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Olot es un municipio de 29,1 km2 de la provincia de Gerona, capital de la comarca de La Garrocha, especialmente conocida por sus lugares de interés natural; no en vano todo su término municipal se encuentra dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha. Los volcanes (todos ellos extinguidos) más conocidos y visitados son el de Santa Margarita, Croscat y el Volcán Montsacopa también conocido como Sant Francesc. El Croscat es famoso debido a que el terreno está «cortado» y se pueden apreciar perfectamente los estratos geológicos, encontrándose a su pie el Jardín Botánico de Vegetación Natural Olotense. También despierta un gran interés el hayedo de Jordá, un inmenso bosque de hayas exquisito para perderse y pasear, tanto a pie como en bicicleta, a caballo o en carruaje.
El río Fluvià atraviesa la población como corredor natural y como eje histórico de desarrollo económico y urbano de la ciudad. El aprovechamiento de los recursos hidráulicos condujo a una intensa dinámica industrial en los s XVIII, XIX y XX, inicialmente textil y de estatuaria religiosa, caracterizada por la iniciativa y el capital autóctonos. A principios del s XX la electrificación, la llegada del tren (que ahora no existe) y la mejora de las comunicaciones, provocó la diversificación de la economía, sumando una importante industria agroalimentaria que se mantiene como uno de los sectores económicos principales. Las sucesivas crisis del textil hicieron abandonar fábricas e infraestructuras, dejando un patrimonio industrial que se visualiza todavía en algunas zonas alrededor del Fluvià y forma parte de su identidad histórica. Se han recuperado algunos elementos, pero existen espacios en un evidente estado de degradación, tanto la edificación como los alrededores del Fluvià, principalmente concentrados en la zona del Centro Histórico.
Colindante con los municipios de la Vall de Bianya (N), Sant Joan les Fonts (N y E), Santa Pau (SE), las Preses (S) y la Vall d’en Bas y Riudaura (E), se sitúa en el valle alto del Fluvià, que atraviesa la población, en el centro de la plana de Olot, una de las fosas tectónicas formadas en el sector de fallas que afecta a este trozo de la Cordillera Transversal. La parte septentrional del término es drenada por Ridaura y accidentada por la sierra de San Miguel del Monte (793 m) y la montaña de San Valentín (709 m), sierras que forman en parte el límite N. La sierra de Aiguanegra, al NE, lo separa de San Juan les Fonts, y la sierra de Batet, a levante, del antiguo término homónimo. A mediodía y ponente el territorio es más abierto y más llano. La pequeña sierra llamada también de San Valentín (652 m) forma el límite occidental con la Vall d’en Bas. Salvo el sector de Batet, el territorio comprende amplias superficies planas, como las conocidas por el plan de Arriba, plan de Abajo, hoy polígono industrial, y plan de Lagos, donde se han construido numerosas casas unifamiliares. El municipio forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, con antiguos volcanes como la Garrinada, Monteolivete, las Bisaroques o el Montsacopa.
El municipio comprende la ciudad de Olot, cabeza de comarca, antiguos pueblos y vecindarios (San Roque de Olot, San Cristóbal las Fuentes, San Andrés del Coll, Closells), que forman una conurbación alrededor de la ciudad, así como diversas urbanizaciones (las Fuentes, el Mas Bernat, las Planoles, etc.) y el antiguo término y vecindario de Batet de la Serra. Este extendía el sector de levante de la llanura de Olot por las laderas de la llamada sierra de Batet, en un terreno de materiales basálticos punteado de pequeños antiguos volcanes, como el Pujalós (o Puig Alós), el Puig Astrol y los vertientes N del Croscat, cubierto en buena parte por una amplia extensión forestal, poblada de bosques de robles y encinas.
De Olot salen radialmente una serie de carreteras. La variante de la N-260 procedente de Portbou y Figueres enlaza con la carretera C-26 hacia Ripoll.Uno de los ases turísticos de Olot es su cocina, la llamada «cocina volcánica». Una de sus mejores y más conocidas recetas son las patatas de Olot (Patates d’Olot).
También es de importancia mencionar la Plaza de Toros de Olot, que data del año 1859, siendo la más antigua de Cataluña y la 2ª de España.
Cabe mencionar el arte y la industria de estatuaria religiosa que desde el s XIX se estableció por toda la ciudad, siendo el máximo representante «El Arte Cristiano», fundado por Marià Vayreda y existente hoy día, donde trabajaron entre muchos otros los notables escultores Miguel Blay y Josep Clarà.
La evolución de la población de la ciudad de Olot se puede seguir atendiendo a las cifras de población que proporcionan los primeros recuentos y censos a partir del s XVIII. Así, a lo largo del s XIV se suceden los altibajos: en 1360 tenía 356 hogares, que 20 años más tarde habían descendido hasta los 230, lo que señala una pérdida de población de casi un 50%. Las crisis periódicas y las pestes que asolaron la comarca estos años explican el descenso.
Posteriormente Olot sufrió gravemente las consecuencias de los terremotos de los años 1427-1428, que, además de derribar una buena parte de los edificios de la ciudad, produjeron la pérdida de numerosas vidas humanas. Sin embargo, en el censo de 1497 Olot alcanzaba los 279 hogares, mostrando un notable poder de recuperación ante la desgraciada catástrofe.
En cambio, en el s XVI se inició ya un periodo de crecimiento en toda Cataluña. En 1515 Olot alcanzaba los 281 hogares y en 1553 a 354, aumento que se mantendrá, aunque sufrió altibajos significativos, hasta el 1670, que alcanzó los 537 hogares. En este sentido, cabe mencionar que en 1610 hubo una peste muy fuerte que diezmó la población y paralizó la vida económica, y que a causa del miedo del contagio muchos olotenses refugiarse en el pueblo de Les Preses.
En 1650 nuevamente se extendió la peste todo con mucha intensidad: se calcula que en Olot murieron unas 2.000 personas. Ante el incremento de la mortalidad catastrófica, el aumento de la población de estos años sólo se puede explicar por la incidencia de una natalidad muy elevada y sobre todo por el impacto de la inmigración francesa en la villa de Olot y alrededores .
A finales del s XVII y los primeros años del s XVIII hubo una cierta crisis, agravada por los acontecimientos sucedidos a raíz de la guerra de Sucesión. En este sentido, no puede sorprender que la población se mantuviera casi invariable, ya que en 1718 Olot tenía 2.627 hogares.
Durante el s XVIII la población hizo otro paso adelante, tal como nos muestran los censos del 1773 y el 1787. También en este caso se produjo un crecimiento entre ambas fechas que no se puede explicar por el simple crecimiento vegetativo. En este aumento tuvo mucha influencia la pujanza de la vida económica olotina, que atrajo muchos habitantes de los pueblos de los alrededores. A lo largo de este siglo, Olot creció sin interrupción, se crearon nuevos barrios y se levantaron nuevas viviendas.
Con todo, a finales del s XVIII se empezó a notar la crisis al iniciarse la Gran Guerra contra la República Francesa (1793-95), que comportó un descenso de la población de Olot. Es ilustrativo el hecho de que si bien en Olot morían generalmente 400 personas cada año, en 1793 murieron 761 y en 1794 unas 863. A todo esto, hay que añadir el colapso de la vida económica, con funestas consecuencias a largo plazo, ya que el estallido de la guerra de la Independencia no permitió que la ciudad tuviera tiempo de recuperarse.
Durante los años de dominación napoleónica Olot fue sometido al yugo de los invasores, y se produjo además una elevada mortalidad: sólo en 1809 murieron 1.237 personas, lo que denota la dureza de la ocupación y el estado de crisis en que se encontraba la población. Pensamos que en 1860 Olot alcanzaba los 10.262 h, cifra que apenas sobrepasaba la del 1787. A partir de esta fecha, la crisis en el sector industrial y la falta de comunicaciones llevó otra vez Olot a las cifras de población más bajas de su historia. Hasta 1900 no volvió a ser alrededor de los 10 000 habitantes. De lo contrario, hay que pensar en el impacto de la epidemia de cólera de 1854, que sólo durante el mes de agosto ocasionó más de 400 defunciones.
