PLASENCIA

PLASENCIA. Población (INE)

PLASENCIA Pirámide de Población (INE)

PLASENCIA Bienes Inmuebles e Uso VIVIENDA 2014-2017 (catastro)

PLASENCIA Deuda municipal

PLASENCIA Paro


Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


«UT PLACEAT DEO ET HOMINIBUS»

(«para el placer de Dios y los hombres»)

Plasencia es una ciudad y municipio español de 217,94 km2 en la provincia de Cáceres, situada en el N de la comunidad autónoma de Extremadura. El municipio, que no forma mancomunidad con los pueblos que le rodean, limita con poblaciones de 6 mancomunidades: Valle del Jerte, La Vera, Riberos del Tajo, Rivera de Fresnedosa, Valle del Alagón y Trasierra-Tierras de Granadilla. Físicamente, la ciudad se halla en la puerta de entrada al valle del Jerte.

Plasencia se encuentra 83 km al norte de Cáceres, 150 km al N de Mérida y 70 km al E de la frontera con Portugal. El casco urbano limita al O con las sierras del Gordo y Berenguer, las cuales se encuentran dentro de los montes de Traslasierra. Al otro lado está delimitado por la sierra de Santa Bárbara, la cual es una prolongación de la sierra de San Bernabé, encuadrándose ambas en la sierra de Tormantos.Plasencia presenta una topografía accidentada que alterna las zonas llanas más occidentales del término, con las fuertes pendientes de la sierra de Traslasierra y Sierra de San Bernabé del Piornal. Estas sierras flanquean el estrecho valle del Jerte, estableciendo un fuerte gradiente altitudinal entre las cotas más altas del municipio (1.001 metros en el Pico Gordo, en Valcorchero) y los apenas 270 m en el punto en el que el Jerte abandona el término municipal por el O. De NE a SO se dispone una alineación de pequeñas sierras en continuidad con las anteriormente nombradas, como son la sierra del Merengue, que alcanza los 656 m o la sierra de Berenguer. Al O del núcleo urbano destaca la Sierra de Santa Bárbara con 657 m en su punto más alto.

El núcleo poblacional se emplaza a 352 m de altitud. Este punto geográfico como punto de confluencia de varios valles montañosos, y su distancia respecto de otros centros urbanos regionales de mayor o similar entidad contribuye a reforzar el carácter central de la ciudad respecto del territorio y municipios circundantes. Por la ciudad atraviesa la Vía Ruta de la Plata que constituye una de las vías de comunicación más importantes de la Península Ibérica que conecta de norte a sur todo el oeste peninsular. Destaca también la N-110 que comunica la ciudad de Plasencia con la provincia de Ávila Además del núcleo principal, pertenecen a Plasencia 2 núcleos poblacionales catalogados como entidades locales menores, Pradochano y San Gil.

Plasencia hoy se divide en 25 barrios, 23 de los cuales forman la capital municipal, teniendo cada uno su propia asociación de vecinos: Colonia Virgen de Guadalupe-La Amistad, Río Jerte, Cotillo de San Antón-Barrio del Pilar, Cerro San Miguel-La Unión, Urbanización La Esperanza, Sierra Santa Bárbara, Los Mártires, Vera-Elena, Los Alamitos, Miralvalle, Los Majuelos, Valle-Isla, Los Pinos, La Data, Rosal de Ayala, Cuatro Calzadas, Ribera del Valle, Rubén Darío – Gabriel y Galán, San Juan, Ciudad Jardín San Antón, Valcorchero, Los Monjes e Intramuros de Plasencia.

El paisaje del municipio fuera del núcleo urbano es eminentemente agrario, dividiendo su aprovechamiento entre los pastizales, con mayor o menor grado de cobertura arbórea y las áreas de cultivo de regadío y secano, sin olvidar las parcelas de olivar en Santa Bárbara.

El municipio de Plasencia cuenta con un espacio natural protegido, el «Paisaje Protegido de Valcorchero», y asimismo se encuentra parcialmente incluido en los LICs de los ríos Alagón y Jerte. Arroyos Barbaón y Calzones y Siena de Gredos y Valle del Jerte que acotan las posibilidades de intervención dentro del término municipal. Existen además Hábitats de Importancia para la Biodiversidad y Vías Pecuarias.

El término de Plasencia en su conjunto, cuenta con un alto valor paisajístico, a su vez de alto valor ecológico, manteniendo valores, botánicos y faunísticos. La calidad ambiental del municipio se apoya en la conservación de un paisaje rural tradicional, eminentemente agrario y con una fuerte carga cultural, fruto de la actividad agrícola extensiva, que ha sabido adaptarse a las condiciones del medio para transformarse, a lo largo de los siglos, en un paisaje rural de alto valor ambiental en el que se alterna un paisaje de cultivos, con un arbolado natural adehesado, y una importante superficie de matorral mediterráneo.

En una primera aproximación al paisaje de Plasencia, el término municipal puede dividirse en 9 unidades de paisaje como se refleja en el esquema de unidades de paisaje. Estas unidades han sido definidas a partir de los componentes del paisaje (forma del terreno, vegetación, agua, elementos artificiales, etc), resultando las siguientes: Riberas del Jerte, Embalse, Dehesas y Pastizales, Bosque y Matorral mediterráneo, Cultivos de Regadío, Cultivos de secano, Olivares aterrazados, Paisaje construido, Zonas mineras. En la definición de las unidades se ha concedido una especial importancia a las características de la vegetación, las cuales, están directamente relacionadas con las condiciones de uso del territorio y por ende en las condiciones geomorfológicas, topografía, clima, etc…

«…En una fecha imprecisa de la primera mitad de 1186 Alfonso VIII de Castilla fundó la ciudad de Plasencia a orillas del río Ambroz, en un territorio situado en la zona más meridional de sus dominios. La conquista cristiana de este espacio, acaecida a fines del siglo XII, hay que insertarla en el complicado panorama político del momento, cuando una serie de poderes – castellano, leonés, portugués y almohade- pugnaban por el control de la región. El monarca castellano deseaba no sólo potenciar su presencia en esa zona y defender la frontera sur de su reino, amenazada por musulmanes leoneses y portugueses sino también potenciar su repoblación.

En efecto, aquel territorio pertenecía a la comunidad de Villa y Tierra de Avila, la más extensa de las comunidades de villa y tierra de la Extremadura castellana, cuyo concejo tenía serias dificultades para atender las necesidades de defensa y repoblación de aquel territorio marginal.

Todas estas consideraciones llevaron al monarca castellano a erigir una nueva villa cabeza de una Comunidad de Villa y Tierra para lo cual en la primavera de 1186, desde Toledo, se dirigió a aquella zona y sobre un cerro rodeado por el río Jerte fundó Plasencia. Allí se encontraba el citado monarca el 12.6.1186,» in diebus fundationis eiusdem urbis».

La fundación de Plasencia originó, desde un principio, importantes cambios en el territorio ya que significó la llegada de pobladores a un lugar hasta entonces prácticamente vacío de población, hecho de capital importancia para comprender mejor el posterior proceso señorializador que sufrieron las tierras de su término. Pero aquéllos cambios en la estructura de poblamiento y en el paisaje del territorio hubieron de ser muy lentos y en bastantes ocasiones nos consta que el proceso repoblador experimentó ciertos retrocesos debido entre otras razones a la débil demografía del reino castellano. Por otra parte, el estudio de dicho proceso repoblador es muy difícil de seguir, puesto que apenas si hay noticias que nos informen sobre los primeros años de la vida de Plasencia que indudablemente fue muy dura -dada su proximidad a la frontera con los musulmanes- por lo que bien podía considerarse a fines del siglo XII como una marca fronteriza.

Y la peligrosidad de su situación se puso de manifiesto en 1196 cuando fue asaltada por los almohades en el curso de la expedición que ese año organizó el Miramamolín. Tras el ataque, Alfonso VIII acudió a recuperar la ciudad, entrando en la misma por el lado Sur el 15.8.1196.

Plasencia fue de nuevo repoblada y, para evitar un nuevo embate musulmán, se construyeron unas gruesas murallas, dentro de las cuales se organizó la ciudad que desde su época más antigua contó al menos con 5 collaciones, según establecía el fuero que Alfonso VIII le concedió en fecha no determinada, pero que se puede situar entre 1186 y 1208; aquéllas fueron la de San Pedro, San Martín, San Vicente, San Esteban y San Nicolás. Extramuros se situaron los conventos de San Marcos, San Juan, Santa Cruz y San Roque y una serie de ermitas. Dicho fuero y la serie de privilegios que los sucesores de Alfonso VIII otorgaron a Plasencia intentaron atraer pobladores al nuevo territorio puesto que uno y otros aseguraban a los potenciales vecinos amplias libertades y generosas franquicias que debían hacer más atractiva la vida en la población.

En esta época se organizó la vida de la nueva ciudad y de su territorio bajo el amparo de la tregua acordada después de la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) y la protección que le ofrecía la Orden Militar que señoreaba Monfragüe y Albalá. Pero es muy difícil saber cómo se articuló aquélla ya que como acabo de señalar la documentación generada tras la fundación definitiva de Plasencia es escasa: la municipal se ha perdido prácticamente en su totalidad y en el Archivo del Obispado los documentos que se refieren a los siglos XII y XIII escasean. Por otra parte no existen para Extremadura Libros de Repartimiento que nos informen sobre la organización del territorio durante la etapa almohade. En definitiva, lo único que sabemos es que fue a comienzos del siglo XIII cuando se debió iniciar el proceso de organización territorial y de transformación del paisaje preexistente como consecuencia de la llegada de pobladores que pertenecían a una civilización diferente a la musulmana, con unos intereses sociales y económicos distintos, que quedaron reflejados en la organización espacial y en el paisaje.

Los algo más de 4.800 km2 que tenía el término placentino fueron dividido en 3 sexmerías. La más septentrional fue la del Valle y Trasierra. Sus tierras estaban recorridas por el río Jerte y esta fue la sexmería que más pronto se pobló. En ella estaba Plasencia y algunas villas de cierta consideración tales como las de Tornavacas, Navaconcejo, Jerte o Garganta la Olla. La sexmería de la Vera se ubicaba en el centro del término placentino; el Tiétar cruzaba este distrito rural que fue poblado entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV. Las aldeas y lugares más notables fueron Jaraiz, Gargüera, Valverde de la Vera o Arroyomolinos. Por último estaba la sexmería del Campo de Arañuelo, un enorme territorio de 2.800 km2. que incluía las comarcas geográficas de Mirabel, Ibor y Almonte. Grimaldo, Monroy, Torrejón, Almaráz y Belvís fueron algunos de sus centros de población más notables. El estudio de los testimonios conservados y de la toponimia nos ofrece la imagen de un tremendo espacio prácticamente virgen, muy quebrado por montes y gargantas y cubierto por bosques de alcornocales, encinas y robles junto a matorrales entre los que se encontraban piornos, cañales, helechos y piñuelas…

Plasencia Medieval por L. Toro

«…La tierra de Plasencia se estructura como una de las 4 grandes comunidades de villa y tierra realengas de la Extremadura de finales de la Edad Media y comienzos de la Moderna, junto a los corregimientos de Trujillo, Cáceres y Badajoz (otras grandes comunidades de villa y tierra eran las de Zafra y Medellín (señorío), Alcántara y Magacela (Ordenes Militares). La más importante de la región por su extensión y el número de lugares que la componen, un total de 67, muestra en su interior la complejidad jurisdiccional que caracteriza a Extremadura; junto a los lugares del término de Plasencia, que en las Ordenanzas se entiende como el conjunto de los lugares de la tierra sometidos a la jurisdicción de la ciudad, la comunidad cuenta con varias localidades de señorío, con las que se mantendrán, unas peculiares relaciones.

