INCA


Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


 Inca es un término municipal de 58,34 km2 y un municipio, capital de la comarca del Raiguer, en la isla de Mallorca. Está situada en el centro de la isla. Ostenta el título de ciudad desde que, en 1900, se lo concediera la Reina regente doña María Cristina:

Queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio a la Villa de Inca de la provincia de Baleares por el aumento de población, creciente desarrollo de su agricultura, industria y comercio y constante adhesión a la monarquía, en nombre de mi Augusto Hijo Don Alfonso XIII y como Regente del Reino, vengo a concederle el título de Ciudad. Dado en Palacio a 13.3.1900. Yo la Reina Regente.

El pueblo está repleto de cuevas, utilizadas por los árabes como sistema de riego Qanat y durante la Guerra Civil como refugios antiaéreos, ubicados en diversas instituciones como el Ayuntamiento, iglésia de Santa María la Mayor, Claustro de Santo Domingo y el antiguo cuartel de la Guardia Civil.

El municipio de Inca, que es la capital de comarca de Mallorca Septentrional, está situado en la parte central del Raiguer. Está limitado por los municipios de Mancor de la Vall, Selva, Búger, Sa Pobla, Llubí, Sineu, Costitx, Binissalem y Lloseta.

El territorio es mayoritariamente llano, destacando el Puig d’Inca (o Santa Magdalena del Puig, o Puig de Santa Magdalena), de 287 m de altitud, en el cual se ubica una ermita. El Puig d’Inca forma una unidad con el Puig de la Minyó (307 m), donde se encuentran una cruz y un vértice geodésico.

El Raiguer es una comarca balear situada en la parte centro-norte de la isla de Mallorca que se extiende paralelamente a la Sierra de Tramontana desde Marrachí hasta Campanet, es la zona de transición de las montañas de la Sierra de Tramontana a la comarca del Pla.

Geológicamente, forma parte de las series plegadas de la Serra de Tramuntana, con afloramientos del Triásico, Liásico, Cretácico, Oligoceno y Burdigaliense, sobre los cuales se sitúan discordantes los materiales transgresivos del Vidoboniense, en una gran parte recubiertos por terra rossa, con gran abundancia de cortezas calcáreas.Inca tiene una importante superficie de su municipio objeto de cultivo, predominando los cultivos de secano, especialmente con frutales (almendro y algarrobo), así como los cultivos herbáceos. La ganadería complementa la actividad agrícola, con cierta importancia de la cabaña bovina.

Las actividades económicas más importantes del municipio corresponden a las industriales y comerciales. La principal industria es la piel (confección) y la fabricación de calzado, con origen en 1870. La demanda turística ha intervenido en confección de piel y otras manufacturas. Se puede destacar también la fabricación de galletas de Inca.

Comercialmente Inca tiene mucha importancia al actuar como subárea de la principal zona comercial de la isla, Palma. La importancia de la subárea comercial de Inca, la cual comprende, además de todo su partido judicial (la zona centro de Mallorca), buena parte de la isla, actuando la carretera de Palma a Alcúdia como un importante colector de las comunicaciones de una gran parte de la isla con la capital.

Inca. Callejero

Es conocida por la industria del calzado y de marroquineria, esta fama fue reforzada cuando en 1871, Antonia Fluxa, nativo de Inca, abrió su primera fábrica de calzado en la isla. Camper sigue siendo una marca de calzado popular en España y el mundo y el outlet de la marca en Inca atrae a muchísimos turistas, con marcas como Camper, Barrats, Lottusse, George’s, Farrutx, Munper, Asinca, etc. Inca, la 3ª ciudad más grande de Mallorca, es sinónimo de calzado y de piel. Desde sus fábricas salen a diario zapatos de piel a distintos destinos del mundo. La calidad y el diseño, sello de fabricación de la industria de esta ciudad, hacen que sus productos gocen de gran prestigio no sólo a nivel nacional, sino también a nivel internacional. Conocida como “la capital del cuero” o “la ciudad de la piel”, la industria del calzado la ha convertido, históricamente, en referente de este sector.

Aunque se considera el siglo XIX como el arranque de este sector como motor de la economía, los gremios de zapateros de Inca ya existían desde el siglo XV, siendo de los más antiguos de Mallorca. Las empresas de carácter familiar y con gran arraigo histórico han sido las mayores impulsoras de este sector, logrando constituir marcas asociadas con la calidad y reconocidas en el ámbito internacional.Inca comenzó a destacar en la manufactura de la piel en el siglo XIV. Desde la década de 1880 hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial la industria del calzado de la isla de Mallorca estaba concentrada en la capital, Palma. Sin embargo, en zonas como Inca se empezaron a crear talleres y fábricas vinculadas al comercio de exportación. Junto a ello, la llegada del ferrocarril a mediados del siglo XIX dió un gran impulso a la industria local, consiguiendo que sus zapatos empezaran a ser exportados a destinos nacionales.

A lo largo del siglo XX empieza a surgir un potente distrito industrial caracterizado por el desarrollo de fábricas de mayor tamaño y mecanizadas, que se unen a pequeños talleres.

Inca tiene un barrio judío (Call Jueu) que fue considerado la 2ª Aljama de Mallorca, en el que se presupone la existencia de una pequeña sinagoga. La existencia de este Call supuso la dinamización de los Judíos en el interior y la zona norte de Mallorca.

A lo largo de la Edad Media, la minoría hebrea se instalará con diferente suerte en el interior de Mallorca, conociendo una etapa de gran crecimiento económico y demográfico. En el tránsito del siglo xiii al xiv, la minoría judía poco a poco pasará de una etapa de convivencia y tolerancia a otra de gran conflictividad entre cristianos y judíos. Los problemas se irán generalizando hasta la ruptura final de esa ‘convivencia’ con el asalto y el saqueo del barrio judío de Inca en el año 1391.

La presencia de los judíos en la villa de Inca se remonta documentalmente a la llegada en 1229 de las tropas de Jaime I el Conquistador a la isla de Mallorca. Sin referencias históricas o arqueológicas de etapas anteriores que puedan justificar históricamente una presencia anterior, nos remitimos a los documentos del reparto de Mallorca, en los que se otorgan una cantidad de tierras considerables a los judíos en los términos de la antigua área administrativa musulmana denominada Inkan.

Así, en el Capbreu del Repartiment se otorgan las siguientes alquería y rahales: Abenbasso (3 Jovades), Vualà (4 Jovades), Naya (4 Jovades), Docax (5 Jovades), Raalatim (4 Jovades) y Abinxuaip (Jovades), todas ellas sin asignación nominal concreta, pasarán a manos de los judíos2. Del mismo modo, la primera referencia documental sobre los judíos de Inca, al margen de dicho reparto de tierras que ya hemos comentado, y que podría atestiguar la existencia de comunidades anteriores a la ocupación cristiana, data del año 1240, cuando volvemos a tener referencias de dicha presencia en la villa. En la misma, tenemos la referencia indirecta de la presencia del judíos realizando algunas operaciones económicas no muy significativas, al menos por el momento. De la misma manera, los pocos datos demográficos que disponemos del siglo xiv, éstos son anteriores a la peste negra de 1348. En ambos casos, tanto el Morabatí de 1329 como el de 1336 reducen la presencia de ciudadanos judíos a cifras que rondan el 2 y el 3 % del total de habitantes de la villa. Por tanto, las conclusiones que podemos extraer serían un tanto especulativas, ya que no hay otros datos que puedan corroborar las hipótesis planteadas. En este sentido, bien podríamos indicar que muchos judíos establecidos en Inca no pagaban el Morabatí; también podría darse el caso de otros que residían en zonas rurales, en otros núcleos; o bien que la comunidad judía de Inca era escasa y pequeña. En todos los casos, se nos ocurren y se nos plantean problemas por lo cual trataremos de analizar los datos que tenemos en años posteriores. Estos datos nos ofrecen una realidad demográfica que superaría por poco el centenar de individuos y que representa también un porcentaje de familias judías que no podrían pagar los morabatines y el patrimonio sería inferior a 10 libras. Las pequeñas diferencias numéricas establecidas entre los dos datos, entre 1329 y 1336, podrían explicarse desde una óptica religiosa y económica. Para estos las presiones que están estableciendo algunas familias cristianas serían cada vez más grandes y tratarían de evitar la importante tarea comercial y económica que realizan los judíos en Inca. Del mismo modo, también sería lógico entender que las presiones vendrían desde las instancias religiosas que nunca acabaría de entender la alianza en la cual se establecía normalmente la relación entre monarquía y comunidad judía…

Durante los siglos XIII y especialmente durante el XIV, las autoridades locales de diversas villas rurales irán ampliando sus necesidades económicas y también tratarán a toda costa de optimizar sus mecanismo tributarios. De este modo, en Inca al igual que en otros lugares se procederá a la fiscalización de todos los sujetos y actividades económicas que en sus dominios se realizan.

