SEVILLA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha.

tabla-sevilla-edificaciontabla-sevilla-edificacionEstos gráficos representan el Parque Residencial de SEVILLA.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (<1900).

Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.

delvi sevilla.png

sevilla-piramideTabla Sevilla.jpgsevilla-catastro-2014-2016sevilla-inesevilla-alquiler

Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


Sevilla GE7.jpgSevilla es un municipio de 140,8 km2 y una ciudad de España, capital de la provincia homónima y de la comunidad autónoma de Andalucía. Cuenta con cerca de 700.000 habitantes, siendo la ciudad más poblada de Andalucía, la 4ª de España después de Madrid, Barcelona y Valencia y la 32ª de la Unión Europea. El área metropolitana de Sevilla está compuesta por 46 municipios, incluye a una población superior a 1,5 millones, y ocupa una superficie de 4.900 km².

planodesevilla_34744.gifSu casco antiguo es el más extenso de España y uno de los tres más grandes de toda Europa junto a los de Venecia y Génova, con 3,94 km2, y su casco histórico uno de los más grandes de España (nótese la diferencia entre casco antiguo, que solo incluye la zona histórica anterior a la Revolución Industrial, y casco histórico, que abarca estadios posteriores). Su patrimonio histórico y monumental y sus diversos espacios escénicos y culturales la constituyen en ciudad receptora de turismo nacional e internacional, en efecto se trata de la tercera capital más visitada de España, tras Barcelona y Madrid. Entre sus monumentos más representativos se encuentran la catedral (que incluye la Giralda), el Alcázar, el Archivo de Indias y la Torre del Oro, de los que los tres primeros han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco de forma conjunta en 1987.

El puerto de Sevilla a unos 80 km del océano Atlántico, es el único puerto marítimo de España en una ciudad de interior, pues el río Guadalquivir es navegable desde su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda hasta la capital hispalense, aunque el tamaño de los barcos que acceden a la ciudad está limitado por una esclusa con un calado máximo de 8,5 m y el puente de circunvalación V Centenario que limita el calado aéreo a 42 m.

Sevilla GE2.jpgEl término municipal de Sevilla se encuentra ubicado en la provincia de Sevilla, perteneciente a la Comunidad Autónoma de Andalucía, en el S de la península ibérica, en la margen izquierda del río Guadalquivir; no obstante, sus barrios Triana y Los Remedios ocupan el lado derecho de este río navegable que convierte a esta ciudad en puerto fluvial. En el entorno de Sevilla hay una rica vega, así como áreas de campiña y de tierras marismeñas y dos zonas elevadas que conforman la comarca del Aljarafe, muy vinculada con la ciudad por ser la zona de expansión residencial de Sevilla, al O, y los Alcores, al E.

Limita al N con La Rinconada, La Algaba y Santiponce; al E con Alcalá de Guadaíra; al S con Dos Hermanas y Gelves y por el O, San Juan de Aznalfarache, Tomares y Camas.

sevilla_areaLa ciudad está ubicada en plena depresión y llanura aluvial del Guadalquivir. Así pues el municipio se encuentra en un terreno muy plano y de baja altitud, con una altitud media sobre el nivel del mar de 7 M. La altitud máxima del municipio a penas es de 72 msnm, la cual se da en el este del mismo, en Vereda, mientras que, a pesar de que Sevilla no es una ciudad costera, el último tramo del río Guadalquivir y del canal Alfonso XIII en el municipio están prácticamente al nivel del mar. El centro de la ciudad está situado a 11 msnm. La horizontalidad de la ciudad es reforzada por la altura generalmente baja de sus edificios, sobre todo en el centro. La Giralda es la torre más representativa de la ciudad y la más alta por muchos años, con 104 m de altura; sin embargo, hay proyectos de edificios más altos, como la torre Cajasol, cuya licencia de construcción concedió la Gerencia de Urbanismo de Sevilla en el mes de septiembre de 2008 para construir en la Isla de la Cartuja y cuyo diseño es obra del arquitecto argentino César Pelli. La torre Cajasol tendrá 178 m de altura y supondrá una inversión privada de 130,33 millones de euros.

mapa_Sevilla.jpgMapa-Sevilla.jpgSevilla dispone de una red desarrollada de transporte por carretera y ferrocarril, así como de un aeropuerto internacional. Es destacable la presencia histórica de la industria aeronáutica en la ciudad, así como de la industria militar.

Con la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929, la ciudad experimentó un gran desarrollo urbanístico marcado por la creación de parques y la construcción de edificios proyectados para dicho acontecimiento, como el parque de María Luisa o la Plaza de España. La Exposición Universal de 1992 dejó como legado en la ciudad una importante mejora de la infraestructura, principalmente en las comunicaciones terrestres y aeronáuticas, entre las que destaca el acceso ferroviario del AVE a la estación de Santa Justa. Asimismo, el área de la Expo de 1992 se adaptó como sede del Parque Tecnológico Cartuja 93, sedes de la Universidad de Sevilla y el parque temático y de ocio Isla Mágica.

En 2014 se llevaron a cabo importantes proyectos en la ciudad, como la Torre Cajasol, el proyecto del Puerto Delicias o el Acuario Nuevo Mundo, algunos de ellos objeto de polémica debido a su posible impacto visual.

Sevilla 3d.jpgEl municipio de Sevilla está atravesado en su lado occidental, por el río Guadalquivir, en cuya cuenca hidrográfica se encuentra integrada la totalidad de su provincia. Se enclava en pleno valle del Guadalquivir, una de las 3 unidades litológicas en las que se divide dicha cuenca, en uno de los últimos meandros que configura este río antes de adentrarse en la zona de marismas existente hasta su desembocadura.

El Guadalquivir es el río más largo de Andalucía y el 5º de la península ibérica, con un recorrido de 657 km. Es navegable a través de un tronco principal de unos 80 km de longitud, desde su desembocadura al océano Atlántico en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hasta Sevilla, donde se halla el único puerto fluvial de España.

La parte oriental y suroriental de Sevilla está bañada por otros 3 cursos fluviales, afluentes o subafluentes del Guadalquivir por su margen izquierda. El más importante de ellos es el río Guadaíra, que nace en la gaditana sierra de Pozo Amargo, discurre por el extremo sureste del término municipal y desemboca en el Guadalquivir, 20 km aguas abajo del casco urbano sevillano. Los arroyos Tagarete y Tamarguillo completan la red hidrográfica de la ciudad.

Sevilla está aproximadamente en el centro del curso bajo del Guadalquivir, que comienza a unos 90 km aguas arriba en el término de Palma del Río (Córdoba) y termina a unos 80 km aguas abajo en la desembocadura del río.

Río_Guadalquivir_en_Sevilla_y_sus_cambios.png

A su paso por la urbe, el río posee un caudal notable, tras haber recibido las aportaciones de todos sus grandes afluentes, entre ellos el Genil, que es su afluente más importante y confluye con él en la localidad de Palma del Río. En la estación de aforo instalada en Sevilla, el Guadalquivir registra un caudal medio de 197,6 m³/s, muy superior a los niveles alcanzados en el curso medio (52,40 km³/s, en Marmolejo, Jaén) y en el curso alto (15 m³/s, en el embalse de Puente de la Cerrada, en Torreperogil, aguas abajo del pantano del Tranco, Jaén).
El río presenta un régimen hidrológico preferentemente pluvial, que determina fuertes variaciones de su caudal. Estas eran visibles en Sevilla, con estiajes por debajo de los 10 m³/s y crecidas de 5000 y 9000 m³/s, con periodos de recurrencia de 5 y 100 años respectivamente. En la actualidad, las oscilaciones han disminuido notablemente gracias a la regulación a la que está sometida toda la cuenca del río.
A la irregularidad de este régimen hidrológico se añade la ubicación de Sevilla sobre una llanura aluvial, en plena zona de inundaciones, ha condicionado históricamente el trazado urbanístico de la ciudad. El cauce natural del río ha sido modificado por infraestructuras dirigidas a prevenir las grandes avenidas. Antes de la regulación actual, las crecidas elevaban las aguas a una cota entre 7 y 10 m y las zonas más bajas de la urbe, como la Alameda de Hércules, están situadas a una cota de tan solo 4,30 m, sobre lo que fue el lecho de un brazo secundario del río, cegado en época visigótica, y desecado en el siglo XVI.
Se han realizado importantes intervenciones en el cauce del río a lo largo del siglo XIX y XX buscando tanto una mejora en la navegabilidad y satisfacer las necesidades del puerto, como reducir el efecto de las crecidas del río en la población, que han consistido en su mayor parte en rectificaciones del trazado en el cauce eliminando curvas y en el levantamiento de diques que han reducido la longitud del Guadalquivir en casi 40 km. Es el caso de las obras realizadas en el año 1950, mediante las cuales se desvió el cauce activo hacia el oeste y se construyó una dársena sobre el primitivo.
También se ha alterado la red hidrográfica municipal de la margen izquierda del Guadalquivir, conformada por los ya citados arroyos Tagarete y Tamarguillo y el río Guadaíra, igualmente caracterizados por un régimen de fuerte irregularidad. El primero tuvo una gran importancia defensiva durante la Edad Media, al delimitar por extramuros el flanco oriental de la ciudad hasta su confluencia con el Guadalquivir, cerca de la Torre del Oro. Su cauce ha sido sucesivamente modificado, alejándolo progresivamente del núcleo urbano y convirtiéndolo en un afluente directo del Tamarguillo. En el parque de Miraflores, situado al N de Sevilla, se ha reconstruido parte del cauce original del arroyo Tagarete.
Por su parte, el Tamarguillo discurría en sentido E-O por la parte meridional y oriental del núcleo urbano y se canalizó desviando su cauce por el N del centro histórico, lo que ha permitido la expansión de la ciudad hacia el E, con la creación de nuevas avenidas como la ronda del Tamarguillo, levantada sobre uno de los antiguos encauzamientos de esta corriente.

Distritos_Sevilla1.png

11 son los distritos de la ciudad de Sevilla, Casco Antiguo, Macarena, Nervión, Cerro-Amate, Sur, Triana, Norte, San Pablo-Sta Justa, Este-Alcosa-Torreblanca, Bellavista-La Palmera y Los Remedios

evolucion rio.jpgIspal, la primera Sevilla, estuvo emplazada a orillas del “lacus Ligustinus“, un antiguo estuario formado por inmensas marismas que eran atravesadas por numerosos brazos del río Guadalquivir. Se asentó entre un brazo secundario del río y el arroyo Tagarete, que corría al este y desembocaba en el Guadalquivir al sur. Pudo estar construida (en parte sobre pilotes o estacas) sobre el borde occidental de un promontorio, a salvo de las crecidas, entre las cotas 14 y 17, con el punto más alto entorno a la calle del Aire. Ocupaba unas 9 Ha. desde el Alcázar al Salvador y de la Catedral a la Alfalfa. Uno de los brazos del Guadalquivir la ceñía por el O, pasando por las actuales Alameda de Hércules, calles Trajano y Tetuán, cruzaba la Plaza Nueva y volvía a unirse con el río por la Puerta del Arenal.
Nació como una ciudad portuaria, como puente entre el valle del Guadalquivir y el Oriente mediterráneo, justo en el punto más avanzado al que las naves de carga podían llegar ayudadas por la marea. Fue, por lo tanto, una ciudad vinculada desde sus orígenes al río y al comercio. Así, ya en el siglo VIII a. aparece unida al comercio fenicio con Tartessos. A partir del 348 aC Cartago dominaba la Península; en los conflictos con Roma, la ciudad fue destruida e incendiada en el 216 aC.
plano-sevilla-romana.jpgLa fundación de Hispalis
Gracias a la victoria de Roma, en el 206 aC se inicia la construcción de Itálica y la reconstrucción de Sevilla a la que se denomina Hispalis. Con ellas el proceso de romanización de la Bética fue imparable. El puerto de Hispalis canalizaba el potencial de toda la región. Con estas actividades, Hispalis pasó de una escasa población romana a una mayoría que impuso su lengua y costumbres, llegando a participar activamente en las guerras civiles de Roma.
Julio César transformó a Hispalis en una “oppidum” o plaza fuerte, ensanchó su perímetro y mandó levantar unas nuevas murallas. En el 45 aC alcanzó el título de Colonia y concedió a sus pobladores la ciudadanía romana de pleno derecho. Con ello, “Ivlia Rómula Hispalis” será en realidad una nueva fundación. A lo largo de los años, Hispalis reafirmará frente a Itálica su posición de encrucijada de vías marítimas y terrestres. En la ciudad hubo astilleros, almacenes para el aceite y grano; en los alfares se fabricaban ánforas y ladrillos; importaba productos mediterráneos y exporta minerales, aceite y cereales. En el Imperio Hispalis se convertiría en capital de la provincia de la Bética y cabecera de una diócesis que agrupaba a las seis provincias de Hispania y del norte de Africa. Su población llegó a alcanzar los 10.000 habitantes.
El perímetro de la ciudad se extendía por las actuales calles de Mateos Gago, Puerta de la Carne, Puerta del Osario, Santa Catalina, Encarnación, calle Cuna, plaza del Salvador y Catedral, en una superficie aproximada de 35 Ha. El “Cardo máximo” podría haber estado situado en la calle Abades, bajo la que se han encontrado antiguas cloacas; el “Decumano máximo” seguía el eje de la calle Águilas. Ambos se cruzaban en un Foro —en la Plaza de la Alfalfa— en torno al que se situaban los edificios públicos más importantes; la Basílica se hallaba en el lugar de la Iglesia de El Salvador; las Termas se encontraban junto al Palacio Arzobispal; en la parte más alta de la ciudad —en la calle Mármoles— se situaba el Templo de Marte, donde quedan a la vista 3 de sus 6 columnas; y en la zona de la Catedral, al pie del brazo del río, estuvo el Foro portuario. Otros grandes edificios, como el Teatro, el Anfiteatro o el Circo debieron estar fuera de las murallas, entre la Puerta y la carretera de Carmona; y un largo acueducto —los Caños de Carmona—abastecía de agua a la ciudad.
Hispalis.jpgLa Spalis visigoda
La Spalis visigoda fue la mayor y más importante ciudad de la Península, notable por sus monumentos y edificios. La considerable importancia de Spalis viene atestiguada por ser la metrópoli cultural y religiosa de la Hispania visigoda gracias a la obra de los obispos San Leandro y San Isidoro. Su población mantuvo los 10.000 habitantes.
Sin embargo, la huella visigoda en la Sevilla actual es mínima, se reduce a capiteles, cimacios e inscripciones en lápidas. La ciudad visigoda se correspondía en sus límites y organización con la ciudad romana, y es probable que sufriera un proceso de degradación. Hay indicios de la existencia de un palacio cerca del Salvador y una basílica cristiana en el Patio de Banderas, presumiblemente la Catedral.
La Isbiliya musulmana
En el 711, Sevilla abre sus puertas a los musulmanes, quienes la denominan Isbiliya. El número de árabes, sirios y bereberes recién instalados era poco importante y los cristianos y judíos fueron tolerados. Un número considerable de hispanovisigodos se irán convirtiendo al Islam hasta que en el siglo XI la mayoría esté constituida por los musulmanes surgidos de este elemento indígena. La Sevilla islámica recuperó su histórico comercio; el puerto fluvial, al abrigo de los peligros del mar, canalizaba los productos locales o del valle del Guadalquivir y recibía los artículos de lujo, especias y metales preciosos de navíos y caravanas de Oriente y Africa. A mediados del siglo XIII la población había alcanzado los 80.000 habitantes.
La ciudad comienza su transformación con la construcción en el siglo IX de la Mezquita Mayor de la ciudad sobre la basílica romana, de la que se conserva su patio, con columnas y capiteles romanos y visigodos en el actual Salvador. Las calles principales se dirigían hacia la Mezquita; el resto era un laberinto de calles estrechas, tortuosas y sin salida —cortadas por adarves— o pasadizos —cubiertos por las viviendas—. Se formaban barrios cerrados sobre sí mismos, separados por muros, arcos y puertas; y ocupados por familias de un mismo origen y actividad. Sevilla contaba con unos miles de viviendas, además de los edificios públicos. Las casas, conforme al modelo islámico heredado del mundo antiguo mediterráneo, eran de muros exteriores cerrados, pero abiertas hacia un patio interior convertido en un pequeño jardín. Los espacios públicos se reducían a las mezquitas y los baños.
isbiya.jpg

Isbiliya

La ciudad almohade
En el siglo XII Isbiliya se había convertido en la gran ciudad de Al-Andalus. A principios del siglo se comenzó la ampliación de las murallas hacia el N hasta alcanzar los 5.995 m, con sus 166 torres y 15 puertas y 287 Ha. El nuevo caserío —muy superior al preexistente— incluía gran número de huertas. A finales de siglo concluyeron las obras de construcción de la nueva Gran Mezquita, con su patio y su magnífico alminar —La Giralda— aún en pie; frente a su puerta se levantaba el nuevo zoco de la Alcaicería de la Seda. Completaba este espacio el antiguo Alcázar, aislado del núcleo urbano y protegido por una muralla interior. Para unir las 2 orillas del río se construyó un puente flotante sobre barcazas, defendido por una fortaleza —el Castillo de Triana— en el otro extremo del puente. El puerto se situó en el Arenal, entre el puente y una coracha  que con la Torre del Oro en su extremo, protegía el puerto y lo cerraba con una gran cadena tendida sobre el río. También se levantaron palacios en los alrededores de la ciudad, como el de La Buhaira al E, o el de San Juan de Aznalfarache en el Aljarafe.
El Repartimiento de la Ciudad
Tras la rendición a las tropas castellanas en el año 1248, se acordó el abandono de la ciudad por los musulmanes y la entrega de sus inmuebles, procediendo a la atribución y reparto de casas y fincas entre sus nuevos señores. La población se apiñaba en el 10% del suelo urbano en el sector sureste. La importancia en extensión de esas donaciones y la amplitud de los espacios hortícolas interiores permitió el trazado de nuevas calles y facilitó una distribución urbana diferente. Sin embargo, el aspecto y dimensiones generales no cambiaron.
La Ciudad se organizó en 27 collaciones, como la de San Lorenzo, San Vicente, Omnium Sanctorum, San Gil o San Esteban, etc. Se ampliaron las plazas mayores del Salvador o San Francisco y se consolidaron otras: en los ensanchamientos de las puertas de las murallas, como Santa María La Blanca; o para los mercados, como las de La Alfalfa y del Pan; o se abrieron otras para revalorizar los espacios frente a edificios privilegiados, como las plazas de Pilatos o del Duque. La casa conservaba la misma forma, de una o dos plantas, pero en ellas van a abrirse fachadas con amplias ventanas y balcones según el gusto castellano. Para albergar el gran número de inmigrantes se extendió el tipo de vivienda colectiva conocida como corrales de vecinos. La fundación de numerosos conventos, como San Clemente o Santa Clara, generó enormes manzanas sobre las antiguas huertas del noroeste. Y en este sector las calles serán nuevas, trazadas a cordel.
También los espacios exteriores próximos a las murallas adoptaron una estructura moderna. Se mejoró el puerto con la construcción de muelles y especialmente con la edificación de las Reales Atarazanas, astilleros de reparación y construcción naval —primera gran industria sevillana—. Gracias a las actividades ligadas al tráfico portuario crecieron arrabales extramuros como los de Cestería o Carretería; al otro lado del río creció el de Triana en torno a la parroquia de Santa Ana y se fundaron monasterios en los alrededores, como la Cartuja de Santa María de las Cuevas. A lo largo del siglo XV se levantó sobre el Oratorio de la Gran Mezquita el grandioso edificio de la Catedral, el mayor templo de la Cristiandad de aquellos tiempos y símbolo de la nueva ciudad.
1550 sevilla_mapagral_big.jpgUrbanismo en el siglo de oro
Sevilla conoce su momento de apogeo en el siglo XVI, cuando disfruta del monopolio del comercio con América, alcanzando la importante cifra de 120.000 habitantes. La prosperidad económica y mercantil tuvo su natural repercusión en un conjunto de reformas y construcciones para tantos centros administrativos como se instalan en la Ciudad, con las que mejoró en su urbanización y belleza monumental.
El Cabildo municipal tomó importantes disposiciones para regular la construcción de casas particulares y edificios públicos. Así, se procuró el ensanche y alineación de las calles; se despejó de edificios el entorno de la Catedral y el Alcázar; se mejoró la pavimentación y empedrado de las calles principales o se pusieron fuentes públicas, como la de Mercurio de la Plaza de San Francisco; y se reformaron las principales puertas de la muralla. Pero, la reforma urbana más importante fue la que saneó, y transformó en un hermoso paseo poblado de álamos y otras especies, el lugar conocido como La Laguna. Esta, producto de las aguas estancadas por las crecidas de un antiguo brazo del río, dio lugar a la Alameda de Hércules, uno de los primeros paseos arbolados del mundo moderno.

sevilla-triana-wyngaerde

En el primer tercio del siglo se construyeron edificios públicos tan importantes como el Ayuntamiento; se culminó la Catedral; y en el último tercio se levantó el edificio de la Casa Lonja. De este siglo son el Hospital de las Cinco Llagas, la Casa de la Moneda —Ceca de la ciudad— y algunos de los mejores palacios, como la “Casa de Pilatos” o el Palacio de las Dueñas.
1650c-collaciones-y-arrabales-de-sevilla.jpgLos siglos de la decadencia
Durante la segunda mitad el siglo XVII se inicia la decadencia de la Ciudad, que se acentúa con el transcurrir del mismo. Se produce una notable despoblación tanto por los muchos vecinos que se ven obligados a emigrar a Indias, como por la grave epidemia de peste padecida por la Ciudad. El estado de conservación de la urbe llegó a ser alarmante. La ciudad fue dañada por inundaciones y un terremoto, arruinándose muchos edificios. Al otro lado de las murallas se acumulaban basuras y escombros hasta formar verdaderas colinas. A pesar de todo, es el siglo en el que se construyen numerosos edificios religiosos y civiles como la iglesia del Sagrario o el Palacio Arzobispal.
1771 plano olavide.jpg

1771 Sevilla. Plano de Olavide

En los primeros años del siglo XVIII, a las dificultades en España de la Guerra de Sucesión se añadieron frecuentes inundaciones y hambres. En estas condiciones tuvo lugar el definitivo traslado a Cádiz en 1717 de la Casa de Contratación, consumándose la pérdida de la primacía comercial de la ciudad. Y se extinguen diversas industrias textiles de las numerosas con que contaba Sevilla. Tras el terremoto de 1755 llegó a prohibirse la construcción extramuros. Por todo ello, la población censada a mediados del siglo no alcanzaba los 80.000 habitantes, notoriamente inferior al siglo XVI.
Las reformas urbanas del siglo XVIII, impulsadas por el Asistente Pablo de Olavide, consistieron en obras de alcantarillado e instalación de fuentes, y los primeros ensayos de alumbrado público. Se emprendió la apertura de calles rectas, como Castelar —sobre el compás de la Laguna— y el embellecimiento de paseos como el de Las Delicias. Las obras de defensa del río —el Patín de las Damas— o en el muelle de la Torre del Oro recibieron un gran impulso. Es el momento en que se construyen grandes edificios, como la Real Fábrica de Tabacos —el mayor edificio fabril de la Península—, el Colegio Náutico de San Telmo o la Fundición de cañones de San Bernardo. Pero, la aportación más trascendental del siglo al urbanismo de la Ciudad fue el levantamiento, en 1771, del Plano de Olavide, primer plano topográfico de Sevilla.
sevilla-antiguedad-mapa-640x280REFORMAS URBANAS DEL SIGLO XIX
La primera mitad del siglo
A lo largo de la 1ª década se mantiene la catastrófica situación de la ciudad como consecuencia de la larga crisis de los sectores económicos. Esto, unido a la epidemia de fiebre amarilla, hizo descender la población a 65.000 habitantes. Dichos acontecimientos impedirán toda actividad urbanística, en la Ciudad. Pero, durante los años de la dominación francesa, entre 1810 y 1812, se abrieron en Sevilla las plazas de la Encarnación —en la que en la década siguiente se construiría un mercado de abastos—, de Santa Cruz y de La Magdalena, sobre solares de antiguos edificios religiosos. Estas obras fueron el resultado de una política reformista de influencia europea que trataba de modernizar la estructura y fisonomía de las principales ciudades.
Durante el mandato del Asistente Arjona, entre 1825 y 1835, la actividad urbana procurará el embellecimiento y revalorización de la ciudad. Para ello, sanea el degradado barrio de la Morería, abriendo la Plaza de San Pedro en el lugar que ocupó la primera fábrica de tabacos ya abandonada y ajardina la Plaza del Duque. Pero más significativas fueron las actuaciones fuera de las murallas con las que la Ciudad superaría definitivamente su carácter medieval. Para ello, entre las puertas Real y de Triana, Arjona habilitó el Campo de Marte —la Plaza de Armas—, un espacio cuadrangular vallado para la instrucción y revista de tropas. Buena parte de la antigua zona portuaria del Arenal será sustituida por una sucesión de amplios paseos a la orilla del río, desde La Barqueta a la Torre del Oro. Igualmente, levanta junto a la Puerta de Jerez los Jardines de Cristina. Más al sur traza un largo paseo desde San Telmo a los jardines de las Delicias Nuevas en los que intenta la aclimatación de especies exóticas. Así pues, aunque el Guadalquivir había perdido su función de gran eje mercantil, la Ciudad seguirá vinculada a su río, recuperando su ribera como paisaje y lugar de esparcimiento.
1868 Plano_de_Sevilla.jpg

1868 Sevilla

La segunda mitad del siglo
En 1852 se termina el puente de hierro de Isabel II, en sustitución del antiguo de barcas, y se trazó el paseo arbolado que lo uniría a la Puerta de Triana. En el casco interior el proyecto más importante fue la apertura de la Plaza Nueva sobre los terrenos desamortizados de los conventos de San Francisco y San Buenaventura. Más ambiciosos fueron los fracasados proyectos de reforma interior del Casco, que impulsaron la creación de amplios ejes de comunicación interior. En 1869 se inicia el derribo de las murallas; como consecuencia se abren las rondas, en las que comenzó a edificarse un discreto ensanche de viviendas de pisos modestos, talleres y almacenes, como en las inmediaciones del Puerto, o la Ronda Este.
1891 Plano_de_Sevilla.jpg

1891 Sevilla

En la zona N el hecho más significativo fue la construcción de la Estación ferroviaria de Plaza de Armas; así como el emplazamiento del nuevo Cementerio de San Fernando, por el traslado del viejo desde el Prado de San Sebastián, que desde 5 años antes servía de recinto ferial. En el este, se construyeron 2 estaciones: la de Cádiz en el viejo arrabal de San Bernardo y la de Alcalá en la Enramadilla. Con todo ello, el trazado de la vía férrea provocó una nueva distribución del espacio; la desafortunada configuración de los ramales ferroviarios ceñidos al casco crearía durante decenios un importante obstáculo para el crecimiento urbano. La zona S debe su transformación a la adquisición del Colegio de San Telmo por los duques de Montpensier, que lo convierten en un hermoso palacio al que añadieron unos amplios jardines, que la Infanta María Luisa regalará a fines de siglo a la Ciudad. Se abovedó el arroyo Tagarete, lo que impulsó la edificación del espacio resultante. Todas estas reformas, símbolo expresivo de los nuevos tiempos, marcaron la aparición de una nueva ciudad —a imitación de las europeas— que ve duplicar la población con que se iniciaba el siglo.
1910-plano-de-poley-r.jpg

1910 Sevilla

LA EXPANSIÓN DEL PRIMER TERCIO DEL S. XX
La Exposición Iberoamericana
En la frontera de los 2 siglos, la Ciudad contaba con 140.000 habitantes, a los que se añadirán, en la segunda década del siglo XX, las primeras inmigraciones masivas de gentes del campo hasta alcanzar los 200.000. Por estas fechas se abren los jardines del Parque de María Luisa y de Murillo, rehabilitándose el barrio de Santa Cruz. Se levantan diversos hoteles, como el Alfonso XIII y el Cristina. Se lleva a cabo la Corta del río por Tablada y la construcción de un segundo puente, el de Alfonso XIII. La creación allí de un nuevo Puerto permitirá el crecimiento del tráfico portuario. Además, se desvían los cauces del Tagarete y el Tamarguillo.
Exposicion-Iberoamericana-de-Sevilla-de-1929.jpg

1929 Exposición Iberoamericana

expo 29.pngEn estos años Sevilla va a centrar todos sus esfuerzos en la celebración de un gran certamen internacional —la Exposición Iberoamericana de 1929—, en la que deposita todas sus esperanzas de futuro. De entre las múltiples obras que se realizan en el sector sur de la Ciudad, destaca la apertura del Paseo de la Palmera con sus hermosos palacetes, gran eje que vertebraba las plazas de España, América y de los Conquistadores, y los 177 pabellones de los diferentes países y regiones e instalaciones que componían el magno certamen; las avenidas de la Borbolla y Manuel Siurot por el E, donde se construye el barrio del Porvenir; y las avenidas de Reina Mercedes y la Raza por el lado O. En el extremo S se levantó el cuidado barrio de chalés de Heliópolis. Y, como digno enlace de la Exposición con el Ayuntamiento, se procede a la apertura de la Avenida de la Constitución. Con ello, este ensanche meridional se convirtió en el fragmento urbano mejor resuelto de la Sevilla contemporánea. La Exposición será de una gran trascendencia para Sevilla que, gracias a este acontecimiento, duplicó su superficie urbana.
1930 anteproyecto ensanche garcia-mercadal.jpg

1930 Anteproyecto Ensanche de Sevilla por García-Marcadal

En marzo de 1929 el Ayuntamiento convocó un concurso de Proyectos de ensanche de Sevilla únicamente en la margen izquierda del Guadalquivir. El concurso se falló en 1930 a favor del grupo de Ularguí, luego se lo declaró desierto y al final, como preveían las bases se resolvió entregándole una indemnización al ganador. El otro concursante fue Fernando García Mercadal, distinguido profesor de la Escuela de Madrid, colaborador de Secundino Suazo. El apremio del tiempo para cumplir los compromisos, las vicisitudes de la Exposición del 29, los proyectos de ensanche frustrados del Ayuntamiento y la persistencia de la inmobiliaria Los Remedios S.A., se convirtieron en factores que revalorizaban permanentemente el precio de los terrenos del meandro de Los Gordales sin necesidad de recurrir a ninguna inversión de la inmobiliaria propietaria mayoritaria de esos “terrenos de engorde” como expresivamente se los identifica en algunos países hispanoamericanos.
Los fenómenos posteriores al fin de la guerra civil más importantes en Sevilla giran en tono a los numerosos asentamientos chabolista, la construcción de algunos equipamientos urbanos importantes: Estación autobuses del Prado, nuevo aeropuerto de S. Pablo, Universidad Laboral, Hospital García Morato, etc, ls gran expansión urbana (años 50-60): nuevas barriadas en la periferia N y E, mal comunicadas con el centro, la continuación del crecimiento (años 60-70): construcción de polígonos (Norte, Sur, San Pablo), el Urbanismo especulativo y carente de planificación, el uUrbanismo algo más cuidado en el trazado de barrios burgueses y de clase media: Los Remedios, Nervión, Bami, Reina Mercedes y la intervención en el Casco antiguo: aparición de almacenes comerciales, redacción del PRICA, destrucción de parte del patrimonio arquitectónico.
1943 seville.jpg

