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Vic es un municipio y un término municipal de 30,92 km2 que se encuentra en el centro de la comarca de Osona, en la provincia de Barcelona, y limita al NW con el extenso término de Gurb, al E con Folgueroles, Calldetenes y Santa Eugenia de Berga, al S con Malla y Muntanyola y al W con Santa Eulàlia de Riuprimer.
Además de la ciudad de Vic, cabeza administrativa del municipio y de la comarca, el término comprende el pueblo de Sentfores, llamado también la Guixa, parte del núcleo urbano de Calldetenes, el arrabal de Serra-de-senferm, la urbanización El Castillo de Planes, situada en el NO de la ciudad entre la línea férrea y el trazado de la carretera de Puigcerdà, y los polígonos que forman el cinturón industrial de la ciudad.
El término de Vic se encuentra en el centro de la Plana, por lo que el municipio muestra un relieve llano, con pocos desniveles, y se encuentra situado entre los 484 m de la ciudad y los 700 o 800 m que se alcanzan al sector de poniente. La Plana, orográficamente, es una cuenca de erosión fluvial rodeada completamente por otros montañas -el Montseny y la Cordillera transversal-, que, como una barrera, provocan unos efectos climatológicos característicos de este sector de la comarca.
El ámbito de la Plana de Vic, con una extensión de 523 km2, constituye el núcleo central de la comarca de Osona. Es una llanura de erosión fluvial de unos 30 km de largo y 10 de ancho, rodeada de montañas y mesetas, y surcada por los ríos Ter y Congost, en el extremo S. Su orografía es suave y se caracteriza por las colinas que emergen entre los extensos campos de cultivos. Además, conforma el extremo NO de la Depresión Central Catalana, lindando con los Prepirineos, la Cordillera Transversal y la Cordillera Prelitoral. Entre los principales componentes territoriales de esta “cubeta natural” cabe destacar el Montseny, la Serralada Transversal y los cerros de la Plana Ausetana. No obstante, la morfología de esta llanura está determinada principalmente por un sistema de núcleos macizos según los vestigios de la primera organización agrícola de la comarca, mientras que el patrimonio urbano de la Plana, las ciudades como puntos de referencia, está estructurado por la permanencia de los caminos rurales, más que por el sistema hídrico.
Una buena parte de las carreteras de la comarca confluyen radialmente en la ciudad de Vic. Atraviesa el término de S a N la carretera C-17 de Barcelona a Ripoll, convertida en autovía que bordea la ciudad. Desde Vic sale también la N-141d en dirección E hacia Calldetenes y Vilanova de Sau, y las antiguas comarcales C-153 en dirección NE hacia Roda de Ter y Olot, y C-154 (el tramo inicial desde Vic es denominado C -25D por su conexión con el Eje Transversal) en dirección NW hacia Olost, Prats de Lluçanès y Gironella. Además, hay otras carreteras locales como las que unen Vic con Manlleu y Torelló, la de San Bartolomé, la de Arbúcies que pasa por Santa Eugenia de Berga y Taradell y la de Aviñón por Santa Eulalia de Riuprimer, que prácticamente paralela al Eje Transversal (C-25, Cervera-Girona).
En 1993 se inauguró el sector de Vic del Eje Transversal, que supuso una importante mejora en las comunicaciones del término y de las comarcas afectadas. Vic dispone de estación de ferrocarril de la línea de Barcelona a Puigcerdà de la compañía RENFE. El tren llegó a Vic en 1876, cuando se puso en marcha el tramo entre la ciudad y Granollers, y en 1880 la línea ya llegaba a Ripoll y San Juan de las Abadesas.Es característica del paisaje de Vic la niebla de invierno, fenómeno que a menudo se debe a la inversión térmica. Cuando los días de invierno se sitúa un gran anticiclón sobre la península, y el cielo se mantiene despejado y el viento en calma, la peculiar orografía de la Plana hace que el aire frío quede hundido. Los sectores más elevados del término están en la parte de poniente, donde se encuentra el plan de San Sebastián, que se levanta sobre la llanura a más de 700 m de altitud, u otros pequeños aserrados o montículos, como el serrado de San Ramón (574 m) y el Castillo de Planes (534 m).
La ciudad de Vic se encuentra cerca de la confluencia de 2 pequeños afluentes del Ter: el Gurri, procedente del pie del Montseny, y el Mèder, formado por las rieras de Muntanyola, de Santa Eulalia de Riuprimer y de San Juan del Galí. Aunque ser ríos de poco caudal, en especial el Mèder, son los que han favorecido su floreciente industria de las curtidurías y también los responsables de algunos desbordamientos. El Mèder atraviesa el centro de la ciudad de W a E y vierte sus aguas por la izquierda al Gurri. El Gurri, afluente del Ter, drena las tierras más levantinas en dirección S-N, formando en parte el límite natural con el término de Calldetenes. También por la izquierda desagua el Rimentol.
Biogeográficamente, las tierras del sector de Vic de la Plana se encuentran dentro del dominio de la vegetación eurosiberiana, donde potencialmente aparecería un bosque de roble pubescente (Buxo-Quercetum pubescentis). Este bosque de robles sin ningún tipo de intervención humana sería el paisaje natural que se encontraría en la Plana de Vic, pero sólo quedan claros, ya que ha sido muy destruido para convertir estas tierras en cultivos y pastos, por un lado, y en zonas residenciales o industriales, por otro. La presencia del roble en las tierras de la Plana es debida, en parte, a las condiciones climatológicas y la fertilidad y la humedad de los suelos. Así, como consecuencia del proceso de la inversión térmica, se encuentra, al contrario de lo que sería habitual, robles en la llanura y encinas en las laderas que se elevan sobre ésta. Además, el hecho de que las rocas que forman los suelos de la Plana sean margas, material blando y fino que permite una absorción elevada de agua, hace que ésta se retenga en mayores cantidades, por lo que la Plana se convierte en un terreno apto para a especies que necesitan más humedad, como los robles, en lugar de la encina.
La población (Vic) estaba presente ya en épocas del Neolítico, como lo atestiguan los hallazgos arqueológicos pertenecientes a esta etapa prehistórica. Posteriormente apareció la tribu ibérica de los ausetanos, los cuales vivían en la ciudad antecesora de Vic, Ausa. Con posterioridad aparecieron los romanos, los cristianos y los árabes. La restauración de la Plana se hizo a lo largo del siglo IX. Los primeros censos generales de Cataluña, decretados por la corte de Cervera el 1358-59, se hicieron a la comarca el 1365. Según este registro, Vic disponía de 501 fuegos. A finales del siglo, en 1397, la ciudad tenía un total de 447 fuegos o unos 2.000 habitantes, cifra que se considera la mitad de los que tenía al principio del siglo; este descenso fueron las pestilencias y las luchas de mediados del siglo XIV. Posteriormente, este número fue aumentando hasta mediados del siglo XVI, aunque una cierta incidencia negativa que se dio el 1515.
La ciudad de Vic experimentó un crecimiento real a lo largo del siglo XVI y principios del XVII. Esta notable sube demográfica fue acompañada de una evidente mejora del tipo de vida, reflejada en las edificaciones. El siglo XVIII fue un momento importante para el conjunto de la ciudad, sobre todo entre los años 1782-89, en el que la población superó los 2.000 habitantes.
En este siglo Vic era una ciudad con fábricas de lana, algodón, lino y cáñamo que denotaba su progreso en la renovación de sus edificios públicos y en la construcción de nuevas casas de nobles enriquecidos. A pesar del pequeño retroceso experimentado a lo largo de las primeras décadas del siglo XIX, la cifra de 10.000 personas ya fue superado en la ciudad antes de que se hiciera el primer censo moderno de población en 1857. Es a partir de esta fecha y hasta en 1900 que la población descendió, pero, iniciado el siglo XX, el conjunto de la población tendió a crecer, especialmente después de 1950, cuando se dieron las primeras oleadas migratorias atraídas por el potencial económico de la ciudad de Vic.
El papel tradicional como centro comarcal junto con la instalación de una cierta industria alimentaria generaron un apreciable crecimiento de la población durante la década de 1950. El desarrollo posterior, tanto del sector terciario como de la industria, dio lugar a un traslado de jóvenes de los municipios vecinos hacia la ciudad, el cual se mantuvo durante la década de 1960. a pesar de los 30.155 h que alcanzó Vic en 1981, la crisis económica frenó este crecimiento y la ciudad experimentó una pérdida de población, debida en buena parte a la existencia de un balance migratorio negativo; así, se bajó a 28.736 h en 1991, pero posteriormente se produjo una revitalización demográfica de forma que se alcanzaron los 32.703 h en 2001 y los 37.825 h en 2005.
El sector primario tiene poca incidencia en el conjunto de la economía vigatana. El sector secundario y el terciario son los que han tomado más fuerza y los que concentran la mayor parte de la población ocupada. Sin embargo, el término de Vic tiene una extensión considerable de tierras de cultivo, dedicadas sobre todo a los cereales (trigo, cebada, avena) y los cultivos forrajeros. Finales del siglo XX, sin embargo, ha estado marcada por un retroceso de las tierras dedicadas a la agricultura, muchas de las cuales han sido recalificadas como suelo industrial, comercial o residencial. En cuanto a la ganadería, Vic es la capital de una de las comarcas con más tradición ganadera de Cataluña, sobre todo en cuanto al sector del ganado porcino. Uno de los productos de más calidad es la longaniza de Vic, que en 1988 obtuvo la denominación de producto de calidad. Además de la cría de ganado porcino destacan también la cría de aves, la cría de ganado vacuno y la cunicultura. En la zona de equipamientos situada en los antiguos terrenos de Campsa, que comenzó a funcionar en 1990, se puede encontrar una lonja de contratación de ganado, que hasta entonces estaba en la plaza de los Mártires de Vic -también conocida popularmente como la plaza los Porcs-, y un centro líder en investigación genética ganadera.
El proceso de industrialización de la ciudad de Vic arranca a partir de la década de 1920, con el inicio de la electrificación moderna. La industria vigatana se concentra básicamente en 3 sectores: el de la piel curtida, el metalúrgico y el alimentario. La industria de la piel curtida es el sector industrial con más tradición y más peso de la ciudad. Se concentra mayoritariamente en los alrededores del Mèder y el Gurri. El origen de este sector se encuentra en las ventajas derivadas de la situación y el clima, aunque estos factores ya han perdido importancia debido, entre otros, los nuevos sistemas de secado artificial, que han reducido la importancia del clima. De las principales empresas del ramo, entre las que destaca Colomer Munmany (una de las principales empresas del sector de España) dependen un grupo de pequeñas industrias que realizan diversas fases del proceso industrial por encargo de alguno de estos grupos o bien que están especializadas en algún tipo de producto concreto. Con todo, la industria de la piel ha sufrido periodos de fuerte retroceso como consecuencia, en parte, de la competencia de algunos países subdesarrollados y de las dificultades de algunas empresas para exportar los productos.
El sector metalúrgico surgió de las necesidades de la industria textil y de la reparación y la fabricación de herramientas para el uso agrícola y ganadero. La diversificación del sector ha llevado a la fabricación de maquinaria hidráulica, electrodomésticos y otros tipos de aparatos. El sector alimenticio muy ligado con la comercialización de los productos derivados de las actividades agrarias, tales como la elaboración de embutidos, los mataderos y la elaboración de piensos y de leche. Hay que mencionar la Cooperativa Agraria Comarcal Plana de Vic (1966), vinculada a la producción de derivados del sector ganadero en general (embutidos, leche y pienso). En 2005 se inauguró la planta de envasado de Llet Nostra. Dentro del sector textil se puede destacar empresas dedicadas a la confección de prendas de vestir (corbatas, pañuelos …) y la fabricación de hilados de algodón y fibras. En cuanto al resto de industrias, hay empresas del sector químico así como otras dedicadas a la fabricación de muebles.
La localización de la industria vigatana se sitúa en parte dentro del núcleo de la ciudad junto a los ríos, pero las nuevas estructuras de la urbanización industrial han hecho necesaria la concentración de las empresas en torno a los ejes de carretera y que se situaran fuera del casco urbano para dinamizar las mismas prácticas industriales y también para liberar la ciudad de esta carga.
Por otra parte, la situación de la comarca respecto de la influencia del área industrial barcelonesa y el estado de la red viaria han impedido durante mucho tiempo que se produjeran en Vic los efectos de una industrialización masiva e indiscriminada. Durante mucho tiempo el suelo de otros municipios del entorno se utilizó para ubicar las empresas que no tenían cabida en el área industrial de Vic. Ahora bien, la mejora de la red y la disposición ordenada de los polígonos industriales han hecho posible un nuevo desarrollo industrial.
De entre los polígonos más importantes, destacan el Polígono Industrial de Vic o Polígono Industrial de la Carretera de Rueda, al NE de la ciudad, el Polígono del Sot los Pradals, entre la carretera de Sant Hipòlit de Voltregà y los límites del Polígono de Mas Galí (Gurb), el Polígono de Mas Beuló, situado entre la carretera de Sant Hipòlit de Voltregà y la de Manlleu, y el Parque de Actividades Económicas de Osona, al N de la ciudad.
Como capital comarcal, Vic concentra la mayor parte de los servicios de carácter administrativo; la sede del Consejo Comarcal de Osona se encuentra en el remodelado edificio de la antigua Fábrica de Azúcar, ubicado al O de la ciudad, en una zona que se ha habilitado como centro de servicios y equipamientos diversos. La oferta de asistencia sanitaria en Vic es muy variada y responde a la de un jefe comarcal. Dispone de diferentes centros de asistencia primaria, centros de mutualidad privada, centros especializados (dedicados a las discapacidades físicas, psíquicas, etc.) y 4 hospitales: el Hospital General de Vic (1987), la Quinta Salud la Alianza (1938 ), el Hospital de la Santa Cruz y la Clínica San José (1958).
Vic es también el núcleo principal de la comarca en cuanto a la educación. Dispone de un buen número de centros que cubren la enseñanza hasta el bachillerato y existe, además, la posibilidad de cursar estudios superiores en la Universidad de Vic (UV). Los antecedentes históricos de los estudios superiores en Vic se iniciaron ya en la Edad Media, con la restauración de la sede episcopal de Vic (970-880), época en que se creó la Escuela Catedralicia, conocida también como Canónica, que posteriormente se denominó Estudio General. Este fue el precedente de la Universidad Literaria creada en 1599 con la concesión de un privilegio otorgado por el rey Felipe III. En 1717, terminada la guerra de Sucesión, se abolió la Universidad Literaria. El Seminario Tridentino, fundado en 1749, suplió durante los siglos XVIII y XIX la falta de estudios universitarios y tuvo un importante papel en el ámbito formativo y cultural de la ciudad y de todo el país; contó con estudiantes tanto conocidos como Jacint Verdaguer o Jaume Balmes. En 1968 el Seminario de Vic cerró sus actividades docentes.
Los precedentes inmediatos de la actual UV se encuentran con la creación, en 1984, de la Fundación Universitaria Balmes (FUB), que asumió la titularidad de la Escuela Universitaria Balmes de Formación del Profesorado (heredera de la Escuela Normal «Jaume Balmes» del obispado), que ya había iniciado sus actividades el curso 1977-78, adscrita a la Universidad de Barcelona (UB). En 1979 esta escuela impulsaba la creación de la Editorial Eumo. En 1985 se integró en la FUB la Escuela Universitaria de Enfermería, creada en 1979 y adscrita también a la UB. La unificación de la titularidad jurídica de estos centros universitarios en la FUB se expresó con la denominación de Estudios Universitarios de Vic, que vio incrementar su oferta en años posteriores: la Escuela de Estudios Empresariales de Osona (curso 1987-88), adscrita a la UB, la Escuela Politécnica (curso 1989-90), adscrita a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y la Facultad de Traducción e Interpretación (curso 1993-94), adscrita a la UB.
