SANTIAGO DE COMPOSTELA, según Catastro, a 1.1.2015 por tamaño y fecha.

tabla SANTIAGO DE COMPOSTELA edad+tamaño edificaciontabla SANTIAGO DE COMPOSTELA  2.121996e-314dad+tamaño edificacion

Estos gráficos representan el Parque Residencial de SANTIAGO DE COMPOSTELA, La Coruña.

Son los Bienes Inmuebles, de uso VIVIENDA, matriculados a 1.1.2015, clasificados por tamaño y fecha de inscripción.

Cada barra horizontal representa una década, la inferior es la más reciente (2010-2014), y la superior la más antigua (<1900).

Cada color es un tamaño, del más cálido (<60 m2) al más frío (>180 m2).

La barra inferior (DELVI) representa el cálculo hecho desde Otropunto de la Demanda Latente de Vivienda (la demanda latente se configura por las personas que no tienen vivienda y que por su perfil sociológico (edad) y socioeconómico (no están en desempleo) son potenciales compradores). Es una estimación del número máximo de vivienda que constituye la demanda encubierta de una zona y se basa en las personas con el perfil de los actuales compradores de vivienda pero que todavía no han constituido un hogar.

Santiago de Compostela DELVISantiago de Compostela Piramidetabla SANTIAGO DE COMPOSTELASANTIAGO DE COMPOSTELA CATASTRO 2014-2016Santiago de Compostela INESantiago de Compostela ALQUILER

Son datos fríos, sin cocinar.

Información para la toma de decisiones.

Información para el conocimiento.


SANTIAGO DE COMPOSTELA GE3Santiago de Compostela es una ciudad y municipio de 220 km2, capital de la comunidad autónoma de Galicia, pertenece a la provincia de La Coruña.

Está situada a 65 km al sur de La Coruña y a 62 km al norte de Pontevedra. Incluye los antiguos municipios de Conxo (incorporado en 1925) y Enfesta (incorporado en 1962). La ciudad antigua es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985.

Santiago-de-Compostela.jpgSantiago de Compostela cuenta con una posición privilegiada en el contexto territorial gallego. Se encuentra situada entre los severos paisajes de la Galicia central y nórdica, sobre una pequeña colina a 260 metros sobre el nivel del mar. Está posicionada en un pequeño declive hacia el Sur y ceñida por los ricos valles que riegan los ríos Sar y Sarela. Se emplaza en el centro geométrico del triángulo formado por las cimas de los montes que la flanquean: al Oeste el Pedroso, al Nordeste el monte del Gozo-San Marcos y al Sur el alto del Milladoiro y Santa Marina.

A tenor de lo establecido en los artículos 14 y ss LSG, los núcleos de población identificados en el Término Municipal de Santiago de Compostela se clasifican en: núcleo urbano, núcleos rurales incorporados al ámbito de la ciudad, núcleos rurales tradicionales en la corona periférica de la ciudad, núcleos rurales tradicionales y de nueva creación incorporados a los corredores de Noia y del Camino Francés de Lugo y núcleos rurales existentes de carácter tradicional en ámbitos parroquiales.

1. Es núcleo urbano, la Ciudad de Santiago de Compostela.

2. Son núcleos rurales tradicionales incorporados al ámbito de la Ciudad los siguientes: Casas do Vento, Torreira (S.X. de Afora), Amio/Mallou de Abaixo/Porto do Medio (S.Lázaro), Viso-Ponte Viso-Ribeira de Viso (S. Pedro-Sar de Afora, Sar-Picaños, Lamas de Abade, Combarro, Pai da Cana (Conxo), Ponte de Rocha-Torrente y Vidán-Ponte Vella.

3. Son núcleos rurales tradicionales en la corona periférica de la Ciudad los siguientes: Paredes (San Lázaro), Romaño-Cuqueira (S. Xoan de Afora), Vite Darriba-Vite Dabaixo-Cima da Eira (S. Xoan de Afora), Angrois-Canteiras-Ponte Marsan (S. Pedro Sar de Afora), Porto-Poza Real-Rial de Conxo (Conxo) y Rocha Vella-Rocha Nova (Vidán).

4. Son núcleos rurales tradicionales incorporados a los ámbitos de ordenación de los corredores los siguientes: a. Corredor de Noia: Quintáns-Roxos (Villestro), Pedrido-Piñeiro (Villestro), Portela-Vilastrexe (Villestro), Barcia (Laraño) y Munín-Lamas. (Laraño) y b. Corredor del Camino Francés de Lugo: San Marcos (Bando) y Labacolla-Esquipa-Sabugueira-Mourentán (Sabugueira).