1943 Sevilla

Los nuevos ensanches
La expansión hacia el este de la ciudad se inicia en la segunda década del siglo XX con la urbanización de los antiguos terrenos del Cortijo de Maestre Escuela, en el sector urbano que pasaría a denominarse Nervión, resolviéndose su problemática comunicación con el centro a través de la construcción de tres puentes que superaban las vías del ferrocarril, de norte a sur sobre las vías de Oriente, Eduardo Dato y Enramadilla. Este ensanche sirvió además para acoger servicios públicos tales como en nuevo matadero municipal, varios cuarteles de la guardia armada y la nueva cárcel provincial. Para poner en comunicación el Casco histórico, a través de la Ronda, con el Ensanche oriental se construyeron 3 puentes sobre la vía férrea. En el espacio inmediato a ésta, desde la Florida hasta la Enramadilla aparecerá el fragmento peor resuelto de la ciudad: lo configuraba una amalgama de talleres, pequeñas fábricas, almacenes y casas de pisos que estrangulaban las rondas creando un grave problema de tránsito para el futuro. El Ensanche del E se estructuraba a lo largo de 3 calles paralelas. En Ramón y Cajal se levantaron algunas construcciones aisladas, como la Pirotecnia-Maestranza, la hilera del Patronato de Casas Baratas y, algo más tarde, el Matadero. En Eduardo Dato, frente al barrio de San Bernardo, se levantó una nueva y efímera Plaza de Toros, la Monumental. En el extremo E se construyó el ensanche del barrio de Nervión, constituido por chalés y casas bajas, y la Ciudad Jardín —para albergar a trabajadores de la Exposición—, y al otro lado del nuevo cauce del Tamarguillo nace el Cerro del Águila. En la calle Oriente se levantan la Barriada España y la Cervecera de la Cruz del Campo, junto al “humilladero” del mismo nombre. 
El ensanche se ubica entre la vaguada del viejo arroyo Tagarete y la canalización del Tamarguillo, sobre una elevación de terreno en cuyas cotas mayores se encuentra el espacio central de este desarrollo, la Gran Plaza. Escalando la loma desde el O se localiza el ensanche burgués propiamente dicho, de viviendas unifamiliares suburbanas de grandes dimensiones. En la vertiente de la canalización del Tamarguillo y prácticamente junto a su cauce artificial, las barriadas obreras. En el sector al E del arroyo quedaba el barrio obrero de autoconstrucción del Cerro del Águila y la barriada Amate –inicialmente un núcleo chabolista–, a estos, a partir de la década de los 50′, se les suman nuevas barriadas de autoconstrucción (La Plata, Palmete, Su Eminencia o Padre Pío) y barriadas obreras de bloques de pisos, primero Las Candelarias y después Los Pajaritos, Madre de Dios y Rochelambert.
Hacia el N de la Ciudad existía un mosaico de huertas sobre las que se van a edificar núcleos aislados, carentes algunos de agua, alcantarillado, pavimentación y demás infraestructura. En la antigua Carretera de Carmona se vertebran los núcleos denominados El Fontanal, Árbol Gordo y La Corza, que promueve el Ayuntamiento. En el Camino de Miraflores se levantan La Barzola, Retiro Obrero y dos parcelaciones ilegales: El Polo y Los Carteros; por estos años se produce el primer crecimiento en San Jerónimo de un barrio obrero y un núcleo fabril y de almacenaje junto a la Estación y el Monasterio. Así mismo, en Triana comienza la expansión con la construcción de 2 barrios de mínima categoría: La Voluntad y el Barrio León.
En el extremo S de la ciudad, de nuevo, aparece una dinámica segregadora propia, fundamentada esta vez en la presencia de las vías del ferrocarril Sevilla-Cádiz. Mientras el ensanche se ubica al O de las vías, en fechas tempranas surge al E el barrio obrero del Tiro de Línea, que combina promoción de viviendas baratas y autoconstrucción. Mercado e intervención pública continúan con esta lógica a partir de la expansión mediante promociones de clase media e iniciativa privada, apoyados sobre las arterias fundamentales del ensanche sur, al oeste de las vías, mientras al este se ubica el emblemático Polígono Sur, de iniciativa pública
1950 sevilla.jpgDE LA POSGUERRA A LOS AÑOS 50
El Plan de ordenación de 1946
Al finalizar la Guerra Civil, Sevilla superaba los 300.000 habitantes. Sin embargo, la ciudad experimentó pocas transformaciones en los primeros años de la década de los cuarenta. Surgen barriadas de baja calidad y de escasa importancia, como la de Pedro Parias o la Huerta del Pilar, que vinieron a paliar situaciones conflictivas ante la escasez de viviendas y el aumento de población; también empezarán a crecer 2 lejanos núcleos: Torreblanca y Bellavista. En 1945 Sevilla alcanzaba una superficie de 946 Has.
El PGOU-1946 pondrá especial énfasis en la construcción de un sistema de rondas de circunvalación. Sin embargo, sus propuestas y previsiones no se cumplirán hasta nuestros días, aunque se llevaron a cabo actuaciones de tamaño reducido sin ninguna conexión entre sí. Fruto de la labor urbanística de estos años son la Autopista de San Pablo como acceso más importante a la ciudad, la Avenida de Felipe II como enlace con la Universidad Laboral de reciente creación, y la corta del Río en Chapina para freno de las inundaciones y enlace con Huelva. El ensanche de la calle Imagen supuso un intento de reforma interior del Casco que no se culminará, y preveía la creación de dos vías centrales de comunicación interna.
La actividad de los años 50
A partir de los años 50′, al mejorar sensiblemente la situación política y económica del país, Sevilla se verá inmersa en una intensa actividad constructiva, alcanzando los 375.000 habitantes. Por la acción de organismos oficiales y la actuación inmobiliaria privada se levantarán más de 43.000 viviendas que mejorarán la difícil situación del alojamiento popular. En esta década se produce el abandono del uso residencial del casco antiguo. Hasta este momento, las familias acomodadas residían en las casas tradicionales del centro o en los palacetes edificados en los recientes ensanches; el resto eran viviendas colectivas ocupadas por los niveles inferiores de la población. Los bloques de pisos del Prado de San Sebastián serán los primeros habitados por las clases acomodadas que, convencidas de sus ventajas como forma de vivienda y de inversión, abandonan el Centro. El mismo fenómeno se producirá en Los Remedios o en las inmediaciones de Nervión con unos pisos de lujo, nuevos símbolos de prestigio social. Este hecho contribuyó a la decadencia del casco antiguo y a su proceso de envejecimiento y ruina.
En el Sector S se ubicarán los pabellones del Hospital General de la Seguridad Social y del “Campus” universitario, así como la Barriada de Bami. La Avenida de Felipe II comienza a ser ocupada con barriadas como el Tiro de Línea o los Diez Mandamientos. En la Zona este surgen las barriadas de La Juncal, El Plantinar, La Candelaria, Los Pajaritos, el Nuevo Amate o la parcelación de La Plata. Muchos de estos proyectos eran de exiguas dimensiones —caricatura de una auténtica vivienda—, pero con las precisas dotaciones domésticas. Sin embargo, estas barriadas sociales mejorarán notablemente, en cantidad y calidad, la dramática situación del habitat más modesto de la ciudad.
Al otro lado del río, Triana mantuvo un caserío de viviendas sencillas y de corrales. El Barrio de Los Remedios, proyectado inicialmente como un conjunto de viviendas unifamiliares de 2 o 3 plantas con patios-jardín posterior, se reordenará pasando a ser edificable con casas de altura cada vez más elevada y más compactas, sin que se modifique ni el trazado ni el ancho de sus calles, dando lugar a una ocupación del suelo abusiva, fruto de la especulación. El alto nivel de vida de sus habitantes hará nacer en él el principal subcentro urbano de la Ciudad, donde proliferan los comercios, sucursales bancarias y oficinas comerciales.
Estas líneas generales antes esbozadas no impiden la aparición de barriadas ajenas a la lógica expuesta, siendo destacables la aparición de Santa Clara, barrio de corte suburbano y de cierto prestigio al NE de la ciudad, o el barrio de autoconstrucción de Bellavista, al sur, en base a coyunturas específicas.
Santa Clara, al NE de la ciudad, se coloniza como una zona residencial para militares procedentes de las bases norteamericanas establecidas en la región, lo que le otorga un aspecto de suburbio anglosajón tan ajeno a la ciudad, con chalets espaciosos y de buena calidad. Con el progresivo desmantelamiento de las bases militares, los vecinos originales van abandonando el barrio y dejando su lugar a familias de clase media autóctonas. Este peculiar origen da lugar a un sector residencial de elevado poder adquisitivo que, casualmente, se encuentra flanqueado por 2 de las promociones de polígonos de vivienda obrera más características de la ciudad, el Polígono San Pablo, en sus diferentes fases, y el Parque Alcosa. Bellavista se consolida como barriada en los 40′, en el extremo S del municipio, extremadamente alejada en su origen del continuo urbano e incluso separada de la ciudad por el río Guadaíra. Comparte origen y características con Torreblanca, en el extremo E de la ciudad, y Valdezorras, al N y todavía considerablemente aislado. Estas barriadas obreras de autoconstrucción se consolidan en gran medida a partir de la construcción de sendos campos de concentración y trabajos forzados para presos republicanos, cuya función era construir el Canal del Bajo Guadalquivir. Próximas a Bellavista y alejadas, en principio, del continuo urbano, se construirán otras promociones obreras, excepcionalmente ubicadas al O de las vías del ferrocarril. Es el caso de la barriada de casas baratas Elcano y, más adelante, en plena efervescencia de la intervención pública en viviendas, la barriada de Pedro Salvador. La ubicación de esta cuña SO de barriadas de carácter obrero, escapa a las dinámicas expuestas con anterioridad y han de concebirse incluidas en una dialéctica centro-periferia.
FFcc.jpgLAS DÉCADAS DE LA EXPANSIÓN
La renovación del centro
En los 60′ la economía nacional experimentó un intenso desarrollo que incidirá favorablemente en la situación de la ciudad. A partir de estos años, siguiendo las directrices del PGOU de 1962, se producirá la gran expansión territorial de Sevilla hasta alcanzar la sorprendentes superficie de 14.000 Has. y los 450.000 habitantes. Sin embargo, estos años se van a caracterizar por un crecimiento irreflexivo, en el que únicamente se atiende a la rápida construcción, sin considerar los graves problemas urbanos que a la larga se iban a acarrear.
El Casco antiguo no había sufrido remodelaciones de importancia; buena parte de la Sevilla del pasado perduraba todavía en los 60′, aunque algunos sectores, ante el creciente abandono, se encontraban en plena fase de desintegración. Dentro de este amplio recinto histórico, se sitúa el Centro Urbano, núcleo más vital y más afectado por las renovaciones provocadas por la aparición de edificios comerciales y oficinas bancarias. Todas estas transformaciones tan sólo habían afectado a las casas que daban fachada a las calles principales. Pero más trascendencia tendrá la construcción de los grandes almacenes comerciales en las plazas del Duque y de la Magdalena. Ambas operaciones afectarán sensiblemente al entorno, además de provocar una creciente congestión de tráfico. El inmenso poder de atracción de los grandes almacenes incidirá en la estructura comercial de antiguas áreas como las calles Cuna y Puente y Pellón, que entran en decadencia.
Los grandes polígonos
A lo largo de la década de los 60′ se culminará el proceso de construcción de gran número de los núcleos y barriadas. En la zona este las inmobiliarias construyen activamente, levantando núcleos connotativos de cierto prestigio social, como Óscar Carballo, Conde de Bustillo o Huerta del Rey; en su extremo se levanta la barriada de Juan XXIII, modesta pero bien planeada, y grupos como el de los Condes de Rochelambert, que van a venir a rellenar el espacio disponible. En la zona NE surge la urbanización Santa Clara, curioso ejemplo de ciudad jardín al estilo americano. 4 grandes polígonos residenciales se levantan en los últimos años de esta década como muestra del empuje constructivo y la expansión residencial sevillana: el Parque Alcosa, el Polígono Norte y gran parte del Polígono de San Pablo y del Polígono Sur. Estas grandes operaciones solucionarán definitivamente el problema del alojamiento de numerosos sevillanos que encontraban así una vivienda digna.
En la década de los 60′ se alcanzan los 550.000 habitantes; pero, como consecuencia de la paralización económica que sufre el país, se estabiliza el proceso de expansión de Sevilla. La mayoría de las actuaciones se reducen al rellenado hasta la saturación de los espacios vacíos dejados por anteriores operaciones. Mientras en el casco histórico se procede a la construcción en altura, en la periferia se levantan innumerables barriadas cuyas viviendas superan en superficie y calidad a las de anteriores décadas. Pero se caracterizaron por ser grupos de altos y compactos bloques, separados por unos supuestos espacios verdes o de esparcimiento hoy ocupados por una “jungla” de coches aparcados. En 1973 se traslada la Feria a los terrenos ganados al río en Tablada. Las zonas verdes apenas experimentan grandes variaciones: tan sólo se crea al O de la Ciudad el Parque de los Príncipes, en los Remedios. La zonificación de las áreas industriales quedó definitivamente plasmada en estos años. Para la industria química y pesada se destina la zona S de la Ciudad, próxima al Puerto. El resto de las zonas industriales se repartían en cuñas en San Jerónimo, en la Carretera de Carmona, en las proximidades de la Cruz del Campo, junto al Cerro del Águila y en los alrededores de Bellavista y Torreblanca.
La importante reestructuración que sufre la ciudad a partir de la década de los 80′ tiene como consecuencia una cierta modificación de su geografía social. La operación determinante que modifica la estructura de la ciudad entre las décadas de los ochenta y los noventa es la modificación del trazado ferroviario. Esta consiste en la eliminación del ramal del ferrocarril que separaba el norte de la ciudad del río Guadalquivir y el soterramiento del tramo entre Santa Justa y San Bernardo. Respecto de los hábitats sociales de la ciudad, 3 son las principales cuestiones operadas en los últimos 30 años:
En 1º lugar, la creciente dimensión metropolitana de la segregación socioespacial. La 1ª corona metropolitana comienza a jugar un papel en este sentido desde los 70′, cuando comienzan a aparecer las primeras comunidades suburbanas. Sin embargo, el mayor peso de este ámbito se deja sentir a partir de los 80′ y 90′ cuando la comarca del Alajarafe se convierte en el destino de las clases privilegiadas de la ciudad, siguiendo el modelo suburbano de construcción en bajas densidades y fundamentado en el automóvil. De forma más reciente, otras ciudades de la corona metropolitana se van convirtiendo en el principal destino de los nuevos núcleos familiares de clase obrera que se constituyen en la ciudad de Sevilla. La oferta de vivienda de nueva planta a precios moderados se desplaza de forma paulatina a las principales ciudades del área metropolitana, resultando paradigmática en este sentido Alcalá de Guadaira, pero también Dos Hermanas.
En 2º lugar los nuevos desarrollos residenciales que se producen la ciudad. Los planes de 1987 y 2006 son planes volcados en la ciudad consolidada y que no prevén una expansión considerable de la ciudad. Dentro de esta realidad son 2 los únicos nuevos sectores urbanos con fuerte carga residencial que son desarrollados: Los Bermejales y Sevilla Este. Los Bermejales suponen una gran intervención al S de la ciudad que incluye una notable carga residencial, equipamientos, usos terciarios y espacios verdes. Aunque incluye viviendas de promoción pública, en su mayor parte el sector se configura como una expansión de clase media a partir del ensanche S burgués, implicando además la recualificación de la vieja barriada obrera de Elcano mediante una operación de rehabilitación en vivienda y urbanización. El desarrollo del extenso sector denominado en el planeamiento de 1987 Polígono Aeropuerto dará lugar al conjunto de barriadas de clase media de Sevilla Este, donde adquiere un peso relevante el modelo de viviendas unifamiliares de corte suburbano. Dentro del mismo polígono se opera en la actualidad el desarrollo de un nuevo sector residencial, estructural y socialmente prolongación del Parque Alcosa donde se localiza una gran parte de la vivienda pública actualmente en construcción. Además de estos 2 grandes sectores residenciales, el Plan prevé la ocupación residencial de terrenos intersticiales, con cuyo desarrollo se pretende una mayor continuidad y estructuración de la 2ª periferia obrera de la ciudad, entre los barrios de autoconstrucción de Padre Pío, Palmete y La Plata, y entre Pino Montano y San Jerónimo; desarrollos en proceso en la actualidad que podrían concebirse, más que como nuevas barriadas, como prolongaciones de las ya existentes. Estos desarrollos en curso, junto con el mencionado Polígono Aeropuerto, agrupan la mayor parte de nuevas viviendas protegidas y suponen los frentes de expansión fundamentales de la ciudad obrera.
En 3º lugar las operaciones de reforma interior y los desarrollos fruto de la recalificación de suelos antes destinados a actividades productivas. La reestructuración del sistema general viario y ferroviario, así como la aprobación de varios planes de reforma interior suponen la progresiva recualificación de los sectores históricos degradados y envejecidos de la ciudad, especialmente el cuadrante NE del centro histórico y los arrabales de San Bernardo y Triana, que ganan una enorme centralidad en la ciudad. En estos sectores se producen, al menos desde los 90′, intensos procesos de aburguesamiento residencial, que transforman barriadas pobladas por una clase obrera empobrecida y con un fuerte componente lumpen en algunos de los sectores de mayor estratificación social de la ciudad.
El aburguesamiento progresivo de Triana convierte a su vieja periferia obrera al O en una nueva isla social, encajonada entre el arrabal y el sector burgués de Los Remedios. A estos casos se les suman los nuevos desarrollos fruto de la recalificación de terrenos no residenciales en la ciudad consolidada, principalmente en torno al centro histórico, dentro de los cuales destacan la liberación de terrenos por el cambio del trazado del ferrocarril, pero también la recalificación del suelo anteriormente ocupado por viejas fábricas obsoletas o relocalizadas. Estas operaciones dan lugar a zonas de elevada estratificación social en los 90′, siendo la más destacable toda la zona comprendida entre Eduardo Dato, Enramadilla y San Francisco Javier, que incluye la rehabilitación de San Bernardo y el desarrollo de La Buhaira y que refuerza la zona como centro comercial y financiero. Destacan también la transformación del viejo eje industrial de carretera de Carmona y los suelos en el entorno de la estación de Santa Justa.
Así, los nuevos desarrollos residenciales suponen la reproducción de las tendencias segregadoras preexistentes. Expansión de la ciudad obrera hacia el N (Pino Montano-San Jerónimo) y hacia el E (Polígono Aeropuerto y Padre Pío), expansión del S burgués a través de Bermejales y ampliación de la isla que suponía Santa Clara con la anexión de los barrios de clase media-alta de Sevilla Este. Por su parte, las intervenciones sobre la ciudad consolidada, implican una mayor continuidad del conjunto de hábitats de clase media alta a través de la anexión del corredor San Bernardo Santa Justa y una ligera expansión hacia el centro norte con el aburguesamiento de Triana y el cuadrante NE del centro histórico. Arquitectónicamente lo más relevante de los nuevos hábitats desarrollados es la generalización de la formula de edificaciones en manzana cerrada y con equipamientos comunitarios, con un predominio absoluto en el caso de los sectores de clase media-alta de Bermejales y Sevilla Este, pero también con cierto peso en las nuevas promociones públicas destinadas a la clase obrera. Por otro lado, las estrategias de acumulación en el sector inmobiliario, en este periodo, tienen como principal característica el predominio cada vez mayor del mercado privado para el suministro de viviendas a los distintos estratos sociales, ante la progresiva retracción del sector público. Así mismo, la rehabilitación y redesarrollo de sectores residenciales históricos se descubre como una fuente notable de acumulación de capital.
Distribucion socioespacial.jpg

Estructura socio-espacial de Sevilla, por Ibán Díaz Parra. «Crecimiento urbano y conformación de hábitats sociales. Una síntesis del mapa social de la ciudad de Sevilla».

En la evolución y consolidación de estas dinámicas segregadoras se configuran una variedad de hábitats obreros por un lado y privilegiados por otro. El hábitat de clase obrera pasa de su ubicación histórica en las viviendas colectivas del centro y arrabales a las casas, generalmente unifamiliares, de los barrios de autoconstrucción, a menudo próximos al chabolismo, de la primera periferia obrera de la ciudad. En los casos privilegiados dentro de las clases humildes, los hogares pasan a las mejor equipadas promociones de casas baratas, influidas por el movimiento de la ciudad jardín. Y de aquí a los polígonos de viviendas propios del funcionalismo. Las últimas tendencias apuntan a la introducción de las comunidades cerradas dentro de la cultura del hábitat obrero a través de los bloques de piso en manzana cerrada.
LAS ÚLTIMAS DÉCADAS DEL SIGLO XX
De la estabilización al Plan de 1985
En estos años, el crecimiento demográfico se mantiene, y a finales de la década la ciudad contará con más de 700.000 habitantes. En los 80′, el Sector Secundario sólo emplea al 35% de la población activa. El Sector Terciario alcanza el 62% de la población, con mucho el más importante de la economía sevillana. En ello influyó decisivamente que Sevilla se constituyera en capital de la Comunidad Autónoma Andaluza.
En 1985 se aprueba un nuevo PGOU en el que se plantean numerosos proyectos con vistas a la celebración de la Exposición Universal en 1992. Como consecuencia de este Plan, se llevarán a la práctica numerosas obras de infraestructura. Alguna de ellas, como la imprescindible eliminación de las vías férreas del interior de la ciudad y la construcción de una nueva estación en Santa Justa, estaban siendo aplazadas desde hacía muchas décadas. Así, se suprimen las antiguas vías para construirlas excavadas en túneles, lo que elimina la barrera interior o abre una nueva fachada hacia el río. Se construyen seis nuevos puentes o pasarelas sobre aquel, poniendo en comunicación ambas márgenes.
Se abren las grandes rondas de circunvalación de la ciudad: las intermedias sobre la línea férrea o sobre el antiguo cauce del Tamarguillo, y la SE-30, de conexión entre las autovías exteriores. El curso del río se desplaza hacia el O, al pie de la cornisa del Aljarafe y se elimina el “tapón” de Chapina para recuperar el cauce antiguo. El Ayuntamiento llevará a la práctica los proyectos de grandes parques, como el de Amate al E y el de Miraflores al N. Finalmente, en terrenos de la antigua Hacienda del Alamillo, se abrirá el Parque-dehesa del Alamillo, verdadero pulmón verde de la Ciudad. Sin embargo, por contra, se abandona y entierra el proyecto del Metro. Finalmente, en la recién creada Isla de la Cartuja se irán levantando los magníficos pabellones de la Expo’92.
El Área Metropolitana
En los primeros años 80′ se mantiene el proceso iniciado en la década anterior y se continúan rellenando los espacios libres con barriadas sin fin. La capitalidad andaluza de Sevilla hará que se recuperen para uso oficial numerosos edificios antiguos en avanzado estado de deterioro. Además, el casco antiguo suscita de nuevo el interés de los sevillanos; las intervenciones públicas y las iniciativas privadas marcan una vuelta a la conservación del considerable patrimonio histórico del Centro de Sevilla, invirtiéndose con ello la tendencia a la despoblación del Casco. En cuanto a grandes operaciones residenciales, se desarrollan interesantes proyectos de urbanización, como la Barriada de Pino Montano, que se constituye como una iniciativa municipal plasmada en originales grupos de viviendas inspiradas en los antiguos corrales de vecinos; y también Sevilla Este, proyecto impulsado por la iniciativa privada, aunque con un planeamiento inicial a cargo del municipio que, definió unas excepcionales zonas verdes.
Simultáneamente a todo esto, en la última década se viene produciendo la formación del Área Metropolitana en torno al núcleo central de la Capital. Las localidades que circundan la ciudad constituyen, de hecho, una ampliación de ésta. En los términos colindantes se instalan industrias, almacenes, urbanizaciones y núcleos de pisos y viviendas unifamiliares de todo tipo a través de un circuito de vías de comunicación en una verdadera red urbana sin espacios rurales intermedios. A causa de este proceso de reconversión de sus primitivas actividades y su ocupación por nuevos inmigrantes urbanos, estas localidades originariamente rurales, se han transformado en ciudades dormitorio gracias al influjo expansivo de Sevilla. Este fenómeno se está produciendo con mayor intensidad en los municipios próximos del Aljarafe. El Área Metropolitana sevillana integra 34 municipios limítrofes, con una superficie de 2.216 Km2, y una población en 1985 de 1.500.000 habitantes.
concurso-ideas-reordenacion-expo-92-fernandez-ordonezconcurso-ideas-reordenacion-expo-92-fernandez-ambaszexpo92mapa-plano-expo-92.jpgEL CAMBIO DE SIGLO
Última década del siglo XX
La ciudad de Sevilla en el año 1993 no tiene a penas nada que ver con la de décadas anteriores. A lo largo de la última década del siglo XX Sevilla se ha convertido en una moderna y gran ciudad.
Pero, Sevilla tras la Expo’92 experimenta un proceso de paralización autocomplaciente; en la ciudad parece que se viene a repetir la frustración de 1929. Así, en los últimos años del siglo, los grandes logros en infraestructuras de transporte y movilidad no se continúan. De hecho, las infraestructuras de movilidad inauguradas con la EXPO ya estaban saturadas.
En este período, marcado por una profunda crisis internacional, la ciudad pasa de la euforia a la desmotivación. Es en este momento cuando comienza un periodo de impasse motivado por la depresión post-evento y por el impacto de la crisis económica internacional que originó una importante contracción del empleo y de la inversión pública. El tránsito desde el final del evento ha sido largo y con muchos altibajos poniendo de manifiesto la ausencia de planificación y liderazgo para aprovechar las oportunidades que se presentaban. La celebración de la Expo’92 supuso la incorporación de Sevilla a las redes de la nueva economía posfordista y terciarizada, y a las nuevas estrategias de promoción urbana, siendo definida como una gran operación de marketing urbano (Díaz, 2010:137). La iniciativa, que estuvo sostenida por inversión pública, dejó un importante legado, tanto a nivel de infraestructuras de comunicaciones que condicionaron positivamente el desarrollo de dinámicas productivas, como de integración en el tejido urbano de amplias zonas de la ciudad. Asimismo, se creó el Parque Tecnológico Cartuja 93. Al mismo tiempo, se produjo una falta de estrategia común entre los sectores público y privado, lo que generó desilusión y desmotivación para hacer frente al futuro inmediato, cayendo en el abandono de muchas de las instalaciones creadas y dibujándose un panorama incierto. Consecuentemente, el amplio espacio disponible en la Isla de la Cartuja, con grandes avenidas y zonas ajardinadas, y a pesar de la creciente actividad que se desarrolla en ella, sigue presentando ciertas características de no-lugar.
La realidad arroja un resultado ambiguo. Por un lado, si bien la vertebración de la ciudad se ha visto favorecida en gran medida por las obras entonces acometidas, hoy, su capacidad está agotada, y requieren de una profunda renovación y ampliación. Por otro lado, la Isla de la Cartuja tuvo que transformar su objetivo inicial al no generar el poder de atracción suficiente para que se instalaran en ella entidades vinculadas a la prestación de servicios avanzados a empresas. En esta fase, se continúa con la política basada en el binomio macroeventosmegaproyectos como principio de cambio y activación económica de la ciudad. El objetivo era la candidatura de Sevilla a las olimpiadas de 2004 y, posteriormente, a las de 2008, impulsadas desde el ayuntamiento por Rojas Marcos. El único legado que quedó para la ciudad de estos intentos fallidos fue el Estadio Olímpico que, tras albergar los mundiales de atletismo en 1999, ha estado infrautilizado.
En este escenario, se asiste a una ralentización en el crecimiento de la población (estancándose en torno a los 700.000 habitantes). La estructura por edades, a pesar del proceso de envejecimiento en curso, presenta un perfil joven, siendo la proporción de la población dependiente la más baja del conjunto de grandes ciudades españolas. Los acontecimientos que marcaron el desarrollo de la ciudad, basado en un modelo con escasa diversificación productiva, marcó también el mercado de la vivienda, como en otros espacios de España y Europa, destacando las consecuencias del carácter especulativo de eventos como la Expo’92.
Paralelamente, en estos años, desaparecen prácticamente las promociones públicas de viviendas. En esta etapa se asiste también al desarrollo de medidas enmarcadas en la política estructural de la Unión Europea. Entre éstas destaca el Plan Urbano San Luis-Alameda (1994), dirigida a los espacios urbanos degradados del casco histórico con graves problemas sociales y ausencia de equipamientos dotacionales. Sus objetivos fueron aumentar los equipamientos sociales y regenerar su economía mediante la promoción del empleo. Sin embargo, estos fondos no podían ser utilizados para la rehabilitación de viviendas por lo que el Plan acabó reproduciendo un modelo de crecimiento cuyas bases eran cada vez menos sostenibles.
Es decir, la renovación urbana y la potenciación del mercado inmobiliario. En este sentido, los efectos del Plan presentan un evidente desequilibrio en el plano social, recayendo sus aspectos positivos, sobre todo, en obras de reurbanización y equipamientos, así como, en la promoción de agentes económicos presentes en el barrio y la atracción de otros estimulando a la iniciativa privada a invertir en vivienda. Esta autora, señala como la atracción de capital privado se relaciona con la aparición de un fuerte movimiento especulativo en la zona lo que aceleró y reforzó el proceso de gentrificación. En 1996, Sevilla se adhirió a la Carta de Aalborg. A partir de entonces, la Delegación de Medio Ambiente coordina las Políticas de Desarrollo Sostenible que se desarrollan en la ciudad mediante la Agenda 21 Local. Y, en 1999, se crea el Consejo Sectorial Local de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Sevilla. 
A lo largo de los 90′, sigue existiendo un movimiento vecinal en barrios de polígonos obreros. En este contexto, se produce un intento de crear un movimiento vecinal coordinado mediante la plataforma Barrios en Lucha, que engloba diferentes barrios, desde los más céntricos a los periféricos de autoconstrucción. Paralelamente continúa la expansión metropolitana con el crecimiento de la corona hacía el Aljarafe, expandiéndose hacia pueblos con un marcado carácter rural, así como, hacia la comarca de los Alcores en el sureste y hacia la Vega en el Norte.
En los terrenos de la antigua Expo se han llevado a cabo intervenciones que aseguran la innovación productiva y su conversión en un verdadero Parque tecnológico: Cartuja’93. Allí, las empresas de base tecnológica demandan cada vez más espacios para instalarse.
El barrio más representativo que crece y se desarrolla en esta década es Los Bermejales, que sobresale por su apropiado ordenamiento; en ella predominan las viviendas de protección oficial. En algunos aspectos consigue ser una barriada modélica. Pretende ser un ejemplo de barrio plenamente europeo. Incluso, sus calles son un homenaje al resto de países de la de la Unión Europea y llevan nombres de países y ciudades importantes de ésta.
Primera década del siglo XXI
En la primera década del siglo XXI, la modernización de la ciudad es innegable en todos los aspectos: en el tejido industrial, en el modelo de sostenibilidad y movilidad y en el desarrollo físico y territorial.
El sistema productivo, tecnológico e industrial de la ciudad se ha ampliado y modernizado. Industrias muy sevillanas, como Abengoa son ejemplo de innovación desarrollo sostenible e investigación (I+D+i); o nuevas, como la aeronáutica “Airbus Military” convierten a Sevilla en una ciudad a la vanguardia de la industria aeronáutica. A estas se unen el área logística del puerto, el área del aeropuerto de San Pablo, o el parque empresarial tecnológico de Cartuja’93.
La nueva esclusa mejora los accesos marítimos con un canal navegable que está generando una nueva zona industrial y de actividades logísticas portuarias. Esto, unido a la remodelación del puerto de la Delicias, además de recuperar una magnífica zona del río —que siempre estuvo olvidada—, favorece el atraque de cruceros cada vez mayores.
Pero, quizá el sistema de transporte urbano de más trascendencia y futuro es el Metro, que por fin se recupera el proyecto abandonado 3 décadas antes, y en 2009 se inaugura la Línea 1: con 18 km. que recorren la ciudad de E a O, desde Montequinto, en Dos hermanas a “Ciudad Expo”, en Mairena del Aljarafe. El tranvía es un proyecto más modesto, casi testimonial, pero que ha permitido la peatonalización de parte del casco histórico Plaza Nueva, Avenida y Calle San Fernando. También el uso peatonal de algunas calles comerciales de los barrios, como San Jacinto y Asunción ha supuesto un impulso para el comercio y un plus de habitabilidad para sus vecinos. En este sentido destacan los más de 100 km. de carril bici y el servicio municipal de alquiler de bicicletas que facilitan el transporte sostenible por nuestras calles.
La construcción del “Metropol-Parasol” (popularmente conocido como “las setas”), aunque polémico, ha recuperado la plaza de la Encarnación y convertido en un espacio de participación ciudadana. También, la Alameda de Hércules ha sido recobrada como paseo perdiendo su carácter marginal. Igualmente se han reconvertido las plazas del Salvador, del Pan, la Pescadería y la Alfalfa. Estas y otras acciones han puesto en valor estas zonas —antes saturadas por el caos automovilístico—, recuperando estos espacios para el comercio y el disfrute ciudadano.

evolucion urnbana sevilla 2.jpg

«…En la 4ª etapa (2000-2011) se observa como ha evolucionado el modelo de ciudad a través del llamado “pacto de progreso por Sevilla”, que define un modelo urbano diferente basado en el slogan “Sevilla, la ciudad de las personas”, apoyado en la sostenibilidad y el impulso de la participación ciudadana, a través de la introducción de los Presupuestos Participativos. Este modelo también ha contemplado procesos de planificación estratégica (Plan estratégico de Sevilla 2001, y el proyecto del Plan Estratégico Sevilla 2020), así como los Planes de Barrio, destacando de manera significativa el Plan Integral para el Polígono Sur, con una estrategia de integración de la ciudad en la economía globalizada.
En el año 2000, se constituyó la agencia municipal urbana de desarrollo integral Sevilla Global con la que se pretendía desplegar la acción pública local de fomento económico, desarrollo empresarial e implementación de políticas activas de empleo. Asimismo, se crea la Agrupación de Interés Económico de Sevilla, que aglutina a las 4 empresas municipales: Emasesa, Emvisesa, Lipasam y Tussam, en una búsqueda de sinergias y eficiencias en su gestión, que reduzcan sus gastos de explotación.
sevilla-ge8Paralelamente y envueltos en numerosas polémicas, se ejecutan una serie de proyectos destinados a implantar una “imagen de marca” para la ciudad, a través de la creación de una serie de edificios postmodernos, realizados por firmas punteras de la arquitectura mundial. Entre ellos destacan: el controvertido edificio Metropol Parasol de Jürgen Mayer que en su origen carecía de todo contenido social y, finalmente, se convierte en el símbolo del movimiento 15M; la biblioteca universitaria de la iraní Zaha Adid, proyecto paralizado por el movimiento vecinal y demolido recientemente; o, la Torre Cajasol de César Pelli, primer rascacielos de la ciudad constantemente debatido.
También, en coordinación con las administraciones estatal y autonómica, se han impulsado planes de fomento industrial y tecnológico para el desarrollo del puerto y de los espacios logísticos, la gestión integrada del turismo y la ampliación del palacio de congresos Fibes. Asimismo, se impulsó la construcción de un parque industrial, Aerópolis, dedicado al sector aeronáutico para consolidar a Sevilla como ciudad aeronáutica del sur de Europa. En este periodo, la Universidad de Sevilla ha impulsado un proceso de modernización y adaptación a la nueva época que vivimos, con su compromiso por la excelencia y la suma de capacidades, en colaboración con el sector privado. Un claro ejemplo de ello es el sello Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech, en colaboración con la Universidad de Málaga y con el apoyo de Cartuja’93, el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y Aerópolis.
Además, en este periodo, se asiste a un giro hacia la intervención y gestión en el marco metropolitano. La ciudad experimenta un modelo de expansión en el que se crea un “cinturón urbano” protagonizado por municipios de la 1ª corona metropolitana. Al hilo de este proceso de reordenación demográfica y urbana, se genera también la 2ª corona metropolitana, que se trata, ya no tanto de municipios dormitorios, sino de realidades territoriales con identidad propia y con una morfología urbana menos influenciada por el núcleo urbano central. Durante estos años se han acentuado las importantes interrelaciones sociales y económicas entre los municipios dentro del área metropolitana, no sólo por la proliferación de centros comerciales (IKEA), que han convertido al Aljarafe en una importante área de centralidad comercial, sino también por la creación de polígonos industriales de gran dinamismo empresarial y tecnológico (el PISA en el Aljarafe o el PIBO en Alcalá de Guadaira).

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Asimismo, la nueva universidad pública Pablo de Olavide, situada entre los términos municipales de Sevilla y Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira tiene una clara vocación metropolitana. Al mismo tiempo que se acentúan los procesos de metropolización, el PGOU de 2006 persigue reequilibrar la estructura urbana, la revalorización del patrimonio y una ciudad más sostenible y solidaria, además de plantear las zonas de oportunidad para el futuro desarrollo de la ciudad. De este modo, en 2008 se inaugura la primera línea de metro de carácter metropolitano; se llevan a cabo importantes medidas de pacificación del espacio público con la peatonalización de sectores significativos del centro histórico a través de la iniciativa denominada “la piel sensible”, o una tupida red de carriles bici. Este mismo año, la Comisión de Redacción del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (POTAUS) dio luz verde al nuevo documento que ordena los 46 municipios que forman la zona, y que incluye 69 áreas de oportunidad. Los programas recogen desde el sector logístico hasta el tecnológico, así como proyectos de viviendas, con una amplia mayoría de vivienda protegida.
En épocas recientes las políticas de desarrollo económico en Sevilla han perseguido su transformación y su orientación hacia la constitución de un tejido productivo dinámico y moderno, para competir en el escenario global. Sin embargo, la configuración de la ciudad sigue siendo dependiente de segmentos de actividad productiva tradicionales como el comercio, la hostelería o la industria agroalimentaria, lo que la sitúa lejos de los procesos de acumulación de las grandes capitales europeas, adoptando un papel secundario en el escenario económico global. A ello se une la grave crisis internacional que está afectando con especial virulencia a España y a la Comunidad andaluza, y la incertidumbre que rodea a la recuperación. El mercado de trabajo sigue siendo débil con elevados niveles de desempleo. Esta situación puede ser explicada, en gran medida, por una especialización intensiva en torno a sectores de actividad muy afectados por la recesión, como la construcción o los servicios. En este sentido, la escasa diversificación productiva provoca comportamientos extremos de los indicadores de producción y empleo en función de la evolución del ciclo económico en su conjunto. Es decir, en coyunturas alcistas el crecimiento de la economía sevillana es superior y viceversa, en épocas de recesión, como la que atravesamos, el impacto negativo es más acusado. 
El turismo de la ciudad de Sevilla, fundamentalmente de naturaleza lúdica y cultural, puede considerarse como un sector de actividad estratégico. En esta etapa se constituye una estrategia de desarrollo en la que el turismo va a desempeñar un papel central. Numerosos indicadores revelan el auge experimentado por el sector y su capacidad vertebradora respecto de otros segmentos productivos. No obstante, la creciente competencia internacional en el mercado del turismo, la estacionalidad del flujo turístico o la necesidad de adecuar el contexto urbano de la ciudad en espacios de mayor atractivo turístico, ponen en tela de juicio el papel del sector para liderar procesos de crecimiento y desarrollo económico en la actualidad.
Durante estos años surgen movimientos sociales con nuevas finalidades, experiencias de recuperación vecinal y centros sociales ocupados. De su unión con los sectores más combativos del movimiento vecinal nacen iniciativas como la nueva liga de inquilinos La Corriente en 2005, o el relanzamiento de la plataforma Barrios en lucha en 2008. Por otro lado, asociaciones en defensa del patrimonio (Adepa y Ben Basso) han jugado un importante papel en los barrios con procesos de gentrificación. También, se detecta el surgimiento de lo que se ha denominado “nuevo asociacionismo conservador” ligado a la oposición vecinal a la ubicación de mezquitas, en el caso de los Bermejales, o las llamadas asociaciones contra el ruido.
Por ultimo, han surgido, los primeros movimientos de defensa del territorio con un carácter metropolitano, especialmente adscritos a la comarca del Aljarafe. Un ejemplo es la plataforma Aljarafe Habitable o la Asociación de Defensas del Territorio del Aljarafe (ADTA), que denuncia el modelo de crecimiento de dicha comarca y apuesta por la recuperación ambiental y puesta en valor de los espacios libres, riberas y olivares que aún persisten. En los últimos tiempos, presenciamos la privatización y mercantilización de los espacios públicos que están poniendo en peligro la singularidad de la ciudad. En este sentido, Aldo Rossi (premio Pritzker en 1990), indica que el monumento más identificativo de Sevilla era la construcción colectiva de los corrales de vecinos. Los espacios interiores que generaron esas casas o corrales de vecinos se convirtieron en auténticas plazas públicas que, a principios de los 90′, pasaron a ser un espacio privado.
De manera general, del análisis de los principales cambios producidos en la ciudad de Sevilla y siguiendo los tres ejes básicos de estructura socio-espacial podríamos concluir que el eje sociodemográfico ha sido uno de los que mayor impacto ha experimentado en el período temporal estudiado, tanto en las variaciones respecto al número de habitantes y la densidad de población, como en las variaciones que se refieren al fenómeno inmigratorio. Asimismo, se detectan grandes cambios en las pirámides de edades, en los niveles de formación de la población y en la estructura familiar de los hogares. En cuanto al eje socioeconómico, se comprueba como la base y los modos de producción también han cambiado considerablemente tanto desde el punto de vista de las relaciones por sector de actividad económica, como desde el de los cambios producidos en el mercado de trabajo. Y, por último, el eje urbanístico territorial, tal vez el de mayor peso en relación con la materia aquí tratada, pero siempre en directa relación con los ejes anteriores, refleja que la ciudad se ha transformado notablemente en términos de estructura urbana. Así, son considerables las variaciones resultantes del análisis de variables como tipo de tenencia de la vivienda, tipología de hogares, precio del m2, planificación urbana en la distribución y usos del suelo urbano y organización político administrativa del territorio.
Guerrero Mayo, María José, y López Igual, Purificación (2011) “Políticas urbanas en la ciudad de Sevilla”. Geopolítica(s). Revista de estudios sobre espacio y poder, vol. 3, núm. 1, 61-81.

evolucion sevilla.jpg

Sevilla GE3.jpg

Grandes desarrollos residenciales en ejecución en Sevilla y su entorno

Los Grandes desarrollos residenciales pendientes de edificar en Sevilla acumulan una edificabilidad residencial prevista de 8.300.348 m2 para 73.772 viviendas, de las cuales están pendientes 57.979 viviendas, en sectores urbanizados en proceso de edificación como PP CC PALMETE-LA NEGRILLA (208.368 m2 de suelo para 155.656 m2 de techo para 1.213 viviendas, ejecutados el 3%), o MERCASEVILLA (397.182 m2 de suelo para 309.356 m2 de techo para 2.239 viviendas, ejecutado el 25%), o sectores en proceso de urbanización como HACIENDA EL ROSARIO (447.574 m2 de suelo para 253.000 m2 de techo para 1.978 viviendas), o PALMAS ALTAS SUR (724.195 m2 de suelo para 353.197 m2 de techo para 2.870 viviendas); o sectores no urbanizados, AEROPUERTO VIEJO (2.188.104 m2 de suelo para 1.002.615 m2 de techo para 1.076 viviendas), BUENAIRE (970.552 m2 de suelo para 521.894 m2 de techo para 2.211 viviendas), CORTIJO CUARTO NORTE (582.282 m2 de suelo para 302.973 m2 de techo para 2.564 viviendas), CORTIJO CUARTO SUR (774.100 m2 de suelo para 399.679 m2 de techo para 2.723 viviendas), LA CRUZ DEL CAMPO (196.488 m2 de suelo para 255.168 m2 de techo para 1.963 viviendas), PALMETE (236.673 m2 de suelo para 139.825 m2 de techo para 1.137 viviendas), SAN RAFAEL (688.003 m2 de suelo para 389.446 m2 de techo para 1.890 viviendas), SANTA BARBARA (601.129 m2 de suelo para 373.910 m2 de techo para 3.036 viviendas), SANTA BARBARA 2 (505.703 m2 de suelo para 352.133 m2 de techo para 2.747 viviendas), SANTA BARBARA 3 (992.918 m2 de suelo para 591.602 m2 de techo para 4.839 viviendas), SANTA BARBARA 4 (859.500 m2 de suelo para 438.262 m2 de techo para 4.184 viviendas), TORREBLANCA ESTE (252.722 m2 de suelo para 148.528 m2 de techo para 1.200 viviendas), TORREBLANCA OESTE (456.727 m2 de suelo para 250.240 m2 de techo para 2.078 viviendas), o VILLANUEVA DEL PITAMO (2.102.786 m2 de suelo para 1.151.180 m2 de techo para 8.924 viviendas).

En el Informe “Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. ETSAM-UPM HERNÁNDEZ AJA, Agustín (director) (1996), se identificaba en 1991 los barrios vulnerables de 1‐ Polígono San Pablo, 2‐ Las Huertas, 3‐ Macarena Norte, 4‐ Tres Barrios, 5‐ Amate, 6‐ Cerro del Águila, 7‐ Pino Montano, 8‐ Begoña, 9‐ La Barzola, 10‐ San Gil, 11‐ Feria, 12‐ Centro, 13‐ Arenal, 14‐ Triana, 15‐ Tiro de Línea, 16‐ Murillo, 17‐ Las Letanías, 18‐ Palacio de Congresos, 19‐ El Palmete, 20‐ Torreblanca Norte, 21‐ Torreblanca Sur, 22‐ Nervión, 23‐ Juan XXII, 24‐ Su Eminencia y 25‐ San Jerónimo.