Al igual que en Palma, en Inca el baile obligará a los judíos al pago por determinados conceptos. Por ejemplo, se obligará a Vidal Sagrasa a pagar por lo negocios que realiza en dicha villa ya que hasta el momento pese a no residir en Inca realizaba actividades en ella y pagaba tributos en Ciutat. La situación parece ser algo habitual ya que en las tallas y questias muchos judíos decían habitar en Palma, evitando de este modo también la fiscalidad establecida en Inca. Para finales de año, el baile habría acordado con los secretarios de la aljama de Ciutat que aquellos judíos que habitasen, residieran o negociaran en Inca debían contribuir a las tallas de dicha ciudad y contribuir de esta manera a las arcas locales13. En estos momentos, la situación que está atravesando el sistema fiscal del reino de Mallorca no es del todo solvente. Desde 1349, los ingresos no son suficientes para hacer frente a las cargas y a los gastos comunes de los que la administración se debe hacer cargo. La situación no es novedosa, ya en años anteriores, por ejemplo en 1321 y 1330, habían ocurrido situaciones similares, por ello, las administraciones acudirán con cierta asiduidad al crédito. En este sentido, los préstamos que realizan los judíos no serán exclusivos con los administradores del reino.

En las zonas rurales de Mallorca, la situación económica y financiera tampoco es muy buena, buena muestra de ello lo encontramos en la villa de Inca, en la misma en el año 1362 encontraremos un número de créditos muy elevado y unos intereses que para ese año superan las 169 libras. Es evidente que entre el campesinado de Mallorca se genera una gran dependencia económica con ciertos mercaderes y prestamistas judíos. Los primeros compraban en ocasiones las cosechas a unos precios bajos antes de la siembra y los segundos ayudaban económicamente a los campesinos en sus momentos más difíciles, en época de necesidad de liquidez económica o en momentos de malas cosechas.

Los judíos son bien conocedores de la situación del campo mallorquín, de hecho, las comunidades establecidas en Muro, Manacor, Felanitx o la propia Inca realizarán actividades relacionadas con los ciclos agrarios y relacionados también con los mercados y con la compra-venta de productos agrarios. En Mallorca, existe un reducido número de judíos que realizan numerosas actividades en estas redes rurales de venta y producción de productos. En esta relación que podríamos denominar de amor y odio, se genera el desarrollo de una gran enemistad hacia las familias pudientes del colectivo judío, un odio y una envidia en ocasiones que serán la perfecta base para la creación de esa mentalidad poco favorecedora hacia la minoría judía en el área de Inca. La coexistencia en la zona de Inca de diversos grupos religiosos, uno mayoritario –el cristiano– y otro minoritario –el judío– se tensaría a mediados del siglo XIV.

Pocos años después del desastre demográfico y económico causado por la epidemia de 1348, localizamos algunos significativos enfrentamientos entre ambas comunidades. Así en octubre de 1353, el gobernador Gilabert de Centelles habría recibido quejar por parte de los Jurats de Inca, en las mismas se señalaba la situación de peligrosidad ante la presencia de judíos en la villa dispersos por la población y que daban continuos motivos de escándalo. Aunque desconocemos la verdadera naturaleza de estos escándalos, es evidente que los problemas irían in crescendo de forma continua. Parece que la situación y la conflictividad ya estaría originada durante la celebración de la pascua cristiana en el mismo año. De este modo, desde las instituciones judías se enviaría una súplica al gobernador de Mallorca reclamando protección con la finalidad de evitar estos insultos y situaciones de peligro, que seguramente eran bastante habituales. Los secretarios de la aljama, en representación de los judíos de Inca, reclamaban un aumento del número de protectores del barrio, ya que el saig de la villa sería del todo insuficiente para contener los problemas existentes entre ambas comunidades. Esta reclamación y la explícita demanda de insuficiencia en la protección sobre la minoría judía, nos hace pensar que seguramente existieron antecedentes en años anteriores de los que por el momento no tenemos constancia documental y que evidenciarían la escasa eficiencia del dispositivo de seguridad en el barrio judío tanto de Inca como de Palma, aunque para ello tendríamos que generar una visión mucho más amplia de la década de los sesenta y setenta del siglo XIV.

Sin ninguna duda, la separación y la creación de un nuevo barrio judío en Inca y la delegación de los secretarios de la aljama de Palma en los judíos de Inca como representantes autónomos supuso grandes cambios en la villa. Estos cambios, suponían un reconocimiento del crecimiento de dicha comunidad durante el siglo XIV, un aumento que no estaría únicamente relacionado con las familias judías que se establecían, sino también relacionado con las actividades económicas que desarrollaban, haciendo de Inca un paso obligado para las zonas rurales del entorno y creando a su alrededor un mercado considerable muy dinámico comercial y económicamente. Igualmente, la tensa circunstancia que acompañará al asalto y fin de la aljama balear de 1391 acabará de forma brusca con el crecimiento y con la autonomía de la aljama de Inca.

A pesar de que autonomía asumida por la aljama de Inca apenas durará 10 años, este tiempos sería suficiente para generar una estructura política y administrativa suficientemente compleja como para albergar en su seno órganos de representación y articulación de los judíos de la zona. De hecho, en el verano de 1328, el turo del monarca Jaime III escribía una carta al lugarteniente real, Arnau de Cardellac, al que le pedía que se hiciera justicia sobre una reclamación que habría realizado la Universitat de los judíos de Inca. En el mencionado texto se daría a entender que los judíos de Inca, además de recibir el título de Universitat, realizaban tallas y questias propias y que como pasaba en otros lugares y años, había judíos que no podían pagarlas. Unos alegaban que ya realizaban el citado pago en Palma, mientras que otros consideraban estar exentos del citado pago. Dentro de los que recibirían el visto bueno por parte de la administración estaría Vidal Sagrasa, que en 1356 recibía una carta del baile de Inca para no contribuir a la questias pagadoras en la citada villa.

En enero de 1383, Omer Leví y Mose Leví recogían el testigo y se convertían legalmente en los secretarios de la aljama de Inca, completando así un complejo proceso hacia la autonomía de la misma. El evidente desarrollo de la comunidad judía de Inca conllevaría también para finales de siglo la aparción de una escuela rabínica, que debía estar situada en la sinagoga local en la que localizamos a Jucef Ben Barahon. De la misma manera, las evidencias del crecimiento y de la importancia que asume la citada aljama está también relacionada con la existencia de un cementerio judío, el cual bajo el nombre de ‘fossar dels jueus’ aparecería aún en el año 1393, utilizándose para enterrar los restos de huesos y cuerpos (si especificar el número) del albergue que tenía en Inca Bofill de la Argentería…

En el verano de 1391, una gran masa de individuos procedentes de la parte foránea asaltaron Ciutat y de manera casi inmediata, destruyeron, saquearon y robaron en el barrio judío de Palma. En este asalto fueron asesinados cerca de 300 judíos, a la vez que fueron destruidos gran parte de las viviendas, locales y tiendas que tenían56. En Inca, si nos atenemos a los acontecimientos ya narrados con anterioridad, es lógico entender que la comunidad judía no quedaría al margen de estos acontecimientos. Pese a que los testimonios conservados sobre los asaltos de los barrios judíos de Mallorca no nos detallan con la precisión que nos gustaría lo acaecido en la comarca inquera, si que conservamos algunos datos indirectos sobre los mismo. Por ejemplo, conservamos diversas reclamaciones económicas que nos indican los amplios y complejos lazos económicos que unían a la población cristiana de Inca con algunas familias judías establecidas o con operaciones económicas en dichas zonas. De la misma manera, también conservamos algunas denuncias que nos ofrecen interesantes datos sobre el asalto al barrio judío de Inca. Parece que durante el asalto a la ciudad de Palma, en muchos lugares se produjo cierto desgobierno y de abusos contra la población judías allá donde estuviera. Es ya bastante conocida la demanda que interpondría la conversa Clara, mujer de Salomó Pelx, en la que se señala la muerte de tres niños judíos en Inca que habría sido lanzados a un pozo. A pesar de desconocer los hechos con exactitud, éste y otros acontecimiento se sucederían en torno al verano de 1391. Así por ejemplo, Abrafim Culitella, converso que recibía el nombre de Bernat Palo, denunciaba que en el asalto y en el saqueo del barrio judío de Inca, el barbero Joan Sunyer habría entrado en su casa y habría robado bienes o la demanda de febrero de 1393, en la que el también converso Antoni Moyá, antes llamado Vidal Catim, quien reclamaba una caja robada en la misma aljama de Inca. Parece ser que el asalto a Inca, arrasaría también con todo el barrio judío, tal y como sucedería en Palma, así el gobernados hacía llamamientos durante marzo de 1392 para que todo aquél que hubiera robado en los barrios judíos de Mallorca –con referencias explícitas a Inca– devolvieran lo robado. De la misma manera, se hicieron reuniones y se inició un proceso en verano siguiente para intentar cuantificar los daños producidos.

