. En cuanto al castillo de la Mota, situado en la cima del Urgull, si bien se dice que fue construido sobre una fortaleza anterior, está documentado por primera vez en 1199, fundada ya la villa. El fuerte que se puede ver en la actualidad sería posterior al siglo XV, y probablemente reconstruido en torno a 1525. Los restos de murallas, baterías, etc. que salpican el monte Urgull son ya de siglos posteriores. Gipuzkoa en este periodo se dota de un nuevo instrumento legal que recoge y plasma en la Recopilación Foral realizada por Zandategui y Cruzat en 1583. Uno de los elementos básicos del gobierno de la Provincia con respecto a la Corona de Castilla va a ser el Pase Foral, que consistía en la potestad de las Juntas de acatar pero no de cumplir aquellas disposiciones de la Corona que se considerasen contrarias a la foralidad guipuzcoana.

1788 – San Sebastián
El mayorazgo es una de las instituciones jurídicas básicas de la historia social y económica de Gipuzkoa, desde inicios del XVI (introducido de la mano del Ordenamiento castellano conocido como “Leyes de Toro”, en 1505) hasta las leyes desvinculadoras de 1820-1841. Mayorazgo y Vínculo son términos parecidos, pero no sinónimos: el 1º requiere Facultad Real para fundarse; el 2º es un simple fideicomiso, con plena fuerza legal, pero de carácter subsidiario. Más extendido el 2º entre el estamento dominante, de uso universal por toda la sociedad guipuzcoana el 2º, ambos mecanismos apartan del mercado bienes productivos, por lo que a partir del siglo XVIII arbitristas y economistas abogarán por su desaparición.
La institución del mayorazgo (maiorazkoa, premua) permite a una familia mantener unidos durante generaciones todos los bienes que a él se vinculen. De este modo, la propiedad funciona como una unidad indivisible asociada a un solar. El mayorazgo cumple, pues, una 1ª función económica, pues, al evitar el reparto de una unidad productiva que se presume rentable, permite que se perpetúe en el tiempo. El último propietario pleno de los bienes es el fundador del mayorazgo, y sus sucesores y herederos no podrán más que gozar de una propiedad plena puramente teórica, en la medida en que no pueden disponer libremente de los bienes; son, pues, más usufructuarios que propietarios. Paradójicamente, la imposibilidad de segregación a menudo obliga al mayorazgo a endeudarse para responder al reparto de legítimas al resto de herederos, por lo que en la práctica se puede llegar a un efecto contrario del deseado.

1788 SAN SEBASTIAN
Y es que, tanto o más que una institución económica, el mayorazgo debe ser entendido como un medio de reproducción social. Al fin y al cabo, el mayorazgo es perpetuo y son sus gestores quienes son temporales. No se trata de una institución igualitaria, sino todo lo contrario, perfectamente jerarquizada y reglada, siempre con el objetivo último de mantener y mejorar una familia en un solar: el mayorazgo deberá con su gestión demostrar que realmente es un digno gobernante de la casa, y deberá responsabilizarse de sus obligaciones con el resto de familiares; éstos, su vez, deberán demostrar su valía en el ámbito que se le ha designado: compensación para casar fuera de la casa, carrera militar o de otro tipo, religión, emigración, boda convenida. En las normas sucesorias del mayorazgo, el fundador puede optar por describir el sistema de sucesión: de rigurosa agnación, con preferencia de varones a hembras, etc., o por especificar los nombres de los sucesores. Por tanto, la continuidad del mayorazgo es electiva y permite dejarlo en manos del heredero o la heredera que el donador considere merecedora de esta responsabilidad. El o la heredera pasa a encarnar al mayorazgo, y, de hecho, la propia persona pasa a ser tenida por y calificada como mayorazgo.

1800 SAN SEBASTIAN
Esta institución estuvo vigente hasta la Ley Desvinculadora de 1820, que suprimió todos los vínculos. A pesar de ello, perduró algún tiempo en algunas zonas mediante una triquiñuela legal, ya que la ley no contempló las donaciones entre vivos: el poseedor del mayorazgo se lo daba a su hijo como aporte a su matrimonio; el hijo pasaba a ser el nuevo señor, y sus padres a disfrutar del usufructo de la mitad de la casa solar.
Pocos hechos habrá en la historia donostiarra que resulten tan evocadores y tan sentidos para los habitantes de la ciudad como el acaecido el 31.8.1813, en el contexto de la guerra de la independencia contra las tropas napoleónicas. El asalto, las violaciones, el incendio y la destrucción del recinto urbano sigue conmemorándose cada año por los vecinos de la Parte Vieja, en una fiesta sencilla y entrañable.
En verano de 1813, Donostia e Iruña eran las únicas plazas fuertes que resistían a manos de los franceses, por lo que se convirtieron en objetivos prioritarios. Sin embargo, las tropas dirigidas por Mendizábal, acompañadas por los 3 batallones guipuzcoanos de Aranguren, Larreta y Calbetón, no eran suficientes para desalojar a los enemigos, por lo que fueron las tropas anglo-portuguesas las que se hicieron cargo de la operación. Pese a los bombardeos previos y la toma del cerro de San Bartolomé, el gobernador de la plaza rehúsa todo parlamento. El 22 de julio, se abre en la muralla una brecha (de ahí el actual topónimo), así como otras aperturas más, y se procede a reforzar posiciones y al minado de la muralla. La defensa, feroz ante el ataque del 25 de julio, acabó en matanza, favorable a los defensores, tanto, que hasta los heridos ingleses fueron acogidos por los franceses.
El ejército inglés opta entonces por un bloqueo total. El asalto final se da el 31 de agosto, apoyado en la artillería y a través de las brechas abiertas con anterioridad. La tenacidad francesa y una 2ª línea de defensa impiden nuevamente la toma de la ciudad. El resultado de la operación apuntaba a un nuevo desastre inglés; pero la explosión de un depósito de pólvora desbarató la línea defensiva. Este hecho, y la falta de tropas de reserva francesas, cambian el curso del asalto. El repliegue francés a los espacios interiores no llega ni a materializarse: el enemigo se refugia en el castillo de la Mota, y la ciudad queda en manos de ingleses y portugueses.
A las víctimas militares se añade el saqueo, la quema del archivo, la destrucción de casas… Como remate, los asaltantes dieron fuego a la ciudad, de la que sólo se salvó la calle que hoy conocemos como 31 de agosto. Tras varios días de incendio, de los 7.000 habitantes de la ciudad puede que sobrevivieran entre 3.500 y 4.000, hambrientos y desnudos.
El 8 de septiembre se reunieron los vecinos sobrevivientes en Zubieta, aldea próxima a San Sebastián. Su resolución inauguró un nuevo momento histórico para la ciudad, marcado por el deseo de reconstrucción. Así, las obras de desescombro se iniciaron inmediatamente. En diciembre ya se había constituido una Junta de Obras encargada de la reedificación.

1814 San Sebastián
Pedro Manuel de Ugartemendia, discípulo del afamado arquitecto Silvestre Pérez, fue el encargado de llevar a cabo el proyecto urbanístico, que presentó al Ayuntamiento en mayo de 1814. Siguiendo a Carlos Sambricio, podemos decir que despojaba a San Sebastián de su valor militar, insistiendo en el carácter comercial de la ciudad. En vez de proponer reconstruir sobre el viejo trazado (plaza rectangular central y calles cortadas ortogonalmente), concebía la nueva trama urbana en torno a una plaza central octogonal, reservada para los servicios públicos, en la que confluían en estrella 8 calles. Rodeaba el conjunto un trazado de base rectangular. Su proyecto no satisfizo a la Corporación, debido, principalmente, a la oposición de los propietarios de los solares. Así, se acometió una reconstrucción que reproducía el plano de la ciudad anterior, estableciendo sólo ligeras alteraciones en algunas calles. Los trabajos se prolongaron hasta la completa reconstrucción en 1849. En 1857 se iniciaron las negociaciones para el derribo de sus murallas.