Una vez iniciada la década de 1920, se inició una tímida recuperación que pronto se concretó en el crecimiento del perímetro urbano de la ciudad. Los 10.243 h de este período pasaron a 11.615 en 1930 y, a pesar del estallido de la Guerra Civil, en 1940 todavía registró un saldo positivo. Con todo, el crecimiento más notable se inició a comienzos de los años 60′, aprovechando el extraordinario y desordenado crecimiento de la actividad económica. En este incremento influyó positivamente el impacto de la inmigración de todo el estado, la cual, si bien no alcanzó la magnitud de otros lugares de las comarcas de Girona, no fue nada despreciable. Además, Olot continuó recibiendo población de los pueblos de los alrededores. Es por ello, y por la anexión del antiguo municipio de Batet de la Serra, que, a pesar de la crisis, el municipio de Olot tenía 25.588 h en 1979, que aumentaron a 26.713 en 1991, a 28.060 h 2001 y 31.271 habitantes en 2005.
La población del antiguo municipio de Batet ha sido tradicionalmente escasa, con algunos altibajos: a mediados del s XIV Batet tenía 55 hogares (unas 250 personas) que en el censo del 1553 habían descendido a 37 (de los cuales 35 eran laicos y 2 de curas). Tampoco en el s XIV, periodo de expansión demográfica en todo el país, se experimentó ganancia, ya que los 241 h 1718 habían pasado a 237 h en 1787, con una curiosa falta de respuesta ante la coyuntura favorable de la época. El censo de 1860 muestra un crecimiento considerable, que da la cifra máxima de población, 688 h, a la que siguió un fuerte descenso hasta 1900 (396 h). Tras una recuperación en torno al 1930 (629 h), la curva fue descendente hasta la incorporación a Olot.
El municipio de Olot, que concentra la mayor parte de los habitantes de la comarca, ha experimentado un saldo positivo, si bien a partir de 1950 la tasa de crecimiento de la población de Olot ha sido inferior a la media de Cataluña. La existencia de un flujo migratorio se ha producido por dos hechos: la llegada de gente de la comarca y de jóvenes africanos por motivos laborales y la llegada de personas que buscan una mejor calidad de vida. Este flujo ha sido compensado por las personas que, a su vez, una vez jubiladas vuelven a sus lugares de origen, y por los jóvenes que emigran por motivos laborales.
Otros lugares del término
La Fuente Moixina. El lugar de la Fuente Moixina, con la fuente y el parque natural que lo rodea, es uno de los lugares más típicos y visitados de Olot. Este sitio y el vecino de la Diez, poblado de viejos robles, fue declarado paraje artístico nacional en 1945, rivalizan en belleza con el lugar de la fuente de San Roque y la de las Tries, la zona de los Tussols-Basil y el parque de las moras, todos ellos bien acondicionados y ricos en agua y vegetación.
Estos sitios, otros rincones del término y la ribera del Fluvià han sido siempre un marco ideal para los pintores paisajistas de la escuela de Olot de siempre. La famosa Fageda de Jordà se encuentra ya dentro de la demarcación de Santa Pau, donde es descrita, pero representa también un centro para los olotenses y para todos los que visitan la ciudad.
San Cristóbal las Fuentes al SE de la ciudad, cerca de la carretera de Santa Pau. Lugar mencionado desde el 1028, fue dado a Ripoll el 1097, pero le fue disputado por el monasterio de San Juan las Fuentes, al que había sido cedido el 1079. Acabó, siendo confirmado en Ripoll en 1106 y de nuevo el 1120, su primitiva iglesia románica fue renovada modernamente, lo que ocultó los restos románicos que antes estaban visibles. En 1860 tenía un pueblecito de 79 casas, las cuales, sin embargo, no se encontraban cerca de la iglesia sino en la vecindad de Olot, en el otro lado del puente de Santa Magdalena. Debido a esta proximidad a Olot y del crecimiento demográfico experimentado, se considera un barrio de la cabeza comarcal.
San Andrés del Coll situado hacia el extremo NW del término de Olot, en la vertiente SE de la sierra de San Miguel del Monte y sobre la carretera de Olot a Sant Joan de les Abadesses y Ripoll, que se bifurca en el cuello de Coubet. El camino que conduce rodea la torre o antiguo castillo del Coll. La iglesia es mencionada desde el 953 situada en el villar aliarse o Collo alear. El 995 se consagró una nueva iglesia, propiedad de los abades de Ridaura, que fue objeto de discusiones con los abades de Ripoll por cuanto se encontraba al límite de sus dominios. Inicialmente era una parroquia rural que en 1561 fue unida en calidad de filial o sufragània en la parroquia de Santa María de Ridaura, que sucedió el antiguo priorato. El edificio es románico y corresponde a una reedificación del siglo XI. Hasta 1936 conservó una notable lápida sepulcral del caballero Berenguer del Coll, fallecido en 1334, que tenía el caballero yacente rodeado de eclesiásticos y otros personajes de la época. Se conserva una reproducción en el Museo Comarcal de Olot.
El castillo o torre del Coll, posesión del linaje Coll desde el s XII, ahora convertido en masía, guarda todavía notables rastros de la época gótica. Sus últimos señores, los Vallgornera, lo abandonaron en el s XVIII, época en que perdió la categoría de castillo, y en trasladaron el centro de la jurisdicción en la Torre Lunas, construida en la plana.
Las torres de defensa de San Francisco se encuentran alrededor del cráter del volcán Montsacopa y corresponden a la época de la primera guerra Carlista (1833), momento en que se fortificaron el cerros más cercanos a la ciudad de Olot. En 1999 fue inaugurada su restauración, que ha posibilitado el acceso al interior.
El Hostal de la Cuerda y otras casas. Aunque dentro del término de Olot, pero al límite con los de la Piña y de Riudaura, está el antiguo Hostal de la Corda, instalado en una gran casa del s XVII. Durante la III Guerra Carlista, el 26.3.1875, un día después de que los carlistas hubieran perdido Olot, tuvo lugar la entrevista secreta de los generales Arsenio Martínez de Campos, jefe de las fuerzas liberales, y Francesc Savalls, ninguna de las fuerzas carlistas del Principado, encuentro que supuso, de hecho, el fin de la resistencia carlista en Cataluña.

1893. Ferrocarril económico de Olot a Gerona: Plano general de la comarca y sus vías de comunicación
En el término de Olot había una gran población dispersa, que en 1860 era de 76 masías, 4 de los cuales eran molinos. Hoy día subsisten la mayoría de las masías de lujo, aunque algunas son casas residenciales y otros se han confundido con los núcleos creados en torno a la ciudad o con las urbanizaciones surgidas en diferentes puntos del término. De estos cortijos surgieron muchas familias bien destacadas en la vida olotina, como los Vayreda, los Moretó, los Mas de Xexàs, los Mates, los Moras, los Olivera, etc. Son todavía notables masías el Soler (que es conocida desde el s XIV y que en 1684 pasó a Ventós), los Fresnos, el Mainar, las Coromines, las Planeses, el Puig, el Prat, la Fullaca, la Avellaneda, la Clapera , etc.
Entre las masías más antiguas del antiguo término de Batet, además de Can Godolmar y Planella, destacan Can Sila, Pujoldamunt, Sarguetal, Casadavall, la Rovira, Fagel, Brugada, la Mata, el Solà (los Solà-Morales), Comadamunt, Comadavall y el mas de Puig-Alís.
