MARBELLA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha.

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Estos gráficos representan el Parque Residencial de Marbella, MALAGA.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (1960-1969).

Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.MARBELLA DELVI.jpg

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Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


Marbella GE1.jpgMarbella es una ciudad y municipio de 116,82 km2 del sur de España, perteneciente a la provincia de Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía, integrada en la comarca de la Costa del Sol Occidental y la sede de la mancomunidad de municipios homónima y cabeza del partido judicial que lleva su nombre.

Marbella está situada a orillas del Mediterráneo, entre Málaga y el estrecho de Gibraltar, y en la falda de la Sierra Blanca,  atravesado por la autovía y la autopista de peaje llamadas del Mediterráneo, principales accesos al municipio.

marbella3dOcupa una franja que se extiende a lo largo de 27 km de costa, refugiada por las laderas del Cordón Montañoso Litoral penibético que forman las sierras Bermeja, Palmitera, Real, Blanca y Alpujata. Debido a la proximidad de la sierra con la costa, la ciudad presenta un gran desnivel entre las partes N y S, propiciando así vistas del mar y la montaña desde casi todos los puntos de la ciudad. El litoral está densamente urbanizado. La mayor parte del suelo no edificado corresponde a campos de golf o a pequeñas zonas residuales.

marbella-maps-playas2.jpgMarbella limita al N con los municipios de Istán y Ojén, al NO con Benahavís, al O con Estepona y al E con Mijas.

Es el 2º municipio más poblado de la provincia y el 8º de Andalucía. Además, es una de las ciudades turísticas más importantes de la Costa del Sol y de toda España. Durante la mayor parte del año es centro de atracción del turismo internacional gracias principalmente a su clima y su infraestructura turística.

La población se concentra en 2 núcleos principales: Marbella y San Pedro Alcántara. El resto se encuentra dispersa en multitud de urbanizaciones de los distritos de Nueva Andalucía y Las Chapas, situadas a lo largo de la costa y en las laderas de las sierras.

mapa-costa-del-sol-parte-2-peq.jpgProtagonista en la temprana revolución industrial española en el siglo XIX, Marbella ha experimentado un crecimiento continuo a lo largo del siglo XX y comienzos del siglo XXI, desarrollando una economía basada en la oferta turística destinada a visitantes y residentes temporales de medio y alto poder adquisitivo.

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Una escueta ojeada a través de la historia de Marbella nos permite reconocer a una ciudad cuyos caracteres esenciales se conforman con la conquista cristiana. Marbella se rinde al rey Fernando el 8.6.1485, según consta en las capitulaciones. Las noticias de la rendición de la ciudad apenas si se reflejan en las crónicas, posiblemente por el eco que tuvieron las resistencias de Ronda y Málaga.  Con la rendición de la primera de estas ciudades, el 23.5.1485, desapareció el más duro de los sectores fronterizos; el camino hacia Marbella quedaba expedito para las tropas del rey Fernando, quien delega en el conde de Ribadeo los detalles de la entrega de la ciudad. Dicha entrega se va a producir, pues, sin lucha ni brillantez, lo que obviamente no satisface a un guerrero como Fernando.
Las Capitulaciones de la ciudad siguen el modelo de las establecidas para Álora, y en ellas se estipula la obligación por parte de los antiguos habitantes de abandonar la ciudad, otorgándoles ciertas facilidades para su exilio. Es de notar, en cualquier caso, la poca predisposición del Rey por integrar a los musulmanes. Las Capitulaciones de las alquerías de Marbella se llevan a cabo en Fuengirola unos días después, y sus apartados son mucho más duros y exigentes que los dispuestos para la ciudad, quizás por haber sido otorgadas a instancias de los vencidos.
En tiempos de Felipe II la venta de los señoríos suscitaron también la oposición de las ciudades afectadas, aunque poco podían hacer teniendo en cuenta que eran miembros de las propias minorías dirigentes los que compraban. «Marbella, por ejemplo, consigue impedir la exención de su jurisdicción de ciertas villas de su tierra (Estepona, Ojén) y la compra de otras por Carlos de Villegas, aunque para ello tuvo que ceder al chantaje de la Corona y desembolsar 2.000 ducados. Ésta, a cambio, se comprometió a no eximir tales villas en el futuro (…), promesa que, como es sabido, no cumplieron los sucesores de Felipe II».
Los mudéjares del señorío del conde de Cifuentes (Benahavís y Daidín) participaron activamente en los acontecimientos de 1500-1501, que después de las acciones de la Corona quedaría casi enteramente despoblado, aunque se recuperó rápidamente, ya que en 1504, en el reparto del servicio ordinario, Benahavís figura con 50 vecinos y Daidín con 40, o sea, que podrían haber recuperado la mitad de la población que tenía antes de la rebelión. Los nuevos pobladores son en su mayoría moriscos procedentes de las alquerías del interior de la Serranía de Ronda, cuya intención era pasar allende a la primera oportunidad que se les presentase. Poblamiento, pues, de gran inestabilidad. Las huidas están muy documentadas.
marbella-1En las décadas iniciales del siglo XVII, Marbella se erige en una de las ciudades más comerciales del sur de España, con sus exportaciones de pasa, con sus vinos y la incipiente industria azucarera . Situación que se prolongará con algunos cambios hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando la ciudad experimente un sensible aumento de su población y un impulso modernizador en infraestructuras . Momento en que se inicia un proceso de larga duración que culminará en la actual configuración y delimitación del término municipal: Estepona, Istán, Benahavís y Ojén irán desmarcándose de la jurisdicción de Marbella y estableciendo sus propios términos. El procedimiento, los pleitos, los antecedentes y demás documentación necesaria para llevar a fin estos deslindes conforman la base de un material documental que por suerte conservamos casi íntegramente.
Desde el punto de vista urbanístico se van a producir modificaciones, ampliaciones, construcciones nuevas, destrucciones… La conversión de al menos 6 mezquitas en iglesias cristianas (Encarnación, San Bernabé, Santa Catalina, Santiago, San Cristóbal y San Sebastián), supone una marca definitiva y excluyente de imposición religiosa  a la que acompañan novedades ornamentales y arquitectónicas. Durante el siglo XVI, se fundan espacios nuevos: la ciudad se expande hacia el N (barrio Alto), se crea el barrio Nuevo de la Fortaleza, se construyen el convento de la Trinidad, el hospital de San Juan de Dios y la iglesia del Santo Cristo, y probablemente fuese hacia el final de la centuria cuando se levantara la casa del Ayuntamiento y comenzara el proceso que daría lugar a lo que sería «…la mayor obra pública de la historia moderna de la ciudad…»: la plaza pública.
«Explicar su formación y evolución es narrar gran parte de la historia de la ciudad, ya que más que un espacio abierto es una concentración de símbolos, un conglomerado de memoria por acumulación de estratos históricos, vistos superficialmente en la sucesión de nombres que ha tenido: plaza Pública, de Cabildo, Real, de Isabel II, de la Constitución, del Generalísimo Franco, de los Naranjos» .
Varias edificaciones se alzan durante el siglo XVII -Casa del Corregidor, el Hospital Bazán y el convento de San Francisco-, pero también se manifiestan los primeros síntomas de degradación de las murallas.
La introducción de ideas ilustradas a la ciudad se produce a partir de la 2ª mitad del siglo XVIII, cuando se establezcan en Marbella una serie de familias extranjeras, fundamentalmente francesas, como Charroet, Bernard, Belón, Colbrán o Grivegnée. 
En lo referente a la actividad económica conviene destacar que la industria azucarera tenía una cierta tradición en Marbella, pues ya había contado con un trapiche en 1646, que en 1730 pasó a ser de la Inquisición de Granada, que lo cedió a terceros en régimen de arrendamiento. Se empezó la construcción de otro trapiche por parte de la familia Domínguez, en los terrenos del Prado, junto a su cortijo, hoy Cortijo Miraflores. Al principio del siglo XIX ambos trapiches estaban arruinados. Pero en los inicios de esta centuria, Enrique de Grevignée House, procedente del alto comercio marítimo, adquiere el antiguo trapiche de la Inquisición, lo reconstruye y restablece el cultivo de la caña dulce en la comarca, que iba a florecer hasta la invasión francesa.
El siglo XVIII de inusitado crecimiento, asiste a la erección del nuevo templo de la Encarnación o a la sustitución del castillo de San Luis por el fuerte del mismo nombre; se produce un mejoramiento de la actividad fabril de la Marina y, por último, un momento en el que comienza a plantearse, por vez 1ª, la posibilidad de construcción de un puerto, que, a medida que el tiempo pase, iría convirtiéndose en «la historia de su fracaso». 
Los avatares de la llegada de los franceses empiezan a reflejarse en Marbella hacia finales de 1810. La ciudad sufrirá continuos saqueos, invasiones e incendios, lo que provocará que la mayoría de los ciudadanos se refugien en Coín. Los recursos defensivos de Marbella se limitaban al Fuerte o Castillo de San Luis, que fue objeto de varios asedios. Rendido el fuerte, los franceses fijaron en Marbella un destacamento al mando de un comandante, estableciendo el cuartel general en el convento de San Francisco. Estuvieron en Marbella hasta el 25.8.1812.
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1813 – MARBELLA

Como consecuencia de la guerra, la ciudad quedó arruinada. Las necesidades eran muchas y las arcas estaban vacías: urgía reparar la cañería general que proveía agua al pueblo, se necesitaba reparar el Puente de Málaga, para normalizar la comunicación con el Barrio Nuevo; se precisaba un cementerio; los empedrados de las calles en pésimo estado; la Alameda despoblada de árboles, etc. Pero a pesar de todo ello, se comenzaron las obras de construcción del Puerto de Marbella el 8.7.1818. El fracaso de las previsiones económicas condujo al abandono de los trabajos mucho más adelante.
A la penuria económica habrá que añadir la situación conflictiva que Marbella vivía con municipios como Ojén, Istán o Monda en defensa de sus montes de propios, que entendía como saqueados, o por la poca predisposición que, en general, se daba en Marbella a aceptar la segregación de los citados núcleos de población. En Marbella se van a detectar los primeros síntomas de las desamortizaciones iniciadas durante el trienio, y que afecta a la reutilización de los 3 conventos existentes en la ciudad.
Hacia mediados de siglo se va a producir un hecho de vital importancia para el posterior desarrollo económico de Marbella: la liquidación del caudal de Propios como efecto de la desamortización. Al producirse la rendición de Marbella, los Reyes Católicos ordenaron, con motivo de los repartimientos, que se dejasen para Propios de la ciudad «todos los montes de llevar bellotas y los pastos de Sierra y Monte Pardo comprendidos en su término». Así, quedaron para Marbella los montes llamados La Carnicería, La Fuensequilla, Bornoque, el Puerto de Ojén, los Baldíos de Guadalmansa, el Alcornocal de las Bóvedas, Alicate, Montenegral, Tahones, Gamonales, Las Chapas, y las Bocas y las Calas.
La corriente desamortizadora dará al traste con casi la totalidad de la riqueza territorial de la que secularmente había dispuesto Marbella para atender al sostenimiento de las cargas públicas, lo que obligará a una reconversión de la hacienda municipal, que tendrá que arbitrar recursos, atacando directa o indirectamente los bolsillos de los particulares. La nueva situación provocará numerosos conflictos y, especialmente, el arbitrio de consumos, en manos de rapaces arrendatarios, se ganará la inquina popular.
En Marbella, el proceso desamortizador, la venta a particulares de los bienes de Propios y Comunales, correrá paralelo a ese fenómeno de la deforestación de los montes de su entorno, que realizan las ferrerías. Tras la Sierra Real, pasaron a propiedad particular Bornoque y Alicate. Igual suerte hubiera corrido el resto de no ser porque el Ayuntamiento, en 1856, adoptó el acuerdo de solicitar la excepción de la venta deSierra Blanca, los Llanos de Nagüeles, los Baldíos de Río Verde, y el pinar de Valdeolletas.
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1874 – MARBELLA por IGN

