Estos gráficos representan el Parque Residencial del municipio de PONFERRADA, León
Son los Bienes Inmuebles matriculados en el Catastro, clasificados por año de inscripción y por tamaño.
Cada barra horizontal representa una década, siendo la más reciente la inferior (2010′), y la más antigua la superior (1900-1909).
Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).
La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto para la obtención de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente: la configuran personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de viviendas que constituyen la demanda encubierta de una zona y que se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores pero que todavía no han constituido un hogar.
Son datos fríos, sin cocinar.
Información para la toma de decisiones.
Información para el conocimiento.
Ponferrada es un municipio de 283,17 km2 y ciudad de España, capital de la comarca de El Bierzo, en la provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León. Ponferrada se encuentra en la confluencia de los ríos Sil y Boeza, en el extremo este de la llanura berciana, y en el noroeste de la provincia de León. La altitud media de la ciudad es de 512 msnm.
El municipio de Ponferrada comprende, además de la ciudad de Ponferrada, a otras 33 entidades singulares de población. Algunas de ellas, 17 en total, son, a su vez, entidades locales menores. El municipio anexionó los términos municipales de San Esteban de Valdueza en 1974 y de Los Barrios de Salas en 1980, ambos integrados por muchos pueblos. Los núcleos de población que forman parte del municipio de Ponferrada son los siguientes: Bárcena del Bierzo, Bouzas, Campo, Carracedo de Compludo, Columbrianos, Compludo, Compostilla, Cuatrovientos, Dehesas, Espinoso de Compludo, Flores del Sil, Fuentesnuevas, Lombillo de los Barrios, Manzanedo de Valdueza, La Martina, Montes de Valdueza, Otero, Ozuela, Palacios de Compludo, Peñalba de Santiago, La Placa, Ponferrada, Rimor, Salas de los Barrios, San Adrián de Valdueza, San Andrés de Montejos, San Clemente de Valdueza, San Cristóbal de Valdueza, San Esteban de Valdueza, San Lorenzo, Santa Lucía de Valdueza, Santo Tomás de las Ollas, Toral de Merayo, Urbanización Patricia, Valdecañada, Valdefrancos, Villanueva de Valdueza, Villar de los Barrios
El Sil atraviesa la ciudad de noreste a sur, hasta el barrio de la estación, donde une el caudal del Boeza, y el río comienza a seguir la falda del monte Pajariel, en dirección hacia el oeste. El río se encuentra canalizado a su paso por la ciudad, existiendo paseos y jardines junto a su ribera, que empiezan a la altura de La Fuente del Azufre, una antigua central hidroeléctrica actualmente abandonada, y terminan en el barrio de Flores del Sil. Existen varios puentes y pasarelas para salvar el Sil a su paso por la ciudad, siendo los más recientes una pasarela que une al barrio de la estación con el monte Pajariel y el Puente del Centenario, que permite una nueva unión entre la parte alta de Ponferrada y el barrio del Campo de los Judíos con la zona de Compostilla y las huertas del Sacramento. Hay que destacar que el Sil divide a la ciudad en dos partes, y que este hecho unido a la orografía ponferradina, hace distinguir a la zona antigua de la ciudad como la Zona Alta.
Además, el municipio es atravesado por otros ríos. Es el caso del río Oza, que nace en los Montes Aquilanos, atravesando varios pueblos del sur del municipio, que integran el Valle del Oza, como son Montes de Valdueza, San Clemente de Valdueza, Valdefrancos o San Esteban de Valdueza. El río vierte sus aguas al Sil tras pasar el pueblo de Toral de Merayo. Un afluente del río Oza es el río Valdueza, que pasa por el pueblo de Villanueva de Valdueza, desembocando en el Oza cerca de San Esteban.
De la Fuente del Azufre salen dos canales, uno de ellos destinado al riego, el Canal Bajo del Bierzo, que lleva agua procedente del Sil hasta Carracedelo, pasando en Ponferrada por los barrios de Compostilla y Cuatrovientos. El otro canal, el Canal de Cornatel, que lleva agua del Sil hasta la presa de Campañana, en Carucedo. El canal de Cornatel atraviesa la parte alta de Ponferrada soterrado, saliendo a la luz en un tramo muy próximo al casco antiguo, para luego volver a soterrarse, cruzar el Boeza y volver a desaparecer en las cercanías de Otero.