En julio de 1392, algunos conversos estimaron los albergues y los edificios que tenían en el barrio judío de Inca, un mes después, se produjo también la visita a la judería de Mateu de Lloscos, quien se dirigía al mismo con la clara intención de recuperar los bienes producidos durante el robo en dicha ciudad. La situación de decadencia en el barrio era tal que en noviembre de 1393, se indicaba la indefensión y la soledad del mismo, tanto que en perjuicio de la Procuración Real, muchos se dedicaban a entrar en el mismo y robar vigas, tejados y otros materiales. La situación habría alcanzado un punto de no retorno, años después encontramos algunas peticiones de protección, como la que se produce en el año 1400, en la que los conversos de Mallorca reclamaban que cuando fueran a la villa de Inca no fuesen maltratados por las autoridades locales, o bien, como ejemplo los procesos inquisitoriales que se producían por aquel entonces en el año 1411, por cometer delitos contra la fe, aunque los conversos y su posterior persecución no son motivos de este estudio.

Maíz Chacón, Jorge. «Entre la integridad y la segregación. La violencia y la conflictividad socio-económica en la judería de Inca (Mallorca, siglo XIV)». Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval, N. 18 (2012-2014): 171-185,

DOI: http://dx.doi.org/10.14198/medieval.2017.18.06

Evolución Urbana INCA

INCA: Evolución urbana 1808-2010

Evolución urbana y Torrentes: 100 años de difícil convivencia. por JOAN ESTRANYBERTÓS

Coincidiendo con los 10 años de las inundaciones de octubre de 1990 -las más importantes de este siglo- y con el centenario del nombramiento de Inca como ciudad, se cree oportuno juntar riesgos naturales y ordenación del territorio en una comunicación aprovechando la coyuntura que se nos presenta.

Durante esta centuria, con un trasfondo económico artesano, nuestra ciudad ha conseguido el progreso económico, social y cultural. Empero, este progreso ha tenido un elevado coste a causa de la rápida expansión urbana: la pérdida de referencias geográficas que la sociedad preindustrial fue acumulando a partir de la experiencia y la transmisión oral. De estas referencias geográficas, los torrentes son parte importante y han quedado relegados al olvido y al desprecio.

Inca se puede afirmar que es un caso paradigmático de intento de aniquilación de los cursos fluviotorrencial, que irremediablemente actúan siempre siguiendo las leyes de la naturaleza que, en nuestro caso, son de carácter violento debido a las tempestades abominables que el Mediterráneo genera durante las dos primaveras: la de verano y la de invierno.

Lo que se pretende en esta comunicación es describir e interpretar la evolución urbana de Inca desde la perspectiva de la Geografía de los Riesgos, intercalando metodológicamente la división por subcuencas urbanas y las fases de crecimiento urbanístico y así comprobar que la actual estructura urbana Inca sostén una convivencia difícil con la red fluviotorrencial.

La cuenca del torrente de Cantabou es una subcuenca del torrente de Muro, la cuenca del es la de mayor extensión de Mallorca, con 456 km2 y que drena una séptima parte de la isla. De estos 456 km2, 32 corresponden a la cuenca del torrente de Cantabou, el cual tiene la cabecera el abanico al aluvial que el torrente de Biniatzent forma a la salida del barranco de la comuna de Biniamar, desaguando sus aguas al torrente de Muro -16 km aguas abajo- devora la estación del tren de Muro. Un 13% de la cuenca del Cantabou -4,17 km2- se sitúa al noroeste del casco urbano de Inca y sus aguas entran a la ciudad por las barriadas del Blanquer y Son Amonda. en total, son cinco subcuencas, la mayor de las cuales es la de la cabecera del torrente de Cantabou que, a pesar de abarcar 2 km2, no representa casi ningún peligro de inundación por razones hidrológicas y urbanísticas. La segunda subcuenca más importante en cuanto a superficie es la del torrente de sa Canaleta, con 1,2 km. Eso sí, es la más destacable hidrológicamente por tener elevada circularidad y jerarquización. Las otras subcuencas son de menor entidad.

1790 INCA

La sociedad preindustrial configuró un casco urbano situado sobre una colina paralelo a los cursos fluviales y perpendicular a los vientos provocados por el embate, evitando las inundaciones y el calor intensa del verano, Incluso, la etimología del topónimo Inca podría relacionarse con la topografía mencionada, Así, según Mossèn Alcover, Inca proviene del árabe Hinks, que significa mejilla o costero, En cambio, actualmente la ciudad se ha establecido desde finales del s. XIX- a las zonas deprimidas que rodean la villa primigenia. Estas zonas son frías y húmedas a invierno y muy calurosas en verano, con muy poca ventilación y expuestas a las crecidas de los cursos fluviotorrencial que tan inteligente-supieron esquivar nuestros antepasados,

La situación geográfica excepcional, centro de gravedad del eje Palma-Alcudia y de las comarcas septentrionales del interior de Mallorca, además del importante mercado local que Inca ya tenía, hizo que el crecimiento urbanístico fuera considerable, lo que provocó que se convierte en la segunda ciudad de Mallorca en el s. XVI, estructurada en relación con la ubicación los conventos y las iglesias de S. Bartolomé, S. Francisco, Sta. María la Mayor y S. Domingo.

La peste de 1652 produjo la dispersión por el campo de la población y interrumpió el crecimiento urbanístico hasta los siglos XVIII y XIX. Precisamente el s. XIX supuso el inicio de la configuración urbanística ge la ciudad actual con la revolución industrial, que comportó una concentración de la población. Así, de 1815 a 1910 la población crece más de un 100%,

Esta coyuntura social y económica implicó el necesario crecimiento urbanístico de la ciudad. Se hacen las primeras urbanizaciones, por tanto, proyectos de alineaciones ajustadas a límites de cada propiedad, urbanizaciones que se diferencian del casco antiguo por la calidad de rectilínea de la alineación.

1808. INCA

De 1860 a 1928 el crecimiento urbanístico empieza a salir de la colina donde se encuadra el casco antiguo. El crecimiento se hace por dos bandas en perpendicular a la colina e invadiendo las zonas inundables del torrente de Cantabou y del de sa Canaleta. La expansión por el sur se hace a raíz de la inauguración de la línea férrea en el 1875. Se urbanizan las actuales calles de Ponent, Ramon Llull, Joanot Colom, malheridos y se prolongan hasta la estación las calles Fondo (actual Antoni Fluxà), carretera de Palma (actual General Luque), Pozo de en Morro (actual Bisbe Llompart), Mercancías, y el tramo de la avenida Germanies entre St. Domingo y el actual Músico Torrandell.

Estas nuevas urbanizaciones se hicieron sobre huertos con un sistema de riego a base de grandes lavaderos, tal como recuerdan los mayores de la ciudad. Cabe mencionar que el sistema político de la época no pudo asumir hacer una gran vía que cubre todo el trayecto urbano del torrente de Cantabou, como pretendía el Plan de Ensanche de 1923.

La otra zona que se amplía entre 1860 y 1928 es la del plan de sa Font, cuyo plano ilustra muy bien que aún se tenía un conocimiento y respeto del espacio del agua (también porque el nivel freático permitía un capital base casi anual).

El período 1928-1950 es el de mayor crecimiento urbano de la ciudad, que lo hace en todas las direcciones. La barriada de Cristo Rey crece en los alrededores del cuartel General Luque. se Blanquer, Son Amonda y se Coso, zonas potencialmente inundables, son urbanizadas en esta época. El lecho del torrente de Cantabou entraba de forma natural hasta la actual plaza El Blanquer, aunque las parcelas laclons urbanas ya realizadas. Es el momento en que se pierden elementos arquitectónicos históricos como los Lavaderos des pla de sa Font y muchos otros símbolos que durante generaciones habían marcado las zonas inundables, como son los puentes que atravesaban el torrente de Cantabou para ir a Ciudad y el cementerio; caminos que llevaban a la periferia rica en huertos, los que tenían un elevado número de topónimos hoy mayoritariamente perdidos y que habría que conservar mediante la investigación y el trabajo de campo.

De 1950 a 1970 la expansión iniciada el período anterior se consolida y continúa, sin ningún tipo de ordenación, especialmente a Cristo Rey y a se Blanquer, donde los problemas por inundación ya eran frecuentes. En la barriada de Cós la expansión urbana se hace siguiendo la carretera de Alcúdia y afecta las pequeñas subcuencas de sa Font Vella y del recién estrenado Instituto de Enseñanza Secundaria Berenguer d’Anoia.

De 1970 a la actualidad se ha consolidado la urbanización del Blanquer y se ha inutilizado el torrente de Cantabou. Históricamente, ha sido el curso fluvial que ha causado más daño en Inca, pero desde los años 80 del s. XX esto ha cambiado. De todos modos, aguas abajo, la red de pluviales no pudo soportar el caudal y el agua salió por alto y se infiltra en muchos sótanos de la zona. La urbanización de la cama y de la llanura de inundación 4 m por encima de ellos ha formado una reanudación artificial que detiene las avenidas y que puede formar una balsa de hasta 48.500 m3.