1814 Primera propuesta de Ugartemendía San Sebastián
El carácter de plaza fuerte militar de San Sebastián suponía una grave limitación para su desarrollo urbano. Las necesidades militares impedían el crecimiento no sólo del recinto murado, sino también del barrio extramuros de San Martín, porque un hipotético enemigo podría hacer uso de las edificaciones que se construyeran frente a la muralla. Durante el Antiguo Régimen no existió una capital en Gipuzkoa, ya que el sistema foral había establecido que la Diputación se fuera turnando entre las denominadas 4 villas de tanda, Donostia, Tolosa, Azpeitia y Azkoitia. En el siglo XIX, cada vez que el liberalismo triunfaba y establecía un sistema provincial siguiendo el modelo francés de departamentos, Donostia se convertía en la capital; pero, tras el restablecimiento foral de 1844, la enemistad de la oligarquía provincial con la burguesía progresista donostiarra llevó a establecer la Diputación, y con ella la capitalidad, en Tolosa.
La lucha por la capitalidad, pues, fue una muestra más de las tensiones entre los notables rurales, defensores del sistema foral, y la burguesía donostiarra, favorable a la instauración del sistema liberal. Durante la Francesada, las nuevas autoridades napoleónicas convirtieron a San Sebastián en la capital del “Gobierno de Vizcaya”, que comprendía, además del territorio de mismo nombre, Gipuzkoa y Álava. La restauración absolutista volvió a restablecer el sistema foral. Durante el Trienio Liberal, Tolosa se impuso como sede de la Diputación mientras se aprobaba la nueva división territorial. Sin embargo, a su aprobación, en enero de 1822, San Sebastián fue nombrada capital de Gipuzkoa. Esta capitalidad duró 1 año, puesto que con la nueva restauración absolutista se volvió al sistema de villas de tanda.
Tras la muerte de Fernando VII, estalló la Primera Guerra Carlista. Una nueva división provincial proveniente de la regencia de Mª Cristina, madre de Isabel II, otorgó la capitalidad a Donostia; pero las Juntas ignoraron la orden y propusieron la traslación de la capital a “un punto céntrico, guarnecido y fortificado como lo eran Tolosa o Villafranca”. El desarrollo de la guerra convirtió, de facto, a San Sebastián como única capital posible para las autoridades liberales. Al fin de la guerra, se volvió a abrir la discusión entre la Diputación, instalada en Tolosa y partidaria de trasladar la capital a esta villa, y el ayuntamiento donostiarra, defensor del mantenimiento de la capital en la ciudad de mayor población –cerca de 10.000 habitantes, frente a los 6.000 de Tolosa- y mayor volumen de contribuciones.
Las luchas entre moderados y progresistas en el gobierno español eran decisivas a la hora de dilucidar en qué población se establecía la capital. Durante la Regencia de Espartero (1841-43), el gobierno progresista se posicionó a favor de las tesis donostiarras; pero la oposición de la Diputación impidió que se tomara la decisión definitiva. Con la llegada de los moderados al poder en 1844, un decreto estableció la capitalidad de Gipuzkoa en Tolosa, muestra de que los notables rurales habían recuperado su influencia en el poder provincial. San Sebastián tuvo que esperar hasta 1854 para que, con la llegada al poder de los progresistas, se estableciera definitivamente la capitalidad en la ciudad costera.
Tras la I Guerra Carlista, el crecimiento de la población donostiarra hizo plantearse a las autoridades la necesidad de derribar la muralla. A mediados de siglo, San Sebastián tenía unos 15.000 habitantes, de los cuales unos 10.000 vivían en el recinto amurallado, de unas 10 ha de superficie, y el resto, en los barrios de San Martín, Antiguo, Astigarraga, Herrera, etc. Ante la necesidad de espacio para desarrollarse, el 22.4.1863 se autorizó el derribo de las murallas, pues, según la Real Orden, la ciudad dejaba de ser plaza de guerra. El derribo resultó algo más que un desahogo en la ocupación del espacio, fue el verdadero motor del desarrollo urbano, económico y social de San Sebastián.

1863 Plano General de San Sebastián por A. Cortázar
Aquel mismo año se convocó un Concurso de Proyectos de Ensanche para la ciudad. Conforme al plan inicial del arquitecto Antonio de Cortázar, ganador del concurso, la superficie del Ensanche y sus ampliaciones ascendería a 70 ha. 2 años más tarde, en 1865, se iniciaba la construcción del “Ensanche Meridional de San Sebastián”, no exenta de polémicas. El proyecto de Cortázar preveía iniciar la construcción de edificios inmediatamente a continuación de la vieja ciudad; pero surgió una propuesta de crear una alameda que dejaría un espacio público entre la parte vieja y el nuevo ensanche. La polémica dividió a la ciudad en 2 bandos. Alamedistas y antialamedistas publicaron numerosos folletos a favor de sus respectivas propuestas. Finalmente, tras un empate en la votación municipal, el voto del alcalde decidió la creación de una alameda, el actual Boulevard.
El II ensanche, también de Cortázar, se construyó entre 1873 y 1882, y llegó hasta la calle Prim. El III ensanche lo proyectó y realizó el arquitecto Goicoa, entre 1883 y 1886, hasta la calle Easo. En 1894 se iniciaron las obras del Ensanche de Gros o de la Zurriola, en los arenales que se extendían entre el río Urumea y la ladera del monte Ulia. Posteriormente, una 1ª fase de desarrollo industrial llevó a la urbanización de la ribera derecha, con los barrios obreros de Gros y Egia, al tiempo que se urbanizaba la ribera izquierda, el actual barrio de Amara.

1850 – San Sebastián
Aunque hubo algunos precedentes en la construcción de ferrocarriles, la clave del desarrollo de la red ferroviaria española estuvo en la Ley General de Ferrocarriles de 1855, que regulaba todos los aspectos relacionados con el nuevo medio de transporte. Este marco legislativo fomentó, entre otras medidas, la entrada de capital extranjero para su financiación, un factor decisivo en el caso del Ferrocarril del Norte
Con intención de unir Madrid con la frontera francesa (el ferrocarril ya había llegado a Baiona en 1854), se formó la “Sociedad para el Crédito Mobiliario Español”, de capital mayoritariamente francés, ligado a la familia Péreire. El trazado estaba definido desde Madrid hasta un punto indeterminado del Ebro, sin dejar claro por dónde debía circular hasta la frontera. La disputa se estableció entre los partidarios de que la línea cruzara Álava y Gipuzkoa hasta Irun, y los defensores de la conocida como “línea de los Alduides”, que apoyaban el paso por Navarra y la conexión a Bayona desde Pamplona.

1864 Frente de Tierra durante el sitio de 1813 – San Sebastián
Las autoridades guipuzcoanas fueron conscientes de la importancia del paso del ferrocarril y comisionaron a Fermín Lasala, futuro Duque de Mandas, para defender la línea por Gipuzkoa. Tuvieron enfrente a los navarros y la familia Rostchild, enfrentada a los Péreire en sus inversiones en torno al ferrocarril. Finalmente, el proyecto guipuzcoano triunfó gracias a una importante subvención que recibió la “Sociedad para el Crédito Mobiliario Español”. Para ello, la Diputación abrió una suscripción popular que obtuvo un gran éxito.

1884 – San Sebastián
Las obras se iniciaron en 1858. Si bien transcurrieron sin problemas en Álava, las dificultades orográficas de Gipuzkoa retrasaron la construcción de los numerosos túneles y puentes, encargados a pequeñas empresas locales. La Compañía del Norte encargó entonces la construcción de los tramos más complicados a una empresa francesa con experiencia en la construcción del ferrocarril transalpino. A partir de 1862 llegaron a la comarca del Goierri numerosos piamonteses, avezados en la construcción de túneles, y parece que con ellos llegó también el acordeón diatónico del N de Italia, origen de la popular trikitixa. Finalmente, tras más de 14 km de túneles y viaductos (el más importante, el de Ormaiztegi, último tramo inaugurado), la construcción del Ferrocarril del Norte finalizó en el verano de 1864. En Irun conectaba con Hendaia, por lo que ya se podía realizar todo el trayecto Madrid-París en tren. En sus primeros 10 años de funcionamiento, la Compañía no obtuvo los beneficios esperados, tanto por las dificultades de financiación (la obra costó el doble de lo presupuestado) como por el escaso tráfico en la parte castellana, a lo que se añadieron los impedimentos surgidos durante la II Guerra Carlista. Sin embargo, fue clave para el desarrollo económico de la provincia, porque enlazó localidades pioneras de la industrialización, como Tolosa, San Sebastián o Rentería, con Irun, Hernani, Ordizia, Urretxu, e incluso otras más modestas entonces, como Beasain y Zumarraga, dinamizando su industria.

1900 – San Sebastián
Aunque cronológicamente se trata de una época más ligada al siglo XX -los historiadores la sitúan entre 1895 y el final de la I Guerra Mundial, en 1918-, las raíces de la denominada Belle Époque se hunden a lo largo del XIX.
El 1ª precedente vasco se halla en la estancia de la reina Isabel II en San Sebastián en 1845, cuando vino a tomar baños de mar por cuestiones de salud. Hasta su exilio en 1868, volvió varias veces, aunque sin continuidad. Aprovechando sus veraneos en la vecina Biarritz, la pareja imperial francesa, Napoleón III y Eugenia de Montijo, visitó Donostia en varias ocasiones entre 1856 y 1865. Estas visitas fueron decantando el carácter turístico de San Sebastián.
La capital guipuzcoana se convertirá definitivamente en meta del turismo de élite –puesto que entonces no existía otro- español a partir de que en 1887 la Regente María Cristina de Habsburgo, viuda de Alfonso XII, decida acudir anualmente. Lo hizo hasta 1929, y no faltó más que un año, en 1898. La Corte española de verano atraía a políticos, aristócratas y a la alta burguesía, española y extranjera. Hasta la Reina Victoria de Inglaterra, dirigente de la mayor potencia mundial del momento, la visitó en 1889, evidencia de la consolidación de la ciudad como destino turístico de las clases privilegiadas.
Siguiendo el ejemplo de Biarritz, Donostia promovió la construcción de espacios de ocio e infraestructura hostelera. La principal aportación arquitectónica al turismo de ocio en el siglo XIX donostiarra fue la construcción del casino, actual Ayuntamiento, en 1889. Al mismo tiempo, la construcción del palacio real de Miramar en 1893 aseguró la presencia de la corte española todos los veranos.
En la primera década del siglo XX San Sebastián continuará su desarrollo. Fruto del mismo es el ensanche de Gros en 1907 y las obras urbanísticas del Antiguo (1914) y de Loyola (1915). Simultáneamente se mantendrá -e incrementará- la vocación de ciudad cosmopolita que ya apuntaba en las últimas décadas del XIX.
El veraneo real, que traía consigo a gran número de personajes de la corte, y miembros del Gobierno contribuían a reafirmar este carácter. La princesa Ena de Battemberg -más conocida como la reina Victoria Eugenia- se convierte al catolicismo en el Palacio de Miramar para poder casarse con el rey Alfonso XIII en 1906. La presencia de la Corte en la ciudad da origen a numerosos acontecimientos, algunos curiosos, como la visita de los acorazados de la flota japonesa «Tsukuba» y «Chisote» que permanecieron varios días fondeados en la bahía.
La crisis europea de 1914-1918 hará que San Sebastián sea el lugar elegido por gran número de personalidades europeas para alejarse de la guerra. La ciudad será un hervidero de representantes de los imperios centrales y de los aliados. Su presencia en los salones del Gran Casino, en los que actuó una bailarina holandesa conocida como Mata-Hari, da lugar a todo tipo de lecturas e interpretaciones.