En 2001, serán los barrios de 1‐ Casco Norte, 2‐ Cruz Roja, 3‐ Begoña‐Pío XII, 4‐ Villegas, 5‐ Polígono Norte, 6‐ El Rocío, 7‐ Las Avenidas‐El Carmen, 8‐ San Jerónimo, 9‐ Pino Montano Oeste, 10‐ Pino Montano Este, 11‐ San Carlos‐Tartessos, 12‐ San Pablo A y B, 13‐ San Pablo C, 14‐ San Pablo D y E, 15‐ Ciudad Jardín‐Sur de Nervión, 16‐ Los Pájaros, 17‐ Amate, 18‐ El Cerro, 19‐ Rochelambert, 20‐ Juan XXIII Oeste, 21‐ Juan XXIII Este, 22‐ Su Eminencia, 23‐ Padre Pío, 24‐ El Palmete, 25‐ Torreblanca Oeste, 26‐ Torreblanca Este, 27‐ Alcosa Oeste, 28‐ Alcosa Este, 29‐ Tiro de Línea, 30‐ La Oliva, 31‐ Murillo‐Antonio Machado, 32‐ Las Letanías‐Paz y Amistad, 33‐ Las Vegas, 34‐ El Tardón‐El Carmen, 35‐ Triana Oeste y  36‐ Bellavista, además de las zonas de LA BACHILLERA (Poblado de unos 1.500 habitantes constituido por vivienda mayoritariamente autoconstruida a partir de la década de 1940, situado entre el distrito Macarena y San Jerónimo, barrio con el que quedará unido tras la ejecución de los desarrollos previstos en el Plan General de Ordenación Urbana. Presenta problemas de infravivienda y población envejecida en situación de vulnerabilidad. El Ayuntamiento desarrolla programas de rehabilitación de viviendas en esta parte de la ciudad), EL VACÍE (Asentamiento chabolista de unos 900 habitantes situado al E de la valla del cementerio de San Fernando. Su origen se remonta a 1932 y está habitado por familias en situación de exclusión social. Presenta problemas graves de salubridad, entre ellos la presencia de ratas. En 2008 contaba con 46 chabolas y 90 viviendas de chapa metálica), LOS CARTEROS (Barriada de unos 3.000 habitantes separada del distrito Macarena por la avenida Manuel del Valle y de Pino Montano por la SE‐30. Está formada por un núcleo suburbano de origen autoconstruido con problemas de infravivienda y una promoción pública unifamiliar de realojo de la década de 1990. Presenta significativas tasas de paro y población sin estudios), VALDEZORRAS (Poblado aislado de unos 2.500 habitantes situado al NE de Sevilla, pocos km al N de Parque Alcosa. Se trata de edificación originalmente ilegal con problemas de infravivienda y población vulnerable).

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Sevilla ha sido aclamada durante siglos como urbe monumental y, especialmente desde el siglo XIX, como ciudad de belleza y personalidad particulares, rasgos estos últimos inherentes no ya a la bondad medioambiental de su asiento geográfico, sino especialmente al conjunto de sus edificios señeros y monumentales perfectamente integrados en un caserío y un viario históricamente consolidados.
Sin embargo, existe un proceso de degradación de la ciudad histórica -casco antiguo, arrabales y zonas de entidad histórica- que, arrancando del siglo XIX, alcanza su mayor virulencia en tiempos contemporáneos, que ha mermado irreparablemente nuestro patrimonio y que actualmente amenaza con recrudecerse con efectos irreversibles, proceso que a toda costa debemos detener si deseamos salvar lo poco que aún permanece sin alterar.
Nuestro compromiso con la Historia, nuestro papel de ciudad de importancia nacional y de capital de Andalucía, amén de nuestra relación de integración con Europa y América, nos exigen el respeto para con las huellas de nuestro pasado. Es una obligación ineludible que, hecha suya por otras ciudades con menos mérito y razones, no nos permite dejar a Sevilla en manos de la especulación y el abandono.
SINOPSIS DEL PROCESO DE DEGRADACIÓN. Siglo XIX.
El plano que el Asistente Pablo de Olavide manda trazar en 1771 nos muestra prácticamente inalterada la ciudad medieval en la que incluso se aprecian algunos rasgos de la urbe romana. No obstante lamentar la pérdida de abundantes piezas merecedoras de pasar a la posteridad, acaecida en todas las épocas, es sólo a partir del siglo XIX cuando el ritmo de destrucción del patrimonio aumenta casi en progresión geométrica. Las causas mayores de este proceso constituyen un tema demasiado amplio como para ser tratado en este escrito, por lo que solo las esbozaremos y trataremos de apuntar una breve historia de la degradación.
La dominación napoleónica (1808-12), las intervenciones progresistas del Asistente Arjona (1825-33), y la Desamortización (1835), conllevan la desaparición de iglesias y conventos, y una serie de ensanches y derribos que culminan entre 1861 y 1869, cuando se demuele la cerca almohade con sus puertas y torreones. Aunque la Restauración (1875) abre una gran etapa derribista, Sevilla se salva del auge reformista de los grandes cascos del siglo XIX; puesto que no hay grupos capitalistas que presionen al Ayuntamiento, sólo se realizan proyectos parciales, como pequeñas alineaciones y plazas. Se edifica en solares ya existentes, manteniendo la integración con el entorno y cierto respeto por lo antiguo.
Desde la implantación del ferrocarril (1859) se intensifica la moderada reforma interior, que llegará a un primer apogeo en el primer tercio del siglo XX, con la Exposición Iberoamericana de 1929 como motor.
La historia de la desaparición de nuestro patrimonio en el siglo XX es larga y tortuosa, haciéndose especialmente grave en las últimas décadas. El siglo comienza con el derribo de los Caños de Carmona (1910) y los ensanches de la Campana y Génova (1911). Se pierden edificios de los siglos XVIII y XIX, aunque en su lugar aparecerán algunas valiosas piezas del Modernismo y Regionalismo, varias de ellas destruidas a su vez años más tarde. Hacia 1936, las algaradas urbanas incendiaron varios templos de la ciudad.
1946 PGOU.png

1946 PGOU Sevilla

En 1946 se aprueba el 1º PGOU de Sevilla, en el que todavía está presente la reforma interior, estableciendo 2 grandes vías que cruzan el casco de E a O, y de N a S, que destruirían gran parte del tejido urbano. Afortunadamente, tal proyecto no se ejecutó, salvo en el tramo de la calle lmagen (1948). Por otro lado, el Plan clasificó el casco antiguo en categorías de protección, aunque desatendió la morfología y estructura urbanas, consolidando el incremento en altura de los edificios, iniciado con el Regionalismo.
Distintas a las que se aprobaron en 1919, las Ordenanzas de Policía de la Construcción de 1949 vienen a modernizar aquéllas y sirvieron de base para la estructuración de posteriores normativas. Dichas Ordenanzas pretendían proteger el carácter de la ciudad histórica, aunque a la postre carecieran de efectividad.
Hasta 1947 se habían perdido numerosas grandes casas sevillanas, pero desde este año la situación empeora cuando la burguesía asume la vivienda colectiva como forma de hábitat e inversión. Esta tendencia, que supone el abandono y posterior ruina de numerosas casas del casco antiguo, no tardará en extenderse a los restantes niveles de la clase media, que opta por trasladarse a los nuevos barrios residenciales, acentuándose la decadencia de las zonas históricas que ininterrumpidamente llega hasta nuestros días. Otro factor importante de degradación es la congelación de rentas, que tiene como consecuencia el desalojo de la población proletaria por la ruina creciente de sus viviendas, factor que a partir de 1950 será decisivo especialmente en una zona, Triana, y sobre un tipo definido de vivienda, los corrales de vecinos.
En 1964 se declaran varias zonas del casco antiguo con la calificación de Conjunto Histórico-Artístico. El Estado asume así la monumentalidad de Sevilla y la perentoria necesidad de protegerla, y a partir de esta fecha menudean las declaraciones de elementos monumentales, si bien en la práctica no tendrán el efecto deseado.
Desde 1960 el casco antiguo y los arrabales históricos se despueblan aceleradamente, de manera que en 1970 la población es un 33% menor, y en 1975 un 49% inferior. El sector S, en el que se concentra la mayoría de los servicios comerciales y administrativos, se va quedando sin otros equipamientos, que emigran por falta de una política que proteja el suelo que ocupan del alza de precios por su posición central en la ciudad. Así, emigran las órdenes religiosas y decae el pequeño comercio, desaparecen palacios y edificios singulares para dar paso a los grandes almacenes, la renovación inmobiliaria, las rupturas morfológicas. Crece el tráfico -al que se subordinan las áreas monumentales- y el desclasamiento. Las intervenciones puntuales son de mayor volumen que antes, puesto que las actuaciones inmobiliarias deben rentabilizar el alto coste del suelo, así es como desparece un parcelario de alto valor histórico. Estas operaciones producen la permanencia, durante tiempo prolongado, de solares sin edificar y el aumento de la capacidad residencial del centro, sobrepasando la capacidad de los centros de equipamiento y de la infraestructura. De este modo, gran parte del viejo barrio de San Julián desaparece por expropiación urgente, aunque pasaría más de una década antes de que se iniciara la masiva edificación en altura del solar.
1962 pgou.jpg

1962 PGOU Sevilla

El PGOU de 1962 favorece la actuación de las promociones privadas del modo citado, es decir, sin considerar el volumen y aspectos formales de la operación ni la necesidad de dotaciones adecuadas. El Plan sustituye la política de alineaciones por un conjunto limitado y selectivo de ellas, por haberse constatado su inutilidad para descongestionar el tráfico. Se permite la construcción indiscriminada de 4 y 6 plantas de altura en todo el casco.
En 1968 se aprueba, enmarcado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el Plan de Reforma Interior del Casco Antigua (PRICA), con determinadas condiciones que el Ayuntamiento nunca cumplió. Su objeto era favorecer las operaciones inmobiliarias en el centro y detener su degradación. Sus consecuencias fueron catastróficas, ya que incrementaba en una a dos plantas la edificación del 75% de las calles y en el 70% de los casos se modificaba total o parcialmente el trazado de las calles. Permitía la construcción de viviendas sobre cuarteles, conventos, escuelas y jardines. Sus normas urbanísticas facilitaron aun más la terciarización del casco antiguo y el masivo abandono y destrucción del caserío. Estas factores han contribuido a producir la actual crisis aún no resuelta.
En 1974 nace la empresa Prosevilla, S.A., con la voluntad de compatibilizar el negocio inmobiliario con el respeto a la ciudad histórica. Prosevilla adquiere una serie de edificios históricos y realiza proyectos de restauración en diversas zonas, pero termina extinguiéndose, ante la falta de apoyo legal y fiscal a este tipo de iniciativas.
La dudosa legalidad del PRICA -y del PRI de Triana, de caracteristicas similares-, lo nocivo de sus resultados y las reiteradas denuncias por parte de la prensa, entidades profesionales y sectores ciudadanos, obligaron a la redacción del Modificado del PRICA en 1981, junto con el Plan Piloto Alameda-Feria, que nunca se llevaría a la práctica. El Modificado inicia un tímido proceso de recuperación del casco, considerando un Plan de Reequipamiento, señalando algunos conjuntos urbanos de estudio especial, iniciando una catalogación de edificios y otras medidas. Este plan, todavía vigente, protege las alineaciones históricas, pero deja indefenso el parcelario e incluso señala intervenciones en el viario dentro de sus planes especiales, que no eran tan conservadores como se ha creído. Además, la catalogación de edificios que propone es demasiado restrictiva, por un lado, ya que impide la rehabilitación de un número de elementos, y por otro lado desprotege la mayoría del caserío tradicional.
En octubre de 1984 se firma un convenio entre el Ayuntamiento y la Consejería de Política Territorial, por el que el Patronato Municipal de la Vivienda se compromete a construir 1.346 viviendas en el casco antiguo. La construcción de estas viviendas respeta en el aspecto volumétrico las características de la casa tradicional, aunque no ocurre igual con el aspecto formal, demasiado renovador.
La Asociación Nacional de Químicos elabora, en 1985, un Estudio Básico del Medio Ambiente de Sevilla, en el que se recomienda, entre otras medidas, la conservación del caserío y el mantenimiento de las características ambientales históricas del casco.
En mayo de 1985 se celebra en Sevilla el V Encuentro Europeo de Ciudades Históricas, en el que Damián Quero, de la Gerencia Municipal de Urbanismo, desata la polémica al defender la necesidad de adaptar los cascos históricos a los usos contemporáneos mediante: a) el intervencionismo higienizante para hacer el casco más transitable y útil a las necesidades modernas y b) el rechazo al conservacionismo histórico, aceptando la introducción de la moderna arquitectura en el casco antiguo; afirmaciones que pueden ser expresivas de la politica de actuación de la Gerencia.
Este es el espíritu del Avance del PGOU, presentado a finales de 1985, y dirigido por el arquitecto Damián Quero. En este Avance las bases de intervención en el casco antiguo son la revitalización del mismo, que no se confía solo a la rehabilitación de edificios; también la corrección del desequilibrio entre los sectores norte y sur del casco, mediante operaciones de permeabilización al tráfico rodado; y, por último, una política de vivienda que contemple la restauración y la edificación de nueva planta.
El Avance en concreto proponía 40 duras intervenciones en el casco antiguo: derribos, retranqueos, apertura de nuevas calles y plazas, y ensanches, lo que supondría el reconvertir las zonas de más sabor tradicianal y valor histórico-artistico en sectores sujetos al caos circulatorio y la terciarización hogaño reinantes en la “city” sevillana.
Este Avance fue muy contestado por diferentes sectores profesionales y ciudadanos y ha dado paso al documento definitivo que, tras considerar las alegaciones que se presenten, ha de ser aprobado finalmente en 1987. El Plan abandona las intervenciones duras en el casco antes propuestas, y aborda una política de rehabilitación a gran escala como solución a la degradación de la ciudad. Así, mediante la revisión provisional del catálogo de edificios del Modificado, previa a la redacción de uno nuevo, se disminuye la protección de los inmuebles catalogados. Esto redunda en una mayor utilización de los edificios singulares que los salvaría de la ruina a la que, según los redactores del Plan, están abocados hoy. Por contra, se favorece enormemente la destrucción del caserío tradicional.
De acuerdo con lo prescrito en la Ley del Patrimonio Histórico-Artístico Español, de 1985, se delimitan algunas Áreas de Rehabilitación Integrada -de número y extensión insuficiente-, y se establece una ordenanza de construcción que sigue sin proteger el paisaje urbano tradicional. En cuanto a intervenciones, se plantean algunas muy positivas en sectores marginados, pero muchas otras son de carácter traumático, afectando igualmente a San Bernardo y Triana, sectores que no tienen la compensación de las 3.100 viviendas que se rehabilitarán en el casco y las 1.100 que se construirán de nueva planta. Tampoco en estos arrabales históricos se contempla la creación de Áreas de Rehabilitación integrada, ni de protección del catastro, como se hace con el casco antiguo.
En definitiva, esta última normativa que afecta a nuestras zonas históricas supone un paso adelante para la recuperación de la ciudad, aunque es del todo insuficiente, y algunos de sus instrumentos de actuación son, de hecho, contraproducentes para con el fin propuesto.
Ignacio Benvenuty Cabral, Sevilla: La Degradación de la ciudad histórica. Artículo publicado en la revista «BIOS» (Nº 4, año III, Junio de 1987, pp. 6-9) de «Ándalus»

puerto y ciudad.jpg

«…La voluntad de integración y de diálogo del puerto con la ciudad sigue siendo más aparente que real, pues a la hora de la verdad la Autoridad Portuaria sigue imponiendo sus criterios y su línea de discurso, y el Ayuntamiento se sigue plegando a ello, introduciendo incluso modificaciones sustanciales en sus propias decisiones de ordenación. Lo que veremos próximamente será el espectáculo de una Autoridad Portuaria obteniendo los recursos que necesita para financiar una dudosa (y poco sostenible) obra hidráulica a través de operaciones inmobiliarias más propias de un operador privado que de un agente público. Mientras tanto la ciudadanía seguirá asistiendo impasible a la postergación de algo que es ya una deuda histórica con la ciudad: la posibilidad de la libre circulación por el frente de agua del cauce histórico del río. Y es que ya se ve que todavía no existe una clara e inequívoca voluntad por parte de las administraciones competentes de dar un tratamiento digno a la dársena urbana del Guadalquivir: desde San Jerónimo hasta el puente de Delicias, cuando menos…»
Antonio Piñero Valverde y Victoriano Sainz Gutiérrez, » ¿Nuevas perspectivas para las relaciones cuidad-puerto en Sevilla? «, Méditerranée, 111 | 2008, http://mediterranee.revues.org/2792

puerto-de-sevilla-funciones-i.jpg

Plano Futuro METRO SEVILLA.png

SEV.jpg

Indice IESE. Cities in Motion 2015

Sevilla tiene hoy una población de 690,566 habitantes (ha perdido más de 13.600 habitantes desde 2010) reduciéndose desde 2003, que se va a los municipios próximos del Area Metropolitana y un parque residencial cercano a los 315.500 viviendas (donde más de 30.000 viviendas son anteriores a 1960), pero su Area Metropolitana incluye cerca de 1.34 millones de habitantes en 30 municipios  y 3.275 km2 de territorio, con 572.120 viviendas.

compacidad AU Sevilla.jpg

Area Urbana de Sevilla, por Carlos Jiménez Romera. Tamaño y densidad urbana. (2015)

consumo-suelo-s-xx-sevilla

«…La ciudad de Sevilla muestra un 28% de desocupación general en la ciudad. Atendiendo a los principales sectores de desarrollo, los peor situados son el de Pino Montano y Aeropuerto, con una tasa de desocupación que oscila entre el 30% y el 40% de las viviendas construidas desde 2008. La situación mejora en Bermejales y Avenida de Juan Pablo II, cuya tasa se sitúa por debajo de la media de la ciudad con cifras relativas entre el 10% y el 20% del parque nuevo desarrollado.
El área de influencia de Sevilla destaca por la homogeneidad en la periferia más cercana de la capital con índices parecidos a la media de la ciudad de Sevilla de entre el 20% y el 30%. Es el caso de Gelves o Mairena de Aljarafe. El porcentaje se incrementa hasta alcanzar índices de desocupación de entre el 30% y el 40% en las zonas más alejadas, situadas en el extremo oeste de Sevilla.
Dentro todavía de la provincia de Sevilla, Alcalá de Guadaira mantiene su nivel de stock cerca de la media de Sevilla capital, con un 25%, mientras que en Dos Hermanas se incrementa hasta situarse en torno al 35% de los nuevos inmuebles desarrollados. Más alejada de la capital, Utrera destaca entre las localidades más saneadas, con una tasa dedesocupación del 15%…»
Radiografía del stock de vivienda 2015. TINSA
potaus

POTAUS (Plan Ordenación Territorial Aglomeración Urbana Sevilla)

Vive Sevilla hoy una efervescencia de colectivos en diferentes barrios de la ciudad, como ha tenido históricamente en respuesta a acciones mercantiles, Barrio de Santa Cruz, Triana, la Alameda… Pero la respuesta social también es contra una «cultura tradicional» (cofrades, rocieros, caballistas…) sin dejar lugar a lo «contemporáneo». Las «setas» de la Encarnación o los nuevos espacios de la Cartuja han expandido una Sevilla cerrada en sí misma, que ve como sus habitantes no encuentra en el Centro tradicional aquello que las periferias, «el Aljarafe» ofrece. Y en esta «perificación», queda la ciudad «turistificada». Difícil dilema tiene la gobernanza de la ciudad… ciudad para los de aquí o ciudad para los de allá…

Peatonalizado y bien comunicado por bicicleta, la calidad de vida en Sevilla aspira a más… Desigualdades y vulnerabilidades siguen abundando por la ciudad. 

El Puerto para la ciudad, la calidad del aire, la rehabilitación del centro, siguen pendientes… 


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España

VALENCIA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha.

tabla-valencia-edadtamano-edificaciontabla-valencia-2-121996e-314dadtamano-edificacion

Estos gráficos representan el Parque Residencial de VALENCIA.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (<1900).

Cada color es un tamaño, del más cálido (180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.

delvi VALENCIA.jpg

valencia-piramide

TABLA VALENCIA.jpg

valencia-catastro-2014-2016valencia-inevalencia-alquier

Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


Valencia GE4.jpg

Valencia es un municipio de 134,65 km2 y una ciudad de España, capital de la provincia homónima y de la Comunidad Valenciana, la 3ª ciudad y área metropolitana más poblada de España, por detrás de Madrid y Barcelona, capital de la extinta comarca de la Huerta de Valencia, que en 1989 se disgregó para formar las comarcas de la Huerta Norte, Huerta Sur, Huerta Oeste y ciudad de Valencia, quedando así constituida como la única ciudad-comarca de la Comunidad Valenciana.

Valencia fue fundada por los romanos como colonia en el año 138 aC, siendo cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, y se denominó Valentia Edetanorum. Varios siglos después, en el año 711, los musulmanes ocuparon la ciudad aportando su lengua, religión y costumbres, como la implantación de sistemas de riego y la introducción de nuevos cultivos. En 1238 el rey cristiano Jaime I de Aragón reconquistó la ciudad, y repartió las tierras entre los nobles que le ayudaron a conquistarla, tal y como queda testimoniado en el Llibre del Repartiment, así como también creó una nueva ley para la ciudad, los Fueros de Valencia, los cuales se hicieron extensivos al resto del reino de Valencia. En el siglo XVIII, Felipe V derogó los fueros como castigo al reino de Valencia por alinearse con los austracistas en la Guerra de Sucesión española. En 1982 se instituyó a Valencia como la capital de la actual Comunidad Valenciana, tal y como recoge el Estatuto de Autonomía.

Valencia3d.jpgLa ciudad está situada a orillas del río Turia, en la costa levantina de la península ibérica, justo en el centro del golfo de Valencia, aunque en el momento que los romanos la fundaron, se encontraba en una isla fluvial del Turia, a unos 4 km de distancia del mar. A unos 10 km al S de la ciudad se encuentra la Albufera de Valencia, la cual es propiedad del Ayuntamiento de Valencia desde 1911 cuando la compró a la Corona de España por 1.072.980,41 pesetas. La albufera es uno de los lagos más grandes de España, ya que tiene cerca de 2.100 ha de superficie, a las cuales hay que añadir una extensión de 14.100 ha de marjal dedicadas al cultivo del arroz. Debido a su valor cultural, histórico y ecológico, este paraje natural fue el primer parque natural que declaró la Generalidad Valenciana, en 1986.

En la actualidad la economía de la ciudad se centra en los servicios, ya que cerca del 84 % de la población activa ocupada pertenece al sector servicios. No obstante, la ciudad mantiene una base industrial, con un porcentaje de población ocupada del 5,5 %. Por otro lado, las actividades agrícolas, aun teniendo una importancia relativamente menor con sólo el 1,9 % de la población activa ocupada, perviven en el término municipal con un total de 3.973 ha, las cuales están ocupada en su mayor parte por cultivos de huerta y cítricos.

Valencia-Mapa-Area.jpgSu casco histórico es uno de los más extensos de España, con aproximadamente 169 ha, y gracias a su patrimonio histórico y monumental y sus diversos espacios escénicos y culturales la convierten en unas de las ciudades con mayor afluencia de turismo nacional e internacional de todo el país. Entre sus monumentos más representativos se encuentran el Miguelete, la Catedral, las Torres de Serranos y de Quart, la Lonja de la Seda, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. También hay que destacar que el Museo de Bellas Artes de Valencia es el museo pictórico más importante de la Comunidad Valenciana siendo por su relevancia uno de los primeros de España, al igual que el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el cual tiene por objetivo el investigar y difundir el arte del siglo XX.

La ciudad de Valencia se encuentra en la costa mediterránea sobre la gran llanura aluvial de los ríos Júcar y Turia, justo en el centro del golfo de Valencia. Los montes más cercanos a la ciudad son algunas de las últimas estribaciones del sistema Ibérico en la Comunidad Valenciana, como el Cabeçol de El Puig y la sierra Calderona, a unos 12 km y 25 km al N de la ciudad respectivamente.

valencia-ge1La «Ciudad de Valencia» limita al N con las comarcas de Huerta Norte y Campo de Turia, al E con el mar Mediterráneo, al S con las comarcas de Huerta Sur y Ribera Baja, y al O con la comarca de Huerta Oeste.

En cuanto a su término municipal, la ciudad y sus pedanías (incluyendo las 3 que están más alejadas del núcleo urbano, que son: Casas de Bárcena, Mahuella-Tauladella y Rafalell y Vistabella) limita al N con las poblaciones de Bétera, Rocafort, Godella, Burjasot, Moncada, Alfara del Patriarca, Vinalesa, Bonrepós y Mirambell, Tabernes Blanques, Alboraya, Masamagrell, Masalfasar, Museros, Albuixech, Albalat dels Sorells, Foyos, Meliana y Almácera; al E con el mar Mediterráneo; al S con las localidades de Picaña, Paiporta, Sedaví, Alfafar, Masanasa, Catarroja, Albal, Silla, Sollana y Sueca; y al O con los municipios de Paterna, Cuart de Poblet, Mislata y Chirivella.

La ciudad de Valencia se divide en distritos, y estos en barrios. Los barrios de la ciudad, a su vez, se agrupan en siete órganos de gestión desconcentrada llamados juntas municipales de distrito. Las 7 juntas son Ciutat Vella, Russafa, Abastos, Patraix, Trànsits, Exposició y Marítim. Algunos de los barrios y pedanías eran municipios independientes que se adhirieron a la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Es el caso de Beniferri, Benimaclet, Patraix y Ruzafa que aparecen en el censo del año 1877 como parte de Valencia; Benimámet y Orriols en 1887; Borbotó, Campanar, Mahuella, Pueblo Nuevo del Mar y Villanueva del Grao en el censo de 1897; y Benifaraig, Carpesa y Masarrochos, en el censo de 1900.

Especial_25000_Guia Urbana.jpg

PGOU Valencia – Temático USOS DEL SUELO

València-Barris.png

Ciutat Vella: La Seu – La Xerea – El Carme – El Pilar – El Mercat y Sant Francesc.
Ensanche: Ruzafa, El Pla del Remei y Gran Vía
Extramurs: El Botànic, La Roqueta, La Petxina y Arrancapins
Campanar: Campanar, Les Tendetes, El Calvari y Sant Pau
La Zaidía: Marxalenes, Morvedre, Trinitat, Tormos y Sant Antoni
El Pla del Real: Exposició, Mestalla, Jaume Roig y Ciutat Universitària
L’Olivereta: Nou Moles, Soternes, Tres Forques, La Fuensanta y La Llum
Patraix: Patraix, Sant Isidre, Vara de Quart, Safranar y Favara
Jesús: La Raiosa, L’Hort de Senabre, La Creu Coberta, San Marcelino y Camí Real
Quatre Carreres: Monteolivete, En Corts, Malilla, Fuente de San Luis, Na Rovella, La Punta y Ciudad de las Artes y las Ciencias
Poblados Marítimos: El Grao, Cabañal-Cañamelar, Malvarrosa, Beteró y Nazaret
Camins al Grau: Ayora, Albors, La Creu del Grau, Camí Fondo y Penya-Roja
Algirós: L’Illa Perduda, Ciutat Jardí, L’Amistat, La Bega Baixa y La Carrasca
Benimaclet: Benimaclet y Camí de Vera
Rascaña: Els Orriols, Torrefiel y Sant Llorenç
Benicalap: Benicalap y Ciutat Fallera
Poblados del Norte: Benifaraig, Pueblo Nuevo, Carpesa, Casas de Barcena, Mahuella, Masarrochos y Borbotó
Poblados del Oeste: Benimámet y Beniferri
Poblados del Sur: Horno de Alcedo, Castellar-Oliveral, Pinedo, El Saler, El Palmar, El Perellonet, La Torre y Faitanar.

Valencia_blog.jpg
Valencia fue fundada en el año 138 aC, siendo cónsul romano Décimo Junio Bruto, para instalar soldados licenciados, a los que repartió tierras junto a la nueva ciudad. La arqueología ha sacado a la luz evidencias del primer asentamiento, agujeros para postes de cabañas y tiendas de campaña, seguramente un refugio provisional que en pocos años dio paso a edificaciones más sólidas. Valentia prosperó con rapidez y en poco tiempo comenzó a acuñar moneda propia. La ciudad fue destruida en el año 75 aC en el curso de la guerra entre Pompeyo y Sertorio. En la excavación de la Almoina se han descubierto los restos descuartizados de varios soldados junto con sus armas, evidencia de lo que debió de ser una escaramuza de la batalla. De resultas de ello, parece ser que quedó prácticamente abandonada durante al menos 50 años.
Desde mediados del siglo I Valentia había recuperado ya el ritmo perdido e iniciaba una larga etapa de desarrollo, caracterizada por el crecimiento urbano, la afluencia de nuevos colonos, y el engrandecimiento de la urbe mediante la construcción de grandes edificios públicos –como el foro o el circo– y la ejecución de importantes obras de infraestructura, como un puerto fluvial junto a las actuales Torres dels Serrans o la traída de aguas, un equipamiento del que los valencianos no volverían a gozar hasta mediados del siglo XIX. 
En la segunda mitad del siglo III, de manera paralela al resto del Imperio, Valentia atravesó una etapa de crisis que marcó el inicio de un largo periodo de decadencia, a lo largo del cual la ciudad fue retrayendo su perímetro, despoblándose barrios enteros, y se abandonaron las redes de infraestructuras. Desde mediados del siglo IV pudo existir una comunidad cristiana en la ciudad conformada en torno a la memoria de san Vicente, martirizado aquí en el año 304. 
Un siglo después, coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos y con el vacío de poder dejado por la administración imperial, la iglesia asumió las riendas de la ciudad y los edificios de culto cristiano fueron reemplazando los antiguos templos romanos. En tiempos del obispo Justiniano, en el siglo VI, Valentia experimentó una cierta recuperación, frenándose por algún tiempo la degradación urbana y se celebró en ella un importante concilio regional. Con la invasión bizantina del sudeste de la península en 554 la ciudad cobró una importancia estratégica, instalándose en ella contingentes militares visigodos y emprendiendo tareas de fortificación del antiguo circo romano. Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una etapa oscura de la que apenas existe documentación y que parece testimoniar un tono de vida urbana muy bajo.
Tras la conquista musulmana del 711, y siguiendo con la tónica anterior, la primera etapa de dominio musulmán constituye un periodo sobre el que tenemos escasas referencias de Valencia (Balansiya en las fuentes árabes). Una de ellas nos habla de la destrucción de la ciudad por Abd al-Rahman I —1º emir de Córdoba—, pero probablemente el hecho más relevante de la etapa emiral sea la presencia de Abd allah al-Balansi, hijo de aquel, quien ejerció una especie de gobierno autónomo sobre el área valenciana, y ordenó construir en las afueras de la ciudad un lujoso palacio, la Russafa, origen del actual barrio del mismo nombre. Más allá de los hechos políticos, lo verdaderamente trascendente es la entrada de la ciudad dentro de la órbita del Islam que, en poco tiempo, cambió la lengua, la religión y las costumbres de sus habitantes.
En época califal, Balansiya inició el camino de la recuperación urbana mediante la construcción de un primer perímetro de huerta en el actual barrio del Carmen y la remodelación de la antigua área episcopal visigoda –en el entorno de la catedral– para convertirlo en un zoco vinculado a la residencia del gobernador.
El verdadero auge de la ciudad comenzó tras la caída del califato de Córdoba, en el 1010, que dio inicio a la aparición de toda una serie de reinos autónomos o de taifas, uno de ellos el de Valencia. La ciudad creció, y en tiempos del Rey Abd al-Aziz se edificó una nueva muralla, de la cual todavía se conservan restos en el barrio del Carmen. Numerosos hallazgos arqueológicos testimonian la importancia alcanzada por la ciudad en este momento.
A finales del siglo XI, aprovechando el clima de inestabilidad política, el Cid se hizo con el control de Valencia, la cual permaneció en manos de las tropas cristianas hasta el 1102. A su marcha, los almorávides ocuparon la ciudad y reinstauraron el culto musulmán, dejando un gobernador a su cargo. La decadencia del poder almorávide coincidió con el ascenso de una nueva dinastía norteafricana, los almohades, que gobernaron la península a partir del 1145. Su entrada en Valencia, sin embargo, se vio frenada por Ibn Mardanis, el Rey Lobo, monarca de Valencia y Murcia, pero finalmente la ciudad cayó en manos de los norteafricanos en 1171.
1253 tras la reconquista.jpgEn las primeras décadas del siglo XIII la ciudad se refortificó ante la inminencia del avance aragonés. Las fuentes cristianas la describen como una urbe populosa y rodeada por una fértil huerta. Con la conquista de Valencia por Jaime I en 1238 se puso fin a 5 siglos de cultura musulmana, pero ésta dejó una sólida impronta en la ciudad y en el territorio valenciano. Tras la victoria cristiana, la población musulmana fue expulsada y el Rey Jaime I hizo el reparto de las nuevas tierras entre aquellos que habían participado en la conquista, de lo que queda testimonio en el Llibre del Repartiment. El Rey otorgó a la ciudad unas nuevas leyes, els Furs, que años después hizo extensivas a todo el Reino de Valencia. Comenzaba aquí una etapa nueva, de la mano de una nueva sociedad, que sentó las bases del pueblo valenciano tal y como lo conocemos hoy.
La ciudad pasó por graves aprietos a mediados del siglo XIV. Por un lado, la peste negra de 1348 y las sucesivas epidemias de los años siguientes, que diezmaron a la población. Por otro, la guerra de la Unión, una revuelta ciudadana, encabezada por Valencia como capital del Reino, contra los excesos de la monarquía. Por último, la guerra con Castilla, que obligó a levantar rapidamente una nueva muralla para contener, por 2 veces –en 1363 y 1364–, el ataque castellano. En premio, el Rey Pedro el Ceremonioso concedió a la ciudad de Valencia el título de «dos veces leal», representado por las dos “L” que ostenta su escudo.
La convivencia entre las 3 comunidades, cristiana, judía y musulmana, que ocupan la ciudad, fue conflictiva a lo largo de toda la edad media. Los judíos, instalados en torno a la calle de la Mar, habían progresado económica y socialmente, y su barrio fue ampliando progresivamente los límites a costa de las parroquias contiguas. Por su parte, los musulmanes que permanecieron en la ciudad tras la conquista fueron instalados en una morería junto al actual mercado de Mosen Sorell, contigua al entonces barrio artesanal del Carmen. En 1391 una turba descontrolada asaltó el barrio judío, lo que supuso la práctica desaparición de la comunidad y la conversión forzosa de sus miembros al cristianismo, aunque muchos siguieron practicando su religión en secreto. En 1456, de nuevo un tumulto popular condujo al asalto de la morería, aunque sus consecuencias fueron de menor trascendencia.
A finales del siglo XIV adquirieron especial virulencia los conflictos entre las diferentes familias de los Centelles y los Vilaragut. Alineadas en dos bandos antagónicos, tuvieron una destacada influencia en el conflicto dinástico que se produjo a la muerte sin descendientes de Martín el Humano, y que desembocó en el Compromiso de Caspe y en la entronización de la casa de Trastamara en la Corona de Aragón. En la sentencia desempeñaron un destacado papel los hermanos Ferrer, Bonifaci y Vicent, este último canonizado por Calixto III en 1455.
En el siglo XV Valencia vivió una etapa de gran desarrollo económico y esplendor cultural y artístico. Se creó la Taula de canvis, una banca municipal de apoyo de las operaciones comerciales; la economía local —con los tejidos de seda en un destacado lugar— alcanzó un gran desarrollo, y la ciudad se convirtió en un emporio comercial al que acuden mercaderes de toda Europa. A finales de siglo se erigió La Lonja de la Seda y de los Mercaderes, uno de los más importantes centros de transacciones mercantiles del Mediterráneo.
Este auge económico tiene su reflejo en el plano artístico y cultural. Se levantan ahora algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como las Torres dels Serrans (1392), La Lonja (1482), el Micalet o la capilla de los Reyes del Convento de Santo Domingo. En pintura y escultura se dejan sentir las tendencias flamencas e italianas en artistas como Lluís Dalmau, Gonçal Peris o Damian Forment. En literatura, al amparo de la corte de Alfonso el Magnánimo florece la producción escrita, de la mano de autores como Ausias March, Roiç de Corella o Sor Isabel de Villena. Hacia 1460 Joanot Martorell escribe el Tirant lo Blanch, una innovadora novela de caballería que influyó en numerosos autores posteriores, desde Cervantes a Shakespeare.
1563,_per_Anton_van_den_Wyngaerde.jpg

1563 Valencia por Anton van Der Wyngaerde

En el siglo XVI Valencia perdió la posición hegemónica que había tenido en la centuria anterior. El descubrimiento de América cambió los ejes de la política internacional. Valencia quedó como capital regional de un comercio que, en su mayoría, ya no se negocia en su Lonja.
La entrada de Valencia en la época moderna estuvo marcada por un hecho traumático: la revuelta de las Germanías, una verdadera guerra civil que enfrentó a la sociedad valenciana: de una parte, los artesanos y labradores y algunos miembros de la pequeña burguesía, y de otra la nobleza, los vasallos moriscos y la burguesía bienestante. Tras una primera etapa (1519-1520) en la que la Germanía se hizo con el control de la ciudad, el proceso se radicalizó. Las tropas agermanadas alcanzaron en un principio algunas victorias militares, pero finalmente fueron derrotadas y el movimiento desarticulado. 
Desde finales del siglo XV operaba en Valencia el tribunal de la Inquisición, que actuó en numerosas ocasiones sobre la comunidad judía. Una de las familias que sufrió el hostigamiento de la Inquisición fue la de Lluís Vives, gran humanista y filósofo valenciano del Renacimiento europeo. Las ideas humanistas y las corrientes estéticas renacentistas que bullen en Europa llegaron a Valencia por estos años, pero fueron cultivadas tan sólo dentro del restringido circulo cortesano vinculado a la corte virreinal y no llegaron a calar en la sociedad. Por otro lado, a las ideas religiosas protestantes se les contrapuso la ideología contrareformista, postulada por personajes de la talla del Santo patriarca Juan de Ribera, promotor del Colegio del Corpus Christi. En el plano cultural, la ciudad vivió un proceso de castellanización, especialmente alentado por la corte virreinal de Germana de Foix. Importantes obras literarias se tradujeron al castellano, como El Cortesano, de Lluís Milà, o la Historia de Valencia, de Antoni Beuter.
1608Manceli.jpg