La creación de una 2ª fundación universitaria, con el nombre de Eusebi Molera y que incorporó los centros y titulaciones técnico-científicas, posibilitó aún ampliar los estudios superiores. Así, por ejemplo, el curso 1996-97 se puso en marcha la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas, adscrita a la UB en el marco de una nueva Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas, que integraba también la ya existente diplomatura de Ciencias Empresariales, que tiene su sede en un moderno edificio en el campus de Miramarges, donde está también la sede de los servicios generales de la Universidad de Vic, creada en 1997. Por otra parte, el curso 1998-99 se iniciaron las actividades del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Vic, vinculado a la Facultad de Teología de Cataluña y dependiendo del obispado (la sede se encuentra en el edificio del Seminario de Vic). Aparte de los estudios universitarios, el municipio de Vic dispone también de otros centros que contribuyen a la oferta educativa, como una la Escuela de Turismo, la Escuela de Arte, la Escuela de Danza o la Escuela Municipal de Música de Vic.
Vic dispone, por otra parte, de un buen número de instalaciones deportivas, muchas de ellas de carácter municipal y otras privadas. Destacan los 2 estadios de atletismo, uno de los cuales está situado en una amplia Zona Deportiva Municipal, las pistas del Club de Tenis Vic y el complejo polideportivo del Club Patí Vic, cuyo pabellón fue el escenario de competiciones de hockey patines celebradas en la ciudad durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, en el año 1992.
La evolución demográfica de la Plana de Vic incluye fases muy diferentes. A partir del siglo XVIII, la topografía de llanura permite el aprovechamiento agrícola, involucrando a la mayoría de la población. Así, ésta se localiza en pequeños núcleos rurales y en Vic como único núcleo urbano. A finales del 1700, con casi 5.000 habitantes, Vic evoluciona como ciudad-mercado. Además, cabe destacar la importancia del asentamiento disperso, típico de la tradicional masía catalana. Hacia finales del siglo XVIII se da un crecimiento demográfico muy importante a nivel comarcal, pero con diferente intensidad según las áreas. El incremento de población en la Plana es de 13.000 habitantes; mientras que el Lluçanès, por ejemplo, sólo registra un aumento de 2.000 personas. Este impulso demográfico se debe fundamentalmente a las transformaciones agrarias e industriales. La agricultura se beneficia de la amplia superficie de cultivo, la introducción de nuevas plantas y la utilización, cada vez más generalizada, de abonos. Al mismo tiempo, la artesanía da paso a la industria.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el auge de la industria barcelonesa favorece la inmigración, y la Plana de Vic pierde casi un tercio de su población. Esta emigración marginaliza determinados sectores, sobre todo en las áreas rurales que más crecen en la época anterior. También se produce la emigración agraria y, en menor medida, la de los municipios urbanos. Esto se debe a la crisis rural, pero también al aislamiento de la comarca debido a la baja conectividad con otras áreas. No obstante, un pequeño grupo de municipios, localizados sobre el valle del Ter, experimentan un considerable crecimiento por efecto de la industrialización ligada al aprovechamiento de la energía hidroeléctrica.
Desde principios del siglo XX hasta la Guerra Civil cambia el signo demográfico de la Plana de Vic. La población aumenta debido a las mejoras en la agricultura y la expansión industrial, gracias a la mejora de las comunicaciones. Así, la implantación del ferrocarril convierte esta llanura en un centro proveedor de productos agrícolas y ganaderos para la ciudad de Barcelona y su entorno. Esta prosperidad agraria facilita una nueva expansión de la población rural. En este momento, emergen una serie de núcleos urbanos y semiurbanos. Vic, en el centro; Manlleu y Torelló, al N; y Tona y Centelles, al S, concentran la mayor parte de población de la Plana. No obstante, también se consolida el tejido de masías dispersas “entre-ciudades” como parte de un paisaje que permanece vivo desde hace más de 2 siglos.
En cuanto al turismo, Vic es una ciudad con un número destacado de edificios públicos y privados de gran interés y con un destacado legado histórico. Muchos de estos se concentran dentro del recinto de la plaza Mayor. Por otra parte, la oferta de alojamientos es variada (hoteles, fondas, albergue de juventud, etc.).
«…La ciudad antigua, se caracteriza por una configuración de la estructura urbana ligada a la antigüedad de el asentamiento y por la huella que la densificación urbana previa al salto fuera murallas propia de los crecimiento demográficos del siglo XVIII. Así, en el trazado de calles irregulares, secciones estrechas, espacios poco habilidades por el tráfico motorizado, etc. que conforman el casco antiguo, hay que sumar la adición de plantas, la subdivisión de fincas y antiguas viviendas señoriales, el aprovechamiento de espacios bajo tejado.
Como resultado de estos factores, las viviendas existentes en estos edificios son, de forma generalizada, viviendas fuerza envejecidos y con pocas prestaciones (falta de ascensor, de aparcamiento). Esta tipología de viviendas propia del casco antiguo se extiende en los primeros crecimientos fuera del recinto amurallado y lo podemos encontrar a lo largo de los antiguos caminos de acceso a Vic.
En el siglo XVIII, con la construcción de las Ramblas, la reconstrucción de los arrabales, la apertura de nuevos calles (Calle Nueva) y el Eixample Morató, el crecimiento de Vic tiene unas características muy diferentes, trazado de las calles más lineal, anchuras continuas y más generosas, redes de infraestructuras más adecuadas, etc.
En 1875 se inauguró la estación de tren y comenzó a crecer toda esta zona y también el sector comprendido entre la calle de Gurb y el de Manlleu. Ya en el siglo XX se inaugura la calle Verdaguer. La ronda Camprodon abre en 1922 junto con las calles Arzobispo Alemán y del padre Gallissà. Vic iba creciendo en sentido inverso a las agujas de reloj que había comenzado en el Eixample Morató.
Las primeras coronas de crecimiento generan viviendas muy grandes, con techo altos, en edificios para la burguesía. La mayor parte de este parque de viviendas se conserva en un buen estado, pues resultan atractivos por su centralidad y sus dimensiones. El gran desarrollo urbano de los años 50′ propició la construcción de nuevos barrios como el Remedio, el ensanche de las casas de Joan Riera alrededor del Estadio y el vecindario de la Sierra-de-Sen-Firme.
Es a finales de los años 80′ y principios de los 90′ cuando se hace la gran apertura hacia poniente de la ciudad con la urbanización de la zona universitaria, Torre de los Frailes y Parque de los Estudios; la zona del Azúcar y la construcción de la pasarela sobre la vía del ferrocarril. Estos nuevos crecimientos se construyen con unos estándares muy definidos: calidad media-baja y viviendas de 3 – 4 habitaciones.
Los últimos crecimientos corresponden a sectores resultantes del planeamiento de 1981 y se concentran en la corona perimetral y el sector de levante del municipio, pero en la última fase se han repartido en todo el municipio (excepto ciudad antigua). Estas viviendas, son muchos de ellos el resultado de operación especulativas, y se caracterizan por tener una superficie sensiblemente inferior a las viviendas existentes provenientes de otras épocas…
Se conoce la existencia de la ciudad de Vic en la época que esta era el centro de la tribu ibérica de los ausetanos, con el nombre histórico de Ausa. Se tiene constancia de que el cónsul romano Cneo Escipión, poco después de su desembarco en Empúries, en el año 218 aC, derrotó a los ilergetes, se dirigió contra los ausetanos y sitió su ciudad. La desesperada resistencia del caudillo ausetano Amusic, sobre todo después de que los romanos hubieran derrotado los lacetanos que venían a ayudarles, no pudo impedir que la ciudad cayera en manos de los romanos. Amusic y sus hombres se hicieron fugitivos, y Ausa tuvo que capitular y pagar a los vencedores 20 talentos de plata. Se vuelve a encontrar constancia de los ausetanos el 207 aC, cuando participaron en la rebelión de los ilergetes, y sobre todo el 183 aC, cuando el pretor Terenci deshizo las ciudades, los pueblos y las fortalezas de los ausetanos y los obligó a residir en las tierras planas.
Tradicionalmente se ha creído que la primitiva ciudad ibérica ocupaba la parte alta del Vic actual, alrededor del templo romano, pero no ha aparecido ningún vestigio. Es muy probable que la primitiva Ausa ocupara el mismo lugar que la ciudad romana, y que con las piedras viejas edificara el Ausa o Ausona los tiempos romanos. La etapa de asimilación romana llevará del 183 al 110 aC. A partir de esta última fecha desaparecen las acuñaciones ibéricas los ausetanos y empezaron a circular las monedas romanas. Bajo esta dominación, Ausa se convirtió en un municipio romano, con funcionarios civiles y militares y un templo propio. Unas pocas lápidas existentes en Vic, Barcelona, Sevilla y Canovelles, en honor de ausetanos, han permitido conocer los cargos públicos, además de la existencia de una cohorte ausetana. El gobierno de la ciudad estaba formado por la curia, constituida por un centenar de personas notables, agrupadas en decenas, presididas por los decuriones. Estos elegían cada año 2 duumvirs, encargados del gobierno de la ciudad, de la percepción de los tributos y de la administración de justicia. También había 2 ediles, para controlar las obras públicas y los mercados, y 2 cuestores, para realizar las recaudaciones y llevar a cabo los asuntos judiciales. En el aspecto religioso estaban los flamines o sevir augustal, encargados de los sacrificios y de los auspicios, sobre todo del culto a Roma y al emperador. La persistencia y la continuidad del poblamiento en la parte alta de la ciudad ha hecho que no quedara ningún vestigio de la ciudad romana, a excepción del templo romano. Hay otros hallazgos aislados entorno de la ciudad, como la necrópolis descubierta al ampliarse la curtiduría Colomer Munmany, donde aparecieron 6 enterramientos romanos, 2 de los cuales con cajas de plomo; un par de capiteles del período romano tardío -uno de estos encontrado en el lugar de la Escuela Industrial-; diferentes vasos de cerámica sigillata, encontrados en el Puig d’en Planes, y silos del Cabo del Puente del Gurri, además de otros restos que se guardan en el Museo Episcopal. Estos restos testimonian el fuerte impacto que recibió la antigua Ausa del tipo de vida romano y como éste se sobrepuso totalmente a la antigua cultura ibérica.
La edad media. El obispado de Vic
Vic continuó manteniendo un carácter de capitalidad de la zona montañosa del Prepirineo y de las mesetas del Lluçanès y el Bages, como lo revela la erección de su obispado entre finales del siglo V y el principio del s VI. Este es uno de los aspectos históricos que más ha contribuido al prestigio de la ciudad. Ninguna fuente escrita sobre los inicios de Vic de la cristianización. Es muy probable que esta no penetrara en las comarcas del interior hasta la época constantiniana, empezando por la ciudad y sus funcionarios, y que desde esta, seguramente, se extendiera hacia los núcleos suburbanos y, mucho más tardíamente, en las zonas montañosas.
El primer obispo de Vic conocido es Cinidi, el cual firma el 516 como obispo del Ausonitanae civitatis en el concilio de Tarragona de ese año y en el de Girona del año siguiente. A partir de este momento, la lista de obispos asistentes, bien directamente o por delegación, en los concilios provinciales es continua hasta el obispo Guisefred, que el 693, con el nombre de Ausonensis episcopus, firmó las actas del XVI Concilio de Toledo. La aparición simultánea de las diócesis de Girona y de Urgell hace creer que los límites de la diócesis de Osona eran iguales a los actuales para las bandas N y E. El obispado desapareció temporalmente con la invasión sarracena de la Plana los años 715- 17, y la primitiva catedral, desapareció con él. Gracias a la capitalidad del obispado confluyen, al menos para trámites religiosos y curiales, el clero y muchos fieles de las comarcas del Ripollès, del Bages, del Anoia e incluso de las tierras que rodean Santa Coloma de Queralt hasta tocar Cervera. Se dieron los primeros límites del obispado, en las épocas posteriores a la conquista o reorganización medieval, las que se encuentran recogidas en una bula del papa Benedicto VII, del año 978, y también en el acta de consagración de la catedral de Vic, el 1038. En ambos documentos, los límites de la diócesis son definidos muy precisamente con las diócesis de Urgell, Girona y Barcelona, y quedan, en cambio, imprecisos en el lugar del Anoia, hasta el punto de decir, en el 2º documento, que llegaba hasta el Segre. El 960 había llegado hasta Montbui y la Roqueta, pero la colonización interior fue mucho más lenta, ya que una sequía de finales del siglo X hizo emigrar muchos de los primeros colonizadores, y la estructuración definitiva del sector situado entre Calaf y Santa Coloma de Queralt no se emprendió hasta un periodo situado entre los años 1010 y 1030.
A partir del 1030 se emprendió la repoblación de la Segarra propiamente dicha, a lo largo del antiguo camino de Lleida o de Aragón, de Cervera hasta Vila-sana y Sidamon, a 16 km de Lleida, terrenos que quedaron adscritos a la diócesis de Vic hasta la creación de la diócesis de Solsona. La obra repobladora de la diócesis de Vic comprendió también inicialmente 5 parroquias situadas al W de Santa Coloma de Queralt (Conesa, las Pilas, Biure, Forès y Rocafort) y 12 parroquias de los alrededores de Maldà, hasta Tarrés y la Espluga Calva, que el 1154 se integraron en la archidiócesis de Tarragona, restaurada ese año totalmente en cuanto a la demarcación. El obispado se mantuvo sin variaciones hasta la creación del de Solsona en 1593, a ruego de Felipe II, por el papa Clemente VIII.
El motor impulsor de toda la diócesis fue siempre la ciudad de Vic, sede y residencia de sus obispos, a pesar de algunos intentos secesionistas o de emulación por parte de la ciudad de Manresa, la más populosa e importante de la diócesis. Entre todos los grandes obispos se puede remarcar Ató (957-971), Oliba (1018-46), Guillem de Balsareny (1046-76) y Berenguer Sunifred de Yuca (1078-99), en la alta edad media. Dos de estos obispos obtuvieron, aunque efímeramente, la restauración de la archidiócesis de Tarragona (971-972 y 1089-99) permaneciendo obispos de Vic, es decir, que pasaron por una breve etapa la capitalidad religiosa de Cataluña a la ciudad de Vic.
La canónica vigatana, centro importante de producción intelectual gracias a su scriptorium, especialmente de los siglos XI al XIII, y Ripoll, centro igualmente de forestación, espiritualidad y cultura, fueron los impulsores principales de la vida interna de la diócesis. A pequeña escala contribuyeron otros monasterios y canónicas, como San Juan de las Abadesas, Sant Benet de Bages, Santa Cecilia de Montserrat, Sant Pere de Casserres, el lago, la canónica de Manresa y de Manlleu y Lluçà.
A partir del siglo XII comenzó a destacarse el monasterio de Santa María de Montserrat, fundado en un extremo de la diócesis en el siglo anterior por el obispo y abad Oliba y que se convirtió en el heredero único de la gran tradición benedictina de la diócesis y de todo el país.
En el siglo XII la sede episcopal de Vic conoció también grandes y destacados obispos, como el piadoso y pacífico Arnau de Malla (1102-09) y Ramon Gaufred (1109-46), amigo y colaborador de san Oleguer, especialmente en la restauración material de Tarragona. Pedro de Redorta (1147-85) fue el administrador de los bienes y las rentas que sostenían la catedral y sus clérigos, y Ramon Xetmar de Castellterçol (1185-94), después de un breve pontificado en Vic, pasó a la sede metropolitana de Tarragona. En el siglo XIII se destacaron por su actividad Guillem de Tavertet (1195-1233), san Bernat Calbó, antiguo abad de Santes Creus (1233-43), y el organizador Ramón de Anglesola (1265-98). Durante el siglo XIV el episcopologio Vic tuvo todavía algunos miembros destacados, como Berenguer Saguàrdia (1306-28), tío la reina Elisenda de Montcada, que inició la construcción del claustro de la catedral y cedió al rey el dominio civil que tenía encima media ciudad de Vic, y Galceran Sacosta (1328-45), valiente defensor de los derechos y prerrogativas de su obispado. A partir del 1.345 hubo, sin embargo, un cambio radical en la serie de obispos de Vic. Hubo todavía algunos obispos importantes, pero para muchos la diócesis fue un simple trampolín para ascender a cargos superiores. Por otra parte, a partir de ese momento no fueron ya designados por el capítulo y los canónigos, sino directamente por los papas y, más tarde, por los reyes. A menudo fueron forasteros: aragoneses, castellanos, etc. Casi todos amigos del rey y pertenecientes al Real Consejo de Su Majestad. El primer obispo nombrado directamente por el papa fue Miquel de Ricomà, que sólo fue obispo de Vic un año (1345-46). Del siglo XV adelante acentuó la intromisión real dentro de la diócesis, que sería casi exclusiva desde el siglo XVI.