1915 Proyecto ensanche de San Sebastián por E. Vallarino
Pero por debajo de este San Sebastián mundano y cosmopolita se encontraba otra ciudad en la que los problemas sociales y laborales comenzaban a dejarse sentir. El sistema político de la Restauración ha visto desaparecer a sus 2 principales artífices (Cánovas asesinado en Santa Agueda en 1897 y Sagasta fallecido en 1900) y comenzaba su lento declinar. En San Sebastián en las 2 primeras décadas del siglo XX comienzan a desarrollarse las diversas fuerzas políticas. A los partidos del «turno» -el conservador y el liberal- se van sumando los republicanos -representados en la capital mayoritariamente por los federalistas- los nacionalistas desde 1904 y los socialistas que crean en 1891 la Agupación Socialista de San Sebastián. Pero aparte de los partidos del régimen la principal fuerza política sigue siendo el carlismo. Pese a sufrir la escisión del integrismo su presencia y organización sigue teniendo un peso sustancial. Entre 1903 y 1913 -ambas líneas del tradicionalismo siguen logrando el mayor número de concejales en Guipúzcoa lo que da una idea de su fuerza.
La I Guerra Mundial tiene diferentes lecturas si éstas se hacen desde este lado de los Pirineos. La neutralidad española supuso un sustancial desarrollo de las actividades económicas ya que se comerciaba con ambos bandos. Esta situación posibilitó un sustancial aumento de las reservas de divisas y la realización de grandes negocios por parte de los industriales españoles. Pero la I Guerra Mundial, a su vez, produjo un empeoramiento de las condiciones de vida de las clases más desprotegidas de la sociedad -una vez que se extinguió la bonanza económica generada por el conflicto- y consecuentemente un desarrollo de las ideas más avanzadas socialmente.

1915 Proyecto ensanche de San Sebastián por Gurruchaga y Azqueta
La guerra se vivió intensamente en la ciudad. Dejando a un lado la presencia de los refugiados -principalmente personas de alto nivel económico- en mayo de 1917 se vivió el episodio más dramático de la contienda para San Sebastián. 4 pesqueros donostiarras son hundidos por submarinos alemanes con el resultado de la pérdida de 4 vidas. San Sebastián acoge a una «Liga Antigermanófila» promovida por el Círculo Republicano donostiarra en la que participan políticos republicanos, liberales (Machimbarrena, Orueta, el Marqués de Seoane), socialistas como Guillermo Torrijos e incluso conservadores como el alcalde Gabriel María Laffite. Carlistas e integristas -a su vez- crean la «Liga Neutralista» que no oculta sus simpatías por los imperios centrales. Presidida por Juan de Olazábal se integran en ella políticos carlistas como José María Orbe o Cándido Gaitán de Ayala entre otros.
Pero en 1917 se producirá una de las convulsiones políticas más importantes de la Restauración; la huelga revolucionaria de agosto de 1917. En Gipuzkoa, en los años anteriores, se venía registrando ya un incremento de la conflictividad social que tiene su máxima expresión en la huelga de los papeleros de Tolosa, que mantiene cerradas las fábricas de la villa desde noviembre de 1916 hasta enero de 1917.
La huelga general da comienzo el día 13 de agosto, la misma fecha en la que debían dar comienzo las fiestas de la Semana Grande. El Gobernador Militar -Martínez Anido, que luego se hará tristemente célebre en Barcelona- decreta el Estado de Guerra y clausura la Casa del Pueblo. El conflicto, en el que no se producirán excesivos incidentes, terminará el día 16 de agosto. A pesar de ello las organizaciones obreras sufrirán una dura represión. El concejal socialista Cástor Torre es detenido. Torrijos, el principal líder del socialismo donostiarra, se verá obligado a escapar a Francia.
Pero la conflictividad social no descenderá y en 1920 se registrarán los incidentes sociales más importantes que se habían registrado en la capital donostiarra. El 23.5.1920 da comienzo una huelga en Rentería. El día 25 de mayo las organizaciones obreras decretan la huelga general para protestar por la actitud del Gobernador Civil que había detenido al Comité de Huelga renteriano. El 26.5.1920 San Sebastián amanece paralizada por los huelguistas produciéndose algunos incidentes. Ante esta situación el Gobernador decide clausurar el Centro Obrero situado en la calle Puerto. Los incidentes se siguen produciendo en las calles y el Ayuntamiento decide intervenir.

1920 Proyecto de ensanche de Gros-Ategorrieta por J. Machimbarrena y L. Díaz
El alcalde, Pedro Zaragüeta, recibe a una delegación de los huelguistas a los que promete que realizará gestiones ante el Gobernador Civil para que se retire la Guardia Civil de las calles de la ciudad a cambio del compromiso de una huelga pacífica. El alcalde, acompañado de varios concejales decide dirigirse a pie hasta el Gobierno Civil, situado enfrente del hotel María Cristina. En el camino se les van uniendo transeúntes que van engrosando una numerosa manifestación. Esta es interceptada por las fuerzas del orden en la confluencia del Bulevar con la calle Oquendo. Mientras el alcalde y los concejales son recibidos por el Gobernador Civil en la calle se producen cargas de la Guardia Civil que originan dos muertos y tres heridos de bala. Al día siguiente, tras ser puesto en libertad el comité de huelga, se da por concluido el conflicto y la normalidad se restablece.
Pero lo realmente importante de los sucesos de mayo de 1920 es la repercusión que tienen los mismos en la sociedad donostiarra. A escasas fechas del comienzo de la temporada veraniega los primeros incidentes de tipo social crean una gran intranquilidad en la capital. La prensa de la época se muestra alarmada por la situación y «El Pueblo Vasco» avisa de una posible ruptura de la paz social en San Sebastián a la vez que respalda al Gobernador Civil. Incluso desde la prensa más avanzada, como es el caso el diario republicano «La Voz de Guipúzcoa» se pide una definición clara del movimiento obrero, en un momento en que en el seno de las organizaciones socialistas se debate la posibilidad de adherirse a la III Internacional de orientación comunista. Pero la verdadera razón del conflicto de mayo de 1920 -que se sitúa en la base del mismo- está en el empeoramiento de la situación de los trabajadores. El descenso de su poder adquisitivo les conduce por el camino de la reivindicación por medio de la huelga. De todos modos el desarrollo, todavía escaso de las organizaciones obreras guipuzcoanas no les permite ejercer una acción eficaz. Prueba de ello es el fracaso de la huelga de agosto de 1920. A pesar de ello, y hasta 1923, se producirá un aumento de la conflictividad social en Guipúzcoa pese a que la situación de los trabajadores tiende a equilibrarse. De todos modos el sistema de la Restauración se encuentra y agotado y está incapacitado para dar una respuesta adecuada a los problemas que se le plantean.