5. Son núcleos rurales de carácter tradicional en ámbitos parroquiales, constituidos en ocasiones por agrupación de varias entidades, los siguientes:
Parroquia de Busto: Figueira-Neiro de Arriba-Neiro de Abaixo- Vilariño-Os Torreiros-Ramelle, Currais, Castro, Barcavella. Parroquia de Berdía, Lobra, Vilar de Outeiro, Insuas, Berdía de Arriba-Berdía Estación-Quintáns- Igrexa de Stª Mariña-Espiñeira, Casanova.
Parroquia de Nemenzo: Vilariño, Nemenzo de Arriba, Nemenzo de Abaixo, A Pedra, Barreiro, Paradela de Abaixo-Paradela de Arriba, Muiños-Mallos, Chorente.
Parroquia de Marantes: Rúa Travesa-Torre-Agualada-Lameira-Cortos, Outeiro-Ramil, Marantes, Vilar y Gosende.
Parroquia de Barciela: Vintecatro-Caluba-Polveira-Valado-Sigüeiro, A Foca-Toxeira, Fonte do Torno, Barciela y Benavente.
Parroquia de Cesar: Trasvea-Candalabeira, Casas de-Arriba-Igrexa-Casal-Torre y Pousada.
Parroquia de Carballal: Lamas, Tarrio, Piñeiro, Quintáns-Carballal-Igrexa, Castiñeira Pequena.
Parroquia de Enfesta: Enfesta-Igrexa-Aldea de Abaixo-Torre-Penelas, Reboredo, Formarís, Sionlla de Arriba, Sionlla de Abaixo, Frades, Vilasuso, Piñeiro, Gunín y Forte-Ponte Sionlla.
Parroquia de Sta. Cristina de Fecha. Rioxido: Belén, Dians-Gallufe-Frenza-Lamela-Gamil.
Parroquia de San Xoan de Fecha: Igrexa, Vilar do Rei, Lamascal-Fontoade, Camouzo, Roán, Vilas y Albudiño-Ponte Vilar de Arriba-Ponte Vilar de Abaixo-Ponte Albar.
Parroquia de Grixoa: Marzo de Arriba, Marzo de Abaixo, Miramontes, Ponte, Ponte Vilar-Valiña-Vilar, Parroquia de A Peregrina, Bargo, Aradas, Pardaces de Abaixo-Pardaces de Arriba y A Peregrina-Sarela de Arriba-Queiroal.
Parroquia de San Caetano: Vilares, Escarabuñas-Son de Abaixo-Rebordaos, Balsoma, Pereiras-Barral-Garabal, Son de Arriba, Xesteira, San Silvestre y Meixonfrío.
Parroquia de S. Xoán de Afora: Vite de Arr.-Vite de Abaixo-Cima da Eira, Lermo, San Ignacio do Monte.
Parroquia de Figueiras: Piñor, Portela, Folgoso, Xulacasa-Codesedas-Correxíns-Marmancou-Pazos, Moas de Abaixo, Moas de Arriba, Brins y Coba.
Parroquia de Villestro: Reborido, Carlexo-Feans, Fraiz, Trasigrexa, Carballal y Silvouta.
Parroquia de Laraño: Pardiñas de Arriba-Pardiñas de Abaixo, Rial-Paredes-Larañiño-Rioboo-Amanecida- Santomil-Casal-S. Martín de Laraño, Casas do Monte y Coira
Parroquia de San Fructuoso de Afora: San Paio do Monte-Coira, Bar de Abaixo, Bar de Arriba y Sarela de Abaixo.
Parroquia de Sabugueira: Requesende, Castiñeira, San Paio, A Sionlla, Casais, Xan Xordo, Vilamaior y Amerelle.
Parroquia de Bando: Bando de Arriba, Bando de Abaixo, Pousada, Castro y Zarramacedo.
Parroquia de Aríns: Pena-Lobio-Sanxuás, Aramio, Fornás, Cacharela-Costa, Torrebranca, Sobríns y Igresario-Andrade-Vilacoba-Devesa.
Parroquia de Marrozos: Sixto-Corexo-Pereiras, Marrozos-Ardagán-Carballo- -Aldrei-Cañoteira, A Susana-Outeiro, Marrociños-Vixoi, Gamas, Xubrís y Veiga.
Parroquia de Eixo: Piñeiro-Bornais, Gaioso-Laranxos-Pereiras-Eixo de Abaixo, Balao y Eixo de Arriba.
Parroquia de Castiñeiriño: Casal-Outeiro.
Parroquia de Conxo: Curuxeira.

Santiago.jpgLa ciudad de Santiago de Compostela, hoy capital de la Comunidad Autónoma de Galicia, pero desde siempre capital espiritual y cultural de la región, tiene su razón de ser histórica en una encrucijada, un lugar estratégico en su centro de gravedad. En un lugar intermedio entre las Rías Altas y las Bajas (aunque más cerca de éstas), cerca de la costa, pero mirando hacia el interior, es la mitad de camino entre Vigo y A Coruña, y tiene fácil conexión con Ourense y Lugo. Esta circunstancia hizo que surgiera esta ciudad como centro de peregrinación de toda Europa, pudiéndose afirmar que debe todo lo que es a esta condición. Así pues, tanto las épocas de progreso como las de decadencia están estrechamente ligadas a los auges y declives del Camino de Santiago. Hoy en día la ciudad no es ajena a esta máxima histórica, puesto que el turismo moderno sigue siendo una importante fuente de riqueza. Junto con el turismo, las otras dos circunstancias que definen hoy la ciudad son, por un lado, ser centro político e institucional, con la Xunta de Galicia y una de las universidades de mayor solera de España, y por otro lado el hecho de ser un importante mercado, insertado dentro de una región muy rural sobre la que tiene una poderosa capacidad de convocatoria. De este modo la ciudad participa de una doble idiosincrasia provinciana y europea.

Con la llegada de la Xunta en los años ‘80, y a raíz de la celebración del Xacobeo, Santiago ha dado un salto adelante, y existe una clara voluntad por parte del gobierno autónomo de hacer de ella una ciudad emblemática. La población ha crecido, junto con el nivel de vida, con la llegada de bastantes funcionarios de fuera, y éste es uno de los factores que explican su mejora económica reciente.

Al mismo tiempo siguen existiendo una serie de zonas limítrofes de la ciudad donde se vive con carencias en las viviendas, algo no siempre ligado a unas rentas bajísimas, sino a una población envejecida, sin muchos recursos, eso sí, y con pocas exigencias. Se trata de antiguas aldeas, algúnas con historia, que envuelven una ciudad estructurada en tres lóbulos: un casco monumental -con pocos problemas-, en el centro; un ensanche burgués centrado en la Praza Roxa, hacia el suroeste; y una zona mixta, por donde llega el antiguo Camino Francés, zona popular en la que se han registrado algunas zonas desfavorecidas, al noroeste.

Desde sus remotos orígenes, son numerosas las huellas que atestiguan la antigüedad de pequeñas poblaciones romanizadas situadas en su entorno inmediato, tal como prueban los abundantes testimonios aparecidos en las excavaciones realizadas. Estos núcleos estaban unidos a los grandes foros del entonces, las ciudades de Braga, Iria, Brigantium, más el enlace oriental a Lugo por la llamada Vía Per Loca Marítima, antigua red vertebral de comunicaciones en la Gallaecia romana.

En ella tiene su sede el gobierno autonómico gallego (Junta de Galicia) y el Parlamento. Destaca por ser un importante núcleo de peregrinación cristiana, junto con Jerusalén y Roma, al señalar la tradición que allí se dio sepultura al Apóstol Santiago el Mayor. De especial importancia artística es su Catedral dedicada precisamente al Apóstol Santiago el Mayor. Es también relevante su Universidad, de más de 500 años de historia, la cual da a la ciudad un ambiente estudiantil, con 30 000 alumnos matriculados cada curso.

poblaciones.jpg

La historia de Santiago de Compostela se remonta a la prehistoria, la cultura castreña, la llegada de los romanos y, como punto de inflexión, el encuentro del supuesto enterramiento del Apóstol Santiago. A partir de ese momento la ciudad se conformará en torno al centro de poder representado por el arzobispo de Santiago y su representación física, la Catedral. El Camino de Santiago marcó desde entonces el devenir de la ciudad.