La ciudad de Vic hasta el siglo XVI
En medio de todas las vicisitudes históricas que marcan la vida de Vic entre los siglos XII y XVI, hubo una fuerte expansión urbanística y menestral. A principios del siglo XIII se calcula que tenía unos 3 000 habitantes, dedicados a los oficios artesanos propios de una ciudad de mercado: paraires, zapateros, sastres o herreros, y con una industria más notable de cuchilleros y curtidores que exportaban sus productos a el exterior, incluso en Túnez. La vitalidad ciudadana se puede ver también en la gran cantidad de altares y beneficios que se establecieron en la catedral a lo largo del siglo XIII y, en especial, por los conventos que se fijaron en la ciudad. Los primeros en establecerse fueron los hospitalarios de San Juan de Jerusalén, los cuales son documentados en Vic a partir del 1181, y llegaron a crear allí un pedido, la cual no perduró más allá del 1258. El 1225 se erigieron un convento los franciscanos, que en 1270 cambiaron de emplazamiento. En 1235 fundaron un convento los mercedarios.
Por este tiempo, a las afueras de Vic, también funcionaba la capilla de Santiago con su hospital de leprosos; el hospital de Arnau de Cloquer, erigido en 1217 cerca de la iglesia de San Bartolomé, situada en la cabeza del puente de Queralt; la hospedería de la catedral, situada en la calle que aún en lleva el nombre; y una capilla y hospital dedicados a la Trinidad y levantados en 1275 por Ramon de Malla. La comunidad de judíos de Vic conoció también una etapa de fuerte vitalidad, con nuevos miembros venidos de Mallorca y de Manresa. El 1277, cuando sumaban once familias, adquirieron un trozo de huerto para edificar una sinagoga y escuela, y en 1327, una pieza de tierra al este de la ciudad, en el lugar conocido todavía como Puig de los Judíos, para destinarla a cementerio.
La comunidad judía, por ser situada entre las dos partidas de la ciudad, recibió una fuerte sacudida en las luchas de los años 1366 y 1372 y se extinguió en 1391, cuando se bautizaron los 4 últimos hombres y 2 mujeres que estaban en la ciudad. En el aspecto urbanístico, Vic continuó creciendo a lo largo de todo el siglo XIII y principios del XIV, dentro el cercado amurallado, en especial hacia la parte NW de su ámbito, es decir, las calles de la Riera, de Callnou y de las Bajos. También la plaza Mayor recibió una configuración definitiva y, además de sus pórticos, bajo los que se venía, se instalaron en el centro pequeñas tiendas de obra, agrupadas por gremios y materias, como las tablas de carnicería, zapatería o pañería , la mayoría con su sótano o sotabotiga. Las pestilencias y las luchas de mediados del siglo XIV llevaron un fuerte descenso de población en Vic, como la mayoría de las ciudades y las villas del país. El descenso fue tan fuerte, que en 1388 el rey Juan I concedió un privilegio, a petición del consejo de la partida real, por el que daba acceso completo a todo el que quisiera establecer su domicilio en Vic con la respectiva familia, incluso en caso de que fuera afectado por excesos o delitos cometidos en otras ciudades o baronías.
A despecho de esta derrumbe demográfica, la ciudad fue afianzando su organización gremial a lo largo del siglo XIV: en 1345 funcionaba ya la cofradía de San Eloy y San Honorato, de los oficios del metal, como los cuchilleros, cuchilleros, beiners y manegadors, cofradía que modificó sus ordenanzas el 1385. el 1391 los cuchilleros, por su gran número, se erigieron en cofradía aparte. Antes de 1348 existían también las cofradías de sastres y Corretgers, bajo la advocación de Santa Lucía y San Luis, los Capellera, bajo el patrocinio de San Gabriel, y los arrieros, bajo el de San Antonio Abad. Los zapateros y peleteros se organizaron en 1348, bajo la advocación de san Francisco y de San Bartolomé. Los paraires y los tejedores de lana, constatados en 1338, s’agremiaren formalmente en 1381, y por fin, el mismo año 1381, el rey Juan I facultó los consejeros de la ciudad para constituir y regular los gremios que se establecieran de entonces adelante.
Junto al estamento menestral, la ciudad disponía de un buen número de mercaderes y tenderos, abogados, procuradores, notarios y boticarios que, junto con los médicos, formaban la clase culta y el estamento superior. Se destacaron entre estos los juristas Jaume Callís y Jaume Cardona, y los literatos Bernat Serradell y Andreu Febrero, sobrino de Callís y primer traductor al catalán de la Divina Comedia de Dante. La ciudad atraía la Plana ya entonces por sus mercados, sobre todo el de los sábados de la plaza del Mercadal y el secundario de los martes en la plaza de la Quintana. También se crearon en 1316 unas ferias importantes los primeros días de septiembre, para las que el rey Jaume II concedió salvaguarda y guiado en 1319.
Entre los años 1368 y 1378 se construyeron las murallas nuevas, formadas por siete portales y treinta y tres torres, a una distancia de veinte canas la una de la otra. Como en otras obras importantes se construyeron el puente del Bruguer, el puente de la calle de San Pedro o de los Remedios, en el que se trabajaba en 1329 y, sobre todo, el claustro de la catedral, comenzado en 1318 y terminado hacia la fin del siglo. También se construyó, a partir del 1343, el hospital dicho de Ramon de Terrades, levantado gracias al legado hecho por este ciudadano. Se levantó entre la calle de San Pedro y el barrio de San Juan, y es el actual Hospital de la Santa Cruz, el único que, ampliado y renovado gracias a legados y fundaciones posteriores, ha llegado hasta nosotros. Igualmente se hicieron obras públicas a cargo del municipio, como es la ampliación de la antigua casa del consejo, con el piso superior y Sala de la Columna, terminada en 1493; la conducción de agua a la ciudad; la construcción de cinco fuentes públicas en 1447 y la creación de una Tienda del Trigo, el 1458. También el capítulo catedralicio hizo hacer importantes obras en el crucero de la catedral entre los años 1401 y 1427. Por el mismo tiempo, los carmelitas, establecidos hacía poco a la Esperanza de Gurb, en el límite con el municipio de Vic, empezaron su convento y la iglesia junto a la muralla, cerca del portal de Gurb o de las Nieves a partir del 1418. Se inició la construcción de la iglesia de la Piedad, en 1454, y se construyeron casas ciudadanas en la plaza de la Catedral, en la calle de los Corretgers ya la antigua partida de Moncada. El fin del siglo XV, con las guerras de los Remensas y contra Juan II, que se enlazan a Vic con viejas rivalidades ciudadanas y con las pestes, que se extendieron de 1522 al 1530, señalan el final de un tiempo muy influido aunque los antiguos moldes señoriales. Tras una etapa de depresión económica, de merma demográfica y de bandolerismo, se iniciará una etapa caracterizada por la mayor o menor prosperidad de la producción menestral.
La edad moderna
Los siglos XVI y XVII la ciudad condujo una vida inquieta y gris, aunque experimentó un notable crecimiento demográfico, gracias a las inmigraciones de gascones y de franceses, las cuales sirvieron también para aumentar las banderías de la época. Las luchas entre «nyerros» y «cachorros», envenenadas con la creación de fuertes partidas de bandoleros, como las de Perot Rocaguinarda y Joan Sala, alias Serrallonga, la falta de trigo para la escasa producción agrícola, a pesar de las medidas del consejo ciudadano, con la creación de la Tienda del Trigo, y la creación de los oficios de sarampión y de tendero, formaron un ambiente de malestar que culminó con la adhesión ciudadana a la revuelta contra las autoridades centrales que estalló en la guerra de Separación y el acatamiento o reconocimiento de la autoridad del rey de Francia.
No tardó en hacerse evidente que las tropas francesas, con su poco afortunada conducta, resultaban peores que las castellanas. En medio de estas vicisitudes, la ciudad había aumentado el número de sus casas hasta tener 1.004 en 1626, según los cálculos. De estas casas, 461 se encontraban dentro del recinto amurallado, 485 en los arrabales cercanos a las murallas, y el resto, más alejada del núcleo, pero dentro del término de Vic. Entre los edificios notables estaba la capilla del Santo Ángel Custodio (1524), el monasterio de Santa Clara (1590) y el convento de Santa Teresa (1637), fuera de los muros, y, con respecto al interior de la ciudad , la reforma del convento de la Merced, la capilla de San Benito de la catedral (1635) y la nueva iglesia de la Piedad, centro de un capítulo de beneficiados, 1629. en 1609 había urbanizado la plaza de Miquel de Clariana y se habían construido calles paralelas y adosados a las murallas.
El fin de la Guerra de Separación o de Separación representó un duro golpe para la ciudad de Vic. Cuando Barcelona volvió a la obediencia de Felipe IV de Castilla (1652) quedaron en las montañas bandas de miquelets y tropas francesas que mantenían la guerra contra las fuerzas castellanas y que saquearon varios pueblos de la comarca. El nuevo gobernador de Cataluña, el niño Juan José de Austria, se instaló en Vic en otoño de 1654, y nuevamente en noviembre de 1655. Fue entonces cuando decidió convertir Vic en una ciudad fortificada guarnecida de baluartes, según el plan del arquitecto Bonaventura Tarragó.
Esto conllevaba el derribo de los arrabales, la creación de un paseo o ronda en torno a las murallas y el emplazamiento de los baluartes entorno de la ciudad, en los lugares estratégicos, como Santa Clara Vella, detrás Santo Domingo, en el lugar del iglesia del Carmen. La obra de defensa no se llevó a cabo, pero en cambio, se derribaron más de un centenar de casas de los arrabales, y entre éstas, varios conventos y talleres de artesanos. Todas estas vicisitudes políticas, sin embargo, no frenaron la expansión de la ciudad. Esto fue debido a la reorganización de todos los gremios, de la creación de la Universidad Literaria en 1599, para la que se hicieron unas nuevas ordenanzas en 1627, y la venida de nuevas órdenes religiosas, como los capuchinos (1608), los jesuitas (1621), las carmelitas descalzas (1637), los trinitarios (1637), los carmelitas descalzos (1642) y las carmelitas calzadas de la Presentación (1663). Todo esto llevó a la erección de nuevas edificaciones, tanto para los nuevos conventos como para las grandes familias, que se establecieron de preferencia en el sector de la plaza Miquel de Clariana y la calle de Dos Soles, en torno a la Piedad o bien cerca de la catedral, ante el Palacio Episcopal, renovado a partir del 1671. También el Mercadal experimentó una notable renovación de sus edificios. El desgraciado plan de fortificación del 1655 supuso una expansión fuera de los antiguos muros, considerados definitivamente inútiles. Rápidamente se volvieron a reedificar los arrabales, pero la costosa experiencia de las demoliciones aconsejó iniciar las edificaciones a una distancia prudente de los muros viejos, y así quedaron configuradas las Ramblas. También se decidió destinar el establecimiento de las nuevas familias el sector comprendido entre la calle de Manlleu y los capuchinos. Se empezó por Calle Nueva, trazado por Juan Francisco Moretó el 1734. La Guerra de Sucesión frenó la expansión inicial afuera del antiguo núcleo amurallado, pero ésta se reanudó muy pronto, y el siglo XVIII señala uno de los momentos más importantes de la vida de Vic. En estos momentos, además, se renovaron los antiguos edificios, entre los que estaba la catedral, se ampliaron y decoraron las casas de ciudadanos honrados o de terratenientes y afluye hacia la ciudad grupos de artistas que formaron talleres de arquitectura, escultura y pintura barroca y que llenaron las iglesias y los centros de obras importantes.
Los Moretó rehicieron la mayoría de las iglesias ciudadanas y de los alrededores de Vic, y ellos mismos y los Real, Costa o Pujol las llenaron de retablos y telas barrocas y neoclásicas. Otros fueron decoradas por Francesc Pla, llamado el Vigatà, o los Marià Colomer, padre e hijo. El apoyo de esta euforia de los siglos XVII y XVIII fue una base económica fuerte y estable, tanto en el aspecto comercial como menestral. Tienen especial importancia los gremios de tejedores de lana y de lino y la introducción de la industria algodonera a partir de 1772, y también de la curtiduría o la alpargatería.
El siglo XIX
Dentro la historia de Vic, el siglo XIX es el de más contrastes. Por un lado está el fracaso del proceso de industrialización y el estancamiento de la ciudad en comparación con otros lugares de Cataluña, pero por el otro lado está el despertar de una serie de valores espirituales y culturales que hicieron de Vic un lugar de peso en el movimiento de renovamiento religioso y en la Renaixença catalana.
El siglo comenzó con la guerra contra los franceses, los cuales ocuparon 5 veces la ciudad y fueron causa de saqueos, miseria y pestes, que marcaron una fuerte parada en el camino ascendente del siglo anterior. A continuación, la guerra de los absolutistas, con importantes hechos bélicos en la comarca, en 1823, continuó todavía la tensión y el malestar, que empalma casi con el alzamiento de los descontentos de 1827 y con las guerras carlistas. Los censos de Vic se hacen eco de todo este tiempo de inestabilidad, en el que la ciudad retrocedió sensiblemente, en comparación con la euforia que había alcanzado a finales del siglo XIX. En este momento, fracasado el intento de construcción del canal industrial y de riego del Ter, que debía llegar hasta Vic, los industriales de más empuje (Puget, Portabella, Ricart) ya se habían trasladado a Manlleu, Roda y Les Masies de Voltregà para instalar sus empresas. A partir de este momento, Vic perdió su antigua iniciativa industrial y se replegó en las funciones menestrales, administrativas, de comercio y de mercado que han ido caracterizando la ciudad hasta nuestros días. También aumentó su carácter de centro de atracción de los propietarios rurales, que abandonaban gradualmente la residencia en los cortijos, y sobre todo, con su seminario y colegio anexo, se convirtió en el centro de estudios comarcal que hizo famosa la figura de «el estudiante de Vic».
Entorno de 1850 hubo un período de calma, que permitió una serie de realizaciones, tanto de tipo urbanístico como cultural y religioso. En el primer aspecto, puede remarcarse la entrada a la ciudad por la parte de Barcelona, que se facilitó con la esplanament de la nueva carretera, la construcción del puente sobre el Mèder (1845), la erección de la Casa asilo en el lugar del antiguo molino del Prado (1845) y el acondicionamiento de la Rambla del Hospital (1862). También s’esplanà el Paseo (1853) y se adelantaron las casas de la calle de Cardona hasta encima de la muralla, que en este tiempo se iba desmontando según las exigencias de las nuevas edificaciones.
En el campo cultural cabe destacar, en la primera mitad del siglo, la figura de Jaume Balmes. En otro aspecto, en 1861 se creó el Círculo Literario de Vic, tomó prestigio el Seminario como centro docente y una serie de literatos y eruditos formó el Esbart de Vic y se sumó a la tarea renacentista del país, con figuras como mosén Jacint Verdaguer y el semanario «La Voz del Montserrat», dirigido por el canónigo Jaume Collell. La estimación por las cosas antiguas comportó la restauración del templo romano y, sobre todo, la formación del Museo Episcopal, inaugurado en 1891.