A partir de este volumen, la balsa derramaría hacia el badén de la carretera de Mancor (véase bloque diagrama) en caso de una lluvia superior a 200 mm con muy poco tiempo y que taponas de sedimento y otros elementos la entrada de 1,2 m de diámetro que el torrente de Cantabou tiene dentro Inca en la calle Mandrava. En definitiva, el potencial destructor de esta subcuenca ha disminuido mucho, pero puede causar daños por la saturación de las pluviales y por la infiltración, y a afectar a muchos sótanos. Ahora el problema proviene del badén de la carretera de Mancor.

Lo que ha crecido espectacularmente es el suelo industrial en Can Matzarí y residencial a Cristo Rey Nuevo (zona no inundable, ya que se sitúa sobre un abanico alluvial desmantelado, que hace que el punto de partida del drenaje superficial se sitúe allí mismo y que anula le en buena parte el riesgo de inundación) y en Son Amonda, área residencial que se ha cola- tocado bien en medio del lecho del torrente de sa Canaleta y varios afluentes.

Como la topografía es difícilmente modificable (aunque la microtopografía ya se ha comprobado que sí), no queda más remedio que canalizar los torrentes por dentro del casco urbano. así, se canalizan aguas residuales y pluviales hacia los puntos deprimidos de Inca, que coinciden con el torrente de Cantabou (Gran Vía) y el torrente de sa Canaleta (se Coso). Es bastante significativo que realizando un vaciado de información en el semanario Jueves (1974-1999) se hayan encontrado hasta a 37 informaciones referidas a la red de pluviales, 31 de las cuales en la década de los años 90 del s. XX, o sea, después de las grandes inundaciones de octubre de 1990 y también para la finalización de las urbanizaciones que se encuentran dentro de las llanuras de inundación o en la cama de los torrentes de Cantabou y de sano Canaleta: se Blanquer y Son Amonda respectivamente, ya que inmediatamente provocaron problemas de inundaciones, con precipitaciones de sólo 70 mm en 24 horas, cantidad de precipitación que estadísticamente se puede repetir cada cinco años.

En definitiva y concluyente, la causa de las inundaciones en el casco urbano de Inca radica en un crecimiento urbanístico que no ha respetado mínimamente el espacio de los torrentes. esta expansión urbana no se ha detenido, y está en un claro periodo expansivo en el que se consolidan urbanizaciones en áreas inundables.

Conferencia impartida en la apertura de las V Jornadas de Estudios Locales. Inca, 3.11.2000.

La sociedad del siglo que vamos definiendo ha sido sin duda protagonista y espectadora los cambios más grandes que han dado la vuelta y dirigido la estancia y la convivencia de los hombres y mujeres sobre nuestro planeta. Es una afirmación, creo que indiscutible, al menos en cuanto a el ámbito de la historia que está a nuestro alcance y que ahora condiciona nuestras vidas. Este hecho es cierto a nivel mundial ciertamente: incluso los pueblos más ensimismados, más aislados en la selva o en las montañas hasta ahora incaccessibles, han experimentado cambios nunca vistos ni soñados en épocas precedentes. Esto es verdad sobre todo en esta parte del mundo donde vivimos, y que llamamos occidental, más concretamente en Europa donde hace siglos que se sitúa nuestra cultura y nuestra convivencia cívica, y aún más concretamente en España, el estado que condiciona nuestro desarrollo político.

A nivel de pueblo mallorquín, aunque la transformación ha tenido unos tintes más radicales y totalizantes. En este siglo Mallorca ha contemplado, ha propiciado y ha sufrido la transformación más grande de la conquista de 1229 a esta parte.

Quien repasa con un golpe de vista histórico el siglo XX, admira de entrada el progreso técnico en todos los órdenes, que ha cambiado profundamente la vida cotidiana y las relaciones de todos los ciudadanos sea cual sea su estamento social, ocupación u origen. El progreso de la técnica y de la ciencia ha inducido unos cambios de índole social, política, cultural y religiosa que los hombres de 1900 ni se podían imaginar, a pesar de las profecías que en el cambio de siglo algunos aventureros atrevieron pronosticar.

Volviendo a los cambios experimentados en nuestra isla, a finales del siglo XX todos estamos convencidos que la de ahora no es la Mallorca de antaño. Durante este siglo han caído esquemas sociales y mentales que las revoluciones del siglo XIX no habían podido derribar. Se han dado la vuelta planteamientos políticos y sociales, costumbres y comportamientos, muchos de valores considerados intocables han sido cuestionados, algunos se han desvanecido, otros nuevos han surgido y ahora van flotando en una sociedad nueva para tantos de conceptos. Bien es verdad que el siglo XIX preparó este terreno de transformaciones y cambios, pero todos constatamos que el siglo XX ha tomado un vuelo más allá de toda previsión.

Los grandes periodos

De entrada podríamos dividir el siglo XX en algunos periodos que nos ayudarán también a comprender mejor la situación y la evolución de Inca en nuestro siglo. A nivel del Estado español y de Europa, podemos considerar migpartit el siglo XX por la línea dramática de unos enfrentamientos sangrientas que causaron profundas llagas en la Península y en las islas adyacentes, de una lado, y en el continente europeo de la otra. Si bien la magnitud de los acontecimientos tuvo dimensiones y consecuencias distintas en España y en Europa, en ambos lados las guerras dieron origen, tarde o temprano, a sociedades con ideologías, comportamientos y valores distintos y, en parte, noveles.

En España, el siglo XX queda casi dividido por los hechos que rompieron la situación política y social con la II República, la Guerra Civil y la posguerra. Ésta, singularmente en los aspectos político y cultural, se puede considerar alargada, hasta la muerte del dictador, en 1975. Sin embargo la vacilante apertura del régimen franquista a los horizontes económicos del mercado europeo presagiaban las vías democráticas que recorre nuestra sociedad en el umbral del tercer milenio.

En el tardofranquismo, un evento de índole religiosa fundamentalmente, pero con repercusiones culturales, sociales y políticas, vendió a sacudir conciencias y en Trabuco esquemas mentales; dicen que causó el disgusto más gordo al viejo dictador. Me refiero al Concilio Vaticano II (1962-1965), que dio por terminada -al menos a nivel teológico y institucional- la Cristiandad medieval, aquel montaje político-, en que apoyaba en buena parte, y ya fuera de su tiempo natural, la ideología de la dictadura, por cuanto excluía el pluralismo y lo encajó todo en los moldes de lo que se ha denominado «nacionalcatolicismo».

Concilio Vaticano II a nivel de Iglesia católica y de la presencia de ésta en la sociedad, y democracia a nivel de Estado español a partir de 1977, determinan poderosamente el camino de la historia que hemos recorrido los últimos años y que recorremos todavía.

A partir de la implantación de la democracia en España, somos pegados al carro de la nueva Europa que, como Mercado Común, surgió en la posguerra europea en 1951, y ha ido ocupando espacios cada vez más amplios en la economía y en la vida política de los Estados miembros.

Las últimas décadas de nuestro siglo han tenido unos nuevos aires y han acentuado las transformaciones en la sociedad occidental, europea, española, mallorquina y Inca. es desde de estas coordenadas que estamos a punto de empezar el siglo XXI.

Hasta la Guerra Civil de 1936

Los tres primeros decenios del presente siglo, Inca prolonga el impulso del siglo XIX, que significó para la ciudad el recobro de guía y líder de la comarca, mediante la expansión demográfica (había más que doblado la población) y urbanística, y el incremento de su producción, significativamente en el campo de la naciente industria del calzado, que desde entonces marcará fuertemente la pujanza o el declive de la economía Inca. Antoni Fluxà había abierto en 1870 el primer gran taller, e inicia la exportación a Cuba y Filipinas. En 1884 Vicente Ensenyat monta una fábrica de tejidos con nuevos sistemas textiles. En 1891 Inca tenía once talleres de calzado y cinco curtidurías. En 1875 había llegado el tren que, por una parte, comunicó Inca con Palma y algunos pueblos de la comarca y, por la otra, provocaría la expansión del antiguo núcleo de la ciudad hacia la estación del tren. La línea del ferrocarril fue alargada en 1878 hasta sa Pobla, y el año siguiente, hasta Manacor. Cumbre de este crecimiento y expansión fue el título de ciudad que la antigua villa mayor de Mallorca obtengué el 13.3.1900 por el aumento de su población y el crecimiento de su agricultura, industria y comercio, como afirmaba el decreto de la reina regente. La nueva ciudad contaba entonces con 7.579 habitantes. A comienzos del siglo XX, la base económica de Inca era todavía la agricultura. Los terratenientes dominaban con su caciquismo la vida política y en el gobierno municipal alternaban conservadores y liberales. Pero el peso y la ascensión de una nueva clase obrera y empresarial condicionaba fuertemente la nueva ciudad. La sociedad civil se iba estructurando con empuje y partes surgían entidades y edificios que iban transformando la fisonomía de la antigua villa agrícola y artesanal, concurrida por los mercados de los jueves y de las ferias de otoño.