900-1040 c Santiago-de-Compostela.jpgEl alma de Santiago como ciudad nace de la supuesta Revelatio-Inventio del eremita Pelayo, en los confines del territorio del valle de La Mahía, in finibus Amaee, en las proximidades de San Fiz de Lovio; un lugar antiguamente ocupado por la necrópolis de la población del viejo castro existente en la zona, posiblemente el Callobre romano. “El descubrimiento del sepulcro del apóstol de los Occidentalia loca del universo entonces conocido, en algún momento de las primeras décadas del siglo IX, conmovió los fundamentos más profundos de la sensibilidad religiosa altomedieval del Occidente cristiano”.
900-1040 b Santiago-de-Compostela.pngEl rey astur-galaico Alfonso II muestra interés en el hallazgo. Su decisión esencial consistió en dar respuesta a la demanda de Teodomiro, obispo de Iria Flavia, preparando el lugar para establecer la vida eclesiástica en torno al edículo apostólico, organizando el culto de las reliquias que contenía. Tal providencia favorece el desarrollo estructural inicial de la futura ciudad levítica, al suceder a la modesta construcción de la primera iglesia el asentamiento de los monjes benedictinos de Antealtares y clérigos de A Corticela. Este proceso germinal termina con la construcción del recinto amurallado en la mitad del siglo XI. Nada hacía presagiar que desde la llamada “dote del rey Casto”, con la cual el rey asturiano Alfonso II disponía una delimitación espacial del recinto religioso de 3 Ha, se iban a producir las complejas transformaciones que, dos siglos más tarde, conducirían a la villa a ocupar una extensión diez veces mayor; ya como lugar evolucionado, delimitado y jerarquizado. “La participación del rey y del obispo en la construcción de la iglesia de Santiago nos garantiza la existencia de esta dotación original, que no debió ser muy distinta de la que el rey Casto había concedido años atrás a la Iglesia de Oviedo”. En tal contexto adquiere especial importancia, en tiempos del mencionado obispo, el traslado de la sede Arzobispal de Iria al lugar de culto.
El pequeño asentamiento, recinto murado del Locus Sanctus o ámbito espacial próximo al lugar de culto será el germen que conducirá, con el tiempo, a que Santiago sea considerada la ciudad medieval más antigua de Galicia, cuna del renacimiento de la España cristiana, centro simbólico del catolicismo, meta de la peregrinación del camino jacobeo como verdadero transmisor de ideas, estilos o referente cultural de la construcción europea.
900-1040 a Santiago-de-Compostela.jpgEn todo el tránsito que conduce del año 900 a 1040, el iniciático Locus se reconstruye a sí mismo y se expande colonizando el interior de su recinto murado. Entre las primeras construcciones se encuentran la nueva iglesia de Santiago, de estilo prerrománico asturiano, mandada edificar por Alfonso II a insistencia de Sisnando, que conteniendo el edículo apostólico es consagrada en el año 899. Similar camino seguirían el baptisterio de San Xoán o la Igrexa de Antealtares.
No es ajeno a este proceso el reforzamiento militar del reinado de Alfonso III, unido a la política de alianzas con la corte de Navarra. Acompañan a estos hechos el ascenso en la jerarquía eclesiástica compostelana de Sisnando, monje de Liébana, antiguo capellán del rey. A partir de ese momento la iglesia compostelana se ve acompañada de amplios favores y dotaciones, entre ellos, reedificar la basílica sepulcral, construir nuevas edificaciones, consolidar su núcleo poblacional o fortificarlo con torres defensivas. “En el arranque de la construcción de la villa, son las rentas señoriales, canalizadas hacia la cabeza del señorío, las que financian el primer gran impulso urbanizador que completó la edificación total del antiguo locus. La constitución de la villa fue la respuesta a las nuevas necesidades expansivas. La aglomeración principal, dispuesta en torno al sepulcro apostólico y cerrada por el muro o empalizada del siglo IX, recibió el calificativo de urbe y el espacio del Giro se convirtió en su suburbio”.
El ocaso del reino visigodo, la conformación del lugar como centro eclesiástico o la estructuración monárquica en torno a su fortalecimiento político-militar. Este conjunto de factores acaban conformando la hoja de ruta a seguir por las clases dominantes representadas por los reyes Alfonso II el Casto y Alfonso III. Estos hechos provocan la consolidación de fronteras y una mayor seguridad, favoreciendo la propagación del culto jacobeo y la circulación de peregrinos. En su momento se abre la posibilidad de intercambios comerciales y con ellos el establecimiento de relaciones económicas, muy potenciadas por Ordoño II, al otorgar privilegios a los nuevos mercaderes y pobladores al amparo de la naciente ciudad; punto en el que se alcanza la jerarquización de la antigua villa.
900-1040 Santiago-de-Compostela.jpgLa inestabilidad de la segunda mitad del siglo X con los reinos de Navarra y Castilla y las continuas invasiones normandas de la costa gallega, llevan al obispo Sisnando II (951-968) a reforzar las fortificaciones de la Tebaida Santiaguesa que, años más tarde, ante el ascenso del militarismo islamista, sería arrasada por Almanzor el 11 de agosto del año 997.
El Locus está globalmente asentado. Se articula a partir de su centro generador, al estructurar los suburbios de Faxeira, del Vicus Francorum, Vilar, Preconitorium y Pinario, actuales Rúas do Franco, do Vilar, do Preguntorio y entorno de la Praza de Cervantes. De igual modo también se aprecia como teje la red de caminos que lo comunican con Iria Flavia–Padrón, el Monte Sacro–Castilla, Brigantium, Finisterre o Noia y da comienzo la construcción de la muralla, que será el elemento acreditador de ciudadanía y pieza clave en el desarrollo urbano de Compostela a lo largo de varios siglos.
1150 Santiago-de-CompostelaLa considerada ciudad medieval más antigua de Galicia se desarrolla y crece amparada por dos hechos estructurales de gran enjundia: la construcción de la gran muralla del prelado Cresconio y el nacimiento de la basílica románica del obispo Diego Peláez, bajo el reinado de Alfonso VI. La evolución de la civitas Sancti Iacobi en el período que abarca los siglos XII y XIII es manifiesta por el ímpetu constructor y organizador del arzobispo Diego Gelmírez, época que tiene continuidad, años más tarde, con la actividad del arzobispo Juan Arias.
Con la llegada de Fernando I al Reino de Galicia-Castilla y León, en el siglo XI se abre una larga etapa de estabilidad y resurgimiento económico, donde la iglesia compostelana llega a disfrutar de numerosas ventajas. El recuerdo de la invasión y destrucción de la ciudad por las huestes musulmanas acaudilladas por Almanzor, en la última década del siglo X, y la presencia de la amenaza normanda por su acoso en la costa cercana gallega, provocan que el obispo Cresconio, mediado el siglo XI, proyecte y ejecute la gran muralla destinada a protegerla. Del alcance e importancia de la nueva cerca son muestra los datos referidos a distintos elementos que conforman su construcción.