En el aspecto religioso, cabe destacar, por un lado, la adquisición de Borredà y Aranyonet a partir de 1850 y la pérdida de Montserrat, con Monistrol y Marganell, tras un largo pleito que llevará de 1880 al 1890; una larga tanda de obispos forasteros, que acabó con el Vic Llucià Casadevall y Duran, vicario capitular desde el 1835 y elevado a obispo (1848-52) gracias a Jaume Balmes; y entre los obispos más destacados del siglo XIX y que más rastro dejaron en la diócesis los últimos tiempos, Josep Morgades y Gili (1882-99), el creador del Museo Episcopal y restaurador de Ripoll; por otro, hay que hablar de la reacción contra los movimientos liberales y obreristas laïcitzants, que originó toda una corriente que dirigieron el sacerdote Antoni Maria Claret, el dominicano exclaustrado Francisco Coll y todo un grupo de sacerdotes, religiosos y laicos los que hicieron posible la fundación del instituto de las carmelitas de la Caridad (1826), de Santa Joaquina de Vedruna, las dominicanas de la Anunciata (1856), del beato Francisco Coll, los misioneros del Inmaculado Corazón de María (1849), de San Antonio María Claret, las Sacramento (1856), las felipones (1850), las josefinas de la Caridad (1877) y las siervas del Sagrado Corazón (1891). Junto a estas instituciones hubo una serie de misiones populares, campañas devocionales sobre el rosario y peregrinaciones a santuarios, que marcaron la piedad religiosa.
El siglo XX
El sopor de la vida ciudadana, característico de los últimos 20 años del siglo XIX, se mantuvo aún durante 2 decenios del siglo XX. Ante un mundo en abierta evolución, Vic se mantenía tradicional, aferrado a moldes viejos, con un carácter de señoría rancia y patriarcal. El vigatanismo, mentalidad acuñada por los continuadores del Círculo Literario y del Esbart, era considerado como una virtud guardadora de unas esencias inmutables ante un mundo poco respetuoso y superficial. Esta mentalidad hizo cerrar los intelectuales Vic a las innovaciones del Modernismo, y hasta les hizo rechazar las normas ortográficas del catalán moderno dictadas por Pompeu Fabra.
Desde 1920 se nota una represa en el aspecto industrial, con la introducción de la electricidad como fuerza motriz, que permite la creación de industrias pequeñas y medianas, favorecidas también por ferrocarril, que llegó a Vic el año 1875, y por la red de carreteras, que se fue completando entre 1870 y 1920. el trauma ocasionado por la guerra civil de 1936-39, con toda la serie de destrucciones vandálicas, sobre todo de las obras de arte barrocas del siglo XVIII, que daban una fisonomía típica en los edificios religiosos, fue una fuerte sacudida para el Vic que retomaba apenas el resurgimiento.
La etapa de la posguerra supuso un nuevo estancamiento para la ciudad. La última y más absurda reforma de los límites diocesanos fue la que tuvo lugar en 1957, después del último concordato, basada en la pretensión gratuita de adaptar, en la medida de lo posible, a las provincias civiles los límites de la diócesis. Así, la diócesis de Vic fue amputada de 28 parroquias en los sectores de Santa Coloma de Queralt y parte de la Segarra, porque pertenecían a las provincias de Tarragona y Lleida. También fueron cedidas a la diócesis de Solsona las parroquias de la Molsosa, Balsareny y Súria. En compensación, el obispado de Vic recibió una franja de la archidiócesis de Barcelona que comprende San Lorenzo Savall, Gallifa, Sant Feliu de Codines, Riells del Fai, el Figueró y Montmany, los enclaves de Palmerola y Boatella, cerca de Borredà, del Berguedà, las parroquias de Vilanova del Camí y de la Pobla de Claramunt, en la Anoia, y el Ripollès todo el arciprestazgo de Camprodon, con las parroquias de Llanars, Molló, Vilallonga de Ter, Tregurà y Setcases. Actualmente la diócesis de Vic tiene 247 parroquias, divididas en 10 arciprestazgos: de Vic, del Ripollès, del Ter-Collsacabra, del Lluçanès, de Guilleries-Congost, del Moianès, de Manresa, del Bages Norte, del Bages Sur, y del Anoia-Segarra.
El crecimiento de la ciudad a lo largo del siglo XX se caracterizó por la construcción de algunos edificios notables de carácter modernista y, sobre todo, con la apertura de la calle de Jacint Verdaguer, que enlaza la plaza Mayor con la nueva estación del ferrocarril, inaugurada en 1910. Paralelamente a la nueva calle de Jacint Verdaguer, hacia el este, se construyó la calle del Arzobispo Alemán, en 1922, como prolongación de la calle del Plan de Balenyà, y entre estos dos y la Ronda de Camprodon nació un nuevo sector urbanizado. También fue urbanizado un trozo en el extremo opuesto de la ciudad, a partir de la calle de Torras y Bages, hacia el sector de los Capuchinos y entorno de la carretera de Sant Hilari.
Pero el crecimiento más espectacular de Vic se inició a partir de 1950, cuando se empezó a construir en el sector del Sur o del Estadio. Poco después se urbanizó el sector de poniente de la carretera o Pla del Remei, que hoy en día forma prácticamente un todo con la anterior.
El casco antiguo. Una de las principales características de la ciudad de Vic (484 m) es que, a pesar de su progreso y vitalidad, no ha perdido su carácter de ciudad antigua, con un casco antiguo bien conservado y protegido y una crecimiento que se extiende por unas barriadas bastante homogéneas que no dificultan la persistencia del Vic tradicional. El sector conocido como núcleo antiguo es el que queda comprendido dentro de lo que se conoce como las Ramblas. Este núcleo está formado por calles estrechas y tortuosas, con desniveles pronunciados y pavimentadas con adoquines. Es un centro comercial de importancia, sobre todo la plaza Mayor y las calles que confluyen: el de los Plateros, la Riera, San Cristóbal o la plaza del Peso.
Por otra parte, es el centro turístico de Vic por excelencia, ya que se encuentra buena parte de los edificios más destacados e importantes de la ciudad: la Catedral, el conjunto Episcopal, el templo romano y las viejas casas nobiliarias o de ciudadanos ricos como Parrella, Prat, Bojons, Cortada, Masferrer, Rocafiguera, Abadal, Costa, Ferreres o Clariana. Se encuentra también la casa de la ciudad, en un ángulo de la plaza Mayor.
El casco antiguo se encontraba inicialmente al abrigo de las murallas. Las ramblas y los paseos que rodean la ciudad son el resultado de las drásticas disposiciones del virrey o lugarteniente del Principado, Juan José de Austria, que en 1655 hizo derribar todos los arrabales y las casas que tocaban la muralla para fortificar la ciudad. Con esta medida, limpiaron y consolidarse las viejas murallas, hechas construir por el rey Pere III entre los años 1.368 y 1378, en sustitución de unas de anteriores levantadas a partir del siglo XII. El derribo dio lugar a la construcción de las Ramblas. La disposición y el perímetro de estas murallas es bien conocido por antiguos grabados y por testimonios arqueológicos. Constaban de7 portales y de 33 torres, pero permanecen sólo 3 y un buen trozo de muro en la parte contigua al Palacio Episcopal, la catedral y la rambla de Moncada. El resto desapareció entre el siglo XIX y el XX. En el extremo de la calle de la Ramada se puede encontrar el fundamento de una de las torres del antiguo portal de Malloles, en recuerdo de uno de los portales que daban acceso a la ciudad. Otra de estas torres era delante de la calle de las Tenerías, al inicio de la rambla de Moncada, y fue destruida en 1895 para ensanchar la Rambla. Otras torres del sector del Paseo, que se encontraban incluidas dentro de las edificaciones modernas, fueron destruidas.
La Plaza Mayor
El espacio abierto más importante del recinto antiguo de la ciudad es la plaza Mayor o del Mercadal, la cual constituye uno de los espacios urbanos más interesantes tanto por sus características físicas, como por su bagaje histórico y cultural. Desde el punto de vista de la morfología urbana, el Mercadal representa el centro del esquema radial en que se estructura la ciudad. Situado sobre una pequeña colina confluyen los viales para con el resto de las poblaciones de la comarca, y ha sido desde los orígenes el espacio que ha expresado la vocación comercial de la ciudad. Por otra parte, se encuentra en su fachada una síntesis arquitectónica de todos los estilos reproducidos en el resto de la ciudad.
El templo romano y el castillo de los Montcada.
El primer monumento Vic por su antigüedad histórica es el templo romano, que se encuentra dentro del ámbito y las ruinas de lo que fue castillo de los Montcada. Situado hacia la calle del Padre Xifré, ignora la divinidad a la que estaba dedicado el templo ausetano, si bien es posible que fuera dedicado al culto imperial de Roma y del emperador, culto que iba a cargo de los sevir augustal. Construido en el siglo II, resistió las diferentes destrucciones que sufrió la ciudad hasta el siglo XI, en que fue englobado en la nueva construcción del castillo de Vic, o castillo de los Montcada. Como es sabido, quedaban 3 muros y los otros formaban el patio interior del castillo de los Montcada. Su existencia era del todo ignorada hasta el 1882, cuando se tomó la absurda decisión de derribar el castillo, que había servido de prisión. Al hacerse el derribo, el templo fue descubierto por los vigatans ilustrados de la época. Fue restaurado y posteriormente se recompuso la columnata del atrio, de acuerdo con las medidas de un trozo de fuste recuperado y la repetición de uno de los capiteles del ángulo del atrio. El edificio fue propiedad del antiguo Círculo Literario de Vic, y se destinó a exposiciones y conferencias y actos culturales de la ciudad. Esta pequeña edificación es el mejor testimonio de la romanidad del país, impuesta por los funcionarios imperiales del siglo II, y es ahora todo un símbolo para la ciudad de Vic. Durante mucho tiempo hubo en torno suyo el Museo Lapidario.
La catedral de Vic.
Si bien no ha quedado ningún resto conocido de la primitiva catedral de Ausona, se cree, por tradición, que estaba situada detrás el templo romano, en el lugar donde siglos más tarde estuvo la iglesia de Sant Sadurní, ampliada posteriormente y convertida en la actual iglesia de la Piedad. Lo confirma el nombre de Paraíso con que se conoce tradicionalmente la plazoleta situada detrás la Piedad, en la que han sido encontradas sepulturas que se remontan al siglo VI. Esta palabra de Paraíso vive todavía en la ciudad de Barcelona en la llamada calle de Paraíso -detrás de la catedral de la Ciudad Condal-, en Vallparadís (Terrassa), y en otros lugares, y era el nombre que se daba a los cementerios situados ante el atrio de las basílicas. Tanto la catedral como el obispado desaparecieron con la invasión y la desorganización de la Plana por parte de los sarracenos, ocurrida entre los años 715 y 717, según las últimas precisiones históricas. Con todo, persistió el recuerdo de la diócesis, que fue reconstruida, seguramente con una mayor extensión que no la antigua, a partir del 879, centrada en una nueva catedral, del 888. La catedral actual, con el conjunto de edificios que la rodean, como el Palacio Episcopal, la antigua escribanía o Curia Ahumada y la calle de la Alberguería, forma un centro turístico de primer orden, donde se mezclan estilos y maneras de construir que van del románico al estilo neoclásico imperante en la fachada principal de la iglesia o el despliegue pictórico de tonos dorados y grandes cortinajes de púrpura con que José María Sert decoró su interior. No se ha conservado ningún elemento visible de la catedral levantada en 888 y ampliada en el siglo X, a excepción de algunos capiteles califales, de cerca del 975, aprovechados por el obispo y abad Oliba en la cripta de la nueva catedral románica que este hizo levantar y consagrar el 1038. Hasta la época de Oliba, el conjunto de iglesias episcopales vigatanas era formado por 3iglesias, dedicadas a san Pedro, santa María y san Miguel.
El obispo Oliba hizo construir un nuevo templo con una nave de 9 m de ancho y un transepto en el que se abrían 5 ábsides, el principal dedicado a San Pedro, y los otros a San Juan, San Pablo, San Feliu y santo Miquel. Así desapareció la antigua iglesia de San Miguel, pero, en cambio, se conservó y mejoró la iglesia de Santa María, situada frente a la catedral, donde ahora está la plaza y el pequeño monumento dedicado a la Virgen. Oliba hizo construir, bajo el ábside mayor, una cripta dividida en 3 naves por columnas y capiteles y, aislada en el flanco N del templo, hizo levantar la torre del campanario, que se terminó hacia el 1064. Son estos los dos únicos testigos que nos han llegado de la antigua catedral románica. El campanario es una de las obras típicas del románico catalán de tipo lombardo, con los pisos divididos por un friso de dientes de sierra y enmarcados por lesenas y arcos ciegos, entre los que se abren los ventanales en gradación de aberturas partidas por una o dos columnas. El piso superior fue modificado hace muchos siglos, cuando sirvió de atalaya o de vigilancia para la ciudad. Toda la obra, que sufrió mucho por los terremotos del siglo XV, que obligaron a tapiar los ventanales, fue restaurada en el siglo XX. La cripta fue cegada en construir la nueva catedral, en 1782, y fue recuperada en 1943, con motivo de la restauración de la catedral actual, tras la quema de 1936. Se localizaron todos los elementos arquitectónicos y escultóricos, y sólo hubo hacerle nuevas vueltas de crucero. Oliba había aprovechado, al hacer la cripta, antiguos capiteles califales, que adaptó a nuevas columnas y que constituyen un motivo de gran interés arqueológico. Las bóvedas de crucería iban de estas columnas y capiteles a otros de factura rudimentaria, adosados a los muros.
En el siglo XII la catedral olíbana sufrió una transformación o enriquecimiento con una decoración general al fresco, una portada esculpida parecida a la de Ripoll y una prolongación de la cripta. De los frescos de decoración se conserva un fragmento en el Museo Episcopal, descubierto a raíz de las obras de restauración del 1943, como también muchos elementos y toda la base de la portada, románicos. Los claustros apoyaban en la antigua catedral. Eran unos claustros románicos muy rústicos, situados en el centro de las antiguas casas canonicales y otras dependencias románicas descubiertas en el piso inferior del Palacio Episcopal. A partir del 1318 comenzó la edificación de un claustro gótico sobre el antiguo claustro románico, que continuó a lo largo del siglo XIV. Trabajaron Ramon Despuig (1318-33), Bartomeu Ladernosa (1337-50) y Antoni Valls (1488-00).
El municipio de Vic, a lo largo de su desarrollo urbanístico ha dispuesto, como instrumento de ordenación de su territorio, los siguientes documentos:
– Plan de Ordenación de la ciudad de Vic, de 1961
– Plan General de Ordenación Urbana y Territorial de Vic, que se aprobó definitivamente en 1975, y el avance del que data de 1968.
– Plan General Municipal de Ordenación Urbana y Territorial de Vic, PGOUT, que se aprobó definitivamente el 1981, consistente en un revisión y adaptación del Plan General de 1975 como consecuencia de la aprobación de la Ley del Suelo.
– Plan de Actuación Urbanística Municipal (PAUM), que se aprobó definitivamente en 2004. En él se programaron los sectores del Plan de Ordenación de Vic, tanto aquellos previstos en el momento de la su redacción como aquellos suelos que habían sido clasificados en posteriores modificaciones.
– Plan de Ordenación urbanística Municipal (POUM), que se aprobó definitivamente en diciembre de 2010 y entró en vigor en marzo de 2011.
Síntesis de los antecedentes
1957- Se aprueba un Plan de Ordenación de la ciudad de Vic que tendrá vigencia hasta el año 1975.
1967- Se inicia la redacción de lo que será el Plan General de Ordenación Urbana y Territorial de Vic aprobado definitivamente en 1975. En aquella fecha se inicia el trabajo por parte de un extenso equipo de arquitectos, economistas, abogados y sociólogos que se reunían para tratar los cambios a los que estaban sometidas las ciudades en aquellos momentos, la inadecuación de las teorías urbanísticas para explicar estos cambios, y de los motivos por los que el conjunto de planes vigentes en ese momento no respondían a las necesidades de las villas, y en concreto para hablar de Vic que era el caso que analizaban. Este trabajo se concreta en la redacción del avance de plan de 1968, en el que se recogen propuestas de sistemas urbanos, usos del suelo y gestión urbana y de ordenación.
1972- De este año data la documentación del Plan General de Ordenación Urbana y Territorial de Vic, (PGOUT) que fue aprobado definitivamente por resolución de la Comisión Provincial de Urbanismo del 25.5.1975. El Plan fue redactado bajo la dirección y coordinación del arquitecto Joan Antoni Solans Huguet quien contó con la colaboración de un amplio equipo de profesionales integrado por: J. Bonet, L. Carreño, C. Cirici, E. Lluch, G. Garcia Rosales, T. Pozo, F. Correa y M. De Solà Morales.