Si en 1899 se había introducido el alumbrado de gas, el eléctrico es instalado en 1904, Inca había comenzado su expansión urbanística, que transformaría su imagen tradicional, a raíz de su crecimiento económico en el siglo XIX y especialmente de la llegada del tren. El plano de la antigua villa desborda las colinas que van entre San Francisco y San Bartolomé y la ciudad nueva se extiende hacia la estación del tren y hacia los antiguos caminos de Selva y de Alcúdia. De 1885 son los pórticos de la plaza de la iglesia, aunque inacabados; de 1890 es la reforma del Ayuntamiento; de 1896 la plaza del Ganado y de 2000 la rectoría. Ya en el siglo XX se facilita el acceso a la estación del tren con la construcción un puente sobre el torrente de Cantabou, que impulsa la edificación de nuevas casas y la apertura de calles. Al otro lado de la estación del tren, se va construyendo el nuevo cuartel (entre 1907 y 1915) que llevará el nombre del General Luque, construcción que está en el origen de la barriada, actualmente llamada de Cristo Rey.

Mientras se levantaban edificios para el ocio como la plaza de toros (1909) y el Teatro Principal (1909). Los inqueros pudieran disfrutar por primera vez de la visión del cine el 1904, en 1907 el fotógrafo y pintor Bartolomé Payeras ya plasmó vistas de Inca para la posteridad; en 1908 Inca tenía cuatro salas de cine. En Inca el primer partido de fútbol se jugó el 1909, deporte y afición que cuajó definitivamente en 1921 con el equipo emblemático creado por la Sociedad de Socorros Mutuos, «la Constancia».

Desde comienzos de siglo el asociacionismo en Inca encontró muchas realizaciones de tipo cultural, laboral, asistencial, recreativo y deportivo, musical, religioso … En 1900 se fundó en Inca el Círculo de Obreros Católicos, animado por quien fue gran promotor de cultura en Inca hasta la Guerra Civil, maestro Miquel Duran. Católico y regionalista, impresor y editor de periódicos y distintas publicaciones, fue también el alma de muchas asociaciones y fundador del Orfeón del Harpa de Inca (1921). Trabajó bien junto al franciscano del Tercer Orden regular, P. Pere-Joan Cerdà, que vendió en Inca en 1909 para hacerse cargo de la iglesia y de algunos locales anexos de San Francisco. El P. Cerdà y Miquel Duran fundaron en 1911 la Caja Rural de los obreros católicos de Inca; en 1914, el Sindicato Obrero de la Paz; y en 1921, el Sindicato Católico Agrícola. Tanto Miquel Duran como el P. Cerdà, y también el rector de Inca, Mn. Francisco Rayó, trabajaban en la línea impulsada por la encíclica Rerum Novarum del papa León XIII, que había desvelado entre los católicos un fuerte movimiento de apostolado social. Una de las realizaciones del rector Rayó, en 1927, fue la fundación de la Casa Cuna (la «Cuna») con el apoyo y la iniciativa del alcalde Miquel Mir. El establecimiento de tales instituciones, para cuidar durante el día de los niños de las madres que iban a trabajar en las fábricas, había sido desde sus inicios en París en 1844 una iniciativa católica. Precisamente en Inca creían los católicos que hacían falta instituciones y propagandistas del ideario social de la Iglesia por el fuerte crecimiento que tomaba el movimiento obrero.

Este aprestaba para entrar en el juego político y trabucos el estado de cosas dominado aunque por el caciquismo. La oposición a este era abanderado por republicanos, socialistas, regionalistas y más adelante por los anarquistas. Un socialista accedió por primera vez al consistorio el 1922. Como explosión reivindicativa estalló la primera huelga de zapateros en 1914. Una respuesta al nuevo tiempo y el progreso por parte de los empresarios fue la mecanización de los talleres a partir de 1915, avance también necesario para satisfacer la demanda que llegaba del ejército francés bel-Licer en la Primera Guerra Mundial. Todo ello hizo que la industria de zapatos fuere prosperando en Inca, junto con la de tejidos de Can chillar, los Ensenyat, de las curtidurías, de tejas, de cementeras, de las imprentas, de fábricas de lejía, de conservas, de bebidas, de pastas de sopa …

A la euforia de los años de la gran guerra, que supuso enormes ganancias para la industria zapatera, siguió la difícil coyuntura de 1918-1919. Este último año hubo disturbios reprimidos por la Guardia Civil y los militares, y la convocatoria de una huelga general. Pero la crisis fue superada. Si en 1920 trabajaban 8 talleres de zapatos, en 1927 ya eran 22, cifra que se mantengué hasta la Guerra Civil. Tal expansión atrajo una notable inmigración de jóvenes trabajadores de los pueblos vecinos. A principios de los años 30 Inca era el municipio mallorquín más industrializado después de Palma.

En el aspecto cultural, debemos destacar ante todo la enseñanza. Las escuelas públicas de niños y de niñas no gozaban de mucho apoyo oficial y no tenían local fijo. Había maestros particulares y colegios privados como el de Santo Volveré de Aquino -en que colaboran militares del cuartel de Inca por la segunda enseñanza-, de Santa María la Mayor, la Academia Técnica, el Colegio los Pórticos. En 1908 vendieron los Hermanos de La Salle y el año siguiente, en San Francisco, los terciarios regulares empezaron su tarea educativa que en 1925 culminó en la fundación del Colegio Beato Ramón Llull de enseñanza media. Las Hermanas de la Caridad y las Franciscanas continuaban su tarea de instrucción de párvulos y de muñecas, iniciada ya en el siglo XIX. Las Hermanas de la Pureza llegaron a Inca para abrir col-leql el 1930. El Ayuntamiento aprobó en 1929 el reglamento de la escuela de artes y oficios.

En cuanto a las publicaciones periódicas, cabe mencionar una vez más la tarea de maestro Miquel Duran, editor, impresor y principal redactor de 4 periódicos que sucesivamente hizo salir a la calle. Regionalista y nacionalista convencido, promovió el amor a la lengua catalana con todos los medios, de repente reconoció y divulgar las normas de ortografía de 1913 y organizó el Día de la lengua catalana en 1917. Otros 12 periódicos salieron entre 1900 y 1936.

También el mundo musical iba incorporando nuevos valores. El Harpa de Inca estrenó el 6 de noviembre de 1921 a la parroquia la misa que Mn. Bernat Salas dedicaba a Santa María la Mayor. Fue su primera actuación del Orfeón, formado por obreros, si bien el acto fundacional se hizo el siguiente 4 de diciembre. En 1931 el Ayuntamiento decidió crear una banda municipal.

La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) supuso un paréntesis en algunas actividades e instituciones inqueras. La actividad de los partidos quedó truncada y el movimiento obrero silenciado; sin embargo se manifestaron algunas tensiones laborales.

La II República entró oficialmente en el Ayuntamiento de Inca el 15.4.1931. El primer alcalde republicano fue Mateu Pujadas Extraño; el segundo, Antoni Mateu Ferrer. el programa republicano en Inca, como todo, era de grandes transformaciones en todos los órdenes. El Ayuntamiento estuvo en manos de republicanos moderados. Sin embargo, no faltaron conflictos con el clero por cuestión de enterramientos y procesiones, derecho a la enseñanza de los frailes y de las religiosas, y algunos actos violentos, como la destrucción de las cruces de término. El Ayuntamiento se preocupó firme de la mejora de la enseñanza, de la creación de un instituto y de la promoción de la sanidad pública.

Entre la guerra del 36 y el fin de la Dictadura, 1975

Fuerzas que en Inca no se llevaban lo más mínimo con la República acogieron con los brazos abiertos el golpe militar que en Mallorca, la madrugada del 19.7.1936, hizo triunfar desde Palma el general Goded. La Guardia Civil y los militares del cuartel General Luque decididamente acataron la nueva situación y ayudaron a imponerla a rebrotes de resistencia de lugares cercanos, tales como sa Pobla y el Port de Pollença. En el Ayuntamiento la vara de alcalde pasó de manos del republicano Pere-Pau Costa a las de Juan Erasmo. La clase obrera no tuvo deleite ni fuerza para levantarse. Muchos de los posibles resistentes fueron encarcelados, aunque que los nuevos dueños no las tenían todas seguras, de momento. El mismo año del alzamiento había fundado en Inca una sección de Falange española, con 47 afiliados, encabezada por Canuto Boloqui. Atribuyó a la Falange, bien minoritaria entonces en la isla, la explosión de una bomba en la Casa del Pueblo de Palma.