A finales del siglo XV, cuando se redacta la mayor parte de las Ordenanzas, la comunidad de Plasencia tenía un total de 9.565 vecinos pecheros, de los cuales 5.920 dependían jurisdiccionalmente del concejo placentino y el resto, 3.645, estaban censados en los lugares de señorío.

Las ordenanzas de Plasencia, en su mayor parte redactadas en la décadas finales del siglo XV, se inscriben dentro de un proceso general de redacción y recopilación de nuevas normativas municipales. Esta realidad no es ajena a los cambios producidos desde la conquista cristiana y a la obligación de responder a las nuevas necesidades.

El contexto histórico de las ordenanzas placentinas se presenta con nitidez. El proceso de crecimiento demográfico y agrario que se desarrolla des- de las primeras décadas del siglo XV, y que se mantiene hasta muy avanzado el siglo XVI, se presenta como elemento básico. Por un lado, las limitaciones del término de la ciudad placentina, producto de esa dinámica, que está detrás de las normativas sobre las dehesas de Alvaro de Estúñiga. Por otro, se presentan realidades que no son sino consecuencia de este proceso. La problemática del medio natural (bosque, caza y pesca) encuentra un desarrollo importante aunque las zonas de montaña presenten un perfil específico caracterizado por una relativa abundancia. El desarrollo y explotación de los pinares que jalonan el Tiétar debe ser visto como un intento de preservación de las dehesas de quercíneas. El terrazgo agrario de la ciudad se organiza en hojas para permitir la derrota de mieses, que garantiza una fuente adicional de alimentación para el ganado estante. En definitiva, el crecimiento demográfico y agrario ha generado la necesidad de una mayor protección y una más adecuada explotación de los recursos.

Plasencia aparece, acorde con el modelo de ciudad predominante en Extremadura, con una modesta artesanía -en la que resulta predominante la presencia de los oficios relacionados con las necesidades básicas del vestido y la construcción- pero con una considerable importancia comercial. Todo nos hace pensar que la artesanía tendría funciones de abastecimiento comarcal, dentro de la tierra, que en cierta medida aparece subordinada a los intereses de la ciudad y sus habitantes. La propia estructura social placentina, con sectores rentistas de importante poder adquisitivo, la cuantía de su población, su situación geográfica y, finalmente y no menos importante, la amplitud y variedad de su término, convirtieron a la ciudad en un importante centro de intercambios, en el que primó, sobre cualquier otra consideración, la garantía del abastecimiento de sus habitantes.

Durante la Baja Edad Media la ciudad vivió un período floreciente en el que el concejo y los nobles laicos y religiosos promovieron diversas construcciones. Datan de esta época varios conventos, iglesias, hospitales, casas-fortaleza y la finalización de la catedral, después llamada «Catedral Vieja». En 1442 el rey Juan II de Castilla dio la ciudad a la familia de los Estúñigas o Zúñigas, concediendo a Pedro de Zúñiga y Leiva el título de conde de Plasencia. Al pasar a señorío, Plasencia perdió el derecho de voto que tenía en las Cortes. El 27.4.1465, el rey Enrique IV de Castilla fue depuesto en Plasencia. Más tarde el I conde de Plasencia, Álvaro de Zúñiga y Guzmán, participó en la Farsa de Ávila, quitándole la espada, que simbolizaba la justicia, a la estatua de madera que representaba al rey castellano y proclamando rey en su lugar al infante Alfonso.

En 1475, después de la muerte de Enrique IV, el conde de Plasencia tomó partido a favor de Juana de Trastámara, la «Beltraneja» en la sucesión al trono de Castilla, contra la otra pretendiente, la media-hermana de Enrique, Isabel, que sería conocida como «la Católica». Esta crisis de sucesión llevó a la Guerra de Sucesión de Castilla, en la cual también participaron Francia y Portugal. Juana se casó con su tío Alfonso V de Portugal en Plasencia, pero el casamiento no fue reconocido porque el papa no dio la autorización necesaria exigida por su grado de parentesco. Más tarde, al avanzar el conflicto, Álvaro de Zúñiga pasó a ser partidario de Isabel, quien lo recompensó en 1476 con el título de duque de Plasencia. Después de la victoria de los Reyes Católicos en 1479, el duque pasó a ser uno de los principales nobles del reino.

En 1488 la nobleza placentina se levantó en armas contra los Zúñiga y recuperó de este modo el poder que detentaban anteriormente sobre la ciudad y sobre las rentas de las tierras que dependían de la misma. Los sublevados fueron apoyados en este caso por los Reyes Católicos. La revuelta triunfó y el estatuto de realengo fue repuesto, siendo ratificado el 20.10.1488 en las puertas de la catedral, con la presencia de Fernando el Católico, que juró defender siempre los fueros y la libertad de Plasencia…

1768 Plasencia por F. Coello

Siglos XVII-XVIII

Durante esta etapa la ciudad entró en una decadencia acentuada, a semejanza de la mayor parte de España, pasando de 10.000 habitantes en el período más próspero a menos de 4.800 en el censo de 1786. La expulsión de los moriscos, decretada en 1609 por Felipe III de España, provocó la salida de Plasencia de mucha gente, que vivía sobre todo extramuros. El esfuerzo exigido a los placentinos para atender las necesidades del ejército, como alojamiento, formación de reclutas y animales de carga, alimentación para soldados y animales, entre otras, tuvo un efecto muy negativo en la escuálida economía local. Las crisis de abastecimientos y las epidemias también contribuyeron a la decadencia de la ciudad. La mortalidad era alta debido a las carencias alimentarias y a las dolencias. La participación de los ciudadanos en el gobierno municipal era prácticamente nula, estando el poder concentrado en la aristocracia local siendo el más significado el marqués de Mirabel. Al frente del gobierno local se encontraba un corregidor, que concentraba en sí las funciones políticas, económicas, judiciales y militares.

En esta centuria hubo algunas iniciativas para mejorar la situación y acabar con la penuria económica, aprovechando las reformas introducidas por la Casa de Borbón, pero los proyectos fueron poco ambiciosos. José González Laso, quien estuvo al frente de la diócesis desde 1766 hasta su muerte en 1803. Su obra fue vasta y abarcó varios campos. En beneficencia y salud, destacó la creación de un hospicio en el antiguo colegio de los jesuitas, así como la ampliación del Hospital de Santa María; en enseñanza, destacó la reforma de los Estudios de Humanidades. El aspecto más conocido de la obra de José González Laso, fue el empeño en la construcción, habiendo sido abiertos y reparados numerosos caminos y puentes, reformando el palacio episcopal y construyendo nuevas calles, para lo que fue necesario derribar parte del recinto amurallado.

En el ámbito político nos encontramos ante un municipio cerrado similar al de otras ciudades castellanas, en el que el poder se encuentra en manos de un selecto grupo de familias cuyos apellidos (Carvajal, Trejo, Collazos y otros) se repiten ocupando las regidurías, las mayordomías y otros importantes oficios del consistorio. Eso les proporciona poder económico y prestigio social, pero también es fuente de abusos y corruptelas. El corregidor, correa de transmisión de la monarquía, tiene la misión de mediar en el cerrado círculo de intereses oligárquicos de la ciudad, en el que, sin embargo, en ocasiones acabará integrándose pese a la existencia de conflictos puntuales.

La oligarquía política formaba, junto al clero, el grupo de los privilegiados en una sociedad caracterizada por la desigualdad. Frente a los numerosos privilegios de que disfrutaban, la mayor parte de la población, agrupada en diversos sectores productivos, con un peso importante del terciario -en la ciudad, no en la tierra, donde la mayor parte de los vecinos se dedicaba a actividades agropecuarias-, vivía de su trabajo y mantenía con su esfuerzo y sus impuestos esta estructura social, en la que los pobres, numerosos, eran el eslabón más débil, cuya subsistencia era posible gracias a los aprovechamientos comunitarios y a una relativa preocupación de las autoridades por su mantenimiento…»

Julián Clemente Ramos y Alfonso Rodríguez Grajera. Plasencia y su tierra en el tránsito de la Edad Media a la Moderna. Un estudio de sus ordenanzas (1469-1593)

Edad Contemporánea
Guerra de Independencia (1808-1812). Debido a su situación estratégica, Plasencia fue una plaza militar destacada durante la Guerra de Independencia Española. La ciudad sirvió como cuartel general y centro de aprovisionamiento de tropas, tanto francesas como patrióticas y aliadas anglo-portuguesas, mas ninguna batalla importante discurrió en sus inmediaciones.

En los 4 años que duró la guerra, la ciudad fue invadida y ocupada por los franceses doce veces, provocando graves daños económicos y damnificando seriamente muchos edificios públicos civiles y eclesiásticos.

Cuando las tropas francesas abandonaron la ciudad por última vez, hicieron grandes atropellos a la población, que fue obligada a entregar todos los bienes alimentarios. En la retirada, las tropas destruyeron las cosechas e impusieron una contribución de 90 mil reales, a la que se sumaron el dinero que extorsionaron y el robo de todo el ganado que consiguieron llevarse.

Formación de la provincia de Cáceres (1833). Plasencia intentó ser capital provincial, pero fue Cáceres en 1833 quién consiguió serlo. Progresivamente Plasencia fue despojada de muchos servicios públicos, que se trasladaron a la capital, contribuyendo al decaimiento del nivel social y económico de la ciudad. Desde 1834 es sede de partido judicial.

1899 Plasencia (detalle IGN)

Gaston Bertier Descaves (1859-1912). Fue un ingeniero francés que trabajó a finales del siglo XIX en el trazado de la vía férrea Plasencia-Astorga, realizando el calado del túnel de San Lázaro, los puentes y la central hidroeléctrica que está aguas abajo. Llegó a Plasencia con la Compañía de Ferrocarriles para hacerse cargo de la dirección de obra del túnel de San Lázaro. Se casó con una placentina, Dionisia Torres Fernández y residió en Plasencia aunque realizó numerosos viajes por cuestiones de trabajo y origen. Murió en Madrid a los 53 años de edad. Las obras que hizo en Plasencia fueron: «Proyecto de central electro-hidráulica en berrocalillo», una presa de cemento y sillar, un canal de desviación de 500 m. (con 100 m. bajo tierra) de largo y doble turbina horizontal, «Calamiento del túnel de San Lázaro», en Plasencia, con diploma de enhorabuena del personal de 22.12.1889 y «Construcción de vía férrea de Plasencia-Astorga incluyendo un puente sobre el río Jerte»

Una vez concluida la Guerra de la Independencia la vida política en Plasencia tendió a la monotonía, no obstante la modernización de la ciudad fue el gran reto al que se enfrentaron sus fuerzas vivas en lo referente a la vida social, economía, urbanismo, educación, cultura, etc. Plasencia tenía un casco histórico con un tortuoso trazado medieval, incapaz de acoger las nuevas funciones de una ciudad contemporánea. Aquí destaca el Higienismo como movimiento de amplio arraigo, que supo aportar vías de solución a la gran preocupación del momento, que era el saneamiento de la ciudad, porque la población vivía hacinada en viviendas insalubres y pequeñas, compartiendo espacios con los animales domésticos. Las calles eran verdaderas cloacas, donde se acumulaba la basura. En esas condiciones, la población fue fácil presa de enfermedades y epidemias.