Batet de la Serra, el santuario de la Trinidad y la torre de las Bisaroques
Vecindario de población diseminada al E de la ciudad, centrado alrededor del núcleo formado por varias casas y la iglesia parroquial de Santa María de Batet (advocación compartida desde el s XV con la de San Bartolomé), que se encuentra en 658 m de altitud, en el sector más septentrional del antiguo término de Batet de la Serra (260 h en 2005). De la primitiva construcción románica queda el campanario, cuadrado, de tres pisos con ventanas geminadas. La fábrica fue reconstruida a finales del s XV; en 1581 se añadió la capilla del Rosario y en 1857 se reconstruyó la fachada neoclásica; fue restaurada después de las destrucciones de 1936. Esta parroquia es una de las más antiguas de la comarca: sale documentada por primera vez en 977 en el acta de fundación del monasterio de San Pedro de Besalú; el monasterio, a partir de unas donaciones iniciales del conde Bernat Tallaferro (1020) y otros del 1034, tuvo la posesión, confirmada por Inocencio IV el 1252. Los abades consiguieron, además, la señoría alodial sobre las tierras y la baja jurisdicción, y nombraron alcaldes de saco. La jurisdicción alta fue de los condes y después de los reyes, hasta que fue enajenada por la corona a lo largo del s XIV los varones de Santapau (1366 y 1397, que se hizo la venta definitiva) y así el lugar quedó integrado en la importante baronía de Santa Pau.
A más de 1 km al SE de la parroquia de Santa María de Batet está el santuario de la Trinidad, elevado a 743 m, en la sierra de Batet. Es un edificio también de origen románico, pero muy modificado, con planta de 3 naves y 1 ábside, y alargado, a comienzos del s XVIII, por el lado de poniente, donde está la puerta, adintelada, y el campanario. Está documentado desde el 1263. Lugar de encuentros y romerías, ha acogido gente de toda la región. Cerca del santuario se encuentra la antigua masía fortificada de la Torre de Planella y en 1892 se construyó, más al S, el oratorio de la Sagrada Familia, donde hasta el año 1936 fue venerada una imagen obra de Miquel Blay.
La Edad Media
La primera noticia histórica que se conoce del sitio de Olot (Olot) con su antigua iglesia de Santa María, situado en el territorio de Bas, sale en un precepto de confirmación de bienes que el rey Carlos el Calvo hizo el 872 a favor del abad Racimir de Sant Aniol de Aguja. Un siglo más tarde, el 977, el conde obispo Miró dio al monasterio de Camprodon y al monasterio de Besalú unos alodios situados en la parroquia de San Esteban de Olot. Estas dos primeras noticias dan a conocer la existencia de un núcleo organizado con dos iglesias, la de Santa María y la de San Esteban.
Más importante para la historia de Olot es la donación que el 1097 hizo el conde Bernat II de Besalú al monasterio de Ripoll de un importante alodio situado en la parroquia de San Esteban Olotensis que iba del Fluvià en Sant Andreu del Coll y de la parroquia de Santa María de la Piña en la de San Pedro de las Presas. A partir de este momento la ciudad de Olot quedó bajo el dominio de los abades del monasterio de Ripoll. Los abades ripolleses erigieron un palacio en la ciudad de Olot y el siglo XII crearon la administración o pavordía de Olot para la gestión de los bienes que el monasterio poseía en la región.
A principios del s XII, la población de Olot había crecido de tal manera que el templo de San Esteban era insuficiente. Derribó lo que había y se emprendió la construcción de un nuevo templo con mayor capacidad. El 1116 el obispo de Girona Berenguer Dalmau consagró la nueva iglesia y la dotó de diezmos, primicias y poblaciones de los fieles, más los treinta pasos legítimos de la Sagrera y otros dones, tal como lo había hecho el conde Bernat. La población de Olot fue creciendo en torno al nuevo burgo de San Esteban.
En 1206 el abad de Ripoll otorgó unas concesiones a Olot y edificó un palacio, reedificado a finales del s. XIV. La población estuvo amurallada. En 1251 entró a formar parte de la veguería de Camprodon.
En 1315, el rey Jaime II, a petición del abad de Ripoll, concedió a la villa el privilegio de feria para Pascua Granada y por San Lucas. Olot devenía así un centro comercial de importancia como consecuencia de las ferias y mercados a los que acudían los vecinos de los valles de la región. El año 1362, el abad del monasterio de Ripoll concedió aún nuevas franquicias que ayudaban a la concurrencia mercantil de la villa.
Cuando el rey Martín fue creado conde de Besalú, resucitando el antiguo título, no tardó en reclamar toda la jurisdicción que tenía sobre Olot su madre, la reina Leonor. Le fueron concedidas la jurisdicción civil y criminal, el mero y mixto imperio. El rey Martín tuvo atenciones para la ciudad de Olot en forma de privilegios y exenciones, la creación de la subveguería y la reforma del regimiento municipal, que constaba de 3 cónsules y 9 jurados, elegidos por los vecinos, después de una época de tensiones con Ripoll, que conservó el dominio directo. La carta llevará hasta los decretos de Nueva Planta.
La Universidad de la villa de Olot había fundado Almoina del Pan con las donaciones que hicieron unos ricos comerciantes de la villa: Bartrina, Olivella y Coromina. Pero los estatutos no acabaron de hacer funcionar el establecimiento y el rey Martín los reformó en 1404.
Una fecha siniestra para Olot y toda la comarca fue el 15.5.1427, con el primer terremoto. Al año siguiente, por la Candelaria, el cataclismo aún fue más aterrador, porque asoló todas las casas, las iglesias y los edificios de la villa y de la comarca. Ese mismo año, el rey Alfonso IV, desde Valencia, mandaba a los cónsules de la villa que reedifican los edificios en el mismo sitio, o en otro, con el mismo nombre de Olot. La ciudad de Olot perdió 302 hogares.
Los olotenses, que desde hacía más de un siglo tenían continuadas disensiones con los abades de Ripoll por cuestiones de régimen y autonomía municipal, aprovecharon la ocasión y el privilegio real para construir la nueva población dentro los terrenos de la Almoina del pan, territorio que no dependía de los abades y que se encontraba entre la parroquia de San Esteban y la villa vieja situada en torno a la iglesia de Santa María del Tura. Este sector aún se puede precisar por la marcada cuadrícula de sus calles.
Cuando apenas se iba rehaciendo la nueva villa, surgieron las turbulencias del reinado de Juan II, que afectaron directamente la ciudad, puesto que se encontraba en el centro de las comarcas sublevadas contra los señores y la Diputación, las fuerzas de la cual llegaron a saquear la ciudad de Olot en 1463, y las 200 casas que tenía la villa quedaron reducidas a 70.
La Edad Moderna
A finales del conflicto de los remensas, Olot tuvo un tiempo de relativa calma que le permitió una cierta prosperidad, un crecimiento del comercio y de la industria, resultado de nuevos privilegios del abad de Ripoll y de componendas con los señores, a consecuencia de la sentencia de Guadalupe. Así en 1547 había 400 casas, y se restauraron las iglesias de San Esteban y de Santa María y construyó el convento del Carmen y el hospital de Santiago y los puentes de San Roque y de San Cosme sobre el Fluvià. El convento de capuchinos fue construido en 1627-31 (actual parque Clarà). En 1614 fue organizada una mesa de cambio que perduró hasta mediados del siglo, cuando los efectos de la guerra de Separación y una terrible epidemia (1650) que causó cerca de un millar de muertes provocaron una fuerte crisis, continuada todo aquel siglo con las frecuentes guerras contra Francia.
Al principio del s. XVII, Olot consiguió del rey Felipe III de Castilla la acuñación de moneda, lo que hace patente la pujanza que tenía la ciudad. La acuñación se repitió durante el conflicto con Felipe IV de España; primeramente se acuñó los reales y los sueldos de plata con la figura del rey Felipe, pero siguiendo la causa de la tierra, las nuevas acuñaciones se hicieron con la efigie del rey Luis XIII de Francia, que había sido proclamado en el Principado.