1608 Valencia

En 1609 se promulgó el decreto de expulsión de los moriscos, siendo el Grao uno de los puertos en los que se embarcaron para ser trasladados al norte de Africa. En realidad, el impacto directo de la expulsión fue escaso en la ciudad de Valencia, ya que apenas quedaban en ella unas pocas casas de moriscos, pero afectó sensiblemente a las rentas de muchos nobles, la mayoría de los residentes en la capital, lo que a la larga repercutió en la economía de la ciudad. La Corona se preocupó por establecer medidas compensatorias para estos nobles, que habían perdido buena parte de su mano de obra agraria.
El siglo XVII, y en particular el largo reinado de Felipe IV (1621-1665), se caracterizaron por el reforzamiento de las tendencias absolutistas de la monarquía, lo que se reflejó en Valencia en el progresivo control de los cargos municipales por el Rey y su injerencia —a través del Virrey— en competencias que los fueros atribuían a la ciudad. Ello produjo continuas tensiones y el envío de embajadas de protesta a la corte. En esta coyuntura se produjo en 1663 el levantamiento de los labradores de la huerta que protestaban por lo que consideraban impuestos abusivos introducidos por la ciudad sobre la producción y el consumo dentro de su término. Los sublevados llegaron a poner cerco a Valencia, lo que obligó a tomar las armas a sus habitantes. El Virrey, el marqués de Camarasa, aprobó inicialmente las reivindicaciones de los labradores, lo que apaciguó la rebelión, pero ante el malestar que provocó esta medida en la capital, al año siguiente se llegó a un nuevo acuerdo que satisfacía a ambas partes y no alteraba gravemente las competencias de aquella.
A esta coyuntura adversa se vinieron a sumar sucesivas epidemias de peste (las más graves en 1647 y 1652) que redujeron la población en un tercio, y una calamitosa riada del Turia en 1651. La economía se mantuvo estancada casi toda la centuria, y sólo manifestó síntomas de recuperación en las décadas finales.
El XVII, con todo, fue el gran siglo del ceremonial barroco, de las entradas reales, de las procesiones multitudinarias henchidas de fervor religioso, de los protocolarios actos públicos… Con ocasión de estas celebraciones la ciudad se transformaba: los palacios exhibían en sus fachadas tapices, lienzos, espejos y cornucopias; se iluminaban las calles con faroles, antorchas y cirios, consiguiendo con todo ello una atmósfera mágica que maravillaba al pueblo. Algunos de esos aspectos perviven hoy en manifestaciones como los Miracles de Sant Vicent o el Corpus. 
1704Valentia-Edetanorum-aliis-Contestanorum-vulgo-del-Cid-1704.jpg

1704 – Valencia

A la muerte sin descendencia de Carlos II se produjo un conflicto dinástico que desembocó en la guerra de Sucesión, una contienda de dimensiones europeas que tuvo en el territorio valenciano uno de sus escenarios. Tras la coronación en Madrid de Felipe V de Borbón en 1701, Valencia se mantuvo leal al nuevo monarca hasta la llegada a la ciudad de tropas del archiduque Carlos de Austria en 1705. El archiduque hizo su entrada triunfal en septiembre de 1706, siendo reconocido como Rey – garantizando los Fueros del Reino-, pero su reinado apenas duró unos meses. El 25.4.1707 las tropas borbónicas derrotaban al ejército de los austracistas en la batalla de Almansa.
Tras su victoria, Felipe V decretaba la Nueva Planta, esto es, la abolición de los fueros valencianos y el acomodo del Reino y su capital a las leyes y costumbres de Castilla. El gobierno municipal sufrió una profunda transformación, y los cargos dejaron de ser electivos para pasar a ser de designación directa del monarca, venales y hereditarios. Desde el principio de la etapa borbónica, Valencia se hubo de acostumbrar a la presencia de tropas. Para acuartelarlas, y también para asegurar el orden en la ciudad, se construyó la Ciudadela junto al convento de Santo Domingo, una fortificación con dos baluartes al exterior y un recio torreón. Además, se utilizaron diferentes edificios para alojamiento de tropas, como La Lonja, que sirvió de cuartel hasta 1762.
1738bordazar.jpg

1738 Valencia

En el plano económico, durante el siglo XVIII Valencia vivió una etapa de recuperación apoyada en la manufactura de tejidos de seda y otras actividades industriales, como la azulejería. Según fuentes de la época, la seda daba trabajo de forma directa o indirecta, a más de 25000 personas y conformó la fisonomía de todo un barrio, el de Velluters, además de influir en buena medida en el paisaje de la huerta, con sus caminos bordeados de moreras y sus alquerías de altas andanas para la cría del gusano. El Colegio del Arte Mayor de la Seda era el encargado de regular una profesión, la de velluter, cada vez más apartada del marco gremial. Dadas las deficiencias de las instalaciones portuarias, la producción se remitía por tierra a Cádiz, desde cuyo puerto era redistribuida, gozando de especial acogida en el mercado americano.
1738Valentia-Edetanorum-vulgo-del-Cid-1738.jpg

1738 – Valencia

El XVIII fue el siglo de las ideas, el siglo de las luces. El pensamiento ilustrado nacido en Francia encontró en Valencia un eco ferviente, y contó con nombres de reconocido prestigio europeo, como Gregorio Mayans o Pérez Bayer, quienes mantenían correspondencia con los más destacados pensadores franceses o alemanes del momento. En el campo de la producción musical, sobresalieron los compositores Cabanilles y Martí y Soler. En este ambiente de exaltación de las ideas toma cuerpo en 1776 la Sociedad Económica de Amigos del País, introductora de numerosas mejoras en la producción agrícola e industrial y promotora de diversas instituciones económicas, cívicas y culturales.
La historia de Valencia, como en buena medida la del resto de Europa, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX estuvo marcada por las repercusiones de la Revolución Francesa.
1790.jpg

1790 Valencia

Ante la noticia de las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII y del levantamiento de Madrid el 2 de mayo frente a las tropas napoleónicas, el pueblo valenciano se alzó en armas el 23.5.1808 enardecido por las arengas de personajes como El Palleter, de Emilio Calandín. Los amotinados tomaron la Ciudadela y constituyeron una Junta Suprema de gobierno que se hizo cargo de la ciudad y se aprestó a la defensa. En el tenso ambiente revolucionario, el sector más radical de la revuelta asaltó la ciudadela y pasó por las armas a cuatrocientos civiles franceses allí guarecidos.
1808.jpg

1808 Valencia

El 28 de junio se produjo un primer ataque del ejercito napoleónico al mando del general Moncey, que fue heroicamente rechazado. Posteriormente, el general Suchet repitió el cerco por dos veces, consiguiendo su objetivo el 9.1.1812, después de varios días de incesantes bombardeos. El gobierno del general Suchet – Duque de La Albufera- fue, en términos generales, beneficioso para la ciudad. Entre otras actuaciones, cabe mencionar que implantó prudentes medidas de higiene y seguridad pública y se ajardinaron importantes enclaves de Valencia. Su control sobre la ciudad fue breve, pues en julio de 1813 debió abandonarla ante la retirada del ejército francés.
Durante los años de invasión francesa los valencianos celebraron elecciones a diputados y enviaron sus representantes a las Cortes de Cádiz, donde se redactó en 1812 la primera Constitución Española, conocida popularmente como “La Pepa”, puesto que se aprobó el 19 de marzo, día de la festividad de San José.
1811.jpg

1811 Valencia

Un año después de la salida de las tropas de Suchet, -cuyo ejército se retiró en formación, pacíficamente, sin ser apenas inquietado durante su salida- en mayo de 1814, Fernando VII regresó a la península a través de Valencia, dónde se instaló en el palacio de Cervelló, derogando de inmediato la constitución aprobada en Cádiz e instaurando un régimen de carácter absolutista. La ciudad vivió esos años bajo las órdenes del general Elío, que se hizo cargo de la Capitanía General de Valencia días después de que Suchet abandonara la ciudad. Su forma de gobernar le granjeó – a partes iguales- incondicionales adhesiones y férreos enemigos.
1811Plaza-de-Valencia-y-sus-contornos-1811.jpg

1812 Valencia

La historia de Valencia durante el reinado de Fernando VII e incluso después, es sustancialmente la del resto de España: una etapa de conflictos entre los partidarios de un régimen absolutista que se desmorona por momentos y los adeptos del liberalismo, que no acaban de hacerse con el poder. Pero en Valencia se vivieron algunos de los episodios más notables. En marzo de 1820, durante el Trienio Liberal (1820-23), el general Elío fue encarcelado y tres meses después ejecutado. Durante la etapa absolutista que siguió a continuación (la llamada Década Ominosa, de 1823 a 1833), se llevó a cabo una represión contra liberales y masones a cargo de la fuerzas del Estado y de la Inquisición, que actuó en Valencia por última vez con la ejecución en 1826 de Cayetano Ripoll, un maestro de escuela acusado de “deista” y “masón”.
Tras la muerte de Fernando VII en 1833, durante la regencia de María Cristina y el posterior gobierno progresista del general Espartero, se liquidó definitivamente el Antiguo Régimen, consolidándose el estado liberal. Fueron años difíciles, en los que la ciudad vivió un clima revolucionario, con enfrentamientos entre las distintas facciones liberales, y en permanente amenaza por las tropas carlistas del general Cabrera. Fue de Valencia desde donde María Cristina partió al exilio en octubre de 1840, tras fracasar un acuerdo con Espartero, y fue a esta misma ciudad donde regresó tres años después, ante el alzamiento del general Narváez, que depuso a Espartero y proclamó a Isabel II como Reina.
1812-2.jpg

1812 Valencia

Durante este convulso periodo se produjeron cambios importantes. En 1833 se crearon las provincias. Ese mismo año se reestructuró el Ayuntamiento, desapareciendo los cargos vitalicios para acceder a ellos personas cuya extracción social provenía de la burguesía local elegidos mediante sufragio. En 1837 se puso en marcha la desamortización de bienes de la Iglesia que fueron adquiridos en su mayoría por la aristocracia y la burguesía local.
1828.jpg

1828 Valencia

El reinado de Isabel II constituyó una etapa de relativa estabilidad y de crecimiento para Valencia. El Ayuntamiento, como el país en su conjunto, pasó a manos de una burguesía moderada, que había consolidado su poder de influencia al amparo de la desamortización, con la prestación de servicios a la comunidad (abastecimiento de agua, pavimentado, gas, transportes), o con operaciones financieras. Este periodo se caracterizó por un recuperado dinamismo de la economía valenciana provocado por las numerosas innovaciones que se introdujeron en la agricultura, la industria y en el sector financiero. De la mano de próceres como José Campo, Valencia dio un salto cualitativo hacia la modernidad, mejorando sustancialmente las infraestructuras y los servicios y llevándose a cabo proyectos, como el del puerto, largo tiempo demandados.
1831

1831 Valencia

En medio de un ambiente radicalizado, se desató la insurrección cantonalista. El Cantón de Valencia, proclamado el 19.7.1873, no tuvo el carácter revolucionario que alcanzó en otras zonas de España, pero el gobierno de Madrid decidió ahogar la rebelión con las armas, enviando tropas al mando del general Martínez Campos, nombrado capitán general de la plaza, quien el 7 de agosto entró en la ciudad tras someterla a un intenso bombardeo. Apaciguado el conflicto, el militar buscó apoyos en ella para promover la Restauración de la dinastía borbónica, y tras el pronunciamiento de Sagunto y la ocupación de Valencia, dio un golpe de estado que derrocó al gobierno republicano. Alfonso XII, hijo de Isabel II, llegó a Valencia, camino de Madrid, el 11.1.1875, y poco después fue proclamado Rey.
1853espinosa

1853 Valencia

Valencia fue la cuna de la Restauración borbónica, pues destacados miembros de la sociedad local contribuyeron a su advenimiento y ayudaron a construir la base política del sistema, y el bipartidismo entre conservadores y liberales, mediante el clientelismo y el caciquismo. La estabilidad entre ambas formaciones comenzó a venirse abajo, no obstante, con la concesión del sufragio universal masculino en 1890, a partir de lo cual el republicanismo, con Vicente Blasco Ibáñez al frente, ascendió considerablemente hasta convertirse en la fuerza más votada en la ciudad.
1858ensanche

1858 Valencia

En los años 70′ cobró fuerza un movimiento cultural comprometido con la recuperación de la lengua y las tradiciones valencianas, la Renaixença. A las posturas iniciales, más cercanas al romanticismo y a la evocación nostálgica, con Teodoro Llorente a la cabeza, vinieron a contraponerse los planteamientos más reivindicativos que encarnaban personas como Constantí Llombart, creador de Lo Rat Penat
1860

1860 Valencia

Desde el último cuarto del siglo XIX Valencia comenzó a crecer. El derribo de las murallas en 1865, -aspiración por la que pasaban todas las ansias de modernidad-, fue el punto de partida para el desarrollo de las áreas periféricas. La apertura de las grandes vías, previstas en los planes de Ensanche, potenciaron la rápida urbanización del sector oriental, con una trama viaria ordenada, que se pobló de edificios de estilo modernista y ecléctico, muchos de los cuales todavía existen. En el resto, en especial en la otra orilla del Turia, la urbanización se retrasó hasta bien avanzado el siglo XX. La otra manifestación del carácter expansivo de Valencia fue la incorporación de los municipios periféricos, desde el Grau o el Cabanyal a Patraix, Campanar o Benimaclet.
En 1850 Valencia vivía rodeada por una muralla medieval sin que apenas se hubieran desarrollado algunos arrabales siguiendo los caminos de Aragón y Cataluña, el camino de Requena-Madrid, en lo que hoy en día son calles muy céntricas de la ciudad.
A partir del derribo de las murallas se inicia la expansión acelerada del espacio urbanizado de la ciudad. La compra al propietario de la muralla, el ejército, y su derribo definitivo en 1869 con el amplio beneplácito de la población, significó que en pocos años la ronda exterior abierta hacia la huerta se convirtiese en una circunvalación y en una calle principal de la ciudad. En 1877 se proyecta el 1º Plan de Ensanche, inspirado en el Plan Cerdà de Barcelona y 10 años después, se redacta un nuevo Plan en el que se recoge el elemento urbanístico que serviría de referencia para la expansión urbana hasta mediados del siglo XX: las Grandes Vías. Esta es la 2ª circunvalación de la ciudad contemporánea que, junto al Paseo de Valencia al Mar y el Campus Universitario de Blasco Ibáñez diseñados hacia finales del siglo pasado, son los ejes vertebrados y más importantes de la ciudad. Además, se produce una fuerte política de anexión de poblados circundantes entre 1870 y 1900, convirtiéndose en barrios de la ciudad
Este plan urbanístico planteó la ampliación de la ciudad hacia el Camino de Tránsitos, camino que fue concebido como un nuevo cinturón de circunvalación exterior.
1869.jpg

1869 Valencia

La modernidad cambió los hábitos sociales de la ciudad. La feria de julio pasó a ser el eje del calendario festivo, sin renunciar por ello a las celebraciones más tradicionales como las fallas. El teatro, el trinquet o los toros, eran los espectáculos preferidos de los valencianos, aunque pronto aparecieron otras novedades, como el cinematógrafo, que en aquel momento era una mera curiosidad.
1882a.jpg

1882 Valencia

A principios de siglo Valencia era una ciudad industrializada. La importancia y el predominio de la industria sedera había disminuido, y subsistía la producción de curtidos y empujaba con fuerza el sector de la madera, la metalurgia y la alimentación, este último con una vertiente exportadora, – en particular de vinos y cítricos -, muy activa. Predominaba la pequeña empresa, pero día a día se introducía la mecanización y la producción se regía por criterios industriales. La mejor expresión de esta dinámica eran las exposiciones regionales, en particular la de 1909, emplazada junto a la Alameda, donde se mostraban los avances de la agricultura y la industria. Nacía la Feria Internacional de Muestras.
1884.jpg

1884 Valencia

A pesar de este progreso económico, se vivían momentos de crisis: el sistema bipartidista que había sustentado la Restauración cada vez concitaba menor apoyo en las urnas; la pérdida de Cuba provocó una ola de indignación generalizada; los obreros, en número creciente por la industrialización, comenzaron a organizarse en demanda de mejores condiciones de vida. Era el terreno abonado para el arraigo de ideologías radicales. En Valencia el partido republicano de Blasco Ibañez recogió durante varias décadas los frutos de ese descontento, obteniendo un enorme respaldo popular, y gobernó el consistorio de manera casi ininterrumpida entre 1901 y 1923.
1899.jpg

1899 Valencia

La primera guerra mundial afectó seriamente a la economía valenciana, colapsando las exportaciones de cítricos y produciendo el alza descontrolada de los precios y el desabastecimiento de los mercados. En 1917 el malestar en la capital se canalizó en forma de huelga general, que se prolongó durante varias semanas, enrareciendo el ya de por sí tenso panorama social. En 1919 y 1920 se repitieron las movilizaciones y se entró en una espiral de violencia en la que se sucedieron las bombas y los asesinatos de civiles y de agentes del orden.
1911.jpg

1911 Valencia

La instauración de la dictadura de Primo de Rivera en 1923 frenó durante algunos años la conflictividad social, pero no apagó la creciente radicalización política. El movimiento obrero fue consolidando su organización sindical, mientras los sectores conservadores se aglutinaban en torno a la Derecha Regional Valenciana.
El 12.4.1931 se celebraron elecciones locales, en las que obtuvo una victoria absoluta la coalición de partidos republicanos, ante lo cual Alfonso XIII renunció al trono y abandono el país, proclamándose la Segunda república el 14 de abril. Durante la República se vivió un clima casi permanente de agitación social, que estalló en Valencia ya desde el mes de mayo con el asalto de iglesias y conventos y prosiguió en los meses siguientes con huelgas y tumultos. Estas movilizaciones obedecían en ocasiones a motivos menos conflictivos, como el sepelio de los restos mortales de Vicente Blasco Ibáñez en 1932, fallecido en Francia, que constituyó una espectacular manifestación de duelo.
1925 Plano-general-de-Valencia.jpg

1925 Valencia

El ascenso del frente conservador al poder en 1933 propició la llegada de los blasquistas hasta las más altas instancias del poder pero, al mismo tiempo, marcó el inicio de su declive por el progresivo conservadurismo del partido.
El clima de enfrentamiento entre las posturas cada vez más radicalizadas de los partidos políticos, marcó las elecciones de 1936, que fueron ganadas por el Frente Popular. El Ayuntamiento fue disuelto, pasando sus competencias a una comisión gestora, y se excarceló a los presos políticos. Pero las protestas continuaron, de nuevo se asaltaron iglesias y conventos, y la polarización entre izquierdas y derechas se hizo cada vez más palpable.
1929.jpg

1929 Valencia

El levantamiento militar del 18.7.1936 no tuvo éxito en Valencia.; como reacción, los milicianos se hicieron con el control administrativo y militar de la ciudad. Durante unos meses se vivió en un ambiente revolucionario, paulatinamente neutralizado desde el gobierno. La marcha de la contienda bélica aconsejó trasladar la capital de la República a Valencia en noviembre de 1936: el gobierno se instaló en el palacio de Benicarló, y los ministerios ocuparon señalados palacios. La ciudad fue intensamente bombardeada por aire y por mar, lo que llevó a la construcción de más de 200 refugios para proteger a la población. El 30.3.1939 Valencia se rindió y las tropas del General Franco hicieron su entrada en ella.
1943 valencia.jpg

1943 Valencia

Después de la Guerra Civil Valencia tenía una población que superaba los 400.000 habitantes y un casco urbano en el que se habían consolidado amplias barriadas industriales, sobre todo en la zona sur y en las proximidades del Puerto. Con este crecimiento en 1946 se planteó la necesidad de una Ley de Ordenación Urbana de Valencia con él se integraban en el mismo proceso de planificación a otros 28 municipios de L’Horta con una superficie total de 432 km2, zonificándose el espacio urbano de la ciudad entre áreas históricas, comerciales, industriales, residenciales etc. y se recuperaron viejas propuestas de reforma interior.
El mayor proyecto en este sentido era la Avenida del Oeste (actual Barón de Cárcer) que debía unir la antigua puerta de San José y la plaza de San Agustín, pero el elevado precio de las expropiaciones dejó inacabada la obra.
1944-pgou-valencia

1944 Plan de Ordenación de Valencia, por Juan Ramón Selva Rojo «(29+1) La ordenación urbanística metropolitana de Gran Valencia (1947-1986)»

anteproyecto-ffcc

1940 Anteproyecto de Reformas Ferroviarias. Dirección General de Regiones Devastadas.

«…El Plan Comarcal redactado recoge los aspectos señalados por el Anteproyecto de Reformas Ferroviarias, incorporando un modelo de crecimiento radioconcéntrico que se remonta a los proyectos urbanísticos redactados desde 1912. La existencia de importantes barreras al crecimiento anular (líneas de FFCC, cauce del Turia y posteriormente Solución Sur) reforzarán el carácter radial, produciendo un crecimiento de tipo tentacular que se apoyará en las vías de penetración existentes. El Plan aborda el desarrollo urbano de Valencia desde una perspectiva rígida, estática y mediante la instrumentación casi exclusiva, de una zonificación de carácter descriptivo y casuística. El Plan aprobado limitaba las determinaciones a la zonificación y las ordenanzas, precisando para su desarrollo la redacción de «Planes Parciales» para cada uno de los 15 «sectores» en que inicialmente se dividía el núcleo urbano, así como para cada uno de los municipios comprendidos…»
Gajá, Fernando. La promoción pública de la vivienda en Valencia (1939-1976)
esquema-planeamiento-valencia
En el caso de Valencia concurrían los factores diferenciales propios de la reconocida, y entonces más trascendental, riqueza agrícola del territorio que circundaba la ciudad, lo cual producía un retraimiento a la expansión periférica que, en cierto modo, imponía espontáneamente un cinturón verde. El modelo radioconcéntrico limitador y descentralizador, en este caso, estaba hasta cierto punto prefigurado por la disposición de los pueblos de la comarca. Así fue como concibió la Oficina Técnica de la Comisión Superior de Ordenación Urbana de la Provincia de Valencia, que había sido constituida por Decreto de 2.3.1944, el Plan General que había recibido el mandato de redactar. En él se señalaron 6 núcleos satélites, 3 industriales, 2 residenciales y otro mixto. Se extendía sobre 29 municipios (1. Alacuás, 2. Albalat dels Sorells, 3. Alboraya, 4. Aldaya, 5. Alfafar, 6. Alfara del Patriarca, 7. Almácera, 8. Benetúser, 9. Bonrepós, y Mirambell, 10. Burjasot, 11. Catarroja, 12. Cuart de Poblet, 13. Chirivella, 14. Foyos, 15. Godella, 16. Lugar Nuevo de la Corona, 17. Manises, 18. Masanasa, 19. Meliana, 20. Mislata, 21. Moncada, 22. Paiporta, 23. Paterna, 24. Picaña, 25. Rocafort, 26. Sedaví, 27. Tabernes Blanque,s 28. Torrente y 29. Vinalesa, junto a Valencia).  Este plan fue aprobado por la Ley de Bases para la Ordenación Urbana de Valencia y su Comarca, de 18.12.1946, que al mismo tiempo creó la «Corporación Administrativa del Gran Valencia» como órgano gestor. En dicho texto jurídico se encuentra una justificación de la necesidad de un plan tan ambicioso, necesidad que reside en la existencia de un rápido crecimiento de los núcleos rurales y de la densa red de comunicaciones que los entrelazaba y que requerían una ordenación de conjunto. 
El Plan General de Valencia distinguía un núcleo central limitado, rodeado de una corona periférica formado de unidades independientes separadas entre sí, un núcleo central en anillos y cuñas verdes, estructurándose todo el conjunto por la red viaria en forma de radios y círculos concéntricos.
1946 PGOU Valencia y su cintura.jpg

1946 PGOU Valencia y su cintura

«…La definición jurídica y territorial de la Gran Valencia supuso el acontecimiento más decisivo del siglo XX para la ordenación urbana de Valencia. Un ambicioso proyecto supramunicipal, incoado ya en el Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura de 1946, que significó un definitivo cambio de escala en la incipiente metrópolis levantina…» (1)

«…En marzo de 1944 se crea, a propuesta del Ministerio de la Gobernación, la «Comisión Superior del Plan de Ordenación de la Provincia de Valencia» (Presidida por el Gobernador Civil de la provincia, Ramón Laporta Girón), cuyo objetivo, auspiciado por la personalidad de Pedro Bidagor, era la redacción de un Plan Provincial, y la intención primera es clara: ordenar y encauzar las actividades constructivas de una comarca agrícolamente rica y densamente poblada.  Tras su constitución, en abril de ese mismo año, el equipo dirigido por Valentín Gamazo, y que incluía a los arquitectos Bidagor, Muguruza, García-Lomas, Gutiérrez-Soto, Muñoz Monasterio, Moya y Suazo (el «Equipo de Madrid» que posteriormente incorporará a los arquitectos valencianos Mauro Lleó, Víctor Bueno y Antonio Gómez Llopis), redactará, por el contrario, un Plan Comarcal que incluye 20 municipios de la comarca de L’Horta, además de la ciudad de Valencia, y que será definitivamente aprobado mediante Ley de 18.12.1946. El Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura, finalmente, fue aprobado por el Gobierno el 27.7.1946, y declarado preceptivo el 18.12.1946 mediante la ley específica de Bases para la Ordenación Urbana de Valencia y su Comarca. Se creaba además con esta ley la Corporación Administrativa del Gran Valencia, asignándole la misión de órgano gestor del Plan, en espera de la futura aprobación del texto articulado que fijara sus características definitivas…»  (1)

municipios-291Gran Valencia y sus 29+1 términos municipales.

«…La principal novedad fue, sin duda, la de incorporar en el planeamiento a los municipios circundantes, con huerta de por medio, de tal modo que no se planteaba la unificación de los diversos ensanches. En el momento de su redacción, y según su Memoria, el Plan abarcaba una población de 610.000 habitantes, cifra con la que se hizo entonces la previsión para 1980 de 1.500.000 habitantes (el estudio demográfico incluido es verdaderamente exhaustivo)….» (1)
«…Para conseguir este crecimiento demográfico más equilibrado, se creaban dos grandes núcleos residenciales en las penetraciones montañosas de secano en el Noroeste (Paterna y Burjasot) y suroeste (Torrente), estimulando el desarrollo de áreas industriales próximas. Se puede decir que fue un plan continuador de la trama urbana existente, según el tradicional modelo radiocéntrico de la ciudad. Sin embargo, aportará la innovación de considerar las infraestructuras –especialmente las ferroviarias– por 1ª vez en el planeamiento, y, sobre todo, zonificará de acuerdo con las teorías que asume de la Carta de Atenas. En efecto, el Plan incorporaba el Proyecto de la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Valencia (red de vía estrecha), que proponía la penetración y enlace subterráneo de las líneas de Villanueva de Castellón, Liria y Rafelbuñol. Esta actuación conllevaba la supresión de los pasos a nivel y de algunas estaciones (las de Aragón y Liria), y desplazaba al Sur la Estación del Norte para permitir enlazar a las Grandes Vías. También creaba –más allá del Camino de Tránsitos– 2 grandes circunvalaciones o anillos de ronda para la ciudad y los pueblos cercanos, y urbanizaba el cauce del Turia en su tramo urbano: además de encauzarlo, lo convertía en zona verde junto a vías de tráfico rápido en sus márgenes (la 1ª vez que se contempla esta posibilidad). También dividía el territorio en distritos y proponía una tipología de ciudad-jardín frente al ensanche vigente. En cuanto a los accesos, se proponía el desvío de la carretera de Barcelona al Norte de Benimaclet. La proveniente de Madrid se desviaba a la altura de Manises para entrar por una calle confluente con la Gran Vía Fernando el Católico, la Avenida de Castilla (hoy Avenida del Cid). Por último, la carretera de Alicante se desviaba en Silla por el Este para evitar atravesar los pueblos del Sur de la capital. La zonificación quedará patente con la definición de hasta 15 diferentes áreas en las futuras Ordenanzas de noviembre de 1950: Recinto Antiguo (o de Conservación Histórico- Artístico), Zona Interior (hasta la primera ronda), Ensanches Actuales, Ensanches Futuros, Núcleos Periféricos, Huerta, Ciudad-Jardín, Tolerancia Industrial, etc. Quizás lo más llamativo sea la alusión a diferentes Zonas Comerciales Intensivas, o la inclusión de una Zona de Edificación Abierta, pues supuso la introducción de una tipología muy poco utilizada hasta el momento en Valencia. En contra de otras valoraciones negativas que lo tachan de continuista y foráneo, pienso que hay que valorar muy positivamente estos trabajos de ordenación, máxime teniendo en cuenta las escasez de medios de la posguerra. Es importante darse cuenta de la enorme cantidad de trabajo realizada en un plazo de 2 años escasos (más de 70 planos), y el alto grado de dedicación de los técnicos que intervinieron….» (1)
«…Para completar los límites de la base catastral, y abarcar así toda la Cintura, se recurrió al encargo de un vuelo fotográfico –complementario al ya comentado de la CETFA, y quizá motivado por el éxito del primero–, sobre las superficies precisas para construir un fotoplano de ella. Esta avanzada técnica facilitó mucho los trabajos de ordenación: con asombro, sus redactores se refirieron a ella como de enorme utilidad, no sólo por la extraordinaria exactitud con que se ha realizado, sino además por el gran valor gráfico de esta clase de planos, ya que resultan representados en ellos hasta la más pequeña edificación, los árboles, las acequias, los caminos, y se puede juzgar de la clase de cultivos y hasta de la parcelación, lo que representa un enorme ahorro de trabajo….» (1)
«…Lo que hemos llamado “cintura de Valencia” tiene unos 500 km2 de extensión y no comprende toda la huerta, sino que llega desde Masamagrell por el N, hasta Catarroja por el S, y desde Cuart de Poblet y Manises por el O, hasta el mar. Está definida por la zona de influencia de la Capital. Esta influencia puede concretarse en 2 tipos: por un lado la influencia industrial, cuyo órgano principal es el puerto (lugar de salida y entrada de productos), y las comunicaciones ferroviarias, líneas de Tarragona y Barcelona por el N, la línea de Liria y Utiel por el E, y la línea de Madrid por el SO; los ferrocarriles de vía estrecha a Burjasot y Paterna y la línea del Norte a Foyos y Masamagrell, y la línea de Torrente; pero principalmente la industria está influida por los ferrocarriles de vía ancha. Es de observar cómo se sitúan las industrias en estos pueblos servidos por los ferrocarriles de vía ancha. 
Hay otra influencia importante, que es la que hemos llamado residencial, es decir, aquellos pueblos que son lugar de residencia de muchas gentes que van a trabajar diariamente a la Capital o a la zona industrial del puerto y que también sirven en el verano como lugares de residencia veraniega. Esta influencia define 2 zonas muy concretas, que son las de los pueblos de Burjasot, Godella, Paterna y Benimamet, que se extiende hacia Rocafort por el Noroeste, y Torrente al SO, con la circunstancia de que ambas están en el borde de la huerta sobre las colinas de secano que la limitan; a ello deben su cualidad de buena residencia pues al estar elevadas sobre la huerta, disfrutan de mejor clima, tienen menos humedad, gozan de aire más fresco, y no tienen mosquitos en verano.
Se definen ya unos grupos o rosarios de pueblos, a los que hemos llamado ejes, que son: el eje N, de tipo industrial; el eje O, también de tipo industrial, con Cuart de Poblet y Manises; y el eje S, que comprende Alfafar, Benetúser, Masanasa, y Catarroja, y que se extiende por Paiporta a Torrente. Después, los 2 ejes residenciales de NO y SE, con Burjasot y Torrente, y otro eje hacia el E, que podemos llamar industrial-residencial, que es el de la parte de la Avenida del Grao a Valencia, la zona industrial adyacente y la zona residencial de los poblados del Grao y la Malvarrosa, zonas de veraneo y de playa. Puede observarse, pues, una estructura muy definida dentro de este conjunto con marcada especialización de funciones de cada uno de los pueblos o grupos de ellos, constituyendo una unidad orgánica con vida muy compleja. Ha sido criterio muy importante a tener en cuenta en el estudio de todos los aspectos del Plan, el acentuar esta especialización y la división de funciones de cada pueblo, descentralizando las actividades, cosa que es relativamente fácil hacer, complementando la magnífica red actual de transportes ferroviarios, haciendo la electrificación de aquellos de vía estrecha que no lo están, y creando una red de transporte de vías por carretera con fáciles accesos al puerto de Valencia…»
VALENTÍN-GAMAZO GARCÍA-NOBLEJAS, Germán. Plan General de Ordenación de Valencia y su Cintura. Memoria. 1946.

Había nacido la «Gran Valencia».

«…El caso de Valencia, difería del resto de las grandes capitales en un punto fundamental: las atribuciones de la Oficina Técnica metropolitana habrían de coordinarse –tanto en lo político como en lo financiero– con las del Ayuntamiento de la Capital. Se señalaba el Plan de Ordenación de Valencia y su Cintura como obligatorio para todos los municipios afectados. También se les recordaba la obligatoriedad de someterse a la ordenación urbana que la Corporación estableciese como desarrollo del mismo, recogiendo el escalonamiento (plan general de ordenación – plan parcial – proyecto de urbanización) que se había utilizado ya en el Plan de Madrid…» (1)

El Plan sólo podía alterarse –en los proyectos parciales que lo desarrollasen– por acuerdo del Consejo de Ministros, a petición de los ayuntamientos interesados tramitada mediante el Consejo General de la Gran Valencia, o a propuesta de éste. Para todas estas funciones, se le otorgaba a la Corporación la capacidad jurídica para el cumplimiento de sus fines. Su estructura quedaba distribuida, pues, en 3 órganos: – el Consejo General, – la Comisión Ejecutiva, y – la Oficina Técnica.

«…Una vez aprobada la Ley de Bases a finales 1946, y constituida la Oficina Técnica de Gran Valencia, se procedió, pues, desde la Comisión Ejecutiva, a determinar qué planes redactaría cada oficina como parte del desarrollo del Plan de Ordenación, comenzando, como es de suponer, por el suelo de la capital. Era preciso repartir el ingente trabajo pendiente, y el Ayuntamiento –recuérdese que el Presidente de la Comisión era el Alcalde de Valencia– no quiso desaprovechar la oportunidad de contar con el recién formado equipo de Mauro Lleó, más joven y descargado de trabajo que los funcionarios locales. El término municipal se dividió en distintos sectores, uno por cada plan parcial que habría que elaborar: una serie de “Hojas” con numeración arábiga (correspondientes a suelo urbano), junto a 4 Proyectos Parciales diferenciados con numeración romana (referidos a zonas de expansión fuera del Camino de Tránsitos). Precisamente estos últimos son los que fueron encomendados a la Oficina Técnica de Gran Valencia. Además, a los planes parciales referidos, localizados en el término municipal de Valencia –pero adjudicados a la oficina metropolitana–, hubo que añadir un 5º relativo al Barrio Residencial Burjasot-Benimamet, inicialmente tramitado con el nombre de Proyecto Parcial de Desarrollo nº 1 del núcleo Burjasot-Godella-Benimamet (Valencia), cuyo ámbito correspondía conjuntamente a esos 3 ayuntamientos. En total, se señalaron 5 planes parciales encomendados inicialmente a Gran Valencia sobre terrenos de la capital, aunque, este apartado los primeros 4. (1)

1946 valencia y su cintura.jpg

1946-pgou

1946 Plan General de Ordenación de Valencia

A principios de los 60′ se inició la recuperación económica, que Valencia vivió con un espectacular crecimiento demográfico debido a la inmigración y con la ejecución de importantes obras urbanísticas y de infraestructuras. Se puso en marcha el Plan Sur para construir un cauce alternativo al río Turia que evitara futuros desbordamientos, se mejoraron los accesos y se iniciaron reformas interiores, cambiando la fisonomía de algunas plazas destacadas (como la del Ayuntamiento o la de la Reina) y abriendo calles (Poeta Querol). La ciudad creció, se diseñaron nuevos barrios en la periferia y se trazaron nuevas avenidas.

ciudadinundada-1
1957 LA RIADA
La riada de 1957, la Ruià o la Gran Riada marcó para siempre la historia de la ciudad. Fue un suceso determinante para el posterior desarrollo urbanístico de Valencia. Hay riadas documentadas del Turia desde hace muchos siglos, pero la casualidad y una serie de circunstancias que se dieron de manera conjunta, provocaron el mayor desastre natural de la ciudad que se recuerda.
La crónica de la tragedia comienza 48 horas antes en la cabecera y en el curso del río. En algunos pueblos del interior llovió de manera copiosa durante 2 días. Se recogieron hasta 500 litros en localidades como Chelva o Bunyol. Aunque el sábado 12 de octubre habían saltado las primeras alarmas, fue sobre las 9:30 del domingo 13 cuando el Gobierno Civil informó a la Guardia Civil, y a la Policía que debían estar en situación de alerta. Pasada la medianoche las ramas, los grandes objetos e incluso los animales muertos que transportaba el río, bloquearon los ojos de los puentes de la ciudad. El agua empezó a desbordarse y comenzó a correr el agua por las calles de la ciudad. Además, la lluvia arreciaba con fuerza en Valencia. Sobre la 1:30 el río llevaba más de 1.000 m3/segundo y el agua supera en 2 m y medio su nivel habitual. Desde la estación potabilizadora de La Presa en Manises avisaban de que el nivel superaba en 7 m la altura habitual. A las 4:00 de la madrugada llegaba esa agua a Valencia y llegaba a los 2.700 m3/ segundo. Desde el centro de la ciudad hasta el mar, se extendía la inundación. A partir de ese momento el nivel de las aguas descendió poco a poco. Valencia amaneció, anegada, sin agua potable, sin luz y prácticamente incomunicada. Pero esto solo había sido la primera parte del desastre.
Al mediodía del día 14 avisan desde Vilamarxant que el río iba mucho más crecido que durante la noche anterior. En poco más de 2 horas esa crecida brutal volvía a inundar Valencia. Además comienza una tromba de agua que deja más de 100 litros en media hora. El río supera en 4 m de altura su nivel habitual. Empiezan a ceder algunos cimientos y caen casas y puentes. Solo resisten los más antiguos. Entre las 14:00 y las 19:00 se vive el mayor desastre natural de la historia de Valencia. A esa hora, el nivel del agua comienza a bajar y a partir de ese momento, la ciudad, nunca volvería a ser la misma.
Aunque se cuenta que desaparecieron más de 300 personas, las cifras oficiales dicen que murieron 81 personas en toda la provincia. Además, se destruyeron 800 viviendas otra cantidad incontable tuvieron que ser reparadas.
La tragedia causada por la fuerza del agua en noviembre de 1957 cambiará para siempre la fisonomía de la ciudad. Las obras del conocido como “Plan Sur” desviarán el río Turia a su paso por Valencia y supondrá ingentes obras para canalizar tanto el agua potable como el alcantarillado.
La catástrofe social y económica fue de tal magnitud que el Gobierno de Franco no tuvo más remedio que adoptar importantes decisiones. 9 meses después de la riada, se aprobó la llamada Solución Sur, para desviar el río de la ciudad: un nuevo cauce de unos 12 km de longitud y 175 m de ancho, capaz de desaguar 5.000 m3/segundo en una nueva desembocadura, 3 km al S de la existente.
Las obras comenzaron en 1964 y finalizaron –sin completar el programa inicial, que incluía otras infraestructuras de saneamiento hidráulico– en 1973. Poco a poco, la Solución Sur se transformó en un ambicioso plan urbanístico para adaptar la incipiente comarca metropolitana a los nuevos tiempos del desarrollismo de los años 60′. El Plan Sur de Valencia, que así se denominó, fue aprobado por ley en diciembre de 1961; comprendía 4 capítulos de actuaciones –hidráulicas, de carreteras, ferroviarias y de urbanización–, y su financiación corría a cargo del Estado y de las entidades locales.
Sin embrago, las obras no empezaron hasta 1965 después de sufrir varias modificaciones que incluían nuevos puentes sobre el nuevo cauce y la renovación de la red de alcantarillado.
El nuevo cauce terminó de construirse en 1969 y en el se usaron 1.400.000 m3 de hormigón y 3 millones de toneladas de piedras para el fondo del cauce. Sin embargo, toda la Solución Sur, con sus puentes, viales marginales y accesos ferroviarios, no se acabó hasta 1972.
Base cartográfica para la adaprtación del Plan General de Valencia a la Solución Sur.png

Base Cartográfica para la Adaptación del Plan General de Valencia a la Solución Sur

Un nuevo rumbo surge de los trabajos técnicos de Gran Valencia, habida cuenta de las drásticas medidas urbanísticas que se impulsaron en la comarca. La ciudad, destruida parcialmente, se convirtió en una tarea por hacer, empresa que también en el campo urbanístico se acometió con un renovado empeño. Además, puede considerarse este episodio como el final de un ciclo para la ciudad de Valencia. Superados los años de la autarquía, desde el punto de vista económico la ciudad había experimentado un progresivo aumento del nivel de vida. 