1942 – Proyecto de nuevas ordenanzas para el ensanche de Amara por J. Machimbarrena
Esta situación de descomposición del sistema ideado por Cánovas desemboca en un desesperado intento de salvar la situación, y fundamentalmente a la Monarquía muy cuestionada por los desastres de la guerra de Marruecos. Ante el caríz que van tomando los acontecimientos -unido al incremento de la agitación social- el general Primo de Rivera opta por la vía del pronunciamiento.
En 1924 empieza el largo declive de la ciudad que apostó por el ocio y el turismo. Por un lado, se prohibe el juego. Con la desaparición de la actividad de los casinos, no sólo se pierde una entrada de dinero directa en la ciudad, además todo el tejido hostelero y comercial ve mermada su clientela. Por otro lado, la reina Mª Cristina muere en 1929 y Alfonso XIII elige Santander para veranear. Los planteamientos de nuevos ensanches con avenidas de aspecto parisino y propuestas atractivas para quedarse durante el invierno, se vienen abajo en pocos años.
En 1931, la llegada de la República no mejora las perspectivas de la ciudad y la crisis económica que vivirá el país en esos años repercute mucho en el sector inmobiliario. No obstante, es una época de renovación de la arquitectura. El movimiento moderno y sus radicales propuestas estéticas hacen acto de presencia en San Sebastián, de la mano de arquitectos jóvenes llenos de ilusión y de talento. El náutico de Aizpurua en 1929, la casa de la Equitativa de Arzadún en 1933 o “la casa de los solteros” de Mocoroa de 1936, son algunos de los ejemplos más brillantes. También en el urbanismo y en la forma de la ciudad se renuevan las propuestas.
La guerra civil pasa por la ciudad sin causar destrozos en lo construido. Una vez terminada, ya en la posguerra se retoman los planes de Amara. El urbanismo racionalista se disfraza de neo escurialense para meterse dentro de la piel con la que el Régimen de Franco quiere evocar el glorioso pasado imperial español. Aunque por dentro, el esqueleto viario y los espacios públicos siguen los estándares racionalistas.
La década de los 40′ ve arrancar las primeras operaciones importantes de viviendas protegidas. Hasta 1960 un porcentaje muy grande de lo que se construya se encontrará dentro de los diferentes grados de protección del Régimen. La Obra Sindical del Hogar y el Instituto Nacional de la Vivienda serán dos promotores esenciales. El proyecto de ciudad que proponen ya no es el de la 2ª residencia para veraneantes de la alta burguesía. Entre 1940 y 1960 se trata de alojar a los inmigrantes que llegan a trabajar y a los donostiarras que lo necesiten. La casa en propiedad se convierte en el producto inmobiliario estrella. El alquiler como propuesta mayoritaria ha pasado a la historia. Las nuevas familias convierten su casa en su inversión más importante a corto, medio y largo plazo. La fisonomía de la ciudad de la posguerra refleja claramente el cambio.
El año 1942 supone una de las primeras crisis de importancia del Régimen Franquista. A raíz del atentado de Begoña -en agosto de 1942- y la orientación que iba tomando la II Guerra Mundial el régimen va modificando sus posiciones. Muestra de este tímido cambio puede ser la designación de Rafael Lataillade, un ingeniero y delegado del Ministerio de Industria- para ocupar el cargo de Alcalde de San Sebastián. Durante su mandato se proyectan las viviendas de los funcionarios municipales en San Roque y Eguía.

1943 – San Sebastián
El final del conflicto europeo y la promulgación del Fuero de los Españoles, el año 1945, marcan el comienzo de una nueva etapa del régimen. Aislado internacionalmente y optando por desarrollar un modelo político propio, se avanza en la creación de un sistema corporativista que se conocerá como «democracia orgánica». En la misma la representación se organizará por estamentos, que son los llamados a elegir a sus representantes.
En el ámbito municipal la representación se organiza en función al tercio familiar -en la que se procede a la elección popular directa, eso sí, de los candidatos previamente aprobados -, el tercio sindical (en el caso de San Sebastián son 40 compromisarios representantes del Sindicato Vertical) y el tercio económico, que está formado por 39 sociedades e instituciones donostiarras.

1945 Proyecto de Urbanización del nuevo ensanche oriental por J. Alday
Fruto de esta nueva orientación son las elecciones municipales que se celebran 1948 y suponen un cambio sustancial en la vida municipal. Hasta el momento la formación del consistorio había dependido exclusivamente de las decisiones de la cúpula provincial del partido único. Tras las mismas es nombrado alcalde de San Sebastián el ingeniero de caminos Félix Azpilicueta, que permanecerá en el cargo hasta 1949 en que le sustituye Javier Saldaña que permanecerá en el cargo hasta 1952. Del mismo modo en la década de los cincuenta ocupará el máximo cargo municipal Antonio Pagola.
En 1958 llega a la alcaldía Antonio Vega de Seoane, en la que permanecerá hasta 1961. Durante su mandato se terminarán las obras de abastecimiento de agua desde Artikutza y se iniciará el colector de Ondarreta. Igualmente, en este periodo, los terrenos de Mompás pasan al municipio y el hospital de Manteo es traspasado a la Diputación.
A partir de 1960 la ciudad encara un cambio gigantesco, tanto cualitativa como cuantitativamente. Por un lado, la capital del veraneo de la élite pasa a mejor vida. Por otro lado, emerge un sector de servicios que se dedica a las necesidades provinciales. A esto se añade el desarrollo industrial tanto de Gipuzkoa, como del entorno donostiarra. En este contexto, la principal novedad es el crecimiento de la periferia con barrios residenciales que conectarán progresivamente los antiguos municipios anexionados o los barrios más alejados, con el centro.
1961 verá la llegada a la alcaldía de Nicolás Lasarte Arana. Nacido en Villabona es concejal desde 1943 y desde 1950 era subdirector letrado de la Caja de Ahorros Municipal. Aires de modernidad llegan al Ayuntamiento en 1964 con José Manuel Elósegui y durante se mandato se compró un «ordenador electrónico» para las labores municipales que costó la cantidad de 7 millones de aquellos tiempos. Siendo Elósegui alcalde se realizaron gestiones para restablecer el juego y crear facultades universitarias en San Sebastián. Igualmente se pusieron en marcha los grupos escolares de Eguía, Recalde e Ibaeta, se comenzó la variante de San Sebastián se construyó el aparcamiento subterráneo de Oquendo y se proyectó el paso subterráneo por debajo de la estación de Renfe.
A José Manuel Elósegui le sucedió en el cargo Miguel Muñoa. Industrial y presidente de la Cámara de Comercio y del Sindicato Provincial del Papel y Artes Gráficas, a la vez que Consejero Provincial del Movimiento, ocuparía el cargo hasta 1969.
Quizá uno de los alcaldes más recordados del pasado reciente de San Sebastián será Felipe de Ugarte. Natural de San Sebastián, y delegado del Ministerio de Información y Turismo desde 1953, llega al cargo de Alcalde en junio de 1969. De su gestión, que se extendería hasta febrero de 1974, se puede destacar la venta de la telefónica municipal -que supuso una notable mejora del servicio telefónico en la ciudad- y el derribo del Kursaal y de la plaza de toros de El Chofre.
El sucesor de Ugarte, Francisco Lasa, ya abordó el tema de la construcción de una nueva plaza de toros. En unas declaraciones publicadas en la prensa manifiesta su intención de estudiar su «…ubicación y construcción. Popularmente es un tema de enorme importancia. San Sebastián se llena de veraneantes de la zona centro y sur de España, grandes aficionados a los toros, y no podemos estar sin plaza…» Sin embargo los problemas políticos que se produjeron durante el mandato de Lasa fueron posponiendo la solución a este problema.

1950 – PGOU San Sebastián
Desde el primer momento del periodo autárquico, paradójicamente, ciertos aires renovadores se impulsarían en relación con objetivos territoriales y arquitectónicos acompañados, eso sí, de figuras retóricas y grandilocuentes acordes con el espíritu del que se denominó Movimiento Nacional. En este sentido, la figura del arquitecto guipuzcoano, elgoibarrés por su origen, Pedro Muguruza resultó decisiva desde su puesto al frente de la recién creada Dirección General de Arquitectura.
Muguruza impulsó decididamente, y como novedad, la elaboración del Plan de Ordenación de Guipúzcoa con la voluntad de que sirviera, además, como prototipo y como ensayo para poder abordar a continuación la ordenación de otras provincias y Áreas Metropolitanas siguiendo, en cualquier, caso algunos de los principios expuestos en la Carta de Atenas: “…la ciudad debe ser estudiada en el conjunto de su región de influencia. Un plan regional reemplazará el simple plan municipal. El límite de la aglomeración será función del radio de su acción económica…” La opción de Muguruza de seleccionar a Guipúzcoa para aquel, digamos, experimento fue intencionada y dirigida desde el primer momento y la justificó, sobre todo, en la voluntad de obtener una regulación urbanística de las actividades industriales, tan fundamentales en el caso de este territorio, y para poner freno a implantaciones desordenadas carentes de una visión amplia y de conjunto de lo que debería ser un armónico conjunto urbano.
Dicha experiencia, junto con la inmediata creación de la Comisión Provincial del Plan de Ordenación de Guipúzcoa (1944), supuso un impulso significativo para la formalización de casi una treintena de Planes Locales, o Generales, de las llamadas Villas Industriales; y todo ello coincidiendo con un periodo de aislamiento internacional en el que, además, tuvo lugar la II Guerra Mundial y sus consecuencias. El empeño del donostiarra Pedro Bidagor, como Jefe de la Sección de Urbanismo de la Dirección General y, posteriormente, como Jefe Nacional de Urbanismo, para el logro de aquel objetivo sería determinante. Con ello quedaría formalizado un esquema de ordenación territorial de Guipúzcoa, de características “orgánicas”, en el que la resolución personal del Jefe de la Oficina Técnica del Plan de Ordenación el arquitecto Félix Llanos sería, también, fundamental, destacando en este sentido la aprobación en el año 1951 de las Normas Urbanísticas del Plan de Ordenación (conocidas en la jerga profesional como “libro rojo”), elaboradas con espíritu unificador y que eran de obligado cumplimiento en los municipios de la provincia.
Bidagor fundamentó su pensamiento organicista destacando los 3 núcleos urbanos siguientes: 1. El representativo, cabeza urbana, sede de la dirección, de la inteligencia; 2. El central, cuerpo que encierra los servicios propiamente urbanos tales como el comercio, el esparcimiento, los más típicos órganos de la residencia y, 3. Los extremos o satélites, miembros elásticos, sede de la industria y de todas las funciones que requieran una independencia por razones de volumen, de molestias, de servicios especiales, etc.
En base a ese principio, se estableció la ordenación zonal de las Villas Industriales delimitándose aleatoriamente en cada municipio ámbitos en función de cada uno de los usos urbanísticos previstos, obteniéndose de esa forma, mediante una zonificación disgregada y en general carente de sentido estructural y definitorio de elementos urbanos de calidad conjuntos en los que, al margen de las respectivas características topográficas, se conformarían piezas urbanas en las que la pérdida de identidad de la Ciudad sería irreparable. La unión de todos los planes municipales, junto con la definición de diversos elementos estructurales de movilidad y transporte (carreteras, ferrocarril, puerto de Pasajes y aeropuerto), conformaron el Plan de Ordenación de Guipúzcoa.