En las guerras con Francia de la 2ª mitad del siglo XVII, los olotenses defendieron encarnizadamente su villa y comarca; se distinguieron especialmente las partidas de miquelets de José de la Trinxeria. En 1675 Trinxeria y sus hombres abrieron y defendieron el cuello del Portillo; en otras campañas, entraron en el Rosellón y llegaron hasta las puertas de Perpiñán. El 1678, el mismo caudillo derrotó a los franceses en el cuello de Maians, y en 1684 a 1697, en la última guerra del siglo, Trinxeria hostilizar al enemigo desde el valle de Bianya hasta Prats de Molló.
La ciudad de Olot se adentró en el s XVIII superando un periodo de guerras que lo habían castigada los últimos años. Apenas iniciado este nuevo siglo estalló la guerra de Sucesión entre Felipe V de Castilla y el archiduque Carlos de Austria. Olot, al igual que la mayoría de pueblos de Cataluña, se declaró fiel a Carlos de Austria, aunque muy pronto la ciudad fue ocupada por el duque de Noailles, que comandaba el ejército filipista, el cual impuso numerosas cargas a sus habitantes. Desde entonces Olot, con toda la Garrotxa, quedó integrada al nuevo corregimiento de Girona.
A pesar de la represión institucional que sufrió toda Cataluña, con la abolición de los organismos de gobierno, una vez superados los primeros años de la posguerra, Olot inició una recuperación en el campo de la economía y la demografía que la convirtió en la ciudad más pujante de las comarcas de Girona, superando incluso Girona en número de habitantes y de fábricas.
A mediados del s XVIII se introdujo en Olot la fabricación de medias con telares, tejidos de algodón e hilados, y en 1777 se inició la manufactura de las llamadas indianas, que tuvieron un papel muy importante en el desarrollo industrial de Olot. Además, hay que resaltar la elevada producción, que permitía mantener una población activa muy numerosa. El 1777 había en Olot, además de la industria mencionada de indianas o pintados, 12 fábricas de paños, 50 de medias, 4 de fajas y 5 de tintes. Al cabo de 2 años se menciona que la industria textil y de curtidos ocupaba unas 2.500 personas. A pesar del impacto del comienzo de la guerra contra la Francia revolucionaria (1793), la industria olotina se mantuvo a unos niveles ciertamente pujantes hasta pasada la guerra de la Independencia (1808-14).
Paralelamente al aumento de la población, se llevó a cabo una serie de construcciones de nueva planta que caracterizan la pujanza de este siglo; en 1780 se empezaron las obras del Hospicio, que acaban el 1784, y también en estos años se decidió construir una nueva pescadería y restaurar las fuentes públicas, se rehicieron edificios de la nobleza e incluso se pidió permiso al rey para crear nuevos barrios.
La vida cultural tomó un nuevo impulso cuando en 1783 se inauguró la Escuela Pública de Dibujo, institución que tuvo un papel decisivo en la formación de los trabajadores de las industrias de indianas y en preparar la juventud para acceder con una mínima preparación técnica en el mundo industrial. Además, el municipio olotina mantenía 2 escuelas de primeras letras y la de latín; por estos años se habla también de la escuela de primeras letras de los religiosos carmelitas.
Este panorama tan halagüeño se rompió con el estallido de la Guerra Grande (1793-95). Olot se convirtió en una especie de cuartel general de las tropas españolas y hubo que habilitar el Hospicio como cuartel; lo mismo se hizo con el antiguo cuartel del Ferial. En un primer momento la guerra fue favorable al gobierno español, sin embargo, ya entrado el año 1794, un fuerte empuje de los franceses puso la villa de Olot en peligro de caer en sus manos. Fue en este momento que se reinstauró el somatén como medio de defensa. Parece que el inminente peligro de invasión produjo el cierre de muchas fábricas y la fuga de gente acomodada atemorizada por la proximidad de los enemigos. Con todo, los franceses no lograron conquistar la ciudad por la defensa que realizaban las fuerzas de voluntarios en toda la cercanía. Después de todo se firmó la paz con Francia, y se reanudó la actividad normal.
Los siglos XIX y XX
No tardaron en llegar nuevos problemas: la invasión francesa de 1808 al inicio de la guerra de la Independencia, que también afectó en gran manera la villa garrotxina. Aunque los franceses fueron hostigados continuamente en los alrededores de Olot, donde el bandido Boquica sembraba el terror con maldades, la ciudad cayó en manos del ejército napoleónico.
Ya antes se habían formado 5 compañías que no pudieron evitar que el 25.12.1809 -pocos días después de la caída de Girona- el general Souham ocupara la villa. A partir de esta fecha la ciudad fue a menudo ocupada y desocupada por los franceses hasta que en abril de 1812 cayó definitivamente en sus manos.
Pronto se formó un ayuntamiento presidido por Alexandre de Soler y de Sayol, al que acompañaban las personas más representativas de la población; se les tildó más de colaboracionistas que de afrancesados convencidos. En este breve espacio de tiempo que abarca la ocupación francesa, no se pudo llevar a cabo las reformas que se habían iniciado en otros lugares de Cataluña, y se limitó a realizar una fuerte presión fiscal a fin de subvenir a las numerosas gastos de la guerra. El 9.3.1814 los franceses abandonaron definitivamente la villa de Olot, no sin antes derribar con explosivos el fuerte de Montsacopa, que se había Agencia para dominar toda la cercanía.
Tras la evacuación de los franceses, la constitución de 1812 fue proclamada en la villa el 12.3.1814, y fue solemnemente jurada al día siguiente. En las elecciones inmediatas para formar el ayuntamiento, el doctor Esteve Roca fue designado 1ª alcalde. Con el restablecimiento del absolutismo pocos días después, el ayuntamiento correspondió de nuevo a los concejales del 1808. Se iniciaba así un período de inestabilidad política y de luchas entre liberales y absolutistas que duraría y que se reflejó profundamente en Olot.
En marzo del 1820 los constitucionales proclamaron nuevamente la constitución, vigente hasta el 1823. Durante el Trienio Liberal se expulsó a los carmelitas, se formó la milicia nacional y se reunió una sociedad patriótica en Can Bolòs. Pero las partidas del Misses, maleville y mosén Anton ocuparon también la población durante el 1822 y produjeron otros actos de fuerza en 1823. Las tropas francesas enviadas por la Santa Alianza ocuparon Olot en mayo del 1823, mientras los milicianos pasaban en Barcelona. Entonces los realistas -incitados por el clero, según comenta Paluzie- se lanzaron a una represión cruel contra los constitucionales y sus familias. Durante la guerra de los Malcontents (1827) pasó momentáneamente a manos de los ultrareialistes y, poco después, fue escenario del fusilamiento del capitán Bossoms, alias Jep los Lagos. Durante la I Guerra Carlista, la ciudad fue sometida a un terrible asedio por las fuerzas facciosas de J. A. Guergué, pero se defendió heroicamente de la acometida (meses de septiembre y octubre de 1835) bueno y manteniendo la causa de Isabel II. Por este motivo le fue otorgado el título de Muy Leal por las cortes en 1836.
Según el estudio de F. Simón Segura, en Olot no se vendieron muchas propiedades a raíz de la desamortización de Mendizábal: las subastadas pertenecían a los carmelitas de la misma población y los benedictinos de Besalú y Ripoll. El convento de los capuchinos ya había sido quemado durante el sitio de 1835.