Primero de todo, el golpe militar supuso una dura represión en toda Mallorca; en Inca fueron doce los fusilados y desaparecidos, encabezados por el ex alcalde Antoni Mateu. Después, vendió la incorporación de jóvenes inqueros a las milicias del frente de Manacor, agosto del 36. Muchos de ellos continuaron en la Península, en el frente «nacional», integrados en el que se llamó Batallón de Inca. Los caídos en este bando fueron recordados muchos años el monumento a «los caídos» ante la iglesia mayor; dicho memorial, de estilo fascista, ahora está colocado en el cementerio. Inca, durante la Guerra Civil, puso su reloj a la hora del bando que al fin salió triunfante: aplaudiendo las caídas de las ciudades enemigas, enviando oro y víveres y ropa a quienes luchaban «por Dios y por la patria», esperando nuevas de la muerte o del regreso de los soldados que luchaban -decían- contra el comunismo. Mientras tanto el trabajo no faltaba en los talleres que fabricaban zapatos para el ejército nacional, de modo que esta coyuntura favoreció enormemente el crecimiento industrial de la ciudad. Como ya lo era antes del 36, ahora aún más la industria Inca por excelencia será la fabricación de calzado, mientras que irá decayendo hasta desaparecer la industria textil a causa de la introducción de las fibras sintéticas. Desde la posguerra, y sobre todo desde los años 50, se mantuvo al frente la industria del calzado.

La economía Inca será sometida, pues, a la crisis y la pujanza del sector zapatero. A partir de julio del 36, la actividad de partidos y de sindicatos libres quedó truncada y perseguida. También enmudecieron las publicaciones. Todo: fiestas, diversiones, escuelas, fábricas … era bien vigilado y controlado. La lengua propia de Mallorca reducida a la intimidad de la familia, exiliada de los papeles públicos y de las escuelas, justo consentida a ca ses monjas y en la parroquia, por la firmeza del obispo Miralles, en la enseñanza de la Doctrina.

El nacionalcatolicismo, que hacía pervivir la Cristiandad medieval, entraba en nuestras iglesias y derramaba por las calles. Las grandes manifestaciones de este movimiento fueron las misiones populares, los paseos de la Virgen de Lluc (1948) y de Fátima (1954), el Congreso Eucarístico comarcal de 1960 y finalmente la coronación de Santa María la Mayor el 1967. También Inca recibió la sacudida de los «Curse llos de Cristiandad», los años cincuenta, pero no en un grado tan impactante ni duradero como otros pueblos.

Por otra parte, en este capítulo religioso, cabe mencionar la creación de 2 nuevas parroquias en Inca, la de Cristo Rey -que ha dado nombre a la barriada surgida a raíz del cuartel y de la estación del tren, el 1959- y la de Santo Domingo -en la antigua iglesia conventual de los dominicos- en 1962. El crecimiento de la ciudad había aconsejado, a quienes entonces regían el obispado, que Inca fuera dividida en 3 parroquias. Ya estamos en los tiempos del Vaticano II, que propiciará una nueva fisonomía a la Iglesia del siglo XX, mientras se iba desdibujando el modelo de cristiandad.

De la inmediata posguerra hay que recordar las estrecheces que pasaban las familias trabajadoras y las cartillas de racionamiento, la llegada de inmigrantes de la Península que venían a buscar trabajo a nuestros talleres huyendo de la miseria de sus pueblos.

La II Guerra Mundial proporcionaba entonces numerosos pedidos de zapatos a los fabricantes de Inca, que se enriquecieron firme; ellos fueron la clase dominante que retiraba los terratenientes de antaño; una burguesía emergente, ocupada por la ganancia fácil y rápido, bien de espaldas a la cultura, a la situación real del pueblo, a las raíces y en las perspectivas de la identidad de nuestro pueblo. La presión estatal contra el uso del catalán sobre todo en público y la afluencia masiva de inmigrantes que llegaban a una tierra ya despreocupada para mantener su lengua y cultura hicieron que en Inca, entre todas las ciudades y pueblos de la parte foránea, flota el uso del castellano, que se convirtió en lengua no sólo de los militares sino también de algunos empresarios que enseñaban a sus hijos a hablar en castellano. Dentro de este ambiente cultural, no es de extrañar que en 1965, cuando en la Iglesia latina se introdujeron las lenguas vivas en la liturgia, los responsables de las parroquias e iglesias de Inca optaran por pasar del latín al castellano en todas las misas, con la única excepción de San Francisco, donde el P. Miquel Colom decía una misa en catalán. A esta situación, no se puso remedio hasta los años ochenta.

La coyuntura favorable a raíz de la II Gran Guerra propició nuevas construcciones y urbanizaciones: el nuevo Teatro Principal (1945), ampliación de la barriada de Cristo Rey, las Casas Barato, construcciones entre los Molinos y la calle de Mancor, prolongación de la gran vía de Colón, de la avenida Reyes Católicos, desviación del tráfico de Palma a Alcúdia por la vía de circunvalación, reforma del centro, etc.

Desgraciadamente en esta época, sobre todo los años 1959-1969, se hacen verdaderas agresiones al perfil de la ciudad que le hacen perder su carácter. Que baste recordar la imponente y malgarbada Torre de Inca que destruyó la gentil silueta de la noble torre-campanario, sobre todo en la entrada desde Alcúdia; y el muro ahogando del colegio de La Salle que tapa la mirada de San Bartolomé. El crecimiento urbanístico de Inca es inmenso en este periodo, pero también desfiguradora desgraciadamente del paisaje urbano.

La cultura también pasaba por un túnel oscuro. Entre 1951 y 1961 sale el semanario Ciudad, mantenido por un grupo de jóvenes, de calidad desigual, que no siempre se cimbreaba a las órdenes del alcalde, lo que le causó la desaparición. Su tarea no fue retomada hasta el 1974 por el Jueves. En cuanto a la educación, hay que mencionar la inauguración en 1946 de la Academia de Estudios mercantiles, dividida en Col-leqi de Santo Volveré de Aquino para al-lotes y el Liceo de Santa Teresa para al-lotes, de carácter confesional y clasista, completamente cerrado a la cultura auctòctona hasta que no les quedó más remedio que admitir la enseñanza de lengua catalana.

Hacia el final de la dictadura (1974) se fundó la delegación Inca de la Obra Cultural Balear. También es significativa en el 1974 la fundación de la primera asociación de vecinos de Mallorca, la de Can López, con inscripción oficial y todo. Si Inca crecía y se transformaba firme por la pujanza de la industria del calzado, Mallorca en los años de la posguerra, y sobre todo a partir de las décadas del 50 y del 60, experimentaba su mayor transformación debido a la afluencia turística y de la consiguiente inmigración. Si bien el turismo ha causado beneficios a la principal industria Inca, sin embargo Inca ha quedado apartada de los beneficios más jugosos y directos del turismo, como es ahora la hostelería y los comercios adyacentes. Esto ha hecho descender nuestra ciudad en el escalafón en cuanto a la demografía y la riqueza.

Hay que añadir a esto que, si la predilección de los mallorquines ha vertido estas últimas décadas hacia la periferia de la mar, Inca no ha sido excepción. Desde antes de la Guerra Civil, muchos de inqueros han edificado su segunda residencia en la orilla del mar, sobre todo entre el Puerto de Pollença y Son Serra de Marina, para pasar el verano y ahora también los fines de semana; incluso en Can Picafort está el barrio de eres inqueros. Inca en la democracia (1979-2000).

Parta de 1979 porque es el año de las primeras elecciones municipales. En 1977, en las primeras elecciones generales, Inca había votado mayoritariamente por la opción centrista (UCD). En 1979 una coalición de izquierdas ganó la alcaldía. Jaume Crespí, independiente, fue el primero alcalde democrático. Sólo llevará hasta 1981, en que el centrista Antoni Pons accedió a la Alcaldía con los votos del PSOE y fue reelegido con mayoría absoluta en sucesivas elecciones hasta en 1991, en que salió elegido el socialista Jaume Armengol, sostenido por una coalición de izquierdas e independientes. Desde 1995 rige la alcaldía Pere Rotger, del Partido Popular, que el 1999 alcanzó la mayoría absoluta.

De estos últimos años, hay que subrayar la afluencia de inmigrantes extranjeros, del norte de África y del África subsahariana, del este de Europa y de Sudamérica. Muchas ocupaciones y trabajos, no asumidas ya ni por mallorquines ni por emigrados de la Península, han sido cogidas para estos recién llegados, algunos de difícil integración. Trabajo en la agricultura, en la construcción, en las tareas domésticas … son en manos de estos «nuevos inqueros». Algunos de ellos viven en nuestra ciudad y trabajan en pueblos y campos de la comarca. Dificultades de orden lingüístico, cultural y religioso entorpecen las relaciones entre los inquers-mallorquines de antaño y quienes se va incorporando. Por ahora, la confrontación es casi inexistente; la integración, difícil, en muchos de órdenes y sectores de la vida.