Hasta la 2ª mitad del siglo van a pervivir los ingenios azucareros; y continuarán después en la colonia de San Pedro con la inauguración, en 1871 de la Industria de la caña de azúcar. De 1883 data la fábrica de azúcar de El Ángel. 
«La producción de azúcar de esta 2ª etapa sustituirá a la siderurgia y se convierte en una de las actividades productivas más importantes del litoral».
Lo sustancial del periodo estriba en ser el punto de inflexión de esas grandes realizaciones que a la postre redundaron en la mengua de los recursos de la tierra de Marbella. La aventura económica comienza con la extracción del grafito y plomo (ésta en la mina Buenavista) y datan ya del siglo XVIII, y que continuó, con la industrialización del azúcar, una actividad tradicional que se recupera en los primeros años, declina en los años 20′ y se reactiva en el último tercio del siglo gracias a la iniciativa del Marqués del Duero. Pero lo que mayores consecuencias arrastró fue la implantación de las ferrerías de Río Verde, que convirtieron a nuestra ciudad en la adelantada de la siderurgia nacional, y que, aunque trajo una relativa bonanza al municipio en la década de los 40′, a largo plazo van a provocar el esquilmamiento de los bosques del término, con la consiguiente disminución de los recursos y el empobrecimiento generalizado. Un decaimiento económico que ya es una realidad en los años 80′, con el cierre definitivo de las industrias  -por entonces ya en manos inglesas- por este agotamiento del arbolado y el lógico y progresivo encarecimiento del carbón de leña, “[que] hizo imposible competir con los hierros asturianos del Cantábrico (…)” . En la última década del siglo, la crisis industrial viene acompañada de los primeros síntomas del declive minero, haciéndose patente, al mismo tiempo, la poca disposición que la sociedad propietaria de las minas del término, la Marbella Iron Ore C&L, demostraba para renovar los sistemas tradicionales de extracción, y que redundaría sin duda en el paulatino agotamiento de las vetas.
La explotación de las vetas de hierro de la mina de El Peñoncillo, desde 1869 en manos de la Marbella Iron Company (hasta la 2ª República), continuará hasta 1970. Pero poco se aprovechó el pueblo y las economías domésticas de ello: «…la riqueza minera de Marbella será ampliamente explotada, con mayor o menor éxito, durante el siglo XIX, aunque bajo intereses foráneos que en poco beneficiarán a esta ciudad, ya que no generaron, salvo en el caso de las ferrerías, industrias relacionadas con ellas, sino que la extracción del mineral será exportada al exterior…» Siendo, así, constatable la incapacidad de las clases medias marbellíes para organizar, a lo largo del XIX, un modelo económico que respondiera a las exigencias del mundo moderno. El final del XIX no son sino una sucesión de momentos de crisis. En 1866, antes del Sexenio Democrático, la situación del Ayuntamiento es calamitosa. El paro se había consolidado en un grupo representado por jornales y por los obreros de las fundiciones. 
Es relativamente fácil, a la luz de los documentos, percibir que el fin de siglo en Marbella es sinónimo de crisis económica. En una sociedad como aquélla, rural, atrasada, cuya vida difiere poco de la de centurias anteriores, y que, a pesar de ello, se va modernizando a duras penas por un tiempo se volvió a la luz de petróleo, después de 5 años de alumbrado eléctrico, en una sociedad así el impacto de la regresión económica es mucho mayor.
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1889 – MARBELLA