Hasta mediados del s XIX, la industria olotina alcanzó un esplendor bien notable en el contexto gerundense. La producción textil, además del hilado, comprendía barretines, bayetas, medias, fajas, pañuelos, etc. La inestabilidad política se convirtió, sin embargo, en una causa decisiva para la crisis de la industria olotina, aparte la falta de comunicaciones y la dependencia de los fabricantes olotenses de comisionados de Barcelona. La crisis más acusada correspondió a los años 1858-77. La carretera de Vic había sido comenzada en 1848, pero quedó paralizada de inmediato por la oposición de Girona. En cambio, la de Girona se construyó enseguida, en 1849. La organización del obrerismo en Olot, con el impulso dado por Juan Montones, en 1842 hizo sentir su fuerza en tiempos de la regencia de, y explica en parte la bullanga provocada el mismo año para protestar contra el bombardeo de Barcelona, así como el apoyo de Olot en el levantamiento de la Jamancia (1843). La crisis industrial de 1848 ayudó, por otra parte, a incrementar las filas de madrugadores sublevados contra la consolidación del estado liberal burgués. El conflicto se benefició igualmente del descontento que había entre los jóvenes por el problema de las levas, que en 1845 ya había provocado un altercado sonado.
En 1854 Olot, siguiendo el ejemplo de Barcelona y Girona, se pronunció a favor de la revolución de los generales O’Donnell y Dulce. Poco después se abatía sobre la población la epidemia de cólera. La crisis industrial comportó, en 1858, la despedida de un grupo de trabajadores de las fábricas. En 1859 es importante en el campo del periodismo olotí porque aparecieron 2 semanarios: «La Aurora Olotense» y «El Faro de la Montaña», primeras muestras de la prensa local.
Con la revolución política de 1868 se instaló la junta revolucionaria presidida por Martí Pararols. El sufragio universal llevó al municipio la figura de Juan Diez Ros, republicano federal, el cual en el levantamiento de octubre de 1869 dirigió las fuerzas de la esquina de la montaña, con el diputado banyolí José T. De Almendro, y llegó a sitiar el cuartel del Carmen, donde la tropa residía. La gente de orden, por su parte, dio fuerza apoyo al tradicionalismo representado por el círculo carlista. La organización obrera se integró en la Asociación Internacional de Trabajadores, la cual tuvo en Olot el puntal más sólido de las tierras gerundenses. Al parecer tenía unos 1.200 afiliados, los que habían montado una cooperativa de consumo para los asociados. De esta manera la federación local de la Internacional pudo sostener algunas huelgas importantes (la de tintoreros y tejedores), aunque fue reprimida por orden del gobernador civil en 1872.
La proclamación de la 1ª República en 1873 llevó a la alcaldía Juan Diez, que trabajó decididamente para defender la ciudad de las acometidas carlistas. Sería despojado después del golpe de estado del general Pavía en 1874. Entre 1874 y 1875 la ciudad fue ocupada por los carlistas, que publicaron «El Iris», periódico defensor del lema «Dios, Patria, Rey, Fueros».
Durante la restauración, aparte el caciquismo y el sistema político imperante, Olot se recuperó demográficamente e industrialmente. En 1880 comenzó a funcionar el primer telar al vapor, y en 1911 -año de la llegada del ferrocarril- se aplicó la electricidad a la industria por primera vez. De 1880 a 1900 hubo solamente 1 taller de imaginería religiosa, pero a partir del último año la expansión de esta industria fue evidente hasta 1950.
En el ámbito político, aparte la tradicional inclinación hacia el carlismo, la corriente catalanista alcanzó hitos importantes en los últimos decenios del ochocientos, con la creación del Centro Catalanista y la publicación de periódicos como «El Olotí». Asimismo, disfrutó de prestigio y renombre la actividad artística protagonizada por el núcleo que convirtió la ciudad en el «Barbizon» de Cataluña. Las actividades sociales y recreativas fueron canalizadas por entidades como la Escuela Católica de Obreros olotenses (desde 1888 dicha Centro Católico de Olot y su comarca) y el Centro Fontanella, ambas fundadas en 1877, y el Centro Obrero (1894). El incremento de publicaciones locales es también especialmente notable: algunas como «El Deber» (1879-1935) disfrutaron de larga vida. En 1907 el rey Alfonso XIII concedió el título de ciudad a la hasta entonces villa de Olot.
El movimiento obrero fue principalmente notable en los años 1918 y 1919, después de que la crisis posbélica hubiera originado unos movimientos huelguísticos con fuerza notable. También en 1923 una huelga de peones y maestros de casas duró 13 semanas.
En 1927, Olot fue visitado por el rey Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia y las infantas. En la vida cultural de los años de la Dictadura de Primo de Rivera, hay que señalar la publicación de la «Revista de Olot», de carácter eminentemente literario, dirigida por el artista y escritor Josep M. Mas de Xexàs.
En las elecciones municipales del 1931, Olot se decantó también por la República apoyando la candidatura de entendimiento formada por el Casal Catalán, los republicanos y el Centro Obrero. El primer alcalde del nuevo régimen fue Juan de Garganta, de Acción Catalana, elegido el mismo año diputado por el distrito de Olot a la Diputación Provisional de la Generalidad de Cataluña. Las crisis entre los concejales del municipio se repitieron a menudo y obligaron a reestructurar los cargos. Así, en 1932 la alcaldía fue confiada a Ramon Aubert, de ERC. En las elecciones de 1932 destinadas a designar los miembros del Parlamento de Cataluña, resultó elegido, dentro de la candidatura de Izquierda, el Olot Antoni Dot.
En las elecciones municipales de 1934 salió un ayuntamiento mayoritariamente de derecha. La alcaldía correspondió a Ferran Casabò, de la Liga, pero presentó la dimisión el mes de agosto y el relevó a José Coll, del mismo partido.
Durante los hechos de Octubre de 1934, la Alianza Obrera decretó la huelga y una comisión gestora desplazó momentáneamente la corporación de derecha. Los principales responsables fueron a continuación procesados y se procedió a cerrar algunas entidades. En 1935 Rafael Arau fue nombrado alcalde por orden gubernativa, cargo que fue atribuido otra vez a Josep Coll en el mes de mayo. El resultado de las elecciones de febrero de 1936 provocó una nueva reorganización municipal y Ramon Aubert volvió a ocupar el puesto de alcalde.
La Guerra Civil, dura como en otras partes de las tierras catalanas, significó un trastorno importante de actitudes y de poderes. Aparte de los incendios de los edificios eclesiásticos, una cincuentena de olotenses, entre los que una veintena de religiosos, fueron asesinados en la comarca o en otros lugares de la península. En las acciones de salvamento del patrimonio artístico y cultural se remarcó especialmente el doctor Joaquim Danés, el cual fue encarcelado al terminar el conflicto. El día 7.2.1939, Olot fue ocupado por las fuerzas del general Alonso Vega, acto que fue precedido por el paso de la riada de derrotados hacia la frontera. Durante la represión habida en la posguerra el fusilamiento afectó una veintena de olotenses, vinculados principalmente a la CNT.
Después de la guerra algunas familias se enriquecieron gracias al contrabando, pero la mayoría de la población vivió una fuerte penuria económica agravada por el aguacero de 1940. A partir de los años 50′ comenzó una recuperación industrial y llegaron los primeros inmigrantes. En 1979 se celebraron las primeras elecciones locales democráticas.
Morfología Urbana
La ciudad de Olot (22.786 h en 2006 y 34.194 en 2017), situada en el valle del Fluvià, a 443 m de altitud en el centro de la Garrotxa, enmarcada por 3 antiguos volcanes, Montsacopa, Monteolivete y la Garrinada, que le dan una silueta especial y escalones sus barrios, es un lugar de una gran belleza natural y una población donde la historia ha dejado una profunda huella, y al mismo tiempo, la industria, la vitalidad comercial y el peso de su vida cultural la han convertido en indiscutible cabeza de comarca.
El núcleo primitivo de Olot se formó en el siglo IX, a la izquierda del Fluvià, en torno a la iglesia de Santa María del Tura, en un sector protegido del viento del norte.
Aparte esta agrupación de casas que formarán la Vila Vella, surgió el burgo de San Esteban en torno a la iglesia dedicada al santo titular existente ya el 977, sobre una pequeña colina. Los primeros elementos urbanos fueron, además de las iglesias mencionadas, algunos caseríos, un puente y el molino de Roca. El 1221 se tiene noticia de una muralla que rodea el recinto de la Vila Vella.