El ámbito que abarca corresponde a un espacio diez veces mayor que el germinal de tres hectáreas establecido por el rey Alfonso II el Casto. Su trazado, apoyándose en el teórico foso de agua hecho antes por Sisnando II, alcanza más de dos kilómetros. Su perímetro se refuerza con torres defensivas y se sitúan puertas que se identifican con las vías foráneas a las que da frente.
Esta muralla supone un gran esfuerzo constructivo, alcanzando renombre conocido en la alta Edad Media gallega. Establece una conformación urbanística de gran enjundia que llegará hasta el siglo XIX. En su amplitud acoge la totalidad de las instalaciones religiosas existentes, el caserío de los nuevos barrios surgidos bajo su amparo y deja dentro de sí amplios espacios vacíos de función agrícola (huertas), ganadera (corrales para el refugio del ganado) o zonas abiertas. Ello explica cómo crecimientos posteriores pudieron realizarse en el interior del recinto amurallado. Si el muro defensivo tiene importancia, aún mayor será la construcción de la nueva basílica a lo largo del siglo XII, en tiempos del primer Arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez. Etapa caracterizada por el creciente ritmo que alcanza la fábrica de la Catedral, planificada en el último tercio del siglo anterior por su protector el obispo Diego Peláez. Estas obras significan la primera gran transformación de la civitas Sancti Iacobi. No son ajenos a este proceso la búsqueda de nuevos espacios capaces de acoger a sus fieles y enfatizar el poder eclesiástico en sus representaciones más emblemáticas.
1150 Santiago-de-Compostela1.jpgLa implantación de la nueva basílica afecta a las antiguas construcciones del claustro, dormitorios viejos de Antealtares y su Igrexa de San Salvador, todas ellas ubicadas al este de la Catedral en el lugar hoy ocupado por la Praza da Quintana. En similar modo influye en su linde norte, a los términos de la Igrexa Mosteiro de Santo Estevo, fundado por Sisnando, llegando a tensionar gravemente la ocupación de la capilla de A Corticela. Al Sur se elimina el viejo palacio obispal y se inicia el claustro que, a juicio de los estudiosos de la época, pronto se quedará pequeño.
El Arzobispo no llegará a ver terminada su gran obra, la muerte le alcanza cuando aún no se había construido el encuentro de la nave central con el desnivel de su borde oeste y su zócalo de acceso. De lo que quedaba por levantar forman parte las piezas de la vieja cripta, ubicada bajo las escalinatas que enlazan el templo con la Praza do Obradorio, el frente románico que podemos imaginar gracias a los dibujos conjeturales de K. J. Conant, y finalmente, el Pórtico da Gloria del maestro Mateo o su coro pétreo.
la catedral.jpgEl trazado de la basílica románica sigue el ejemplo de una iglesia de peregrinación, con planta de cruz latina y bóveda de cañón en su cubrición, patrón que se configura como referencia expresiva de un modelo espiritual y material que se extiende por todo el territorio gallego de aquel período. Por su singularidad, son numerosos eruditos los que coinciden en señalar que, en cierto modo, condiciona o impide el pleno desarrollo de otros estilos, tipos y técnicas constructivas más novedosas y ligeras. Esta circunstancia generará en todo el noroeste peninsular una deuda formal con otras expresiones arquitectónicas emergentes, alusión explícita a la poca presencia significativa y desarrollo de los arquetipos representativos de dos movimientos tan singulares como el Gótico y, en menor medida, con el Renacimiento.
La influencia de Gelmírez queda patente con la designación de la ciudad como sede metropolitana, y por tanto arzobispal, con plena jurisdicción sobre su diócesis. La labor de tan significado personaje se extiende a todos los campos: legisla modos de convivencia, potencia las actividades constructivas de la urbe y se atienden las necesidades de la población. Complementariamente a la renovación y ejecución de iglesias, Palacio Arzobispal o escuelas, se establecen nuevos trazados de calles y se intensifica la producción edificatoria residencial llegando su caserío a extenderse dentro y fuera de murallas. En idéntica tendencia renovadora se ejecutan diversas infraestructuras, entre las que destaca el sistema de abastecimiento de agua desde los montes de Vite ubicados territorialmente al Norte. Todos estos cambios afectan profundamente a su decorado urbano.
AUP20753.jpgLa localidad se convierte en lugar de acogida, en consecuencia aumenta su población yse fomentan las relaciones económicas y comerciales. Dinamismo transformador del señorío compostelano, que por entonces ya extendía su dominio más allá de su entorno inmediato, favorecido por Alfonso VI al conceder el monarca el privilegio de acuñado de moneda. Santiago se convierte en uno de los hitos preeminentes de la cristiandad, junto a Jerusalén y Roma, atrayendo a numerosos visitantes y peregrinos que, en sus relatos, nos dejaron una valiosa y rica información sobre la Villa Sancti Iacobi. De aquella época es el Códice Calixtino, documento que nos ilumina en el conocimiento de aquella sociedad, la ruta y el peregrinaje. El Libro V del Códex nos descubre cómo era la ciudad de aquel tiempo, el estado de los edificios y sus calles, la muralla y sus puertas. Suceden a este manuscrito otros con similar temática, entre ellos: la Compostelana y el Cronicón Iriense.
Mediante la epístola del Papa León y la Bula de Alejandro III, concediendo privilegios y gracias a la iglesia compostelana, se potencia el llamado Camino Francés y con ello la penetración de las influencias culturales europeas, de clara repercusión positiva en el conjunto del país y en la construcción de la vieja Europa. “La mejora económica y social observada durante los siglos anteriores se va a ver amenazada desde finales del siglo XIII donde la pérdida de cosechas, disminución de la población por la acción de la peste, y una serie de conflictos sociales, van a condicionar un nuevo orden en el cual la iglesia ve fortalecido su protagonismo”. La ciudad se abre a la Edad Moderna incrementando su privilegiada condición de centro religioso. Poco a poco se convierte en un foco de gran influencia política, social, cultural y asistencial. No son ajenas a este proceso el asentamiento en la ciudad de nobles e hidalgos, que la dotan de un cierto aroma señorial, y la incorporación o conformación de diversas instituciones que abarcan todos los campos.
En el escenario jurídico-administrativo despunta el asentamiento de los tribunales de la Inquisición, los puestos del Gobernador y el Alcalde Mayor o, puntualmente, las instalaciones de la Real Audiencia. En el sector educativo y cultural se asiste al nacimiento y evolución de aquellas enseñanzas precursoras de los estudios universitarios. Finalmente, en el sector asistencial, destaca la presencia pública de la Corona con la promoción y construcción del conocido Hospital de los Reyes Católicos, hoy convertido en parador.
1595 Santiago.jpg