La crisis económica es imposible de disociar del tremendo impacto que la filoxera provocó en los campos y en el mundo campesino, que ya había conocido la crisis del olivar, la de los cítricos y el descenso del valor de la caña de azúcar. Se trató de una fatal coincidencia temporal de la plaga filoxérica y una depresión general que afectó a los principales cultivos y a la ganadería. Un desplome generalizado del sector agrícola que se hará patente en un fenómeno cuya aparición es, uno de los hitos más importantes que jalonan la historia de Marbella: la creación y desarrollo de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara. La crisis económica del último tercio de siglo se dejaría sentir en los jornaleros de la colonia, apareciendo algunos síntomas de malestar social en los años 1897 y 1898, momento a partir del cual se va a iniciar un ciclo de expansión económica por el aumento en la producción industrial, primero de la remolacha y después de la caña de azúcar, debido a la pérdida de Cuba, principal proveedor hasta entonces de este producto. Un hecho éste, el de la reactivación azucarera, de suma importancia y que será el factor principal del flujo de población desde Marbella a San Pedro, y que nos induce a considerar la coexistencia de 2 procesos evolutivos divergentes en el mismo término municipal a partir de los últimos instantes de XIX: el avance de la colonia y el retraimiento de la ciudad.
En la política local, después de la Guerra de la Independencia, se nombra como alcalde provisionalmente a Alonso María Roldán, quien antes había ocupado el cargo de regidor decano. Después de las primeras elecciones, se nombra a Manuel Martínez Molina. Un gobierno que, al parecer, no gozaba de las simpatías del clero.
Las 2º elecciones (diciembre 1813). Ya están perfilados los 2 personajes que van a disputarse la Alcaldía en lo sucesivo: Alonso María Roldán y Pedro Escobar. Después de algunas impugnaciones y controversias, queda definitivamente nombrado como alcalde este último. La vuelta al absolutismo, en 1814, trajo aparejada, también, el regreso de Roldán. Esta vez por 6 años. Durante el denominado Trienio Liberal, el concejo de Marbella se encuentra «…permanentemente agobiado con las cargas fiscales e incapaz de generar recursos más allá de la imposición de nuevos arbitrios y el aprovechamiento de las tierras de propios. La ciudad tiene graves problemas estructurales e importantes déficits de obras públicas complicados por las destrucciones de la Guerra de Independencia, con casos tan emblemáticos como la voladura del puente de Málaga. Son permanentes las referencias a un sistema de cañerías de agua potable y saneamientos en ruina, a las difíciles comunicaciones a pesar de ser un punto determinante en las comunicaciones entre el entorno de Málaga, el Campo de Gibraltar y el interior de la provincia, o a un muelle siempre inacabado que no proporciona nada más que un fondeadero natural, condicionando la presencia de una escasa flota pesquera y de una algo más pujante flotilla de cabotaje….» Durante este periodo, y en los siguientes, va a destacar la figura de Alonso María Roldán, que, en un contexto dominado por el ascenso burgués y la transformación de las clases dominantes del Antiguo Régimen, constituye «…un magnífico ejemplo del pragmatismo con el que estos oligarcas afrontan las cambiantes situaciones y son permeables a las nuevas prácticas políticas, pasando sin el menor rubor del absolutismo al liberalismo y viceversa. Frente a ello, la familia Escobar es la representación de las clases burguesas emergentes. Su enfrentamiento integra buena parte de las características sociopolíticas del momento…»
Por otro lado, «….el comienzo de esta nueva etapa liberal en Marbella no va a ser pilotado ni por los sectores ostentadores del poder político y económico en la etapa anterior ni por una burguesía comercial que acceda desde aquí a los resortes del poder. Serán mandos militares y funcionarios de nivel medio, pequeños propietarios agrícolas y algunos comerciantes y artesanos, todos ellos con moderados niveles de renta, los que asaltan el edificio absolutista. De ello podemos extraer dos conclusiones fundamentales. En primer lugar, la oligarquía local no demuestra ninguna capacidad de reacción, bien porque, dada la permeabilidad con la que acogen a las nuevas instituciones, no sientan el fin del absolutismo como una amenaza, bien por una pérdida total de control de la situación…»
Las nuevas instituciones liberales se van implantando; proceso que culmina el 1º año del Trienio con la aparición de la Milicia Nacional, «fuerza ciudadana garante del orden constitucional, que debía implicar en la defensa del sistema a todas las capas de la sociedad». Unos objetivos que fracasan por la falta de financiación y la mala organización, lo que provoca que nunca sea «una fuerza útil ni para el control del orden público ni mucho menos para actuar contra las partidas realistas que operan en la sierra de forma cada vez más activa». Lo mismo que también fracasa el intento de los munícipes de retomar el control de los propios para garantizar un mínimo de funcionamiento de la institución local. «A la postre, el esfuerzo de los miembros del concejo no irá más allá de actualizar los remates a pagar por los arrendatarios, sacar de nuevo a subasta algunas zonas que habían dejado de tener actividad y a solicitar una y otra vez a las Diputación Provincial autorización para licitar el aprovechamiento de nuevas tierras comunales con las que cubrir cargas fiscales o gastos concretos. La columna vertebral de los propios vendrá determinada por las subastas del fruto de bellota, eje fundamental de su capacidad para generar ingresos, aunque sus rendimientos serán rápidamente absorbidos por las famélicas arcas municipales».
En lo político, durante el 2º cuarto del siglo XIX Marbella sufre lógicamente las consecuencias del cambio de régimen y, sobre todo, la amenaza carlista, personalizada en la figura del general Miguel Gómez, natural de Torredonjimeno (Jaén). El concurso de Marbella y sus poblaciones limítrofes en la expedición de este general comienza en 15.11.1836, cuando se produce el llamamiento provincial a los milicianos nacionales, pues la facción del rebelde Gómez había vuelto a aproximarse a los límites de la provincia. El carlista tomaría ronda y prepararía el levantamiento general de toda la Serranía y de Marbella, tras lo que accedería a unas vías de comunicación de vital importancia para el desarrollo posterior de la campaña. La situación en Marbella llegó a considerarse preocupante, creándose una especie de psicosis en la ciudad, y se ve sometida durante algunos días en una verdadera economía de guerra, la sustitución del gobierno local. Además, y según consta en la documentación municipal, se mandó poner a buen recaudo el Archivo Municipal. Pero los movimientos de las tropas de la reina (toma de Gaucín, etc.) desharán los planes.
Otro momento histórico que encontraría refrendo en Marbella fue el trienio esparterista. Tan pronto como se conoció en Marbella el alzamiento en Madrid de los partidarios de Espartero, Bernabé Chinchilla Bernardi se puso al frente de los milicianos nacionales, apresurando e impulsando el movimiento, que fue secundado asimismo por las fuerzas de carabineros. Málaga será, después de los 3 años, la primera en alzarse contra Espartero, secundada inmediatamente por Marbella.
El sexenio revolucionario comienza con un hecho relativamente curioso: el anteproyecto, por parte del Estado, de la supresión de los ayuntamientos de Benahavís, Ojén e Istán y su agregación a la ciudad, por carecer éstos de recursos económicos. El Ayuntamiento de Marbella, a pesar de pasar por serios apuros financieros, acepta dichas incorporaciones. Posteriormente, todo quedó en nada.
En cuanto a la repercusión de los hechos de la Revolución de Septiembre, Marbella se suma el 23.9.1868, dos días después que Málaga. Comienza a funcionar una Junta Revolucionaria, que lleva a cabo una serie de acciones de carácter político que define su compromiso con las medidas revolucionarias. Los personajes de esta etapa mantienen una actitud anticlerical, que se refleja en algunas actuaciones respecto al cura párroco. El alcalde, hasta la I República, es Pedro Artola y Villalobos. Se encontrará con que la situación económica no le permitirá seguir con las demandas iníciale de la Septembrina, y parte de la ciudadanía no aceptará la suavización de estos principios revolucionarios. Con el grito de “abajo los consumos”, se producirán en Marbella altercados serios.
La instauración de la I República se produce en Marbella la noche del 29 de noviembre, y los protagonistas fueron ciudadanos de Marbella apoyados por elementos de otros municipios. Se nombra alcalde a José María Marín Andrades, presidente de la Junta Revolucionaria. La gestión de este gobierno se encontraba en cierto modo desamparada a consecuencia de los poderes caciquiles del municipio.
El final de siglo es una evidencia permanente de las estrecheces monetarias del Ayuntamiento, lo que evidenciará, más si cabe, la normalidad corrupta, el viciado funcionamiento de una institución clave en el sistema oligárquico y caciquil de la Restauración. Los miembros de las sucesivas corporaciones van a ser protagonistas de una serie de actuaciones que no son sino la formulación práctica de un sistema dominado por el bizantinismo, la doble moral y la corrupción. Para ilustrar la perversión en el terreno hacendístico sirva como ejemplo que en 1895 se había dejado de pagar la suscripción a la Gaceta de Madrid, que suponían 80 pesetas, y que sólo habían podido dar 25 pesetas para la «Suscripción nacional en favor de los heridos y enfermos de la guerra». Sin embargo, en junio de ese mismo 1895, el alcalde, sin dar cuenta a nadie -la dará después de la adquisición- se compró una empuñadura de oro para el bastón de mando; en octubre de 1897 dice el alcalde que está esforzándose de tal manera en la recaudación que admiten hasta «calderilla» para hacerla mayor; los sillones del salón capitular estaban destrozados, según denuncia un síndico en la sesión del 8.1.1898 en diciembre del 1899 contestan a la Cámara Agraria de Málaga que no puede asistir ningún miembro del Ayuntamiento a las reuniones por carecer de recursos para desplazarse. A pesar de ello, era habitual que el Ayuntamiento aprobase sumas considerables para desplazamientos de algún miembro de la Corporación a Málaga que nunca se justificaban. O que se aprobaran, asimismo, y gastaran partidas para ejecutar obras públicas que jamás se llegarían a realizar. Entre 1895 y 1898 se «arreglaron» varias veces las calles General López Domínguez, Lobatas y Aduar; se aprueban gastos para un centenar de obras de calles, y siempre, en todas las sesiones, se daba cuenta de la «compostura y pago» de alguna cañería.
Es incuestionable que el eje sobre el que giraban estas arbitrariedades económicas fue el Impuesto de Consumos, que constituye el punto de encuentro, el motivo primordial de casi todas las disputas entre el Ayuntamiento y el gobernador civil. Las cantidades que la Tesorería Provincial reclama son altísimas, y en algunos casos  como la de julio de 1895  representan casi la mitad del presupuesto total del Ayuntamiento.
El otro gran hecho que marca el siglo XIX es la creación de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara. Un proyecto innovador que pretendía, entre otras cosas, el restablecimiento de las actividades relacionadas con el azúcar, tanto agrícolas como industriales, además de la formación de personal intermedio en las labores agrarias , y que se llevó a cabo por la iniciativa de Manuel Gutiérrez de la Concha, I Marqués del Duero. La relevancia de este hecho no ofrece dudas: San Pedro, es en la actualidad una entidad de población de más de 30.000 habitantes.
La Marbella del principios del siglo XX era una sociedad fuertemente ruralizada, y se encontraba lejos tanto de la expansión industrial como de insertarse en un modelo económico, ni siquiera de reforma agrícola, que resolviera los problemas de un municipio cada vez más abocado al paro o a la emigración. El modelo económico predominante en Marbella durante los años de la Restauración responde, posiblemente, a una situación de dependencia «colonial» en la que la labor extractiva del mineral no genera riqueza en la zona ya que no se crean industrias derivadas que permitan una explotación rentable para el municipio. Hay que hacer la salvedad de la falta de estudios sobre el 1º tercio del siglo XX.
En cuanto a la propiedad de la tierra, entre 1915 y 1930 la estructura de la propiedad rústica se mantiene casi igual al periodo anterior, con un considerable índice de concentración (48%) en 5 latifundios: colonia de San Pedro, de El Ángel, Sierra Blanca, Hacienda de Rosado o San Manuel y Coto Larios o Coto de los Dolores. Las explotaciones agrícolas del O del término (San Pedro y el Ángel), se diferencian claramente de los latifundios del E por su dedicación a cultivos de regadío y caña de azúcar durante las últimas décadas del siglo XIX en régimen de explotación directa; creación de una infraestructura para regadío; de una infraestructura industrial derivada de la caña: ingenios de San Pedro y de el Ángel. En los 30′, la industrialización de la zona se hallaba desmantelada. Por el lado oriental, los latifundios se ocupan mayoritariamente por monte bajo y pastos.
Antes de la Guerra Civil, el 40% de la gran propiedad latifundista está controlada por personas ajenas a la localidad. Pero «ni la importancia económica de las grandes explotaciones latifundistas de regadío, capaces de absorber un alto número de mano de obra, ni la importancia superficial de los latifundios de secano, vinculados a las oligarquías malagueñas, pueden ensombrecer el peso económico y el prestigio social que ostentan los que detentan la propiedad de fincas grandes y medianas en Marbella. De ellos, el 10% son propietarios forasteros, pero con fuertes vinculaciones políticas y económicas con el municipio, como es el caso de los Chinchilla Domínguez, los Gasset Chinchilla (…) «, etcétera.
En cuanto a la propiedad urbana, el mayor protagonismo político y prestigio social correspondió a las familias que detentaban la mediana propiedad agrícola y que a su vez concentran gran parte de la propiedad urbana.
En cuanto a la población, la evolución durante la primera mitad del siglo XX se caracteriza por una disminución progresiva desde 1910, año en el que se alcanza un número de habitantes (10.286) sólo superado a partir de 1960. La existencia en el término de varios núcleos diferenciados determina una evolución demográfica diferente para cada uno de ellos.
En las primeras décadas del siglo XX, Marbella presenta una sociedad eminentemente rural. La dedicación mayoritaria de la población a la agricultura y a la pesca se mantiene durante los años de la República, como revela el estudio del Padrón municipal de 1935.
La inexistencia de alternativas de empleo, más allá de la pesca, para una población dedicada a las labores agrícolas cristalizaba en la reducción del crecimiento vegetativo. Así, hasta la década de los cincuenta el volumen de residentes en Marbella se mantuvo oscilando alrededor de 10.000 habitantes, en descenso desde 1910 a 1940, cuando se alcanza el mínimo de población inmediatamente tras la Guerra Civil y tras una muy difícil situación laboral en los años anteriores a ésta. Hasta ese momento, Marbella debía ser considerada como un municipio de emigración, incapaz no sólo de mantener en él la totalidad de su crecimiento vegetativo, sino ni tan siquiera a parte del resto de su población. Esta dinámica comienza a cambiar tímidamente se signo en el periodo 1940-1950, cuando se registra el primer incremento neto de habitantes tras 40 años de pérdidas; aunque este aumento no significó que los movimientos migratorios hubiesen cambiado de signo; antes al contrario, el saldo migratorio neto continuó siendo negativo. La década de 1950-1959 se producirá la ruptura definitiva, cuando el crecimiento en números absolutos será, y continúa siendo, no sólo el resultado del crecimiento vegetativo de la población asentada en el municipio, sino también de la llegada de inmigrantes.
La reconstrucción tras la guerra civil, fue un tema que adquirió gran importancia por parte del Régimen, por lo que se crearon organismos que desde el Estado controlarían ese proceso de reconstrucción en marcha. Desde 1939, la arquitectura queda convertida en una actividad política supeditada a las necesidades y deseos del Nuevo Estado.
Con el objetivo de unificar criterios arquitectónicos y garantizar la coordinación de actividades y su sometimiento al Estado, se crea en septiembre de 1939, la Dirección General de Arquitectura, que dirige Pedro Muguruza, Jefe de los Servicios Técnicos de la Falange y que se sumaría al entramado institucional ya existente en materia constructiva: en 1938, se crea el Servicio Nacional de Regiones Desvastadas y Reparaciones, transformándose en Dirección General, pasando a formar parte de la estructura del Ministerio de la Gobernación con el objetivo de orientar, facilitar y llevar directamente a la práctica la reconstrucción de los daños sufridos en los pueblos y ciudades durante la guerra.
El Instituto Nacional de la Vivienda, dirigido por Federico Mayo, que tendrá como misión la de dirigir las actuaciones gubernamentales en materia de vivienda, ordenar y orientar las iniciativas de los constructores, y contribuir a la edificación de casas de renta reducida, encargado de financiar la construcción de las mismas, de protección oficial, especialmente destinadas a los grupos sociales con niveles más bajos de ingresos dependiente primero de la Organización Sindical, quedaría posteriormente, (2.1.1942), encuadrado dentro del Ministerio de Trabajo. Por la ley de 19.4.1939, se crea la figura de “vivienda protegida”, según la cual, el INV es el único organismo capacitado para aprobar los proyectos de construcción de vivienda protegida.
Igualmente se crea el Instituto de Colonización, encargado de la reforma económica y social de la tierra y de dirigir la construcción de viviendas en zonas rurales.
Durante los primeros años 40′ proliferan algunos foros de debate sobre el tema de la ciudad, la vivienda y el diseño urbano, como las Asambleas Nacionales de Arquitectura (promovidas en un primer momento por Falange), los Congresos de la Federación de Urbanismo y de la Vivienda, o las páginas de publicaciones como Reconstrucción o la Revista Nacional de Arquitectura. Muguruza compatibilizó en un primer momento sus cargos en Falange y en la Dirección General de Arquitectura, del mismo modo que Federico Mayo, director del INV y en los primeros años también de la Obra Sindical del Hogar y la Arquitectura (OSHA), que nace en la Circular 19 de la Delegación Nacional de Sindicatos como organismo de estudio y análisis, “convirtiéndose en pieza emblemática de la Organización Sindical Española y en instrumento destacado para la obtención de consenso desde el ámbito sindical”.
Pero no será hasta 1941 (Circular 133 de FET y de las JONS) cuando se agrupen en la OSHA, todos los organismos constructores. Poco a poco irá incrementando su producción y aumentando su papel como constructor y promotor, aunque no será hasta 1954 cuando vea la luz el Primer Plan Sindical de la Vivienda.
La misión de la OSHA, consiste en proporcionar viviendas a la clase trabajadora en colaboración con el INV. Para obtener una vivienda debía ser solicitada al Delegado Sindical Local o a la Sección Femenina, quienes remiten la solicitud al jefe provincial, quien a su vez eleva la propuesta al jefe nacional.
Posteriormente se debe esperar a que el Estado dispusiera de fondos, algo poco frecuente en los años cuarenta. La institución que pedía el préstamo, en numerosas ocasiones los ayuntamientos, aportaba en el momento de la petición el 10% del valor de la vivienda, el 90% restante lo anticipaba el INV y era devuelto, por el  que terminaría siendo dueño de la vivienda, en pequeñas cuotas mensuales establecidas durante 40 años.
Se abren cartillas de Ahorro para el Hogar, no solo a nombre de particulares futuros beneficiarios de las viviendas, sino también a personas jurídicas como ayuntamientos, empresas y a particulares, sin ser éstos los dueños de los saldos correspondientes. De esta forma los ayuntamientos pueden tener cartilla de Ahorro y beneficiarse de los créditos que pueda conceder OSHA.
A nivel provincial, a finales de los años cincuenta se observa una deficiente gestión del Departamento Técnico de la Organización Sindical del Hogar, “toda vez que los proyectos y trabajos que se le confían sufren una demora inexplicable, seguramente por falta de tiempo o celo de dichos servicios técnicos”, siendo devueltos por la Jefatura Nacional de la Obra los últimos proyectos redactados por presentar numerosos errores que no han sido corregidos, siendo imposible volver a cursarlos. Para solucionar esta circunstancia se cursa petición por parte del Vicesecretario Nacional de Obras Sindicales, Enrique Salgado Torres, al Jefe Nacional de la Obra Sindical, para que se realicen las averiguaciones oportunas por parte de la Jefatura Nacional y se adapten las medidas pertinentes para solucionar la situación, procediéndose si fuese necesario al cese del arquitecto, secretario técnico de la obra, funcionarios o técnicos responsables.
Una vez superada la etapa autárquica, el Régimen franquista acometió una ambiciosa política de desarrollo basada en el fomento de las actividades más rentables para el gran capital. Estos planteamientos situarán a las ayudas públicas a la vivienda con un carácter diferente al establecido en la etapa anterior, ya que sus destinatarios no serán principalmente los que necesitan una vivienda para vivir, sino para aquéllos que podían canalizar sus ahorros hacia la inversión inmobiliaria. De este modo las ayudas a la vivienda no se destinaron mayoritariamente a los más necesitados entre los grupos sociales marginales, sino que iría canalizada a la industria de la construcción, a la banca y a los propietarios del suelo.
La instauración de esta política de la vivienda irá acompañada de una política urbanística, articulada sobre la Ley del suelo de 1956 y sus sucesivas reformas. Con esta ley se introduce una cierta jerarquía del planeamiento urbano al utilizar Planes Generales y Planes Parciales, convirtiéndose en la base jurídica para el crecimiento urbano español.
El asistencialismo a través de esta política de vivienda constituyó una base importante de propaganda para el Régimen franquista, ya que por primera vez una buena parte de la población considera que el Estado se preocupa por ellos. El franquismo a través de las políticas  asistenciales franquistas buscará el consentimiento y el apoyo social al Régimen.
En Málaga las bases urbanísticas franquistas estuvieron presentes en la figura de José Luis Arrese y Magra, Gobernador Civil de la provincia, Arquitecto de profesión y 1º Ministro de la Vivienda en España en 1956, quien trata de imponer la ideología de Falange al crecimiento urbanístico de la ciudad.
Estas ideas de Arrese, creación de nuevas avenidas, hacer de Málaga una ciudad marinera y la búsqueda de un estilo propio, estarán presentes en las planificaciones de la ciudad en los años posteriores. José Luis Arrese siendo ya ministro de la Vivienda, intervendrá en el desarrollo del Plan Comarcal de la Costa del Sol, aprobado por el Consejo de Ministros en marzo de 1958, manteniendo cordiales relaciones con el alcalde de Marbella Francisco Cantos Gallardo, lo que repercutirá muy positivamente en la buena ejecución de los diferentes proyectos de obras que se realizan para la ciudad.
En el caso de Marbella observamos las mismas políticas de urbanismo y vivienda que en el resto de la nación. Especificaremos un hecho a tener encuenta: las peticiones para la obtención de viviendas protegidas a familias de escasos recursos económicos, además de seguir los pasos legalmente establecidos a nivel nacional, tendrán una respuesta más favorable a la obtención de las mismas, a través de la influencia que ejercerá ante las instituciones locales, provinciales e incluso estatales el cura-Párroco de la ciudad, Rodrigo Bocanegra Pérez, conocedor de la situación económica, social y del grado de adscripción al Régimen que presentaban la mayor parte de las familias que habitan la ciudad y su término municipal.
El Ayuntamiento de Marbella recurre a la ayuda del INV y de OSHA para la realización de diversas viviendas y edificios públicos. Así mismo contará en numerosas ocasiones con ayuda económica del gobierno civil, como es el caso del gobernador civil Emilio Lamo de Espinosa, e incluso directamente de algunos ministros del Régimen, como Raimundo Fernández Cuesta, José Antonio Girón de Velasco, o personalidades influyentes del franquismo como Saturnino González Badía, Jefe de la Casa Militar de Franco, reflejando las óptimas relaciones existentes durante estos años entre las distintas Gestoras y Corporaciones Municipales con los órganos superiores de poder a nivel provincial y estatal.
La primera petición del Ayuntamiento a las altas instituciones estatales para comenzar el proceso de mejora de las infraestructuras de la ciudad tras la guerra civil es muy temprana, tan solo un mes después de finalizar la contienda, concretamente las obras de las aceras en la travesía de Marbella, petición realizada al cuerpo Nacional de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Al año de la finalización de la contienda civil, la Gestora presidida por Enrique Belón Lima, presenta sus primeras obras a realizar en corto periodo de tiempo. Se trataba de una serie de mejoras en algunos de los edificios públicos de la ciudad: reparación de casas-escuelas, terminación de las obras del Panteón de los Caídos en el Cementerio, arreglo del Hospital Municipal, reparación de la Casa Consistorial, la Alameda, mejora en la conducción de aguas públicas, saneamiento de Riohuelo. 2 años más tarde comienzan las obras de mejora del Parque Público de la Alameda, ampliándose sus paseos y jardines. Será sustituida la verja por un muro de mampostería.
La misma Gestora, compra la parcela de los “Barronales del Faro”, situada como su nombre indica en las inmediaciones del edificio del Faro de la ciudad. La gestión se hace a María de la Concepción Fábregas Suitián. Con esta compra el Ayuntamiento pretende comenzar la urbanización de las zonas cercanas al núcleo de la población y a la playa. Finalmente se procede a la compra de la finca “Huerta del Faro” tras acceder su propietario -que había sido presionado por su pasado político- a la venta de dichos terrenos al Ayuntamiento. En la sesión de la Comisión Gestora de 16.8.1940, se destina dicha finca a la construcción de un Campo de Deportes con un importe de 25.000 Ptas., para su realización, una Granja Experimental dirigida por FET y de las JONS y un Vivero Forestal.
Los terrenos destinados a este último fin fueron cedidos al Estado en sesión de 21.12.1940. El Distrito Forestal de Málaga acepta la cesión y el Ingeniero Forestal informa a favor de la misma. Este vivero tendrá la utilidad de servir a la repoblación de los montes de Marbella, Istán y Ojén que tienen más de 7.500 Ha, rasas, al ser insuficientes los 2 únicos viveros forestales existentes en la provincia en 1940.
El INV, concede ayuda para la construcción de 4 viviendas para pescadores, cediendo el terreno para ello el propio Ayuntamiento. Serían 800 m2 situados entre el Muelle de Hierro y la Marina.
La urbanización de la Avenida de José Antonio había comenzado en el verano de 1940. Son terrenos que proceden de la reventa de los terrenos de la compañía minera “The Marbella Iron Ore Company and Limited” que explotaba las agotadas menas de hierro de las minas de “El Peñoncillo”, entre los términos de Marbella y Ojén.
En el terreno circundante, el Ayuntamiento cedió “gratuitamente” parcelas para la construcción de 4 viviendas de “Protección Oficial”, viviendas a las que accedieron miembros de la Gestora o personas adictas al Régimen. Este evidente trato de favor constituye un ejemplo del mecanismo de construcción de consenso en torno al Régimen.
En abril de 1942, se cede por parte del Ayuntamiento al presidente de la Comisión Gestora Enrique Belón Lima, una parcela para la construcción de vivienda en la “Huerta del Faro”, en la misma zona que las cuatro anteriores, consolidándose los beneficios por parte de las élites del poder a través de la propia legalidad vigente, que ampara y beneficia a los vencedores de la guerra de una manera congruente en estos años inmediatamente posteriores a la finalización de la contienda.
En el mismo año, otros terrenos cercanos a la “Huerta del Faro” y limitando con los cedidos para la construcción del campo de deportes, fueron cedidos a la Delegación Nacional de Sindicatos para la construcción de 4 viviendas protegidas, que formarían 2 grupos de 2 casas cada una, con una extensión de 800 m2 por grupo, las de mejor dotación y situación de las construidas durante la autarquía, que no deja lugar a dudas de la política de recompensas del Régimen a sus apoyos políticos. Las casas, de parecida construcción a las viviendas unifamiliares de las ciudades-jardín, fueron a parar a manos de unas pocas familias. Tras este reparto tan sólo quedaría de propiedad municipal el camino de 10 m. que conducía al campo de deportes.
La concesión para la construcción de estas 4 viviendas fueron dadas a Isabel Sánchez Chacón; Enriqueta Gallardo Cuevas, cuyo hijo Enrique Cantos Gallardo, sacerdote, había sido asesinado en los comienzos del Alzamiento Nacional, y madre del que fue en 3 ocasiones durante el franquismo alcalde de la ciudad, Francisco Cantos Gallardo; José Espejo García, farmacéutico y Enrique Belón Lima, presidente de la Comisión Gestora.