Entre ambos núcleos empezaron a surgir algunas casas cerca del camino carretero que los unía (actual calle Mayor) y por la zona de la calle de Clivillers. A mediados del siglo XIV parece que se puede hablar de unas doscientas casas en el cercado de la Villa Vieja y de una cincuentena al núcleo de San Esteban. Se documentan el Palacio del Abad, los alodios de la Almoina y varios molinos. Un hecho de gran trascendencia en el desarrollo urbano de la población fue la acción destructiva de los terremotos de 1427-28, que dejaron arruinados la mayoría de los edificios.
El mismo año de la catástrofe, el rey Alfonso IV concedió el permiso de reedificar la ciudad en un lugar diferente, que era propiedad de la Almoina del Pan (por cuanto los habitantes se querían librarse del dominio del abad de Ripoll) . Este nuevo emplazamiento se situó entre el casco antiguo actual y el de San Esteban, formado por un sistema de calles en ángulo recto. La recuperación, sin embargo, fue frenado durante la segunda mitad del siglo XV, época en que la guerra civil provocó destrucciones importantes en la población de Olot.
El afán constructivo tras el conflicto se refleja en el censo del 1497, donde se habla de unas 226 casas. El siglo XVI representó también un enderezamiento: se construyó en la calle Mayor, el de San Rafael, en las inmediaciones del Ferial y en la plaza Mayor. Los carmelitas levantaron el convento del Carmen y se construyó el Hospital. A finales del s XVI o a principios del XVII se construyeron las murallas, que se conservaron hasta después de 1850.
En el siglo XVII, época de crisis, no se construyó mucho. Se puede citar el desaparecido convento de los capuchinos y la capilla de San Francisco en Montsacopa, que fue reedificada en 1817. Por contraste, en el siglo siguiente se constata un progreso evidente: se amplió el templo del Tura, se edificó el parroquial de San Esteban, el Hospicio, se construyeron viviendas en la calle de las Estiras y al de San Rafael, etc. Olot, a finales del setecientos, era una villa importante en el aspecto industrial y pasó por delante de Girona en número de habitantes.
Durante el siglo XIX, la ciudad experimentó diversos hechos de armas, pero a fin de cuentas, bien que las comunicaciones no lo favorecían, desarrolló una transformación interna bien notable: urbanizó el solar de los Capuchinos (actual plaza de Clarà), el paseo del Ferial y el de Barcelona y se construyeron un teatro, una casa de convalecencia, varias torres particulares, etc. Pero la planta urbana sufrió pocos cambios por razón de la crisis industrial de la 2ª mitad del siglo.

1916. OLOT. Plano del ensanche trazado y en parte realizado por D. Manuel Malagrida con la cooperación técnica del arquitecto municipal Array.
A principios del siglo XX comenzó un crecimiento alrededor del casco antiguo y de las principales vías de comunicación, y en 1907 alcanzó la condición de ciudad. En pleno s XX, la expansión hacia el SW creó el ensanche Malagrida (1916-25), promovido por un olotí que había hecho fortuna en América, y trazado por el arquitecto Joan Roca y Pinet, autor de varios edificios interesantes en la ciudad.
El ensanche Malagrida, tipo ciudad jardín, con zonas verdes y chalets aislados, adoptó una estructura radial en torno a una plaza, y se prolongó después al otro lado del río, donde está el Parque Nuevo. Fruto del crecimiento urbano de Olot son los barrios de San Pedro Mártir, en la falda de Monteolivete, Bonavista, San Miguel, Benavent, el plan de Arriba y el Hostal del Sol o la Caja.
En la 2ª mitad del XX continuó la expansión siguiendo las carreteras principales. Se han llevado a cabo tareas de rehabilitación del casco antiguo, seguidos de una reconstrucción fiel a la antigua estructura exterior o bien de edificaciones que rompen la antigua imagen, como la plaza del Medio.
La ciudad de Olot, que goza de un entorno bellísimo, no tiene monumentos de gran antigüedad debido a que la ciudad antigua fue destruida por los terremotos del siglo XV. Con todo, además de los edificios religiosos, dispone de construcciones modernistas y novecentistas de gran interés.
La antigua Casa de la Ciudad ocupa el antiguo solar del hospital viejo. Es un edificio severo, sin ornamentación, de líneas neoclásicas, y es la sede de la Biblioteca Maria Vayreda desde 1997. El Teatro Principal, en el paseo del Ferial, es una reedificación por Martí Sureda- de la construcción quemada en 1874. El edificio neorrománico del Colegio de los Escolapios, proyectado por el fraile Manuel Roca en la plaza de Clarà, fue construido entre 1877 y 1916. Tiene dos campanarios gemelos separados por un cuerpo central. En el extremo del paseo del Firal está la plaza de toros, construida en 1859, que fue la segunda construida en Cataluña, donde se celebran encierros, corridas y algún otro espectáculo.
Dentro del casco antiguo sobresalen una serie de casas señoriales muy notables. Vale la pena recordar especialmente la de Can Solà Morales, en el paseo del Ferial, que fue reformada por Montaner entre 1912 y 1916 (son muy características las figuras femeninas del balcón de la planta baja, hechas por Eusebi Arnau ); la casa Gaietà Vila, al final del mismo paseo; la de Can Trinxeria, en la plaza de San Esteban, que forma parte del Museo Comarcal de la Garrotxa; la de Can Bolòs, en la calle Baja del Tura, y la de Can Vallgornera, en la calle de Clivillers.
En el ensanche residencial Malagrida son especialmente merecedoras de mención las casas Vayreda, Masramon (1913-14), una de las construcciones más interesantes del arquitecto y poeta novecentista Rafael Masó; Malagrida, adquirida por el Ayuntamiento en 1981; Pons y Tusquets, Juncosa y la Torre de la Riba.
En 2011 finalizan las últimas grandes obras del Plan de barrios del casco antiguo de Olot, con la inauguración de la plaza de las Monjas y el paseo de la Muralla. Mientras comienzan a realizarla las primeras actuaciones del Contrato de barrios que pretende dar continuidad al plan desarrollado desde 2004.
Antecedentes 2006
El casco antiguo de Olot -capital de la Garrotxa, con 34.100 habitantes según datos del padrón municipal de enero del 2011- tiene unos 2.000 habitantes y un buen número de viviendas en mal estado de conservación, desocupados y, incluso, sin las más mínimas condiciones de habitabilidad. En esta zona también se concentra un alto porcentaje de personas mayores y de inmigrantes. La degradación aumentó gradualmente desde 1970 y, desde entonces, unos 160 locales comerciales han quedado vacíos.
Un proyecto integral para el casco antiguo de Olot
El Programa de mejora urbana del casco antiguo de Olot, concedido en 2004 dentro del PROGRAMA DE BARRIOS Y ÁREAS URBANAS DE ATENCIÓN ESPECIAL, incluía actuaciones en cinco espacios y una inversión de 7,4 millones de euros, la mitad a cargo de la Generalidad de Cataluña y la otra mitad pagada por el Ayuntamiento de Olot. Se creaba la plaza de Campdenmàs con el derribo de toda la isla de edificios interior y se habilitaba un equipamiento público, y al este se proyectaban viviendas y aparcamientos subterráneos. También, se alargaba el paseo de la Muralla hasta la plaza Palau. Por otra parte, se rehabilitaba la isla del Carmen con la creación de un espacio libre en el interior de manzana y la compra de la antigua fábrica de Can Sacrest entre otras actuaciones. Además, en la plaza de Santa Magdalena se termina la construcción del paseo fluvial con los llamados jardines de la Villa Vieja. Las operaciones urbanísticas también afectaban la nueva plaza de las Monjas que se abría entre las calles de los Sastres y Esglaiers, a la altura de la calle Alta Fresa. Aparte de esponjar estas zonas también se actuaba sobre las viviendas, con nuevas promociones de protección oficial y privadas y ayudas para la rehabilitación.