El río Sil y la montaña condicionan una geografía peculiar y compleja, con alturas que varían desde los 2135 metros de la Silla de la Yegua a los 450 metros en la vega de Dehesas. El castillo Templario y el Conjunto Histórico que materializan la vieja población, con el Camino de Santiago que la atraviesa, hablan de un proceso histórico de urbanización en el que lo urbanizado compacto se mezcla con los tejidos urbanos dispersos en la vega, y donde las instalaciones de la poderosa industria energética contrastan con minúsculos núcleos de población encajados en los Montes de León, a veces enclaves casi aislados como los que rodean al cerro de Compludo. Estamos por lo tanto ante un espacio rico y diverso que exige un esfuerzo preciso de comprensión, fundamento de cualquier propuesta.
En sus 283 Km2 y con 37 núcleos de población, en el municipio de Ponferrada se distinguen tres realidades; la ciudad, la vega del Sil, en interferencia con la primera, y la montaña, cuyos piedemontes llegan a la ciudad bajo la forma de accidentada campiñas pobladas de viñedos, bosquetes, pastos y monte bajo. Apenas el 10% de la superficie del término está compuesta por tierras labradas. Los bosques y pastos ocupan el 67% de la superficie del término, algo que ya nos da razón de un municipio cuya densidad media es apenas de 230 habitantes por Km2, concentrada en poco más del 12% de su superficie.
Las mayores referencias documentales y bibliográficas sobre el origen de la ciudad son de época Medieval. Tradicionalmente, su fundación se ha fechado en torno al 1082, si bien a comienzos del siglo XIII el rey Alfonso IX se tribuye la repoblación de la misma. Parece ser que la destrucción o desaparición de un puente sobre el Sil, entre Compostilla y Santo Tomás, motivó al Obispo Osmundo a la construcción de un nuevo puente, el pons ferrata que aparece citado en la documentación histórica, y a la edificación de la hoy desaparecida iglesia de San Pedro, donde se origina el núcleo de la Puebla. Esta fundación no es más que un nuevo núcleo de población articulado sobre el Camino de Santiago, que se añade a los ya existentes, pues parece que el sistema de población que dio origen a la actual ciudad estaba constituido por barrios dispersos o colaciones, en torno a parroquias ubicadas junto a puentes o caminos. Así, encontramos referencias al núcleo de Puente Boeza, en torno a la iglesia de San Nicolás. En definitiva burgos, puentes y fortalezas hicieron posible el asentamiento humano Inter Sile et Boeza, dando lugar a la creación de una villa cuyo nombre nace de las características físicas de un puente, siendo la génesis del poblamiento posterior del casco urbano de la villa, que se sitúa entre San Andrés, el castillo y la Iglesia de la Encina. Su desarrollo creció a expensas del desplazamiento de los anteriores, con una clara vinculación a actividades comerciales y artesanales, desarrollando una activa vida urbana, gracias a la aparición de una incipiente burguesía en el espacio de una o dos generaciones, que junto a la gran actividad que origina el Camino de Santiago, tendrá una gran repercusión en el urbanismo de la localidad.
El apogeo templario figura como una de las señas básicas de la identidad medieval berciana. Se sabe que en 1178 se hallan los Templarios en la ciudad. Desde esta fecha en la que Fernando II dona la villa a la famosa Orden Militar del Temple y hasta 1312 que la abandonan, El Bierzo y Ponferrada estarán vinculados a los «freires del temple». Esta legendaria Orden tendrá en el Castillo su último reducto en España, y junto a los de Cornatel, Sarracín, Aguiar y Balboa serán el testimonio de su pasado esplendor en estas tierras. Parece ser que la expansión urbana es muy rápida a finales del siglo XI y durante todo el siglo XII, hasta el punto que desbordará este primer recinto amurallado, produciéndose una ampliación del mismo hacia el sur y este.
Los siglos bajomedievales (XIII, XIV y XV) completarán la expansión y especialización urbana, donde la función comercial, la pequeña industria artesana y la actividad urbana, serán celosamente defendidas por una clase burguesa, inmersa en los avatares políticos de una clase dominante, que estará representada por diferentes nobles cortesanos que rivalizan por detentar el Señorío de Ponferrada. Al abandonar en 1312 la ciudad definitivamente los templarios, se va a desatar una pugna de intereses y de ambiciones por ocupar el espacio de poder que deja la Orden Militar y apoderarse de sus múltiples posesiones patrimoniales.