La uniformidad religiosa, prevaleciendo con el nacionalcatolicismo, se acribillar primer por proselitismo de los testigos de Jehová, que tuvieran una cierta aceptación, y el consiguiente rechazo y confrontación dialéctica, en la barriada de Cristo Rey, sobre todo después de la erección de aquella parroquia (1959). Estos últimos años, la presencia de musulmanes, por la inmigración magrebí, ha ido aumentando hasta contar ya, en el día de hoy, con una mezquita. 

En el aspecto económico, la entrada de España en la Unión Europea, las vicisitudes a escala europea y mundial de la economía, han ido marcando la economía Inca. estas circunstancias han espoleado la búsqueda de nuevos mercados y la diversificación de los sectores de producción. La cultura ha experimentado un crecimiento notable. Recordemos sobre todo la creación de la Escuela de formación profesional en 1959, que se convirtió en el Instituto Pablo Casas nuevas en 1996, y el Instituto Berenguer d’Anoia (1970) para la enseñanza media, para estudiantes de Inca y de sus alrededores. Prueba de esta expansión cultural es la presencia cada vez más notable de actos que la promueven en los tres domingos de ferias de otoño y en el Dijous Bo: pregones, exposiciones, presentación de publicaciones, conciertos, etc. Hay que añadir que, desde 1990, hemos podido contemplar como el patrimonio histórico-artístico de nuestras cinco iglesias antiguas se ha ido restaurante. Los edificios mismos han alcanzado adecuadas restauraciones arquitectónicas y decorativas: San Francisco, en 1992; San Domingo y Santa Magdalena del Puig de Inca, en 1993; Santa María la Mayor, en 1996; San Bartolomé, en 1998. Paral-le’ament la restauración de los edificios, se han ido restaurando muchísimas piezas artísticas: retablos, esculturas, pinturas …; el retablo de San Pedro de la parroquia mayor comenzar las restauraciones en 1990. De estas restauraciones han sido fruto las dos exposiciones de arte sacro inquero ya realizadas: de tema mariano, en 1992; de arte referente a Jesucristo, en 1996; y esperamos cerrar el ciclo en 2001 con una tercera exposición dedicada los santos.

Los escritores inqueros han ido aportando igualmente numerosos libros en campos y estudios diversos, ordinariamente en nuestra lengua catalana. No es la hora ni tenemos tiempo de hacer una reseña. Sólo quisiera recordar, por su alcance territorial, fuera del corazón de Mallorca, la corona poética en honor de Santa María la Mayor que, con motivo del vigésimo quinto aniversario de su coronación pontificia se estampó en 1992. Josep M. Llompart afirmó, con toda justicia, que era la corona poética mallorquina en la que habían participado poetas de más lugares de nuestra lengua: desde Alguer de Cerdeña en Valencia, desde el Rosellón a casi todas las diócesis de Cataluña, de Ibiza, de Mallorca y de Inca más en concreto.

En la promoción de nuestra lengua y cultura, Inca es en la buena línea marcada por maestro Miquel Duran, con sus múltiples y siempre interesantes publicaciones. En el sector del ocio y de las diversiones, cabe mencionar el deporte. Ya no estamos en los tiempos heroicos del equipo de fútbol emblemático de la ciudad, antes y después de la Guerra Civil, el Constancia, con sus altos y bajos, en sus enfrentamientos épicos, de máxima rivalidad, con el Mallorca. A pesar del campo nuevo, que sustituyó el viejo, se Coso, el equipo no ha llegado a alcanzar las cumbres de antaño. En 1987 otro deporte vino a tomar como el relevo en el entusiasmo los seguidores incondicional del deporte, el Drac Inca, que ya ha marcado puntos de historia en el nuevo pabellón municipal de deportes.

Y en este capítulo del ocio, no podemos olvidar las nuevas tendencias en las diversiones de la juventud, en Inca y en las urbanizaciones de la acera de mar más cercanas. Nuevos ritmos frenéticos, ruidos atronadores, horarios trabucats que empiezan a medianoche y no se detienen hasta bien salido el sol, han generado una nueva «cultura» del ocio, que configura comportamientos y mentalidad de nuestros jóvenes. Sin embargo, ligado o no a las expansiones y Baux de la juventud, muchas familias de Inca han sufrido también la carcoma de la droga, sin duda uno de los peores males -si no el peor- que enturbia el futuro de muchos de adolescentes y jóvenes. A esta llaga en el cuerpo joven de nuestra sociedad Inca, se añade la crisis de valores, la ruptura con los puntales que sostenían la tradición honrada del abolengo, donde ciertamente no todo eran valores, y sin embargo no se separan claramente los que tienen que dar firmeza a la nueva edificación de la ciudad.

De cara al siglo XXI

Es bueno terminar un recorrido histórico con esperanza. Creo que es así como se debe hacer. Los trabajos y los días del hombre y de la mujer sobre la tierra tienen siempre vueltas ásperas y de veces insospechadas. Pero creo que los últimos años de nuestra ciudad nos invitan a la esperanza. Es mi convicción, después de que el siglo veinte nos haya hecho probar más de una vez el trago amargo de depresiones y luchas, de enfrentamientos políticos que han llevado muertos en las cunetas o en las tapias de los cementerios, de recortes dolorosos de libertad en todos los órdenes, de ensimismamiento de nuestra identidad cultural. Estamos en un tiempo que la democracia, el espíritu de fraternidad entre los hombres y los pueblos, la decisión de alcanzar nuevas metas de justicia, de solidaridad y de bienestar parece que late en el corazón de la mayoría de inqueros de hoy. 

Que el recuerdo y la reflexión sobre el pasado reciente y la expectativa de un siglo que estamos a punto de abrir nos empujen a caminar, juntos, siempre adelante!

Inca en Les Grans Transformacions del segle XX. PERE J. LLABRÉS MARTORELL

La Comisión Insular de Ordenación del Territorio y Urbanismo, en sesión celebrada el día 26.10.2012, adoptó, entre otros, el siguiente acuerdo:

«Visto el expediente de revisión del Plan General de Ordenación de Urbana del municipio de Inca para su adaptación al Plan Territorial Insular de Mallorca y el del Catálogo de patrimonio histórico de dicha revisión, y de acuerdo con el dictamen de la Ponencia Técnica de Ordenación del Territorio y Urbanismo, en el trámite previsto en el artículo 132.3 del Real Decreto 2159/1978, de 23 de junio, Reglamento de Planeamiento Urbanístico, esta Comisión Insular acuerda:

Aprobar definitivamente la Revisión del PGOU-2012 de Inca para su adaptación al Pla Territorial de Mallorca, y el Catalogo de elementos de interés artístico, histórico, ambiental y patrimonio histórico del PGOU de Inca».

El presente Plan General sustituye al aprobado definitivamente por la CIOTUPH el día 27.10.2005.

La anterior adaptación al PLAN TERRITORIAL INSULAR DE MALLORCA (PTM), se formuló en cumplimiento de la Disposición Adicional Tercera del PTM que obligaba a la adaptación del Planeamiento General Municipal al Plan Territorial en el plazo de 2 años contados desde su entrada en vigor.

Además no se podía proceder a la tramitación y, en su caso, aprobación definitiva de la elaboración, revisión y/o modificación de cualquier instrumento de planeamiento general que supusiera el incumplimiento de las determinaciones previstas en la normas de ordenación del PTM, tanto de aplicación plena como de carácter directivo.

Formaba parte de la documentación del expediente de la adaptación del Plan Territorial, el conjunto de el expediente de la revisión del Plan General en la versión en que quedaron incorporadas las prescripciones contenidas en el acuerdo de la CIOTUPH de 27.10.2005, incorporadas por el acuerdo plenario del ayuntamiento de Inca de fecha 30.12.2005.

Catálogo de Bienes en suelo rústico. INCA

Para la aprobación inicial del expediente, en la memoria de la adaptación al PTM del anterior PGOU de Inca aprobado definitivamente día 27.10.2005, se reflejaron los puntos de la memoria y de las Normas Urbanísticas del Plan General vigente afectadas por el expediente de adaptación al PTM, quedando en su redacción actual y planeamiento vigente las determinaciones que, para ajustarse al contenido del PTM, no fueran objeto de modificaciones.

Con el resultado de la información pública, una vez analizadas las posibles alegaciones, el documento de aprobación provisional se presentó como único texto refundido que incorporaba todas las modificaciones derivadas de la adaptación del Plan General al Plan Territorial de Mallorca.

ART 11. OPERACIONES ESTRATEGICAS en los 3 NODOS TERRITORIALES de las islas (Palma, Inca y Manacor)

OBJETIVOS

  • Mejora de la imagen de la ciudad
  • Creación de un nuevo polígono industrial
  • Implantación del Hospital Comarcal de Inca
  • Creación de una nueva zona de equipamientos y servicios

Introducción.
Estas son operaciones estratégicas de rehabilitación y mejora de los accesos y la calidad urbana de los tres nodos territoriales: Palma, Inca y Manacor.