Es el grupo de viviendas “Antonio Belón”, cuyas obras fueron adjudicadas a Antonio Osorio Navarrete por un valor de 139.355’39 Ptas. Las personas a las que se les ha concedido las viviendas están adscritas al Régimen, como el propio presidente de la Comisión Gestora, Enrique Belón. Unas pocas familias empoderadas por la victoria obtienen beneficios desde su posición institucional: terrenos municipales concedidos gratuitamente a sus nuevos propietarios, en los que una política de patrimonialización de bienes comunales que se exteriorizaba, además, en la repetición de los apellidos familiares en las áreas urbanizadas, siguiendo la línea de actuación de los vencedores de la guerra, quedando claramente definido el hecho de que en Marbella la política urbanística fue el instrumento de cohesión de los apoyos del Régimen.
Esta política de patrimonialización se produce igualmente a nivel estatal, el Régimen interviene a favor de sus propios intereses. Es el “régimen consubstancialmente caciquil”, al desarrollar políticas arbitrarias a favor de los vencedores y suprimir el control sobre los poderes públicos, contribuyendo a la generalización de la corrupción.
La pavimentación del camino del Faro donde se disponen estas viviendas comenzará en 1945, facilitando la comunicación de esta zona con el núcleo de la ciudad.
Otro grupo de viviendas se construye en la zona de ensanche de la ciudad, es el grupo “Bellamar”, en terrenos cedidos por uno de los gestores, Carlos Mackington Flores. La Gestora en agradecimiento a la cesión de dichos terrenos dará su nombre a una de las calles de esta zona.
Se comienza a formular el proyecto de ensanche y urbanización de la zona S de la ciudad, comprendida entre la carretera Cádiz-Málaga hasta la costa mediterránea, en sesión de 18.10.1945. Dicho proyecto será encomendado al Perito Aparejador de Obras de Marbella, Mariano Jáuregui Bravo.
El Ayuntamiento enajena parcelas para proseguir con el proceso urbanizador de la ciudad, como la del “Llano de San Ramón”, a su propietaria Araceli Marín Delgado y una parcela de la zona “Huerta del Faro”, a Manuel Martín Nieto.
El Campo de Deportes comienza su construcción en el verano de 1943. La Comisión Gestora aprueba por unanimidad en la sesión del 1.7.1943, la cesión del terreno a la Delegación Nacional de Sindicatos de Falange Española y Tradicionalista de las JONS, con una extensión de 170 m de largo por 90 de ancho. Sin embargo, 20 años después el Ayuntamiento de Marbella solicita a la Delegación Nacional de Sindicatos la suspensión de la venta en pública subasta de estos solares de casi 10.000 m2, subrayando que la cesión de ese terreno fue realizada sin previa autorización ministerial. El Ayuntamiento a partir del conocimiento de los hechos inicia las acciones pertinentes en orden a la nulidad de cesión y reversión de los terrenos al patrimonio municipal.
Prosigue la cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento al Estado para la construcción de edificios destinados a servicios públicos para la población; así se cede gratuitamente terrenos para la edificación de casa para Correos y Telégrafos.
La Comisión Gestora de Enrique Belón Lima continúa con el proceso urbanizador. Se proyectan obras de alcantarillado y embovedado del “Arroyo de la Represa”y la realización de las avenidas de “Miguel Cano” y “Antonio Belón”. A partir de este momento las distintas Gestoras y Corporaciones Municipales llevan a cabo la construcción de grupos de viviendas protegidas, cada vez destinadas a un mayor número de ciudadanos. Así, en la misma etapa de Enrique Belón Lima, se procede a la construcción de un grupo de 12 viviendas protegidas en la Avenida Antonio Belón.
Grupo de Viviendas “Lamo de Espinosa”
El nombre dado al grupo de viviendas en honor del gobernador civil de Málaga, Emilio Lamo de Espinosa, nombrado en junio de 1941, es muestra de las excelentes relaciones existentes entre la Comisión Gestora presidida por Enrique Belón, y el Gobierno Civil, y hasta tal punto es así que el gobernador civil aportaría dos donaciones de 5.000 Ptas., cada una para la ejecución de las obras. El crédito para la realización de las mismas será aportado por el INV. La adjudicación definitiva de las viviendas tuvo lugar en la sesión de la Comisión Gestora de 23.11.1948, siendo su presidente Francisco Cantos Gallardo. Fueron adjudicadas a todas las peticiones que se habían realizado, lógicamente a personas de probada adscripción al Régimen.
Los edificios destinados al abastecimiento de alimentos a la población igualmente se convierten en focos de atención de la política arquitectónica del Régimen. A mediados de los 40′, la provincia de Málaga contaba con 42 pueblos que tenían Mercados de Abastos. En el partido de Marbella, existe uno en la ciudad en no muy buenas condiciones; Benahavís, Istán, Ojén, Benalmádena y Fuengirola carecen de Mercados de Abastos y Mijas tiene uno en buenas condiciones.
La construcción del mercado de Abastos de Marbella, tendrá lugar durante la Corporación Municipal presidida por Antonio Montero Sánchez. El proyecto fue encargado nuevamente al perito aparejador que realiza la mayor parte de las obras del Ayuntamiento en estos años, Mariano Jáuregui Bravo.
Al igual que en el resto de edificaciones de las viviendas de protección oficial, la construcción del mercado contó con el apoyo y donación por parte del Estado, concretamente del Ministro de Trabajo José Antonio Girón de Velasco, de una donación de 1.000.000 de Ptas., al Ayuntamiento de Marbella para la realización de las obras.
El terreno, huerto plantado de frutales y chumbos, con una superficie de 836 m2, lindando con la plaza de la Victoria, fue cedido por Alfredo Palma Morito, concejal de la Corporación Municipal por el Grupo de Entidades.
Entre el Ayuntamiento y el propietario del terreno se pactan unas condiciones para que se produzcan el comienzo de las obras: la finca sería destinada exclusivamente a la construcción de un Mercado de Abastos para la población, de lo contrario, el terreno sería devuelto a su anterior propietario; las obras deberían estar terminadas en el plazo de 5 años; dentro del edificio sería construido por el Ayuntamiento un local para utilización de Alfredo Palma como café-bar, sin obligación de pagar alquiler ni arbitrio especial alguno cuyos derechos de utilización caducarían totalmente transcurridos 75 años a partir de la fecha de inauguración del mercado. Estos términos permiten matizar la filantropía de la cesión. Todos estos puntos serán acordados por unanimidad en sesión celebrada el 23.7.1951. La parte baja del mercado sería habilitada para mayoristas, sacándose a concurso, siendo el importe de alquiler por m2 de 30 pesetas mensuales, en una extensión total de 100 m2.
Será la “Cooperativa Agrícola Sindical Comarcal de Marbella” la que se hará cargo del local destinado a Mercado de Mayoristas, cuyas obras se realizarían en principio por cuenta de dicha Cooperativa, descontándose los gastos del alquiler que en su día se le fijaría al local, habiéndose comprobado el rendimiento que pueda proporcionar. Una vez cubierto el gasto de obras del local con el importe de los alquileres, la Cooperativa propondrá al Ayuntamiento la revisión de la renta.
Bajo esta misma Corporación presidida por Antonio Montero Sánchez, se realiza un proyecto para la construcción de un Mercado de Abastos para el núcleo de población de San Pedro de Alcántara. Con este objetivo, el alcalde pide al Director de la “Sociedad Azucarera de España” en Madrid, la cesión de un solar situado entre la Iglesia Parroquial y los muros de la “Villa de San Luis”. El mercado se termina en 1952, inaugurándose el 19 de octubre, festividad del Patrón de San Pedro de Alcántara.
Otras obras realizadas con esta Corporación Municipal serán una casa para Administración y Recaudación de Arbitrios en Marbella y en San Pedro de Alcántara, reconstrucción de veinticinco casas para obreros en diferentes calles de la ciudad, adquisición y puesta en servicio del cementerio de San Pedro de Alcántara, asfaltado de calles, embovedado de Riohuelo, y construcción de 28 viviendas para pescadores “Grupo Fernández Cuesta” en la Bajadilla.
Estarán en proyecto un estudio técnico para la construcción de un matadero con un prepuesto de 23.000 Ptas., ya que el existente no se encuentra en buenas condiciones. El resto de localidades pertenecientes al partido de Marbella  no presentan mataderos, Benahavís, Istán, Ojén, Mijas y Benalmádena, presentando Fuengirola uno igualmente en malas condiciones.
Siguiendo la política de construcción, se proyecta un grupo de 8 viviendas protegidas en la Avenida de Miguel Cano, grupo de 30 viviendas para obreros en calles Palmar y Peñuelas, urbanización de la plaza del General Franco y construcción de una nueva capilla en el cementerio de la ciudad, se cede gratuitamente al INV una parcela para la construcción de doce viviendas para facilitar casa-habitación a los funcionarios, otra parcela de terrenos de propios al Ministerio de la Marina para la construcción de un edificio para la Ayundantía de Marina en la zona denominada “Haza del Mesón”, en la bajada del Calvario, se comienzan las obras de un matadero en San Pedro de Alcántara, un proyecto de construcción de 30 viviendas en los terrenos de “Huerta Chica” por parte del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda.
En 1954, con la Comisión Gestora de Francisco Cantos Gallardo, se construye por la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura, el edificio que albergará a la Organización Sindical de Marbella en un solar adquirido de la finca “Huerta Grande”. Las obras tienen prevista su finalización para el primer semestre de  1955.Igualmente se presenta un proyecto de viviendas protegidas en San Pedro de Alcántara, donde la Hermandad de Labradores cede a la OSHA, solares de su propiedad en el carril del cortijo de San Pedro de Alcántara para la construcción de 18 viviendas protegidas para obreros agrícolas de este núcleo poblacional, con el objetivo de mejorar las deporables condiciones sanitarias que presentan las viviendas de estos jornaleros.
La Comisión Superior de Ordenación de la Provincia de Málaga acuerda aprobar el trazado general de zonificación de la ciudad propuesto por la oficina de urbanismo del Ayuntamiento, concretamente del proyecto de alineación de “Huerta Grande”, y dentro de él los solares adquiridos para Instituto Laboral y Delegación Sindical.
En 1955 se construye el conjunto de viviendas “Casablanca” en el término municipal, procediéndose para su consecución a la petición por parte del Ayuntamiento a la Junta Nacional del Paro, de una subvención para dotar a las viviendas de la red de distribución de agua potable de la ciudad y para la creación de proyecto, presupuesto y memoria confeccionados por personal titulado.
El Ayuntamiento recurre a la Junta Nacional del Paro nuevamente para obtener una ayuda destinada al proceso de pavimentación de varias vías de la población.
Será la construcción de viviendas de protección oficial para clases trabajadoras la que mayor huella dejará en la población de la ciudad durante estos años del primer franquismo. Se trata de los grupos “Fernández Cuesta”, “González Badía y “San Bernabé”. El proceso comienza con la construcción de un grupo de viviendas para pescadores.
Grupo de Viviendas “Fernández Cuesta”
El nombre que se da a las viviendas, es el del Ministro Secretario General del Movimiento, en agradecimiento a las gestiones realizadas para llevar a buen fin las obras proyectadas; comienza así una característica común que se observa en los nombres de los grupos de viviendas de protección oficial destinadas a familias de escasos recursos económicos, nombres que corresponden a personalidades pertenecientes a las altas jerarquías del Régimen y que pasan temporadas vacacionales en la ciudad. Este grupo de viviendas será destinado a familias de pescadores de la ciudad y se construyen dentro de la tipología jurídica de “Renta limitada”, de las viviendas de protección oficial, al igual que el grupo de viviendas también de pescadores de “El Palo” en Málaga, a finales de los 40′.  Los futuros propietarios pagarán mensualmente cantidades de renta muy bajas al INV durante muchos años, siendo la mayoría de estas viviendas de su propiedad definitivamente en los 80′. Los terrenos para su construcción fueron propiedad de Manuel Martín Nieto, situados en la zona denominada “La Bajadilla”, y con este nombre es como se le conocerá popularmente hasta nuestros días. Hemos de destacar el hecho  de que el propietario de los terrenos cede la cantidad que el Ayuntamiento le había pagado por la compra de los mismos, es la evidencia del apoyo social de la clase propietaria de la ciudad a las élites del poder local del nuevo Régimen. En principio el proyecto constaría de veinte viviendas para 120 personas.
El Ayuntamiento aporta el 10% del total del presupuesto, solicitando un anticipo reintegrable al Instituto Nacional de la Vivienda del 40% del total de la obra; el 50% restante como préstamo al 4% amortizable en los veinte primeros años. El proyecto es nuevamente tratado en 1950, bajo el mandato de Antonio Montero Sánchez. El número de viviendas ha ascendido en este momento a 28.
Una vez comenzadas las obras se observa que los terrenos delAyuntamiento donde se estaban realizando, presentaban un carácter irregular para la perfecta consecución de las  mismas, por lo que se decide permutar parte del terreno del Ayuntamiento, con una parcela colindante al N, en un terreno más adecuado para el asentamiento de las viviendas. Estas viviendas presentan una mejora aceptable con respecto a las características de las casas en los años cuarenta donde las condiciones de  salubridad e higiene eran mínimas, pero carecen de alcantarillado, las aguas residuales se vierten a pozos ciegos de escasa capacidad, por lo que se requiere la puesta en marcha a la mayor brevedad posible de la implantación de un sistema de alcantarillado con salida directa de los vertidos al mar. No se disponía de zonas ajardinadas comunes ni de pavimento en las calles. Se trata de viviendas unifamiliares de sistema abierto con estrechas calles que separan las viviendas, localizadas muy cerca del mar, entorno de trabajo de la clase trabajadora a la que va destinada.
Sería el primer grupo de viviendas de protección oficial destinado enteramente a familias de escasos recursos económicos, todos ellos familias de pescadores, algunas emparentadas entre sí, muchos de cuyos descendientes siguen ocupando las mencionadas viviendas en la actualidad. Aún así las autoridades locales deben asegurarse de que las viviendas sean entregadas a familias de ciertas adscripción al Régimen, si bien entre los adjudicatarios había familiares de personas represaliadas, pues la concesión de viviendas no dejaba de ser una forma de asegurarse el apoyo de sectores de población poco adictos al Régimen.
Grupo de Viviendas “González Badía”
La compra por parte del Ayuntamiento para la realización de este grupo de viviendas protegidas, es en la zona denominada “Las Peñuelas”, pidiéndose un crédito al “Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda” por un valor de 125.000 Ptas., a pagar en 10 anualidades.
Los terrenos son cedidos al Instituto Nacional de la Vivienda, en sesión de 14.4.1953, para la construcción de 43 “viviendas protegidas”, con el apéndice de que si no se utilizasen los terrenos para tal fin,serían revertidos al Patrimonio Municipal. La cesión efectiva al INV no se realizaría hasta 1971.
El nombre dado a este grupo de viviendas por parte del Ayuntamiento es en honor a Saturnino González Badía, jefe de la Casa Militar de Franco, por su apoyo a la consecución final del proyecto y cuya vinculación a la ciudad ha sido ya señalada. Las viviendas fueron entregadas primeramente sin abastecimiento de aguas, electricidad ni pavimentado de calles.
La morfología de las viviendas será de sistema abierto como las del grupo Fernández Cuesta, con viviendas unifamiliares, separadas por calles algo más anchas que las del grupo anterior. Constan de salón comedor, aseo, cocina, 3 dormitorios y patio interior. Al igual que el grupo de “La Bajadilla”, habrá que esperar a la década de los 60′ para la pavimentación de sus calles. Cada vecino aportaría la cantidad de 250 pesetas en 5 mensualidades sucesivas para la instalación del alumbrado eléctrico. Las obras fueron terminadas en 1957.
En Málaga capital en 1956, comenzarán las obras de grupos de viviendas de protección oficial con características y procedimientos parecidos, se autoriza por parte del Delegado Nacional de Sindicatos, José Solís Ruiz, la compra de terrenos para la construcción de un grupo de 348 viviendas en “Ciudad Jardín”.
Grupo de Viviendas “San Bernabé”
Los terrenos adquiridos por el Ayuntamiento para la realización de un grupo de 100 viviendas protegidas de “Tipo social”, es el llamado “Huerto Calzada” en la zona de Las Peñuelas, al sur de los terrenos donde se llevaría a cabo las obras del grupo “González Badía”. Serán cedidos por el Ayuntamiento a la Delegación Nacional de Sindicatos para la realización de las obras.
El INV, a través de la Obra Sindical del Hogar y de Arquitectura de la Delegación Nacional de Sindicatos de FET y de las JONS, concede un préstamo de 318.541’18 Ptas, para la realización de las viviendas, abastecimiento de aguas y electricidad, que finalmente serán noventa y nueve y recibirían el nombre de grupo “San Bernabé” en la sesión de 23.3.1959, año en el que se terminaría su construcción. Así mismo se decide sean puestos a las calles los nombres de Repúblicas Hispanoamericanas y de Filipinas. Popularmente sería conocida como viviendas de “Las Peñuelas Bajas”.
Los 3 grupos de viviendas “Fernández Cuesta”, “González Badía” y “San Bernabé” son de protección oficial, al igual que las viviendas de los grupos “Antonio Belón” y “Lamo de Espinosa”, aunque con evidentes diferencias y la presencia de una jerarquización política, social y económica entre ellas. Las pertenecientes a los 2 últimos grupos de viviendas son espaciosas y con jardín privado o comunitario. Las casas que forman parte de los otros 3 grupos sonmás pequeñas y carecen no sólo de espacios ajardinados sino de alcantarillado y electricidad  durante los primeros años. Las calles estaban sin pavimentar cuando comenzaron a ser habitadas, y al igual que el alcantarillado y la electricidad, se tardaría cierto tiempo en poder ser utilizados por sus habitantes.
Podemos observar las diferencias del lugar donde se localizan estos grupos de viviendas protegidas. Las viviendas para pescadores y obreros se localizan a las afueras de la ciudad. Son entregadas a personas pertenecientes a los sectores sociales más marginales y empobrecidos, mientras que las de los grupos “Antonio Belón” y “Lamo de Espinosa”, son habitadas por personas muy próximas al Régimen, si no de nivel adquisitivo alto, bien situadas como empleados o funcionarios, en una de las mejores zonas que se estaban urbanizando en Marbella, lo que había sido el Camino del Faro, ahora denominada “Avenida de Antonio Belón”, y que estaba siendo pavimentado y dotada con alcantarillado y alumbrado público.
Las élites del poder y el Régimen franquista presentan una simbiosis perfecta, donde ambas partes salen beneficiadas: las clases dominantes reciben del Régimen “beneficios” como respuesta de su fidelidad al Régimen, mientras éste se consolida en la vida política y social española a través de aquéllas.
Las diferencias entre las distintas clases sociales son acentuadas con el Régimen franquista, siendo perfectamente observables a nivel local en la construcción y distribución de estas viviendas, teniendo únicamente en común la característica que todas ellas eran de “Protección Oficial”.
Otros Proyectos
A nivel provincial, en 1938, la situación de las carreteras nacionales y secundarias no era óptima debido a la coyuntura bélica del país. Numerosas carreteras y caminos secundarios deben ser reconstruidos y obras de mejora que habían comenzado en la etapa republicana, permanecen paralizadas.
El camino de Coín a Marbella tiene paralizadas las obras en sus tramos primero y segundo que fueron admitidas en 1935, y ahora se encuentran pendientes de aprobación. El camino de Istán a la carretera de Cádiz-Málaga tiene construidaos 16.850 km, encontrándose trozos del camino sin construir con un total de 10.850 km. El de Benahavís se encuentra paralizado en toda su extensión, con un total de 7.657 km. En el camino de Ronda a San Pedro de Alcántara se pretende la mejora de su trazado a lo largo de 2 km, con un presupuesto para las obras de 80.000 Ptas y un valor total para las expropiaciones de terrenos de 2.000  Ptas., y una inversión en jornales de unas 65.000 Ptas. En 1940 se construye una carretera militar de Ronda a Gaucín por parte del Ministerio de Obras Públicas.
Con la Comisión Gestora presidida por Enrique Belón Lima, se llevan a cabo mejoras de calles y vías públicas, como fue el caso de la Travesía de Calvo Sotelo, Avenidas de José Antonio, Miguel Cano y Antonio Belón, que son dotadas de aceras y con posterioridad de pavimentado,  se cede una parcela de 506’25 m2 situada al SE de la avenida de José Antonio, en el sitio conocido por “La Marina”, procedente de una permuta de Bienes de Propios, para construcción de un  edificio de Flechas Navales, si no se realizaran las obras para tal fin la parcela sería devuelta al Patrimonio Municipal.
Con la 2ª Corporación Municipal de Francisco Cantos Gallardo, se continuarán con más proyectos de viviendas protegidas, en concreto de 380, de renta limitada y 90 de “Tipo social”, en el sitio denominado “Las Albarizas”, un Grupo de 30 viviendas bonificables llamado “Nuestra Señora de la Paz”, en la zona de “Huerta Chica”, en 1955; el Director General del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda solicita una ampliación para  este grupo de viviendas de 4 nuevos bloques de 8 viviendas cada una, siguiendo el proyecto suscrito por el arquitecto Juan Jáuregui Briales. La Ayudantía Militar de Marina pedirá al Ayuntamiento la cesión de los terrenos sitos en la llamada “Huerta de los Cristales” para la construcción del edificio del mismo nombre.
En 1957, se acuerda por parte del Ayuntamiento la realización de las obras de urbanización de la “Huerta Grande”, mediante los servicios de pavimentación, alcantarillado, distribución de agua potable y alumbrado público. En la sesión de 23.8.1958, se trataría la disposición de aceras al este de la ciudad, para el tramo comprendido entre la “Huerta de Los Cristales” y el grupo de viviendas “Fernández Cuesta”, y por el oeste hasta el lugar donde se encontraba el merendero “Casa Ramón”, en la carretera de Cádiz y se realizaría la urbanización de la Avenida de Ansol el mismo año, por un importe de las obras de 186.275’23 Ptas.
Bajo el mandato de Ricardo Lucena Sola, se llevan a cabo las obras de un camino-carretera de vía pecuaria al este del término municipal, motivada por el deseo de mejorar la explotación de las fincas “Cortijo de Correa” y “Artola”, con el objeto de facilitar de esta forma la entrada y salida de los productos recolectados en dichas fincas. El Ministerio de Agricultura, a través de la Dirección General de Ganadería, Servicio de Vías Pecuarias, considera que la construcción de dicha carretera será muy beneficiosa rebasando el campo de lo  particular, para convertirse en una utilidad social y sin que sea perjudicado el tránsito del ganado. El camino se seguirá utilizando como vía pecuaria.
Los proyectos de obras y urbanización de la ciudad contarán, en un mayor grado que en otros proyectos, con el apoyo de las autoridades provinciales y estatales, tomando como base el desarrollo continuado del incipiente sector turístico en la costa, del que Marbella comienza a despuntar como uno de sus principales focos.
La evolución de los ayuntamientos en Marbella durante el primer franquismo, presenta características similares a la de otros ayuntamientos del país. Destacaremos en la etapa de las Comisiones Gestoras como se pretende afianzar las bases del Régimen a nivel local, se asegura las bases ideológicas de sus miembros con la pertenencia a partidos y grupos políticos derechistas durante la Dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República, con la presencia en varias ocasiones de endogamia familiar, alcontinuar en el escenario político familiares de los que realizaron su actividad política en las etapas  mencionadas. 
Con los Ayuntamientos Corporativos y la dilatación en el tiempo desde la finalización de la contienda civil, no se hará necesario asegurar las bases ideológicas con anterioridad al 18 de julio de 1936 de los componentes de los ayuntamientos, ya que es obvio la pertenencia de los mismos al cuadro político del Régimen. A partir de esta etapa se dará mayor importancia al origen social de la clase política, especialmente la oligarquía local, que al hecho de asegurarse una base de fidelidad política anterior al Régimen, como ocurre con las Comisiones Cestoras.
En el estudio de la composición de los ayuntamientos, con las distintas Comisiones Gestoras y Ayuntamientos Corporativos, encontramos las élites del  poder local. Mientras, los funcionarios de la administración eran objeto de fuertes procedimientos de “depuración” en la década de los 40′.
En los 50′, los miembros de las Corporaciones Municipales, no habían ejercido actividad política anterior, pero es obvio que todos ellos pertenecen a Falange, y son  personas que están dentro de familias con tradición conservadora.
El franquismo propició el debilitamiento de los ayuntamientos desposeyéndolos de sus tradicionales competencias, eliminando el principio representativo y democrático de las instituciones locales y provinciales y lo sustituyó por el principio de jerarquía “de arriba abajo”, constituyéndolos en otro más de los tentáculos del poder del Régimen franquista, que no solo atrajo a las tradicionales oligarquías dominantes y a los grupos sociales económicamente más desarrollados, sino también a grupos sociales diversos que agrupaban a las clases medias, e incluso a algunos componentes minoritarios de las clases populares, produciéndose una consolidación de las bases sociales del franquismo. Los poderes locales jugaron en esa consolidación un importante papel como foco catalizador donde se gestionan importantes intereses para toda la sociedad en los años posbélicos y del primer franquismo.
El poder local se consolida intentando una ampliación del apoyo de los sectores sociales en base a la atracción de unos grupos caracterizados por su desideologización, como los pescadores, y a la creación de un consenso basado en una amplia red tejida en torno a la satisfacción de intereses.
Los presupuestos de los ayuntamientos de Marbella durante el primer franquismo, que como el resto de ayuntamientos del país, se basaron en el Estatuto de 1924, recogen los principios de Flores de  Lemus, aunque pocos municipios pueden financiarse siguiendo dichas bases. Se aprovecha el máximo de beneficio a través de la utilización de la tasa, siendo subsidiaria la hacienda local de la estatal.
Los presupuestos municipales de la década de los 40′ no son elevados, se ajustan a las características de una población que se encuentra bajo las consecuencias negativas de una guerra civil, presentándose por parte del Ayuntamiento, una evidente falta de recursos económicos. La cantidad de 1.000.000 de pesetas en los presupuestos municipales no se alcanzará hasta la década de los 50′, no dejando de aumentar en los años sucesivos, apareciendo en este momento el fenómeno turístico como gran protagonista de la economía nacional y local.
Dentro de la gestión municipal de estos años, destaca la venta de las tierras comunales de Sierra Blanca y Nagüeles por parte de la Gestora de Enrique Belón Lima al Patrimonio Forestal del Estado, con el objetivo posterior de repoblar estos montes, se intenta matizar con esta medida las altas cifras de paro obrero de la ciudad en los años de posguerra y se presenta a la población como solución favorable para la consecución de dicho objetivo. Sin embargo, el capital obtenido por dicha venta se invertiría íntegramente en la reconstrucción del lugar de ocio de las altas élites locales, el “Casino de Marbella”, se hará caso omiso de las recomendaciones y cláusula del contrato de compra-venta por parte del Patrimonio Forestal, que hacía referencia a que dicho capital debería ser invertido en la reconstrucción de las infraestructuras de la ciudad tras la contienda.
La clase política local verá reflejado en el mantenimiento de este espacio lúdico y social anterior a la guerra, el símbolo material de la victoria sobre aquéllos, que seis años atrás, lo habían incendiado tras el golpe militar, permaneciendo de este modo en los años sucesivos como elemento simbólico de la memoria de los vencedores.
El abastecimiento de aguas era considerado por el Estado franquista como un servicio público de primer orden que debía ser gestionado directamente por los ayuntamientos. En Marbella, como consecuencia de las crecientes necesidades de consumo, las diferentes Comisiones Gestoras y Ayuntamientos Corporativos se verán obligados a realizar nuevos proyectos de abastecimiento de aguas cada vez a mayor escala, se puede encontrar en los de la década de los cincuenta, un peso protagonista considerable del desarrollo turístico en la puesta en marcha de dichos proyectos. Para la realización de estos proyectos se recurre a préstamos a diferentes bancos, ofreciendo el Ayuntamiento como aval distintas parcelas y terrenos de propios.
Para evitar pedir nuevos préstamos a los bancos, el Ayuntamiento de Francisco Cantos Gallardo, constituirá una empresa mixta entre un particular y el propio Ayuntamiento. Con esta Corporación Municipal se proyecta una de las grandes obras de alcantarillado de la ciudad, el embovedado del “Arroyo de la Represa”.
En estos proyectos de aguas en los 40′, se observa como objetivo principal, mejorar las necesidades básicas de los ciudadanos y mitigar el paro obrero con la ejecución de las obras. Serán los proyectos de la siguiente década, los que ya presenten como objetivo, además de mejorar el abastecimiento y el consumo local, la puesta en marcha de la nueva infraestructura turística de la ciudad.
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1895 – MARBELLA