1950 – Plan de Ordenación de San Sebastián y su zona de Influencia
Simultáneamente en el tiempo, en 1950, se elaboró el PGOU de San Sebastián y de su Zona de Influencia. La naturaleza del trabajo quedaba precisada en los términos siguientes: “…El Plan, apoyado sobre el área de terreno que reúne los grupos sociales afines de recíproca influencia, prevé el desarrollo orgánico del conjunto de municipios que integran la Unidad Comarcal, cuya delimitación responde a circunstancias claras y reales, tanto en el orden topográfico como en el económico y político. Este campo de actuación afecta a los municipios de San Sebastián, Orio, Usurbil, Andoain, Urnieta, Hernani, Oyarzun, Rentería, Lezo y Pasajes…” Sin embargo aquel Plan General, a pesar de la presencia de Bidagor en su formulación, no encajaba con las ideas que él mismo tenía desde su perspectiva como impulsor de la futura Ley del Suelo por lo que, finalmente, no prosperó en su tramitación.
En relación con el PGOU de Guipúzcoa, con fecha 15.12.1956, como consecuencia de la promulgación de la Ley del Suelo, el Gobernador Civil, en su calidad de Presidente de la Comisión del Plan declaró disuelta la misma sustituyéndola por la Comisión Provincial de Urbanismo. De las previsiones del Plan de Ordenación Provincial el resultado más destacado consistió en la formulación individualizada de un conjunto de documentos de planeamiento urbanístico de ámbito local -planes generales de las Villas Industriales- todos ellos, prácticamente, cortados en su estructura bajo el mismo patrón, que posibilitaron, al margen de su propia calidad intrínseca, disponer de un cuerpo documental homogéneo, siguiendo las pautas marcadas por su mayor impulsor: Pedro Bidagor.
Hacia 1951, la ciudad de San Sebastián (113.000 habitantes) se encuentra presidiendo un área en la que viven unas 140.000 personas, sobre unas 616 ha de superficie urbanizada, de los que 407 ha pertenecen al municipio de la capital. El salto experimentado desde 1850 ha sido considerable; en aquella fecho la poblacián del conjunjo era de unas 33.000 personas, que ocupabon una superficie urbanizado de 79 ha.
En esa expansión se puede apreciar varias tendencias que, aunque se solapan en el tiempo, se producen de manera cronológica, por un lado la tendencia racionalista, empleo del bloque abierto, paralelo, igualitario en consonancia con los aires de la nueva arquitectura del Movimiento Moderno; por otro, y ya en los años 70′, la recuperación de la historia que reacciona frente a la anterior en un intento de recuperar las formas tradicionales arrinconadas por el moderno.
Sin embargo, San Sebastián es de difícil orografía y el tejido tradicional de ensanche no es fácil reproducirlo, por lo que, junto a esa recuperación de la historia, se produce paralelamente la experimentación con bloques aislados.
En los últimos años, como en muchos ámbitos españoles se ha producido una serie de actuaciones que tienen su base geográfica en las periferias de las ciudades, y en la reestructuración interna. Éstas se producen mediante el establecimiento de lo que se puede denominar iconos urbanos. En cuanto o las primeras, en San Sebastián en este momento se produce sobre todo actuaciones de baja densidad.
Antes de la consideración de cado uno de los desarrollos habidos, sin embargo, se mencionarán los Planes Generales (1962 y 1988-95) para tener una visión global de la ciudad. El Plan de 1962 se trata de un Plan General en el que es notorio una cierta preocupación por los resultados obtenidos en el barrio de Amara debido al afán especulativo que guió los desarrollos urbanos. En 1977 se sometió a revisión el PGOU de 1962, sin emborgo por cuestiones diversas el plan no fue aprobado hasta 1995. Este último se comenzó a revisar en 2002 y actualmente todavía sigue en marcha su revisión.
En 1950 se radactó un Plan Previo que 4 años después fue aprobado con algunas reservas por la Comisión Central de Urbanismo. También se había comenzado el Plan provincial de Ordenación, pero el PGOU de San Sebastián se formula en 1962 con la pretensión de adaptarse a las finalidades perseguidas por la Ley del Suelo de 12.5.1956. Buscaba afrontar la necesidad de vivienda derivada por la creciente inmigración a la ciudad. Es totalmente patente que era necesaria una nueva visión, un planteamiento general para la tendencia expansiva que se impone en la ciudad.
El balance de actuaciones del PGOU-1962, en el que se establecían previsiones a 45 años vista, es el siguiente: de los 35 polígonos previstos, se construyeron 32, y de estos sólo 2 conforme a lo establecido en el Plan. De esto se deduce que el grado de incidencia del planeamiento general urbanístico fue muy bajo, y que el desarrollo urbano de la ciudad poco tuvo que ver con él.

1962 PGOU San Sebastián
El PGOU-1962 permitió que se elevara la densidad de áreas urbanas que antes no la tenían, como son Miraconcha, el Antiguo, la Vega del Urumea y el corredor que se dirige hacia Pasajes y Rentería. Con estos aparece una amplia gama de tejidos urbanos heterogéneos, con diferentes grados de transformación, consolidación y deterioro. Se produce una intensa fragmentación de las áreas urbanas en sectores desordenados con gran variedad de usos del suelo, y girando toda su actividad en torno a la red viaria que se resiente de esta «acometida» urbano-industrial. El crecimiento de la ciudad disfruta de un nuevo marco que con los años se comprobó que tampoco acababa de responder a los problemas de base a los que se quería atender.
En el caso de San Sebastián, los primeros planes consolidaron el ensanche de Cortázar y el denominado «II Ensanche», el de Amara con claro aire racionolista. A su vez se desarrollaron zonas residenciales como la de Miraconcha o Ayete caracterizadas por su difícil topografía y que se llevaron o cabo a través de edificaciones de baja densidad que se han convertido en zonas de alto nivel de la ciudad.

1966 Plan Provincial de Guipuzcoa
En las décadas siguientes se levantaron nuevas barriadas en los bordes de la ciudad, en el O, Berio en los años 70′, y en el S, Intxaurrondo norte en los años 80′. Durante estos años se colmataron también algunas zonas como Amara, Eguia, Ametsagaina y Gros.
La inoperancia del PGOU anterior provocó que en 1973 se planteara su revisión, acción que se concretó en 1977, encargándose los trabajos al equipo dirigido por Francisco de León. Pero el «Avance» presentado en 1984 mereció la consideración negativa tanto del Gobierno Vasco como del Ayuntamiento.