  • ART 11.1. FACHADA DE INCA
  • ART 11.2.- FACHADA DE MANACOR
  • ART 11.3.- VIA DE CINTURA DE PALMA
  • ART 12. –    CASCOS ANTIGUOS DE PALMA, INCA Y MANACOR.
  • ART 12.1.- CASCO ANTIGUO DE PALMA
  • ART 12.2.- CASCO ANTIGUO DE INCA
  • ART 12.3.- CASCO ANTIGUO DE MANACOR

ART 11.1. FACHADA DE INCA

El Plan Territorial establece como operación estratégica la rehabilitación y mejora de los accesos y la calidad urbana de Inca la mejora de la fachada de Inca con los siguientes objetivos:

  • – Mejorar la imagen de la ciudad.
  • – Creación de un nuevo polígono industrial.
  • – Implantar el Hospital Comarcal de Inca.
  • – Creación de una nueva zona de equipamientos y de servicios entre el hospital y el suelo urbano de Inca.
  • – Mejorar los accesos a la ciudad de Inca, especialmente los de las carreteras de Sineu y Llubí.
  • – Creación de zonas verdes en los accesos a la ciudad.

Plan de la Fachada de INCA. Usos

A tal efecto delimita un Área de Reconversión Territorial definida, estableciendo el siguiente instrumento de desarrollo: Plan de Reconversión Territorial / Proyecto de Mejora Territorial. Por otra parte, en el punto 5º. del art. 40 establece que hasta que no se produzca el desarrollo reglamentario mencionado en la Disposición Adicional Segunda de la Ley 6/1999, de 3 de abril, de las Directrices de Ordenación Territorial de las Islas Baleares y de Medidas Tributarias, los Planes de Reconversión Territorial y los Proyectos de Mejora Territorial se formularán mediante Planes Especiales que deberán ser aprobados definitivamente por el Consejo Insular de Mallorca. 

Toda vez que también se propone la aprobación inicial del Plan Especial del ARTE núm. 11-I y sus conclusiones se incorporan a la documentación de la adaptación del PGOU de Inca al Plan Territorial de Mallorca y por ello como consecuencia del estudio pormenorizado del Plan Especial y
de la Fachada de Inca incluida dentro del AREA RECONVERSION TERRITORIAL (ART) 11-1, se propone la diferente clasificación de suelo que deriva de los estudios del Plan Especial del ART 11.1 que quedan incorporados.

  • Memoria de ordenación del ART-11.
  • Ámbito de Actuación 1.308.762 m2.
  • Ordenación a través del PGOU basado con los estudios de la fachada de Inca y del propio Plan Especial.

Del estudio del estado actual de la fachada de Inca resulta la necesidad de acuerdo con los objetivos del ART de la Fachada de Inca, de analizar uno por uno cada uno de esos objetivos.

Plan Fachada INCA, Programa de Actuaciones Puntuales

I.- MEJORAR LA IMAGEN DE LA CIUDAD

Dentro del ámbito señalado por la ART el estudio de la fachada de Inca propone diferentes Actuaciones para mejorar la imagen de la ciudad, en la creación de zonas verdes en el acceso de la carretera de Sineu, la continuidad del paseo-espacio libre público en la carretera de Llubí, el cierre del suelo urbano existente con una zona verde perimetral que una vez convenientemente arbolada eliminará el impacto de las edificaciones del suelo urbano, la continuidad de viales arboladas de todas las zonas de acera de las carreteras, y la propuesta de ámbitos de actuación diferentes donde se dispondrán especiales ordenanzas de calidad de las fachadas de las edificaciones y de mejora de cada uno de los ámbitos de actuación.

II.- CREAR UN NUEVO POLÍGONO INDUSTRIAL

A partir de la modificación puntual del Plan General núm. 29 del Ayuntamiento de Inca ha promovido la clasificación de suelo necesario para la creación de un nuevo polígono industrial. La revisión del PGOU aprobada definitivamente el 25.10.2005, ha incorporado el ámbito definitivo del sector núm. 1 destinado a polígono industrial.

El Plan parcial está en tramitación y pendiente de aprobación definitiva por el Consejo de Mallorca. su tramitación ha sido posible como consecuencia de la Disposición Adicional Tercera de la Ley 4/2010.

III.- IMPLANTAR EL HOSPITAL DE INCA. El hospital de Inca ya está en funcionamiento.

IV.- CREAR UNA NUEVA ZONA DE EQUIPAMIENTOS Y DE SERVICIOS ENTRE EL HOSPITAL Y EL SUELO URBANO DE INCA.
Efectivamente, en la propuesta se contempla la creación de una zona de servicios y equipamientos y una zona residencial entre el hospital y la trama urbana existente, a partir de la clasificación de dos nuevos sector de suelo urbanizable. El Sector-6 destinado a usos residenciales que deben alcanzar las plazas resultantes del esponjamiento del Plan Especial con un gran componente de grandes equipamientos que representan el 45,24% de su superficie y el Sector-9 destinar a servicios y otros equipamientos públicos y privados, con un niveles de cesiones de sistemas generales del 37,62%. En este sentido se considera idóneo que los terrenos destinado a equipamiento residencial, para acercar también la ciudad residencial al hospital, y no exclusivamente a base de terrenos destinados a equipamientos de ámbito de actuación diferentes donde se dispondrán especiales ordenanzas de calidad de las fachadas de las edificaciones y de mejora de cada uno de los ámbitos de actuación.

V.- MEJORAR LOS ACCESOS A LA CIUDAD DE INCA, ESPECIALMENTE LOS DE LAS CARRETERAS SINEU Y LLUBÍ.
Desde el punto de vista de los viales, los accesos de la carretera de Llubí y Sineu ya están ejecutados, habiendo supuesto una importante mejora del tráfico.

VI.- CREACIÓN DE ZONAS VERDES EN LOS ACCESOS DE LA CIUDAD.
El desarrollo de los Planes Parciales previsto dentro del ámbito de la ART promoverán la creación de zonas verdes. Así, la ordenación del Polígono Industrial, recientemente aprobado el Plan Parcial, dispone la ubicación de zonas verdes en el umbral, tanto en la carretera de Alcúdia como la autopista. Por otra parte, la carretera de Sineu, desde la entrada de la redonda del Hospital resulta ordenada en zona verde de sistema general a cada lado de la carretera.

INCA. Ronda Norte

El Plan Director Sectorial de Carreteras integra la futura Ronda Norte de Inca en la red primaria complementaria y contempla su construcción en fase 1 (2009-2016). Incluye una franja de reserva viaria para su trazado, franja que coincide con la incluida en el planeamiento municipal, si bien el planeamiento municipal únicamente la recoge hasta las inmediacionesdel Instituto Berenguer d’Anoia, a partir del cual conecta con el viario local atravesando suelo urbano. El tramo coincidente con el previsto en el planeamiento municipal, lo hace por terrenos clasificados como Sistema General Viario / Espacio Libre Público.

6.3.2018    Pero, «El Consell descarta por completo empezar la ronda norte de Inca esta legislatura».

Y el Casco Antiguo¡¡¡

12.587 viviendas y una población de 31.255 habitantes, es el escenario. Y con la información de Fotocasa de 2017, se situa Inca como localidad más económica, con un precio en octubre de 1.271 €/m², y según Idealista, los propietarios piden un media de 1.206 euros/m2; y el mercado de alquiler, el precio de la vivienda en alquiler en Baleares se mantiene en noviembre con 9,76 €/m2 y mes, según los datos del Índice Inmobiliario Fotocasa. Este valor se sitúa un 20% por encima de la media nacional, que en noviembre es de 8,13 €/m2 y mes. Sin embargo, el precio aumenta en 2 de los 6 municipios analizados. Se trata de Ibiza e Inca, que incrementan el precio un 6,9% y un 2,2% respecto al mes de octubre.

El Consell admite el alquiler turístico en núcleos «saturados» del litoral y del interior durante 60 días. Plantea una zonificación que prohíbe el arrendamiento vacacional en suelo rústico protegido y en polígonos. Vía libre para comercializar todo tipo de viviendas en zonas costeras con poca presión de turistas. También habrá vía libre en el área bautizada como «núcleos de interior»: Inca, Manacor, Marratxí y otra veintena de centros urbanos que, según el criterio del Consell, todavía no sufren una excesiva presión turística. También aquí propietarios y empresas podrán ofrecer sus viviendas en alquiler (unifamiliares y plurifamiliares) todo el año.

Los tiempos de los mercados van tan deprisa, y los ayuntamientos pocas herramientas tiene para intervenir en el mercado.


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


Seguiremos analizando en próximas entregas los 350 municipios mayores de España.