En 1957, en el campo urbanístico todavía quedaban pendientes varios pasos por dar, que impedían el pleno desarrollo de la ciudad en su relación con el ámbito metropolitano. Como se ha visto en la primera sección, Gran Valencia asumió ese cometido con escasos medios humanos y económicos –prácticamente inexistentes más allá de las retribuciones a sus trabajadores–, por lo que muchas de sus propuestas contaron con serias dificultades para su ejecución y casi nunca llegaron a materializarse. Las actuaciones en materia de vivienda, además, no habían sido las suficientes, pues existía un considerable retraso en la entrega de los grupos de viviendas del Instituto Nacional de la Vivienda, cuyo ‘Plan 5.000 viviendas para Valencia’ (originado a raíz de la riada de 1949, y aprobado por Orden Ministerial de 21.4.1950), estaba pendiente todavía de concluirse. No hace falta decir que los grupos de viviendas que se pusieron en marcha (Salas Pombo, Malvarrosa, José Antonio Girón, Unión Naval de Levante, Elcano, Cardenal Benlloch, etc….) no alcanzaron la cifra de viviendas que daba nombre al Plan. Por otra parte, el Plan General de Ordenación de Valencia y su Cintura aun habiendo sido elaborado de acuerdo con principios de zonificación funcionalista, no tuvo capacidad suficiente para ordenar más que el suelo de la capital, siendo incapaz de afrontar los cambiantes retos que vivía la Cintura. Aunque, a mi modo de ver, había estructurado el territorio de manera satisfactoria, no consiguió solucionar los evidentes problemas de la falta de suelo –absorción progresiva de la huerta– y del incipiente colapso circulatorio (en 1957 el parque móvil de Valencia contaba ya con unos 50.000 vehículos). Ni siquiera el proyecto de encauzamiento del Turia, con las reformas urbanas asociadas, se había llevado a cabo a pesar de haberse aprobado tantos años atrás, tal era la falta de recursos económicos y el abandono de Valencia por parte del Estado. Los acontecimientos de ese otoño servirán de incentivo a las autoridades para buscar, ahora sí, una respuesta urbanística definitiva a los problemas de la ciudad.

«…Como principal instrumento urbanístico para la reordenación de la ciudad, hay que prestar especial atención a la Solución Sur y a las consideraciones de fondo que la originaron, así como a su gestación –nada más ocurrida la riada de 1957– y grado de implantación. Las conclusiones de dicho trabajo obligaron, por su relevancia, a una modificación del Plan vigente, en forma de Adaptación del Plan a la Solución Sur (redactado en su mayor parte en diciembre de 1963, pero aprobado en 1966). Inmediatamente después de la tragedia, los mecanismos políticos se apresuraron en volcarse con la ‘olvidada’ ciudad del Turia. Pedro Bidagor, como Director General de Urbanismo, encargó personalmente los primeros esquemas urbanísticos a Fernando M. García-Ordóñez, y, con fecha de 25 de octubre, se nombró una Comisión Delegada Permanente presidida por el ministro sin cartera Pedro Gual Villalbí, que hacía las funciones de Delegado del Gobierno para Valencia…» (1)
«…El Ministerio de la Vivienda elaboró, con carácter de urgencia (el 18.10.1957), un Plan Riada que preveía unos 2.500 nuevos alojamientos, y que supuso una programación de vivienda independiente del planeamiento existente. Estas viviendas se habrían de repartir entre el Ayuntamiento de Valencia y la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura (OSHA). El primero edificaría 1.000 viviendas del Tipo Social y 500 de Renta Limitada, y la segunda 1.000 viviendas del Tipo Social…» (1)
El entonces alcalde de Valencia, Tomás Trénor Azcárraga, Marqués del Turia, se dedicó desde finales de 1957 a buscar soluciones que permitieran hacer operativo el Decreto de Adopción de Valencia por parte del Caudillo concedido tras la riada (emitido por el Ministerio de la Vivienda el 23.12.1957), todavía sin dotación económica. Fue el comienzo de una serie de enfrentamientos con las autoridades del Gobierno, que desembocaron en su destitución el 8 de octubre del año siguiente, y que tuvieron su punto culminante en su famoso discurso de 19.6.1958 ante el pleno del Ayuntamiento.
«…Plano Parcial nº I.- Avenida de Castilla. Excepto la zona limitada por paramento Sur de la futura Plaza de Castilla, calle nº 29, cruce de la calle 29 con el Ferrocarril de Utiel. Camino viejo de Torrente, cruce del Cº viejo de Torrente con la calle nº 16, cruce de la calle nº 16 con el nuevo acceso de Torrente y calle no 31 hasta la Plaza de Castilla. El nuevo acceso de Torrente conservará su anchura de 40 m hasta su cruce con el Ferrocarril de Utiel. (15.3.1950) (I-A)
Plano Parcial nº II.- Cuarte Extramuros. Únicamente el Cº de las Tres Cruces en su tramo comprendido entre la Avda. de Castilla y el Río será prolongación recta del tramo anterior. Quedan por tanto afectados solamente los terrenos que ocupan la Cárcel Modelo y Zona Verde entre C. de Cuarte y Río. Las líneas existentes en el Proyecto Parcial nº II correspondientes al paramento Oeste del mencionado tramo del Cº de Tres Cruces subsisten. (15.3.1950)
Plano Parcial nº III.- Cº Real de Madrid. Queda sin aprobar la zona comprendida entre la calle nº 53 (Salvador Perles), calle nº 62, Ferrocarril Madrid-Valencia, Prolongación de Concepción Arenal, Plaza en proyecto, Concepción Arenal, Carretera Real de Madrid, calle nº 68 y límite del Plano hasta la calle nº 53 (Salvador Perles). La línea de circunvalación prevista en el Plan Sur, se adaptará a la faja anteriormente destinada al acceso al Puerto y Zonas Verdes marginales que figura en este Plano Parcial. Dentro de lo exceptuado queda aprobado el Polígono comprendido entre el futuro Río y la carretera aneja, que limita la Ciudad del Aprendiz por el Sur, calle nº 37, calle nº 54, Camino Real de Madrid, calle nº 63 y calle nº 52 hasta el futuro Río, punto de partida. Quedan sin aprobar las alineaciones de la calle de Venezuela, que comienza en la calle de Gaspar Aguilar y se prolongará sin quiebro hasta su encuentro con la calle del Ferrocarril, aconsejándose para su anchura 30 metros. (23.2.1954)
Plano Parcial nº IV.- Monteolivete. Queda aprobada la zona limitada por Camino de Tránsitos hasta la calle prolongación de Císcar, esta calle hasta su encuentro con la calle paralela a la de Tránsitos que limita el polígono de ejecución “Fuente de San Luis”, dicha calle hasta su encuentro con Carrera de Encorts y calle diagonal hasta encuentro con Tránsitos en la plaza hoy circular que tendrá un diámetro de 160 m. (24.1.1953)…»
«…En la sesión ordinaria del pleno del Ayuntamiento de Valencia de 8.7.1959, se procedió a la aprobación por unanimidad –con carácter de Plan General de Ordenación del término municipal de Valencia– del nuevo Plan de Ordenación de Valencia y su Comarca adaptado a la Solución Sur de desviación del Río Turia, redactado por la Oficina Técnica de la Gran Valencia, (dos son los objetivos concretos de esta Moción: el someter a conocimiento y aprobación de la Corporación los planos que integran el nuevo Plan de Ordenación y el proponer las zonas en que debe prohibirse temporalmente la construcción, para no hipotecar prematuramente el desarrollo de detalle del nuevo Plan)…» (1)

Montaje gráfico sobre el Plano general de urbanización incluido en el Boletín municipal del cuarto trimestre de 1961. Recoge la zonificación especializada propuesta por García-Ordóñez y Muñoz Monasterio en su Plan de Adaptación de mayo de 1959. por Juan Ramón Selva Royo (1)

«…El 2.12.1960, el pleno del Ayuntamiento ratificó la legalidad de las actuaciones encaminadas a la Adaptación. En enero se remitió el expediente y la documentación técnica a la Corporación Administrativa Gran Valencia, a los efectos del preceptivo informe y posterior tramitación, para su aprobación por la Superioridad. Con un año y medio de retraso se retomaba, pues, el camino emprendido en julio de 1959, todavía sin estar aprobada por parte del Gobierno la ejecución y financiación de las obras del Plan Sur (lo que añadía un punto de incertidumbre creciente conforme pasaba el tiempo). Gran Valencia, por su parte, movió ficha para activar definitivamente el nuevo marco urbanístico que necesitaba la comarca. Primero mostró por carta ante el Director General de Arquitectura el agradecimiento de la Corporación por la eficiencia y rapidez con que se llevan a cabo las obras correspondientes al Plan de Adopción de Valencia decretado con motivo de la riada del año 1957. No estaba de más ganarse el apoyo del Ministerio. A continuación se dispuso que, por las Oficinas Técnicas propia y del Ayuntamiento de Valencia, se formulara un estudio de los Planes Parciales que quedaran subsistentes y aquellos que habrían de ser modificados a la vista de la Solución Sur. El 20.7.1961 la Comisión Ejecutiva informó favorablemente ese estudio, que había sido anteriormente encomendado a los arquitectos Mauro Lleó, Víctor Bueso, Julio Bellot y Fernando Martínez García-Ordóñez.
La resolución del Consejo General de agosto de 1961, y la aprobación del Plan Sur, por Ley de 23.12.1961, sirvieron de excusa para alterar el curso de la tramitación de la Adaptación del Plan General diseñada por Gran Valencia y que había promovido el propio Ayuntamiento. Aunque inicialmente se restringió al ámbito de la capital, hubo desde un principio voluntad de extenderlo a toda la Comarca, según las orientaciones de 1958 de la Comisión Técnica Especial. Sin embargo, la salida de García-Ordóñez y la referencia del contemporáneo nuevo planeamiento metropolitano de Madrid, hicieron que la nueva Adaptación tomara un nuevo sesgo, potenciando el crecimiento urbano hasta límites difícilmente imaginables pocos años atrás. En 1962, tras 3 años de crecimiento económico que certificaban el éxito del Plan de Estabilización, y con un Plan General de Desarrollo de la Economía Española en ciernes (anunciada ya en la exposición de motivos de la Ley de Bases de Ordenación del Crédito y la Banca, de 14 de abril), la contención planificadora dio paso a un moderado optimismo: el Ayuntamiento de Valencia –y no la Oficina Técnica metropolitana– decidió dar un giro a su política urbanística, desprotegiendo la Zona de huerta, de uso y edificación controlada (así consignada en 1959) para permitir una expansión urbana sin precedentes. Esos terrenos, según la Corporación municipal, no necesitaban protección, pues su alto rendimiento agrícola impediría por sí mismo la promoción de viviendas dado el elevado precio del suelo…» (1)

Montaje de las hojas correspondientes al Plano 4. Zonificación, a escala 1:10.000, de la Adaptación del PGOU de Valencia y su Comarca a la Solución Sur.Están fechadas en diciembre de1963; las aquí reproducidas son originales firmados por los 3 arquitectos de La Oficina Técnica del Gran Valencia, que refundieron algunas de las reclamaciones de los Ayuntamientos aceptadas con posterioridad al sellado de los originales por la Dirección General de Urbanismo. Elaboración Juan Ramón Selva Royo.

«… El Plan General de Ordenación Urbana de Valencia y su cintura de 1946 adaptado a la Solución Sur, que fue aprobado en 1966 es la base fundamental para comprender todo lo que ha ocurrido en nuestro territorio metropolitano, dado que los criterios y objetivos descritos con anterioridad hablan por si solos, pues las previsiones de dos millones y medio de habitantes para el conjunto del área metropolitana, suponía ampliar los índices de ocupación del suelo y aumentar la intensidad del mismo. El 21.1.1966 se remitió la información (Planos, Memoria, Normas Urbanísticas, Estudio Económico y reclamaciones aceptadas) a Madrid. La Dirección General de Urbanismo dio su visto bueno, recibiendo plena sanción administrativa en el único artículo del Decreto 1988/1966, de 30 de junio, por el que se aprobaba la revisión y adaptación al Plan Sur del Plan General de Ordenación de Valencia y su Comarca (BOE 27.7.1966)…» (1)
1966 pgou.jpg

PGOU 1966 Valencia

«…Menos de 10 años bastaron para que el Plan General aprobado en junio de 1966 a consecuencia de la Adaptación a la Solución Sur agotara su modelo. A finales de 1974, el propio Presidente de la Comisión Ejecutiva, el Alcalde de Valencia Miguel Ramón Izquierdo firmó una contundente propuesta que se elevó por escrito al Ministerio de la Vivienda:
«El Plan General de la Comarca de Valencia, aprobado en 30.6.1966, tuvo por objeto la adaptación al “Plan Sur” del Plan General que venía rigiendo desde 1946. Su estructura básica y previsiones para el desarrollo de la zona, si ya entonces eran anacrónicas, actualmente son francamente inaceptables. Teniendo en cuenta la profunda transformación socio-económica experimentada por Valencia y su entorno en estos diez últimos años y la que se prevé a un plazo mucho menor. Hallándose en estudio para su futura implantación un sistema de transporte integral en Valencia y su comarca, con la trascendente influencia que en su desarrollo urbanístico tiene que representar tan esencial medio del vivir colectivo. Y previo el cumplimiento de cuanto establece la Ley del Suelo y Ordenación Urbana, en su artículo 37. El que suscribe, Presidente de la Comisión Ejecutiva de la Corporación Administrativa “Gran Valencia”, propone a V.E. la adopción del siguiente acuerdo: Que por los Servicios Técnicos, Jurídicos y Administrativos de la Corporación Administrativa “Gran Valencia”, con la colaboración de los Municipios que la integran, en especial el de su capital, y la Dirección General de Urbanismo, se proceda al estudio de la revisión del Plan General de la Comarca de Valencia. «
El nuevo enfoque «desarrollista» propició un planeamiento comarcal que pasó de ordenar 6.800 a 13.240 ha (un aumento de casi un 95% con respecto al Plan de 1946), con una previsión de 40 años vista y un fortísimo incremento de suelo industrial y residencial, cifrado en unas 3.700 y 2.800 ha, respectivamente (un 75% y un 170% más que el suelo así calificado en el anterior Plan)…» (1)

1982-plano-del-jardin-del-turia-foto_-ricardo-bofill-taller-arquitectura

El viejo cauce, de autopista a jardín
La desviación del cauce del Turia supuso la liberación de las 110 ha por las que el lecho del río atravesaba Valencia. Desde le gestación del Plan Sur han sido varios los usos que se le ha querido dar: desde plataforma de comunicación que acogiera vías férreas y autopistas hasta el de jardín, que acabó imponiéndose por la presión ciudadana de principios de los 70′ apoyada desde LAS PROVINCIAS.
Adolfo Rincón de Arellano, alcalde de Valencia entre 1958 y 1969, manifestó en reiteradas ocasiones la conveniencia de ubicar en el viejo cauce las comunicaciones ferroviarias y por autopista entre Valencia-Madrid. Ello permitiría eliminar los 263 pasos a nivel que constreñían Valencia con un auténtico cinturón de hierro.
Esta opción se impuso en 1971, cuando al reformarse el PGOU de Valencia para adaptarse al Plan Sur y a instancias del Ministerio de Obras Públicas (el viejo cauce era propiedad estatal en esos momentos), se proyectó que el cauce fuera ocupado por una autopista de 28 m de ancho y todas las conexiones para distribuir el tráfico por la ciudad. Dicha autopista sería el final del la autopista de Madrid a Valencia, que llegaría así hasta el mar.
A lo largo de los 2 siguientes años se produjo una gran campaña de protesta contra esta solución, “El llit del riu es nostre i lo volem verd”, exigiendo que el cauce se convirtiera en una zona verde de la ciudad. El Rey Juan Carlos supo captar la sensibilidad de la ciudadanía y en 1976, en su primer viaje oficial a Valencia como Rey, cedió el lecho del Turia a su paso por Valencia a la ciudad.
Es en 1979 cuando el ayuntamiento aprueba definitivamente que los terrenos del cauce del Turia se conviertan en zona verde y parque público. En 1981 el Ayuntamiento firma el contrato con Ricardo Bofill por valor de 12 millones de pesetas por el cual se desarrollaría el plan urbanístico del viejo cauce. El proyecto fue presentado en 1982 y su realización se ha alargado hasta la actualidad, quedando pendiente la conexión del ahora llamado Jardín del Turia con el puerto y el mar.
A la muerte del general Franco en 1975 se inició el proceso de transición democrática. La aprobación de la Constitución Española de 1978, el Estado de las Autonomías en ella contemplada y la transferencia de competencias a la Comunidad Valenciana, constituyen hitos importantes de nuestra historia reciente. No obstante, este proceso se vio amenazado con la intentona golpista del capitán general Milans del Bosch, polarizada en Valencia, que tuvo lugar el 23.2.1981. La democracia propició la recuperación de la lengua y la cultura valenciana, aunque no se pudo evitar cierta crispación social en torno a los símbolos. En las dos últimas décadas Valencia ha experimentado una brillante transformación. Proyectos emblemáticos, como el Jardín del Turia, el IVAM, el Palau de la Música o el de Congresos, el metro, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias y el Parque de Cabecera han identificado a los valencianos con su ciudad y están atrayendo cada día más turismo. Pero, junto a ellos, son las infraestructuras y los servicios –Feria Valencia, Puerto, Aeropuerto- y los equipamientos públicos de calidad los que convierten.
1966 Red Arterial de Valencia.jpg

1966 Red Arterial de Valencia

La construcción del nuevo cauce estaba adquiriendo unas dimensiones hasta el momento no igualadas en la obra civil, con la diferencia fundamental con respecto a la red arterial de que éste sí recibió una financiación adecuada, y año tras año se iba convirtiendo en una realidad. Así, en julio de 1968 se estableció incluso un Plan de Aceleración sobre las condiciones fijadas en la Ley del Plan Sur, lo que permitió que –tras una inversión total de 5.000 millones de pesetas– el cauce pudiera entrar en servicio el 22.12.1969, y el resto de trabajos previstos (puentes, carreteras, etc.) en junio de 1972.
Con el nuevo Plan General de Ordenación Urbana aprobado desde junio de 1966, la Oficina Técnica metropolitana –según encargo del Consejo General de Gran Valencia– formuló una propuesta de clasificación de los planes parciales (aprobados y en tramitación) con el fin de abordar su adaptación al Plan o su nueva redacción. La Comisión Ejecutiva ratificó la distribución de los trabajos pendientes, según la cual los arquitectos de Gran Valencia redactarían los planes parciales del sector suroeste de la capital, precisamente la zona que ellos mismos habían ordenado veinte años antes. Se impuso la condición de recibir el visto bueno por parte del Arquitecto Mayor de Valencia, Julio Bellot Senent, pues dichos planes habrían de ser asumidos por el Ayuntamiento. Es decir, se despojó a la Oficina Técnica metropolitana de la autonomía de que gozaba hasta el momento para elaborar el planeamiento parcial, convirtiéndola por primera vez en un simple apéndice de la oficina municipal. Los proyectos ya no llevarían el sello de la Corporación Administrativa, ni serían enviados formalmente desde Gran Valencia al Ayuntamiento de Valencia, con lo que, en la práctica, los arquitectos metropolitanos pasaron a ser técnicos municipales.
De 1968 a 1974, Gran Valencia tramitó la aprobación definitiva a 33 planes parciales de desarrollo correspondientes al término de la capital (algunos de carácter especial, que reformaban el centro histórico), y 11 relativos a los poblados periféricos. Incluso se abordó una modificación al Plan General con objeto de legalizar el polígono industrial que Chirivella había permitido sobre suelo agrícola. En ese período se completó, además, el anillo viario de Tránsitos, con sus túneles y viaductos, se construyeron las vías junto al nuevo cauce, la prolongación de Fernando el Católico (con doble carril por sentido hasta Burjasot), el enlace Sur y la autopista a El Saler, así como el desdoblamiento de los accesos de Madrid y Barcelona.
1974 Informe Previasa.jpg

1974 Informe PREVASA

«…Promociones Económicas Valencianas (PREVASA) ya había elaborado una serie de estudios durante los años previos: el Estudio General sobre Inversiones en la Economía Valenciana, redactado en 1967 con el fin de analizar al trienio del II Plan de Desarrollo (1968-1971), o el Estudio sobre Comunicaciones del Área Económica Provincial Valenciana, dan muestra de ello, a la vez que indican cuáles eran las preocupaciones de la mente promotora. La economía local y los factores que la potenciaban (transporte, inversiones, etc.) se convirtieron en los valores primarios ante los cuales todo lo demás –territorio, urbanismo, paisaje– debía ceder el paso. Recibió el encargo privado de parte de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, uno de los indudables protagonistas financieros de este período de desarrollo desaforado, de realizar el Informe Comunicaciones del Área Metropolitana, tomo IV (denominado Información urbanística).
El análisis sobre el desarrollo urbanístico del Área Metropolitana de Valencia se dividió en 3 anillos concéntricos: uno primero constituido por la ciudad central, con un radio medio de 5 km; otro extensible hasta los 10 ó 12 km (en 1946 se había previsto un radio de 10 km como criterio delimitador de la Gran Valencia) que recogía las zonas de fuerte crecimiento; y un tercero de límite impreciso entre los 15 y 20 km con los núcleos urbanos con cierta autonomía con respecto a la metrópoli. Se justificaba el amplio dimensionamiento que el planeamiento daba a las necesidades de suelo por el necesario coeficiente mayorativo que la prognosis exigía, para que el propio plan no sea el determinante de la especulación del suelo. Así lo había establecido la estrategia urbanística ministerial, para quien era preciso disponer de un libre y amplio mercado de solares y que éstos pudieran estar antes urbanizados que edificados.
El informe PREVASA constató también los puntos negros a los que se había llegado tras aprobarse un tercio de los planes parciales previstos (los otros 2/3 se encontraban en fase de revisión o en tramitación). En primer lugar, la elevada compacidad de la ciudad central, que con un 67 % de la población del Área, arrojaba en 1974 una densidad media de 90 hab/Ha, que se elevaba a una cifra entre 300 y 400 hab/Ha en el caso de los planes parciales aprobados. El equipo resaltó la ausencia casi total de zonas verdes en Valencia, que sólo habían experimentado puntuales arreglos y limpiezas en los últimos 50 años. Para el 2º anillo (correspondiente con la Corporación Administrativa) se echaba de menos que no existiera ni una sola Mancomunidad de Servicios, a la vez que se señalaba que la labor coordinadora de planeamiento de Gran Valencia era, en algunos casos, soslayada impunemente por los municipios. La población alcanzaba los 300.000 habitantes (el 50 % de la ciudad de Valencia), y la densidad los 1.000 hab/km2, que venía a ser la décima parte de la del 1º anillo, debido a las amplias zonas rústicas intercaladas y la fuerte residencia de temporada. El estado de urbanización era, en general, muy deficiente (con muchas obras de alcantarillado y pavimentación pendientes), estando varios planeamientos parciales pendientes todavía de redactar.
La Ley 52/1961, de 21 de julio, por la que se autorizaba a la Gerencia de Urbanización a actuar al margen de la Ley del Suelo y de otras normas urbanísticas, el Decreto de 26.1.1963 del Ministerio de Industria, que autorizaba la libre instalación de industrias en todo el territorio nacional, o la Ley del 28 de diciembre del mismo año, por la que el Ministerio de Información y Turismo se veía facultado para aprobar las urbanizaciones turísticas al margen del planeamiento urbanístico, fueron sólo algunas de las nuevas disposiciones legales que –sobre todo en el ámbito industrial– incidieron de manera muy negativa en el equilibrio del territorio. A pesar de las declaraciones de intenciones iniciales, no se llegó a dar ningún entendimiento efectivo entre el Plan de Desarrollo y la planificación urbanística. El propio Emilio Larrodera, que en aquellos años ocupó el cargo de Director General de Urbanismo (1971-1976), había dejado constancia del desbordamiento a que se habían visto sometidos los planes metropolitanos españoles, al afirmar que si el Planeamiento, y de una forma acusada en su nivel municipal, ha tenido una evidente actuación en los últimos veinte años, la gestión urbanística no ha tenido un impulso paralelo, y de manera manifiesta la gestión coherente con el Planeamiento. Las causas múltiples, y no siempre achacables a defectos de los Planes, sino fundamentalmente a la inobservancia de los mismos tanto por la gestión privada como por la pública, consecuencia de una falta de fe tanto en el Planeamiento como en la disciplina urbanística. En cualquier caso, era necesario repensar el modelo de una adecuada oficina de planificación regional para afrontar unos planeamientos flexibles, abiertos y evolutivos, de todo punto imposible con los medios y organización de entonces. Los urbanistas de PREVASA no podían, pues, ser más claros con respecto a la Corporación Administrativa Gran Valencia: las opciones pasaban por refundarse o desaparecer…» (1)
1988 pgou.jpg

1987 PGOU Valencia

«…La adaptación-revisión incoada a finales de 1974 todavía se encontraba en una fase embrionaria. El Estudio Integral de Transporte, en marcha desde 1973 por iniciativa del Ministerio de Obras Públicas, abarcaba en su análisis más allá del ámbito de Gran Valencia, pero no se tenía claro que la revisión del Plan General pasase por la ampliación de la Corporación Administrativa a nuevos municipios. Ni siquiera la denominación oficial de Área Metropolitana, o la transformación de la Gran Valencia en el ente metropolitano que la reciente Ley de Bases de Régimen Local dejaba entrever, se contemplaban como una realidad cercana.
La Ley 19/1975, de 2 de mayo, de reforma de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, contempló la posibilidad de contar con nuevos instrumentos de planificación supramunicipal, los Planes Directores Territoriales de Coordinación (PDTC). Se pretendía que fueran los encargados de coordinar a las distintas administraciones con incidencia territorial, para lo cual se reservaba al Consejo de Ministros la competencia de su aprobación definitiva. Sin embargo, los Ayuntamientos, Diputaciones o Corporaciones como Gran Valencia podían instar también a su redacción.
El 22.2.1977, el Gobierno de la nación hizo público su programa de actuación económica, que, entre otros aspectos, impulsaba la elaboración de un Plan Nacional de Urbanismo, y la formación de planes directores territoriales. El propio Ministerio de la Vivienda promovió el inicio de los primeros planes desde un enfoque regional, incoando la ordenación de Andalucía, Aragón, Asturias y Galicia. El Plan Director Territorial de Coordinación, que era la figura inicialmente prevista desde comienzos de 1975, había sido encargado finalmente en 1977, de manera conjunta por la Corporación Administrativa Gran Valencia, la Diputación de Valencia y el Ayuntamiento de la capital, a un equipo independiente (la consultora EYSER). Esta concurrencia de entidades vino exigida, sobre todo, por el nuevo ámbito comarcal requerido, que superaba con creces el de la entidad metropolitana (mucho mayor incluso que el de las posteriores Normas de Coordinación), alcanzando municipios como el de Cullera al Sur o Sagunto al Norte: el PDTC de Valencia estaba llamado a ser el estudio de carácter integral de mayor relevancia de todos los que se habían acometido en aquellos años.
La Adaptación-Revisión, pues, cuyos trabajos se habían pospuesto a la espera de los diferentes análisis regionales en curso, recibió el definitivo impulso el 29.9.1979. El encargo completo –Adaptación del Plan General, posterior Revisión completa tras la remodelación de Gran Valencia, etc.– tenía una dimensión enorme, que superaba ampliamente los medios de la Oficina Técnica. Tras recibir del Consell el 8.11.1979 la autorización para acometer los trabajos, y ante la falta de recursos propios, se decidió contar con una asistencia técnica externa. Acto seguido se inició el expediente de contratación de los trabajos complementarios a la Información urbanística previa a la Adaptación-Revisión del Plan General de Valencia y su Comarca, al que se presentaron 4 proyectos candidatos, correspondientes a los licitadores EYSER, Luis Rodríguez-Avial Llardent, PRODEIN y Manuel Gallego Frontera.
En una decisión sin precedentes en la larga historia metropolitana de Valencia, se decidió que fuera cada ayuntamiento el que abordara la revisión de su propio planeamiento, limitado lógicamente a su término municipal. Los criterios políticos y  sobre todo, los prácticos pesaron más que las razones técnicas: ante la situación de bloqueo administrativo a la que se llegó, se optó por buscar una vía alternativa para la viabilidad urbana de la comarca. La falta de recursos que asfixiaba a la Corporación Administrativa (una situación que las mismas autoridades del Gobierno central no quisieron nunca corregir) sirvió de coartada para certificar la defunción de facto de la Gran Valencia. Las actas del Consejo General de Gran Valencia recogen que, en sesión de 4.10.1982, se tomó el acuerdo de detener la totalidad de los trabajos que estaba realizando la Oficina Técnica, incluidos los que se cubrían mediante asistencia técnica. El criterio político latente durante los años precedentes se concretó al fin en la decisión de que fueran las propias corporaciones locales quienes abordaran la eventual revisión del planeamiento de su territorio. Los ayuntamientos –de signos muy variados– venían reclamando desde las elecciones de abril de 1979 ejercer de manera autónoma sus atribuciones urbanísticas. Aunque algunos abogaran por el refuerzo democrático de la entidad metropolitana, lo cierto es que la mayoría miraba a Gran Valencia como una estructura impuesta a la que no estaban dispuestas a someterse (ahora ya de una manera definitiva).
El Ayuntamiento de la capital pudo al fin afrontar el 1º Plan de Ordenación Urbana en solitario de su historia. Una tarea que se abordó desde la Corporación Municipal con renovada ilusión, a pesar de que la ciudad había colmatado gran parte de su término, y precisaba de una urgente coordinación con los municipios vecinos. La dificultad mayor, no obstante, estribaba en la falta de personal y de información urbanística previa (esta última en poder de la Oficina Técnica de Gran Valencia), circunstancia que se resolvió poco después, como se verá, por la vía de la adscripción de recursos.
En cambio, como contrapartida, o quizá para dotar de contenido a una corporación todavía no extinta, en la misma sesión referida del Consejo General de la Gran Valencia (4.10.1982) se acordó también –a propuesta del Arquitecto Jefe– que la Oficina Técnica realizase trabajos preparatorios para la elaboración de dos documentos de verdadero alcance metropolitano e independientes de la Adaptación-Revisión del Plan: el Plan Especial de protección de la huerta y de parque público suburbano compatible con usos agrarios privados y el Plan Especial de Parque Lineal Metropolitano del Turia….»
En 1987, las Cortes Valencianas aprobaron la Ley que derogaba la entidad de Gran Valencia, suspendiendo el Plan de Valencia y su comarca de 1966 y los municipios recuperaban las competencias urbanísticas sobre su territorio municipal. Al mismo tiempo se creaba el Consell Metropolità de L’Horta (C.M.H.) incorporando a este los 44 municipios de la comarca de L’Horta, encargándose la Dirección General de Urbanismo de la Conselleria de Obras Públicas de la redacción de las «Normas de Coordinación Metropolitana», normas que finalmente se entregaron en 1988.
Estas normas dividían al área en 5 grandes áreas de estudio con una previsiones de población situados entorno a las 750.000 personas para Valencia hasta el año 2006 y en torno a 1.340.000 para el conjunto de los 44 municipios.
Las mismas Normas de Coordinación, como su propio nombre indica, se limitan voluntariamente a coordinar políticas sectoriales con los planes municipales, con lo que se renuncia a proponer una estructura metropolitana propia, reconociendose sin más, el modelo territorio espontáneo (?) que se caracteriza por la existencia de 5 zonas.
Estas 5 zonas eran claramente identificables por su especialización funcional, por la desvinculación de la zona norte de la comarca del proceso general de urbanización, por una alta concentración de la oferta de suelo para primera residencia en la ciudad de Valencia, de 2ª residencia en la zona NO y O, usos idustriales al O y zona S y finalmente la constatación de los desequilibrios territoriales motivados por la segregación de actividades.
En dichas Normas de Coordinación el sistema viario propuesto no introduce muchas novedades respecto a planes anteriores aunque finaliza muchas de las propuestas ya diseñadas o establece conexiones de accesos entre sí. Por ejemplo los accesos a Valencia se mantienen en 5, ya diseñados en el Plan de 1966, programándose sólo uno nuevo desde el O que es la conexión del by-pass por el S hasta el nudo de conexión entre las vías laterales del Nuevo Cauce y el 3º cinturón.
Se propone igualmente la realización definitiva del 4º cinturón para conectar la corona externa de la comarca, por fuera de los núcleos urbanos y para facilitar la accesibilidad hacia y desde los polígonos industriales.
Se propone la terminación de la circunvalación de Valencia de la autopista del Mediterráneo, conectando así Puçol con Silla y que era una deuda que tenía la empresa concesionaria de dicha Autopista con la administración. Esta circunvalación que ya estaba proyectada en la década de los sesenta tenía que haberse terminado en los años setenta para conectar los tres recorridos nacionales hacia Barcelona, Madrid y Alicante, pero dado que ese tramo no era de peaje y no reportaba beneficios a la empresa concesionaria, la obra fue aplazándose de facto e incluso hubo intentos para evitar la obligación. Lógicamente cuando se construyó era insuficiente para abosorber el tráfico existente.
El sistema ferroviario adquiere una nueva dimensión al realizarse mejoras sustanciales, con fuertes inversiones sobre todo dirigidas a los ferrocarriles de vía estrecha, el viejo «trenet», actual Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) con lo que se pretende convertirlos en el soporte fundamental del transporte comarcal/metropolitano de viajeros. Estas actuaciones van dirigidas a enterramiento por el interior de la ciudad de Valencia, su tranviarización en determinados tramos y la unión de las líneas de norte con la de sur, para convertirlos en el «metro», del cual ya existen varias de las líneas propuestas y se sigue invirtiendo en esta obra con el diseño de nuevas líneas, como por ejemplo la previsión recogida en el Plan de 1988 que proyecta completar la red de metro con la prolongación de la línea de Rafelbunyol y del Grao, hasta enlazarla con la nueva línea de la Plaza de España mediante un subterráneo por la avenida que rodea al centro histórico de la ciudad.
El Plan General de Ordenación Urbana de Valencia se empieza a considerar nada más se constituye el Ayuntamiento democrático salido de las elecciones de 1979 que da la mayoría a socialistas y comunistas, los cuales forman el equipo de gobierno municipal. En la primera etapa, hasta 1982, con un gobierno de UCD las relaciones son tensas y los avances en la gestión municipal escasos, bloqueándose casi todos los Planes de Actuación Urbanística elaborados por el Ayuntamiento. Esta situación se suma al hecho de que el Plan General de 1966 seguía en vigor y la Corporación del Gran Valencia seguía siendo el encargado de la titularidad del Plan, pero el Ayuntamiento decide adoptar la política de hechos consumados aún siendo consciente de las posibles ilegalidades que pudiera cometer y mediante diferentes Planes Especiales de Reforma Interior, lo que se manifiesta en una ausencia de visión global en la actuación municipal de estos años, en los que se buscó reducir la densidad en aquellos barrios donde era más urgente y en la mejora de dotación de escuelas y sanatorios en los huecos existentes. Un problema serio en esta época es la imposibilidad de tocar los planes de infraestructuras básicas contempladas en el Plan de 1966, lo que introducía una fuerte restricción a la gestión municipal.
Los principales PERI que el Ayuntamiento democrático pone en marcha (a pesar de los problemas surgidos con los cambios en la Alcaldía) fueron sobre los Planes Parciales 12, 23, 25, la configuración del Centro Histórico mediante cinco PERIs así como los grandes Planes Especiales del viejo cauce del río Turia y del Parque Natural del Saler.
La 2ª etapa en la gestión municipal se inicia con la aprobación del Estatuto de Autonomía y las primeras elecciones autonómicas y segundas municipales que le dan mayoría absoluta al PSOE en ambas instituciones. Resumidamente los hechos más significativos que explican la elaboración del PGOU y su aprobación en 1987 fueron la disolución de la Corporación Gran Valencia (Ley 5/86), la elaboración en 1984 de un plan con 16 objetivos que recoge la filosofía básica del futuro Plan, la creación del Consell Metropolità de L’Horta (Ley 12/1986 y su desarrollo en el Decreto 65/88), la elaboración en 1985 del Avance del PGOU y la creación de la Oficina Municipal del Plan al que por cierto, pasan muchos de los técnicos que trabajaron hasta su disolución en el Gran Valencia y finalmente la aprobación inicial en febrero de 1987 del Plan General de Ordenación Urbana.
Puncel Chornet, Alfonso. Valencia: opciones, desorden y modernidad, o la ciudad que se devora a sí misma. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] Nº 47, 1.9.1999.
A0_10000_PGOU.jpg

2014 PGOU Valencia

propuesta revision PG.jpg

El vigente Plan General de Ordenación Urbana de Valencia (PGOU) fue aprobado definitivamente por Resolución del Conseller de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes el 28.12.1988 (BOE y BOP 14.1.1989; DOGV 16.1.1989); Resolución de 28.9.1990 sobre subsanación de deficiencias (DOGV 29.10.1990) y Resolución de 22.12.1.992 (DOGV 3.5.1993) sobre expediente de corrección de errores y texto refundido de documentos del PGOU.