Durante el siglo XV la fortaleza templaria pasó a depender de Doña Beatriz de Castro, condesa de Lemos, casada con Don Pedro Álvarez de Osorio, Señor de la Cabrera; a ellos se la disputarán reiteradamente, aunque sin grandes éxitos, otra serie de personajes como los Manríquez, por lo que a la muerte en 1483 de Álvarez de Osorio se va a producir una gran disputa sobre la herencia entre su hija, apoyada por el Conde de Benavente, y un nieto bastardo D. Rodrigo Osorio, que terminará ganando la causa, hecho que no impedirá la intervención en la querella de los Reyes Católicos, que al fin recuperaron la villa para la Corona en el año 1486.
Al comenzar el siglo XVI parece que la vida urbana entra en un claro estancamiento, al producirse la rotura del eje económico que representaba el Camino de Santiago. Las peregrinaciones en esta época continúan perdiendo peso y el comercio en estos momentos se hace más extensivo y no tan canalizado, por lo que la ciudad vio decrecer su papel de centro especializado de rango superior (al estar en una importante ruta comercial) y pasar a convertirse en un núcleo de carácter meramente regional, simple lugar de intercambio, a través de mercados y ferias como función más representativa.
Los siglos XVII y XVIII van a suponer un cambio importante en la morfología urbana con la construcción y renovación de muchos edificios; la villa acentúa su papel de área central de la comarca, ofreciendo una mayor concentración de actividades y adquiriendo prestigio a través de sus ferias de ganado y frutos.
Al comenzar el siglo XX, Ponferrada es un núcleo pequeño, de apenas 3.000 habitantes, pero a partir de los primeros años inicia un relanzamiento progresivo y en algunos momentos un crecimiento acelerado, que le llevará a ocupar, avanzado el siglo, el rango de ciudad de tamaño medio en relación al conjunto urbano español.

1919 Ponferrada -IGN
Porque el crecimiento más acelerado de Ponferrada se produce entre 1910 y 1920 y entre 1940 y 1950, cuando se superan los 20.000 habitantes. Entre los años 20 y 60, con el despliegue de la actividad minera y con la consolidación de grandes industrias, sobre todo MSP y más tarde ENDESA, se crea un cinturón de suelo industrial inmediatamente contiguo a La Puebla, y entre ambos se condensa el primer crecimiento urbano. Alrededor de este cinturón industrial, espacio del motor económico y del crecimiento de la ciudad, y sobre la base del poblamiento histórico de la vega y de los corredores definidos por las vías de comunicación –el tridente que desde el municipio penetra en la comarca-, se irá configurando un desordenado conjunto de núcleos de población con crecimiento al compás del desarrollo económico, mezclándose la actividad industrial con la agraria.
Los años 60′ ponen de manifiesto que las industrias dominantes en Ponferrada ya no aumentan el empleo al intensificar su producción. La intensificación del capital vía mecanización del trabajo permite producir más con reducción de empleo. El excedente laboral que se genera no tiene muchas oportunidades de empleo en la industria local que desde 1975 entra en crisis en sectores como el metálico («Sicalor» y «Talleres Canal»). Muy grave va a ser el cierre de los dos cotos férricos: Vivaldi (1977) y Wagner (1982). La crisis en el sector minero-metálico afecta con dureza a El Bierzo y a Ponferrada. La industria del carbón, al diversificarse las fuentes energéticas del país con un petróleo barato, disminuye su producción aunque no tanto como sus puestos de trabajo. Cambio importante es que pasa a estar muy vinculada a la demanda de las térmicas de Compostilla. En efecto, la producción eléctrica no deja de aumentar. Finalizada Compostilla I en 1957 con la entrada en servicio del IV grupo, se pone en marcha el nuevo proyecto de térmica: Compostilla II. El grupo I funciona en 1961, el II en 1965 y el III en 1972. Es decir, ENDESA es un cliente de la industria del carbón en constante expansión. La plantilla de la empresa es relevante y supera para 1972 los 800 puestos fijos. La falta de alicientes que la producción carbonífera sufre a mediados de los 70′ queda superada cuando por efectos del encarecimiento del petróleo se aumenta la potencia instalada de origen térmico.