El Plan General de 1972 definió un sistema de calificaciones en el que se definían los nuevos crecimientos a partir de unas edificabilidades máximas y un fuerte peso del sistema de ordenaciones específicas que consolidaban actuaciones incipientes, en ejecución o ya ejecutadas en suelo urbano. Este sistema se superponía a un núcleo histórico y unos arrabales consolidados y al sistema de ensanches existente, dando lugar a un mosaico muy diverso de tipologías edificatorias que se ha ido consolidando de forma irregular.
Así pues, actualmente Vic destaca por la variedad tipológica que se va encadenando en todos sus barrios, acompañada de la presencia de grandes piezas industriales en el entorno del núcleo urbano.
1981- En esta fecha se aprueba la revisión y adaptación del Plan General de Ordenación Urbana y Territorial de Vic para adaptarlo a la nueva Ley del Suelo (RD 1.346/76 del 9 de abril), ya que en cumplimiento de la disposición transitoria 1ª de aquella Ley obligaba a remitir las adaptaciones de los Planes generales vigentes, antes del transcurso de 4 años desde su entrada en vigor. Debido a este carácter de adaptación y en la voluntad de mantener al máximo el «carácter» del planeamiento que se adopta, la revisión que aquel Plan arranca es justificada en la memoria del propio Plan por 3 motivos:
– El cumplimiento del imperativo legal de adaptación de los planes generales vigentes en el momento de aplicación del suelo.
– El incorporar al Plan General nuevos criterios que faciliten su gestión urbanística más viable en relación a la posibilidad de aumentar el nivel de dotaciones y servicios comunitarios de la comunidad, resultado de la experiencia práctica de su aplicación, durante los 5 años de vigencia.
– La asunción del nuevo modelo urbanístico de la ley que permita la adopción de un Programa de Actuación coherente de la nueva gestión municipal.
2007- Se inicia la redacción del Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM), que aprueba definitivamente en diciembre de 2010 y entra en vigor en marzo de 2011. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de 31.3.2015, ratificada por el Tribunal Supremo el día 14.9.2016, ha anulado el POUM 2011, por lo que se está redactando este nuevo POUM.
Con esta anulación, el planeamiento vigente a fecha de redacción de este documento es el Plan General Municipal de Ordenación urbana y territorial de Vic, aprobado definitivamente el 20.5.1,981. También está vigente el Texto Refundido del PAUM 2004, aprobado por Acuerdo de 9.11.2004 y verificado por la Comisión en fecha 17.11.2004 (publicado en el DOGC de 22.2.2005), con la única puntualización que la sentencia de 29.5.2008 anuló el coeficiente de edificabilidad diferencial de 0,4 m2t / m2s condicionado al traslado de industrias.
Los Núcleos Históricos o los primeros ensanches. La forma histórica de la ciudad de Vic viene definida por 4 tipos diferenciados de crecimiento:
- Núcleo agrupado: corresponde al crecimiento localizado dentro de las murallas. Se encuentra una tipología de manzanas irregulares y calles estrechas perfectamente moldeadas a la topografía.
- Crecimiento itinerante o núcleo estrellado: se encuentra a lo largo de los caminos que llegaban a la población. Las viviendas se agrupaban, normalmente con entre medianeras, a lo largo de estos caminos y absorbían las masías y edificaciones que encontraban en su camino. Normalmente no se corregían las alineaciones dando lugar a calles de anchura irregular. En muchas ocasiones se construía sólo a un lado de la calle. Las calles más característicos de este tipo de crecimiento son los de San Francisco, San Pedro, Gurb, Manlleu y Santa Joaquina, los cinco dedos de la ciudad.
- Crecimiento por la formación de barrios o arrabales: este crecimiento tiene las mismas características que el itinerante, pero se distingue al no darse en continuidad con el núcleo principal de población, o porque a pesar de ser en un camino estructura como un pequeño núcleo, normalmente alrededor de un lugar de interés o de una edificación singular. Corresponde a los núcleos ya desaparecidos de San Juan y el barrio de las Clotes, y los más recientes de Torres y Bages, Montserrat y Sant Jordi.
- Crecimiento en ensanche: corresponde al crecimiento fundamentalmente de los siglos XVIII, XIX y XX, y que ocupa los espacios entre los brazos formados por los crecimientos itinerantes. estos crecimientos son los propios de la época de consolidación de la ciudad y normalmente iban relacionados a la formación de espacios urbanos como plazas y paseos. Las calles de estos crecimientos son trazados con línea recta o con pequeñas desviaciones controladas. Corresponde a los crecimientos de el Eixample Morató, las Ramblas y la urbanización del Plan de en Xandri.
Los crecimientos en continuidad del Sur y Este. Estos crecimientos forman 3 entornos claramente diferenciados: el Remedio, el entorno del Estadio Torres y Bages y los Capuchinos.
- El barrio del Remei: el planeamiento vigente le dio una ordenación en ensanche, con grandes profundidades y con frentes de vocación continua tanto el plan como en altura. Sin embargo, las edificaciones ya existentes han en algunos casos el hecho de la excepcionalidad la norma. Ahora nos encontramos con un barrio con unas calles que nos hablan de estructuras de ensanche que en algunos casos se han consolidado, pero que en otras ocasiones nos ofrecen ordenaciones abiertas o islas que no han terminado de cerrarse, dando lugar a espacios instersticiales poco definidos.
- El entorno del Estadio: en este entorno conviven ordenaciones diversas, todas ellas de carácter residencial, y de baja densidad. Cabe destacar la presencia fundamentalmente de viviendas unifamiliares de gran tamaño que están iniciando un proceso de división de la vivienda original, para dar respuesta a un tipo de necesidades habitacionales diferentes.
- Los Capuchinos: bajo este nombre nos referimos a todos los crecimientos producidos entre la carretera de Roda y el río Méder. Todo este sector está dominado por ordenaciones modernas que cierran isla, con la presencia de edificaciones unifamiliares en hilera. Finalmente aparecieron ordenaciones más modernas en manzana abierta que han modificado las ordenaciones previstas para el planeamiento en estos entornos. Cabe destacar que en este ámbito también se ha iniciado, en unos pocos casos, la división de las viviendas unifamiliares.
Otros crecimientos. Además de los sectores ya comentados, en Vic existen toda una serie de entornos que se han generado de forma no continúa con el núcleo, nos referimos a entornos como las viviendas Montseny, Sierra-desenferm, el sector en torno a la plaza de Osona, Sant Llatzer o la Navidad. Estos entornos tienen características muy diferentes, ya que se han edificado en momentos muy diferentes, con estructuras sociales diversas y con modelos edificatorios también diferentes, pero todos ellos han generado desligados de la continuidad urbana, generando entornos más autónomos respecto de la resto del municipio. Cabe destacar, sin embargo, que el crecimiento de Vic y las transformaciones que se han dado, han permitido o deben terminar de permitir su acercamiento al casco urbano:
- Viviendas Montseny: este pequeño grupo de viviendas se construyó en «el otro lado del Ferrocarril «desvinculado por tanto del casco urbano. Se trata de bloques de ordenación abierta. el soterramiento del ferrocarril, ha mejorado la accesibilidad, pero sigue siendo una pieza aislada en el tratarse de la única consolidada en el sur del municipio a este lado del tren. la consolidación de can Algarroba y de nuevas actuaciones previstas en PAUM, los dotará de una nueva posición de centralidad.
- Sierra-de-senferm: se trata de un núcleo de viviendas unifamiliares aisladas tradicionales claramente desvinculado del casco urbano. La actuación del Marratet le acercarán al casco urbano.
- En torno a la plaza de Osona, su posición alejada del casco urbano es similar a la de Serra-desenferm, pero su ordenación en bloques abiertos de alta densidad, ha generado un entorno que ha sufrido más las consecuencias del aislamiento. La actuación del Marratet (ámbito reparcelado pendiente de ejecución) en permitirá el acercamiento al casco y la dotación de equipamientos.
- San Lázaro, se trata de una actuación desarrollada en los últimos años. Se trata de un sector fundamentalmente de viviendas unifamiliares, tanto aislados como en hilera. Su alejamiento del casco se debe a ser la única actuación situada al otro lado del Gurri, detrás del sector industrial histórico a lo largo del río.
- La Navidad, se trata de un sector muy amplio desarrollado durante los últimos años, mayoritariamente de bloques plurifamiliares aislados, pero también con viviendas unifamiliares en hilera y aislados, situado en torno al Eje 11 de septiembre. Supone el crecimiento de la ciudad hacia oeste, más allá de la vía del tren. Con la actuación del soterramiento del tren, el traslado de la N-152, y la ubicación de la Universidad, esta zona ha quedado bastante encuadernada con el casco urbano.
El Plan territorial parcial de las Comarcas Centrales (en adelante PTP de las Comarcas Centrales) se encarga a través de la Ley 24/2001 y se aprueba definitivamente, por parte del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas, en diciembre de 2008. Las transformaciones que prevé el PTP de las Comarcas Centrales se argumentan no solo en las dinámicas regionales, sino también en sus particulares procesos de urbanización territorial. Tal como mencionamos en el capítulo anterior, las Comarcas Centrales se encuentran en un momento de transformación. Comparten cada vez más las dinámicas metropolitanas de Barcelona, según un proceso de creciente interdependencia y complejidad. Así, las capitales comarcales integran hoy dos lógicas diferenciadas. Por un lado, son nodos de los ejes fluviales y centros locales vertebradores de cada una de las 5 comarcas (Anoia, Bages, Solsonès, Berguedà y Osona). Pero, según una lógica emergente, se integran progresivamente en dinámicas metropolitanas.
Por tanto, la potencialidad de las capitales comarcales y sus sistemas urbanos radica en la articulación positiva de ambas fuerzas. Según estas dos lógicas, en las Comarcas Centrales podemos hablar de tres áreas urbanas relevantes: Pla del Bages, Plana de Vic y Conca d’Òdena. Según el nuevo modelo territorial, estas tres áreas urbanas juegan un rol protagonista en el desarrollo económico, y en la vertebración de las Comarcas Centrales y de Cataluña. Por esto, sus tres capitales comarcales –Manresa, Vic e Igualada, respectivamente– son consideradas como instrumentos clave de las estrategias territoriales. No obstante, el protagonismo de las capitales se relativiza según la estructura nodal que el PTP de las Comarcas Centrales propone para la región. Consecuentemente, sus propuestas para las 3 áreas urbanas tienen como objetivo general dirigir los procesos de cambio de escala local a supramunicipal, mientras que su objetivo específico es la organización de las variables territoriales, según los 3 sistemas básicos del territorio (espacios abiertos, asentamientos e infraestructuras de movilidad).
Estos son:
- la vertebración de territorio (mediante el crecimiento),
- la protección de los espacios abiertos y
- la implantación de infraestructuras de la movilidad.
Pese a su carácter físico, el PTP tiene una precisión limitada para establecer sus directrices y normativa. Por ello se apoya en instrumentos complementarios de carácter más comprehensivo y general, es decir, propiamente urbanísticos. De este modo, el PTP amplía su alcance mediante los PDU, facilitando la gestión plurimunicipal, y precisando la orientación para las futuras actuaciones de los planes municipales en las tres áreas urbanas. Así, los ámbitos de referencia “sofisticados” del PTP, se corresponden con los ámbitos de planeamiento de 3 PDU: el PDU del Pla del Bages, el PDU de la Plana de Vic y el PDU de la Conca d’Òdena. Así pues, el Programa de Planeamiento Territorial (2002-2010) otorga a los PDU el rol de “eslabón” entre lo territorial y lo urbanístico, consolidando la transversalidad del modelo de urbanización.
El ámbito del PDU Plana de Vic involucra 26 municipios: Balenyà, Brull, el Centelles, Collsuspina, Muntanyola, Sant Martí de Centelles, Seva, Tona, Calldetenes, Folgueroles, Gurb, Malla, Sant Julià de Vilatorta, Santa Eugènia de Berga, Santa Eulàlia de Riuprimer, Taradell, Tavèrnoles, Vic, Manlleu, Masies de Roda, les Masies de Voltregà, les Oris, Roda de Ter, Sant Hipòlit de Voltregà, Santa Cecília de Voltregà y Santa Maria de Corcó. La delimitación inicial del ámbito del PDU, predeterminada desde el DPTO, involucra prácticamente todos los núcleos de la comarca de Osona. Sin embargo, el equipo redactor considera que la inclusión de otros 2 municipios, Torelló y Sant Vicenç de Torelló, como parte indisociable de la funcionalidad territorial y de los rasgos homogéneos del paisaje.
Según las previsiones del decreto ley 1/2007, de medidas urgentes en materia de urbanismo, el gobierno de la Generalitat inicia la redacción de 12 planes directores urbanísticos con el objetivo de gestionar suelo para vivienda asequible. Así se identifican 101 sectores, mayoritariamente en suelo urbanizable, localizados en 86 municipios. Estos PDU pueden modificar el planeamiento general, incluyen la redacción del planeamiento derivado y el proyecto de urbanización básica. Los PDU aprobados contemplan más de 90.000 viviendas, la mitad de las cuales deben ser protegidas, sobre una superficie de más de 1.581 ha.
Plan director urbanístico de las Areas Residenciales Estratégicas en el ámbito de las Comarcas Centrales. Con el consenso de diversas instituciones se ha proyectado un modelo a la catalana basado en 3 aspectos: territorio, tiempo y arquitectura, con el objetivo de conseguir viviendas asequibles integrados en barrios de calidad.
Un territorio en transformación: Las dinámicas territoriales en la región de las Comarcas Centrales. Las Comarcas Centrales de Cataluña comparten muchas características comunes. Presentan una orografía compleja, que dificulta las comunicaciones y contienen amplios espacios abiertos donde la agricultura aún mantiene un protagonismo importante. Asimismo, esta región es un potencial cruce entre las comarcas del Oeste y las de Girona, aunque la falta de conectividad Este-Oeste refuerza el carácter centrípeto de Barcelona. La movilidad obligada intermunicipal aumenta a un ritmo muy superior a la tasa de crecimiento de la población y, por tanto, el ámbito de las Comarcas Centrales es hoy más emisor de viajes que atractor.
Además, las Comarcas Centrales conservan territorios de la antigua industrialización sometidos a unos procesos de reconversión que aún no culminan. Tienen una estructura urbana potente y en conjunto pueden acoger crecimientos demográficos significativos, tanto por su proximidad a la Región Metropolitana de Barcelona (en adelante, RMB), como a la presencia de 3 ciudades intermedias (Manresa, Vic e Igualada) y la capacidad de sus respectivas áreas urbanas (la región cuenta con unas 5.600 ha con una pendiente menor del 20% donde la aptitud para urbanizar es uno de los principales atractivos).
No obstante, además de los desajustes entre la realidad funcional, la dificultad topográfica y el fragmentado mapa administrativo, esta región encuentra sus principales dificultades de gobernabilidad en la ineficiencia de sus instrumentos de gestión. Instrumentos que resultan progresivamente obsoletos en la medida que el modelo de desarrollo territorial se vuelve cada vez más complejo. Así, a principios de este siglo, la creciente complejidad del proceso de urbanización de las Comarcas Centrales se evidencia en el fuerte crecimiento demográfico provocado por la llegada de nueva inmigración, los procesos de reestructuración industrial, el incremento de la movilidad interna y la reproducción de la 2ª residencia (pero también su conversión acelerada a residencia estable).
Dada la diversidad que incorporan, las Comarcas Centrales no son una región geográfica clásica, sino una región mosaico, con 5 piezas que configuran el collage central de Cataluña (Carrera et al., 2003). En cambio, para Esteban (1991), la delimitación comarcal no tiene peso en el entramado de relaciones territoriales con cierta intensidad de urbanización, en la que prima la gestión municipal de la región.