1916. Plasencia

En la modernización de Plasencia intervinieron de forma activa lo arquitectos Vicente Paredes y José María Pellón, así como el maestro de obras Francisco Mirón. Ellos crearon nuevos espacios urbanos, ensancharon algunas calles, modernizaron las viviendas que había extramuros de la ciudad, construyeron la red de saneamiento, la traída del agua potable, la electrificación, etc. Vicente Paredes además construyó la plaza de toros y fue un historiador importante de temas placentinos y extremeños y Francisco Mirón construyó el teatro Alkázar y el parque de Los Pinos. Ambos fueron intelectuales y artistas destacados.

Vicente Paredes (1840-1916). Arquitecto provincial de Cáceres en 1868 con carácter interino. En 1870 se traslada a Plasencia donde ocupa los cargos de arquitecto municipal y diocesano. En 1879 cesa su actividad como arquitecto diocesano y continua trabajando para el Ayuntamiento para el cual realiza obras como el proyecto de alcantarillado de la Puerta del Sol o la de Talavera, la Plaza de Toros y el antiguo Mercado de Abastos. En 1894 abandona su cargo como arquitecto municipal para dedicarse con ahínco a la investigación. En Don Benito (Badajoz), es autor de 2 iglesias neohistoricistas con estilos medievales: Santa Memoria y San Juan Bautista.

Además destacó por su faceta como escritor, ensayista e historiador. Gran aficionado a la arqueología, epigrafía, numismática, la historia del arte o la heráldica, escribió numerosos artículos para revistas y periódicos y es autor de diversas publicaciones como «Origen y Nombre de Extremadura» (1886), «Los Zúñiga, señores de Plasencia» (1909) etc. Fue uno de los fundadores de la «Revista de Extremadura» a finales del siglo XIX.

Durante más de 30 años se dedicó al estudio de la Vía de la Plata lo cual ha quedado plasmado en dibujos, apuntes, planos etc

1925 Plasencia

El soporte tradicional de la economía placentina fue el sector agrario y ganadero, y un pequeño sector dedicado al comercio en general. De gran importancia eran las ferias de ganado que mensualmente se celebraban. Al comenzar el siglo XX la tierra era propiedad de unos pocos terratenientes, lo que generó un número cada vez mayor de jornaleros que se vieron obligados a emigrar.

No obstante durante esa etapa histórica y de la mano de pequeños empresarios emprendedores se fue tejiendo un entorno industrial a base de instalar molinos, fábricas de hilados y pimentón. En 1889 en el molino del Ángel se llevó a cabo la primera prueba de producción de electricidad, el alumbrado público se inauguró en 1904. A iniciativa de Máximo Sánchez Recio, se creó en 1909 en Plasencia la Agrupación Regional de Cultivadores del Pimiento, Industriales y Exportadores. La obra de mayor alcance socio-económico fue la llegada del ferrocarril, con las líneas Madrid-Lisboa y Plasencia-Astorga, que rompió el aislamiento histórico de la región aumentando el número de viajantes e intensificando el intercambio comercial y el transporte de mercancías y ganado.

En 1911 fue fundada la Caja de Ahorros de Plasencia, bajo el patrocinio del obispo, Francisco Jarrrín y Moro, una institución bancaria, con el objetivo de dinamizar la economía de la ciudad. Poco a poco se fueron abriendo en Plasencia sucursales bancarias de los principales bancos del país. Como empresario emprendedor placentino hay que citar entre otros a D Julián Serrano Herrero (1853-1937), impulsó varios negocios, industrias y construcción. Fue concejal y alcalde de Plasencia, en 1929 le concedieron la Medalla al Mérito en el Trabajo.

1917 Joaquín Sorolla. El Mercado

Cuando en abril de 1931 se proclamó la Segunda República, fueron asesinados 2 guardas nocturnos en la Plaza Mayor, pero no hay noticias de otros incidentes violentos hasta la Guerra Civil.
El primer alcalde de izquierdas que hubo el Plasencia fue el socialista Julio Durán, desde 1931 hasta 1934. Cuando se produjo el Golpe Militar en 1936 era concejal y fue fusilado el 16.8.1936 por los fascistas. Entre las obras del período republicano destacan el aprovechamiento de las aguas de los ríos Jerte, Alagón y Tiétar, así como la construcción de embalses y la creación del mercado de abastos y el Instituto Nacional de Bachillerato Gabriel y Galán. Las expectativas creadas sobre la reforma agraria para acabar con las injusticias en la posesión de tierras se quedaron en la nada por las divisiones internas de los políticos republicanos y la resistencia de la oligarquía local. Cuando se produjo el Golpe Militar que dio inicio a la Guerra Civil Española, el comandante José Puente fue nombrado alcalde en sustitución del alcalde democrático Miguel Cermeño, imponiéndose en la ciudad la ley marcial.

Inmediatamente los fascistas reprimieron en la zona a los miembros del Frente Popular, mediante asesinatos indiscriminados de cantidad aún no determinada al no registrarse la causa de la muerte en el registro civil. Según Sánchez-Marín Enciso constan 48 víctimas en 1936. También hubo sentencias de pena de muerte de tribunales militares de excepción, habiendo 101 asesinatos documentados, de entre los cuales se encontraban el cenetista Nicolás Benavente, los ex-alcaldes socialistas Pedro Rabazo y Joaquín Rosado, y una joven de 14 años, Teodora Velasco, que fue asesinada por llevar alimentos a un familiar preso. Aunque la ciudad no fue escenario de guerras, hubo 8 muertos en bombardeos y explosiones puntuales, y muchos placentinos murieron en los frentes. El hospital se convirtió en centro sanitario de retaguardia y varios edificios se convirtieron en hospitales provisionales, conocidos como «hospitales de sangre». La falta de mano de obra y la exigencia de tributos militares provocaron un grave empobrecimiento de la economía.

Al acabar la guerra, el hambre y la penuria destacaron en la ciudad en los años 1940, imponiéndose el racionamiento de los productos básicos de alimentación e higiene. La actividad industrial más importante era la fabricación de harina en los molinos que había junto al río Jerte y de pan en las panaderías. También se fabricaban jabones y ladrillos. La construcción fue poco activa al no haberse destruido edificios durante la guerra. No obstante, mediante trabajos forzados, los presos republicanos rehabilitaron los palacios del marqués de la Constancia y del marqués de Mirabel y la plaza de toros, e igualmente construyeron el Parque de los Pinos. En 1941 se instaló en la ciudad un regimiento de infantería que rehabilitó un poco la economía por el elevado número de soldados forasteros que trajo, y que en 1969 se amplió con la llegada de un cuerpo de operaciones especiales.

«…El Instituto Nacional de Colonización

La actuación del INC en la comarca del Valle del Alagón. La construcción de nuevos pueblos. La delicada situación socioeconómica del medio rural español al finalizar la Guerra Civil resultaba especialmente crítica. La euforia de los primeros gobiernos del franquismo concibió como tabla de salvación, para superar los problemas, una reformulación de las iniciativas colonizadoras planteadas por los pensadores ilus­ trados, prestando atención a una nueva agricultura de regadío, mucho más productiva, diversificada y con plena capacidad de generar empleo y riqueza. Con la Ley de Bases de 26.12.1939 para la Colonización de Grandes Zonas, el jefe del Estado Francisco Franco marcó la nueva dirección de la reforma agraria. Esta Ley tenía como objetivo transformar en zonas de regadío amplios espacios, hasta entonces incultos, para aumentar la productividad general del país. Y como medio de consolidar las mejoras en el territorio, pretendía instalar de manera estable pe­queñas agrupaciones de campesinos que las rentabilizaran, gracias a la redistribu­ción de la propiedad.

El Instituto Nacional de Colonización (INC), dependiente del Ministerio de Agricultura, fue el organismo encargado de llevar a cabo la política de coloniza­ción del franquismo. Por un decreto de 23.6.1942 se autorizó al INC a comprar terrenos para crear los nuevos núcleos de colonización y estimular la ini­ciativa privada, pero el planteamiento fracasó. La mayor parte de las tierras adquiridas quedaban fuera de las grandes zonas regables; se confió demasiado en la ini­ciativa privada para la transformación de sus tierras en regadío y ni tan siquiera las obras secundarias subvencionadas fueron realizadas por los propietarios, por no considerarlas suficientemente beneficiosas y rentables para sus intereses. De modo que se buscó una nueva fórmula con la promulgación de la Ley de 27.4.1946, que concedía al INC la capacidad de expropiar forzosamente las fincas rús­ticas previa declaración de interés social y con indemnización inmediata a los propietarios. Para compensar a éstos se utilizó la fórmula de las «tierras en exceso», consistente en pagar con una parte del terreno el coste de la transformación en rega­dío de sus propiedades, siguiendo este planteamiento se publicó la Ley sobre Co­lonización y Distribución de la Propiedad de las zonas regables y otras, en abril de 1949, y esta vez sí se dio comienzo a la nueva etapa colonizadora. La labor comenzó con el denominado «Plan Badajoz» a partir de 1952, seguido un año más tarde por el «Plan Jaén», aunque éstos no sólo implicaron planes de regadío o de coloniza­ción, sino también proyectos industriales. La transcendencia del proceso colonizador afectó a todo el territorio nacional, pero con mayor incidencia a Andalucía, Aragón y Extremadura.

La actuación del INC en el Valle del Alagón, en el norte cacereño. Esta comarca se incluyó en el Plan General de Colonización de la Zona de Cáceres y afectó a 3 importantes áreas de regadío: rosarito, Borbollón y Gabriel y Galán. El Plan incluyó un total de 66.940 ha y dio lugar a la creación de 19 pueblos.

El Valle del Alagón fue dividido por el INC, a efectos de planificación y administración, en 2 subzonas: la regable del Borbollón sobre el río Arrago y la del embalse Gabriel y Galán dentro del sistema del río Alagón.

Zonas regables de los embalses del Borbollón y Gabriel y Galán (extraído de la revista de Obras Públicas).

La primera fue declarada de Interés Nacional con fecha de 4 de agosto de 1952, aprobándose el Plan General de Colonización por Decreto de 27.11.1953. El 11.1.1955 se ordenó la expropiación de las tierras en exceso de la zona regable del Borbollón y en total se pusieron en riego 11.940 ha, además de construirse 2 pueblos: Vegaviana y La Moheda. Por otro lado, la zona regable del Gabriel y Galán fue declarada de Alto Interés Nacional por Decreto de 5.2.1954; un año más tarde se aprueba el Plan de Colonización con la puesta en regadío de 43.500 ha y la creación de 10 asentamientos: Alagón del Cau­dillo, El Batán, Puebla de Argeme, Pajares de la rivera, Pradochano, Rincón del Obispo, San Gil, Valderrosas, Valdencín y Valrío.