Se produce así una desagregación formal y funcional de lo construido muy difícil de corregir, algo que ha de asumirse como característica del Bierzo. Porque el rápido crecimiento económico genera un crecimiento urbanístico también rápido y anárquico. Pronto se colmata el espacio entre la ciudad histórica y el espacio industrial, sobre los ejes de comunicación, formándose un ensanche urbano compacto a partir del arrabal de La Puebla. A la vez y en la periferia se desarrollan barrios residenciales espontáneos, como Cuatrovientos, Flores del Sil, La Placa y Compostilla, hacia Columbrianos, simulutáneos a algunas actuaciones residenciales públicas o de las grandes empresas, muy próximas a la ciudad consolidada: poblado de MSP, poblado de ENDESA en Compostilla, viviendas de la Obra Sindical del Hogar. Los barrios periféricos se van progresivamente fundiendo con los núcleos rurales más próximos, con Columbrianos y San Andrés de Montejos, con Fuentesnuevas, con Santo Tomás encajado al lado del Sil y de la siderurgia Roldán, y en un largo corredor desde el Temple, con Dehesas.
Sin embargo los pueblos próximos del sur, como Toral de Merayo, San Lorenzo, Otero y Campo mantienen un perfil rural. Se forman así realidades urbanas mixtas –residenciales, agrícolas, industriales- muy heterogéneas. Estamos ante una historia de urbanización rápida y hecha a golpes, reconocible en los heterogéneos tejidos edificados actuales. Este desarrollo urbano espontáneo, desagregado y ajeno al planeamiento ha marcado el pasado reciente de Ponferrada y condiciona su futuro.
El cambio se inicia desde que en 1918 se crea la empresa MSP, Minero Siderúrgica de Ponferrada. Comienza entonces a conformarse la vigorosa ciudad media que Ponferrada es ahora, desde su origen con un perfil industrial de raíz minera y marcado por la generación de energía. Pero este perfil ha impuesto grandes cargas al proceso urbanizador. La morfología de Ponferrada ha estado condicionada por las 270 Has. que la MSP adquiere prácticamente desde su origen y contiguas a la Puebla, y que formaban un arco desde el Sil hasta el entorno del ferrocarril y de su Estación, instalada en 1882. Hoy la gran transformación urbana en curso está teniendo de hecho lugar todavía en estos espacios “interiores”, una vez eliminada la otrora conocida montaña de carbón que dotaba de un específico perfil minero y oscuro a la ciudad. Esta transformación está articulada por el desarrollo del sector denominado de “La Rosaleda”. Una acción que puede considerarse excesiva si se mira sólo a la densidad de lo construido, pero que adquiere una condición mucho más positiva si se contempla el logro alcanzado al eliminar la montaña y al recuperar el continuo urbano con la posibilidad de introducir un esfuerzo capaz de recomponer la relación con el disperso sistema de núcleos. El perfil minero había impuesto en Ponferrada una condición de ausencia de calidad medioambiental que el Municipio aspira hoy a corregir.
El tejido urbano de Ponferrada manifiesta por lo tanto un proceso de urbanización heterogéneo, muy complejo de describir y dirigido desde la acción pública sólo en parte, con numerosas operaciones de desarrollo casi autónomas y con la posterior consolidación difícil de los “vacíos interiores”. Un simple paseo permite verificar esta compleja diversidad en lo edificado.
En 1921 se aprueban las Ordenanzas Municipales de Construcción, tras un lento proceso que intenta dar respuesta al primer gran fenómeno de crecimiento urbano, ya enunciado. En 1933 se aprueba el Plan de Ensanche, que consolida el crecimiento de La Puebla, sobre todo hacia la Estación de Ferrocarril. Se trata de un documento pronto insuficiente. Se comienza a consolidar un modo de hacer urbano denso y congestivo, sobre calles trazadas esquemáticamente, sin espacios libres y con escasez de equipamiento urbano. En 1949 se aprueba un nuevo Plan de Ensanche y Reforma Interior, que se aplicará al lado de unas Ordenanzas Municipales de Construcción aprobadas en 1952. Estamos en el momento de gran expansión urbana asociada al gran incremento de la actividad minera y a la consolidación de la industria energética. Aquí la necesidad de viviendas activa las estrategias que caracterizaron la posguerra española: se realizan viviendas públicas (unas 1.600 hasta 1956), por diversos promotores oficiales, como el propio Ayuntamiento, la OSH y el INV, o viviendas corporativas, entre las que destacan los poblados de ENDESA (verdadera joya de o producido en aquel tiempo) y de la MSP. Sin embargo es mayor el número de viviendas que se realiza por promotores privados. Ya con el nuevo marco legal, la Ley del Suelo de 1956, se realiza un primer Plan General de Ordenación Urbana –PGOU- aprobado en 1964.