La entrada en vigor de Ley 16/2005 de 30 de diciembre, de la Generalitat, Urbanística Valenciana (LUV), tras haber superado la fase de Concierto Previo, y la aprobación de su Reglamento, seis meses después, así como la entrada en vigor de la Ley 8/2007, de 28 de mayo, de Suelo, ha supuesto una inflexión en el proceso seguido hasta ese momento como consecuencia de las nuevas exigencias legales, tanto reglamentarias como procedimentales que se derivan del nuevo marco legislativo, de suerte que el documento inicialmente concebido como una “Homologación”, ha pasado a denominarse Revisión Simplificada del Plan General.

El 24.9.2010, el Ayuntamiento Pleno acordó someter a información pública el proyecto de Revisión Simplificada del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia, junto con la Memoria Ambiental, el Estudio del Paisaje, el Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos y demás documentación complementaria, por el plazo de 2 meses contados a partir de su publicación. El acuerdo fue objeto de publicación en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana y en el diario Las Provincias el 1.10.2010,  y la nueva propuesta de Revisión Simplificada del Plan General elaborada por la Dirección General de Ordenación Urbanística en diciembre de 2014.

Valencia GE3.jpg
El término municipal de Valencia se caracteriza por su composición como un mosaico en el territorio, con la presencia de un importante núcleo que ocupa gran parte de éste, las zonas residenciales de la periferia, los núcleos rurales de la marjal y la huerta y el Parque natural de la Albufera, que llega hasta  al Mediterráneo.  
huerta.jpgLa estructura del municipio de Valencia, queda fuertemente marcada por la presencia de la estación y la línea de ferrocarril, que divide parte de la ciudad de norte a sur, y principalmente por el río Turia, tanto por su antiguo cauce,  actualmente ocupado por un extenso parque lineal con importantes equipamientos, que divide a la ciudad de O a E, como por su nuevo trazado, coincidente con el de la carretera de ronda V‐30.  Esta ronda, que no llega a cerrarse, tiene un trazado paralelo al Bulevar Sur  (y su continuación en avenida de las Tres Cruces y del Pianista Martínez), que ejerce a su vez de primera ronda, porque aun  sintener un cierre claro parece tener cierta continuidad con la avenida del Doctor Peset Aleixandre y la avenida del Primado Roig. En paralelo a estas avenidas  cerrando la ciudad al norte, se encuentran el Bulevar Periférico y la avenida de los Hermanos Machado que llegan a conectar con la mencionada V‐30 por la avenida de Juan XXIII.  Ambas rondas recogen las distintas vías que de forma radial se extienden por la Huerta Valenciana comunicando la ciudad con la periferia, que a su vez fragmentan este territorio natural  en el que aun tiene una fuerte presencia la agricultura.  Además  de esta situación, la Huerta Valenciana se ha visto a lo largo de estos años sometida a una fuerte presión urbanística consecuencia del importante desarrollo de la ciudad en estos años y de su situación estratégica entre el centro urbano y la periferia.
La ciudad se estructura en torno a un núcleo medieval asentado originariamente junto al río Turia a varios kilómetros de la costa. Antiguamente, entre ésta y el núcleo se localizaban los campos de cultivo que abastecían a la ciudad, que más adelante fueron objeto de desarrollo.  A continuación del núcleo histórico,se distingue hacia el S la primera zona de ensanche. Durante el siglo XIX la ciudad creció de forma notable, orientando  principalmente su crecimiento hacia el S, por la barrera que representaba el río y sus numerosos puentes y por la atracción de la estación de tren principal que unía industrias y barrios obreros. Así,  el ensanche de dicho siglo, se desarrolló  en 3 partes que tienen como eje de simetría lasvías del ferrocarril. La zona SE, situada entre la línea de ferrocarril y el Turia, se corresponde con un típico ensanche burgués; mientras que la situada al SO responde a un desarrollo de viviendas orientado a rentas más bajas  formado posteriormente. Más allá de este primer ensanche se extiende un continuo urbano de trama reticular en el que se encuentran hasta 7 antiguos asentamientos, con su trazado característico en la mayoría de los casos, que a partir de los años 50′, se desarrollaron como ciudades dormitorio, al margen de la economía agraria.  La zona N y E, desarrolladas posteriormente, partieron de un  intento por completar el círculo con centro en la trama medieval. El desarrollo de la ciudad hacia el E se apoya en la Avenida del Puerto, tradicional camino de unión entre el Grao, la zona del puerto, y el Cabañal, tradicional pueblo de pescadores y uno de los primeros asentamientos absorbidos por la ciudad, mencionados anteriormente.  Al sur de éste, se sitúa el gran puerto deportivo de la ciudad, que tiene su continuación en una importantezona logística, Z.A.L. (Zona de Actividades Logísticas).
1982 LA PANTANADA
El 20.10.1982 tuvo lugar una gran riada del Júcar que inundó la Ribera Alta y la Ribera Baja. Se conoce como la Pantanada, porque la gran cantidad de agua que llevaba el río provocó la rotura de la presa de Tous.
Las riadas del Júcar están documentadas desde tiempos inmemoriales, aunque las circunstancias que se dieron en esta ocasión, fueron excepcionales. Se produjo un fenómeno meteorológico extraordinario que provocó que, en algunos puntos de la cuenca del Júcar, se llegaran a recoger más de 1.000 litros de agua de lluvia en 15 horas. De hecho, desde que se disponía de imágenes de satélite, era la primera vez que en Europa se detectaba un complejo de este tipo.
El día 19 empezó a caer muchísima agua. Las gentes de la zona, conocedoras de las crecidas habituales del Júcar, comenzaron a percibir el peligro. A primera hora de la mañana las aguas del Sellent se desbordan. El alcalde de Gavarda ordena la evacuación del pueblo, poco después. En Alzira se desalojan los colegios. Las noticias son confusas y el caos se apodera de la zona. Carcaixent no aparece en las noticias, entre las poblaciones afectadas. Finalmente se advierte a la población que evacúe la zona y que se refugie en las zonas altas.
Durante la mañana del día 20 la presa de Tous ya estaba al máximo de su capacidad. La instalación no estaba preparada para tanta cantidad de agua. Las autoridades determinan que se abran las compuertas de la presa, para tratar de evitar que colapse. Se hace lo imposible para conseguir abrirlas durante todo el día, pero finalmente, a las 19:15, ya de noche se desploma la presa de Tous y provoca una avenida de agua que arrasa la comarca. 120 millones de m3 de agua invadieron toda la cuenca del Júcar, desde Tous hasta Cullera. En las poblaciones más próximas a la presa, el agua llegó a los ocho metros de altura y la mayor parte de las casas acabaron con graves deficiencias estructurales provocadas por la violencia y la fuerza del agua. La noche fue muy larga. Al día siguiente, el agua permanecía estancada en toda la zona y se pudo observar la magnitud de la tragedia.

En el Informe “Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. ETSAM-UPM, ‐ HERNÁNDEZ AJA, Agustín (director) (1996), se identifican en 1991 los barrios vulnerables de 1.- Cabanyal (tradicionalmente Valencia ha crecido alejada de la línea de costa, siendo el Cabañal un núcleo semiautónomo, crecido al amparo de las actividades ligadas al mar: pesca, astillero, comercio, etc. y que crece como continuación natural del Grao. En las primeras líneas de playa, junto a la antigua vía de ferrocarril que salía del puerto (actual tranvía), se han localizado asentamientos marcadamente marginales, tanto de infravivienda autoconstruida (El Clot del Cabañal) como de vivienda pública (Grupo Ruiz Jarabo, dedicado a trabajadores portuarios); el área está formada por viviendas de alturas diversas, (de 2 a 5 plantas), situadas sobre una estructura viaria, sensiblemente ortogonal y paralela en su desarrollo al borde marítimo. El grupo Ruiz Jarabo está formado por 230 viviendas; edificado en 7 plantas presentando una disposición en peine donde la célula básica modular, de proporciones casi cuadradas, se sitúa alternativamente a lo largo del eje marcado por los núcleos de acceso vertical. Este grupo aparece como una unidad claramente diferenciada dentro de un paisaje desordenado, donde no falta la presencia de infravivienda chabolista);   y 2.- Rovella (El área está situada al Sur en la extensión de la ciudad al Sureste de Ruzafa, entre la autopista del Saler y y la Avenida de Ausias March; el polígono se organiza en grandes manzanas que a su vez se subdividen por un viario de acceso a los bloques de vivienda, que se disponen retranqueándose entre sí para formar recintos. Los equipamientos se disponen en bandas perimetrales en cada una de las manzanas. Algunos de estos bloques tienen su zócalo ocupado por locales comerciales. En el polígono también existen edificios con uso terciario exclusivo) y otras zonas vulnerables además de las dos áreas desarrolladas dónde se han detectado índices desfavorecidos, en el Grupo Virgen de los Desamparados que fue planificado y construido por la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura en el periodo comprendido entre 1945 y 1962. (las obras comenzaron en 1957). Fue el primer intento después de la guerra, de desarrollo de la ciudad hacia el E, a lo largo de la carretera de Madrid, siendo el inicio de una operación cuya pretensión era acomodar a clases medias a lo alrgo de una avenida-escaparate de entrada en la ciudad. Esta pretensión convivía con la necesidad de alojamiento de las clases más modestas de la población por lo que ya en las primeras propuestas hay un cierto intento de convivencia entre distintos grupos sociales. Sin embargo, debido a que el alojamiento de las clases medias recaía sobre la promoción privada, poco dada invertir en espacios con escasa depuración social, para los cuales es difícil captar clientela, del primitivo proyecto sólo quedó el Grupo Virgen de los Desamparados, realizado desde la promoción pública).  (2)

En 2001, son los barrios vulnerables de 1.‐ Cabanyal/Canyamelar/Beteró; 2.‐ Tres Forques/Fontsanta; 3.‐ Rovella; 4.‐ Malilla; 5.‐ Carme/Mercat/Velluters; 6.‐ Orriols; 7.‐ Sant Antoni/Tormos/Morvedre y 8.‐ Patraix; además de las zonas de 1.‐ CAMÍ DE VERA (Zona situada en el distrito de Benimaclet compuesta por 3 secciones censales con valores de vulnerabilidad, por paro, carencias en la vivienda y población sin estudios, que no alcanza los 3.500 habitantes requeridos para ser considerada Barrio Vulnerable. El área tiene  de gran identidad propia gracias a su que inicialmente formaba parte de la Huerta de Valencia. La zona se caracteriza por contar con mucha gente joven  en parte por su cercana situación al campus de la UPV) y 2.‐ QUATRE CARRERES (Se trata de una zona de construcciones dispersas, propias de la huerta, situada entre la avenida de Actor Antonio Ferrandis y la V‐30. Esta zona, situada entre infraestrcuturas y caracterizada por la presencia de Merca-valencia,  la estación de tren La Fuente de San Luis, y el  ZAL  (Zona  de Actividad Logística), secaracteriza por su alto porcentaje de población sin estudios, aunque no se ha incluido como Barrio Vulnerable,  por carecer de la continuidad, estructura y homogeneidad requeridas. Cabe mencionar dentro de ella el núcleo de población de Nazaret,  situado entre al antiguo cauce del Turia, la Autopista Sur y el puerto, que en la  entrevista con el técnico se destacó como muy vulnerable). (2)

En 2006 son los barrios vulnerables de 1.- Torrefiel; 2.- Tres Forques/Fontsanta; 3.- Benicalap; 4.- Nou Moles; 5.- Trinitat-Benimaclet; 6.- Els Orriols; 7.- Sant Antoni/Tormos/Morvedre; 8.- Patraix; 9.- Creu del Grau; 10.- Roqueta; 11.- Russafa; 12.- Olivets/En Corts y 13.- Albors/Ayora/L’Amist; además de las zonas de 1- EL GRAU (Se detectan en la zona de El Grau, tres secciones con altos porcentajes de población inmigrante en torno a la avenida del Puerto. Esta zona caracterizada por sus calles estrechas y la combinación de edificios de edificios de hasta 5 plantas con taller vinculados a la zona del puerto) y 2- LA RAOISA (En el barrio de la Raiosa, al SO de la avenida Giorgeta César, se detectan 2 secciones censales con altos porcentajes de población inmigrante, aunque no se incluye en el catálogo por no llegar a 3.500 habitantes, población mínima para considerarse Barrio Vulnerable). (2)

Además Valencia tiene Grandes desarrollos residenciales pendientes de edificar que acumulan 2.295.837 m2 de edificabilidad residencial, prevista para 19.019 viviendas, quedando pendientes 7.778 viviendas, en sectores como BENIMACLET (250.582 m2 de suelo para 139.928 m2 de techo para 1.345 viviendas), o MALILLA NORTE (399.938 m2 de suelo para 353.146 m2 de techo para 2.313 viviendas), o en sectores urbanizados en proceso de edificación como LA TORRE (354.846 m2 de suelo para 287.200 m2 de techo para 2.615 viviendas, pendientes aun 2.212) o PATRAIX (553.549 m2 de suelo para 412.835 m2 de techo para 2.814 viviendas, pendientes 1.988 viviendas).

Valencia GE8.jpg

Grandes desarrollos residenciales en ejecución en Valencia y su entorno

La revitalización del Cabanyal (El Barrio de Cabanyal-Canyamelar, pegado al frente marítimo, a la playa de la Malvarrosa, fue el mayor ejemplo de resistencia ciudadana al modelo de urbanismo especulativo programado por el PP durante 25 años, y está ahora a punto de convertirse en el ejemplo del cambio de paradigma, también urbanístico (en base a un nuevo PEPRI), del nuevo gobierno de izquierdas de la capital y en la Generalitat Valenciana, “…se acabó la destrucción, comienza la rehabilitación…”), la aprobación del plan de usos la dársena del puerto (a falta de terminar de desarrollar el plan de usos, el Consorcio creado junto a la Generalitat y el Gobierno central debe ingeniárselas para devolver el préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 430 millones de euros solicitado para financiar unas obras que el actual alcalde, Joan Ribó, ya ha insistido en que debe asumir el Ejecutivo central…), el desbloqueo de las soluciones ferroviarias del Parque Central (el soterramiento de toda la playa de vías que dan acceso a Valencia para construir una estación subterránea que debe sustituir a la provisional de Joaquín Sorolla y un gran jardín en superficie…), o las nuevas relaciones del Puerto de Valencia con Nazaret (el documento de Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (DEUP) está en tramitación y definirá los usos tanto dentro del perímetro del puerto como en la frontera urbana de la ciudad, en especial con Natzaret, llevan meses negociando e intentando acercar posturas el puerto, que se ha comprometido a ceder suelo para el parque de desembocadura y el Govern de la Nau ha rebajado sus aspiraciones sobre la reversión de la ZAL y la ciudad. En la negociación entrará ahora también el acceso norte… y olvidarse del circuito de F1), son los temas abiertos en lo inmediato, porque más allá, está el cambio del modelo de ciudad, … y todo lo que trae consigo.

puerto_valencia.jpg

plano-puerto

El nuevo gobierno local de Valencia ha iniciado el proceso de revisión pormenorizada del Plan General de Ordenación Urbana, que el anterior Ejecutivo local dejó sin aprobar antes de las pasadas elecciones locales de mayo. No habrá ocupaciones de huerta y se tendrá en cuenta no solo la capital sino también su área metropolitana.

El concejal ha calificado de “urgente” la necesidad de reformar los barrios, renovar el tejido urbano, diseñar nuevos espacios interiores e impulsar la rehabilitación de edificios y viviendas, todo ello después de un amplio proceso de participación pública.

En el anterior mandato, el Gobierno local, del PP, sometió a información pública la revisión del PGOU y el resultado fueron miles de alegaciones, concretamente más de 24.000. La oposición al documento fue mayoritaria.»Desde el primer momento pensamos que la revisión estaba mal planteada, tanto en la forma como en los objetivos; y era especialmente perjudicial en lo referente a la ocupación de nuevos sectores de la huerta”, ha recordado Sarrià.

Solo en nuevos sectores había más de 400 ha de huerta afectadas; a las que había que añadir otras 300 ha que iban a ser ocupadas por nuevas infraestructuras o contaban con autorización para usos terciarios encubiertos.

La Consejería de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio ha anunciado un Plan Territorial del Área Metropolitana, con el concurso del Ayuntamiento, “que incluye aspectos de importancia capital», así como un plan Plan Territorial de la Huerta proteccionista.

El País 4.12.2015

De lo heterogéneo de la ciudad de Valencia, un simple análisis de su parque edificado por distritos.

Pero también la necesidad de aprobar definitivamente el Plan de l’Horta, realizado y aparcado en la Comunidad Valenciana «sine die», y mientras tanto la ciudad de Valencia y sus periferias, pierden día a día hectáreas lo más escaso y valioso de su territorio. El Plan de Acción Territorio de Protección de la Huerta de Valencia ya, por favor.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Hoy Valencia tiene una población en su Area Urbana que supera el 1.619.000 personas en un área de 1.042 km2, una población que envejece ligeramente, con más del 13% de extranjeros, 630.000 hogares y un 14,3% de viviendas vacías.

La ciudad de Valencia, tiene hoy poco más de 785.000 habitantes y un parque residencial edificado próximo a las 405.000 viviendas, de las cuales más de 70.000 viviendas son anteriores a los 50′, datando de los 60′ más de 90.000 viviendas (el 22,4%), de los 70′ son más de 106.000 viviendas (el 26,5% del total), y Durante los 80′, 90′ y 00′ ha mantenido un ritmo continuó y vertiginosos de entre 42.000 y 46.000 viviendas por década. Entre 2010 y 2017 se han matriculado poco más de 16.000 viviendas, y es que la producción inmobiliaria en la ciudad de Valencia no digiere tanta vivienda nueva…


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España

 

Nota: Para la redacción del presente documento se han consultado y extraído textos, gráficos y mapas de fuentes variadas, con el único motivo y fin de ofrecer una información (para el conocimiento) a cerca de la formación de la ciudad y sus acontecimientos urbanos más importantes. Nada más lejos de la intención del autor que plagiar el contenido intelectual de sus autores.

(1) Selva Rojo, Juan Ramón. 2013. «(29+1) La ordenación urbanística metropolitana de Gran Valencia (1947-1986)» Tesis doctoral ETSA Universidad de Navarra.

(2) Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. ETSAM-UPM, ‐ Hernández Aja, Agustín.

(3) Puncel Chornet, Alfonso. Valencia: opciones, desorden y modernidad, o la ciudad que se devora a sí misma. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] Nº 47, 1.9.1999.

(4) Valentín-Gamazo García-Noblejas, Germán. Plan General de Ordenación de Valencia y su Cintura. Memoria. 1946.

(5) PGOU Valencia 1988

(6) PGOPU Valencia Revisión 2014

(7) PATP Huerta Valencia

MARBELLA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha.

tabla-marbella-2-121996e-314dadtaman%cc%83o-edificacion

Estos gráficos representan el Parque Residencial de Marbella, MALAGA.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (1960-1969).

Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.MARBELLA DELVI.jpg

marbella-piramidetabla-marbella

marbella-catastro-2014-2016marbella-inemarbella-alquiler

Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


Marbella GE1.jpgMarbella es una ciudad y municipio de 116,82 km2 del sur de España, perteneciente a la provincia de Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía, integrada en la comarca de la Costa del Sol Occidental y la sede de la mancomunidad de municipios homónima y cabeza del partido judicial que lleva su nombre.

Marbella está situada a orillas del Mediterráneo, entre Málaga y el estrecho de Gibraltar, y en la falda de la Sierra Blanca,  atravesado por la autovía y la autopista de peaje llamadas del Mediterráneo, principales accesos al municipio.

marbella3dOcupa una franja que se extiende a lo largo de 27 km de costa, refugiada por las laderas del Cordón Montañoso Litoral penibético que forman las sierras Bermeja, Palmitera, Real, Blanca y Alpujata. Debido a la proximidad de la sierra con la costa, la ciudad presenta un gran desnivel entre las partes N y S, propiciando así vistas del mar y la montaña desde casi todos los puntos de la ciudad. El litoral está densamente urbanizado. La mayor parte del suelo no edificado corresponde a campos de golf o a pequeñas zonas residuales.

marbella-maps-playas2.jpgMarbella limita al N con los municipios de Istán y Ojén, al NO con Benahavís, al O con Estepona y al E con Mijas.

Es el 2º municipio más poblado de la provincia y el 8º de Andalucía. Además, es una de las ciudades turísticas más importantes de la Costa del Sol y de toda España. Durante la mayor parte del año es centro de atracción del turismo internacional gracias principalmente a su clima y su infraestructura turística.

La población se concentra en 2 núcleos principales: Marbella y San Pedro Alcántara. El resto se encuentra dispersa en multitud de urbanizaciones de los distritos de Nueva Andalucía y Las Chapas, situadas a lo largo de la costa y en las laderas de las sierras.

mapa-costa-del-sol-parte-2-peq.jpgProtagonista en la temprana revolución industrial española en el siglo XIX, Marbella ha experimentado un crecimiento continuo a lo largo del siglo XX y comienzos del siglo XXI, desarrollando una economía basada en la oferta turística destinada a visitantes y residentes temporales de medio y alto poder adquisitivo.

mapa-Marbella.jpg

Una escueta ojeada a través de la historia de Marbella nos permite reconocer a una ciudad cuyos caracteres esenciales se conforman con la conquista cristiana. Marbella se rinde al rey Fernando el 8.6.1485, según consta en las capitulaciones. Las noticias de la rendición de la ciudad apenas si se reflejan en las crónicas, posiblemente por el eco que tuvieron las resistencias de Ronda y Málaga.  Con la rendición de la primera de estas ciudades, el 23.5.1485, desapareció el más duro de los sectores fronterizos; el camino hacia Marbella quedaba expedito para las tropas del rey Fernando, quien delega en el conde de Ribadeo los detalles de la entrega de la ciudad. Dicha entrega se va a producir, pues, sin lucha ni brillantez, lo que obviamente no satisface a un guerrero como Fernando.
Las Capitulaciones de la ciudad siguen el modelo de las establecidas para Álora, y en ellas se estipula la obligación por parte de los antiguos habitantes de abandonar la ciudad, otorgándoles ciertas facilidades para su exilio. Es de notar, en cualquier caso, la poca predisposición del Rey por integrar a los musulmanes. Las Capitulaciones de las alquerías de Marbella se llevan a cabo en Fuengirola unos días después, y sus apartados son mucho más duros y exigentes que los dispuestos para la ciudad, quizás por haber sido otorgadas a instancias de los vencidos.
En tiempos de Felipe II la venta de los señoríos suscitaron también la oposición de las ciudades afectadas, aunque poco podían hacer teniendo en cuenta que eran miembros de las propias minorías dirigentes los que compraban. «Marbella, por ejemplo, consigue impedir la exención de su jurisdicción de ciertas villas de su tierra (Estepona, Ojén) y la compra de otras por Carlos de Villegas, aunque para ello tuvo que ceder al chantaje de la Corona y desembolsar 2.000 ducados. Ésta, a cambio, se comprometió a no eximir tales villas en el futuro (…), promesa que, como es sabido, no cumplieron los sucesores de Felipe II».
Los mudéjares del señorío del conde de Cifuentes (Benahavís y Daidín) participaron activamente en los acontecimientos de 1500-1501, que después de las acciones de la Corona quedaría casi enteramente despoblado, aunque se recuperó rápidamente, ya que en 1504, en el reparto del servicio ordinario, Benahavís figura con 50 vecinos y Daidín con 40, o sea, que podrían haber recuperado la mitad de la población que tenía antes de la rebelión. Los nuevos pobladores son en su mayoría moriscos procedentes de las alquerías del interior de la Serranía de Ronda, cuya intención era pasar allende a la primera oportunidad que se les presentase. Poblamiento, pues, de gran inestabilidad. Las huidas están muy documentadas.
marbella-1En las décadas iniciales del siglo XVII, Marbella se erige en una de las ciudades más comerciales del sur de España, con sus exportaciones de pasa, con sus vinos y la incipiente industria azucarera . Situación que se prolongará con algunos cambios hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la ciudad experimente un sensible aumento de su población y un impulso modernizador en infraestructuras . Momento en que se inicia un proceso de larga duración que culminará en la actual configuración y delimitación del término municipal: Estepona, Istán, Benahavís y Ojén irán desmarcándose de la jurisdicción de Marbella y estableciendo sus propios términos. El procedimiento, los pleitos, los antecedentes y demás documentación necesaria para llevar a fin estos deslindes conforman la base de un material documental que por suerte conservamos casi íntegramente.
Desde el punto de vista urbanístico se van a producir modificaciones, ampliaciones, construcciones nuevas, destrucciones… La conversión de al menos 6 mezquitas en iglesias cristianas (Encarnación, San Bernabé, Santa Catalina, Santiago, San Cristóbal y San Sebastián), supone una marca definitiva y excluyente de imposición religiosa  a la que acompañan novedades ornamentales y arquitectónicas. Durante el siglo XVI, se fundan espacios nuevos: la ciudad se expande hacia el N (barrio Alto), se crea el barrio Nuevo de la Fortaleza, se construyen el convento de la Trinidad, el hospital de San Juan de Dios y la iglesia del Santo Cristo, y probablemente fuese hacia el final de la centuria cuando se levantara la casa del Ayuntamiento y comenzara el proceso que daría lugar a lo que sería «…la mayor obra pública de la historia moderna de la ciudad…»: la plaza pública.
«Explicar su formación y evolución es narrar gran parte de la historia de la ciudad, ya que más que un espacio abierto es una concentración de símbolos, un conglomerado de memoria por acumulación de estratos históricos, vistos superficialmente en la sucesión de nombres que ha tenido: plaza Pública, de Cabildo, Real, de Isabel II, de la Constitución, del Generalísimo Franco, de los Naranjos» .
Varias edificaciones se alzan durante el siglo XVII -Casa del Corregidor, el Hospital Bazán y el convento de San Francisco-, pero también se manifiestan los primeros síntomas de degradación de las murallas.
La introducción de ideas ilustradas a la ciudad se produce a partir de la 2ª mitad del siglo XVIII, cuando se establezcan en Marbella una serie de familias extranjeras, fundamentalmente francesas, como Charroet, Bernard, Belón, Colbrán o Grivegnée. 
En lo referente a la actividad económica conviene destacar que la industria azucarera tenía una cierta tradición en Marbella, pues ya había contado con un trapiche en 1646, que en 1730 pasó a ser de la Inquisición de Granada, que lo cedió a terceros en régimen de arrendamiento. Se empezó la construcción de otro trapiche por parte de la familia Domínguez, en los terrenos del Prado, junto a su cortijo, hoy Cortijo Miraflores. Al principio del siglo XIX ambos trapiches estaban arruinados. Pero en los inicios de esta centuria, Enrique de Grevignée House, procedente del alto comercio marítimo, adquiere el antiguo trapiche de la Inquisición, lo reconstruye y restablece el cultivo de la caña dulce en la comarca, que iba a florecer hasta la invasión francesa.
El siglo XVIII de inusitado crecimiento, asiste a la erección del nuevo templo de la Encarnación o a la sustitución del castillo de San Luis por el fuerte del mismo nombre; se produce un mejoramiento de la actividad fabril de la Marina y, por último, un momento en el que comienza a plantearse, por vez 1ª, la posibilidad de construcción de un puerto, que, a medida que el tiempo pase, iría convirtiéndose en «la historia de su fracaso». 
Los avatares de la llegada de los franceses empiezan a reflejarse en Marbella hacia finales de 1810. La ciudad sufrirá continuos saqueos, invasiones e incendios, lo que provocará que la mayoría de los ciudadanos se refugien en Coín. Los recursos defensivos de Marbella se limitaban al Fuerte o Castillo de San Luis, que fue objeto de varios asedios. Rendido el fuerte, los franceses fijaron en Marbella un destacamento al mando de un comandante, estableciendo el cuartel general en el convento de San Francisco. Estuvieron en Marbella hasta el 25.8.1812.
1813.jpg

1813 – MARBELLA

Como consecuencia de la guerra, la ciudad quedó arruinada. Las necesidades eran muchas y las arcas estaban vacías: urgía reparar la cañería general que proveía agua al pueblo, se necesitaba reparar el Puente de Málaga, para normalizar la comunicación con el Barrio Nuevo; se precisaba un cementerio; los empedrados de las calles en pésimo estado; la Alameda despoblada de árboles, etc. Pero a pesar de todo ello, se comenzaron las obras de construcción del Puerto de Marbella el 8.7.1818. El fracaso de las previsiones económicas condujo al abandono de los trabajos mucho más adelante.
A la penuria económica habrá que añadir la situación conflictiva que Marbella vivía con municipios como Ojén, Istán o Monda en defensa de sus montes de propios, que entendía como saqueados, o por la poca predisposición que, en general, se daba en Marbella a aceptar la segregación de los citados núcleos de población. En Marbella se van a detectar los primeros síntomas de las desamortizaciones iniciadas durante el trienio, y que afecta a la reutilización de los 3 conventos existentes en la ciudad.
Hacia mediados de siglo se va a producir un hecho de vital importancia para el posterior desarrollo económico de Marbella: la liquidación del caudal de Propios como efecto de la desamortización. Al producirse la rendición de Marbella, los Reyes Católicos ordenaron, con motivo de los repartimientos, que se dejasen para Propios de la ciudad «todos los montes de llevar bellotas y los pastos de Sierra y Monte Pardo comprendidos en su término». Así, quedaron para Marbella los montes llamados La Carnicería, La Fuensequilla, Bornoque, el Puerto de Ojén, los Baldíos de Guadalmansa, el Alcornocal de las Bóvedas, Alicate, Montenegral, Tahones, Gamonales, Las Chapas, y las Bocas y las Calas.
La corriente desamortizadora dará al traste con casi la totalidad de la riqueza territorial de la que secularmente había dispuesto Marbella para atender al sostenimiento de las cargas públicas, lo que obligará a una reconversión de la hacienda municipal, que tendrá que arbitrar recursos, atacando directa o indirectamente los bolsillos de los particulares. La nueva situación provocará numerosos conflictos y, especialmente, el arbitrio de consumos, en manos de rapaces arrendatarios, se ganará la inquina popular.
En Marbella, el proceso desamortizador, la venta a particulares de los bienes de Propios y Comunales, correrá paralelo a ese fenómeno de la deforestación de los montes de su entorno, que realizan las ferrerías. Tras la Sierra Real, pasaron a propiedad particular Bornoque y Alicate. Igual suerte hubiera corrido el resto de no ser porque el Ayuntamiento, en 1856, adoptó el acuerdo de solicitar la excepción de la venta deSierra Blanca, los Llanos de Nagüeles, los Baldíos de Río Verde, y el pinar de Valdeolletas.
1874 ign.jpg

1874 – MARBELLA por IGN

Hasta la 2ª mitad del siglo van a pervivir los ingenios azucareros; y continuarán después en la colonia de San Pedro con la inauguración, en 1871 de la Industria de la caña de azúcar. De 1883 data la fábrica de azúcar de El Ángel. 
«La producción de azúcar de esta 2ª etapa sustituirá a la siderurgia y se convierte en una de las actividades productivas más importantes del litoral».
Lo sustancial del periodo estriba en ser el punto de inflexión de esas grandes realizaciones que a la postre redundaron en la mengua de los recursos de la tierra de Marbella. La aventura económica comienza con la extracción del grafito y plomo (ésta en la mina Buenavista) y datan ya del siglo XVIII, y que continuó, con la industrialización del azúcar, una actividad tradicional que se recupera en los primeros años, declina en los años 20′ y se reactiva en el último tercio del siglo gracias a la iniciativa del Marqués del Duero. Pero lo que mayores consecuencias arrastró fue la implantación de las ferrerías de Río Verde, que convirtieron a nuestra ciudad en la adelantada de la siderurgia nacional, y que, aunque trajo una relativa bonanza al municipio en la década de los 40′, a largo plazo van a provocar el esquilmamiento de los bosques del término, con la consiguiente disminución de los recursos y el empobrecimiento generalizado. Un decaimiento económico que ya es una realidad en los años 80′, con el cierre definitivo de las industrias  -por entonces ya en manos inglesas- por este agotamiento del arbolado y el lógico y progresivo encarecimiento del carbón de leña, “[que] hizo imposible competir con los hierros asturianos del Cantábrico (…)” . En la última década del siglo, la crisis industrial viene acompañada de los primeros síntomas del declive minero, haciéndose patente, al mismo tiempo, la poca disposición que la sociedad propietaria de las minas del término, la Marbella Iron Ore C&L, demostraba para renovar los sistemas tradicionales de extracción, y que redundaría sin duda en el paulatino agotamiento de las vetas.
La explotación de las vetas de hierro de la mina de El Peñoncillo, desde 1869 en manos de la Marbella Iron Company (hasta la 2ª República), continuará hasta 1970. Pero poco se aprovechó el pueblo y las economías domésticas de ello: «…la riqueza minera de Marbella será ampliamente explotada, con mayor o menor éxito, durante el siglo XIX, aunque bajo intereses foráneos que en poco beneficiarán a esta ciudad, ya que no generaron, salvo en el caso de las ferrerías, industrias relacionadas con ellas, sino que la extracción del mineral será exportada al exterior…» Siendo, así, constatable la incapacidad de las clases medias marbellíes para organizar, a lo largo del XIX, un modelo económico que respondiera a las exigencias del mundo moderno. El final del XIX no son sino una sucesión de momentos de crisis. En 1866, antes del Sexenio Democrático, la situación del Ayuntamiento es calamitosa. El paro se había consolidado en un grupo representado por jornales y por los obreros de las fundiciones. 
Es relativamente fácil, a la luz de los documentos, percibir que el fin de siglo en Marbella es sinónimo de crisis económica. En una sociedad como aquélla, rural, atrasada, cuya vida difiere poco de la de centurias anteriores, y que, a pesar de ello, se va modernizando a duras penas por un tiempo se volvió a la luz de petróleo, después de 5 años de alumbrado eléctrico, en una sociedad así el impacto de la regresión económica es mucho mayor.
1889.jpeg