La extensa zona del Alagón se vio entonces sometida a una transformación profunda, pasando del secano al regadío. Además de los 2 embalses, la roturación y nivelación de terrenos y el trazado de caminos, fue capital la ejecución de una amplia red de riegos, compuesta por canales, acequias, sifones, etc., que facilitó la reforma agraria. Finalmente, los pueblos serían habitados por los colonos y sus familias, procedentes mayoritariamente de municipios de la propia provincia.

Antonia Esther Aujeta, Moisés Bazán y Miguel Centellas. 2013. Propuesta de Ruta Turístico-Cultural por los pueblos de colonización del Valle Alagón (Cáceres). NORBA, Revista de Arte, vol. XXXII-XXXIII (2012-2013) / 259-283

San Gil. Plasencia

Tras la guerra civil se produce una rectificación de la política agraria de la República. Sin embargo, hay una serie de constantes que se van a mantener en los proyectos colonizadores que son producto de una prolongación y ampliación de la política hidráulica y colonizadora de los años 20′ y 30′.

Durante la guerra, en el año 1938, se había creado el Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra sustituyendo al antiguo Instituto de Reforma Agraria, y como producto de una nueva política agraria basada en los programas falangistas. Con Angel Zorrilla a su cabeza, este organismo enterró la iniciativa república orientada a la redistribución general de la propiedad de la tierra, devolviendo a sus propietarios las fincas que les habían sido intervenidas. Por otro lado, su actividad se enfocaba a potenciar, casi exclusivamente, los componentes técnicos de la «reforma de la tierra».

Ya finalizado el conflicto, el nuevo Estado va a fundamentar en la colonización toda su política agraria y buscará la legislación que le permita aplicar todos los principios que antes no había podido llevar a la práctica a plena satisfacción. Así, el 18.10.1939, se suprime el Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra, y es sustituido por el Instituto Nacional de Colonización, en vista, según reza en su Decreto de fundación, «de que los vastos planes que para la colonización de España se han venido estudiando, exigen para su realización dotar de unas características tan especiales al Organismo que ha de llevarlos a cabo, que incluso aconsejan la supresión del citado servicio, convertido posteriormente en Dirección General, creando, en cambio, un Instituto autónomo para sustituirle». Desaparece aquí de la terminología oficial la expresión reforma agraria, «que volverá a surgir 34 años más tarde al cambiar la denominación del Instituto de Colonización por la de «Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario»denominación que procura responder a las nuevas circunstancias, tan diferentes a las del 39.

El nuevo organismo va a tener también como primer Director General a Angel Zorrilla, Jefe del Servicio Nacional sustituido por el Instituto, marcando claramente la continuidad en la línea de acción.

De esta forma, el Instituto Nacional de Colonización va a ser el principal instrumento de la nueva política agraria, cuya misión consistirá en «la realización de amplios planes de colonización y en la transformación del medio agro-social». Para ello, y siguiendo la línea ya apuntada en el Decreto de su fundación, se le dotará de personalidad jurídica propia y dispondrá de autonomía económica.

A partir de este momento, Emilio Gómez Ayau distingue una serie de períodos en el camino que seguirá la Reforma Agraria, «teniendo en cuenta las circunstancias políticas y económicas tanto de orden nacional como internacional, y las propias de la situación agraria que necesariamente influyen en el ritmo, modalidades y preferencias en la aplicación de las leyes que lo jalonan»:

Período 1940-46:

Se inicia con la creación del Instituto Nacional de Colonización y con la publicación de la Ley de Bases para la Colonización de Grandes Zonas, y la de Colonizaciones de Interés Local, complementaria de la anterior, junto con la Orden de 5 .6.1941 que crea los Grupos Sindicales de Colonización.

De la primera de estas leyes, la Ley de Bases para la Colonización de Grandes Zonas, debemos hacer algunos comentarios. Con ella se intentaba estimular a la iniciativa particular para que promoviera la transformación de la zonas consideradas de «alto interés nacional», ofreciendo el apoyo y el asesoramiento del Instituto.

En dicha Ley aparece la figura de la «Sociedad de Colonización», entidad que debía de ser constituida por los propietarios de los terrenos y por los interesados en el proceso colonizador. Este tipo de entidades debían dirigir y gestionar las operaciones asumiendo los derechos y los deberes que la legislación otorgaba a las Comunidades de Regantes. Para favorecer su formación se les concedía la facultad de expropiar las fincas de los propietarios de las zonas declaradas de interés nacional que no quisieran ingresar en ellas. Y en el caso de que los propietarios no fueran capaces o no quisieran constituir las citadas sociedades (como realmente iba a suceder) se preveía además la creación de unas «Asociaciones de Sustitución’ (sin embargo, tampoco se llegaría a reemplazar aquéllas por éstas últimas, pues se las creía animadas por el deseo de especular con las tierras).

Cabe destacar asimismo, dentro de las disposiciones legales que durante este primer periodo se promulgaron, el Decreto del 23.7.1942, mediante el que se puso nuevamente en vigor una disposición de la Dictadura de Primo de Rivera que había permitido llevar a cabo una serie de parcelaciones, y que había sido derogada por la República. Este Decreto autorizaba al Instituto Nacional de Colonización a adquirir las fincas que se le ofrecieran (voluntariamente) para destinarlas a colonización o parcelación.

Igualmente, se puso en vigor la Ley de 1907 que permitía obtener fincas procedentes de los municipios de forma gratuita.

Este primer período terminaría con el discurso que Franco pronuncia en Badajoz en diciembre de 1945 a donde acude para anunciar «que tras una labor de más de 5 años para preparar las Instituciones y los Organismos capaces de enfrentarse con los problemas que exige la redención social de las tierras extremeñas» labor que ahora empieza y que ha de realizarse en etapas» en quinquenios sucesivos (…) para hacer desaparecer el paro, las viejas injusticias y los abusos», y con la inauguración también por el Jefe del Estado del nuevo pueblo de El Torno, en la finca de su nombre, enclavada en el término municipal de Jerez de la Frontera y en la zona regable del Guadalcacín, y primero de los construidos por el Instituto Nacional de Colonización, el 26.5.1946.

Período 1946-1952:

Se inicia con la aprobación de las Leyes de Expropiación de fincas rústicas por causa de utilidad social y con la de Colonización de Interés Local (ambas de 27.4.1946). Con ellas se permitía la expropiación, con la correspondiente indemnización, de las fincas que fuesen susceptibles de colonización, mostrando su preferencia hacia las zonas regables.

Se intensifica la compra de fincas por oferta voluntaria y por causa de interés social. Se prepara la Ley de 21.4.1949 sobre colonización y distribución de la propiedad de las zonas regables.

Termina a fines de 1951, cuando alcanzado de nuevo el nivel de producción agrícola de 1935, se logra una cierta estabilidad económica y comienza a romperse el cerco internacional, lo que permite al nuevo Gobierno, el 20 de julio de este año, en su declaración al país, afirmar «su propósito de propulsar en la agricultura las obras de colonización y de grandes y pequeños regadíos e incrementar por todos los medios la producción y los rendimientos».

Período 1952-1958:

Periodo en el que por fin, se liquidó la economía de guerra que había persistido en los anteriores, poniéndose en marcha en gran escala la Ley de Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas Regables, de 21.4.1949, que afectaba ya exclusivamente a las zonas regables y no a las «grandes zonas» como la del 39, y que merece ser objeto de comentario aparte.

En 1954, con anterioridad a la aprobación de la primera Ley del Suelo (1956), se formula el primer Plan General de Plasencia, uno de los planes pioneros en ciudades de este tamaño dentro del conjunto de España. En esta época la ciudad ha sufrido un crecimiento no controlado en sus barrios periféricos. El plan prevé ordenarlos y dotarlos de los equipamientos necesarios  (algunos de ellos no se llevarían a cabo hasta 20 años después).

Se pretendió ordenar estos barrios periféricos, dejando en el olvido el casco antiguo, provocando su abandono. En la zona de ensanche se plantearon viviendas en manzana cerrada, con patio interior. Es el actual barrio del Rosal de Ayala, que tiene unas densidades muy elevadas. En la zona N se plantea edificación de tipo mixto, con bloques abiertos. En la zona S y en los alrededores del ferrocarril se piensa en viviendas más modestas. La zona industrial se delimita entre la carretera de Cáceres-Salamanca y la estación de ferrocarril. En este sector, además de industria se permite el uso residencial. Se pretende mejorar las comunicaciones con el resto de la comarca, así como con Madrid. Se empieza a fraguar el crecimiento lineal, con ensanche al N y al S.

En esta Ley se abandona ya la idea de formar las Sociedades de Colonización, y es el Estado el que, en lugar de aquéllas, pasa a encargarse de la colonización total o integral de las nuevas zonas regables. Para ello, se establecía la distribución de una parte de la superficie puesta en riego para asentamiento de los colonos.

¿De qué forma?. El Instituto Nacional de Colonización podría expropiar esa parte de las tierras incluidas en la zona regable a las que denominaba tierras en exceso. Por otro lado, los propietarios podían conservar una parte de sus tierras en proporción al tamaño original de su propiedad y al número de sus descendientes, bajo la denominación de tierras en reserva. Había un último grupo, el de las tierras exceptuadas, que comprendía las tierras de secano a las que no afectase la transformación en regadío prevista en el plan, las tierras que estuvieran ya en regadío o las que estuviesen en proceso de transformación.

Otro aspecto básico contemplado en la Ley era el de la forma de llevar a cabo las obras necesarias para la puesta en riego de la zona e instalación de los colonos. Se distinguían 3 grupos:

a) Obras de interés general para la zona (subvencionadas en su totalidad por los Ministerios de Obras Públicas o de Agricultura).

b) Obras de interés común para los distintos sectores hidráulicos (subvencionadas con el 40% del coste total).

c) Obras de interés agrícola privado (subvencionadas con el 30% del coste total). Las de los dos primeros grupos debían ser ejecutadas por el INC o por los Servicios Hidráulicos del Ministerio de Obras Públicas, mientras que las del último debían ser ejecutadas por los particulares.

Para la parte no subvencionada, los distintos Decretos por los que se declaraba de«interés nacional» la transformación de la zona, fijaban la forma en que deberla ser reintegrada al Estado.

Por último, y como aspecto más interesante para nuestro estudio, la Ley definía las figuras de planeamiento que iban a servir de instrumento para llevar a la práctica las previsiones de la legislación. Hasta entonces había sido el Plan de Obras (Hidráulicas) el que determinaba casi completamente las actuaciones posteriores. a partir de este momento serán el Proyecto o Plan General de Colonización, el Plan Coordinado de Obras y el Proyecto de Parcelación los que definan la intervención en su totalidad, y a los que dedicaremos unos comentarios explicativos más adelante.

También en este último de los períodos distinguidos por Emilio Gómez Ayau, se pone en marcha la concentración parcelaria mediante la Ley de 20.12.1952, encargándola a un nuevo organismo que se crea a estos efectos, en vez de encargar su desarrollo al Instituto Nacional de Colonización, rompiendo el criterio de unidad en el organismo colonizador que inspiraba y servía de base a la nueva política establecida en 1939. Aunque la Ley del 39 sigue en pie, no se aplica, como ocurrió en su tiempo con 0PER, por lo que cabe hablar de una variación fundamental en la línea primitiva.

Además, otra diferencia esencial. Se reconoce la necesidad de reducir el número de agricultores con la afirmación de «menos agricultores, menos explotaciones y mejor agricultura», frente al júbilo del periodo 46- 52, en el que se había vuelto al tradicional aumento de explotaciones y de hombres sobre la tierra.