1595 Santiago de Compostela

De los planos donde la muralla se representa independientemente de su caserío interior, tanto en el de 1595 como en el de 1596, destacamos las siguientes descripciones: a la derecha del plano, por el Norte, se aluden el convento de la orden mendicante de San Francisco, muy próximo a la puerta del mismo nombre; el de Santa Clara y el Hospital de San Roque, con un mínimo asentamiento de pequeñas edificaciones en el borde de los caminos que conducen a Coruña, cercanos a la Porta da Pena y a las de Algalia de Arriba y de Abaixo.
A Naciente, en el entorno del trazado del Camino Francés y su acceso a través de la denominada Porta do Camiño, se posicionan el Convento de Santo Domingo de Bonaval y Mosteiro de San Pedro de Fóra que, junto a la Igrexa de Nosa Señora das Angustias, formalizan las estructuras de sus calles vecinas. El Convento de Belvís se ubica al naciente de la ciudad. En el Sur se representa el priorato de Sar y el Mosteiro de Conxo enlazados, respectivamente, por caminos y sendas con las Portas de Mazarelos y da Mámoa. La descripción termina a Poniente, representa las Igrexas de Santa María y de Santa Susana, esta última en el castro del mismo nombre, ambas cercanas a la denominada Porta Faxeira. El monasterio franciscano de San Lorenzo de Trasoutos, más alejado de la urbe, se comunica a través de las casas de la Rúa das Hortas y de la Porta da Trinidade, próxima al Hospital Real.
Todos los estudios de la época señalan que la cerca, a pesar de su deteriorado aspecto, asumía otras funciones, entre ellas: las de control económico y fiscal en el intercambio, comercio, percepción de aranceles de entrada y de profilaxis sanitaria de la población ante las pestes. La cerca era necesaria pero significaba un lastre para la economía de la ciudad.
Distintos autores coinciden en resaltar que el panorama en todo el siglo XVII era desolador en el conjunto del Estado. La decadencia alcanzada por el Imperio español y la quiebra de su sistema político-económico en el ocaso del reinado de la Casa de Austria en España fue patente. La traducción de la crisis se expresó en los fuertes incrementos de impuestos, la falta de inversiones, desequilibrios en la producción, trabajo y consumo. También se dejó notar en el empobrecimiento generalizado y en los descensos constantes de la población, abandono del campo, de la industria y el comercio.
Santiago 2.jpgEn Galicia, aunque en menor medida, los efectos de la mala política centralista de la Corona también se dejaron notar. “La industria gallega del siglo XVI decrece en el siglo XVII hasta 1680, fecha en que vuelve a cobrar brío. El fenómeno se acusa en la vida ciudadana, que intensifica desde esa fecha la arquitectura civil y privada. Lo mismo sucedió con los cabildos y ayuntamientos, que en el siglo XVII, excepto en el de Santiago, por razones de riqueza que luego veremos, malviven en un país que decrecía demográficamente y en el que los problemas sociales eran indudables”
1750 Santiago-de-Compostela