Urbanísticamente Ponferrada no es un buen ejemplo de ciudad donde se haya tenido gusto, buscando el equilibrio y la estética más elemental. Se ha construido mucho en poco espacio y con excesiva altura de los edificios. Los limitados objetivos de los planes de ordenación urbana se han incumplido. El de 1963 apenas desarrolla algún Plan Parcial. Las licencias individuales y las parcelaciones imperan. En cambio, es el Plan que acaba con las ricas huertas de la Ribera del Sacramento al transformarlas en un polígono residencial en el que los servicios educativos y de justicia tienen relevancia. El Plan declaró los pretendidos terrenos industriales de MSP como reserva urbana y es la primera figura de planeamiento que recoge todos los barrios de la ciudad
El modelo de crecimiento a golpes se consolida y fragmenta al incrementarse los operadores, produciéndose un tipo de ciudad dominada por una edificación residencial densa y sin servicios, es decir, se genera una sistemática carencia de espacios libres públicos y de dotaciones urbanísticas, a la vez que se consagra un viario ineficiente y congestionado, al estar exclusivamente dimensionado desde cada operación particular y al sobrecargar las vías principales, cuyo origen está en las travesías urbanas y en sus precarias interconexiones: hasta 1975 no entra en servicio el 2º puente, el de Ojeda, que da continuidad a la actual Avenida del Castillo. En 1977 se aprueba un nuevo Plan General de Ordenación Urbana-1977, plan que se encuentra con una situación ya muy difícil y que no puede resolver los espacios ligados a la MSP. Sin embargo este plan se apoyaba en una expectativa de gran crecimiento urbano, apoyado en crecimiento demográfico y cuya única estructura de soporte era un nuevo y complejo sistema viario, de difícil viabilidad. Este plan propio de un concepto expansivo de la actividad constructiva, facilita una expansión inmobiliaria desarticulada e intensa (casi 4000 viviendas hasta 1985), pero con un crecimiento de población desacorde, de apenas 4.000 personas en el mismo periodo, una vivienda por cada nuevo habitante.
PGOU Ponferrada – Ordenación del Término
Los problemas urbanísticos de la ciudad acumulados hasta la década pasada se han limitado apenas en aspectos como alumbrado público, servicio de aguas, asfaltado de calles e incluso en aumento de parques y jardines. Es decir, las infraestructuras y servicios más elementales. Perviven los problemas estructurales de una ciudad de aluvión y hecha de forma improvisada. Prosigue la incomunicación de los barrios, no hay principio de red viaria básica que descongestine el centro. Los ríos Sil y Boeza son cloacas a su paso por la ciudad y los puentes que los franquean resultan insuficientes. La Parte Alta de la ciudad tiene en el Casco Histórico el lugar de mayor valor cultural. Pero las zonas residenciales más valoradas se localizan en el Campo de la Cruz o polígono de Las Huertas. Hoy la renovación de la vivienda es intensa en todo el casco urbano y se vive un interesante proceso de mejora ambiental de la mano de esta renovación. La mala vivienda de décadas pasadas está siendo sustituida incluso en los propios barrios, que han experimentado meritorias mejoras en su paisaje.
En 1989 se aprueba el Plan General de Ordenación Urbana, cuyos documentos principales se presentan en 1985. Se trata de un plan responsable que trata de resolver los problemas creados por el concepto de desarrollo urbano carente de equidad del plan anterior. El plan trata de limitar el crecimiento y plantea la recalificación rehabilitadota de los terrenos de la MSP, ya infrautilizados o abandonados. Algunos autores han destacado que el principal error de este plan fue el “achicamiento de la red viaria”, algo que ha generado grandes problemas de comunicación interior (más bien, algo que no ha resuelto los existentes, en permanente incremento). Otro problema ha estado en la definición del límite del suelo urbano, que bordeaba lo consolidado en su día, sin tener en cuenta los efectos de la estructura normativa propuesta y que ha facilitado la construcción de numerosas viviendas en suelo no urbanizable.