El marco legal hasta aquí definido va a ser en el que se muevan las actuaciones que vamos a examinar y que tendrán como resultado final la creación de los poblados analizados. Dicho marco se mantendrá en vigor incluso hasta después del abandono de la política colonizadora concebida de modo integral que se producirá a mediados de los 60′) y hasta que en 1973 se apruebe la «Ley de Reforma y Desarrollo Agrario», actualmente en vigor. En ese momento, desaparece como tal el Instituto Nacional de Colonización y se crea un nuevo Organismo, el Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario, en el que se fusionan el mencionado INC, el Servicio de Concentración Parcelaria y Ordenación Rural, y el Servicio de Fincas Mejorables.

No debemos finalizar este capítulo sin algunas otras aportaciones de interés. Tal y como señala Naredo (J.M. NAREDO, J. M. SUMPSI. «Evolución y características de los modelos disciplinarios del trabajo agrario en las zonas de gran propiedad», pag. 20), podíamos decir que la novedad más importante de la política de posguerra fue la de reconciliar con éxito la reordenación del espacio rural y la expropiación que comportaba la realización de una serie de asentamientos con los intereses de los propietarios afectados.

Estudios recientes como el de Nicolás Ortega señalan este carácter de subsidiaridad de la política colonizadora respecto de las intenciones e intereses de la gran propiedad.

Francisco Monclús por su parte, resume la actuación desarrollada durante la posguerra en los siguientes puntos :

– Se han «conquistado» (recuperando el mito de la colonización como conquista social de naturaleza productivista) y en general ocupando establemente ciertos territorios, obteniéndose unos aprovechamientos más intensos de los mismos.

– No obstante, los principales beneficiarios han sido los propietarios de unos terrenos a los que se les ha dotado de un capital fijo muy importante (infraestructuras hidráulicas y viarias principales) y de una mano de obra próxima a sus explotaciones.

– La incidencia de las expropiaciones y repartos de tierras de esos propietarios a los colonos no ha tenido la transcendencia deseable en cuanto a la transformación del medio agrosocial previsto.

Distingue asimismo Monclús tres fases durante este período, producidas por la resistencia inicial de los propietarios o al menos su falta de colaboración, así como por los sucesivos cambios de orientación en la política colonizadora. A saber:

– Una primera, durante los años 40, en la que no se actúa de forma significativa en zonas regables. Sólo se realizan algunas operaciones en fincas de secano no regable que el Instituto adquiría por oferta voluntaria, es decir, sin recurrir a la expropiación.

– La segunda, desde 1949 hasta mediados de los 60, en la que se aplican realmente las políticas de colonización integral que habían ido madurando en años anteriores.

– La tercera, a partir de esos momentos, y en la que se abandonan los planteamientos estrictamente colonizadores al producirse una fuerte reducción en las actuaciones de asentamientos de colonos. La política colonizadora quedaría desde entonces «reducida casi exclusivamente a las estrictas dimensiones de una política hidráulica de transformación de secano en regadío y de mejora de regadíos ya existentes’.

Por último, y en oposición a lo anteriormente expuesto, cabe destacar la opinión de José Tamés, Jefe del Servicio de Arquitectura del INC desde 1943 a 1975:

– Los principales beneficiarios del hecho colonizador no han sido otros que los colonos, que comenzaron de humildes obreros (en una posición similar a la del parado actual) y acabaron siendo pequeños propietarios.

Las actuaciones sobre zonas regables son relevantes desde los primeros a´os. Entre 1945 y 1950 se construyeron casi todos los pueblos de la Zona del Guadalcacin (Cádiz), además de la ampliación de Lachar (Granada).

El período de mayor actividad coincide con el que ocupa Rafael Cavestany como Ministro de Agricultura, titular del cargo desde julio del 51 a febrero del 57, aunque su sucesor Cirilo Cánovas, que lo fue del 57 al 65, siguió la misma línea. En lo referente a nuevos pueblos y núcleos rurales, se proyectaron y ejecutaron el 80% de los existentes.

Finalmente, la actividad en el período de 1965 a 1970 continúa al mismo ritmo, aunque ahora fundamentalmente en obras de consolidación y finalización de los poblados anteriormente iniciados.

Tesis Doctoral. 1988. «Evolución Urbanística de los Poblados ejecutados por el INC en Extremadura. La Zona de Montijo». por Justo García Navarro, dirigida por el Profesor Doctor D. Juan Jesús Trapero Ballestero.

PGO Plasencia 1957

Planeamiento de 1969. (Plan Ferrater)En este momento Plasencia es cabecera de comarca, y teniendo en cuenta el auge de la agricultura favorecida por el regadío, se pretende conectar con Galisteo, a través de una vía semi-rápida, que es el foco principal de la comarca. Se prolongará la ciudad hacia el S mediante una zona industrial, que estaría conectada a través de un eje principal con el casco urbano. Se piensa en crear una nueva estación de ferrocarril en esta zona industrial para el uso de mercancías, y dejar la existente para uso exclusivo de viajeros. En cuanto a la planificación de las zonas residenciales, plantea un cierto grado de segregación social reservando la zona N para viviendas de clase media y alta, y la zona S para industria y viviendas obreras. Seguimos con la linealidad de la ciudad. En cuanto a equipamientos, crear un Hospital y una zona universitaria, todo en la zona N. Se aportan una serie de ordenanzas para los distintos usos de las zonas. Así, en el casco urbano, con edificación cerrada, la altura se vincula al ancho de calle, y nunca podrán superar las 7 plantas. Sin embargo, en las zonas de edificación abierta se permiten hasta 17 plantas. Así, hoy se observan edificios en la Avenida Juan Carlos I con 11 plantas, que rompen la línea de la ciudad desde cualquier punto de vista exterior a ésta. En la primera parte de la década de los 70′, la ciudad experimentará su mayor crecimiento demográfico, instalándose en el entorno de la carretera del Valle y de la carretera de Cáceres a Salamanca. Transcurridos un período después de su aprobación, el Tribunal Supremo anula el Plan de este año, por falta de informes en la Comisión Provincial de Servicios Técnicos.

Planeamiento de 1984. (Plan Pedro Pérez Blanco)Se basa en gran parte en el plan del 69 e intenta incorporar infraestructuras. Se incluyen los pueblos de colonización de Pradochano y San Gil, situados en la carretera EX-108, con dirección a Galisteo.

Problemas:

  • Aplaza la ejecución del diseño de determinadas áreas a planeamientos posteriores, lo que frenará la puesta de nuevo suelo en el mercado.
  • La ciudad va creciendo de forma discontinua y sin ningún criterio. Se crean zonas con altos índices de aprovechamiento, especialmente con las alturas, que distorsionan la imagen de la ciudad.
  • La Sierra de Santa Bárbara, gran ejemplo de indisciplina urbanística, se deja sin resolver.
  • El centro histórico sigue sin medidas de protección, y la demora en la realización del Plan de Protección del Recinto, ha causado la desprotección de parte del patrimonio de la ciudad.
  • Algo parecido ocurre con el medio natural. Se pretende actuar en suelos urbanizables de especial protección por sus características naturales.
  • El viario, sigue sin dar respuesta a los problemas de congestión interna. Aunque se ha planteado la variante de la Nacional 630, hay vías como Sor Valentina Mirón que no tienen dimensión suficiente para el flujo que han de absorber. La congestión interna se origina al plantear la zona industrial al sur y comercial, residencia y servicios al norte, con una única vía principal de comunicación.

Tipología de Suelos y Actuaciones: Se trata de un planeamiento claramente de gestión. Se crean 19 Unidades de Actuación en Suelo Urbano. En 1984 Plasencia cuenta aproximadamente con 37.000 habitantes y se está produciendo un envejecimiento de la población. En este momento el 23% de las viviendas existentes se encuentran vacías. La falta de organización urbanística y de comunicación interna genera un caos y una anarquía en el concepto de ciudad, provocando un retraso en el crecimiento y desarrollo de la misma.

El Plan Especial de Protección del Recinto Amurallado y su zona de contacto (PEPRI), fue aprobado por resolución de la Comisión de Urbanismo de Extremadura el 29.3.1994. En el año 2015 se comenzó a realizar el Plan Director de la Muralla de Plasencia, el Plan Director del Polígono Industrial de Plasencia que se realizó en el año 2009 e incluía una descripción de la situación, un estudio de la demanda de servicios, así como planes de acción, de la mejora y habilitación de nuevas infraestructuras, prestación de servicios avanzados y un plan de comunicación.

El anterior Plan General de Plasencia (PGOU-96) fue redactado por el equipo dirigido por el arquitecto D. Santiago Rodríguez-Jimeno, aprobándose definitivamente por la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Extremadura en su sesión de 27.3.1996. Entró en vigor tras su publicación en el DOE de fecha 18.3.1997 pocos días antes de que se promulgara la Sentencia del Tribunal Constitucional que derogó la mayor parte de los preceptos de la hasta entonces vigente Ley del Suelo (TRLS-92), en base a la cual había sido formulado.

Las principales propuestas del Plan General de 1996, se concretaban en:

  • Resolución de los problemas derivados de la configuración lineal de la ciudad y la falta o ausencia de conexión entre sus zonas. Intenta organizar la ciudad de forma global, no por adición de fragmentos, tal y como se había producido anteriormente.
  • Se revisa la calificación y clasificación de suelo de especial protección.
  • Desclasificación de suelo urbanizable entorno al pantano.
  • Solucionar la problemática de la Sierra de Santa Bárbara remitiendo a un Plan Especial.
  • Ordenar el salto de la ciudad al otro lado del río implantando determinadas actuaciones públicas singulares (Parque de los Cachones, Cáritas…)
  • La zona del antiguo matadero, en la carretera de Salamanca, de propiedad municipal, se genera el recinto ferial, espacio para el Palacio de Congresos y la posible ubicación de un futuro cementerio.
  • Se crea una red viaria con un sistema general estructurante que articula todo el borde noroccidental de la ciudad.

Nada mas producirse la aprobación del Plan General, entró en vigor la aprobación de la Ley del Suelo 6/1998, del 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones.

A lo largo de su período de vigencia ha sido objeto de diversas modificaciones. Con ellas se han ido adaptando sus determinaciones para afrontar algunos problemas concretos surgidos en su aplicación. De igual forma, se ha ido produciendo la aprobación de los instrumentos de desarrollo de determinados ámbitos, concertándose la ejecución efectiva de algunos de ellos.

La reciente aprobación del Plan General Municipal de Plasencia (aprobado en resolución de 15.5.2015, del Consejero de Fomento, Vivienda, Ordenación del Territorio y Turismo de la Junta de Extremadura (DOE nº146. Jueves, 30.7.2015) posibilita que Plasencia posea un instrumento de planificación urbanística a medio y largo plazo. La Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Extremadura (CUOTEX) en sesión celebrada el 29.3.2015 ha resuelto informar favorablemente la Revisión del Plan General Municipal de Plasencia. De este modo el PGM completa su tramitación administrativa, iniciada en enero de 2009, con la aprobación del Avance, pero no ha sido hasta los años 2013-4-5 cuando ha recibido, por parte del Ayuntamiento y del resto de las administraciones implicadas el impulso decisivo y definitivo. Desde el 4.6.2012 en que se produjo la aprobación inicial, el ayuntamiento ha logrado dotar a su municipio de un nuevo instrumento de ordenación urbanística capaz de dar respuesta a las necesidades del municipio, así como dar cumplimiento al amplio espectro de normativas y legislaciones sectoriales concurrentes en materia territorial.