A principios del siglo XIX, Marbella se convirtió en un referente nacional: se instalaron en el municipio los Altos Hornos de Marbella. Se alimentaban de la madera de la sierra y fueron los primeros altos hornos civiles de España, llegaron incluso a producir el 75% del hierro colado del país.
Los hornos se establecieron en Marbella al descubrir los yacimientos de Ojén (Mina de Ojén), aunque también se disponía de hierro de las minas de Mijas, Benalmádena y Marbella. 
La principal riqueza de Marbella en aquel tiempo, mitades del siglo XIX, era la fundición de metales en sus ferrerías (Ferrería del Angel y La Concepción), aprovechando la cercanía de las minas de Ojén (las cuales eran de ‘magnetita‘), en especial la minas La Choza, San Juan Bautista y San Nicolás, cuyo mineral llegaba a las ferrerías a través de un cable desde las minas del Peñoncillo. 
En abril de 1869, se solicitó al Ayuntamiento de Marbella, la cesión de los terrenos para montar el ferrocarril y parte de la explanada junto al embarcadero metálico que tenían previsto construir desde Sierra Blanca. Este ferrocarril era conocido como Ferrocarril Minero de San Juan Bautista. Siendo dedicado a acercar al muelle los productos elaborados por la fábrica del Ángel.
La compañía explotó el conjunto de minas del Peñoncillo, llegando en 1891 a exportar 96.529 Tm de mineral. A través de una línea de 6 Kms y ancho métrico, con tracción vapor, cuyo proyecto se redactó en 1869, en un itinerario que partía del Arroyo del Peñoncillo en Ojen, recibiendo mineral de las minas de San Juan Bautista y La Concepción. Rindiendo su itinerario en Marbella, junto a la carretera de Estepona, donde se estableció un apartadero y un depósito de mineral, con báscula, para formar trenes hasta el embarcadero. Estos terrenos y los de la línea en casi su totalidad eran terrenos públicos cedidos por el Ayuntamiento de Marbella.
Las Torres de Transporte fueron los últimos elementos arquitectónicos en desaparecer, pues todo lo demás fue desmantelado poco a poco. Una de las torres todavía sigue en pie, concretamente la última del proceso: la torre del carguero.
La actual playa ‘El cable’ de Marbella tiene este nombre en honor a la torre que sigue erguida en las aguas del municipio.
“Esta obra de ingeniería construida en 1957 por Dragados y Construcciones, conocida como el cargadero marítimo de Marbella y del que tan sólo queda el Poste del Cable, no era sino la parte final de todo un sistema de tranvía aéreo o funicular, que a través de torretas y un monocable, traía el mineral desde la mina de hierro del Peñoncillo pasando por encima de la N-340 hasta barcos de tonelaje medio (que no podían entrar en el puerto pesquero, de ahí la construcción de esta obra) que lo cargaban en su bodega. No hace demasiado tiempo se cayó la última de estas torretas, que como la torre de Pisa, se encontraba ladeada sobre el fondo arenoso de la playa del cable.”
En 1951 fue creado el Ministerio de Información y Turismo por Decreto Ley englobando los servicios y estructura de la hasta entonces Dirección General de Turismo. Siguiendo las directrices generales del Plan Nacional de Turismo, se redactó la Orden de 9.11.1953 coincidiendo con el año de los acuerdos del Pacto de Madrid, por la que se planteó la redacción del Estudio para la Ordenación de la Costa del Sol de 1955. En su redacción participó una comisión mixta integrada por miembros de la DG Turismo y de ls SG para la Ordenación Económica y Social, y no vería la luz hasta la primavera de ese año.
Dentro del estudio se encontraban unas Directrices de Ordenación que instaban a configurar una organización jerárquica, en forma de Patronato, con los medios necesarios para conjugar las demandas y criterios de las Comisiones Soperiores de Ordenación Urbana de las provincias de Cádiz, Málaga, Almería y Granada. La delimitación de lo que se entendía desde Madrid que era la Costa del Sol traspasaba los límites provinciales para intentar integrar los criterios y políticas de planificación de esta costa meridional. Todo ello se planteaba para dar servicio a 75.000 turistas y generar unos ingresos de 400 millones de pesetas/año.
En el capítulo dedicado a urbanización se produce un criterio llamativo y razonable por el que se insta a que se trate con especial interés el territorio costero  en su conjunto, más allá de los límites urbanos de las diferentes poblaciones que lo componen. Por tanto, no trata el desarrollo urbano como una extensión natural de cada trama consolidada hacia su perímetro sono como un conjunto territorial compuesto por núcleos urbanos y espacios naturales de apropiación turística unidos por vías de c0municación.
El estudio incidía también en que se deberían regular ordenanzas de protección del paisaje y los espacios naturales como playas y otros lugares de interés turístico, normas de regulación de la edificación atendiendo a razones de su emplazamiento, distribución de las agrupaciones urbanas en sectores, protección de comunicaciones, localización de campamentos, etc.?
También establecía la obligación de dejar una faja en dirección al interior de 25 m libres de anchura como mínimo   partir de la línea de demarcación marítimo-terrestre para ser destinada a paseos o jardines públicos, permitiendo ciertas construcciones privadas destinadas a esparcimiento público.
El estudio concluye con una relación de disposiciones legales que permitiesen la viabilidad jurídica y el cumplimiento del mismo. Cabe destacar que en esta línea comenta que la Comisión Interministerial de Turismo estaba ultimando en ese momento el texto de lo que denomina, un posible anteproyecto de Ley de Zonas de Interés Turístico que anticiparía una ley que sería de las de más factible aplicación posterior en la zona en la siguiente década. Llegándose a incluir la propuesta de redacción del Proyecto de Decreto de declaración de la Costa del Sol como «Zona de Interés Turístico», algo que nunca llegaría a suceder.
Esto se vería agravado por la llegada del desarrollo económico. El I Plan de Estabilización de 1959 anunciaba los nuevos cambios de la política económica, que lógicamente incrementaría la actividad urbanizadora y a la que esta ley no supo adaptarse. Las prioridades económicas y la necesidad de dinero por parte de cualquier estrato de la sociedad propició que en la mayoría de los casos no se tuviese en consideración la Ley del Suelo y que por otra parte, más allá de su correcta aplicación y control, germinase lo que en pocos años después, en torno a 1963, se conocería como el boom turístico.
No obstante la sensibilidad urbanística desde el punto de vista académico, técnico e incluso político existió y basta recordar el I Congreso Nacional de Urbanismo celebrado en Barcelona del 1 al 8 de noviembre del año 1959 con motivo del centenario del Plan de Urbanización de Barcelona de Cerdá.
Allí fue presentado en primicia el Plan de Ordenación de la Costa del Sol de 1960 por su director, el arquitecto Luis Blanco Soler, discípulo de Antonio Palacios y conocido por su intervención junto al malagueño Rafael Bergamín y Luis Felipe Vivanco en la colonia de casas económicas de El Viso o la barriada Residencia,» ambas en Madrid.