1995 – PGOU San Sebastián
El PGOU aprobado definitivamente mediante resolución de la Diputación Foral de Gipuzkoa de 16.11.1995 –en adelante PGOU1995-, modificado en diversas ocasiones, y complementado con los planes parciales, especiales, etc. promovidos y aprobados en su desarrollo a lo largo de los años de vigencia del mismo, define el régimen urbanístico vigente en Donostia-San Sebastián en el momento de la elaboración y tramitación del nuevo y vigente PGOU-2010.
En los distintos documentos elaborados en la primera fase de trabajo de este proceso de revisión, a la que se hace referencia en los siguientes apartados, se incluye un análisis tanto de las previsiones del referido planeamiento como del grado de desarrollo y ejecución del mismo. De ahí que, en este momento, nos remitamos a lo expuesto a ese respecto en esos documentos. Años después, mediante resoluciones de 23 de enero y 17.12.2001, y 30 de abril y 31.5.2002, el Ayuntamiento acordó iniciar el proceso de revisión del citado Plan General de 1995.
Considerado desde esa perspectiva, el nuevo Plan General y sus propuestas tienen el fin de, tras su aprobación definitiva, sustituir al PGOU-1995 y al régimen urbanístico resultante del mismo, sin perjuicio de su consolidación en los supuestos que así se indica a lo largo del mismo.
El PGOU-2010 empezó a redactarse en 2002, dentro del proceso de revisión del PGOU1995. Mientras se redactaba, entraron en vigor la nueva Ley de Suelo del País Vasco (2006) y la nueva Ley estatal de Suelo (2008). El PGOU-2010 retomó las propuestas del PGOU-1995 y remató la mayoría de ellas. Además, puso en marcha desarrollos que estaban previstos pero que había que precisar con un programa para que pudieran materializarse. Es el caso de Auditz-Akular en Altza y Antondegi en Martutene. También se definieron nuevas actuaciones como la de Zubieta.
En total se ordenaron algo más de 18.000 nuevas viviendas, todas en bloques de vivienda colectiva, así como 970.000 m2 nuevos destinados a actividades económicas. Se proyectaron o potenciaron grandes infraestructuras como la EDAR de Loiola (depuradora), la planta de valorización energética en Artzabaleta, la cárcel de Zubieta, La entrada del tren de alta velocidad, la estación de autobuses, los enlaces de la variante hacia Altza y Auditz, las estaciones del Topo o de Euskotren en distintos barrios, o el encauzamiento del río Urumea. Además, se consolidaron y amplíaron los espacios libres urbanos hasta alcanzar la superficie de 2.000.000 de m2. Lo mismo se hizo con los parques rurales previstos en el plan de 1995, con 9.600.000 m2.
Las incertidumbres existentes en su día (2010) sobre la línea de alta velocidad, la autovía del Urumea y el encauzamiento del río, entre otras, hicieron que el nuevo PGOU-2010 quedara suspendido (no aprobado) en la Vega del Urumea donde, precisamente, radican algunas de sus propuestas más relevantes. Despejadas algunas de aquellas incógnitas, se halla en avanzado estado de tramitación el documento de levantamiento parcial de aquella suspensión que, con matices, retoma aquellas propuestas y completa el PGOU-2010.
La ciudad encerrada en los límites del ensanche de Cortázar empezará a recibir una consideración especial, que se concretará en los 80′ con la redacción de la ordenanza especial para el Área Romántica, nombre que se le aplicará a este sector en lo sucesivo. Gros seguirá trabajándose desde la necesidad de unificar y conectar sus distintos fragmentos y todos los espacios ocupados por edificaciones anteriores al plan tratarán de compactarse y llenar vacíos.
Pero lo más llamativo y lo más relevante de este periodo será el crecimiento de la periferia donostiarra. La población obrera, que tenía poco sitio en el ensanche, demandará grandes áreas residenciales al calor del crecimiento industrial. Aunque no pueda ejecutarse la ordenación comarcal que quiere el plan de 1962, ya que lo que propone el plan sólo es obligatorio en el término municipal de San Sebastián, sí hay líneas de avance hacia los límites extremos que tendrán continuidad hasta hoy. Por Ategorrieta hacia Altza, la Herrera y Pasajes o Intxaurrondo y la Paz, se definirá una zona residencial obrera asociada a la industria del entorno del puerto. El Antiguo hacia Igara y Añorga verá crecer áreas residenciales con modelos de viviendas para todos los segmentos sociales. Amara se convertirá en un barrio urbano compacto para la burguesía media y encontrará su continuación natural por el Urumea, hacia Riberas de Loyola y Martutene. Entre ellos, nuevas infraestructuras viales, desde la variante a todos lo proyectos que conceptualmente derivan de ella. También nuevos equipamientos, polígonos industriales modernos, un estadio y muchas otras cosas.
De 1960 a 2013, San Sebastián sufrirá cambios profundos que modelarán una etapa nueva en la que el ensanche se habrá superado, como el plan de Cortázar superó al proyecto neoclásico de Ugartemendía para la Parte Vieja. Pero también, en esas últimas décadas del siglo XX y gracias a la suma de mutaciones, crecimientos y adaptaciones, Donostia se habrá convertido en una referencia territorial para su entorno geográfico y una ciudad proyectada con decisión hacia el siglo XXI.
San Sebastián tiene Grandes desarrollos urbanísticos residenciales en ejecución y/o pendientes de edificación que acumulan 1.222.760 m2 de techo residencial para 11.026 viviendas previstas, estando pendientes 8.301 viviendas. Son sectores como AL 20 AUDITZ-AKULAR (641.713 m2 de suelo para 297.014 m2 de techo para 3.062 viviendas), o MA.08 ANTONDEGUI (674.196 m2 de suelo para 300.877 m2 de techo para 3.143 viviendas).

Desarrollo urbano de San Sebastián
San Sebastián-Donostia: Una capital europea de la cultura llena de polémica.
El reto es activar espacios de participación más allá de los eventos de éxito en una ciudad donde el precio de la vivienda se sitúa en 4.000 €/m2.
La capitalidad cultural europea concedida a San Sebastián para 2016 ha sido una bomba de relojería. Tras el desconcierto institucional y los celos mostrados por el anterior equipo municípal liderado por el socialista Odón Elorza ante lo que considera una instrumentalización del evento por parte del actual alcalde de Bildu, Juan Carlos Izagirre, se han sucedido 4 años de zancadillas, desavenencias, dimisiones, ceses, rectificaciones de objetivos y acusaciones malintencionadas en ambos sentidos.
Hasta abril, nadie conocía ni una sola pincelada del programa cultural que deberá exhibirse en la capital donostiarra a partir del 1 de enero. Los responsables europeos tuvieron que apretarle las tuercas al patronato – Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa yAyuntamiento para que acelerase el megaevento de 2016. Esta presión ha servido para que la ciudadanía conozca que habrá un festival antibelicista, un autobús-embajada que recorrerá 12 países europeos, una propuesta para apoyar la creación literaria en lenguas minorizadas y un encuentro europeo de improvisadores orales. Hasta otoño, no se sabrá más.
El resto de los problemas están centrados en la vivienda, cuyo precio se ha detenido en los 4.000 €/m2. Una cifra estratosférica que sitúa a Donostia en el ranking de las ciudades más caras de España y de Europa.
Los especuladores consideran que no es un precio desorbitado para una urbe que presume de tener excelentes servicios públicos al alcance de la mano. Una buena parte de sus vecinos opina de otra forma. El barrio de Amara está empapelado de carteles exigiendo el derribo del viaducto de la autopista. Muchas zonas de Martutene se sumergen bajo las aguas cada vez que llueve con fuerza y se desborda el río Urumea. Las conexiones ferroviarias siguen partiendo en dos el centro urbano de la ciudad y, lo que es peor, apenas 20 de las 40 asociaciones vecinales censadas perrnanecen activas porque en Donostia prima la visíón sectorial de desarrollo urbano.
En la última legislatura se ha intentado paliar este déficit abiendo espacios a la participación ciudadana. En noviembre de 2013 se celebró una consulta en Igeldo en la que sus ciudadanos decidieron desanexionarse de la ciudad y convertirse en un municipio independiente.
El palacio Kursaal y el proyecto de la antigua Tabacalera centra las energías de una corporación gobernada en minoría por la izquierda abertzale. La dividida oposición no le ha dado tregua. Tan solo los eventos de siempre,el Festival Internacional de Cine y el Jazzaldía, han logrado poner a todos de acuerdo.
Cercanías: Una radiografía diferente de cuestras ciudades. Diagonal-La Marea. 2016
El Informe Anual de Sostenibilidad de 2013 de San Sebastián, intenta mostrar cuál es la situación del municipio en esta materia y la evolución que anualmente experimenta. Es un estudio que permite saber cuáles son los puntos fuertes de la ciudad desde criterios de sostenibilidad, puntos sobre los que no podemos permitirnos bajar la guardia para que continúen siendo un referente; y cuáles son las carencias que constatamos, cuestiones sobre las que tendremos que actuar para tratar de que mejoren.
Destaquemos 2 indicadores: Intensidad de uso del suelo residencial (6) y Compacidad Urbana (7).
El 1º, refleja cuál es el número de habitantes/ha en suelo residencial. Valor 134,29 hab/ha.
(Considerando como un escenario aceptable en términos de sostenibilidad una horquilla de entre 160 y 400 hab/ha, la intensidad de uso del suelo residencial en la ciudad se puede considerar baja, aunque la media obtenida no refleja la diversidad de densidades existentes en los diferentes barrios de la ciudad.)
El índice de compacidad urbana muestra la relación entre el número de viviendas en suelo urbanizado y la superficie total de suelo urbanizado del municipio. Es una aproximación a la idea de eficiencia edificatoria con relación al consumo de suelo. Valor 44,24 viv/ha.
(Teniendo en cuenta que las características orográficas y morfológicas vienen determinando, entre otras cuestiones, el tejido urbano de la ciudad, un rango que oscile entre 60 y 150 viviendas por hectárea puede ser un referente de modelo urbano de referencia.) La media obtenida refleja una ciudad, en general, poco compacta, si bien conviene analizar el dato barrio a barrio y tener en cuenta las diferentes características históricas, sociales y geográficas de cada uno de ellos.
La ciudad es compacta en la zona Centro y en los barrios consolidados y llanos como Gros y Amara. Otras zonas que presentan, según la distribución de barrios, densidades urbanas compactas son los barrios de Altza, Bidebieta y Antiguo. El resto de la ciudad es poco compacta, incidiendo en ello la complejidad de la orografía urbana de la ciudad. Se debe tener en cuenta que existen barrios básicamente residenciales, como Gros, y otros barrios en los que además del suelo residencial existen suelos con otros usos, como uso industrial, terciario, etc., lo que incide en la baja densidad de los mismos.
En 2013 los índices de compacidad urbana por barrios han variado respecto a años anteriores: por un lado, el número de viviendas por hectárea ha disminuido –en mayor o menor medida– en barrios como Martutene e Intxaurrondo (siguiendo la tendencia de años anteriores), así como en Loiola (por derribos efectuados en Txomin Enea). Por otra parte, el mayor incremento de viviendas por hectárea se ha dado en Amara Berri (tal y como ocurrió en 2011 y 2012), seguido por Aiete.
Así, en los barrios periféricos poco compactos, la ejecución de viviendas de baja densidad sigue incidiendo en la baja compacidad urbana de estas zonas, en las que además, su urbanización ha seguido desarrollándose para acoger servicios e infraestructuras viarias.
El incremento del índice de compacidad en Amara Berri, se explica por la tipología y las viviendas construidas en Morlans y Riberas de Loiola.