La ordenación del nuevo Plan General se despliega en un conjunto de propuestas sobre diversos campos sectoriales y territoriales, pudiéndose agrupar entorno a las siguientes:

  • Creación de nuevos referentes urbanos.
  • Reordenación de ámbitos de gestión del anterior PGOU.
  • Otras actuaciones puntuales en Suelo Urbano.
  • Tratamiento de suelos de propiedad municipal.
  • Recuperación del eje Ronda Norte.
  • El salto de la ciudad hacia el sur.
  • La expansión de la ciudad.
  • El espacio de la actividad económica y el empleo.
  • El centro histórico.
  • El trazado del AVE y la localización de la futura estación.
  • Grandes equipamientos.
  • Actuaciones de infraestructura viaria.
  • Propuestas en la pedanía de San Gil.
  • Propuestas en la pedanía de Pradochano.

Directrices de Ordenación. PGO Plasencia

El salto de la ciudad hacia el Sur. Una nueva centralizad urbana. Dada la gran dispersión lineal de la ciudad de Plasencia, se ha ido configurando un conjunto urbano con una centralidad muy acusada entorno al centro histórico y con una gradual disminución de la intensidad urbana hacia el norte y el sur, adicionándose nuevos desarrollos con un carácter más suburbial que urbano. Para contrarrestar este desequilibrio, el Plan General establece la directriz de propiciar la aparición de centralidades alternativas, generando espacios más densos y morfológicamente compactos, al objeto de crear identidades urbanas complementarias de la central.

Uno de los espacios donde de manera más significativa debe propiciarse esta transformación es al sur del río, tras los barrios de San Miguel y San Lázaro, donde la nueva accesibilidad a la ciudad desde la Carretera de Montehermoso tras la apertura de la A-66, genera una serie de oportunidades urbanísticas que interesa aprovechar.

Para ello, el Plan General plantea las siguientes propuestas:

  • Sector Urbanizable Residencial S-R2: Reordenación de las antiguas UE-7 y la UE-6.
  • Aprovechamiento de la localización de la estación para configurar en su entorno una pieza urbana de interés, ligada a la reconversión de la plataforma del ferrocarril para usos turísticos o de lanzadera de comunicación con la estación del AVE y las áreas de actividad situadas al sur de la ciudad.
  • Reconsideración de los aprovechamientos asignados a los actuales PP-1, PP-2 y PP-8, en orden a viabilizar su desarrollo y optimizar el rendimiento de esos suelos en términos de intensidad urbana y diversidad de usos. Ello permitirá también vincular de manera más eficaz al conjunto de la ciudad la actuación “Golf de Plasencia” atenuando su carácter aislado.
  • Introducción en la zona de grandes equipamientos de escala urbana, tales como el nuevo instituto recientemente inaugurado, unas nuevas piscinas municipales, etc.
  • La nueva fachada de la ciudad al Río.

El Plan general establece como directriz de ordenación  del salto de la ciudad al sur del Jerte, transformando de los actuales usos industriales situados en torno a la salida del Puente de Trujillo para configurar una nueva “fachada” de la ciudad al sur del río, a través de determinadas operaciones urbanísticas, entre las cuales se proponen:

  • AU.-10: Reordenación de la antigua UE-34 para garantizar su viabilidad.
  • AU-11: Transformación a usos residenciales de la parte de la UE-5 situada al Este de la antigua Carretera de Malpartida, en el entorno del cementerio.
  • Solución a los problemas de presencia visual de las plantas sótano en la parte posterior de los bloques del primer tramo de la calle Martín Palomino. La ordenación de manzanas residenciales de las unidades AU-10 y AU-11 facilitaran la ocultación de esta imagen.
  • AA-18 y AA-26 a 29: Consolidación de la transformación a residencial del conjunto de naves obsoletas situadas a continuación de los bloques recientemente construidos en Martín Palomino.
  • Sustitución de los usos obsoletos de algunas naves industriales existentes, vinculando esta transformación con alteraciones de las alineaciones, en orden a conseguir un viario con un dimensionado más acorde con el nuevo carácter residencial.
  • Transformación de subestación eléctrica existente en la antigua Carretera de Malpartida a una de tipo compactado, compatible con un entorno urbano, ya que con sus actuales características condiciona negativamente las potencialidades de la ciudad en la zona.

El presente Plan General establece un Area de Tanteo y Retracto sobre los terrenos delimitados como Parque Fluvial del Jerte en los Planos de Ordenación. El objetivo es habilitar la progresiva adquisición de terrenos en la zona incorporándolos al patrimonio municipal de suelo, de forma que a futuro pueda actuarse sobre ella para poner en valor sus singulares características ambientales y su situación estratégica en la fachada fluvial de la ciudad.

Plasencia PGO. Clasificación del Suelo (detalle)

La expansión de la ciudad. En correspondencia con el dimensionado de necesidades de nuevo suelo para viviendas, el Plan General propone una serie de Sectores Urbanizables Residenciales, ocupando piezas territoriales que por su posición, características o relación con el tejido urbano existente, presentan condiciones idóneas para albergar estos desarrollos. Conforme a estos criterios, estos sectores se agrupan entorno a los siguientes conjuntos:

  • Ensanche Norte: Aunque la mayor parte del suelo urbanizable del antiguo PP6 pasa a ser Suelo No Urbanizable, la parte de aquel sector no afectada por la protección de Valcorchero permanece como Suelo Urbanizable Residencial, integrando los sectores SR-11.1 y SR-11.2.
    • Con la clasificación del sector PP-6, el Plan General de 1997 afectaba al Monte de Valcorchero, una de las piezas territoriales más emblemáticas del municipio tanto por su valor ambiental y paisajístico como por su significación para el conjunto de ciudadanía, ya que representa un elemento destacado entre las señas de identidad local.
    • Mediante el Decreto 82/2005, de 12 de abril, el gobierno autonómico declaró este ámbito como Espacio Natural Protegido con categoría de Paisaje Protegido, denominándolo “Paisaje Protegido Monte de Valcorchero” e identificando su ámbito con el del Monte de Utilidad Pública no 111 de la provincia de Cáceres.
    • Posteriormente, mediante resolución de 20.8.2010 de la Dirección General de Medio Ambiente, se eliminó la catalogación de utilidad pública sobre la parte del MUP CC-111 incluida en el sector PP-6 del PGOU-97. Dicha resolución no determinaba automáticamente la desprotección como Espacio Natural Protegido de la parte descatalogada, ya que ello hubiera requerido la posterior o simultánea modificación del Decreto 82/2005 en lo relativo a la descripción del límite y la superficie del ámbito del Paisaje Protegido.
    • En consecuencia, siendo el Decreto 82/2005 de declaración de Paisaje Protegido una norma de rango prevalente sobre la resolución relativa a la utilidad pública del monte que incluye, ha de entenderse que el ámbito de dicho espacio sigue comprendiendo tanto la parte catalogada de utilidad pública como la que se descatalogó en virtud de la resolución de la DGMA de 20.8.2010. En consecuencia, el nuevo Plan General establece la directriz de proteger estos suelos, sustituyendo su clasificación de suelo urbanizable (PP-6) por la de Suelo No Urbanizable de Especial Protección.
    • No obstante, la parte del antiguo PP-6 que no estaba incluida en el Monte de Valcorchero, que pertenecía a la Dehesa de Navalonguilla, permanece como Suelo Urbanizable integrando dos sectores, SR-11.1 y SR-11.2.
  • Ensanche Oeste, apoyado en el nuevo acceso a la ciudad desde la A-66 y en la antigua N-630: Sectores R-2, R-3, R-5 a R-9 y R-10.
    • La entrada en funcionamiento de la Autovía de la Plata A-66, y el nuevo acceso desde ella a través de la Carretera de Montehermoso, ha generado la aparición de una nueva “puerta” de la ciudad en su fachada oeste. Respondiendo a esta circunstancia, el Plan General establece la directriz de poner en valor los suelos situados en ese entorno, con un tratamiento urbanístico centrado en las siguientes determinaciones:
      1. Planteamiento del nuevo sector de Suelo Urbanizable Residencial S-R1, sobre terrenos de titularidad municipal (finca Capote).
      2. Incremento del aprovechamiento urbanístico de los sectores urbanizables del anterior Plan General PP-1, PP-2 y PP-8, optimizando el uso del territorio, al objeto de generar un tejido urbanístico alejado del modelo de los conjuntos aislados de baja densidad y permitiendo una producción de ciudad realmente integrada, diversificada y compacta.
      3. En consecuencia se crean los nuevos sectores S-R5 a S-R9. La mayor fragmentación en ámbitos de ordenación más reducidos contribuye a viabilizar su gestión.
      4. Mantenimiento de las condiciones establecidas por el PIR del PP-3, a través del Sector Urbanizable Residencial S-R3.
      5. Planteamiento del Ensanche de San Miguel, Sector Urbanizable Residencial S-R2, como pieza fundamental para la creación de una nueva centralidad urbana al sur de la ciudad, en relación con la estación, ocupando los terrenos de la antigua UE-6 y UE-7.
      6. Asunción del sector Golf Plasencia (S-R10) como condicionante obligado del planeamiento anteriormente vigente.
  • Ensanche Sur, integrando los suelos que la nueva Ronda Sur pone en valor: Sector R- 4 (PIR de la Carretera de Malpartida) y sectores R-12 a R-16. 
    • El “Salto del río” hacia el Sur. Las condiciones físicas del terreno, el esquema de las infraestructuras existentes y la presencia de procesos urbanísticos inconexos que interesa canalizar de forma global, obligan al nuevo Plan General a ordenar el “Salto del Río” de la ciudad hacia el sur del Jerte. Esta directriz se desarrolla en el Plan General a través de varias propuestas:
      1. Integración del asentamiento de 660 viviendas del PIR “Carretera de Malpartida” (S- R4), procurando evitar su configuración como “ghetto” aislado. Para ello se propone:
        1. El tratamiento del corredor de la antigua Carretera de Malpartida, entre el puente de Trujillo y la nueva glorieta como una vía urbana que conecte el nuevo barrio con el continuo de la ciudad.
        2. Reconversión a usos residenciales de los terrenos industriales del entorno (UE- 5bis, entorno del cementerio, etc.).
        3. Establecimiento de 3 nuevos sectores urbanizables residenciales a lo largo de la Ronda Sur, para que junto con el PIR determinen la aparición de un conjunto urbano de más entidad y autonomía, en orden a permitir la aparición de una “masa crítica” urbana que viabilice las inversiones en dotaciones públicas y permita cierto grado de autonomía y centralidad.
    • Sectores de Suelo Urbanizable Residencial S-R12, a S.-R16, en gran parte coincidentes con el PAU-1 del PGOU-97. Se trata de los suelos de la parte baja de la Sierra de Santa Bárbara, ocupando un paraje muy delicado tanto por la calidad del entorno paisajístico como por constituir la fachada que responde en la margen opuesta del Jerte a la cornisa oriental de la ciudad. Su tratamiento urbanístico deberá tener en cuenta una serie de variables:
        1. Necesidad de minimizar el impacto paisajístico de los movimientos de tierra precisos dada la topografía del paraje.
        2. Necesidad de integrar en la ordenación el nuevo desdoblamiento de la variante.
        3. Pensar en una ordenación compatible con las preexistencias más significativas, en orden a facilitar su viabilidad. Será preciso considerar tanto la parcelación y las construcciones existentes como la estructura de caminos rurales en que actualmente se apoyan.
        4. Necesidad de integrar en la ordenación la singularidad del Barrio de los Mártires, en el extremo oriental del Puente Nuevo, así como el edificio de Cáritas, al sur del conjunto.