1743 Santiago de Compostela

1750 a Santiago-de-Compostela

En Compostela, a lo largo de su historia, toda actividad urbanística producida sobre la trama de la ciudad se supedita a las grandes decisiones generadas al amparo del poder sincrético del clero. Su consolidación moderna se logra después de una larga etapa de crisis en la España de los Austrias. Las reformas, disposiciones financieras y económicas, iniciadas antes de la muerte de Carlos II, atajaron la depresión nacional. Con el siglo XVIII y “con los Borbones el cambio fue radical”. Ese ciclo, sobre todo en el ámbito comprendido hasta 1775, nos trae la gran exaltación creadora y monumental del Barroco, donde todo se transforma y unifica. Tomando como referencia al núcleo catedralicio se levantan y adecúan numerosas arquitecturas con armoniosas y ornamentadas portadas, se organizan proporcionadas y escenográficas grandes plazas en equilibradas perspectivas pétreas que engarzan, unas veces con un sereno trazado de calles, otras con humildes recodos. En todo este tejido, entrelazadas con simples viviendas desnudas de todo ornamento, se van insertando edificios de gran nobleza y dignidad.
la catedral1.jpgLos tiempos del Barroco nos legan una ciudad absolutamente transformada. La ocupación, volumen y elementos formales de sus arquitecturas emblemáticas dominan totalmente la escena urbana, constituyen referencias inequívocas de las transformaciones sufridas. Su presencia simboliza la representación del poder y su significado se expresa a través del monumento como testimonio de la historia. Compostela en todo este período brilla, representa toda la fuerza creadora de Galicia y actúa de guía referencial en todo el país, señala la ruta a seguir a través de la proyección de sus proporcionadas masas arquitectónicas, la articulación de sus plazas y la búsqueda de sus narrativas y matices pétreos de sus iconos. El programa de intervenciones sucesivas implementadas en el conjunto de la basílica persiguió distintos objetivos, entre ellos, dar coherencia a sus accesos, establecer mejores relaciones visuales y funcionales de sus iconos o volúmenes pétreos y, a su vez, de todos ellos con el resto de la ciudad.
Constituye el enfático marco sacro y civil de la ciudad como lugar plural ceremonial y de uso comunitario. También representa la presencia del poder en todas sus manifestaciones. El simbólico, el espiritual y el del alma corresponde al conjunto catedralicio; el del cuerpo al Hospital Real, hoy Hostal; el de la sabiduría y formación de la mente a los Colexios de San Xerome y de Fonseca, actualmente sede del Rectorado y Biblioteca General de la Universidad de Santiago; el administrativo y jurisdiccional de la ciudad al Pazo de Raxoi, en este momento lugar del Ayuntamiento y Presidencia de la Xunta de Galicia; por último el más humano, cercano al pueblo, es el que se identifica con las pequeñas arquitecturas domésticas con vista a la plaza en su flanco sur.
la catedral 3d.jpgA pesar de las remodelaciones de los siglos posteriores, de aquella época quedan en Santiago abundantes muestras en capillas anexas a la Catedral, sepulcros, restos de claustros y, sobre todo, alguna edificación muy significativa, entre ellas, el nuevo claustro catedralicio, el Colexio de Fonseca y la majestuosa obra del Hospital. Será este último equipamiento el que dará nombre inicial a la amplia explanada delimitada, en aquel tiempo, con la fachada occidental del Palacio Arzobispal y del templo apostólico, las pequeñas casas donde hoy se ubica el Colexio de Fonseca y una exigua pieza medieval. Esta última constituida por un deteriorado y un disminuido alcázar junto las cárceles civil y eclesiástica, adosada al lienzo poniente de la vieja muralla defensiva y cercana a las Porta da Trinidade o das Hortas. La firme voluntad de los Monarcas en erigir la edificación en el entorno de la Catedral, favorece su emplazamiento intramuros en el cuadrante noroccidental de la vieja ciudad. Un ámbito que se extendía desde la explanada de la basílica hasta posiciones cercanas a las instalaciones conventuales ubicadas al Norte. Recinto, por otra parte, que venía a cumplir los condicionantes higiénicos o profilácticos de ventilación y asoleo propios de una instalación sanitaria. El nuevo edificio se cierra ortogonalmente al Barrio de Val de Deus, alargándose su parcela hasta los mismos lindes de la muralla que acogía a la Porta de San Francisco.
La transformación de la ciudad, hasta los últimos tiempos del Barroco y Neoclásico, deja una impronta de gran presencia. Las intervenciones eclesiásticas se convierten en protagonistas sobre las que se dirigen todos los focos de cualquier análisis. Hasta ese preciso momento, el viejo tejido medieval y sus formas domésticas se subordinan a las disciplinas y necesidades de sus grandes fábricas.
La urbe de aquel período incorpora la arquitectura civil de sus pazos y, al mismo tiempo, ennoblece, repara y acomoda sus pequeños inmuebles. Igualmente articula definitivamente su peculiar red tentacular de caminos que se extienden por su territorio próximo, de manera concluyente a partir del siglo XVII. “La gran parte de las edificaciones menores y mayores que se ven hoy en las calles compostelanas pertenecen a esa época o a la siguiente. El fenómeno es explicable por un renacimiento económico del Cabildo y de los particulares, de día en día más pujantes, frente a los grandes y ricos monasterios, que en el siglo anterior eran los casi únicos poseedores y detentadores de la producción agrícola”.
El asentamiento es el característico de las viejas ciudades medievales donde cada fragmento específico se suma, o acopla, a otro mediante un continuo proceso reelaborador de sí mismo. El resto
de las piezas del puzle se limitan a mantener su proceso de engarce orgánico de mutua dependencia. En términos culinarios lo podríamos explicar de tal modo que, si los grandes ingredientes de ciudad dan nombre a los distintos platos posibles puestos a la mesa, otras partes se configuran como su condimento imprescindible sin el cual los primeros no alcanzarían toda su presencia y sabor.
La conjunción de intereses que revitalizará y mantendrá la ciudad como organismo vivo, dándole cohesión, llegará de la mano de la Ilustración. En Compostela, los principios que pretende chocan, al menos inicialmente, con la rutina de la tradición en la aplicación de los modelos barrocos.
Estilo que, con pequeños cambios o refinamientos expresivos, perdura en las obras promovidas por el Cabildo o Arzobispo. En el sentido expuesto, no podemos olvidar que, en todo tiempo, estas instituciones fueron la piedra angular sobre la que descansó la conformación de la ciudad, “supieron
alentar a una escuela de concepciones artísticas homogéneas, que con espíritu de continuidad a través del período neoclásico perduraron hasta ya entrado el siglo XIX”.
El simple análisis morfológico de la ciudad histórica, realizado sobre la trama actual, explica tal afirmación. El estudio pone en presencia la fabulosa fábrica de la Catedral románica, reconoce las intervenciones renacentistas y la preponderancia formal y temporal del mundo barroco. Su estructuración final se completa con las intervenciones neoclásicas erigidas con los nuevos postulados del siglo de las luces. En el plano comprobamos como el eclecticismo decimonónico tiene menor presencia sacro-institucional.