Udalplan 2014
La Ley de Ordenación del Territorio del País Vasco, Ley 4/1990 de 31 de Mayo, estableció los instrumentos para la ordenación territorial de la CAPV: Las Directrices de Ordenación Territorial, los Planes Territoriales Parciales y los Planes Territoriales Sectoriales. Mediante el Decreto 28/1997, de 11 de febrero, del Gobierno Vasco se aprobaron las Directrices de Ordenación Territorial de la CAPV, que constituyen el marco de referencia para la formulación y redacción de dichos Planes.
En las Directrices de Ordenación Territorial se estableció la subdivisión territorial del conjunto de la CAPV en quince Áreas Funcionales. La situada en el extremo NE de la CAPV se denominó Área Funcional de Donostia‐San Sebastián, comprendiendo los términos municipales de Andoain, Astigarraga, Donostia‐San Sebastián, Errenteria, Hernani, Hondarribia, Irun, Lasarte‐Oria, Lezo, Oiartzun, Pasaia, Urnieta y Usurbil. Trece municipios en total.
La redacción del Plan Territorial Parcial de Donostialdea‐Bajo Bidasoa se había iniciado, no obstante, con anterioridad, durante el periodo 1992‐1995. Su elaboración se integró dentro de un proceso de formulación globalizada de los seis Planes Territoriales Parciales correspondientes al Territorio Histórico de Gipuzkoa, por iniciativa compartida del Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa. Esta fase concluyó en 1995 con la elaboración, por Ortegi S.L., del documento “Avance del Plan Territorial Parcial del Área Funcional de Donostialdea‐ Bajo Bidasoa” y, en paralelo, los Avances de los PTP de las restantes áreas funcionales de Gipuzkoa.
La dinámica de redacción de los PTP de Gipuzkoa fue retomada en 1997, también bajo la tutela conjunta de la Diputación Foral de Gipuzkoa y del Gobierno Vasco. Se acomete, entonces, la elaboración individualizada de cada uno de los seis PTP, apoyándose, sin embargo, en la exposición pública de los Avances elaborados en 1995. En el caso concreto del PTP de Donostia‐San Sebastián los nuevos trabajos, realizados por D. Francisco de León, se concretaron en 1998 en un “Informe de Valoración Inicial del Avance del PTP”.
En el año 2001 se reanuda el proceso, encargándose a Ikaur S.L. la redacción de un nuevo documento de Avance. El nuevo Avance del PTP del AF de Donostia‐San Sebastián se elabora en diciembre de 2002 y es presentado públicamente en marzo de 2003, abriéndose a continuación el trámite de información pública, según lo dispuesto en el artículo 13.4 de la LOT.
Al inicio del año 2008 la Dirección de Ordenación del Territorio del Gobierno Vasco y la Dirección General de Ordenación del Territorio de la Diputación Foral de Gipuzkoa deciden proseguir la tramitación del PTP. Se procede en julio de 2008 a la elaboración de un documento de Criterios, Objetivos y Soluciones Generales del PTP, que incluía una actualización de los principales contenidos del Avance, sintetizada en un Diagnóstico Actualizado, y los informes de contestación a los escritos de sugerencias al Avance.
En paralelo, se procede, con fecha 19.2.2008, al inicio del trámite ambiental de consultas previas, de conformidad con lo dispuesto, tanto en el artículo 9 de la Ley estatal 9/2006, de 28 de abril, sobre la evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente, como en el artículo 6 del Decreto 183/2003, de 22 de julio, por el que se regula el procedimiento de evaluación conjunta de impacto ambiental, a los efectos de emisión del denominado “documento de referencia” para la posterior elaboración del correspondiente Estudio de ECIA.
Con fecha 24.9.2008 la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco formula el documento de referencia para la Evaluación Conjunta de Impacto Ambiental del Plan Territorial del área funcional de Donostia‐San Sebastián (Donostialdea‐Bajo Bidasoa).
Con fecha 12.12.2008 se aprueba por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno Vasco el documento de “Criterios, Objetivos y Soluciones Generales del Plan Territorial Parcial del Área Funcional de Donostia‐San Sebastián (Donostialdea‐Bajo Bidasoa)” y con fecha 3.3.2009 lo aprueba el Consejo de Diputados de la Diputación Foral de Gipuzkoa incluyendo un anexo con matizaciones de carácter no sustantivo.
En enero de 2010 se culmina la redacción del documento del Plan Territorial Parcial del Área Funcional de Donostia‐San Sebastián (Donostialdea‐Bajo Bidasoa) promovido conjuntamente por el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa. El 12.7.2010 la Viceconsejería de Medio Ambiente formula el informe preliminar de impacto ambiental del PTP del A.F. de Donostia‐San Sebastián.
El 16.7.2010 se aprobó inicialmente el Plan Territorial Parcial del Área Funcional Donostia‐San Sebastián (Donostialdea‐Bajo Bidasoa) mediante Orden de la Consejera de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco.
El 16.8.2010 el Consejo de Diputados de la Diputación Foral de Gipuzkoa, a propuesta de la Diputada Foral de Movilidad y Ordenación del Territorio, acordó manifestar la adhesión a la aprobación inicial del Plan Territorial Parcial del Área Funcional de Donostia‐San Sebastián (Donostialdea‐Bajo Bidasoa).
A partir de la aprobación inicial del PTP se abrió un periodo de información pública y de audiencia a las administraciones interesadas, que, tras las oportunas prórrogas, concluyó el 20.1.2011. Como resultado del proceso de información pública se recibieron, al margen de 4 alegaciones en las que se solicitaba la ampliación del plazo de contestación, un total de 90 escritos de alegaciones, 79 dentro de plazo y las 11 restantes fuera de plazo.
En mayo de 2011 se elabora el documento de “Análisis de los Contenidos de las Alegaciones” en el que se realiza una primera evaluación del conjunto de las diferentes cuestiones planteadas al PTP como resultado del proceso de exposición pública. Así mismo, en mayo de 2011 se celebran elecciones municipales y forales, de las que se derivan cambios de responsables políticos, tanto en la Diputación Foral de Gipuzkoa, como en algunos Ayuntamientos y otros estamentos administrativos del área funcional.
Esta circunstancia junto a la significativa incidencia de la fuerte ralentización económica de los últimos años deriva nuevamente en un largo proceso de reconsideración, técnica y política, de las administraciones promotoras del PTP en relación con sus propuestas de ordenación territorial.
Tras este proceso de reflexión, desarrollado en paralelo a la revisión de algunas de las determinaciones básicas de las Directrices de Ordenación Territorial, priorizando la densificación y rehabilitación de la ciudad ya construida frente a la expansión urbana, se ha decidido en 2014 la continuación del proceso de tramitación del PTP, con la elaboración de un documento reformado del PTP para su sometimiento de nuevo al trámite de aprobación inicial y exposición pública del mismo.
«…Donostia‐San Sebastián, en tanto que capital del Territorio Histórico, ha constituido históricamente su polo terciario de referencia y atractividad desde dos vertientes genéricas de actividad: La turística en sentido amplio, vinculada en buena medida a sus valores paisajísticos ‐tanto naturales como urbanísticos‐ que ha actuado de sector tractor para actividades hosteleras y lúdicas de apoyo. Y la asociada a las actividades de economía urbana propias de un núcleo poblacional relevante: comerciales, educativas, sanitarias, financieras, institucionales o de la administración etc.
Desde ese contexto ya terciarizado, la progresiva salida del casco urbano de la industria existente, unida al proceso de desanexión de Astigarraga ‐reserva de potencial industrial del municipio durante años‐ han contribuido a modelar un perfil de monocultivo terciario (85% del empleo asalariado). Partiendo de este perfil, de un entorno urbano de alta calidad dotacional y de equipamientos, y unos recursos humanos y empresariales altamente competitivos, el futuro socioeconómico del Centro de Donostialdea apunta progresivamente hacia su capacidad para la creación y dinamización de la “Industria del Terciario”; entendiendo por tal la superación del terciario tradicional, y el desplazamiento hacia el desarrollo de un terciario avanzado.
Esto supone complejizar el concepto de turismo tradicional sustituyéndolo por una atractividad múltiple y diversificada, asociada a actividades culturales, artísticas, lúdicas, deportivas… de rango y repercusión nacional e internacional; y complementar las actividades terciarias tradicionales propias de la economía urbana con iniciativas económicas intensivas en conocimiento y de alto valor añadido. La primera vertiente implica perseverar en la senda de la dotación de equipamientos singulares de rango regional ‐Auditorio, Palacio de Congresos, Museos, Estadios e instalaciones deportivas y de espectáculos‐, y de un tejido empresarial e institucional capaz de posibilitar la dinamización sistemática deeventos de rango y atractivo internacional en esos ámbitos ‐congresos y eventos científicos, empresariales, culturales, artísticos, deportivos, musicales, cinematográficos, teatrales, gastronómicos, etc.‐ como motor de atractividad externa. La segunda supone un salto hacia la innovación y la investigación a través de Servicios Empresariales Avanzados, Nuevas Tecnologías, etc…»