Además, considerando los parámetros de Peter Hall (2006), las dinámicas de metropolización de las Comarcas Centrales no son suficientes para considerarlas como una región urbana funcional (en adelante y por sus siglas en inglés, FUR) en sentido estricto. Esto se debe al bajo nivel de intercambio de flujos, bienes y personas de carácter cotidiano entre la mayor parte de las comarcas y dentro de ellas. Por el contrario, lo que sucede con las capitales comarcales y los núcleos de su entorno refleja claramente la existencia de 3 áreas urbanas funcionales (en adelante y por sus siglas en inglés, FUA) (Antikainen, 2007): el Pla de Bages, la Plana de Vic y la Conca d’Odena. Estas áreas urbanas funcionales se basan en la identificación de centros de empleo, en la movilidad obligada y en la contigüidad morfológica de sus sistemas urbanos.
«…El área urbana de la Plana de Vic se caracteriza por su excepcional paisaje agrícola y su dimensión socio-ambiental, rural y urbana. Estos son los argumentos para ajustar el ámbito del PDU a una unidad geográfica completa. Consecuentemente, en el PDU se abordan escalas extremas, entre la regional (1/100.000 para los planos generales) y la arquitectónica, por ejemplo, para el estudio tipológico de las masías. Sin embargo, a diferencia de los índices cuantitativos de la planificación territorial, en el PDU se consideran las idiosincrasias territoriales. De este modo, se identifican sub-ámbitos con objetivos especializados, urbanos (ciudad puerta, ciudad plaza y ciudad río) y rur-urbanos (ciudad agraria).
Además, el contenido del plan se estructura en 3 lecturas complementarias: el medioambiente como soporte físico, las infraestructuras de la movilidad y las persistencias territoriales. En cuanto a los criterios de ordenación del soporte físico, se considera la contaminación del río Ter y de la capa freática, la inadecuada gestión de las aguas residuales por el incremento desmedido del ganado porcino, y la difusión de actividades urbanas en el medio rural. Así pues, en el plan se opta por 2 estrategias. La primera radica en delimitar unidades territoriales para plantear una normativa coherente con el paisaje específico y con la rur-urbanidad de la Plana como, por ejemplo, las masías de montaña o los cerros testimoniales de la Plana. No obstante, el instrumento más desarrollado es la minuciosa descripción de la forma del territorio mediante un atlas cartográfico de más de 30 planos. En particular, en el atlas cartográfico se describe la evolución tipológica de las masías (masía evolucionada) y la morfología de los enclaves rur-urbanos especiales (llocs) mediante fichas a escala 1/7.500, siguiendo la línea de experiencias como la de Aldo Rossi (1979) en el Cantón Tisino, o las de Boeri et al. (1993) en el sistema urbano Padua-Venecia-Treviso.
En cuanto a las infraestructuras de la movilidad, en el PDU se responde a la condición de paso de la Plana, siendo uno de los principales accesos a los Pirineos desde Barcelona; a la verticalidad impuesta por la autovía interregional C-17; a la dependencia de las grandes infraestructuras (movilidad individual); y a la falta de conectividad general dentro del área urbana. Frente a la racionalidad del planeamiento sectorial se enfatiza la relación entre los elementos fundamentales del soporte territorial y las prácticas cotidianas, en la línea del proyecto de la isotropía que plantea Paola Viganò (2008). Así pues, el criterio para la ordenación de las infraestructuras se basa en priorizar las relaciones transversales de los diferentes modos de movilidad local y jerarquizar la red capilar de caminos rurales, potenciando la nodalidad rururbana mediante un tranvía regional.
En relación a las persistencias territoriales, el PDU identifica el histórico tejido de masías dispersas entre-ciudades, la morfología frágil de la ruralidad, y la dificultad para consolidar la cohesión urbana y la centralidad única. No obstante, pese a las connotaciones generalmente negativas, en el PDU se refiere a la difusión de lo urbano como un componente más del territorio. Con este fin, se delimita un sub-ámbito de gestión rururbana, la ciudad agraria. Así pues, se pretende articular lo sostenible y lo cultural, mediante la parametrización de la intensidad y densidad de las actividades y edificaciones y, al mismo tiempo, potenciar el rol infraestructural de los llocs para vertebrar la difusión de lo urbano.
En el PDU de la Plana de Vic no se incorporan proyectos estratégicos como herramienta de ordenación. No obstante, su carácter estratégico radica en potenciar los llocs como nodos maduros y activos (institucionales, productivos, de servicios, etc.), promoviendo el desarrollo local incipiente y la interacción consolidada de los agentes territoriales. Considerando que los llocs son centralidades no propiamente proyectadas, se pretende potenciar el tipo de urbanización propia de la Plana y, al mismo tiempo, trascender la reproducción mecánica de los equipamientos y dotaciones según los estándares genéricos. Asimismo, consecuente con un enfoque descriptivo, en el PDU se omite cualquier referencia temporal para la programación de las actuaciones. Aunque, de cara a la gestión, se prevé un ente solidario y corresponsable (instituciones públicas, propietarios y agricultores) para la conservación del medio rural y el paisaje mediante un pacto con el territorio…»
Un enfoque instrumental abierto. El caso e los Planes Directores Urbanísticos en las comarcas centrales de Cataluña. PABLO ELINBAUM. ACE: Architecture, City and Environment = Arquitectura, Ciudad y Entorno [en línea]. 2013, Año 8, núm. 22 Junio P.11-44
En cuanto al marco de referencias, las líneas teóricas del coordinador del PDU de la Plana de Vic convergen en la especificidad del concepto de ruralística. Desde esta perspectiva, la estructura rural de la Plana de Vic es el principal recurso endógeno a proteger y promover. Según Eizaguirre (2001), la ruralística surge de 3 líneas teóricas: la crítica al determinismo físico (argumentada mediante las reflexiones de Lebeau y Hagget); la disyuntiva entre la descripción y la proposición (basada en las reflexiones de Gregotti, Solà-Morales, Vidal de la Blache y Brunhes); la definición de pautas y modelos de orden, es decir, la abstracción de las estructuras; y, por último, el estudio de los elementos y los factores del territorio. Asimismo, se ilustra un repertorio de referencias basado en el análisis de la evolución de las masías, y otro sobre la relación densidad-intensidad mediante la comparación de 35 muestras de tejidos urbanos.
Areas Residenciales Estratégicas. A lo largo del 2010 se constituye la mayor parte de los consorcios urbanísticos, entre los ayuntamientos y el INCASÒL, necesarios para desarrollar las áreas residenciales estratégicas. A finales de junio se aprueba el Plan director urbanístico de las áreas residenciales del Alt Penedès-Garraf, y en noviembre se hace lo mismo con el Plan del Vallès Oriental. Ambos presentan, como novedad común, una considerable reducción del número de sectores que se habían previsto tratar inicialmente. La crisis económica y el cambio de gobierno generan indefinición en los plazos de ejecución de las obras, que no se llevarán a cabo según las fechas previstas inicialmente.
La Bòbila y el Graell constituyen un conjunto urbanístico y paisajístico en forma de anillo verde. La Bòbila convierte la fachada al río Mèder, con unos 1.500 viviendas, un equipamiento sanitario, una plaza, un IES, un CEIP y una amplia franja de espacio libre.
Con las ARE de la Bòbila y el Graell se construye una infraestructura paisajística mediante la creación de un área de protección visual y acústica en la zona adyacente a la autovía C-17 que se extiende y abarca toda la intervención en forma de anillo verde, área con la que se reconoce el trazado del antiguo riego y los márgenes del río Mèder. La nueva urbanización se desarrolla a través de elementos de paisaje autóctono y de las preexistencias del antiguo rec: pozos, márgenes, bosques, el trazado sesgado de los caminos y los pendientes, entre otros, constituyen lo que llamamos urbanización paisajística. Las zonas verdes, los viales y los interiores de manzana forman una única unidad que define la identidad intermedia de este trozo de ciudad.
La ordenación de los 2 sectores se configura con el eco de ciertas estructuras urbanas características de la ciudad de Vic. Así, pues, el paseo de la muralla equivale a la anilla verde que bordea todo el sector, aquí en una posición menos urbana y más territorial, y con un carácter claramente menos central y más paisajístico. La plaza de la Guixa, a una escala más pequeña y sin competir ni en dimensión ni en uso, cumple una función estructuradora similar a la de la plaza del Mercadal. La transformación de iglesias que se está realizando en el casco antiguo encuentra cierta equivalencia en la reprogramación de las masías de San Lorenzo y el Graell en equipamientos.
Genéricamente la ordenación abierta de edificios en islas se ha realizado con el objetivo de compactar el sector favoreciendo el espacio libre en cada una de las unidades. La altura de los bloques en el interior de la isla varía en favor de una soleada más intensa de los huecos y el perfil variable de estos se traza en consonancia con el nuevo perfil topográfico del terreno urbanizado.
En estos sectores de crecimiento de la ciudad, donde las tramas de islas no son el resultado de la repetición, es el nuevo soporte paisajístico de la urbanización, y no exclusivamente los servicios viarios, lo que caracteriza la agrupación de islas en unidades más grandes, y así se da lugar a 3 barrios diferenciados. En la tangencia de los 3 barrios, y coincidiendo con el punto de cruce de dos calles principales, se encuentra la plaza pública. longitud se encuentra una franja de 40.000 m2 (160 m de ancho y 260 m de longitud) de espacio libre similar a la que encontramos en el sector del Graell.
- Superfície ARE La Bòbila: 221.415,42 m2s
- Superfície computable: 221.415,42 m2s
- Suelo público: 169.117,53 m2s (78,38%)
- Suelo privado: 52.297,89 m2s (23,62%)
- Techo residencial libre 60.944,40 m2st (45,53%)
- Techo residencial protegido 60.960,32 m2st (46,54%)
- Techo otros usos 11.944,33 m2st (8,93%)
- Total edificabilidad 133.849,05 m2st
El sector se estructura a partir de una pieza central, la plaza, que contiene la dotación comercial más importante de los dos sectores y con la previsión de un equipamiento sanitario de 4.560 m2 de
techo. De las diez unidades de edificación, dos son enteramente equipamientos: un IES vinculado a
la recuperación del Mas Oriol y un CEIP vinculado al Maset. En el sector se sitúan también dos piezas para viviendas dotacionales.
La tipología de los edificios es de planta baja y tres pisos, donde se permite la cubierta inclinada, y de planta baja y 5 pisos, genéricamente a las fachadas exteriores a las islas.
Vic: El Graell. Mediante la recuperación del paisaje autóctono y las preexistencias (río Mèder) se consigue crear una infraestructura paisajística en la que los espacios verdes hacen de elementos articuladores. El eco del casco antiguo de Vic se hace presente en este nuevo barrio.
- superficie ARE El Graell: 200.663,63 m2s
- superficie computable: 200.663,63 m2s
- suelo público: 143.986,16 m2s (71,75%)
- suelo privado: 56.677,47 m2s (28,25%)
- Techo residencial libre: 54.006,75 m2t (42,16%)
- Techo residencial protegido: 54.087,68 m2t (42,22%)
- Techo otros usos: 20.002,96 m2t (15,62%)
- total techo: 128.097,39 m2t
Los terrenos de la Bòbila y el Graell se encuentran en el límite entre la ciudad y el territorio, es decir,
en un zona de frontera, un microdominio con un doble requerimiento: urbano y paisajístico. Estas 2 ARE proporcionan una oportunidad única para estructurar la fachada oeste de la ciudad de Vic, en el umbral con la carretera C-17. Sin tratarse de dos zonas de desarrollo independientes, entender las dos piezas como una unidad representa una oportunidad extraordinaria de unificar los criterios cualitativos y cuantitativos con los que la ciudad construirá su fachada al eje del Once de Septiembre y al río Mèder. Con el tiempo conectará los sectores de la avenida de Olimpia y San Sixto, el norte, con el Bergós y el camino de la Malla, en el sur, transformando la actual carretera de la Guixa en una calle de conexión entre el corazón de la ciudad y los sectores de Can Sereno y de la Guixa.
El Graell ordena un sector de 20,06 ha de superficie con un total de 1.326 viviendas. Contribuye a dos de las tres unidades que se forman en el conjunto Graell-Bòbila, en la fachada sur de la actual carretera de la Guixa. El sector se estructura a partir de la reconversión como zona verde de la antigua traza del riego que pasaba bordeando el mas de San Lorenzo, aproximadamente una franja de 10 m de ancho y 560 m de longitud con dos focos de equipamiento, de los tres contenidos en el sector, en ambos extremos. Al oeste, como puerta de la anilla de la zona paisajística, la reconversión de la masía de San Lorenzo y en la conexión con el eje del Once de Septiembre, una pieza destinada a equipamiento judicial, que pertenece al sector de la Bòbila, de carácter central para la ciudad de Vic.
El Graell ordena la tercera unidad, destinada a viviendas dotacionales públicas, alrededor de los restos arqueológicos iberorromanas encontradas en el sector. La fachada oeste de la ARE se protege del paso de la C-17 con una zona verde de 38.000 m2 (140 m de ancho y 340 m de longitud) en la que se localizan dos reservas para piezas de equipamiento deportivo, una de las cuales se lleva a cabo con la recuperación de la masía del Clos.
La tipología de los edificios es de planta baja y 3 pisos, donde se permite la cubierta inclinada, y de planta baja y 5 pisos, genéricamente en las fachadas exteriores de la islas.
El 29.5.2006 el pleno del Ayuntamiento de Vic aprueba definitivamente el Plan urbanístico del sector del Graell. Este Plan parcial urbanístico está incluido en el Programa de actuación urbanística municipal (PAUM) vigente en la ciudad desde noviembre de 2004. La urbanización del sector del Graell prolonga el crecimiento del núcleo urbano de Vic hacia el oeste de su término municipal , con un modelo urbanístico de densidad moderada, y establece reserva de suelo, tanto para equipamientos como para áreas de protección paisajística. El crecimiento previsto por el planeamiento urbanístico del sector del Graell significará la conexión de los sectores consolidados de la trama urbana de Vic con las extensiones del núcleo de la Guixa-Sentfores, término agregado en Vic en 1932.
El texto refundido del Plan parcial del sector del Graell, redactado y promovido por el Instituto Catalán del Suelo (INCASOL), fue aprobado definitivamente en la sesión plenaria del Ayuntamiento de Vic del 29.5.2006. Este plan pretende y persigue la consolidación del modelo de crecimiento moderado de la trama urbana de Vic hasta conectar con el núcleo de Sentfores-la Guixa, la consolidación de áreas protegidas entre la variante oeste (C-17) y el crecimiento urbano, que cumplirán la función de barrera del sonido e incorporarán espacios verdes de transición formando un paseo verde que seguirá el trazado del río Mèder. Finalmente, garantiza también la protección de la Masía El Graell y prevé nuevas actividades que velen por el mantenimiento.
Basándose en estos objetivos, de la superficie total del sector objeto de urbanización, el Plan reserva entre equipamientos y áreas de protección paisajística el 46,09% (9,26 ha) y en destina a aprovechamiento privado el 38,28% (7,69 ha), entre suelo residencial y para actividades económicas. Las condiciones de uso para la zona edificable serán las establecidas por el Plan General para zona residencial suburbana, con una densidad no mayor de sesenta y cinco viviendas por hectárea, es decir, un total de 1.308 viviendas.
En virtud de lo establecido en la Ley 2/2002 para sectores con densidades superiores a 25 viviendas/hectárea, el Plan debe reservar suelo para viviendas de protección oficial equivalente al 20% del total de viviendas del sector, por tanto, en el sector del Graell un mínimo de 262 viviendas protegidas. El proyecto de urbanización definitivo fue aprobado por resolución de la alcaldía de Vic de fecha 22 de diciembre y se inscribe en el Programa de suelo 2005-2008 y el Plan del derecho a la vivienda 2004-2007, promovidos por los departamentos de Política Territorial y Obras Públicas y Medio Ambiente y vivienda, que tienen como objetivo atender al máximo las necesidades de vivienda de la población. El proyecto tiene un presupuesto base de licitación de 10,29 M€, establecía un plazo de ejecución de 17 meses y en su versión definitiva acuerda la promoción de 529 viviendas en diferentes regímenes de protección por parte del INCASOL.