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El Director General de Urbanismo, Pedro Bidagor firmaba la publicación de la información pública en el BOE del 4.1.1960, en la cual se hacía constar :
«…En cumplimiento de lo ordenado en el artículo 32 de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana de 12.5.1956 se somete a información pública durante un mes el proyecto de ordenación de la Costa del Sol (Málaga), comprendiendo los terrenos enclavados en el sector situados entre Málaga y Estepona, con una profundidad variable desde un máximo de 8 km, frente a Mijas y Benalmádena, hasta un mínimo de 800 m en las inmediaciones del castillo de Fuengirola…»
El documento fijaba como ámbito de ordenación la franja de 800 m citada de costa excluyendo otras posibilidades precedentes y de mayor extensión. Para concentrar sus propuestas más determinantes a la infraestructura viaria y a la zonificación de 4 núcleos: Torremolinos, Fuengirola-Los Boliches, Marbella y Estepona. Los trazados propuestos atienden sobre todo a los crecimientos de los asentamientos urbanos previos, conforme con la Ley del Suelo y por tanto de modo más convencional, con una lógica de expansión urbana a través de sus posibilidades del crecimiento directo a lo largo de la carretera lineal y la costa. Sin embargo apenas considera las franjas intermedias de costa entre éstos núcleos urbanos a excepción de una vaga relación con la carretera general y las zonas próximas al mar. A estas zonas rurales o intermedias entre los núcleos les asignaba unas ordenanzas muy restrictivas que solo permitían la construcción de viviendas unifamiliares aisladas o bungalows.
Este plan fue finalmente aprobado por una Orden del misterio de la Vivienda de 26.11.1960 y publicado en el BOE del 23.1.1961. Habrían transcurrido casi 3 años desde de la creación de la comisión que daría lugar al documento mientras que el proceso de explotación económica y de transformación sobre la zona empezaría a mostrarse imparable, siendo ignorado por un proceso irreversible, aunque en cierta manera serviría años después únicamente como marco planificador de referencia para las normativas urbanísticas posteriores de los municipios afectados.
A la vez que el turismo va llegando y dejando sus primeras ocupaciones y teniendo en cuenta que es prácticamente imposible contenerlo a los crecimientos naturales de los municipios costeros, la administración comienza a caer en la cuenta de la situación deficitaria de las infraestructuras. En orden a esta cuestión se aprobará el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Provincia de Málaga en 1962 por la Comisión Interministerial de Coordinación de Inversiones. Este plan que fue redactado por técnicos del Gobierno Civil de Málaga sería recogido en el I Plan de Desarrollo Económico y Social para el periodo 1964-1968 y prácticamente no percibiría ninguna inversión en todo el resto de la década.
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1963 – Estudio para el Desarrollo Turístico de la Costa de Málaga-Cabo de Gata de Doxiadis