El proyecto del Plan de barrios también incluía proyectos de dinamización económica, comercial, cultural y turística, puntos de igualdad de géneros, de fomento del trabajo, de integración y de movilidad.
Se prorroga el Plan y se otorga el Contrato de barrios
En 2005 el Ayuntamiento de Olot inició la aplicación de la 1ª anualidad de las 4 previstas hasta el 2009, con un presupuesto de 1,9 millones €. En 2006 avanzaban las tres primeras operaciones inmobiliarias públicas, con 25 viviendas en el cruce de las calles de los Sastres y Esglaiers, y en la calle Lliberada Ferrarons. Por otra parte, continuaban las negociaciones, con expropiaciones incluidas, para adquirir una veintena de edificios, para derribarlos y edificar viviendas y equipamientos.
El Ayuntamiento de Olot anunció a comienzos de 2009 la prórroga del Plan de barrios por 2 años, con el objetivo de ejecutar los 1,2 millones € que aún faltaban para invertir. En 2009 se visualizaron las obras después de inversiones en operaciones de esponjamiento y generación de nuevos espacios públicos, como los jardines de la Villa Vieja, el cambio de la iluminación de las calles, la mejora del pavimento y las campañas de civismo. En septiembre de 2009 se impulsaron proyectos como son la formación de 30 personas en las nuevas tecnologías, la empleabilidad de 6 mujeres con dificultades de inserción laboral o el proceso de formación y la creación de plazas de trabajo durante 1 año para 8 jóvenes, sobre diseño web y multimedia. Además, para que la mejora urbana llegara a la población, el Ayuntamiento de Olot inició la campaña Hacemos el Barrio Bell, con la creación de una página web, carteles, trípticos y folletos.
Por otra parte, en febrero de 2010 el Ayuntamiento de Olot presentó su propuesta de continuidad en la séptima convocatoria de la MEJORA DE BARRIOS Y ÁREAS URBANAS DE ATENCIÓN ESPECIAL, y se otorgó el proyecto con un presupuesto de 2, 1 M€, la mitad financiado por la Generalitat de Cataluña y la otra mitad por el consistorio Olot. El Contrato de barrios 2010-2012 constaba de cinco operaciones y un programa de mejora social. Incluía el vivero de empresas de Ca la Boera, la creación de un área completa de juego y recreo para niños y jóvenes en la plaza Campdenmàs, el espacio de relación y de juegos infantiles en el paseo de la Muralla, la dinamización de locales cerrados las alrededores de la plaza Campdenmàs y la rehabiltació los elementos comunes de los edificios. Con estas actuaciones se pretendía fortalecer la cohesión social y la convivencia, con la inclusión de los vecinos en las dinámicas ciudadanas, sociales, políticas y económicas de la ciudad.
Paralelamente, durante el 2010 se terminaron 2 proyectos paralalelos, no incluidos en la Ley de barrios, como la renovación del paseo del Obispo Guillamet, conocido popularmente como el Firalet, o el nuevo espacio de dinamización económica del casco antiguo de Olot, en la calle Lliberada Ferrarons, con cuatro empresas, y que proporcionaba trabajo a seis personas.
La plaza Campdenmàs
En junio del 2010 se inauguró la plaza Campdenmàs, que en realidad suponía la ampliación de una pequeña plaza preexistente, gracias al derribo de varias fincas. El proyecto de urbanización había supuesto una inversión de 300.000 €.
Durante el 2011 continuaron las inversiones en la plaza Campdenmàs. En mayo terminarse de pintar doce fachadas, lo que había supuesto una inversión total de 54.000 €, una parte de los cuales sufragados con ayudas públicas. El mes de junio el Ayuntamiento de Olot derrocó a la misma plaza del edificio de Cal Boera para construir un vivero de empresas en el marco del Contrato de barrio 2010-2012. El nuevo edificio tendría planta baja y tres pisos y la posibilidad de un subterráneo. Todo ello, con el derribo incluido, debía costar unos 800.000 euros.
La plaza de las Monjas y el paseo de la Muralla
En marzo de 2011 se inauguró la nueva plaza de las Monjas, que mejoraba el acceso y la conexión del casco antiguo con el barrio de San Francisco. Para crear la plaza y adecuar los espacios del entorno, el consistorio de Olot había comprado 8 edificios para derribarlos e implementar las actuaciones previstas.
Por otra parte, el 3.6.2011 el Ayuntamiento de Olot finalizó el 2º y último tramo del Nuevo Paseo de la Muralla, que abría el sector S del casco antiguo hacia la plaza Palau. El proyecto de urbanización tenía un coste de 360.000 ‘y formaba parte de un proyecto global valorado en unos 2 millones de €, que para llevarlo a cabo había necesitado 11 expropiaciones y derribos. Este tramo del paseo tenía las mismas características que el resto, con la parte peatonal elevada por encima del nivel del tramo de tráfico rodado y completado con suelo de arena estabilizado.
Además, la obra incorporó un parque de juegos infantiles, presupuestado en 70.000 €, que entraba en el Plan de Barrios y que pretendía fomentar la dinamización de este paseo no sólo entre los residentes de la zona, sino también con el resto de habitantes de Olot. La apertura del paseo supuso una mejora sustancial de las condiciones de ventilación y soleamiento de las edificaciones colindantes. De hecho, en este espacio había una manzana de edificios muy antiguos y degradados. Con el paseo de la Muralla se daba por terminado el último de los 5 grandes espacios incluidos en la Ley de barrios
Olot ocupa las últimas grandes zonas urbanizables.
El parque natural rodea el núcleo de Olot de tal manera que el límite de la superficie urbana y urbanizable coincide en buena parte del término con la zona protegida. En marzo de 2010 el Ayuntamiento de Olot aprobó definitivamente un plan parcial (después de que en diciembre de 2009 en vez la aprobación inicial) para ocupar uno de los principales espacios urbanizables de la ciudad de 8,5 ha, en las faldas del volcán Montsacopa. Allí se prevé construir 315 viviendas rodeados de un anillo verde, así como 2 centros educativos. El Plan Parcial del Serrat seguirá la topografía de la ladera del volcán entre el parque natural y el ensanche Balmes. El área incluye el cementerio municipal, un equipamiento que desde 2008 -a raíz de la revisión de límites promovida por la última ampliación- había quedado parcialmente dentro del parque. En mayo de 2010 el pleno de Olot aprobó una modificación del POUM para revisar la situación.
Por otra parte, otro de los espacios libres de la misma zona del municipio, el sector de Mas Bosser, es el espacio escogido por el Departamento de Política Territorial y Obras Públicas (DTOP) para desarrollar un área residencial estratégica (ARE). El nuevo barrio tendrá una superficie total de 8,61 ha y una capacidad para construir 431 viviendas, 216 de los cuales serán protegidos.
Pero también en Mas Bosser, esta Area Residencial Estratégica, situada en el NO del núcleo urbano de Olot, desarrolla un ámbito de 8,6 ha de suelo residencial y de actividad económica con el objetivo de favorecer el equilibrio entre el tejido urbano y el medio natural de el entorno, garantizando, a través del nuevo parque urbano del Bosser, la continuidad entre sistema de espacios libres urbanos y el parque natural de la Garrotxa.
Sin la ley de Barrios la rehabilitación del casco antiguo habría sido muy difícil. El Plan de Barrios representaba un impulso inicial pero debía continuar en el tiempo.Desde el departamento de Planificación Territorial del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas (DPTOP), destacan los programas sociales del proyecto y remarcan que la mejora urbana era la chispa que iniciaba un proceso hacia la autosuficiencia para dejar de ser un barrio de atención especial.