1889 – MARBELLA

La crisis económica es imposible de disociar del tremendo impacto que la filoxera provocó en los campos y en el mundo campesino, que ya había conocido la crisis del olivar, la de los cítricos y el descenso del valor de la caña de azúcar. Se trató de una fatal coincidencia temporal de la plaga filoxérica y una depresión general que afectó a los principales cultivos y a la ganadería. Un desplome generalizado del sector agrícola que se hará patente en un fenómeno cuya aparición es, uno de los hitos más importantes que jalonan la historia de Marbella: la creación y desarrollo de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara. La crisis económica del último tercio de siglo se dejaría sentir en los jornaleros de la colonia, apareciendo algunos síntomas de malestar social en los años 1897 y 1898, momento a partir del cual se va a iniciar un ciclo de expansión económica por el aumento en la producción industrial, primero de la remolacha y después de la caña de azúcar, debido a la pérdida de Cuba, principal proveedor hasta entonces de este producto. Un hecho éste, el de la reactivación azucarera, de suma importancia y que será el factor principal del flujo de población desde Marbella a San Pedro, y que nos induce a considerar la coexistencia de 2 procesos evolutivos divergentes en el mismo término municipal a partir de los últimos instantes de XIX: el avance de la colonia y el retraimiento de la ciudad.
En la política local, después de la Guerra de la Independencia, se nombra como alcalde provisionalmente a Alonso María Roldán, quien antes había ocupado el cargo de regidor decano. Después de las primeras elecciones, se nombra a Manuel Martínez Molina. Un gobierno que, al parecer, no gozaba de las simpatías del clero.
Las 2º elecciones (diciembre 1813). Ya están perfilados los 2 personajes que van a disputarse la Alcaldía en lo sucesivo: Alonso María Roldán y Pedro Escobar. Después de algunas impugnaciones y controversias, queda definitivamente nombrado como alcalde este último. La vuelta al absolutismo, en 1814, trajo aparejada, también, el regreso de Roldán. Esta vez por 6 años. Durante el denominado Trienio Liberal, el concejo de Marbella se encuentra «…permanentemente agobiado con las cargas fiscales e incapaz de generar recursos más allá de la imposición de nuevos arbitrios y el aprovechamiento de las tierras de propios. La ciudad tiene graves problemas estructurales e importantes déficits de obras públicas complicados por las destrucciones de la Guerra de Independencia, con casos tan emblemáticos como la voladura del puente de Málaga. Son permanentes las referencias a un sistema de cañerías de agua potable y saneamientos en ruina, a las difíciles comunicaciones a pesar de ser un punto determinante en las comunicaciones entre el entorno de Málaga, el Campo de Gibraltar y el interior de la provincia, o a un muelle siempre inacabado que no proporciona nada más que un fondeadero natural, condicionando la presencia de una escasa flota pesquera y de una algo más pujante flotilla de cabotaje….» Durante este periodo, y en los siguientes, va a destacar la figura de Alonso María Roldán, que, en un contexto dominado por el ascenso burgués y la transformación de las clases dominantes del Antiguo Régimen, constituye «…un magnífico ejemplo del pragmatismo con el que estos oligarcas afrontan las cambiantes situaciones y son permeables a las nuevas prácticas políticas, pasando sin el menor rubor del absolutismo al liberalismo y viceversa. Frente a ello, la familia Escobar es la representación de las clases burguesas emergentes. Su enfrentamiento integra buena parte de las características sociopolíticas del momento…»
Por otro lado, «….el comienzo de esta nueva etapa liberal en Marbella no va a ser pilotado ni por los sectores ostentadores del poder político y económico en la etapa anterior ni por una burguesía comercial que acceda desde aquí a los resortes del poder. Serán mandos militares y funcionarios de nivel medio, pequeños propietarios agrícolas y algunos comerciantes y artesanos, todos ellos con moderados niveles de renta, los que asaltan el edificio absolutista. De ello podemos extraer dos conclusiones fundamentales. En primer lugar, la oligarquía local no demuestra ninguna capacidad de reacción, bien porque, dada la permeabilidad con la que acogen a las nuevas instituciones, no sientan el fin del absolutismo como una amenaza, bien por una pérdida total de control de la situación…»
Las nuevas instituciones liberales se van implantando; proceso que culmina el 1º año del Trienio con la aparición de la Milicia Nacional, «fuerza ciudadana garante del orden constitucional, que debía implicar en la defensa del sistema a todas las capas de la sociedad». Unos objetivos que fracasan por la falta de financiación y la mala organización, lo que provoca que nunca sea «una fuerza útil ni para el control del orden público ni mucho menos para actuar contra las partidas realistas que operan en la sierra de forma cada vez más activa». Lo mismo que también fracasa el intento de los munícipes de retomar el control de los propios para garantizar un mínimo de funcionamiento de la institución local. «A la postre, el esfuerzo de los miembros del concejo no irá más allá de actualizar los remates a pagar por los arrendatarios, sacar de nuevo a subasta algunas zonas que habían dejado de tener actividad y a solicitar una y otra vez a las Diputación Provincial autorización para licitar el aprovechamiento de nuevas tierras comunales con las que cubrir cargas fiscales o gastos concretos. La columna vertebral de los propios vendrá determinada por las subastas del fruto de bellota, eje fundamental de su capacidad para generar ingresos, aunque sus rendimientos serán rápidamente absorbidos por las famélicas arcas municipales».
En lo político, durante el 2º cuarto del siglo XIX Marbella sufre lógicamente las consecuencias del cambio de régimen y, sobre todo, la amenaza carlista, personalizada en la figura del general Miguel Gómez, natural de Torredonjimeno (Jaén). El concurso de Marbella y sus poblaciones limítrofes en la expedición de este general comienza en 15.11.1836, cuando se produce el llamamiento provincial a los milicianos nacionales, pues la facción del rebelde Gómez había vuelto a aproximarse a los límites de la provincia. El carlista tomaría ronda y prepararía el levantamiento general de toda la Serranía y de Marbella, tras lo que accedería a unas vías de comunicación de vital importancia para el desarrollo posterior de la campaña. La situación en Marbella llegó a considerarse preocupante, creándose una especie de psicosis en la ciudad, y se ve sometida durante algunos días en una verdadera economía de guerra, la sustitución del gobierno local. Además, y según consta en la documentación municipal, se mandó poner a buen recaudo el Archivo Municipal. Pero los movimientos de las tropas de la reina (toma de Gaucín, etc.) desharán los planes.
Otro momento histórico que encontraría refrendo en Marbella fue el trienio esparterista. Tan pronto como se conoció en Marbella el alzamiento en Madrid de los partidarios de Espartero, Bernabé Chinchilla Bernardi se puso al frente de los milicianos nacionales, apresurando e impulsando el movimiento, que fue secundado asimismo por las fuerzas de carabineros. Málaga será, después de los 3 años, la primera en alzarse contra Espartero, secundada inmediatamente por Marbella.
El sexenio revolucionario comienza con un hecho relativamente curioso: el anteproyecto, por parte del Estado, de la supresión de los ayuntamientos de Benahavís, Ojén e Istán y su agregación a la ciudad, por carecer éstos de recursos económicos. El Ayuntamiento de Marbella, a pesar de pasar por serios apuros financieros, acepta dichas incorporaciones. Posteriormente, todo quedó en nada.
En cuanto a la repercusión de los hechos de la Revolución de Septiembre, Marbella se suma el 23.9.1868, dos días después que Málaga. Comienza a funcionar una Junta Revolucionaria, que lleva a cabo una serie de acciones de carácter político que define su compromiso con las medidas revolucionarias. Los personajes de esta etapa mantienen una actitud anticlerical, que se refleja en algunas actuaciones respecto al cura párroco. El alcalde, hasta la I República, es Pedro Artola y Villalobos. Se encontrará con que la situación económica no le permitirá seguir con las demandas iníciale de la Septembrina, y parte de la ciudadanía no aceptará la suavización de estos principios revolucionarios. Con el grito de “abajo los consumos”, se producirán en Marbella altercados serios.
La instauración de la I República se produce en Marbella la noche del 29 de noviembre, y los protagonistas fueron ciudadanos de Marbella apoyados por elementos de otros municipios. Se nombra alcalde a José María Marín Andrades, presidente de la Junta Revolucionaria. La gestión de este gobierno se encontraba en cierto modo desamparada a consecuencia de los poderes caciquiles del municipio.
El final de siglo es una evidencia permanente de las estrecheces monetarias del Ayuntamiento, lo que evidenciará, más si cabe, la normalidad corrupta, el viciado funcionamiento de una institución clave en el sistema oligárquico y caciquil de la Restauración. Los miembros de las sucesivas corporaciones van a ser protagonistas de una serie de actuaciones que no son sino la formulación práctica de un sistema dominado por el bizantinismo, la doble moral y la corrupción. Para ilustrar la perversión en el terreno hacendístico sirva como ejemplo que en 1895 se había dejado de pagar la suscripción a la Gaceta de Madrid, que suponían 80 pesetas, y que sólo habían podido dar 25 pesetas para la «Suscripción nacional en favor de los heridos y enfermos de la guerra». Sin embargo, en junio de ese mismo 1895, el alcalde, sin dar cuenta a nadie -la dará después de la adquisición- se compró una empuñadura de oro para el bastón de mando; en octubre de 1897 dice el alcalde que está esforzándose de tal manera en la recaudación que admiten hasta «calderilla» para hacerla mayor; los sillones del salón capitular estaban destrozados, según denuncia un síndico en la sesión del 8.1.1898 en diciembre del 1899 contestan a la Cámara Agraria de Málaga que no puede asistir ningún miembro del Ayuntamiento a las reuniones por carecer de recursos para desplazarse. A pesar de ello, era habitual que el Ayuntamiento aprobase sumas considerables para desplazamientos de algún miembro de la Corporación a Málaga que nunca se justificaban. O que se aprobaran, asimismo, y gastaran partidas para ejecutar obras públicas que jamás se llegarían a realizar. Entre 1895 y 1898 se «arreglaron» varias veces las calles General López Domínguez, Lobatas y Aduar; se aprueban gastos para un centenar de obras de calles, y siempre, en todas las sesiones, se daba cuenta de la «compostura y pago» de alguna cañería.
Es incuestionable que el eje sobre el que giraban estas arbitrariedades económicas fue el Impuesto de Consumos, que constituye el punto de encuentro, el motivo primordial de casi todas las disputas entre el Ayuntamiento y el gobernador civil. Las cantidades que la Tesorería Provincial reclama son altísimas, y en algunos casos  como la de julio de 1895  representan casi la mitad del presupuesto total del Ayuntamiento.
El otro gran hecho que marca el siglo XIX es la creación de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara. Un proyecto innovador que pretendía, entre otras cosas, el restablecimiento de las actividades relacionadas con el azúcar, tanto agrícolas como industriales, además de la formación de personal intermedio en las labores agrarias , y que se llevó a cabo por la iniciativa de Manuel Gutiérrez de la Concha, I Marqués del Duero. La relevancia de este hecho no ofrece dudas: San Pedro, es en la actualidad una entidad de población de más de 30.000 habitantes.
La Marbella del principios del siglo XX era una sociedad fuertemente ruralizada, y se encontraba lejos tanto de la expansión industrial como de insertarse en un modelo económico, ni siquiera de reforma agrícola, que resolviera los problemas de un municipio cada vez más abocado al paro o a la emigración. El modelo económico predominante en Marbella durante los años de la Restauración responde, posiblemente, a una situación de dependencia «colonial» en la que la labor extractiva del mineral no genera riqueza en la zona ya que no se crean industrias derivadas que permitan una explotación rentable para el municipio. Hay que hacer la salvedad de la falta de estudios sobre el 1º tercio del siglo XX.
En cuanto a la propiedad de la tierra, entre 1915 y 1930 la estructura de la propiedad rústica se mantiene casi igual al periodo anterior, con un considerable índice de concentración (48%) en 5 latifundios: colonia de San Pedro, de El Ángel, Sierra Blanca, Hacienda de Rosado o San Manuel y Coto Larios o Coto de los Dolores. Las explotaciones agrícolas del O del término (San Pedro y el Ángel), se diferencian claramente de los latifundios del E por su dedicación a cultivos de regadío y caña de azúcar durante las últimas décadas del siglo XIX en régimen de explotación directa; creación de una infraestructura para regadío; de una infraestructura industrial derivada de la caña: ingenios de San Pedro y de el Ángel. En los 30′, la industrialización de la zona se hallaba desmantelada. Por el lado oriental, los latifundios se ocupan mayoritariamente por monte bajo y pastos.
Antes de la Guerra Civil, el 40% de la gran propiedad latifundista está controlada por personas ajenas a la localidad. Pero «ni la importancia económica de las grandes explotaciones latifundistas de regadío, capaces de absorber un alto número de mano de obra, ni la importancia superficial de los latifundios de secano, vinculados a las oligarquías malagueñas, pueden ensombrecer el peso económico y el prestigio social que ostentan los que detentan la propiedad de fincas grandes y medianas en Marbella. De ellos, el 10% son propietarios forasteros, pero con fuertes vinculaciones políticas y económicas con el municipio, como es el caso de los Chinchilla Domínguez, los Gasset Chinchilla (…) «, etcétera.
En cuanto a la propiedad urbana, el mayor protagonismo político y prestigio social correspondió a las familias que detentaban la mediana propiedad agrícola y que a su vez concentran gran parte de la propiedad urbana.
En cuanto a la población, la evolución durante la primera mitad del siglo XX se caracteriza por una disminución progresiva desde 1910, año en el que se alcanza un número de habitantes (10.286) sólo superado a partir de 1960. La existencia en el término de varios núcleos diferenciados determina una evolución demográfica diferente para cada uno de ellos.
En las primeras décadas del siglo XX, Marbella presenta una sociedad eminentemente rural. La dedicación mayoritaria de la población a la agricultura y a la pesca se mantiene durante los años de la República, como revela el estudio del Padrón municipal de 1935.
La inexistencia de alternativas de empleo, más allá de la pesca, para una población dedicada a las labores agrícolas cristalizaba en la reducción del crecimiento vegetativo. Así, hasta la década de los cincuenta el volumen de residentes en Marbella se mantuvo oscilando alrededor de 10.000 habitantes, en descenso desde 1910 a 1940, cuando se alcanza el mínimo de población inmediatamente tras la Guerra Civil y tras una muy difícil situación laboral en los años anteriores a ésta. Hasta ese momento, Marbella debía ser considerada como un municipio de emigración, incapaz no sólo de mantener en él la totalidad de su crecimiento vegetativo, sino ni tan siquiera a parte del resto de su población. Esta dinámica comienza a cambiar tímidamente se signo en el periodo 1940-1950, cuando se registra el primer incremento neto de habitantes tras 40 años de pérdidas; aunque este aumento no significó que los movimientos migratorios hubiesen cambiado de signo; antes al contrario, el saldo migratorio neto continuó siendo negativo. La década de 1950-1959 se producirá la ruptura definitiva, cuando el crecimiento en números absolutos será, y continúa siendo, no sólo el resultado del crecimiento vegetativo de la población asentada en el municipio, sino también de la llegada de inmigrantes.
La reconstrucción tras la guerra civil, fue un tema que adquirió gran importancia por parte del Régimen, por lo que se crearon organismos que desde el Estado controlarían ese proceso de reconstrucción en marcha. Desde 1939, la arquitectura queda convertida en una actividad política supeditada a las necesidades y deseos del Nuevo Estado.
Con el objetivo de unificar criterios arquitectónicos y garantizar la coordinación de actividades y su sometimiento al Estado, se crea en septiembre de 1939, la Dirección General de Arquitectura, que dirige Pedro Muguruza, Jefe de los Servicios Técnicos de la Falange y que se sumaría al entramado institucional ya existente en materia constructiva: en 1938, se crea el Servicio Nacional de Regiones Desvastadas y Reparaciones, transformándose en Dirección General, pasando a formar parte de la estructura del Ministerio de la Gobernación con el objetivo de orientar, facilitar y llevar directamente a la práctica la reconstrucción de los daños sufridos en los pueblos y ciudades durante la guerra.
El Instituto Nacional de la Vivienda, dirigido por Federico Mayo, que tendrá como misión la de dirigir las actuaciones gubernamentales en materia de vivienda, ordenar y orientar las iniciativas de los constructores, y contribuir a la edificación de casas de renta reducida, encargado de financiar la construcción de las mismas, de protección oficial, especialmente destinadas a los grupos sociales con niveles más bajos de ingresos dependiente primero de la Organización Sindical, quedaría posteriormente, (2.1.1942), encuadrado dentro del Ministerio de Trabajo. Por la ley de 19.4.1939, se crea la figura de “vivienda protegida”, según la cual, el INV es el único organismo capacitado para aprobar los proyectos de construcción de vivienda protegida.
Igualmente se crea el Instituto de Colonización, encargado de la reforma económica y social de la tierra y de dirigir la construcción de viviendas en zonas rurales.
Durante los primeros años 40′ proliferan algunos foros de debate sobre el tema de la ciudad, la vivienda y el diseño urbano, como las Asambleas Nacionales de Arquitectura (promovidas en un primer momento por Falange), los Congresos de la Federación de Urbanismo y de la Vivienda, o las páginas de publicaciones como Reconstrucción o la Revista Nacional de Arquitectura. Muguruza compatibilizó en un primer momento sus cargos en Falange y en la Dirección General de Arquitectura, del mismo modo que Federico Mayo, director del INV y en los primeros años también de la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura (OSHA), que nace en la Circular 19 de la Delegación Nacional de Sindicatos como organismo de estudio y análisis, “convirtiéndose en pieza emblemática de la Organización Sindical Española y en instrumento destacado para la obtención de consenso desde el ámbito sindical”.
Pero no será hasta 1941 (Circular 133 de FET y de las JONS) cuando se agrupen en la OSHA, todos los organismos constructores. Poco a poco irá incrementando su producción y aumentando su papel como constructor y promotor, aunque no será hasta 1954 cuando vea la luz el Primer Plan Sindical de la Vivienda.
La misión de la OSHA, consiste en proporcionar viviendas a la clase trabajadora en colaboración con el INV. Para obtener una vivienda debía ser solicitada al Delegado Sindical Local o a la Sección Femenina, quienes remiten la solicitud al jefe provincial, quien a su vez eleva la propuesta al jefe nacional.
Posteriormente se debe esperar a que el Estado dispusiera de fondos, algo poco frecuente en los años cuarenta. La institución que pedía el préstamo, en numerosas ocasiones los ayuntamientos, aportaba en el momento de la petición el 10% del valor de la vivienda, el 90% restante lo anticipaba el INV y era devuelto, por el  que terminaría siendo dueño de la vivienda, en pequeñas cuotas mensuales establecidas durante 40 años.
Se abren cartillas de Ahorro para el Hogar, no solo a nombre de particulares futuros beneficiarios de las viviendas, sino también a personas jurídicas como ayuntamientos, empresas y a particulares, sin ser éstos los dueños de los saldos correspondientes. De esta forma los ayuntamientos pueden tener cartilla de Ahorro y beneficiarse de los créditos que pueda conceder OSHA.
A nivel provincial, a finales de los años cincuenta se observa una deficiente gestión del Departamento Técnico de la Organización Sindical del Hogar, “toda vez que los proyectos y trabajos que se le confían sufren una demora inexplicable, seguramente por falta de tiempo o celo de dichos servicios técnicos”, siendo devueltos por la Jefatura Nacional de la Obra los últimos proyectos redactados por presentar numerosos errores que no han sido corregidos, siendo imposible volver a cursarlos. Para solucionar esta circunstancia se cursa petición por parte del Vicesecretario Nacional de Obras Sindicales, Enrique Salgado Torres, al Jefe Nacional de la Obra Sindical, para que se realicen las averiguaciones oportunas por parte de la Jefatura Nacional y se adapten las medidas pertinentes para solucionar la situación, procediéndose si fuese necesario al cese del arquitecto, secretario técnico de la obra, funcionarios o técnicos responsables.
Una vez superada la etapa autárquica, el Régimen franquista acometió una ambiciosa política de desarrollo basada en el fomento de las actividades más rentables para el gran capital. Estos planteamientos situarán a las ayudas públicas a la vivienda con un carácter diferente al establecido en la etapa anterior, ya que sus destinatarios no serán principalmente los que necesitan una vivienda para vivir, sino para aquéllos que podían canalizar sus ahorros hacia la inversión inmobiliaria. De este modo las ayudas a la vivienda no se destinaron mayoritariamente a los más necesitados entre los grupos sociales marginales, sino que iría canalizada a la industria de la construcción, a la banca y a los propietarios del suelo.
La instauración de esta política de la vivienda irá acompañada de una política urbanística, articulada sobre la Ley del suelo de 1956 y sus sucesivas reformas. Con esta ley se introduce una cierta jerarquía del planeamiento urbano al utilizar Planes Generales y Planes Parciales, convirtiéndose en la base jurídica para el crecimiento urbano español.
El asistencialismo a través de esta política de vivienda constituyó una base importante de propaganda para el Régimen franquista, ya que por primera vez una buena parte de la población considera que el Estado se preocupa por ellos. El franquismo a través de las políticas  asistenciales franquistas buscará el consentimiento y el apoyo social al Régimen.
En Málaga las bases urbanísticas franquistas estuvieron presentes en la figura de José Luis Arrese y Magra, Gobernador Civil de la provincia, Arquitecto de profesión y 1º Ministro de la Vivienda en España en 1956, quien trata de imponer la ideología de Falange al crecimiento urbanístico de la ciudad.
Estas ideas de Arrese, creación de nuevas avenidas, hacer de Málaga una ciudad marinera y la búsqueda de un estilo propio, estarán presentes en las planificaciones de la ciudad en los años posteriores. José Luis Arrese siendo ya ministro de la Vivienda, intervendrá en el desarrollo del Plan Comarcal de la Costa del Sol, aprobado por el Consejo de Ministros en marzo de 1958, manteniendo cordiales relaciones con el alcalde de Marbella Francisco Cantos Gallardo, lo que repercutirá muy positivamente en la buena ejecución de los diferentes proyectos de obras que se realizan para la ciudad.
En el caso de Marbella observamos las mismas políticas de urbanismo y vivienda que en el resto de la nación. Especificaremos un hecho a tener encuenta: las peticiones para la obtención de viviendas protegidas a familias de escasos recursos económicos, además de seguir los pasos legalmente establecidos a nivel nacional, tendrán una respuesta más favorable a la obtención de las mismas, a través de la influencia que ejercerá ante las instituciones locales, provinciales e incluso estatales el cura-Párroco de la ciudad, Rodrigo Bocanegra Pérez, conocedor de la situación económica, social y del grado de adscripción al Régimen que presentaban la mayor parte de las familias que habitan la ciudad y su término municipal.
El Ayuntamiento de Marbella recurre a la ayuda del INV y de OSHA para la realización de diversas viviendas y edificios públicos. Así mismo contará en numerosas ocasiones con ayuda económica del gobierno civil, como es el caso del gobernador civil Emilio Lamo de Espinosa, e incluso directamente de algunos ministros del Régimen, como Raimundo Fernández Cuesta, José Antonio Girón de Velasco, o personalidades influyentes del franquismo como Saturnino González Badía, Jefe de la Casa Militar de Franco, reflejando las óptimas relaciones existentes durante estos años entre las distintas Gestoras y Corporaciones Municipales con los órganos superiores de poder a nivel provincial y estatal.
La primera petición del Ayuntamiento a las altas instituciones estatales para comenzar el proceso de mejora de las infraestructuras de la ciudad tras la guerra civil es muy temprana, tan solo un mes después de finalizar la contienda, concretamente las obras de las aceras en la travesía de Marbella, petición realizada al cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Al año de la finalización de la contienda civil, la Gestora presidida por Enrique Belón Lima, presenta sus primeras obras a realizar en corto periodo de tiempo. Se trataba de una serie de mejoras en algunos de los edificios públicos de la ciudad: reparación de casas-escuelas, terminación de las obras del Panteón de los Caídos en el Cementerio, arreglo del Hospital Municipal, reparación de la Casa Consistorial, la Alameda, mejora en la conducción de aguas públicas, saneamiento de Riohuelo. 2 años más tarde comienzan las obras de mejora del Parque Público de la Alameda, ampliándose sus paseos y jardines. Será sustituida la verja por un muro de mampostería.
La misma Gestora, compra la parcela de los “Barronales del Faro”, situada como su nombre indica en las inmediaciones del edificio del Faro de la ciudad. La gestión se hace a María de la Concepción Fábregas Suitián. Con esta compra el Ayuntamiento pretende comenzar la urbanización de las zonas cercanas al núcleo de la población y a la playa. Finalmente se procede a la compra de la finca “Huerta del Faro” tras acceder su propietario -que había sido presionado por su pasado político- a la venta de dichos terrenos al Ayuntamiento. En la sesión de la Comisión Gestora de 16.8.1940, se destina dicha finca a la construcción de un Campo de Deportes con un importe de 25.000 Ptas., para su realización, una Granja Experimental dirigida por FET y de las JONS y un Vivero Forestal.
Los terrenos destinados a este último fin fueron cedidos al Estado en sesión de 21.12.1940. El Distrito Forestal de Málaga acepta la cesión y el Ingeniero Forestal informa a favor de la misma. Este vivero tendrá la utilidad de servir a la repoblación de los montes de Marbella, Istán y Ojén que tienen más de 7.500 Ha, rasas, al ser insuficientes los 2 únicos viveros forestales existentes en la provincia en 1940.
El INV, concede ayuda para la construcción de 4 viviendas para pescadores, cediendo el terreno para ello el propio Ayuntamiento. Serían 800 m2 situados entre el Muelle de Hierro y la Marina.
La urbanización de la Avenida de José Antonio había comenzado en el verano de 1940. Son terrenos que proceden de la reventa de los terrenos de la compañía minera “The Marbella Iron Ore Company and Limited” que explotaba las agotadas menas de hierro de las minas de “El Peñoncillo”, entre los términos de Marbella y Ojén.
En el terreno circundante, el Ayuntamiento cedió “gratuitamente” parcelas para la construcción de 4 viviendas de “Protección Oficial”, viviendas a las que accedieron miembros de la Gestora o personas adictas al Régimen. Este evidente trato de favor constituye un ejemplo del mecanismo de construcción de consenso en torno al Régimen.
En abril de 1942, se cede por parte del Ayuntamiento al presidente de la Comisión Gestora Enrique Belón Lima, una parcela para la construcción de vivienda en la “Huerta del Faro”, en la misma zona que las cuatro anteriores, consolidándose los beneficios por parte de las élites del poder a través de la propia legalidad vigente, que ampara y beneficia a los vencedores de la guerra de una manera congruente en estos años inmediatamente posteriores a la finalización de la contienda.
En el mismo año, otros terrenos cercanos a la “Huerta del Faro” y limitando con los cedidos para la construcción del campo de deportes, fueron cedidos a la Delegación Nacional de Sindicatos para la construcción de 4 viviendas protegidas, que formarían 2 grupos de 2 casas cada una, con una extensión de 800 m2 por grupo, las de mejor dotación y situación de las construidas durante la autarquía, que no deja lugar a dudas de la política de recompensas del Régimen a sus apoyos políticos. Las casas, de parecida construcción a las viviendas unifamiliares de las ciudades-jardín, fueron a parar a manos de unas pocas familias. Tras este reparto tan sólo quedaría de propiedad municipal el camino de 10 m. que conducía al campo de deportes.
La concesión para la construcción de estas 4 viviendas fueron dadas a Isabel Sánchez Chacón; Enriqueta Gallardo Cuevas, cuyo hijo Enrique Cantos Gallardo, sacerdote, había sido asesinado en los comienzos del Alzamiento Nacional, y madre del que fue en 3 ocasiones durante el franquismo alcalde de la ciudad, Francisco Cantos Gallardo; José Espejo García, farmacéutico y Enrique Belón Lima, presidente de la Comisión Gestora.
Es el grupo de viviendas “Antonio Belón”, cuyas obras fueron adjudicadas a Antonio Osorio Navarrete por un valor de 139.355’39 Ptas. Las personas a las que se les ha concedido las viviendas están adscritas al Régimen, como el propio presidente de la Comisión Gestora, Enrique Belón. Unas pocas familias empoderadas por la victoria obtienen beneficios desde su posición institucional: terrenos municipales concedidos gratuitamente a sus nuevos propietarios, en los que una política de patrimonialización de bienes comunales que se exteriorizaba, además, en la repetición de los apellidos familiares en las áreas urbanizadas, siguiendo la línea de actuación de los vencedores de la guerra, quedando claramente definido el hecho de que en Marbella la política urbanística fue el instrumento de cohesión de los apoyos del Régimen.
Esta política de patrimonialización se produce igualmente a nivel estatal, el Régimen interviene a favor de sus propios intereses. Es el “régimen consubstancialmente caciquil”, al desarrollar políticas arbitrarias a favor de los vencedores y suprimir el control sobre los poderes públicos, contribuyendo a la generalización de la corrupción.
La pavimentación del camino del Faro donde se disponen estas viviendas comenzará en 1945, facilitando la comunicación de esta zona con el núcleo de la ciudad.
Otro grupo de viviendas se construye en la zona de ensanche de la ciudad, es el grupo “Bellamar”, en terrenos cedidos por uno de los gestores, Carlos Mackington Flores. La Gestora en agradecimiento a la cesión de dichos terrenos dará su nombre a una de las calles de esta zona.
Se comienza a formular el proyecto de ensanche y urbanización de la zona S de la ciudad, comprendida entre la carretera Cádiz-Málaga hasta la costa mediterránea, en sesión de 18.10.1945. Dicho proyecto será encomendado al Perito Aparejador de Obras de Marbella, Mariano Jáuregui Bravo.
El Ayuntamiento enajena parcelas para proseguir con el proceso urbanizador de la ciudad, como la del “Llano de San Ramón”, a su propietaria Araceli Marín Delgado y una parcela de la zona “Huerta del Faro”, a Manuel Martín Nieto.
El Campo de Deportes comienza su construcción en el verano de 1943. La Comisión Gestora aprueba por unanimidad en la sesión del 1.7.1943, la cesión del terreno a la Delegación Nacional de Sindicatos de Falange Española y Tradicionalista de las JONS, con una extensión de 170 m de largo por 90 de ancho. Sin embargo, 20 años después el Ayuntamiento de Marbella solicita a la Delegación Nacional de Sindicatos la suspensión de la venta en pública subasta de estos solares de casi 10.000 m2, subrayando que la cesión de ese terreno fue realizada sin previa autorización ministerial. El Ayuntamiento a partir del conocimiento de los hechos inicia las acciones pertinentes en orden a la nulidad de cesión y reversión de los terrenos al patrimonio municipal.
Prosigue la cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento al Estado para la construcción de edificios destinados a servicios públicos para la población; así se cede gratuitamente terrenos para la edificación de casa para Correos y Telégrafos.
La Comisión Gestora de Enrique Belón Lima continúa con el proceso urbanizador. Se proyectan obras de alcantarillado y embovedado del “Arroyo de la Represa”y la realización de las avenidas de “Miguel Cano” y “Antonio Belón”. A partir de este momento las distintas Gestoras y Corporaciones Municipales llevan a cabo la construcción de grupos de viviendas protegidas, cada vez destinadas a un mayor número de ciudadanos. Así, en la misma etapa de Enrique Belón Lima, se procede a la construcción de un grupo de 12 viviendas protegidas en la Avenida Antonio Belón.
Grupo de Viviendas “Lamo de Espinosa”
El nombre dado al grupo de viviendas en honor del gobernador civil de Málaga, Emilio Lamo de Espinosa, nombrado en junio de 1941, es muestra de las excelentes relaciones existentes entre la Comisión Gestora presidida por Enrique Belón, y el Gobierno Civil, y hasta tal punto es así que el gobernador civil aportaría dos donaciones de 5.000 Ptas., cada una para la ejecución de las obras. El crédito para la realización de las mismas será aportado por el INV. La adjudicación definitiva de las viviendas tuvo lugar en la sesión de la Comisión Gestora de 23.11.1948, siendo su presidente Francisco Cantos Gallardo. Fueron adjudicadas a todas las peticiones que se habían realizado, lógicamente a personas de probada adscripción al Régimen.
Los edificios destinados al abastecimiento de alimentos a la población igualmente se convierten en focos de atención de la política arquitectónica del Régimen. A mediados de los 40′, la provincia de Málaga contaba con 42 pueblos que tenían Mercados de Abastos. En el partido de Marbella, existe uno en la ciudad en no muy buenas condiciones; Benahavís, Istán, Ojén, Benalmádena y Fuengirola carecen de Mercados de Abastos y Mijas tiene uno en buenas condiciones.
La construcción del mercado de Abastos de Marbella, tendrá lugar durante la Corporación Municipal presidida por Antonio Montero Sánchez. El proyecto fue encargado nuevamente al perito aparejador que realiza la mayor parte de las obras del Ayuntamiento en estos años, Mariano Jáuregui Bravo.
Al igual que en el resto de edificaciones de las viviendas de protección oficial, la construcción del mercado contó con el apoyo y donación por parte del Estado, concretamente del Ministro de Trabajo José Antonio Girón de Velasco, de una donación de 1.000.000 de Ptas., al Ayuntamiento de Marbella para la realización de las obras.
El terreno, huerto plantado de frutales y chumbos, con una superficie de 836 m2, lindando con la plaza de la Victoria, fue cedido por Alfredo Palma Morito, concejal de la Corporación Municipal por el Grupo de Entidades.
Entre el Ayuntamiento y el propietario del terreno se pactan unas condiciones para que se produzcan el comienzo de las obras: la finca sería destinada exclusivamente a la construcción de un Mercado de Abastos para la población, de lo contrario, el terreno sería devuelto a su anterior propietario; las obras deberían estar terminadas en el plazo de 5 años; dentro del edificio sería construido por el Ayuntamiento un local para utilización de Alfredo Palma como café-bar, sin obligación de pagar alquiler ni arbitrio especial alguno cuyos derechos de utilización caducarían totalmente transcurridos 75 años a partir de la fecha de inauguración del mercado. Estos términos permiten matizar la filantropía de la cesión. Todos estos puntos serán acordados por unanimidad en sesión celebrada el 23.7.1951. La parte baja del mercado sería habilitada para mayoristas, sacándose a concurso, siendo el importe de alquiler por m2 de 30 pesetas mensuales, en una extensión total de 100 m2.
Será la “Cooperativa Agrícola Sindical Comarcal de Marbella” la que se hará cargo del local destinado a Mercado de Mayoristas, cuyas obras se realizarían en principio por cuenta de dicha Cooperativa, descontándose los gastos del alquiler que en su día se le fijaría al local, habiéndose comprobado el rendimiento que pueda proporcionar. Una vez cubierto el gasto de obras del local con el importe de los alquileres, la Cooperativa propondrá al Ayuntamiento la revisión de la renta.
Bajo esta misma Corporación presidida por Antonio Montero Sánchez, se realiza un proyecto para la construcción de un Mercado de Abastos para el núcleo de población de San Pedro de Alcántara. Con este objetivo, el alcalde pide al Director de la “Sociedad Azucarera de España” en Madrid, la cesión de un solar situado entre la Iglesia Parroquial y los muros de la “Villa de San Luis”. El mercado se termina en 1952, inaugurándose el 19 de octubre, festividad del Patrón de San Pedro de Alcántara.
Otras obras realizadas con esta Corporación Municipal serán una casa para Administración y Recaudación de Arbitrios en Marbella y en San Pedro de Alcántara, reconstrucción de veinticinco casas para obreros en diferentes calles de la ciudad, adquisición y puesta en servicio del cementerio de San Pedro de Alcántara, asfaltado de calles, embovedado de Riohuelo, y construcción de 28 viviendas para pescadores “Grupo Fernández Cuesta” en la Bajadilla.
Estarán en proyecto un estudio técnico para la construcción de un matadero con un prepuesto de 23.000 Ptas., ya que el existente no se encuentra en buenas condiciones. El resto de localidades pertenecientes al partido de Marbella  no presentan mataderos, Benahavís, Istán, Ojén, Mijas y Benalmádena, presentando Fuengirola uno igualmente en malas condiciones.
Siguiendo la política de construcción, se proyecta un grupo de 8 viviendas protegidas en la Avenida de Miguel Cano, grupo de 30 viviendas para obreros en calles Palmar y Peñuelas, urbanización de la plaza del General Franco y construcción de una nueva capilla en el cementerio de la ciudad, se cede gratuitamente al INV una parcela para la construcción de doce viviendas para facilitar casa-habitación a los funcionarios, otra parcela de terrenos de propios al Ministerio de la Marina para la construcción de un edificio para la Ayundantía de Marina en la zona denominada “Haza del Mesón”, en la bajada del Calvario, se comienzan las obras de un matadero en San Pedro de Alcántara, un proyecto de construcción de 30 viviendas en los terrenos de “Huerta Chica” por parte del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda.
En 1954, con la Comisión Gestora de Francisco Cantos Gallardo, se construye por la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura, el edificio que albergará a la Organización Sindical de Marbella en un solar adquirido de la finca “Huerta Grande”. Las obras tienen prevista su finalización para el primer semestre de  1955.Igualmente se presenta un proyecto de viviendas protegidas en San Pedro de Alcántara, donde la Hermandad de Labradores cede a la OSHA, solares de su propiedad en el carril del cortijo de San Pedro de Alcántara para la construcción de 18 viviendas protegidas para obreros agrícolas de este núcleo poblacional, con el objetivo de mejorar las deporables condiciones sanitarias que presentan las viviendas de estos jornaleros.
La Comisión Superior de Ordenación de la Provincia de Málaga acuerda aprobar el trazado general de zonificación de la ciudad propuesto por la oficina de urbanismo del Ayuntamiento, concretamente del proyecto de alineación de “Huerta Grande”, y dentro de él los solares adquiridos para Instituto Laboral y Delegación Sindical.
En 1955 se construye el conjunto de viviendas “Casablanca” en el término municipal, procediéndose para su consecución a la petición por parte del Ayuntamiento a la Junta Nacional del Paro, de una subvención para dotar a las viviendas de la red de distribución de agua potable de la ciudad y para la creación de proyecto, presupuesto y memoria confeccionados por personal titulado.
El Ayuntamiento recurre a la Junta Nacional del Paro nuevamente para obtener una ayuda destinada al proceso de pavimentación de varias vías de la población.
Será la construcción de viviendas de protección oficial para clases trabajadoras la que mayor huella dejará en la población de la ciudad durante estos años del primer franquismo. Se trata de los grupos “Fernández Cuesta”, “González Badía y “San Bernabé”. El proceso comienza con la construcción de un grupo de viviendas para pescadores.
Grupo de Viviendas “Fernández Cuesta”
El nombre que se da a las viviendas, es el del Ministro Secretario General del Movimiento, en agradecimiento a las gestiones realizadas para llevar a buen fin las obras proyectadas; comienza así una característica común que se observa en los nombres de los grupos de viviendas de protección oficial destinadas a familias de escasos recursos económicos, nombres que corresponden a personalidades pertenecientes a las altas jerarquías del Régimen y que pasan temporadas vacacionales en la ciudad. Este grupo de viviendas será destinado a familias de pescadores de la ciudad y se construyen dentro de la tipología jurídica de “Renta limitada”, de las viviendas de protección oficial, al igual que el grupo de viviendas también de pescadores de “El Palo” en Málaga, a finales de los 40′.  Los futuros propietarios pagarán mensualmente cantidades de renta muy bajas al INV durante muchos años, siendo la mayoría de estas viviendas de su propiedad definitivamente en los 80′. Los terrenos para su construcción fueron propiedad de Manuel Martín Nieto, situados en la zona denominada “La Bajadilla”, y con este nombre es como se le conocerá popularmente hasta nuestros días. Hemos de destacar el hecho  de que el propietario de los terrenos cede la cantidad que el Ayuntamiento le había pagado por la compra de los mismos, es la evidencia del apoyo social de la clase propietaria de la ciudad a las élites del poder local del nuevo Régimen. En principio el proyecto constaría de veinte viviendas para 120 personas.
El Ayuntamiento aporta el 10% del total del presupuesto, solicitando un anticipo reintegrable al Instituto Nacional de la Vivienda del 40% del total de la obra; el 50% restante como préstamo al 4% amortizable en los veinte primeros años. El proyecto es nuevamente tratado en 1950, bajo el mandato de Antonio Montero Sánchez. El número de viviendas ha ascendido en este momento a 28.
Una vez comenzadas las obras se observa que los terrenos delAyuntamiento donde se estaban realizando, presentaban un carácter irregular para la perfecta consecución de las  mismas, por lo que se decide permutar parte del terreno del Ayuntamiento, con una parcela colindante al N, en un terreno más adecuado para el asentamiento de las viviendas. Estas viviendas presentan una mejora aceptable con respecto a las características de las casas en los años cuarenta donde las condiciones de  salubridad e higiene eran mínimas, pero carecen de alcantarillado, las aguas residuales se vierten a pozos ciegos de escasa capacidad, por lo que se requiere la puesta en marcha a la mayor brevedad posible de la implantación de un sistema de alcantarillado con salida directa de los vertidos al mar. No se disponía de zonas ajardinadas comunes ni de pavimento en las calles. Se trata de viviendas unifamiliares de sistema abierto con estrechas calles que separan las viviendas, localizadas muy cerca del mar, entorno de trabajo de la clase trabajadora a la que va destinada.
Sería el primer grupo de viviendas de protección oficial destinado enteramente a familias de escasos recursos económicos, todos ellos familias de pescadores, algunas emparentadas entre sí, muchos de cuyos descendientes siguen ocupando las mencionadas viviendas en la actualidad. Aún así las autoridades locales deben asegurarse de que las viviendas sean entregadas a familias de ciertas adscripción al Régimen, si bien entre los adjudicatarios había familiares de personas represaliadas, pues la concesión de viviendas no dejaba de ser una forma de asegurarse el apoyo de sectores de población poco adictos al Régimen.
Grupo de Viviendas “González Badía”
La compra por parte del Ayuntamiento para la realización de este grupo de viviendas protegidas, es en la zona denominada “Las Peñuelas”, pidiéndose un crédito al “Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda” por un valor de 125.000 Ptas., a pagar en 10 anualidades.
Los terrenos son cedidos al Instituto Nacional de la Vivienda, en sesión de 14.4.1953, para la construcción de 43 “viviendas protegidas”, con el apéndice de que si no se utilizasen los terrenos para tal fin,serían revertidos al Patrimonio Municipal. La cesión efectiva al INV no se realizaría hasta 1971.
El nombre dado a este grupo de viviendas por parte del Ayuntamiento es en honor a Saturnino González Badía, jefe de la Casa Militar de Franco, por su apoyo a la consecución final del proyecto y cuya vinculación a la ciudad ha sido ya señalada. Las viviendas fueron entregadas primeramente sin abastecimiento de aguas, electricidad ni pavimentado de calles.
La morfología de las viviendas será de sistema abierto como las del grupo Fernández Cuesta, con viviendas unifamiliares, separadas por calles algo más anchas que las del grupo anterior. Constan de salón comedor, aseo, cocina, 3 dormitorios y patio interior. Al igual que el grupo de “La Bajadilla”, habrá que esperar a la década de los 60′ para la pavimentación de sus calles. Cada vecino aportaría la cantidad de 250 pesetas en 5 mensualidades sucesivas para la instalación del alumbrado eléctrico. Las obras fueron terminadas en 1957.
En Málaga capital en 1956, comenzarán las obras de grupos de viviendas de protección oficial con características y procedimientos parecidos, se autoriza por parte del Delegado Nacional de Sindicatos, José Solís Ruiz, la compra de terrenos para la construcción de un grupo de 348 viviendas en “Ciudad Jardín”.
Grupo de Viviendas “San Bernabé”
Los terrenos adquiridos por el Ayuntamiento para la realización de un grupo de 100 viviendas protegidas de “Tipo social”, es el llamado “Huerto Calzada” en la zona de Las Peñuelas, al sur de los terrenos donde se llevaría a cabo las obras del grupo “González Badía”. Serán cedidos por el Ayuntamiento a la Delegación Nacional de Sindicatos para la realización de las obras.
El INV, a través de la Obra Sindical del Hogar y de Arquitectura de la Delegación Nacional de Sindicatos de FET y de las JONS, concede un préstamo de 318.541’18 Ptas, para la realización de las viviendas, abastecimiento de aguas y electricidad, que finalmente serán noventa y nueve y recibirían el nombre de grupo “San Bernabé” en la sesión de 23.3.1959, año en el que se terminaría su construcción. Así mismo se decide sean puestos a las calles los nombres de Repúblicas Hispanoamericanas y de Filipinas. Popularmente sería conocida como viviendas de “Las Peñuelas Bajas”.
Los 3 grupos de viviendas “Fernández Cuesta”, “González Badía” y “San Bernabé” son de protección oficial, al igual que las viviendas de los grupos “Antonio Belón” y “Lamo de Espinosa”, aunque con evidentes diferencias y la presencia de una jerarquización política, social y económica entre ellas. Las pertenecientes a los 2 últimos grupos de viviendas son espaciosas y con jardín privado o comunitario. Las casas que forman parte de los otros 3 grupos sonmás pequeñas y carecen no sólo de espacios ajardinados sino de alcantarillado y electricidad  durante los primeros años. Las calles estaban sin pavimentar cuando comenzaron a ser habitadas, y al igual que el alcantarillado y la electricidad, se tardaría cierto tiempo en poder ser utilizados por sus habitantes.
Podemos observar las diferencias del lugar donde se localizan estos grupos de viviendas protegidas. Las viviendas para pescadores y obreros se localizan a las afueras de la ciudad. Son entregadas a personas pertenecientes a los sectores sociales más marginales y empobrecidos, mientras que las de los grupos “Antonio Belón” y “Lamo de Espinosa”, son habitadas por personas muy próximas al Régimen, si no de nivel adquisitivo alto, bien situadas como empleados o funcionarios, en una de las mejores zonas que se estaban urbanizando en Marbella, lo que había sido el Camino del Faro, ahora denominada “Avenida de Antonio Belón”, y que estaba siendo pavimentado y dotada con alcantarillado y alumbrado público.
Las élites del poder y el Régimen franquista presentan una simbiosis perfecta, donde ambas partes salen beneficiadas: las clases dominantes reciben del Régimen “beneficios” como respuesta de su fidelidad al Régimen, mientras éste se consolida en la vida política y social española a través de aquéllas.
Las diferencias entre las distintas clases sociales son acentuadas con el Régimen franquista, siendo perfectamente observables a nivel local en la construcción y distribución de estas viviendas, teniendo únicamente en común la característica que todas ellas eran de “Protección Oficial”.
Otros Proyectos
A nivel provincial, en 1938, la situación de las carreteras nacionales y secundarias no era óptima debido a la coyuntura bélica del país. Numerosas carreteras y caminos secundarios deben ser reconstruidos y obras de mejora que habían comenzado en la etapa republicana, permanecen paralizadas.
El camino de Coín a Marbella tiene paralizadas las obras en sus tramos primero y segundo que fueron admitidas en 1935, y ahora se encuentran pendientes de aprobación. El camino de Istán a la carretera de Cádiz-Málaga tiene construidaos 16.850 km, encontrándose trozos del camino sin construir con un total de 10.850 km. El de Benahavís se encuentra paralizado en toda su extensión, con un total de 7.657 km. En el camino de Ronda a San Pedro de Alcántara se pretende la mejora de su trazado a lo largo de 2 km, con un presupuesto para las obras de 80.000 Ptas y un valor total para las expropiaciones de terrenos de 2.000  Ptas., y una inversión en jornales de unas 65.000 Ptas. En 1940 se construye una carretera militar de Ronda a Gaucín por parte del Ministerio de Obras Públicas.
Con la Comisión Gestora presidida por Enrique Belón Lima, se llevan a cabo mejoras de calles y vías públicas, como fue el caso de la Travesía de Calvo Sotelo, Avenidas de José Antonio, Miguel Cano y Antonio Belón, que son dotadas de aceras y con posterioridad de pavimentado,  se cede una parcela de 506’25 m2 situada al SE de la avenida de José Antonio, en el sitio conocido por “La Marina”, procedente de una permuta de Bienes de Propios, para construcción de un  edificio de Flechas Navales, si no se realizaran las obras para tal fin la parcela sería devuelta al Patrimonio Municipal.
Con la 2ª Corporación Municipal de Francisco Cantos Gallardo, se continuarán con más proyectos de viviendas protegidas, en concreto de 380, de renta limitada y 90 de “Tipo social”, en el sitio denominado “Las Albarizas”, un Grupo de 30 viviendas bonificables llamado “Nuestra Señora de la Paz”, en la zona de “Huerta Chica”, en 1955; el Director General del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda solicita una ampliación para  este grupo de viviendas de 4 nuevos bloques de 8 viviendas cada una, siguiendo el proyecto suscrito por el arquitecto Juan Jáuregui Briales. La Ayudantía Militar de Marina pedirá al Ayuntamiento la cesión de los terrenos sitos en la llamada “Huerta de los Cristales” para la construcción del edificio del mismo nombre.
En 1957, se acuerda por parte del Ayuntamiento la realización de las obras de urbanización de la “Huerta Grande”, mediante los servicios de pavimentación, alcantarillado, distribución de agua potable y alumbrado público. En la sesión de 23.8.1958, se trataría la disposición de aceras al este de la ciudad, para el tramo comprendido entre la “Huerta de Los Cristales” y el grupo de viviendas “Fernández Cuesta”, y por el oeste hasta el lugar donde se encontraba el merendero “Casa Ramón”, en la carretera de Cádiz y se realizaría la urbanización de la Avenida de Ansol el mismo año, por un importe de las obras de 186.275’23 Ptas.
Bajo el mandato de Ricardo Lucena Sola, se llevan a cabo las obras de un camino-carretera de vía pecuaria al este del término municipal, motivada por el deseo de mejorar la explotación de las fincas “Cortijo de Correa” y “Artola”, con el objeto de facilitar de esta forma la entrada y salida de los productos recolectados en dichas fincas. El Ministerio de Agricultura, a través de la Dirección General de Ganadería, Servicio de Vías Pecuarias, considera que la construcción de dicha carretera será muy beneficiosa rebasando el campo de lo  particular, para convertirse en una utilidad social y sin que sea perjudicado el tránsito del ganado. El camino se seguirá utilizando como vía pecuaria.
Los proyectos de obras y urbanización de la ciudad contarán, en un mayor grado que en otros proyectos, con el apoyo de las autoridades provinciales y estatales, tomando como base el desarrollo continuado del incipiente sector turístico en la costa, del que Marbella comienza a despuntar como uno de sus principales focos.
La evolución de los ayuntamientos en Marbella durante el primer franquismo, presenta características similares a la de otros ayuntamientos del país. Destacaremos en la etapa de las Comisiones Gestoras como se pretende afianzar las bases del Régimen a nivel local, se asegura las bases ideológicas de sus miembros con la pertenencia a partidos y grupos políticos derechistas durante la Dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República, con la presencia en varias ocasiones de endogamia familiar, alcontinuar en el escenario político familiares de los que realizaron su actividad política en las etapas  mencionadas. 
Con los Ayuntamientos Corporativos y la dilatación en el tiempo desde la finalización de la contienda civil, no se hará necesario asegurar las bases ideológicas con anterioridad al 18 de julio de 1936 de los componentes de los ayuntamientos, ya que es obvio la pertenencia de los mismos al cuadro político del Régimen. A partir de esta etapa se dará mayor importancia al origen social de la clase política, especialmente la oligarquía local, que al hecho de asegurarse una base de fidelidad política anterior al Régimen, como ocurre con las Comisiones Cestoras.
En el estudio de la composición de los ayuntamientos, con las distintas Comisiones Gestoras y Ayuntamientos Corporativos, encontramos las élites del  poder local. Mientras, los funcionarios de la administración eran objeto de fuertes procedimientos de “depuración” en la década de los 40′.
En los 50′, los miembros de las Corporaciones Municipales, no habían ejercido actividad política anterior, pero es obvio que todos ellos pertenecen a Falange, y son  personas que están dentro de familias con tradición conservadora.
El franquismo propició el debilitamiento de los ayuntamientos desposeyéndolos de sus tradicionales competencias, eliminando el principio representativo y democrático de las instituciones locales y provinciales y lo sustituyó por el principio de jerarquía “de arriba abajo”, constituyéndolos en otro más de los tentáculos del poder del Régimen franquista, que no solo atrajo a las tradicionales oligarquías dominantes y a los grupos sociales económicamente más desarrollados, sino también a grupos sociales diversos que agrupaban a las clases medias, e incluso a algunos componentes minoritarios de las clases populares, produciéndose una consolidación de las bases sociales del franquismo. Los poderes locales jugaron en esa consolidación un importante papel como foco catalizador donde se gestionan importantes intereses para toda la sociedad en los años posbélicos y del primer franquismo.
El poder local se consolida intentando una ampliación del apoyo de los sectores sociales en base a la atracción de unos grupos caracterizados por su desideologización, como los pescadores, y a la creación de un consenso basado en una amplia red tejida en torno a la satisfacción de intereses.
Los presupuestos de los ayuntamientos de Marbella durante el primer franquismo, que como el resto de ayuntamientos del país, se basaron en el Estatuto de 1924, recogen los principios de Flores de  Lemus, aunque pocos municipios pueden financiarse siguiendo dichas bases. Se aprovecha el máximo de beneficio a través de la utilización de la tasa, siendo subsidiaria la hacienda local de la estatal.
Los presupuestos municipales de la década de los 40′ no son elevados, se ajustan a las características de una población que se encuentra bajo las consecuencias negativas de una guerra civil, presentándose por parte del Ayuntamiento, una evidente falta de recursos económicos. La cantidad de 1.000.000 de pesetas en los presupuestos municipales no se alcanzará hasta la década de los 50′, no dejando de aumentar en los años sucesivos, apareciendo en este momento el fenómeno turístico como gran protagonista de la economía nacional y local.
Dentro de la gestión municipal de estos años, destaca la venta de las tierras comunales de Sierra Blanca y Nagüeles por parte de la Gestora de Enrique Belón Lima al Patrimonio Forestal del Estado, con el objetivo posterior de repoblar estos montes, se intenta matizar con esta medida las altas cifras de paro obrero de la ciudad en los años de posguerra y se presenta a la población como solución favorable para la consecución de dicho objetivo. Sin embargo, el capital obtenido por dicha venta se invertiría íntegramente en la reconstrucción del lugar de ocio de las altas élites locales, el “Casino de Marbella”, se hará caso omiso de las recomendaciones y cláusula del contrato de compra-venta por parte del Patrimonio Forestal, que hacía referencia a que dicho capital debería ser invertido en la reconstrucción de las infraestructuras de la ciudad tras la contienda.
La clase política local verá reflejado en el mantenimiento de este espacio lúdico y social anterior a la guerra, el símbolo material de la victoria sobre aquéllos, que seis años atrás, lo habían incendiado tras el golpe militar, permaneciendo de este modo en los años sucesivos como elemento simbólico de la memoria de los vencedores.
El abastecimiento de aguas era considerado por el Estado franquista como un servicio público de primer orden que debía ser gestionado directamente por los ayuntamientos. En Marbella, como consecuencia de las crecientes necesidades de consumo, las diferentes Comisiones Gestoras y Ayuntamientos Corporativos se verán obligados a realizar nuevos proyectos de abastecimiento de aguas cada vez a mayor escala, se puede encontrar en los de la década de los cincuenta, un peso protagonista considerable del desarrollo turístico en la puesta en marcha de dichos proyectos. Para la realización de estos proyectos se recurre a préstamos a diferentes bancos, ofreciendo el Ayuntamiento como aval distintas parcelas y terrenos de propios.
Para evitar pedir nuevos préstamos a los bancos, el Ayuntamiento de Francisco Cantos Gallardo, constituirá una empresa mixta entre un particular y el propio Ayuntamiento. Con esta Corporación Municipal se proyecta una de las grandes obras de alcantarillado de la ciudad, el embovedado del “Arroyo de la Represa”.
En estos proyectos de aguas en los 40′, se observa como objetivo principal, mejorar las necesidades básicas de los ciudadanos y mitigar el paro obrero con la ejecución de las obras. Serán los proyectos de la siguiente década, los que ya presenten como objetivo, además de mejorar el abastecimiento y el consumo local, la puesta en marcha de la nueva infraestructura turística de la ciudad.
1895 ign.jpg