Aunque las inversiones en infraestructuras no empezarían a moverse hasta finalizar la década, los estudios y proyectos de ordenación seguirian redactándose. De este modo se presentó para la Presidencia del Gobierno, el Estudio para el Desarrollo Turístico de la Costa de Málaga-Cabo de Gata de 1963, redactado por la empresa consultora Doxiadis Associates Intemational de Atenas, a través de su afiliada nacional Doxiadis Ibérica, S.A. Consultores de Planeamiento y Ekistics, dirigida por D. Vingeleos. Constantinos Doxiadis (1913-1975) fue un arquitecto y urbanista griego que alcanzó gran prestigio internacional en la época siendo premiado en el año 1963 por la Unión Internacional de Arquitectos.
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Diagnóstico de la Costa del Sol recogido en el PGOU-1965 por Juan Gómez y González de la Buelga

El PGOU-1965 se redactó ya de acuerdo con la Ley del Suelo de 1956, en pleno «boom» turístico cuando ya la inversión privada totalizaba unos 11.000 millones de pesetas, según se indicaba en los Antecedentes de la propia Memoria del Plan. 

Este Plan formaba parte del Plan Comarcal de la Costa del Sol, descendiente del «Plan de Ordenación y Desarrollo de la Costa del Sol» redactado en 1.959 y aprobado por la Comisión Central de Urbanismo en 1.961.

En la fecha en que se redactó este último plan no podía preverse el espectacular desarrollo turístico que esta zona experimentaría pocos años después por lo que las actuaciones que le siguieron pecaron de inconexas y desordenadas. Precisamente en base a ello, los autores del Plan General justifican la necesidad del Plan Comarcal en el cual queda aquel integrado.

Simultáneamente se redacta y aprueba el Plan Parcial de Ordenación del núcleo de Marbella. No así el de San Pedro de Alcántara que, aunque se redactó y tramitó posteriormente a la aprobación, del Plan General, nunca llegó a aprobarse por l0 que en este núcleo se ha venido utilizándo el Plan General y su normativa como único instrumento de control y planificación del desarrollo urbano.

La necesidad de revisar y adaptar el PGOU de Marbella respondió a 3 motivos fundamentales:

a) El imperativo legal, por cuanto la Disposición Transitoria primera de la Ley del Suelo de 1975 establecía unos plazos para llevar a cabo la adaptación de los Planes Generales Municipales, plazos cuya ampliación estaban ya próxima a cumplirse.

b) La insuficiencia del actual Plán para responder a la dinámica urbanística de Marbella en las circunstancias, entonces, presentes; ya en 1972 el Ayuntamiento de Marbella encargó a los Srs. Mora Urbano, arquitecto, y Goas Chao, abogado, la realización de un Estudio justificativo de la necesidad y conveniencia de revisar el Plan General.

c) El nuevo marco político, si el PGOU es uno de los principales instrumentos para la ejecución de la política municipal, resulta evidente que, con la llegada a los Ayuntamientos de las nuevas Corporaciones elegidas en Abril de 1979, estos Planes debian revisarse para adaptarlos a los nuevos programas políticos.

Interesa destacar que ya en aquellos fechas, a 4 años de la aprobación del PGOU, se habían planteado problemas de considerable importancia tales como desajustes entre la zonificación y la realidad del Municipio, modificación del trazado de la Autopista, confusionismo respecto a la clasificación del suelo con la aparición de figuras extrañas a la Ley del Suelo (rústico de control, cultivos especiales, etc) que en muchos casos daban lugar al incumplimiento sistemático de la ley del propio Plan.

10 años después de la realización de aquel estudio y a 14 años de la fecha en que se aprobó el PGOU los problemas enunciados se han agravado, han surgido nuevos y graves problemas y, sobre todo, las circunstancias y previsiones sobre las que su día se apoyara el Plan vigente, han cambiado de forma radical a partir de 1973 con la denominada crisis del petróleo y de nuevo a partir de 1979-80 al incidir sobre Marbella una fuerte corriente de inversión extranjera.

La Revisión y Adaptación del PGOU de Marbella fue realizada por el Servicio de Urbanismo y Ordenación del territorio de la Excma. Diputación Provincial de Málaga dentro del marco del Convenio suscrito por la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial para la redacción de planeamiento municipal en la Provincia de Málaga.

Los trabajos que han llevado a la redacción de el PGOU fueron realizados por un amplio equipo multidisciplinar bajo la dirección del Arquitecto Coordinador de la Revisión y Adaptación del Plan Alfonso Peralta de las Heras, contratado específicamente para este fin por la Excma. Diputación Provincial en Septiembre de 1980.

Dichos trabajos se iniciaron en 1979 dedicando una 1ª etapa a la toma de datos y a la recopilación de gran parte de la información necesaria.

A partir de septiembre de 1980 se inició una nueva fase del trabajo encaminada a elaborar un diagnóstico de la situación urbanística del término Municipal a establecer unos objetivos concretos hacia los cuales debía orientarse la propuesta de planeamiento. Para ello se planteó un método de trabajo que incluía una reunión semanal del Equipo Redactor con la Comisión Municipal de Urbanismo con la doble finalidad de permitir un seguimiento continuado del desarrollo de los trabajos por parte del Ayuntamiento y, al mismo tiempo, facilitar al Equipo el repertório de objetivos que constituyen la base de política urbanística municipal.

El resultado de esta fase del trabajo, fué la presentación a la Corporación Municipal en Agosto de 1981 de una propuesta básica para la revisión y adaptación del PGOU vigente, que en su momento denominamos «pre-avance», que, debidamente elaborada, dió lugar al Avance del Plan General expuesto al público entre Julio y Septiembre de 1982.