El 9.12.2013 el Ayuntamiento de Vic aprobó inicialmente el Plan de movilidad urbana (PMU) de la ciudad. Una vez realizada la aprobación por parte del consistorio el documento pasará a información pública donde el conjunto de la ciudadanía podrá realizar las aportaciones que considere oportunas. Con la redacción del PMU, que se ha realizado con la colaboración de la Diputación de Barcelona, Vic da cumplimiento de la normativa actual, la Ley de movilidad, que determina que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes y las capitales de comarca deben disponer de este documento como herramienta para planificar, priorizar y gestionar las acciones referentes a la movilidad de la ciudad. Aparte de servir para cumplir con la normativa vigente el Plan de movilidad de la ciudad también permitirá impulsar actuaciones de movilidad en la ciudad durante los próximos 6 años que estará vigente el Plan de movilidad.
El Plan consta de una primera parte de diagnóstico en la que se analiza la situación actual de la movilidad en la ciudad y una segunda parte de propuestas donde se realizan las propuestas necesarias para promover un modelo de movilidad mucho más sostenible con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la ciudad.
El 21.12.2010 la Comisión Territorial de Urbanismo de Comarcas Centrales va aprobar definitivamente el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) de Vic. Sin embargo, con posterioridad (31.3.2015) el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) emitió una sentencia en que se estimaba el recurso contencioso-administrativo interpuesto por Life Promomed Vic SL, motivado por los defectos formales en la tramitación del POUM, por vulneración de los principios de desarrollo sostenible y, en todo caso, por las previsiones en relación al PMU-13 Genís-Antel. En concreto, el recurso se interpone a razón de la previsible afectación del riesgo de inundabilidad en los terrenos que ocupaba la antigua fábrica de curtidos Genís Antel, defecto no garantizado como resuelto con las medidas propuestas por el POUM en cuestión. El recurso pide que se reconozca la diferencia de aprovechamiento urbanístico con lo previsto por el sector resultante del PAUM de Vic de 2004. Con todo, a resultas de la estimación de dicho recurso, se concluye que el Ayuntamiento de Vic ha de iniciar de nuevo la tramitación del POUM, y proponer la clasificación del suelo de acuerdo con el Decreto Legislativo 1/2005, de los sectores afectados por riesgo de inundabilidad grave de acuerdo con el Estudio de Inundabilidad, fijando la ordenación, las cargas que aseguren la viabilidad económica y ambiental, su programación, la inversión pública en su caso, así como los agentes implicados.
En el documento inicial estratégico del POUM 2010, se dice en el apartado de estrategias ambientales,
«…El proceso de redacción del nuevo POUM de Vic, entendido como una herramienta de planificación con una fuerte componente estratégica a nivel municipal que guiará el rumbo durante las próximas décadas, se convierte en una oportunidad innegable para apostar por un modelo urbano que permita encarar los nuevos retos que el actual paradigma de las ciudades supone. En este sentido, si bien el alcance del presente DIE responde a aspectos ambientales, se considera que en el marco del POUM es posible plantear una estrategia global que de alguna manera guíe todo el proceso de elaboración y que vaya más allá de encarar la minimización de la huella ecológica del hecho urbano. En concreto, se considera que el nuevo POUM debe tener una especial sensibilidad sobre el medio ambiente pero, también, sobre la salud humana, retos que conforman un binomio ampliamente interrelacionado: la ciudad saludable es el resultado deseable de la ciudad sostenible. este concepto de salud se concibe desde un sentido amplio del término e incluye elementos relacionados con la salud ambiental, pasando por una ciudad que favorezca unos hábitos saludables y hasta una ciudad que favorezca el bienestar de sus ciudadanos. Aunque se convierte en un ámbito a tratar de forma integral para diversas iniciativas y estrategias urbanas, desde el POUM se quiere contribuir a este objetivo.
Así pues, para garantizar que la propuesta tiene en consideración las repercusiones sobre el medio ambiente y sobre la salud pública, se sugiere la siguiente estrategia global, que se convierte en el marco general bajo el que se proponen estrategias más concretas que han sido consideradas en el desarrollo de la propuesta del POUM (e incorporadas a la Memoria de Avance), y que, de forma interrelacionada permitirán desarrollar un modelo de ciudad centrado en sus habitantes y en su calidad de vida:
VIC, CIUDAD AGRÍCOLA DE CALIDAD. El desarrollo de la actividad agrícola en la llanura de Vic tiene una fuerte tradición y, más allá de la extensión que ocupa, sostiene un papel innegable en la vertebración y estructuración del territorio. por fin de no establecer un modelo de ciudad que dé la espalda al mosaico agrícola existente, esta estrategia se enfoca a la puesta en valor de esta actividad económica, haciéndola compatible con unos determinados criterios de calidad. A tal efecto esta estrategia se puede subdividir en 2 más concretas:
- AGR.1) Conservar y potenciar, cada desde sus valores propios, las llanuras agrícolas del municipio:
- AGR.2) Potenciar y proteger el paisaje agrícola incorporando criterios para la instalación de los usos e instalaciones asociados:
VIC, UNA CIUDAD QUE POTENCIA SUS ESPACIOS NATURALES. Tal y como se ha identificado a la diagnosis efectuada, Vic cuenta con diversos espacios de interés natural que, por sus características concentran una importante biodiversidad que hay preservar y potenciar.
- NAT.1) Proteger los espacios forestales y agroforestales del municipio y potenciar en función de las sus características:
- NAT.2) Preservar y poner en valor las zonas inundables identificadas como de interés para la avifauna:
VIC UNA CIUDAD VERDE Y AZUL. Esta estrategia busca conformar un conjunto de elementos (infraestructura verde y infraestructura azul) que sobrepuestos a los principales espacios naturales configuren una matriz ecológica a nivel municipal, propiciando la creación de pequeños focos de biodiversidad. Por un lado, se plantea abordar la correcta relación entre los tejidos urbanos y los espacios abiertos y, por la otra, la adecuada gestión de los corredores continuos que suponen los cursos fluviales. En concreto, se plantean dos subestrategias:
- VB.1) Velar por el esponjamiento del núcleo urbano.
- VB.2) Articular la red hidrográfica del término en la potenciación de los valores ambientales existentes.
VIC, UNA CIUDAD QUE ABRE SU ENTORNO NATURAL. En relación con las dos estrategias anteriores, que permiten potenciar y valorizar los elementos de tipo natural tanto a nivel urbano como en el no urbanizable, se considera necesario asegurar una cierta conectividad entre la ciudad y sus alrededores y entre los diversos espacios de interés natural. es decir, Vic tiene que trabajar en la permeabilidad de su territorio, tanto a nivel ecológico como a nivel social, por lo que se plantean dos subestratègies asociadas:
- CON.1) Crear una red de itinerarios de uso social que unen el núcleo con el entorno rústico y que incentive los desplazamientos en modos no motorizados:
- CON.2) Refuerzo de la permeabilidad ecológica del territorio.
VIC, UNA CIUDAD QUE CUIDA EL PAISAJE URBANO. Se plantea una estrategia que hace referencia a un tratamiento cuidadoso del paisaje a nivel urbano, convirtiéndolo en un entorno más atractivo y amable que invite a la estancia y que se relacione de manera más armónica con su entorno próximo. Por ello se propone:
- PU.1) Apostar por la rehabilitación del parque edificatorio del centro urbano.
- PU.2) Establecer criterios para una adecuada transición entre el espacio urbano y el no urbanizable.
VIC, UNA CIUDAD QUE SE MUEVE A PIE Y EN BICI. La orografía poco accidentada junto con el tamaño de la zona urbana, donde las distancias cotidianas son relativamente cortas, se convierten dos factores característicos de Vic que la hacen ser una ciudad muy apta para los desplazamientos a pie y en bicicleta. A tal efecto, la presente estrategia enfoca a incentivar los desplazamientos en estos modos de transporte sostenibles, en detrimento de los desplazamientos en vehículo privado motorizado. Hay que tener presente que la movilidad es uno de los ámbitos que más condiciona la calidad de vida en la ciudad (emisiones de contaminantes, ruido, ocupación del espacio público, accidentalidad, …) y por tanto, que más se relaciona con el objetivo de disponer de entornos urbanos saludables. Además este tipo de desplazamientos convierten actividades saludables.
VIC, UNA CIUDAD QUE SE PREPARA ANTE LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO. Teniendo en cuenta que las ciudades serán escenario de varios impactos relacionados con el fenómeno del cambio climático a escala local, se plantea una estrategia que vaya más allá de las acciones de mitigación hasta ahora propuestas, implantando medidas que disminuyan la vulnerabilidad y aumenten la resiliencia frente a estos efectos. En este sentido, se considera que en el marco de la evaluación ambiental estratégica del POUM de Vic, y en la línea de lo que apunta la nueva ley de evaluación ambiental (21/2013), habrá que poner un énfasis en la identificación y evaluación anticipada de los riesgos asociados al cambio climático, según los escenarios estudiados y de acuerdo con el grado de vulnerabilidad de los diferentes elementos existentes en el territorio de Vic (Riesgo = Peligro x Vulnerabilidad x Exposición)
Teniendo en cuenta el carácter transversal de los retos que plantea el cambio climático, esta estrategia también se concibe de manera interrelacionada con el resto de estrategias y consideraciones del proceso de evaluación ambiental:
• Retos sobre la salud de las personas
• Retos sobre el patrimonio natural
• Retos sobre las actividades económicas
• Reto sobre la disponibilidad de recursos
• Retos sobre las infraestructuras de saneamiento
• Retos sobre la protección civil
Hoy VIC tiene una población de 43.287 habitantes y 18.409 viviendas (bienes inmuebles de uso residencial). Pero su área de influencia acumula hasta 60.000 habitantes.
«…Cabe destacar que en los últimos 15 años, la población de Vic ha tenido un comportamiento claramente al alza, con momentos de crecimiento espectacular como el periodo 2000 – 2005 y manteniendo, a pesar el estancamiento económico, la capacidad de continuar creciendo, con índices superiores a la media comarcal y nacional. Las dinámicas de la evolución de la población de Vic difieren en muchos de sus componentes de las registradas en Cataluña y en la Comarca. A pesar de que en estos últimos años Cataluña ha perdido población como resultado del retorno de muchos inmigrantes a su país de origen, básicamente consecuencia de la situación económica, y que la comarca de Osona presenta un claro estancamiento en el crecimiento, Vic, de manera muy retenida, continúa ganando población, creciendo a un ritmo de 300 a 400 habitantes/año. Este comportamiento diferenciado de Vic y también de su área de influencia respecto de Cataluña y, en menor medida, de Osona también lo podemos observar en los valores de crecimiento absoluto y relativo. A Cataluña el crecimiento relativo, en los momentos más expansivos, se situó en torno al 2,5%-3%, para caer a hasta situarse en valores nulos y posteriormente negativos estos últimos 3 años. en frente de esta evolución, la dinámica poblacional de Vic presenta crecimientos relativos del 3,5%-4% y, aunque la bajada sufrida estos últimos años, se mantiene en crecimientos positivos en torno al 1% cuando a Cataluña está en el -0,5%. El rasgo diferencial que explica este comportamiento diferente de Vic respecto los referentes comarcal y nacional es en buena medida el hecho migratorio.
Históricamente Vic ha acogido más habitantes que los que han marchado como lo demuestra el saldo migratorio positivo en toda la serie estudiada, con una media de 360 habitantes/año estos último decenio. El saldo natural, el otro componente que nos determina el crecimiento absoluto de la población, presenta una media de 240 habitantes/año. el saldo migratorio registrado, estos años últimos 15 años, con el resto de España ha sido negativo. así pues, es la inmigración extranjera la que explica la componente migratoria del crecimiento de Vic.
Hasta el 2005, la inmigración procedente del extranjero se caracterizaba por ser mayoritariamente hombres y de edad joven (primeras franjas de la edad laboral) y que encuentran empleo en los sectores económicos básicos de la comarca: agrario, granjas de engorde de ganado, construcción, alimentario (cárnicas y mataderos), etc. A partir de este año, las mujeres de edades entre los 15 a 30 años pasan a ser la componente mayoritaria de la inmigración, resultado del proceso de reagrupamiento familiar una vez garantizada la estabilidad económica. La distribución de la población extranjera por la trama urbana de Vic presenta una gradación norte – sur, con una presencia en el entorno del 10-20% del total de la población en los barrios situados al N de la ciudad vieja (Santa Clara, Carretera de Manlleu, Carretera de Gurb, Castillo de Planes, El azúcar, etc.). En el casco antiguo y los barrios más cercanos (Eixample Morató, Capuchinos, La Calla, Plan del Estadio) la proporción se sitúa entre el 20-30%. Los barrios más al S de la trama urbana (Remedios, Santa Ana, Osona, etc.) es donde se concentra más población extranjera con tasas superiores al 30%. El crecimiento económico que caracteriza los primeros años de siglo favorece la consolidación del proceso de reagrupamiento familiar y también la estabilidad económica del resto de población. Como resultado de estos dos hechos, la natalidad experimenta un crecimiento significativo, pasando de 350 nacimientos/año a 650 entre los años 2000 y 2010.
Las defunciones se mantienen estables con una media de 320 defunciones/año a lo largo de todo el periodo, confirmando la disminución general del riesgo de muerte y el aumento de la esperanza de vida. La pirámide de población actual es el reflejo de las conclusiones anteriores: ensanchamiento de la base para mayor natalidad, crecimiento de las franjas entre 35-50 años por llegada de población inmigrante, ensanchamiento de las cohortes superiores (ancianos), en especial los mayores de 75 años y sexo femenino.La estructura poblacional de Vic y la de su área de influencia presenta una población cada vez más envejecida, a pesar del aumento de la población joven e infantil. La población dependiente en términos de actividad, va en aumento. Aunque el índice de envejecimiento a bajado en los últimos 10 años, se produce un sobreenvejecimiento creciente de la población.
La evolución de la población extranjera después de muchos años de crecimiento, experimenta una ligera descenso. La población con origen América del Sur, es la que más se ha visto afectada por el estallido de la crisis económica y desde el año 2011 ha ido perdiendo peso, situándose en 2015 por debajo de los valores de 2005. La población con origen África, mayoritariamente procedentes de Marruecos y Ghana, también a perdido peso, aunque sigue siendo la mayoritaria.
…La tendencia que se contempla como más plausible para Vic en el escenario de 2030 es el correspondiente al escenario alto, con un crecimiento moderado de sus habitantes y una población a el entorno de los 51.200 habitantes, lejos de los 60.000 habitantes que preveía el escenario medio-alto del POUM de 2011 para el año 2020. Para el 1º sexenio de la vigencia del Plan (horizonte 2023) respecto a la de 2015 se prevé un incremento de población de unos 4.000 habitantes, con un crecimiento neto anual medio de 500 personas. Para el 2º sexenio, 2029, el crecimiento neto medio sería de unos 650 habitantes/año. La previsión de vivienda para cubrir las necesidades de este incremento de población está en relación a la estimación de la dimensión media de los hogares, que para 2030 se sitúa en 2’3 personas/hogares. De acuerdo con los datos anteriores hay que contemplar un parque resultante de 22.260 viviendas, lo que conlleva un incremento de 4.560 unidades. Atendiendo a los porcentajes de vivienda de segunda residencia (5%) y vivienda vacante (15%) que históricamente ha venido presentando Vic, hay que hacer una previsión en el Plan de un crecimiento estimado de 5.700 viviendas. Para el primer sexenio, 2023, la previsión de vivienda deberá situarse en torno a los 2.100 viviendas nuevos, mientras que para el segundo sexenio, la previsión será necesario situarla en un crecimiento de unos 3.600 viviendas…
…La Plana de Vic es un territorio que muestra una dinámica bastante positiva como para sobreponerse a las pérdidas económicas que ha provocado la crisis económica de los últimos años y está haciendo el esfuerzo estratégico necesario para compensar sus carencias en la capacidad para crear empleo. Vic presenta un tejido empresarial, donde el peso del sector servicios representa el 80% de las empresas y el industrial el 13%. El peso del sector industrial, sin embargo, es más significativo de lo que reflejan los datos anteriores, pues concentra el 22% de los asalariados y el 44% de los autónomos que trabajan.