La sierra de Santa Bárbara. Se trata de un paraje en ladera de un singular valor paisajístico y ecológico, en el que buena parte de los terrenos se encuentran cultivados mediante el abancamiento de las laderas con muros de mampostería. En estos cultivos predomina el olivar, intercalado con cerezos, nogales e higueras. Hoy día estos cultivos se encuentran en retroceso siendo paulatinamente ocupados por usos periurbanos, sin ningún tipo de ordenación urbanística.

La ocupación espontánea de este espacio está produciendo una alteración del entorno, lo que obliga a la búsqueda de soluciones que pongan remedio a una situación de marginalidad urbanística e incidencia ambiental sobre un territorio tan delicado. La ausencia de capacidad municipal para controlar estos procesos y la contemplación de la impunidad con que las distintas actuaciones clandestinas se han ido produciendo en el pasado, generaron una inercia por la cual estas actuaciones eran cada vez más numerosas en cantidad, más impactantes por su tamaño y más audaces en cuanto a su localización, cada vez más elevada en la ladera de la sierra.

Una de las características de estos suelos es la existencia de una topografía accidentada en comparación con el resto del término municipal, situándose como un hito receptor y emisor de vistas. La necesidad de conservar este valor ecológico y paisajístico, unido a su singularidad geomorfológica, se presenta como el principal argumento para dotarlo de protección frente a su progresivo deterioro por el uso urbanístico desregulado.

No obstante, la necesaria compatibilización entre los usos urbanos y la conservación de los valores naturales, paisajísticos y culturales de esta zona, hace conveniente un tratamiento específico para este ámbito, de forma que pueda recogerse simultáneamente tanto la protección de los valores naturales como la necesidad de regular determinadas situaciones consolidadas; o incluso tolerar algún tipo de nueva implantación.

En todo caso, conviene tener presente que el problema de la Sierra de Santa Bárbara no es un problema de planeamiento urbanístico. Muy al contrario, se trata de un problema de incumplimiento de todos los planes urbanísticos que hasta la fecha ha tenido Plasencia; una total ausencia de disciplina y control que ha generado una situación “de facto” al margen de la ordenación urbanística vigente.

Frente a esta problemática, el nuevo Plan General lo único que puede hacer es establecer determinaciones que regularicen aquellas situaciones no reversibles, de la forma menos gravosa posible para el interés público y el medio ambiente; introducir ciertas tolerancias en el entorno inmediato de estas últimas para evitar situaciones de agravio comparativo; y, por último, intentar establecer un régimen normativo para que «el cáncer de la edificación clandestina incontrolada» no siga extendiéndose por un paraje de tan singular valor.

Pero todas estas previsiones del Plan General no servirán para nada si no son acompañadas de una disciplina urbanística rigurosa, para lo cual las administraciones implicadas deberán aportar los medios oportunos.

Enclaves residenciales aislados. El Plan General evita el planteamiento de nuevos enclaves residenciales desconectados del continuo urbano de la ciudad, pero debe recoger algunas actuaciones preexistentes y ámbitos con planeamiento consolidado en el PGOU-97. Se trata de:

  • Sector SR-10: Golf Plasencia. Con Plan Parcial y Programa de Ejecución aprobado.
  • Sector SR-16: Urbanización Valle del Jerte. Ya clasificado como urbanizable desde el PGOU-84 (UP-8) y en el PGOU-97.

Propuestas en la Pedanía de San Gil. El Plan General recoge, en términos similares, las propuestas de la modificación puntual del Plan General promovida por la Junta Vecinal de San Gil, con el siguiente alcance:

  • Ensanche de suelo urbano hacia el norte de la carretera.
  • Reconversión a residencial de la zona industrial prevista al este.
  • Reordenación del ensanche sur, adaptando la zona verde a la canalización de la acequia de San Gil.
  • Extensión del suelo urbano con una zona verde en la parte sur, para mantener la relación entre edificabilidad y dotaciones públicas en el conjunto del núcleo.
  • Regularización del núcleo espontáneo surgido al norte de la EX-108. Se enfoca como una actuación de obras ordinarias de urbanización, a costear por los propios propietarios. El grado de consolidación del ámbito y la reducida entidad de la obra del vial a realizar, han aconsejado enfocar esta actuación de esta forma, huyendo de la complejidad de una actuación urbanizadora integrada.

Propuestas en la Pedanía de Pradochano.El Plan General recoge las peticiones transmitidas por la Junta Vecinal de esta localidad, concretadas en las siguientes propuestas:

  1. Dos ensanches del suelo urbano, al oeste y al norte, que se recogen como una única Unidad de Actuación discontinua, dividida en los dos ámbitos.
  2. Ajustes de suelo urbano en el borde sur del núcleo.
  3. Incorporación al suelo urbano, como equipamiento, de la parcela de la piscina.
  4. Ajustes puntuales de calificación sobre alguna manzana y sobre las alineaciones.
  5. Eliminación del antiguo PAU-4.

Plasencia Centro y su entorno

Otras actuaciones singulares. El Parque de la Coronación

Durante el último cuarto del siglo XX, el crecimiento de la ciudad se ha ido produciendo fundamentalmente hacia el norte con los ensanches del Coto y la Data, y por consiguiente su centro geométrico se ha ido trasladando también en la misma dirección. De manera simultánea los puntos emblemáticos de referencia para la población han ido desplazándose también en el mismo sentido, enriqueciéndose con los nuevos edificios y espacios públicos surgidos en este crecimiento, y reforzando los elementos de identidad de la ciudad.

Dentro de este proceso, el Parque de la Coronación es la pieza urbana que más ha transformado su carácter. Procedente del ensanchamiento de la Cañada Real de San Polo para configurar un descansadero a las puertas de la ciudad, pasó a convertirse primero en un parque periférico y luego en una gran pieza central en la que coexisten los elementos naturales con equipamientos y dotaciones de todo tipo.

En definitiva, el Parque de la Coronación se ha convertido en la nueva Plaza Mayor de Plasencia tanto por su posición central en la nueva geometría de la ciudad resultante tras los ensanches del Coto y la Data, como por el emblemático carácter de su espacio urbano y de los edificios que lo conforman.

Apoyando la definición de este nuevo carácter, el Plan General plantea las siguientes propuestas sobre este espacio:

  • Bajo el actual aparcamiento en superficie, se propone la creación de un aparcamiento subterráneo, contribuyendo a paliar el déficit de aparcamientos en la zona.
  • Reordenación del tráfico en el perímetro del parque, dirigiendo el tráfico de paso a través de la Avenida de la Hispanidad, de forma que se atempere el efecto barrera entre el parque y la ciudad que ahora genera el tráfico de la Avenida Virgen del Puerto. De forma complementaria, se propone una glorieta en el entronque entre Alfonso VIII y la Hispanidad, para resolver correctamente todos los movimientos.

Nuevo Recinto Ferial. La reciente construcción del nuevo recinto ferial en el Berrocal, en terrenos del antiguo matadero, ha venido a solucionar una necesidad histórica de Plasencia, cuyo papel de capital comarcal pasa por la necesidad de disponer de una instalación de este tipo.

No obstante, la nueva ubicación no fue elegida atendiendo a criterios de idoneidad del emplazamiento sino a la disponibilidad de suelo público en el Berrocal, donde los condicionantes topográficos que impiden posteriores ampliaciones, los conflictos de usos que genera en el espacio residencial circundante, así como su compleja accesibilidad, aconsejan pensar en un traslado a otra ubicación en el medio-largo plazo.

En este sentido, el PGM plantea una nueva ubicación para esta instalación en la Dehesa de los Caballos, ocupando las reservas de suelo dotacional previstas en desarrollo de las Unidades de Actuación Urbanizadora delimitadas en la zona. Se trata de una pieza de unas 10 ha, atravesada por el Arroyo Niebla, situada entre la Avenida de Martín Palomino y la Ronda, al sur de la Carretera de Trujillo.

La accesibilidad al nuevo emplazamiento propuesto es óptima, dada la situación de la rotonda del cruce de la Ronda Sur con la Carretera de Trujillo. Así mismo, los itinerarios peatonales de reciente construcción dentro del proyecto de adecuación del cauce del Arroyo Niebla, permitirán acceder a los viandantes desde el centro de la ciudad.

Ronda y accesos Plasencia

Siendo en su mayoría en la actualidad terrenos de titularidad privada, se ha de prever su obtención en desarrollo de los programas de ejecución de las UAs 15.1 a 15.3, o pactarse con los propietarios convenios de cesión anticipada. Una vez trasladado el ferial a este nuevo emplazamiento, los terrenos que actualmente ocupa podrían ser recalificados para uso residencial, pudiéndose obtener de ello los recursos necesarios para la operación. El PGM habilita este planteamiento mediante la unidad de actuación AU-8.1.

Puente de la Isla. El Plan General propone un nuevo puente sobre el Jerte para conectar la Ronda Sur con la Avenida del Valle, mejorando así la accesibilidad desde la nueva infraestructura viaria al centro de la ciudad. Partiría de la Ronda Sur desde una nueva glorieta, que habría que construir, en las proximidades del Puente Nuevo; y desembarcando en el cruce de la Avenida del Valle con Santa Elena. No obstante, este puente deberá plantearse no como un elemento convencional de ingeniería civil, sino como un hito monumental que dote de singularidad emblemática a esta nueva “puerta de la ciudad”. El puente deberá resolverse preferentemente mediante un sistema estructural colgante, para garantizar la continuidad del Parque de la Isla bajo su tablero, de forma similar a los modelos reproducidos en las siguientes imágenes.

Puente del Berrocal. Ya planteado en el vigente PGOU-97, se mantiene la previsión de este puente para dar continuidad hacia el sur a la ronda interior, conectando la zona de El Berrocal y el Ferial con el ámbito del PP-3 y la Carretera de Montehermoso, hacia el enlace con la N-630 y el nuevo acceso de la A-66.

Travesía industrial Martín Palomino. El Plan General propone una actuación de reurbanización del corredor de la travesía industrial de la antigua entrada a la ciudad, que pasa necesariamente por la disposición de unas vías de servicio que vayan recogiendo los accesos a las naves, mientras que la calzada central se reserva para el tráfico de paso. Tal planteamiento se complementa con la creación de una separación ajardinada entre estos elementos, creación de plazas de aparcamiento, accesos a las calzadas laterales y glorietas en los cruces principales.

Rehabilitación integral del Polígono SEPES. El deteriorado estado actual del antiguo polígono industrial de SEPES, hace necesario un urgente plan de choque para frenar su deterioro y rehabilitar sus infraestructuras. Urgen actuaciones de rehabilitación de firmes, acerados, canalización de tendidos aéreos, alumbrado público, tratamiento de zonas ajardinadas, etc.

Plasencia crece contigo fue el lema de la EDUSI presentada.