Las modernas corporaciones, surgidas de la reforma municipal de Carlos III, asumen responsabilidades en la organización y control de la localidad, proceso hasta entonces sometido a los criterios del verdadero señor de la misma, el poderoso Arzobispo. La figura de las Ordenanzas Municipales es la clave de bóveda sobre la que descargarán sus impulsos renovadores, al contemplarse en ella los conceptos básicos relacionados con el llamado “derecho del común” o bien público.
El estandarte de las nuevas formas de hacer e interpretar la morfología de la ciudad, nacidas del movimiento ilustrado, penderá de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, creada en el año 1744. A partir de ese momento la enseñanza de las artes, entre las que se encuentra la arquitectura, estará bajo el control de esta institución. También quedarán a su merced todas las decisiones que afectan a la renovación de las viejas ciudades y su escenario cotidiano. Cualquier nueva construcción de una cierta entidad tendrá que estar validada por esta institución.
La expulsión de la Compañía de Jesús de España y de sus dominios de Ultramar, proceso que se establece a partir del Decreto de 27 de febrero de 1767 y su Pragmática Sanción. afectan, desde ese momento, el amplio recinto que ocupaban las instalaciones jesuíticas intramuros de la ciudad, en el sector sureste, que queda vacío de contenidos. Por tanto susceptible de acoger las viejas demandas, dirigidas pocos años antes a la Corona, en las que se solicitaba la construcción de un nuevo centro de enseñanza universitaria, y dos meses después la Real Cédula del Monarca Carlos III, en que, la propiedad de la Compañía pasa a la Universidad. Es a partir de ese instante cuando la institución académica se establece en el recinto, al tiempo que planifica la edificación que necesita. “El último gran edificio construido a fines del antiguo régimen dentro del casco antiguo fue la Universidad, la cual ocupó y dio una nueva dimensión, tanto física como moral, al antiguo solar del colegio de la Compañía de Jesús”. Esta actuación es otra muestra más de la capacidad transformadora de la ciudad en aquella época.
cuarte.jpgFuera de muralla destacan en esa época otras construcciones con usos radicalmente diferentes. Tal es el caso del cuartel proyectado varias décadas antes por el ingeniero militar Juan Vergel en 1744 en el Barrio de Santa Isabel, ejemplo de la arquitectura militar de mediados del siglo XVIII. Ejecutado en un lugar ciertamente alejado de la ciudad, la construcción nació destinada a sustituir al viejo acuartelamiento cercano al Convento de Santo Agostiño.
1776 santiago.jpgContemporáneas a las obras citadas se producen las órdenes del Real y Supremo Consejo de Su Majestad de fecha 10.1.1775 y de 7.9.1776, sobre la mejora de las poblaciones. Con tal motivo la corporación municipal decide establecer un plan preciso de obras para mejorar la ciudad, también evaluar su coste y el grado de participación vecinal en su ejecución. En el libro de Consistorios de 1777, en su sesión del tres de junio, se da cuenta del “largo tiempo en que se encargó a Dn. Juan López Freire la formación del Plano de las calles de que se compone esta ciudad”. Atendiendo la exposición de Freire sobre dicho plan, aún por concluir y perfeccionar, se le concede una ampliación del plazo de entrega hasta el mes de junio de ese año.
A excepción de las grandes intervenciones eclesiásticas o escolásticas, el tejido estructural de su núcleo se mantuvo en casi sus mismas condiciones básicas en tan dilatado período temporal. “En el interior del recinto amurallado la edificación se separaba por una estrecha red, ruidosa en muchos puntos a causa del griterío de los vendedores ambulantes y de la circulación; concurrida de transeúntes, atestada de carros, animales y bultos que la llegaban a hacer peligrosa; siempre sombría porque en alzado las casas se abalanzaban sobre el espacio público impidiendo la ventilación; cubierta de basuras y desechos acumulados en montones aquí y allá pero también arrastrados por las aguas que fluían abundantes –recordemos que los desagües vertían a las calles y el desalojo de cualquier tipo de flujo e inmundicia por las ventanas era frecuente durante todo el período-; en fin, no hay aceras y las calles están llenas de cavas y foyos propicios para las charcas y la acumulación de detritos, que podían llegar a hacer insoportable el tránsito debido al hedor, pero sobre todo arriesgado para el uso de monturas, muy incómodo para el tránsito a pie e imposible muchas veces para la circulación de los carros”.
En tal contexto, la mejora de la población se producirá a partir de las órdenes y cédulas del Real y Supremo Consejo de Su Majestad en el último cuarto del siglo XVIII. La llegada del mundo iluminista a los estamentos municipales tiene gran incidencia en la nueva valoración de los llamados espacios del común, en la preocupación de adecentar y adecuar el viejo tejido medieval de la ciudad a los nuevos tiempos.
Ello hizo imprescindible articular un programa de acciones encadenadas, a considerar fundamentos claros de mejora, a esbozar intenciones. Su objeto no fue otro que afrontar de manera decidida su inevitable reforma interior. Fue imprescindible profundizar en su proceso renovador en clave de ciudad, el criterio empleado se asentó en mejorar su escena urbana y dotarla de servicios.
El remedio a aquellos males trajo de la mano la articulación de un programa, una reglas a seguir un plano sobre el que poder aplicarlas, es decir: la normativa al uso de las Ordenanzas de Policía de 1780 y la representación del plano de Juan López Freire, ambas contemporáneas. En esos tiempos, la urbe tratará de aliviar sus miserias a través de una normativa que presidirá, durante más de una centuria, toda su escena urbano-arquitectónica. Destacan, por su importancia y repercusión en la reforma interior de la ciudad del XIX, las Ordenanzas de Policía de Santiago, redactadas por el Consistorio municipal y corregidas según el informe dado por el Arquitecto Mayor de Madrid Ventura Rodríguez. Estas, a la vista de lo expuesto por el fiscal de S.M., Carlos III, son aprobadas por el Real y Supremo Consejo el 14 de septiembre y 25 de octubre de 1780, y nuevamente impresas, corregidas, el 28 de mayo de 1799. Una muestra más de su importancia es su reimpresión del año 1886, en tiempos del alcalde Quirós, manteniéndose en vigor hasta 1908.
A las Ordenanzas supervisadas por Ventura Rodríguez le suceden otras muchas en el marco de Constitución de 1812. A lo largo de la centuria se publican numerosas regulaciones que, en realidad, son determinaciones que descienden de aquellas otras más antiguas de policía, ornato y salubridad, que tanto habían contribuido a asentar las atribuciones municipales en la materia. Las Ordenanzas de Policía, redactadas por el Consistorio compostelano, en 1780, fueron pensadas con criterios más allá de los simplemente estéticos o volumétricos. A partir de su aplicación se van encauzando nuevos trazados de alineaciones que, a su vez, son aprovechados para realizar pequeños cambios de rasante o establecer renovadas transformaciones de pavimentaciones y de servicios en el subsuelo de vías y calzadas
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1796 Santiago de Compostela