La tasa de desempleo de la ciudad ha evolucionado estos últimos años en paralelo a la de la comarca y la de Cataluña, pero siempre con unos índices más negativos en 1,5 / 2 puntos porcentuales respecto la media catalana. Sin embargo, estos últimos tres años el índice de paro se ha reducido del 19% al 15%.
El 33% de las contrataciones del año 2014 en Vic fueron del sector industrial y el 61% del de los servicios. De entre las secciones de actividad que registran un mayor número de contrataciones destacan los vinculados a la industria de productos alimenticios, seguida por el comercio al por menor y la industria metalúrgica. El número de empresas instaladas en Vic el año 2014 es de 1.276 con un volumen de facturación de 2.190 millones de €, mientras que en su área de influencia encontramos 420 empresas con un volumen de facturación de 1.770 millones de €. De las 10 empresas osonencas que en 2013 facturaron más de 100 millones de €, 7 pertenecen al sector de la industria alimentaria, de ellas 2 están ubicadas en suelos industriales de Vic y 2 más en suelos industriales del municipio de Gurb, situados en continuidad con el tejido productivo de Vic. Las empresas de Vic concentran el 39% de los trabajadores asalariados de la comarca y el 29% de los autónomos. Un tercio de los trabajadores asalariados lo hacen en industrias manufactureras y el 21% en el comercio. La distribución de los trabajadores autónomos es muy diferente, el grueso más gordo lo encontramos en el sector del sacrificio de ganado y elaboración de productos cárnicos.
Vic, como ciudad media de Cataluña, tiene un rol específico para jugar. El sistema de ciudades medianas no metropolitanas que articulan el territorio catalán (El Vendrell, Igualada, Manresa, Vic) tiene reservado un papel al abrigo de la Región Metropolitana de Barcelona, que redundará en una mayor atractividad y que se concretará en incrementos sostenidos de población, de generación de actividad económica y que repercutirá en sentido positivo sobre el bienestar y nivel económico de la población.
En cuanto a la vivienda, el 82% del parque lo conforman viviendas principales (primera residencia), el 4% la vivienda no principal (segunda residencia) y un 14% corresponde a vivienda vacante (vacío). el porcentaje de vivienda principal es muy superior a la media de Cataluña y ligeramente a la de Osona. El bajo porcentaje de segundas residencias o vivienda no principal se corresponde con el de ciudad media, sin crecimientos y extensiones urbanas de baja densidad. A pesar del crecimiento experimentado de Vic, tanto en número de hogares como de población no ha hecho disminuir el número de viviendas vacantes estos últimos años, al contrario……Resultado de la evolución urbana de Vic es un parque de viviendas con un peso importante de los construidos con anterioridad a 1900, la mayoría de ellos concentrados en la ciudad antigua y los primeros ensanches. Las viviendas correspondientes a las décadas de los años 1960 y 1970 también tienen un peso significativo, representando un 33% del total del parque. También es destacable el número de viviendas construidas a lo largo los últimos 20 años, entre 1991 y 2011 se ha construido otro 33% del parque de viviendas de Vic. El parque de viviendas de Vic se caracteriza, en primer lugar, por un importante paquete de viviendas en edificios construidos con anterioridad a 1900 y localizados básicamente en la ciudad antigua, en los crecimientos a lo largo de los caminos de acceso a Vic y los primeros ensanches; un segundo paquete de viviendas
construidos la primera mitad del siglo XX con la apertura de nuevas calles como la Ronda Camprodon o calle Arzobispo Alemán. El grueso más importante de viviendas se construye, sin embargo, entre los años 1950-1980, que representan el 40% de las viviendas del parque actual. Entre 1990 y 2011 se construye el 45% de las viviendas del parque actual.
Una segunda característica del parque de viviendas es la progresiva reducción de la superficie útil de las viviendas. En estos últimos años las viviendas de entre 30 y 60 m2 han experimentado un crecimiento exponencial, pasando de 641 en 2001 a 2.321 en 2011, también es significativo el crecimiento de los viviendas de entre 60 y 90 m2 que experimentan un crecimiento del 64%, pasando de 4.570 a 7.486.
La reducción de la superficie útil de las viviendas sigue una evolución paralela a la de la dimensión medio de los hogares. Si en 2001, los hogares con uno o dos miembros eran 5.507, el 48% del total, en el año 2011 eran 10.376 y representaban el 58%. El ritmo de formación de hogares crece más aceleradamente que el de la población y con una tendencia a la formación de hogares compuestos por un número menor de miembros.
La dimensión media de las hogar en Vic en 1991 era de 3,17 miembros, mientras que en 2015 había disminuido hasta los 2,43…
Dinámica urbana. La planificación urbana y territorial del conjunto del área de influencia urbana de Vic debe incluir los vectores de crecimiento que adivinan en el horizonte. Entre estos, cabe mencionar la consolidación de la UVic-UCC como polo de atracción, la demanda de nuevos viviendas y el desdoblamiento de la vía de ferrocarril Barcelona-Vic. El impacto de estos vectores es impreciso en el territorio, pero hay prever su encaje en el conjunto del área urbana de Vic. Concentrar este impacto sólo en la capital y su entorno podría derivar en costes de ineficiencia y de ahogamiento funcional.
Así, la construcción de residencias de estudiantes, de nuevos espacios para en la Universidad y, en especial, la nueva Facultad de Medicina, la recuperación del barrio de las Tenerías, la planificación del transporte público urbano, el rediseño de la red viaria, la ubicación de las nuevas áreas de crecimiento urbano, las infraestructuras de apoyo a la movilidad, la distribución de los equipamientos culturales, educativos y sanitarios así como las nuevas áreas de actividad económica deben contar con esta perspectiva de dinámica urbana integral.
Modelo de integración social. Vic es un referente de integración social dentro del ámbito catalán y europeo, debido a la robustez de su tejido ciudadano. El fuerte impacto de la inmigración es todavía un reto formidable, pero a la vez desde Vic se han diseñado políticas públicas que han evitado la estigmatitizació social y la formación de guetos. En Vic se trabaja para la integración de las segundas generaciones hijas de la primera inmigración, y este bagaje debe quedar incluido y potenciado en el Vic del futuro. el POUM de Vic debería recoger las carencias del momento para darles respuesta en el futuro, bien sea en términos de provisión de nuevos equipamientos y servicios, bien sea en términos de provisión de vivienda de promoción pública
Metropolitanización. Vic y su área de influencia urbana presenta una personalidad clara y bien definida, alejada del magma metropolitano de Barcelona. Todas las ciudades pugnan por mantener una identidad, para fomentar el sentimiento de pertenencia y para diferenciarse del resto. esta ha sido una política pública local clave en los últimos años. existe una tendencia al branding territorial que debe ser tenida en cuenta. Vic siempre ha sabido jugar esta carta de la personalización y la singularización frente al resto, sea por el efecto de capitalidad que siempre ha jugado o bien sea por el empuje de la su sociedad civil. Así, por ejemplo, desde esta perspectiva no cuesta entender que la ciudad de Vic haya sido capaz de impulsar una universidad que compite dentro del sistema universitario catalán, algo que no tiene parangón en ninguna otra ciudad media catalana. así, la ciudad ha sabido crear una oferta cultural de referencia y crear una oferta de eventos de base tradicional como reclamo turístico.
Ahora bien, desde un instrumento como el POUM hay que hacer una reflexión para incorporar este factor. En los próximos años se producirá la conexión ferroviaria rápida entre Barcelona y Vic, lo que, junto con el éxito alcanzado por las vías de comunicación C-17 y C-25, puedan incidir en el riesgo de satelización de Vic hacia el núcleo metropolitano. la metropolitanización hay que entenderla con más de un efecto, que pueden ser deseables o indeseables. Entre los primeros, habría que citar la atracción de nuevas actividades económicas y, entre los segundos, el riesgo de desvirtuación del tejido social y económico que ha convertido en Vic en lo que hoy es. Por lo tanto, desde el ejercicio de planificación que es el POUM, se aconseja estudiar la mejor manera de hacer la ciudad del futuro acompañando estas nuevas presiones que recaerán sobre la trama urbana y los servicios de la ciudad para su óptimo encaje mediante nuevas áreas de crecimiento y previsión de sistemas generales que garanticen su funcionalidad.
Incremento de la atractividad de Vic. Vic es la capital de Osona y núcleo articulador de su área de influencia urbana, y ese rol se continuará acentuando en los próximos años, más aún cuando no ha decaído en el largo periodo 2008-2014 de crisis económica. La tendencia a la entropía territorial, consistente en que los sistemas espaciales que ganan en dimensión y diversidad tienden a mantenerla en favor de otros territorios, se manifiesta especialmente en los sistemas urbanos, integrados por razones de movilidad obligada en términos de acceso a trabajo, estudios y servicios básicos. La centralidad de Vic en relación a su área de influencia urbana es indiscutible. Esta tendencia se traduce en nuevas demandas para construir más equipamientos, servicios, viviendas, vías de comunicación que, a su vez, refuerzan el efecto capitalidad del sistema urbano. En consecuencia, hay que prever nuevas áreas de crecimiento urbano que sean capaces de integrar estas funcionalidades, haciendo una ciudad más equilibrada y armónica.
Vic, como ciudad media de Cataluña, tiene un rol específico para jugar aquí. El sistema de ciudades medianas no metropolitanas que articulan el territorio catalán (El Vendrell, Igualada, Manresa, Vic) tiene reservado un papel al abrigo de la Región Metropolitana de Barcelona, que redundará en una mayor atractividad y que se concretará en incrementos sostenidos de población. Hay que esperar una atractividad aún mayor por razón del menor coste de la vivienda, por el buen nivel de servicios públicos y privados, por calidad de vida, por rechazo a los efectos de la masificación urbana, entre otros.
La personalidad de los barrios de Vic.
El Centro histórico es el de los puntos neurálgicos de la ciudad, gracias, por una parte, al gran patrimonio histórico, cultural y artístico que se conserva y, por otro, al hecho de ser una importante zona de ocio. Todo ello hace que el barrio sea patrimonio de toda la ciudad y, por tanto, la mayoría de los vigatans lo sientan algo suyo. Esto hace que los residentes de la zona tengan poco sentimiento de pertenencia, lo que dificulta la actividad de las asociaciones que conforman la sociedad civil. El barrio dispone de numerosos equipamientos culturales, de gran valor para la ciudad y que confieren cierto atractivo en el barrio. Una característica arquitectónica del barrio del Centro histórico es el gran número de plazas (15 en total), que le confieren un perfil especial fuertemente vinculado a su legado histórico. Además, las plazas hacen la función de espacio relacional que ayuda a la interrelación de los vecinos. Más aún cuando estas plazas menudo son el destino de ocio para el conjunto de la ciudadanía de Vic. la mayoría de las viviendas del centro histórico son edificios antiguos y algunos están rehabilitados, pero otros están en mal estado, no tienen ascensor y, en consecuencia viven, sobre todo, población de origen foráneo y población personas de origen autóctono y de edades avanzadas.
En el barrio del Remeis se concentran propuestas de mejora urbana que recogen la necesidad de recuperar el centro histórico del barrio, situado en el entorno de la calle del Remedio. En este sentido, también se quieren recuperar elementos del patrimonio artístico y arquitectónico, como el puente gótico, casas solariegas o fachadas de interés y que este espacio pueda tener una oferta cultural y lúdica. Adicionalmente, existe una preocupación por la relación vecinal, potenciando la labor de las comunidades de vecinos para la prevención y resolución de posibles conflictos, la creación de una red para la convivencia, coordinando los profesionales que trabajan en el barrio y las diversas asociaciones y entidades existentes.
El barrio de La Calla siempre ha quedado un poco separado del resto de la ciudad de Vic para que queda en las afueras de la ciudad. El puente de Queralt es el encargado de unir el barrio con el centro. Referente a las personas recién llegadas al barrio de La Calla hay uno 37,33% y de personas autóctonas un 62,66%. Por ello, es importante que cualquier acción de intervención pública tenga en cuenta el volumen de inmigración extracomunitaria, teniendo en cuenta que predomina la inmigración de origen africano, y en la calle principal de la Calla se ubica una de las mezquitas más importantes de Vic.
En el extremo sur de Vic encontramos uno de los barrios con más carácter y identidad de la ciudad: el barrio de Santa Ana. Las primeras casas que se construyeron en esta zona datan de los años 1959-1963, y la 1ª construcción masiva de casas se hizo a mediados de los 60′. Es un barrio con fama de tranquilo, donde viven familias que hace muchos años que se establecieron, y algunas nuevas que también se lo han hecho suyo. De Santa Ana destaca en la calidad de vida y que es un espacio con fuerza zonas verdes.
El barrio del Azúcar es el barrio que ha conocido más desarrollo urbano, se articula alrededor de la antigua fábrica del Azúcar, edificio construido en 1893 con un estilo modernista austero basado en el ladrillo visto. La chimenea del Azúcar marca el skyline de Vic dada su altura y la su singularidad. El Sucre, al O de la ciudad, es el reflejo del crecimiento de Vic de los últimos años. La nueva C-17 ha permitido recuperar la antigua N-152 como una de las vías que marcan la ciudad del futuro y que se ha convertido en el Eje Once de Septiembre, que aporta continuidad a la ciudad hacia este sector.
El barrio de la Sierra-de-Senferm es el más meridional de Vic, mantiene una fuerte personalidad propia, que responde a misma concepción inicial del barrio, ya que nació como un núcleo donde se instalaron personas venidas de otros pueblos de la comarca o de masías y que construyeron ellos mismos las casas y también los elementos de urbanización. El hecho de que el barrio haya mantenido su fisonomía a lo largo de los años ha conformado un sentimiento de pertenencia y familiaridad que va muy en sintonía con el interés de preservar el entorno agrícola y rústico que le rodea.
El barrio de la Huerta Roja es bastante moderno, con muchos espacios verdes, y que ha conocido crecimientos urbanos en los últimos años, no sólo guarda una configuración urbanística coherente y equilibrada entre viviendas, calles, plazas y espacios verdes, sino que además tiene un entorno característico rodeado de masías que hacen de testimonio del pasado. Últimamente, sin embargo, se detectan las problemáticas sociales derivadas de la existencia de un notable stock de pisos vacíos: empleos, inseguridad, malestar vecinal, etc.
Vic representa hoy la capital media de la Comarca Central de Cataluña, histórica, mediterránea y atlántica, prepirenaica y comarcal, metropolitana y agraria, acogedora y laboriosa, independentista e internacionalista. Todas las dualidades de una ciudad con muchísima historia en su territorio y que se adecua con los tiempos que le han visto superar riesgos de topo tipo. Su compromiso ciudadano queda bien reflejado en los principios de su recién planeamiento urbanístico, pese a la sentencia judicial que anula su POUM. Ahora queda retornar a la plena legalidad y hacer efectiva una mentalidad con visión de futuro para conservar y mejorar aquello que les «ha hecho», su territorio.
25.4.2017 La antigua fábrica de Baumann de Vic acogerá la Facultad de Medicina de la Universidad de Vic (UVic) y la Facultad de Ciencias de la Salud del Bienestar, según ha informado el Departament de Territori en un comunicado. Además, el espacio también tendrán usos residenciales y terciarios y una red viaria de espacios libres, por lo que se podrán construir como máximo 201 viviendas, de las cuales al menos 68 deben ser protegidas, y en cuanto a los usos terciarios se podrán ocupar, como mucho, 7.447 m2 de techo.
«…Explorar la cuenca de erosión fluvial que integra la Plana de Vic implica recorrer verdes laderas salpicadas de masías de dilatada historia y atravesar amplias zonas de cultivo que colorean estas tierras en función de la época del año… territorio fruto de la erosión de los ríos Ter y Congost que destaca por la harmoniosa convivencia que ha pervivido hasta hoy en día entre la vida rural y la evolución urbana…»
Cada mercado es local
Cada municipio tiene su singularidad
Cada municipio se retrata en su parque residencial
Seguiremos analizando en próximas entregas los 350 municipios mayores de España…