Plasencia quedaría encuadrada en la siguiente tipología:

  • Desde un punto de vista jerárquico, Plasencia, quedaría catalogada como una ciudad pequeña (pues no alcanza los 50.000 habitantes) las cuales se caracterizan por tener un área de influencia comarcal, ser importantes nodos de transporte y presentar actividades especializadas relacionadas con el sector primario. Las funciones de estos núcleos, que no se identifican por ser excesivamente especializados, se centran en la prestación de servicios administrativos y comerciales.
  • Por su ubicación territorial se superpone a la clasificación anterior su carácter de ciudad mesetaria, es decir, aquellas que están situadas en áreas no montañosas de las 2 mesetas.
  • Además, se caracterizan por poseer un rico patrimonio cultural, suelen estar conectadas al ámbito rural y ubicadas a distancias medias de otras ciudades.

Atendiendo a la clasificación funcional de las ciudades, Plasencia cuenta con características de las siguientes categorías:

  • Ciudad multiservicios: por su perfil de ciudad comercial y de servicios, lo que le otorga una multifuncionalidad que posibilita sacar rédito al concepto de “Smart Cities”.
  • Ciudad turística por su perfil de destino turístico de interior marcado por la estacionalidad, que incrementa el consumo energético y de agua en temporada alta, y carecen de la suficiente diversificación de actividades en temporada baja.
  • Ciudad centro agrario por ser el núcleo de referencia de un amplio territorio rural definido por su baja densidad de población con un elevado peso específico del sector primario, y por contar con una elevada calidad medioambiental. 

El parque edificatorio de Plasencia (con datos del 2011) se componía de 22.420 viviendas, de las cuales el 69,89% estaban destinadas a primera residencia, mientras que el 8,21% eran secundarias, frente al 24,92% provincial y el 18,23% regional. La superficie media era inferior a la de los ámbitos provincial y regional, ya que en estos se contabilizaba la vivienda de carácter rural, tradicionalmente más amplia a la urbana, aunque en particular, Plasencia cuenta con la menor superficie media de los núcleos urbanos de Extremadura. El porcentaje de viviendas con calefacción era notablemente superior al que presentaban los otros ámbitos geográficos de estudio, y el de las viviendas con acceso a internet presentaba valores semejantes a la media regional. El 76,5% de la vivienda se encuentraba en buen estado, el porcentaje de aquellas que contaban con alguna deficiencia (1,5% ruinoso, y 6,8%  malo y 15,2% deficiente), además era un parque de una edad media elevada, ya que un porcentaje superior al 70% tiene más de 25 años y, en particular, el 50% contaba con más de 35 años. 

Salvo que se introduzcan factores correctores, la tendencia de pérdida de población iniciada al comienzo de la década se mantendrá constante durante los próximos años. Además, continuará el proceso de envejecimiento de la población, que afectará entre otras cuestiones al número de nacimientos que caerá en la próxima década en torno al 15%.

Plasencia callejero

Análisis del contexto territorialPlasencia se sitúa en la zona norte de Extremadura, siendo la zona urbana más poblada del norte de la provincia de Cáceres. El entorno que la rodea, 7 valles con una población de más de 200.000 personas, hacen de la ciudad el centro neurálgico de la zona norte, ofreciendo a la población diferentes servicios. Por ello, y teniendo en cuenta las características de Extremadura, podemos llegar a la conclusión de que el Norte de Extremadura y Plasencia tienen una relación tan importante que la zona no puede ser entendida separada de Plasencia, ni Plasencia separada del norte.

Plasencia ha formado una asociación con las Mancomunidades Valle del Jerte, la Vera, Hurdes, Trasierra-Tierras de Granadilla, Valle del Ambroz, Sierra de Gata, Riberos del Tajo, Valle del Alagón y Campo Arañuelo, “Asociación Norte de Extremadura”, constituida el 18.10.2013, con el objeto de establecer una plataforma estable de cooperación entre sus socios, para la realización de actividades dentro de su ámbito competencial, mediante la realización de acciones comunes de interés general y en particular, en los siguientes ámbitos: a)  Desarrollo local y rural, b)  Promoción del turismo, c)  Patrimonio cultural, d)  Protección de recursos naturales y medioambientales, e)  Ordenación del territorio y urbanismo,.f) Energía y sostenibilidad, g) Formación, investigación e innovación, h) Promoción del empleo, i) Fomento del tejido empresarial, j) Agricultura, economía forestal y de montaña y k) Transporte y vías de comunicación.

Plasencia como parte de una provincia en frontera con Portugal, forma parte de la Agrupación Europea de Interés Económico TRIURBIR A.E.I.E (Triángulo Urbano Ibérico–Rayano) desde el año 1997. Los socios son Cáceres, Castelo Branco y Plasencia, que comenzaron trabajando la cooperación activa en los ámbitos cultural, social y económico, potenciando el turismo, favoreciendo la implantación de empresas, y fomentando el conocimiento entre las ciudades. Y 10 años después, en 2007, se unió Portalegre. El mayor éxito de la Agrupación ha sido cumplir los objetivos marcados, favoreciendo el progreso de la zona gracias al trabajo en común realizado, con el apoyo de la política interregional europea. Los proyectos han sido: 2001-2005: TRIURBIR POLIS I (Reordenamiento urbano y del medio ambiente de las ciudades TRIURBIR 10.923.773€), TRIURBIR RETIS (Actuaciones de promoción de la actividad económica, intercambio entre las 3 ciudades y apertura de nuevos mercados transfronterizos 1.515.228,00€). En el período 2004-2006: TRIURBIR PERIPLO (Mejora de los equipamientos colectivos y promoción de la rehabilitación urbana y patrimonial de espacios públicos de las ciudades TRIURBIR 4.733.333,33€), TRIURBIR POLIS II (Reordenación urbana y medioambiental de las ciudades TRIURBIR  6.400.000,00 €), y en el período 2007-2013: NETUR (Desarrollar sistemas de promoción del patrimonio, medioambiente y la cultura, ligados a la gestión conjunta del turismo 2.240.000,00€), RIET: (Puesta en marcha y consolidación de una red de entidades transfronterizas, creada en 2009, que vincula a todos los organismos de la frontera hispano-lusa 770.177,82€), RED NOVA SOSTENIBLE: (Promoción de la actividad económica, articulación de los sectores socioeconómicos más importantes y fomentar el desarrollo de las TICs. 1.717.999,99€).

Además ha elaborado recientemente el Plan de Movilidad de Plasencia, o el Plan de peatonalización de la zona centro, mejorando la movilidad de la zona monumental y potenciando las zonas de carga y descarga, o el Plan de Acción de Energía Sostenible (PAES), y el Plan Director Lumínico Singular de la ciudad.

Red de Ciudades <5.000 habitantes y Ejes estructurales del territorio extremeño (DOTEX)

Además Plasencia es la cabecera de un Area Comercial que gravita directamente sobre ella que abarca una población global de 124.635 habitantes, de los cuales el 67,30% pertenece a localidades del área de influencia de Plasencia. 

«…Desde finales de los años 90 del siglo XX, el Ministerio de Fomento, en el marco del Programa Interreg IIimpulsa la definición de un Sistema Urbano Intermedio, articulado por la Red de Ciudades Medias ciudades mayores a 50.000 habitantes y capitales de provinciaCáceres y Mérida son definidas como ciudades medias de carácter terciario de interior con especialización turística y Badajoz como ciudad terciaria administrativa. El papel que juegan estas ciudades en el territorio nacional ocupa un escalón funcional intermedio entre las metrópolis internacionales y el sistema urbano básico de primer nivel, desempeñando funciones regionales y provinciales. En el estudio se señala cómo el que el sistema de ciudades de Extremadura cuente con una situación geográfica transfronteriza puede ser un factor definitivo de desarrollo con el incremento de las relaciones ExtremaduraPortugal. Al analizar el sistema urbano de Extremadura y el grado de articulación de estas ciudades, este estudio determin a cinco ejes como base de la estructuración del territorio: Corredor NorteCoria,Plasencia, Navalmoral de la Mata, Eje de Cáceres, Corredor de las Vegas del GuadianaBadajoz, Mérida, Don Benito y Villanueva de la Serena, Ruta de la Plata SurAlmendralejo, Zafra– y Corredor SurJerez de los Caballeros y Fregenal de la Sierra…

Directrices de Ordenación Territorial de Extremadura  (DOTEX)

Un estudio de 2014, sugiere dividir la región en 5 macrocomarcas y suprimir las 2 provincias. En total la región se dividiría en 14 comarcas dotadas de los servicios necesarios para que sus vecinos no tuvieran que desplazarse a otras zonas. La actual configuración, implantada en el siglo XIX, ha quedado obsoleta para la Extremadura del siglo XXI, según la investigación de la UEx. Cada comarca, según este nuevo concepto, «se encargaría, a través de sus cabeceras, de combatir los desequilibrios al proveer de equipamientos y servicios a los núcleos urbanos y semiurbanos, como ya se está haciendo en la práctica actualmente», explicó Julián Mora. Así, la región estaría dividida de la siguiente forma: al norte, la macro-comarca de Plasencia, que agruparía las comarcas de Coria, Plasencia y Navalmoral, con 180.000 habitantes en total…

Plasencia tiene hoy una población de 40.663 habitantes y un parque residencial edificado de 21.704 viviendas, pero los retos territoriales tienen muy presentes el «cáncer de las viviendas irregulares», y las instrucciones de causas judiciales afectan a los responsables técnicos municipales, y por ende, a toda la gobernanza municipal. No se puede hacer «la vista gorda», ni «el avestruz». Las personas «se censan» (y se mueven), los coches también (y se mueven), pero, porqué no se censan las viviendas (que no se mueven) correctamente, para que no se pueda malpensar que la inacción del control territorial «permite» edificaciones en lugares no autorizados, no permitidos, imposibles?…«El cáncer de la edificación clandestina incontrolada en la Sierra de Santa Bárbara» no se puede permitir. Los jueces tendrán la responsabilidad de aplicar la ley, pero los ciudadanos han de someterse el imperio de la ley y sus normas; al final el territorio es el gran perjudicado.

¿Porqué nunca fueron derribadas decenas de viviendas ilegales sobre las que pesaban órdenes firmes de demolición?, ¿porqué se edificaron ilegalmente viviendas en el territorio administrado de Plasencia?, ¿cómo se administran las competencias de urbanismo en Plasencia?… muchas preguntas. Son presuntos delitos de prevaricación por omisión y de omisión del deber de perseguir delitos. Hasta cuándo¡

«…plagada de construcciones en suelo rústico y «si un día iniciamos nuestras viviendas fue, porque en ningún momento se actuó contra ninguna de las construcciones de la zona, nunca se pararon las obras, nunca recibimos una denuncia y todos los indicios llevaban a que estas construcciones se iban a reordenar con el nuevo Plan General»…»

Se pueden hacer tantos instrumentos de planeamiento y urbanismo territorial como se quieran, incluso estrategias, directrices,… pero el nivel de gobernanza territorial va a pedir explicaciones y la ciudadanía debe aprender.

Sonroja que existan casos tan flagrantes y evidentes de dudosa gobernanza… y que se persone el Ayuntamiento como damnificado… (por el interés general del territorio, claro).


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


Seguiremos analizando en próximas entregas los 350 municipios mayores de España