En el PTP se establecen, de forma previa al enunciado de los parámetros cuantitativos para la regulación del dimensionamiento del parque residencial planificado, los siguientes criterios generales para la planificación urbanística del parque residencial de viviendas del área funcional:
En el planeamiento urbanístico se debe priorizar el crecimiento del parque residencial basado en la reordenación interna y el mejor aprovechamiento de los tejidos urbanos ya existentes, mediante procesos de reconversión y de rehabilitación urbanística, a la programación sistemática de operaciones expansivas de ocupación de nuevos suelos. Con esta estrategia de desarrollo sostenible se posibilita el aprovechamiento y renovación de los soportes infraestructurales ya existentes, sin requerir nuevos consumos de suelo y la construcción de nuevos elementos infraestructurales y dotacionales innecesarios.
En el planeamiento urbanístico se deberá asumir y contemplar la existencia dentro del parque residencial de un stock técnico permanente de viviendas desocupadas y de un porcentaje más o menos significativo de viviendas utilizadas como segunda residencia o destinadas a otras actividades. La presencia dentro de los parques residenciales previstos en los documentos de planeamiento urbanístico de porcentajes significativos de viviendas destinadas a segunda residencia o a actividades terciarias compatibles (oficinas, despachos, etc…), debe asumirse como un fenómeno insoslayable y positivo de nuestras ciudades. Salvo en casos de desviaciones excesivas, que no se presentan en el AF de Donostia‐San Sebastián, esta circunstancia resulta urbanísticamente conveniente y necesaria, por facilitar los movimientos de renovación del parque y transferencia de viviendas, fomentar la diversificación de actividades, evitar la excesiva uniformidad de vecindarios, agilizar el funcionamiento del parque de alquiler de viviendas y posibilitar, en suma, una mayor movilidad e interacción social y funcional dentro del tejido urbano residencial.
En el planeamiento urbanístico se deberá contemplar, en el diseño del parque de viviendas de cada municipio, la creciente demanda de nuevas fórmulas de residencia, previendo por ello tipologías de residencias colectivas, apartamentos tutelados y otros formatos alternativos de habitación permanente, en algunos casos adscribibles al epígrafe del equipamiento dotacional.
Finalmente, y sobre todo mientras se apliquen políticas de vivienda conducentes a la incentivación de la tendencia a la disminución del tamaño del “grupo familiar” que habita en una vivienda, se deben contemplar en el planeamiento urbanístico los cambios tipológicos y/o de adecuación normativa que posibiliten el incremento del número de viviendas sin aumento de la superficie de techo ya edificado, o del techo edificable previsto, dando así respuesta a dicha tendencia. (Disminución de la superficie mínima de la vivienda, posibilidad de división de algunas de las viviendas existentes, posibilidad de reutilización de determinados locales como viviendas, etc…).
Conviene precisar, en todo caso, que la actual tendencia de disminución progresiva del tamaño de la vivienda familiar contrasta significativamente con una estrategia de priorización del desarrollo sostenible de forma compatible con políticas sociales de resolución de la problemática de acceso a la vivienda como derecho universal de la población.
PLAN TERRITORIAL PARCIAL DEL ÁREA FUNCIONAL DE DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN (DONOSTIALDEA-BAJO BIDASOA) Doc. A MEMORIA
En el Informe de Evaluación de la política de alquiler en julio 2013, se enuncia:
«…El Plan Director de Vivienda y Regeneración Urbana 2010-2013 se ha sustentado sobre dos pilares básicos: el fomento del régimen de alquiler y el impulso de la actividad de rehabilitación. El Departamento de Empleo y Políticas Sociales ha centrado sus esfuerzos hacia un régimen de tenencia, el alquiler, que ha considerado más conveniente de cara a dar respuesta a las necesidades de vivienda de las personas con menores recursos.
Sin embargo, la coyuntura no ha sido la más adecuada, puesto que la falta de financiación para la promoción de viviendas protegidas en régimen de alquiler ha impedido al Departamento cumplir sus expectativas, siendo muy difícil los primeros años, y prácticamente imposible en el último ejercicio, el desarrollo de nuevas promociones en régimen de alquiler.
La reacción del Departamento fue inmediata y modificó los objetivos inicialmente previstos, dirigiendo el impulso del alquiler hacia otras fórmulas más viables en el corto plazo, como el Programa Bizigune y el nuevo programa de intermediación en el mercado de alquiler (ASAP).
Es decir, ante la imposibilidad de edificar nuevas viviendas, se trata de poner en el mercado de alquiler las viviendas de segunda mano pertenecientes a particulares.
Hay que destacar que, a pesar de las dificultades encontradas, se ha conseguido alcanzar el 43% de la nueva edificación en alquiler prevista y el 94% del objetivo esperado en el Programa Bizigune. En cuanto al Programa ASAP, ha sido puesto en marcha más tarde de lo previsto y en 2012 se ha configurado la red de agentes colaboradores con lo que se puede decir que se han sentado las bases para comenzar a recoger los frutos en el ejercicio 2013…»
El crecimiento medio del parque de viviendas en el conjunto del A.F. Donostia-San Sebastián durante el periodo 1991‐2013, periodo de crecimiento económico sostenido hasta 2007 y de acusada ralentización entre 2008 y 2013, ha sido de, aproximadamente, 2.257 nuevas viviendas por año (5,8 nuevas viv/año y mil habitantes). A partir de este dato, y teniendo en cuenta, ahora, la previsiblemente irrepetible buena coyuntura media, el carácter progresivamente decreciente del efecto de la disminución del tamaño familiar, la necesidad, cada vez más insoslayable en atención a criterios de sostenibilidad, de dedicar buena parte del esfuerzo constructor a políticas de rehabilitación del parque existente, así como la coyuntura desfavorable del punto de partida del periodo 2015‐2030, horizonte temporal del PTP, con la necesidad de absorber un importante stock de viviendas no vendidas, se plantean los siguientes ratios ponderados, con la previsión de una prudente extrapolación a la baja, para la estimación del crecimiento anual previsible en el futuro próximo del parque de viviendas en el conjunto del AF Donostia‐San Sebastián:
3,78 viv. /año y 1.000 habitantes (12.240 viviendas a razón de unas 1.530 viviendas por año) para el periodo 2015‐2022.
3,67 viv. /año y 1.000 habitantes (11.900 viviendas a razón de unas 1.488 viviendas por año) para el periodo 2023‐2030.
La propuesta para el dimensionamiento del crecimiento del parque residencial planificado hasta 2022 (nº de nuevas viviendas a planificar respecto a las viviendas existentes en 2013) queda establecido en las zonas de Donosti-San Sebastián Este (1.467 min-1.985 máx), en Centro de Donosti-San Sebastián (6.928 mín-9.374 máx), y en Donosti-San Sebastián Oeste (entre 13 y 18 viviendas); para el plazo de 2030, son respectivamente Este (2.260-3.058), Centro (10.674-14.441) y Oeste (21-28). Suman entre (8.416-11.377) para el año 2022 y para el año 2030 son (12.955-17.527). Total entre 21.371 y 28.904 nuevas viviendas hasta el año 2030, en el término municipal de Donostia-San Sebastián. Finalmente presenta la capacidad residencial para el Area Funcional, elaborado en el marco del proceso de Modificación de las DOT (directrices de ordenación del territorio) en lo relativo a la cuantificación residencial en el Plan 2014-2022 entre un valor mínimo de 5.400 nuevas viviendas y un máximo de 10.800 viviendas para San Sebastián-Donostia.
San Sebastián hoy tiene una población de 186.095 habitantes y un parque residencial de 88.649 viviendas.
«…El pasado día 30 de noviembre se presentó en Donostia el foro “Distribución Urbana de Mercancías”. El foro ha sido impulsado por el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, con el apoyo del Clúster de Movilidad y Logística de Euskadi…», «…limitar el crecimiento» de los núcleos urbanos y por «poner el acento» en su rehabilitación, regeneración y adecuación a las nuevas realidades, por ejemplo, en materia de accesibilidad…», «…modelo energético basado en el ahorro, en la eficiencia y en el papel de las energías renovables…» o «…impulsar los principios de la economía sostenible para el tratamiento de los residuos y de hacer un territorio más inclusivo en el que todos sus habitantes, sin discriminación alguna, puedan disfrutar libremente de todos los espacios…»
o «La implantación de la bici como alternativa real para una movilidad sostenible».
Juegan en otra división…?
Cada mercado es local.
Cada municipio tiene su singularidad.
Cada municipio se retrata en su parque residencial.
…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España