En el año 2000, tras un largo proceso de tramitación, se aprueba el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo, con el que se ordenan 30 ha del espacio histórico de la ciudad. Importante es en el municipio la adecuación del espacio urbano para la industria, con el intento de reconducirla hacia espacios bien servidos. Además de la colaboración en el nuevo polígono en Cubillos del Sil (extensión prevista de 225 Ha), el Ayuntamiento ha fomentado un polígono industrial interior (Parque Industrial El Bierzo), en la Avenida de Galicia, así como el más desarticulado de Montearenas y su ampliación con el polígono de La Llanada, al norte de la A-6. Además en los espacios vinculados y adyacentes a la estación de mercancías, y la central de camiones, se está planteando un Centro Logístico intermodal.
Comprobamos también como desde finales de la década de los 80′ y a lo largo de la última década Ponferrada ha tratado de resolver sus déficits históricos en equipamientos urbanos (de rango local, pero también de rango comarcal y regional), y de recursos viarios que soporten con mayor solvencia la movilidad interior y garanticen la conectividad entre las diferentes partes de la ciudad. El nuevo Campus Universitario y el parque del Temple, el museo del Ferrocarril o el nuevo centro comercial, son ejemplo de lo primero. La rehabilitación del paseo Pérez Colino o el nuevo puente en construcción son muestras de lo segundo. Sin embargo se trata de tareas todavía en proceso. Un nuevo plan se enfrenta de nuevo a la tarea de reconducir lo existente hacia un sistema urbano mejor estructurado y mejor servido. Para ello nos encontramos con la dificultad que imponen unos tejidos urbanos a veces muy densos (en La Puebla, al norte del casco antiguo, en el Temple…), y otras veces apenas conformados en sus límites. En este sentido los principales problemas estructurales los encontramos en los barrios surgidos en la vega y a lo largo de las carreteras, tal y como hemos avanzado.
El desarrollo de la actividad minera desde comienzos del siglo XIX reestructura el sistema urbano de la comarca, distanciando progresivamente a Ponferrada de los otros núcleos relevantes, sobre todo de Villafranca, que tiende a estancarse, y de Bembibre. La fuerte inmigración que tiene lugar en los años 50′ y 60′ del siglo XX consolida una redistribución de la población, aglutinando en los núcleos de la Hoya, sobre todo en la parte baja del valle del Sil, a la mayor parte de la gente e incrementando sin pausa la condición de centro de gravedad de Ponferrada. A la vez se produce un continuo despoblamiento de las zonas montañosas.
Ponferrada es el punto de cruce no sólo de la tela de araña de redes de transporte que estructuran la comarca del Bierzo, sino que es un lugar clave en la línea de fuerzo que define la A/N-6, lugar de encuentro con el oeste inaccesible de Asturias, a través de Villablino por el corredor del Sil, y nodo que con el desarrollo de la nueva autovía hacia Orense puede servir de puente hacia Portugal por la Galicia del sur. Ponferrada es una ciudad media cuya posición central en el cuadrante noroeste de la península y su rango-tamaño la dotan de unas cualidades claras para la intermediación en los flujos territoriales y para su consolidación como centro de servicios en un ámbito que trasciende los límites de la Comarca del Bierzo. A una distancia mayor de 100 Km por carretera de la capital provincial, León, sin ningún centro urbano en su entorno que se aproxime a su tamaño y sin duda muy asentada en el corazón del Bierzo, Ponferrada establece la centralidad de un amplio y complejo territorio, repleto de poblaciones menores, carentes de servicios y vinculadas a economías en decadencia, salvo las que se asientan en la hoya del Bierzo, con una geometría estructurada por nuestra ciudad, caracterizadas por su singular dinamismo.