Concluidas las etapas preliminares de información y Avance, desarrolladas entre 1981-1983 comenzó a redactarse no acabándose hasta 1985. Aprobado inicialmente el 31.7.1985 y transcurrido un amplio período de información pública de más de 3 meses, se procedió a su aprobación provisional el 25.11.1985

En un Pleno posterior celebrado el 20.12.1985 se adoptaron determinados acuerdos complementarios que se incorporaron al Expediente aprobado provisionalmente para su remisión a la Junta de Andalucía. El documento fue aprobado definitivamente por el Ayuntamiento el 3.6.1986, no obstante, la Junta de Andalucía mediante un Resolución de su Consejero de Obras Públicas requería que se modificasen determinados aspectos del Plan (entre ellos, la revisión del cálculo del aprovechamiento medio), para cumplimiento de lo cual además debía redactarse un Texto Refundido del mismo. En Marzo de 1988 el Ayuntamiento adoptó finalmente el acuerdo de encargar la elaboración de ambos documentos (Expediente de Cumplimiento de la Resolución de la Junta de Andalucía y Texto Refundido). El 1º documento, tras una serie de retrasos motivados por la dificultad de llegar a una solución con apoyo municipal suficiente en cuestiones tan importantes como la clasificación de suelo y el programa de actuación, fue concluido en Enero de 1989, aprobándose inicialmente el 22.2.1989. Finalizado este proceso, se procedió a redactar por el Ayuntamiento el Texto Refundido de todo el documento. En Marzo de 1991 fue aprobado inicialmente el Texto Refundido, en Junio de ese mismo año se constituyó una nueva Corporación municipal y en ese intervalo de tiempo aparecen la Reforma de la Ley del Suelo, las nuevas Leyes de Carreteras y Costas que provocan la necesidad de una nueva Revisión del PGOU, y vuelta a empezar.

Se redactó un Expediente de Cumplimiento fue aprobado definitivamente el 12.3.1.990. Posteriormente se redactó por el Ayuntamiento el Texto Refundido de todo lo anteriormente aprobado, incluyéndose, además, 19 modificaciones del PGOU, de las que sólo 14 alcanzaron la aprobación. Dicho Texto Refundido fue aprobado inicialmente con fecha 15.3.1991.

A los 5 años de la aprobación del PGOU-1.986, la Corporación Municipal decide el 13.8.1.991 iniciar un nuevo proceso de Revisión del Planeamiento General. El documento de esta Revisión pretendida es aprobado provisionalmente mediante acuerdo municipal de fecha 20.5.1995.

Este nuevo documento de planeamiento general supone la pretensión del Ayuntamiento por incorporar una importante cantidad de suelo urbanizable al tiempo que supone la revisión puntual de espacios dotacionales y de uso público previsto en los sectores del suelo urbanizable programado del Plan vigente, todo ello sobre la base de convenios urbanísticos que monetizaban los  aprovechamientos urbanísticos que le correspondían al Municipio así como los terrenos objeto de cesión gratuita previstos para usos públicos.

En los años siguientes se producen alteraciones en el contenido del documento de aprobación provisional, ampliando las capacidades edificatorias de los suelos sobre la base de nuevos convenios urbanísticos, volviéndose a aprobar el documento provisionalmente el día 20.6.1997, y entendiendo el propio Ayuntamiento que se han incorporado modificaciones sustanciales, se somete a nueva información pública el 18.7.1997, recayendo nueva aprobación provisional en noviembre de 1997.

Mediante Resolución de la CPOTU de Málaga de fecha 20.7.1.998, la Revisión del PGOU de Marbella iniciada en 1991 y aprobada provisionalmente en 1997 por el Ayuntamiento quedara en una parte sustancial denegada y en el resto suspendida su aprobación.

El Ayuntamiento de Marbella elabora durante el año 1.999 un pretendido «Documento para el Cumplimiento de la Resolución de la CPOTU con incorporación de Modificaciones» que es aprobado en sesión plenaria de 17.8.1999. Este documento sólo en algunas cuestiones cumplimenta en realidad aquella Resolución, reafirmándose el Ayuntamiento en muchas de las ordenaciones rechazadas, al tiempo que aprovecha la ocasión, para incorporar nuevas determinaciones no exigidas sobre la base de recientes convenios suscritos.

Este documento de Cumplimiento es rechazado por la Comisión Provincial de de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Málaga en el año 2.000, que deniega de modo definitivo la Revisión iniciada por el Ayuntamiento.

En ese mismo año, la Delegación Provincial de Málaga de la Consejería de Obras Públicas y Transporte ordena publicar en el BOP de Málaga las normas urbanísticas del Plan General aprobado definitivamente en 1.986, lo que acontece el 28.11.2000. 

Es decir, a partir del año 1999 se producen una sucesión de actos municipales aprobando sucesivos Textos Refundidos que no se ajustaban a la Resolución de la Comisión Provincial, actos que eran objeto de impugnaciones por parte de la Junta así como de autos del Tribunal Superior declarando la suspensión cautelar de dichos acuerdos municipales. En este contexto, la política de otorgamiento de licencias sobre la base de los continuos documentos elaborados por el Ayuntamiento se intensifica.

Esta situación se mantiene hasta que la Comisión Provincial de Ordenación del Territorio y Urbanismo el día 21.7.2003 adopta la resolución de denegar por completo y de manera definitiva la Revisión del PGOU en trámite, al no cumplimentarse las deficiencias apreciadas con anterioridad, requiriendo al Ayuntamiento a la iniciación de un nuevo expediente de revisión ya al amparo de la LOUA.

01_clasificacion_suelo_011_compressed02_modelo_150001_compressed03_ordenacion_s_n_u1_compressed04_ordenacion_del_suelo_urbanizable1_compressedAnte la situación urbanística generada por los anteriores acontecimientos, que se caracteriza por un crecimiento descontrolado del aprovechamiento lucrativo respecto del definido por el PGOU del 86, con una ausencia de planificación en  dotaciones de infraestructuras y equipamientos, que responde a cuestiones puramente económicas, y ante la obsolescencia que presenta ya el propio PGOU del 86, se redacta, en cumplimiento del requerimiento de la CPOTU al que se hace referencia en el párrafo anterior, un nuevo documento de Revisión del PGOU.

Así pues, por Orden del Consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de 25.2.2010, se aprueba definitivamente la revisión del PGOU de Marbella, publicada en el BOJA de 24.3.2010 (nº 58) en virtud de Resolución de 5.3.2010 de la Dirección General de Urbanismo de la citada Consejería de Obras Públicas y Vivienda. Y por Orden de 7.5.2010, de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda de la propia Junta de Andalucía, se dispone la publicación de la Normativa Urbanística de la Revisión del PGOU de Marbella, (BOJA de 20.5.2010, nº 97).

Tras más de 5 años de aplicación del citado Plan de 2010, el Tribunal Supremo dictó diversas sentencias por las que se declara su nulidad, lo que ha supuesto que recobre su vigencia el PGOU aprobado en 1986, mediante Sentencias STS 4378/2015 y STS 4379/2015 de 27 de octubre y STS 4380/2015 de 28 de octubre ha anulado la Orden del Consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de 25.2.2010, por la que se aprueba definitivamente la Revisión del PGOU de Marbella (Málaga) nulidad que comprende igualmente la del propio PGOU de Marbella aprobado en ella.

ordenacion-2-aprobacion_page_2Durante el periodo en el que se viene aplicando la normativa urbanística de este último, se ha puesto de manifiesto, tanto la obsolescencia legal de la misma, como consecuencia de los numerosos cambios legislativos que se han producido en materia urbanística y ambiental durante los casi 30 años que separan ambos acontecimientos, como la inadaptación a criterios y determinaciones que responden a las necesidades actuales de la población, y que condicionan el diseño de ciudad y de las edificaciones, lo que resulta manifiestamente inadecuado para responder a los fines a los que debe servir la actividad urbanística.

Este desfase normativo no se producía con la aplicación del PGOU del 2010 anulado, más acorde a las necesidades actuales, que atendía con mayor eficacia los requisitos técnicos, tipológicos y de las actividades económicas, fomentando a su vez las relaciones sociales, actividades de ocio y habitabilidad demandados por los ciudadanos.

El documento de Innovación del PGOU de Marbella, redactado por iniciativa municipal, en cumplimiento de la Resolución de la Concejal Delegada de Urbanismo, Vivienda y Urbanizaciones de fecha 6.4.2016,  tiene por objeto la modificación de la Normas Urbanísticas de la Revisión del PGOU que fue aprobada definitivamente por resoluciones del Consejero de Obras Públicas y Transporte de fechas 3.6.1986 y 12.3.1990, publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia nº 228 de 28.11.2000, y Modificación de las Normas Urbanísticas para las zonas calificadas C-1 y Normativa Cautelar Complementaria del Centro Histórico de Marbella, aprobada definitivamente por la Oficina de Planeamiento Urbanístico de Marbella de 26.3.2007, publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía nº 70 de 10.4.2007.

marbella-ge2Marbella hoy tiene Grandes desarrollos residenciales en ejecución que suman 5.079.043 m2 de edificabilidad residencial prevista para 37.373 viviendas, quedando pendientes 24.713 viviendas. Son sectores no urbanizados como GUADAIZA CENTRAL (584.778 m2 de suelo para 228..060 m2 de techo para 2.027 viviendas), o LA PAZ (476.901 m2 de suelo para 118.140 m2 de techo para 1.059 viviendas), o MARBERIA (431.094 m2 de suelo para 153.660 m2 de techo residencial para 1.370 viviendas), o SAN PEDRO NORTE (199.095 m2 de suelo para 114.534 m2 de techo para 1.041 viviendas), o sectores urbanizados en proceso de edificación como LA ERMITA (354.126 m2 de suelo para 443.040 m2 de techo para 1.555 viviendas, pendientes aun 1.342), o el sector SAN PEDRO SUR (138.479 m2 de suelo para 127.695 m2 de techo para 1.042 viviendas).

En el Informe “Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento‐Instituto Juan de Herrera. ETSAM-UPM, HERNÁNDEZ AJA, Agustín se identificaban en 1991 los barrios vulnerables de 1. SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, 2. LAS ALVARIZAS y 3. NÚCLEO-URBANO, en 2001 son 1.‐San Pedro y 2.‐Divina Pastora‐Las Peñuelas y las zonas de LAS ALBARIZAS (Bloque residencial de promoción pública de los 60′, ubicado junto al polígono industrial de Las Albarizas. Es contiguo a un gran espacio público sin utilizar, el recinto ferial de Marbella, donde se organiza semanalmente el mercadillo. Es una zona muy degradada en Marbella con conflictos sociales El Plan General de Ordenación Urbana de 2010 quería convertir el barrio en una nueva zona de centralidad, polígono 22@, de uso mixto, pero predominando el residencial) y  PLAZA DE TOROS (La sección censal que incluye la plaza de toros de Marbella, destaca por su vulnerabilidad respecto de los 3 indicadores utilizados como referencia en este estudio, pero no conforma área por no presentar población suficiente. La sección está delimitada por las calles: Avenida de la Reina Victoria, al norte, Avenida del Duque de Lerma, calle San Bernabé, y calle de Fray Agustín San Pascual. Dentro de la sección, la parte aparentemente más degradada se encuentra al este de la plaza. Es una zona de uso residencial, con bloques de vivienda de 5 a 9 plantas y una tipología de bloque abierto conformando en ocasiones una planta en forma de cruz); y en 2006, 1.‐San Pedro y la zona de PLAYA DE LA FONTANILLA (Las secciones 01.023 y 01.031 abarcan la zona que comprende desde el paseo marítimo hasta la avenida Ricardo Soriano. En ella encontramos un gran número de hoteles y segundas residencias de nueva y vieja construcción. Éstas últimas más hacia el rio, y a partir de la calle Ortega y Gasset son bloques plurifamiliares exentos de los 70′ u 80′ en buen estado aparente).

Mapa-Marbella-area.jpg

Marbella tiene hoy una población de 139.537 habitantes y un parque residencial de 96.071 viviendas, de las cuales 13.629 son unifamiliares (el 13,39% del total). Destacar la inexistencia de viviendas anteriores a los 60′ (cerca de 600 viviendas, menos del 1%), datando de los 60′ son 8.211 viviendas (el 9%), de los 70′ son 18.051 viviendas (el 19%), de los 80′ son 19.522 viviendas (el 20%), de los 90′ son 15.645 viviendas (el 16%) y de la década prodigiosa 2000-2009 son 33.464 viviendas (el 35%).

Y hoy, sin espacio donde crecer, con innumerables problemas de movilidad, con la herencia de los des-gobiernos urbanísticos de GIL (y Roca y sus clientes), San Pedro de Alcántara aguarda la solicitud de separación municipal en cualquier momento…

El gran maná del turismo, criado con mimo desde los 50′ hoy define todo en Marbella. 


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España