El Plan de Rehabilitación Integral del Casco Antiguo de Olot había comportado una inversión de 18 M€ añadida a la inicial, de 7,4 millones de €. Una parte muy importante de esta inversión extra en el casco antiguo de Olot, unos 10 millones €, provenía de la iniciativa privada con unas 250 rehabilitaciones de viviendas y construcciones nuevas. El resto eran programas complementarios, tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento de Olot, como el trabajo en los barrios, que englobaba la mayoría de proyectos sociales, la dinamización de locales vacíos, los planes de empleo o las ayudas la rehabilitación. Aunque el Plan de barrios del casco antiguo de Olot ya estaba agotado, durante la 2ª mitad de 2011 continuaron las actuaciones del Plan de Barrios 2010-2012.
El casco antiguo de Olot se encuentra en el área central de la ciudad y consta de 2 zonas con diferente morfología y estructura edificatoria: la Vila Vella, que es el cuerpo originario de la ciudad (con un trazado irregular condicionado por la topografía) , y el ensanche de Alou, que es la nueva estructura de reedificación de la Villa Vieja (con un trazado en cuadrícula) que apareció después de los terremotos del s XV.
La situación urbanística del núcleo histórico vive un proceso de regresión, con calles tortuosas y estrechas en mal estado, sin espacios públicos ni equipamientos comunes, con una densidad edificatoria que ahoga el barrio y con los inmuebles en un estado muy precario de conservación, con riesgo de desprendimientos y deficientes condiciones de habitabilidad.
La masiva llegada de población extranjera no comunitaria con bajas rentas y escasa formación que se ha concentrado en el barrio y que ha formado guetos y el envejecimiento de la población autóctona que reside, además de la falta de actividad económica y la regresión urbanística comentada anteriormente hace que el núcleo antiguo de Olot sea un barrio de atención especial con la necesidad de un proyecto de intervención integral que lo recupere tanto física como social.
El proyecto de intervención integral que se plantea consta de las operaciones:
- Pavimentación de las calles del barrio con colocación de arbolado, mobiliario urbano y contenedores de recogida selectiva con prioridad para peatones. Sustitución y/o reparación de todas las redes de servicios urbanísticos.
- Rehabilitación de los elementos colectivos de los edificios mediante la reparación de cubiertas y fachadas.
- Dotación importante para comprar suelo, expropiación y derribo para creación de zonas verdes, apertura de calles y esponjamiento del barrio incluida la urbanización y ajardinamiento.
- Adecuación de locales para uso de equipamientos de barrio y adquisición de suelo para equipamientos colectivos y zona verde Can Sacrest.
- Programas sociales de dinamización de la actividad comercial (modernización de establecimientos), acciones para fomentar la igualdad de género, programas de fomento del empleo y del fomento de la integración social y cultural.
El Ayuntamiento de Olot aprobó inicialmente, en el Pleno del día 18.7.2002, el Plan de ordenación urbanística municipal (POUM-2003) que es la Revisión del Plan General de Olot 1982, que durante20 años ha regido el urbanismo de la ciudad.
La situación actual, diferente a la de 1982 tanto las características de sociedad olotina y la estructura económica de la ciudad, como por la elevada interrelación entre los municipios del entorno de Olot y por la consolidación del Parque Natural de la zona volcánica, requiere un nuevo instrumento urbanístico que fuera útil para la ordenación de la ciudad en los próximos años.
Es por estos motivos que el Ayuntamiento de Olot, en el Pleno de 27.1.2000, acordó iniciar la Revisión del Plan General de Ordenación Urbana y que en mayo de 2001 fueron sometidos a información pública los estudios y trabajos previos, así como los criterios y objetivos generales del nuevo Plan de Acción Local para la Sostenibilidad (PALS), pero también estudios sectoriales específicos como el Plan de Movilidad.
Finalizada la elaboración del Plan de Ordenación Urbanística Municipal de OLOT-2003, con los diferentes documentos que lo contenían, y efectuada su aprobación inicial por el Pleno Municipal, se abrió un período de información pública para que los interesados pudieran presentar sus observaciones, alegaciones o consideraciones.
Una vez analizadas las observaciones y efectuadas en su caso las modificaciones correspondientes, el documento fue aprobado provisionalmente por el Ayuntamiento en fecha 27.3.2003, y enviado a la Comisión Territorial de Urbanismo de Girona, la cual en fecha 18.6.2003 aprobó definitivamente, supeditando la publicación en el DOGC a la presentación de un texto refundido que incorporara determinadas observaciones.
En fecha 25.9.2003 la Comisión de Urbanismo dió la conformidad al texto refundido, y quedó pendiente la publicación del acuerdo en el DOGC.
Hoy Olot tiene un parque de 14.861 viviendas y una población de 34.194 habitantes.
«…Las respuestas a los desafíos urbanos actuales son complejas y multidimensionales y por ello requieren una mirada integral. En esta línea las directrices para el nuevo periodo de financiación europea 2014-2020 pretenden impulsar el Desarrollo Urbano Sostenible Integrado en Europa: “El FEDER apoyará, mediante programas operativos, el desarrollo urbano sostenible a través de estrategias que establezcan medidas integradas para hacer frente a los retos económicos, ambientales, climáticos, demográficos y sociales que afectan a las zonas urbanas, teniendo en cuenta al mismo tiempo la necesidad de promover los vínculos entre el ámbito urbano y el rural”.
Olot piensa su Estrategia en los valores del Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado. Es por ello que su enfoque tiene en cuenta los siguientes valores: la comprensión de las realidades de la ciudad; la visión integral y el trabajo transversal; la concertación social, económica, política…»
Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado de Olot. Dic 2016
«…La materialización de una hoja de ruta a seguir constituye uno de los elementos centrales de la regeneración urbana integral de un barrio. La definición de un marco de objetivos a corto, medio y largo plazo, y la concreción de un conjunto de actuaciones integrales para alcanzar dichos objetivos son el resultado del intenso trabajo que durante casi un año hemos estado desarrollando en el Casco Histórico de Olot. Un marco estratégico desarrollado a través del trabajo técnico y de un proceso de trabajo con agentes en el que se han involucrado técnicos municipales, representantes políticos, colectivos sociales, vecinos y comerciantes, tanto del propio barrio como del conjunto de la ciudad.
El resultado de todo este trabajo queda ahora reflejado en el Plan Integral de Acciones de Mejora (PIAM) del Nucli Antic, un documento que incluye más de 90 acciones estructuradas en 39 propuestas que abordan la transformación del centro urbano de este municipio catalán desde una perspectiva integral y participativa…
Paisaje Transversal. Negociación urbana para la transformación colectiva
El urbanismo social participativo ha encontrado un espacio de laboratorio en Olot de la mano de Paisaje Transversal. Hacer que los gobiernos locales y los grupos de la oposición se impliquen en un proyecto colectivo de regeneración urbana y escuchen y trabajen con los vecinos, comerciantes, niños, jóvenes y mayores, aprobar un plan conjunto de medidas y empezar a ejecutar las primeras, un proyecto de largo recorrido que empieza a dar sus frutos. Nuevos tiempos urbanos.
Y no se debe dejar de citar el éxito internacional del Pritzker 2017, para RCR Arquitectes concedido a Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, quienes desde Olot, ofrecen con una especial sensibilidad, el minimalismo y una mirada a la belleza de lo natural en sus proyectos merecedora del Gran Premio internacional de arquitectura.
Destacable su amplia historia, con sus valles y crestas, y mas recientemente la actitud de una gobernanza pro ciudad y sus ciudadanos, marcados desde el origen de los tiempos por una orografía singular, y un territorio de paisajes exclusivos. Un trabajo concienzudo y una voluntad generosa le permitirán enfrentarse a los retos con sólidos fundamentos, de la «estigmatización al paradigma», casi nada. Por que esa es la acción-reacción vital.
Felicitaciones. A seguir en el empeño. Los éxitos están en el camino.
Cada mercado es local.
Cada municipio tiene su singularidad.
Cada municipio se retrata en su parque residencial.
Seguiremos analizando en próximas entregas los 350 municipios mayores de España