En su alfoz, directamente dependiente (Cabañas Raras, Cacabelos, Camponaraya, Carracedelo, Cubillos del Sil, Molinaseca o Villadecanes, entre otros), llegamos a unos 80.000 habitantes con relaciones funcionales directas. Ello nos permite hablar de un complejo urbano rural, casi conurbado, sobre todo entre Bembibre, la ciudad y Villafranca, en donde lo rural y lo urbano se mezclan de manera vital. Recordemos que Ponferrada es el tercer centro manufacturero de la Región, en un contexto de actividad económica dinámico y con una rica producción agropecuaria
La adaptación del PGOU a la Ley 5/1999 y a su Reglamento de Urbanismo RUCyL, supone el ajuste y actualización del único instrumento de planeamiento general vigente en el municipio su PGOU Definitivamente Aprobado el 28/11/1989. El marco urbanístico estable de Ponferrada es pues este PGOU vigente desde 1989, documento sobre el que se han producido en la última década toda una secuencia de Modificaciones Puntuales, pero que sigue siendo el único instrumento de Planificación General existente, definidor del modelo territorial y de la ordenación general del término municipal. El municipio tiene también aprobado un Plan Especial para su Conjunto Histórico central, vigente desde enero de 2001, un instrumento eficaz y técnicamente solvente, que en su temprana aplicación está generando resultados de mejora y rehabilitación en el Casco Antiguo muy positivos.
Ponferrada tiene un término que por extensión, complejidad y heterogeneidad territorial, consecuencia de los condicionantes del medio físico y del poblamiento, ha ido generando un modelo urbano “descentralizado dependiente”, como establece la Memoria del Plan vigente. La crítica que planteaba el PGOU del 89 al “modelo centralizado” del PGOU del 77 conducía a la corrección de dicho modelo con el objetivo central de acercarlo a la lógica consolidada de ocupación territorial. Se consideraba entonces que el Plan revisado tenía un enfoque “desarrollista” y el PGOU del 1989 se presentaba con una lógica de cierta contención del crecimiento urbano.
Las previsiones de crecimiento que el PGOU vigente establecía en el horizonte de 1996 suponían la creación de unas 4.000 nuevas viviendas, 1.946 viviendas en suelo urbano no Consolidado, (10 U.A.). En S. Urbanizable se programaban dos sectores, en 2 P.P. residenciales que sumaban 224.800 m2, que con densidades medias de 30 y 50 viv/Ha. suponían crecimientos de 903 viviendas. El resto se planteaba como crecimiento en disperso en la periferia del S. Urbano. Las estimaciones demográficas para Ponferrada incluidas en el PGOU partían de un padrón de 59.072 habitantes en 1986, estableciendo por dos procedimientos un horizonte de crecimiento para el 1996 que llegaba en su estimación máxima a los 70.116 habitantes, -previsión sobre la que se apoyaron los cálculos de viviendas y necesidades dotacionales –. Recordar que Ponferrada contaba en 2003 con una población de derecho de 64.010 habitantes, y hoy en 2015 son 66.884 habitantes.
La ciudad de Ponferrada protagoniza en este siglo cambios tan profundos que pasa de simple villa tradicional a ciudad de relevancia en la región. La industria fue hasta mediados de los años 60′ la base de su crecimiento y transformación pero desde entonces remite su peso para iniciarse un proceso de crecimiento y diversificación de los servicios aún no concluído. Su reciente historia es, en parte, la vertiente más vital y dinámica del potencial económico de las tierras del Bierzo.
Hoy Ponferrada tiene una población de 66.884 habitantes, y un parque residencial edificado de 31.877 viviendas, de las cuales 1.987 son unifamiliares representando el 6,23% del total. Aún hay más de un 15% de las viviendas del parque residencial actual edificado anteriores a 1960′, y un 10% de los 60′ (3.358 viviendas), de los 70′ un 15% (4.782), de los 80′ un 13,3% (4.358 viviendas), de los 90′ (4.557 viviendas), y en la década prodigiosa se levantan la friolera de 9.175 viviendas (casi un 30% del parque de viviendas total).
«…El desarrollo equilibrado del urbanismo del municipio, con especial atención al medio rural, y la implicación de Pongesur en proyectos que creen empleo…» son planteamientos que con el tiempo resisten o no, pero no bastan. La transparencia en la gestión, la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre la ciudad que los ciudadanos han decidido que gestionen los gestores, si son planteamientos más concretos. Las empresas municipales (con o sin pérdidas) son para gestionar mejor, y sino es así, no hacen falta. Los problemas ya citados como conexiones entre barrios, calidad medioambiental, transparencia, defensa del patrimonio, industrial y no industrial son defensa del territorio y sostenibilidad.
Cada mercado es local.
Cada municipio tiene su singularidad.
Cada municipio se retrata en su parque residencial.
…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España.