1895 – MARBELLA

A principios del siglo XIX, Marbella se convirtió en un referente nacional: se instalaron en el municipio los Altos Hornos de Marbella. Se alimentaban de la madera de la sierra y fueron los primeros altos hornos civiles de España, llegaron incluso a producir el 75% del hierro colado del país.
Los hornos se establecieron en Marbella al descubrir los yacimientos de Ojén (Mina de Ojén), aunque también se disponía de hierro de las minas de Mijas, Benalmádena y Marbella. 
La principal riqueza de Marbella en aquel tiempo, mitades del siglo XIX, era la fundición de metales en sus ferrerías (Ferrería del Angel y La Concepción), aprovechando la cercanía de las minas de Ojén (las cuales eran de ‘magnetita‘), en especial la minas La Choza, San Juan Bautista y San Nicolás, cuyo mineral llegaba a las ferrerías a través de un cable desde las minas del Peñoncillo. 
En abril de 1869, se solicitó al Ayuntamiento de Marbella, la cesión de los terrenos para montar el ferrocarril y parte de la explanada junto al embarcadero metálico que tenían previsto construir desde Sierra Blanca. Este ferrocarril era conocido como Ferrocarril Minero de San Juan Bautista. Siendo dedicado a acercar al muelle los productos elaborados por la fábrica del Ángel.
La compañía explotó el conjunto de minas del Peñoncillo, llegando en 1891 a exportar 96.529 Tm de mineral. A través de una línea de 6 Kms y ancho métrico, con tracción vapor, cuyo proyecto se redactó en 1869, en un itinerario que partía del Arroyo del Peñoncillo en Ojen, recibiendo mineral de las minas de San Juan Bautista y La Concepción. Rindiendo su itinerario en Marbella, junto a la carretera de Estepona, donde se estableció un apartadero y un depósito de mineral, con báscula, para formar trenes hasta el embarcadero. Estos terrenos y los de la línea en casi su totalidad eran terrenos públicos cedidos por el Ayuntamiento de Marbella.
Las Torres de Transporte fueron los últimos elementos arquitectónicos en desaparecer, pues todo lo demás fue desmantelado poco a poco. Una de las torres todavía sigue en pie, concretamente la última del proceso: la torre del carguero.
La actual playa ‘El cable’ de Marbella tiene este nombre en honor a la torre que sigue erguida en las aguas del municipio.
“Esta obra de ingeniería construida en 1957 por Dragados y Construcciones, conocida como el cargadero marítimo de Marbella y del que tan sólo queda el Poste del Cable, no era sino la parte final de todo un sistema de tranvía aéreo o funicular, que a través de torretas y un monocable, traía el mineral desde la mina de hierro del Peñoncillo pasando por encima de la N-340 hasta barcos de tonelaje medio (que no podían entrar en el puerto pesquero, de ahí la construcción de esta obra) que lo cargaban en su bodega. No hace demasiado tiempo se cayó la última de estas torretas, que como la torre de Pisa, se encontraba ladeada sobre el fondo arenoso de la playa del cable.”
En 1951 fue creado el Ministerio de Información y Turismo por Decreto Ley englobando los servicios y estructura de la hasta entonces Dirección General de Turismo. Siguiendo las directrices generales del Plan Nacional de Turismo, se redactó la Orden de 9.11.1953 coincidiendo con el año de los acuerdos del Pacto de Madrid, por la que se planteó la redacción del Estudio para la Ordenación de la Costa del Sol de 1955. En su redacción participó una comisión mixta integrada por miembros de la DG Turismo y de ls SG para la Ordenación Económica y Social, y no vería la luz hasta la primavera de ese año.
Dentro del estudio se encontraban unas Directrices de Ordenación que instaban a configurar una organización jerárquica, en forma de Patronato, con los medios necesarios para conjugar las demandas y criterios de las Comisiones Soperiores de Ordenación Urbana de las provincias de Cádiz, Málaga, Almería y Granada. La delimitación de lo que se entendía desde Madrid que era la Costa del Sol traspasaba los límites provinciales para intentar integrar los criterios y políticas de planificación de esta costa meridional. Todo ello se planteaba para dar servicio a 75.000 turistas y generar unos ingresos de 400 millones de pesetas/año.
En el capítulo dedicado a urbanización se produce un criterio llamativo y razonable por el que se insta a que se trate con especial interés el territorio costero  en su conjunto, más allá de los límites urbanos de las diferentes poblaciones que lo componen. Por tanto, no trata el desarrollo urbano como una extensión natural de cada trama consolidada hacia su perímetro sono como un conjunto territorial compuesto por núcleos urbanos y espacios naturales de apropiación turística unidos por vías de c0municación.
El estudio incidía también en que se deberían regular ordenanzas de protección del paisaje y los espacios naturales como playas y otros lugares de interés turístico, normas de regulación de la edificación atendiendo a razones de su emplazamiento, distribución de las agrupaciones urbanas en sectores, protección de comunicaciones, localización de campamentos, etc.?
También establecía la obligación de dejar una faja en dirección al interior de 25 m libres de anchura como mínimo   partir de la línea de demarcación marítimo-terrestre para ser destinada a paseos o jardines públicos, permitiendo ciertas construcciones privadas destinadas a esparcimiento público.
El estudio concluye con una relación de disposiciones legales que permitiesen la viabilidad jurídica y el cumplimiento del mismo. Cabe destacar que en esta línea comenta que la Comisión Interministerial de Turismo estaba ultimando en ese momento el texto de lo que denomina, un posible anteproyecto de Ley de Zonas de Interés Turístico que anticiparía una ley que sería de las de más factible aplicación posterior en la zona en la siguiente década. Llegándose a incluir la propuesta de redacción del Proyecto de Decreto de declaración de la Costa del Sol como «Zona de Interés Turístico», algo que nunca llegaría a suceder.
Esto se vería agravado por la llegada del desarrollo económico. El I Plan de Estabilización de 1959 anunciaba los nuevos cambios de la política económica, que lógicamente incrementaría la actividad urbanizadora y a la que esta ley no supo adaptarse. Las prioridades económicas y la necesidad de dinero por parte de cualquier estrato de la sociedad propició que en la mayoría de los casos no se tuviese en consideración la Ley del Suelo y que por otra parte, más allá de su correcta aplicación y control, germinase lo que en pocos años después, en torno a 1963, se conocería como el boom turístico.
No obstante la sensibilidad urbanística desde el punto de vista académico, técnico e incluso político existió y basta recordar el I Congreso Nacional de Urbanismo celebrado en Barcelona del 1 al 8 de noviembre del año 1959 con motivo del centenario del Plan de Urbanización de Barcelona de Cerdá.
Allí fue presentado en primicia el Plan de Ordenación de la Costa del Sol de 1960 por su director, el arquitecto Luis Blanco Soler, discípulo de Antonio Palacios y conocido por su intervención junto al malagueño Rafael Bergamín y Luis Felipe Vivanco en la colonia de casas económicas de El Viso o la barriada Residencia,» ambas en Madrid.

marbella-1marbella-2

El Director General de Urbanismo, Pedro Bidagor firmaba la publicación de la información pública en el BOE del 4.1.1960, en la cual se hacía constar :
«…En cumplimiento de lo ordenado en el artículo 32 de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana de 12.5.1956 se somete a información pública durante un mes el proyecto de ordenación de la Costa del Sol (Málaga), comprendiendo los terrenos enclavados en el sector situados entre Málaga y Estepona, con una profundidad variable desde un máximo de 8 km, frente a Mijas y Benalmádena, hasta un mínimo de 800 m en las inmediaciones del castillo de Fuengirola…»
El documento fijaba como ámbito de ordenación la franja de 800 m citada de costa excluyendo otras posibilidades precedentes y de mayor extensión. Para concentrar sus propuestas más determinantes a la infraestructura viaria y a la zonificación de 4 núcleos: Torremolinos, Fuengirola-Los Boliches, Marbella y Estepona. Los trazados propuestos atienden sobre todo a los crecimientos de los asentamientos urbanos previos, conforme con la Ley del Suelo y por tanto de modo más convencional, con una lógica de expansión urbana a través de sus posibilidades del crecimiento directo a lo largo de la carretera lineal y la costa. Sin embargo apenas considera las franjas intermedias de costa entre éstos núcleos urbanos a excepción de una vaga relación con la carretera general y las zonas próximas al mar. A estas zonas rurales o intermedias entre los núcleos les asignaba unas ordenanzas muy restrictivas que solo permitían la construcción de viviendas unifamiliares aisladas o bungalows.
Este plan fue finalmente aprobado por una Orden del misterio de la Vivienda de 26.11.1960 y publicado en el BOE del 23.1.1961. Habrían transcurrido casi 3 años desde de la creación de la comisión que daría lugar al documento mientras que el proceso de explotación económica y de transformación sobre la zona empezaría a mostrarse imparable, siendo ignorado por un proceso irreversible, aunque en cierta manera serviría años después únicamente como marco planificador de referencia para las normativas urbanísticas posteriores de los municipios afectados.
A la vez que el turismo va llegando y dejando sus primeras ocupaciones y teniendo en cuenta que es prácticamente imposible contenerlo a los crecimientos naturales de los municipios costeros, la administración comienza a caer en la cuenta de la situación deficitaria de las infraestructuras. En orden a esta cuestión se aprobará el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Provincia de Málaga en 1962 por la Comisión Interministerial de Coordinación de Inversiones. Este plan que fue redactado por técnicos del Gobierno Civil de Málaga sería recogido en el I Plan de Desarrollo Económico y Social para el periodo 1964-1968 y prácticamente no percibiría ninguna inversión en todo el resto de la década.
doxadakis

1963 – Estudio para el Desarrollo Turístico de la Costa de Málaga-Cabo de Gata de Doxiadis

Aunque las inversiones en infraestructuras no empezarían a moverse hasta finalizar la década, los estudios y proyectos de ordenación seguirian redactándose. De este modo se presentó para la Presidencia del Gobierno, el Estudio para el Desarrollo Turístico de la Costa de Málaga-Cabo de Gata de 1963, redactado por la empresa consultora Doxiadis Associates Intemational de Atenas, a través de su afiliada nacional Doxiadis Ibérica, S.A. Consultores de Planeamiento y Ekistics, dirigida por D. Vingeleos. Constantinos Doxiadis (1913-1975) fue un arquitecto y urbanista griego que alcanzó gran prestigio internacional en la época siendo premiado en el año 1963 por la Unión Internacional de Arquitectos.
1965pgou

Diagnóstico de la Costa del Sol recogido en el PGOU-1965 por Juan Gómez y González de la Buelga

El PGOU-1965 se redactó ya de acuerdo con la Ley del Suelo de 1956, en pleno «boom» turístico cuando ya la inversión privada totalizaba unos 11.000 millones de pesetas, según se indicaba en los Antecedentes de la propia Memoria del Plan. 

Este Plan formaba parte del Plan Comarcal de la Costa del Sol, descendiente del «Plan de Ordenación y Desarrollo de la Costa del Sol» redactado en 1.959 y aprobado por la Comisión Central de Urbanismo en 1.961.

En la fecha en que se redactó este último plan no podía preverse el espectacular desarrollo turístico que esta zona experimentaría pocos años después por lo que las actuaciones que le siguieron pecaron de inconexas y desordenadas. Precisamente en base a ello, los autores del Plan General justifican la necesidad del Plan Comarcal en el cual queda aquel integrado.

Simultáneamente se redacta y aprueba el Plan Parcial de Ordenación del núcleo de Marbella. No así el de San Pedro de Alcántara que, aunque se redactó y tramitó posteriormente a la aprobación, del Plan General, nunca llegó a aprobarse por l0 que en este núcleo se ha venido utilizándo el Plan General y su normativa como único instrumento de control y planificación del desarrollo urbano.

La necesidad de revisar y adaptar el PGOU de Marbella respondió a 3 motivos fundamentales:

a) El imperativo legal, por cuanto la Disposición Transitoria primera de la Ley del Suelo de 1975 establecía unos plazos para llevar a cabo la adaptación de los Planes Generales Municipales, plazos cuya ampliación estaban ya próxima a cumplirse.

b) La insuficiencia del actual Plán para responder a la dinámica urbanística de Marbella en las circunstancias, entonces, presentes; ya en 1972 el Ayuntamiento de Marbella encargó a los Srs. Mora Urbano, arquitecto, y Goas Chao, abogado, la realización de un Estudio justificativo de la necesidad y conveniencia de revisar el Plan General.

c) El nuevo marco político, si el PGOU es uno de los principales instrumentos para la ejecución de la política municipal, resulta evidente que, con la llegada a los Ayuntamientos de las nuevas Corporaciones elegidas en Abril de 1979, estos Planes debian revisarse para adaptarlos a los nuevos programas políticos.

Interesa destacar que ya en aquellos fechas, a 4 años de la aprobación del PGOU, se habían planteado problemas de considerable importancia tales como desajustes entre la zonificación y la realidad del Municipio, modificación del trazado de la Autopista, confusionismo respecto a la clasificación del suelo con la aparición de figuras extrañas a la Ley del Suelo (rústico de control, cultivos especiales, etc) que en muchos casos daban lugar al incumplimiento sistemático de la ley del propio Plan.

10 años después de la realización de aquel estudio y a 14 años de la fecha en que se aprobó el PGOU los problemas enunciados se han agravado, han surgido nuevos y graves problemas y, sobre todo, las circunstancias y previsiones sobre las que su día se apoyara el Plan vigente, han cambiado de forma radical a partir de 1973 con la denominada crisis del petróleo y de nuevo a partir de 1979-80 al incidir sobre Marbella una fuerte corriente de inversión extranjera.

La Revisión y Adaptación del PGOU de Marbella fue realizada por el Servicio de Urbanismo y Ordenación del territorio de la Excma. Diputación Provincial de Málaga dentro del marco del Convenio suscrito por la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial para la redacción de planeamiento municipal en la Provincia de Málaga.

Los trabajos que han llevado a la redacción de el PGOU fueron realizados por un amplio equipo multidisciplinar bajo la dirección del Arquitecto Coordinador de la Revisión y Adaptación del Plan Alfonso Peralta de las Heras, contratado específicamente para este fin por la Excma. Diputación Provincial en Septiembre de 1980.

Dichos trabajos se iniciaron en 1979 dedicando una 1ª etapa a la toma de datos y a la recopilación de gran parte de la información necesaria.

A partir de septiembre de 1980 se inició una nueva fase del trabajo encaminada a elaborar un diagnóstico de la situación urbanística del término Municipal a establecer unos objetivos concretos hacia los cuales debía orientarse la propuesta de planeamiento. Para ello se planteó un método de trabajo que incluía una reunión semanal del Equipo Redactor con la Comisión Municipal de Urbanismo con la doble finalidad de permitir un seguimiento continuado del desarrollo de los trabajos por parte del Ayuntamiento y, al mismo tiempo, facilitar al Equipo el repertório de objetivos que constituyen la base de política urbanística municipal.

El resultado de esta fase del trabajo, fué la presentación a la Corporación Municipal en Agosto de 1981 de una propuesta básica para la revisión y adaptación del PGOU vigente, que en su momento denominamos «pre-avance», que, debidamente elaborada, dió lugar al Avance del Plan General expuesto al público entre Julio y Septiembre de 1982.

Concluidas las etapas preliminares de información y Avance, desarrolladas entre 1981-1983 comenzó a redactarse no acabándose hasta 1985. Aprobado inicialmente el 31.7.1985 y transcurrido un amplio período de información pública de más de 3 meses, se procedió a su aprobación provisional el 25.11.1985

En un Pleno posterior celebrado el 20.12.1985 se adoptaron determinados acuerdos complementarios que se incorporaron al Expediente aprobado provisionalmente para su remisión a la Junta de Andalucía. El documento fue aprobado definitivamente por el Ayuntamiento el 3.6.1986, no obstante, la Junta de Andalucía mediante un Resolución de su Consejero de Obras Públicas requería que se modificasen determinados aspectos del Plan (entre ellos, la revisión del cálculo del aprovechamiento medio), para cumplimiento de lo cual además debía redactarse un Texto Refundido del mismo. En Marzo de 1988 el Ayuntamiento adoptó finalmente el acuerdo de encargar la elaboración de ambos documentos (Expediente de Cumplimiento de la Resolución de la Junta de Andalucía y Texto Refundido). El 1º documento, tras una serie de retrasos motivados por la dificultad de llegar a una solución con apoyo municipal suficiente en cuestiones tan importantes como la clasificación de suelo y el programa de actuación, fue concluido en Enero de 1989, aprobándose inicialmente el 22.2.1989. Finalizado este proceso, se procedió a redactar por el Ayuntamiento el Texto Refundido de todo el documento. En Marzo de 1991 fue aprobado inicialmente el Texto Refundido, en Junio de ese mismo año se constituyó una nueva Corporación municipal y en ese intervalo de tiempo aparecen la Reforma de la Ley del Suelo, las nuevas Leyes de Carreteras y Costas que provocan la necesidad de una nueva Revisión del PGOU, y vuelta a empezar.

Se redactó un Expediente de Cumplimiento fue aprobado definitivamente el 12.3.1.990. Posteriormente se redactó por el Ayuntamiento el Texto Refundido de todo lo anteriormente aprobado, incluyéndose, además, 19 modificaciones del PGOU, de las que sólo 14 alcanzaron la aprobación. Dicho Texto Refundido fue aprobado inicialmente con fecha 15.3.1991.

A los 5 años de la aprobación del PGOU-1.986, la Corporación Municipal decide el 13.8.1.991 iniciar un nuevo proceso de Revisión del Planeamiento General. El documento de esta Revisión pretendida es aprobado provisionalmente mediante acuerdo municipal de fecha 20.5.1995.

Este nuevo documento de planeamiento general supone la pretensión del Ayuntamiento por incorporar una importante cantidad de suelo urbanizable al tiempo que supone la revisión puntual de espacios dotacionales y de uso público previsto en los sectores del suelo urbanizable programado del Plan vigente, todo ello sobre la base de convenios urbanísticos que monetizaban los  aprovechamientos urbanísticos que le correspondían al Municipio así como los terrenos objeto de cesión gratuita previstos para usos públicos.

En los años siguientes se producen alteraciones en el contenido del documento de aprobación provisional, ampliando las capacidades edificatorias de los suelos sobre la base de nuevos convenios urbanísticos, volviéndose a aprobar el documento provisionalmente el día 20.6.1997, y entendiendo el propio Ayuntamiento que se han incorporado modificaciones sustanciales, se somete a nueva información pública el 18.7.1997, recayendo nueva aprobación provisional en noviembre de 1997.

Mediante Resolución de la CPOTU de Málaga de fecha 20.7.1.998, la Revisión del PGOU de Marbella iniciada en 1991 y aprobada provisionalmente en 1997 por el Ayuntamiento quedara en una parte sustancial denegada y en el resto suspendida su aprobación.

El Ayuntamiento de Marbella elabora durante el año 1.999 un pretendido «Documento para el Cumplimiento de la Resolución de la CPOTU con incorporación de Modificaciones» que es aprobado en sesión plenaria de 17.8.1999. Este documento sólo en algunas cuestiones cumplimenta en realidad aquella Resolución, reafirmándose el Ayuntamiento en muchas de las ordenaciones rechazadas, al tiempo que aprovecha la ocasión, para incorporar nuevas determinaciones no exigidas sobre la base de recientes convenios suscritos.

Este documento de Cumplimiento es rechazado por la Comisión Provincial de de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Málaga en el año 2.000, que deniega de modo definitivo la Revisión iniciada por el Ayuntamiento.

En ese mismo año, la Delegación Provincial de Málaga de la Consejería de Obras Públicas y Transporte ordena publicar en el BOP de Málaga las normas urbanísticas del Plan General aprobado definitivamente en 1.986, lo que acontece el 28.11.2000. 

Es decir, a partir del año 1999 se producen una sucesión de actos municipales aprobando sucesivos Textos Refundidos que no se ajustaban a la Resolución de la Comisión Provincial, actos que eran objeto de impugnaciones por parte de la Junta así como de autos del Tribunal Superior declarando la suspensión cautelar de dichos acuerdos municipales. En este contexto, la política de otorgamiento de licencias sobre la base de los continuos documentos elaborados por el Ayuntamiento se intensifica.

Esta situación se mantiene hasta que la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo el día 21.7.2003 adopta la resolución de denegar por completo y de manera definitiva la Revisión del PGOU en trámite, al no cumplimentarse las deficiencias apreciadas con anterioridad, requiriendo al Ayuntamiento a la iniciación de un nuevo expediente de revisión ya al amparo de la LOUA.

01_clasificacion_suelo_011_compressed02_modelo_150001_compressed03_ordenacion_s_n_u1_compressed04_ordenacion_del_suelo_urbanizable1_compressedAnte la situación urbanística generada por los anteriores acontecimientos, que se caracteriza por un crecimiento descontrolado del aprovechamiento lucrativo respecto del definido por el PGOU del 86, con una ausencia de planificación en  dotaciones de infraestructuras y equipamientos, que responde a cuestiones puramente económicas, y ante la obsolescencia que presenta ya el propio PGOU del 86, se redacta, en cumplimiento del requerimiento de la CPOTU al que se hace referencia en el párrafo anterior, un nuevo documento de Revisión del PGOU.

Así pues, por Orden del Consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de 25.2.2010, se aprueba definitivamente la revisión del PGOU de Marbella, publicada en el BOJA de 24.3.2010 (nº 58) en virtud de Resolución de 5.3.2010 de la Dirección General de Urbanismo de la citada Consejería de Obras Públicas y Vivienda. Y por Orden de 7.5.2010, de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda de la propia Junta de Andalucía, se dispone la publicación de la Normativa Urbanística de la Revisión del PGOU de Marbella, (BOJA de 20.5.2010, nº 97).

Tras más de 5 años de aplicación del citado Plan de 2010, el Tribunal Supremo dictó diversas sentencias por las que se declara su nulidad, lo que ha supuesto que recobre su vigencia el PGOU aprobado en 1986, mediante Sentencias STS 4378/2015 y STS 4379/2015 de 27 de octubre y STS 4380/2015 de 28 de octubre ha anulado la Orden del Consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de 25.2.2010, por la que se aprueba definitivamente la Revisión del PGOU de Marbella (Málaga) nulidad que comprende igualmente la del propio PGOU de Marbella aprobado en ella.

ordenacion-2-aprobacion_page_2Durante el periodo en el que se viene aplicando la normativa urbanística de este último, se ha puesto de manifiesto, tanto la obsolescencia legal de la misma, como consecuencia de los numerosos cambios legislativos que se han producido en materia urbanística y ambiental durante los casi 30 años que separan ambos acontecimientos, como la inadaptación a criterios y determinaciones que responden a las necesidades actuales de la población, y que condicionan el diseño de ciudad y de las edificaciones, lo que resulta manifiestamente inadecuado para responder a los fines a los que debe servir la actividad urbanística.

Este desfase normativo no se producía con la aplicación del PGOU del 2010 anulado, más acorde a las necesidades actuales, que atendía con mayor eficacia los requisitos técnicos, tipológicos y de las actividades económicas, fomentando a su vez las relaciones sociales, actividades de ocio y habitabilidad demandados por los ciudadanos.

El documento de Innovación del PGOU de Marbella, redactado por iniciativa municipal, en cumplimiento de la Resolución de la Concejal Delegada de Urbanismo, Vivienda y Urbanizaciones de fecha 6.4.2016,  tiene por objeto la modificación de la Normas Urbanísticas de la Revisión del PGOU que fue aprobada definitivamente por resoluciones del Consejero de Obras Públicas y Transporte de fechas 3.6.1986 y 12.3.1990, publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia nº 228 de 28.11.2000, y Modificación de las Normas Urbanísticas para las zonas calificadas C-1 y Normativa Cautelar Complementaria del Centro Histórico de Marbella, aprobada definitivamente por la Oficina de Planeamiento Urbanístico de Marbella de 26.3.2007, publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía nº 70 de 10.4.2007.

marbella-ge2Marbella hoy tiene Grandes desarrollos residenciales en ejecución que suman 5.079.043 m2 de edificabilidad residencial prevista para 37.373 viviendas, quedando pendientes 24.713 viviendas. Son sectores no urbanizados como GUADAIZA CENTRAL (584.778 m2 de suelo para 228..060 m2 de techo para 2.027 viviendas), o LA PAZ (476.901 m2 de suelo para 118.140 m2 de techo para 1.059 viviendas), o MARBERIA (431.094 m2 de suelo para 153.660 m2 de techo residencial para 1.370 viviendas), o SAN PEDRO NORTE (199.095 m2 de suelo para 114.534 m2 de techo para 1.041 viviendas), o sectores urbanizados en proceso de edificación como LA ERMITA (354.126 m2 de suelo para 443.040 m2 de techo para 1.555 viviendas, pendientes aun 1.342), o el sector SAN PEDRO SUR (138.479 m2 de suelo para 127.695 m2 de techo para 1.042 viviendas).