El levantamiento, trazado previsor y ejecución de los llamados planos geométricos tendrá suma trascendencia en la renovación de la vieja ciudad a lo largo del período decimonónico. De la aplicación de esta normativa resultará gran parte del casco antiguo y los trazados exteriores de los bordes que hoy conocemos, en este último aspecto, no será ajeno el derribo definitivo de su obsoleta muralla y de gran parte de sus puertas de acceso a lo largo del siglo XIX.
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1865 – Santiago de Compostela

“Las Academias de científicos y sabios y en especial los Cuerpos de Ingenieros serán las instituciones que impulsarán el desarrollo de un arte cuya aplicación a la vida civil contribuyó al progreso material de la colectividad y, en lo militar, a la estabilidad y seguridad de la comunidad política”. En este contexto, Francisco Coello de Portugal y Quesada publica durante 9 años consecutivos, a partir de 1856, su Atlas de España y sus posesiones de ultramar, representando cada una de sus provincias de modo independiente. Trabajo que en opinión de muchos representa la modernidad de la nación. La «Ley de Expropiación Forzosa» del año 1836 o las Reales Órdenes de 25.7.1846 y 19.12.1859, ayudaron a estructurar una mínima base legal a los municipios para la formación de una cartografía con contenidos estrictamente urbanos, los llamados Planos Geométricos de las Poblaciones, momento a partir del cual las ciudades van a disponer de un documento esencial pare el control catastral de la propiedad privada.
Pero el modo de proceder cambia a partir del último tercio del siglo XIX, sobre todo con la aprobación de la «Ley Orgánica de Administración Municipal» del 20.8.1870, en cuyo artículo 67 especifica entre otras, la exclusiva competencia de los ayuntamientos en la apertura y alineación de calles y plazas. Esta legislación se complementa en su desarrollo ejecutivo mediante las Leyes Generales de Ensanche de 22.12.1876, con sus reglamentos de 19.2.1877 y 10.1.1879.
“Ciudad muy conservadora por la enorme influencia que en ella tenía el clero, se opuso a los pronunciamientos liberales de Porlier y de Riego, y su fuerte clericalismo influyó también en la pérdida de la capitalidad en beneficio de La Coruña y de Pontevedra, tanto en la breve reforma realizada durante el trienio liberal como en la definitiva de 1833”, en consecuencia pierde sus funciones administrativas y de gestión que no recuperará, al menos en parte, hasta la instauración del actual marco autonómico.
La nueva demarcación nacional, sancionada por el Real Decreto de 30 de noviembre del año 1833 del Ministerio de Fomento, culmina el proceso reestructurador del estado iniciado con la Constitución de Cádiz y similar proyecto de 1821, reequilibra el poder territorial y establece otra jerarquización de ciudades. Santiago, en otro momento “capital de la provincia del mismo nombre en la Edad Moderna y una de las 121 jurisdicciones en que se hallaba dividida, se ve administrativamente reducida, a raíz de la división provincial obra ministerial de D. Javier de Burgos”.
En consecuencia, Compostela sufre un desmantelamiento político-administrativo sin precedentes, ve menguar o perder sus entes representativos en beneficio de la liberal Coruña. Con ello se convierte en simple cabecera de partido judicial y municipal. Esta nueva situación estructural, ligada a la merma del poder económico eclesiástico, tuvo un efecto devastador en su progreso. En esa etapa su reforma y evolución urbana adormece o se estanca, su adecuación transformadora se retrasa. Los gestos políticos del mandato liberal fueron más que un reto a las antiguas celdas del poder, a partir de ellos se ejecuta no solo la mencionada demarcación, también tienen presencia en la desamortización de bienes religiosos y otras cuestiones en la etapa de Mendizabal.
A lo largo de la primera mitad del siglo XIX la ciudad atraviesa un período oscuro, de gran ostracismo, asiste al agónico declive de su estado económico. La pérdida de ingresos en el erario de la Iglesia compostelana significó una disminución radical de recursos de la empresa más influyente en la población, trascendió en un fuerte descenso de sus demandas y transacciones. Supuso la pérdida de pujanza y dinamismo en sus sectores productivos, todo lo contrario a lo acontecido en los nuevos centros de influencia. En este contexto socio-político y económico, Compostela pierde su ancestral supremacía, enmarcado con otros factores determinantes en el desarrollo de aquel tiempo, entre ellos: los parámetros económicos derivados de la evolución de los sistemas productivos del país, los cambios en la distribución poblacional o los desplazamientos migratorios y emigratorios. Todos estos factores tienen incidencia en la transformación estructural de la escena urbana, en el hecho arquitectónico y el carácter integrador en su morfología que, a modo de reflexión, trataré de exponer. Atendiendo a los datos analizados a nivel territorial en la composición, distribución y asentamiento de la población gallega, se observa cómo un alto porcentaje, entorno al 90%, está esencialmente integrado por campesinado a finales del siglo XVIII.
Tal índice pone de manifiesto el marcado ruralismo social y la importancia agropecuaria del país. Explica la alta densificación del campo, conllevando su acusada parcelación-atomización basada en una clara fragmentación minifundista con policultivos de subsistencia y, a su vez, la gran debilidad general de las áreas urbanas como Compostela, ocupadas por el poder dominante ejercido por una élite social constituida por la jerarquía eclesiástica, nobleza, rentistas, burócratas y asociaciones gremiales diversas.
Concluido el período decimonónico, ya no queda espacio libre que poder reordenar en la zona intramuros de la ciudad heredada, a excepción de los terrenos situados hacia el Norte. Será en Val de Deus donde se producirá la ocupación de la huerta del Hospital Real con la ejecución de la Facultad de Medicina y Hospital Clínico. Esta amplia área, ubicada a Poniente y con frente a la Rúa de San Francisco, supondrá la única reestructuración de reforma interior del pasado siglo XX. El resto de actuaciones, al igual que venía ocurriendo ya a finales del XIX, consistieron fundamentalmente en reedificaciones, reconstrucciones o actuaciones puntuales que no eran más que la aplicación de preceptos marcados en las planimetrías señaladas del siglo anterior, no por ello poco importantes como es el caso de la Praza de Abastos de Joaquín Vaquero Palacios en los años 30′, que representa una clara muestra de lo que se pretende decir. Sin embargo, a pesar de lo mencionado, aún se mantienen actuaciones en las que todavía desaparece algún soportal, como los derribados en la Rúa do Franco, en posición cercana a Porta Faxeira, si bien la previsión de su demolición ya se especificaba en el plano de alineación de la Rúa do Vilar de 1871. Otras intervenciones, sin llegar a tener gran trascendencia en la trama urbana, sí tuvieron una gran repercusión en su imagen morfológica y social marcando la cota máxima de quebranto estético. Corresponde este título de deshonra a la instalación del Banco de España, situado entre Rúa da Conga y Bispo Xelmírez, con frente a la Praza das Platerías.
Si bien no se produjo en Santiago una reforma interior propiamente dicha, sí hubo verdadera intención de promoverla. En este campo sobresalen las propuestas del arquitecto Álvarez Reyero y otros, en el período de entre siglos, para la reconversión del eje que de Norte a Sur transformaría la ciudad, desde la Rúa do Preguntoiro hasta Mazarelos.
“Al ser insuficientes el número de manantiales y fuentes existentes, se proyectan obras nuevas. En la década 1880-1890 se estudia un ambicioso plan de abastecimiento de aguas desde los ríos Tambre y Sionlla, realizado por el ingeniero inglés Hmm. Gilchrist. Ante las críticas a sus planteamientos es pospuesto en el tiempo”. Tras infructuosos intentos y propuestas auspiciadas por la burguesía local, el Consistorio acuerda en 1920 sacar a licitación pública el abastecimiento de agua y reforma del sistema de alcantarillado. “Las obras son adjudicadas al único concursante presentado, D. Rafael Picavea, vecino de San Sebastián, que constituye la Sociedad de Aguas Potables de Santiago”. Paralelamente a la conquista de mejores condiciones de salubridad, producidas a lo largo del siglo XIX con la expansión de la red de evacuación de inmundicias y aguas sucias, incrementando el sistema de limpieza de las calles, desarrollando el caduco sistema de cloacas y abastecimiento de agua al caserío, la ciudad en idéntico período acoge la luz. La peculiar estructura urbana heredada de la Compostela ochocentista, con numerosos soportales y excesivos recodos en sus tortuosas calles y travesías, conduce a las invasoras tropas napoleónicas acantonados en la urbe, desde el 17.1.1809, a pensar en un elemental sistema lumínico que hiciese efectivo su control y seguridad en las oscuras noches santiaguesas. La decisión no se hizo esperar, el 11 de febrero el Barón de Marconet, a la sazón Gobernador militar de la ciudad y provincia, emite la orden para que se establezca el alumbrado en las principales plazas y calles de la población. Aquella novedosa infraestructura básica de alumbrado, que tanto asombro causara en el vecindario, desaparecería con la misma rapidez a su implantación con la expulsión del ejército francés de la ciudad el 23 de mayo del mismo año.
Contribuyeron a enraizar esta infraestructura de alumbrado nocturno los reales decretos emitidos en aquellos tiempos, como el de fecha 16 de septiembre de 1834, estando a cargo del Ministerio del Interior, anteriormente denominado de Fomento General del Reino, José María Moscoso de Altamira. Esta vieja normativa, de obligado cumplimiento en las capitales de provincia, determinaba las líneas de acción de este servicio público y pocas eran las cuestiones que no contemplaba. De igual modo también su aplicación se aconsejaba en las demás ciudades, villas y lugares. Fueron objeto de su atención, entre otras: el número de faroles necesarios y su posición, las horas de funcionamiento o costes de establecimiento y mantenimiento. Elegido el alumbrado y estipulada la inversión, también posibilitaba cubrir tal presupuesto con imposiciones o carga vecinales, su regulación, metodología de tasación aplicable y reparto de arbitrios. Llegada la segunda mitad de la centuria este viejo sistema de alumbrado sufre un cambio radical, los viejos faroles de aceite pasan a ser paulatinamente sustituidos por el sistema de gas fluido, por su mayor intensidad de luz y costes mucho más ajustados. Esta situación de mestizaje lumínico se produce a partir de finales de la década de 1860, implantándose definitivamente en la siguiente. La adopción de esta innovadora infraestructura pública, al margen de los problemas que acarrea, es la ocasión buscada por la Corporación municipal para enganchar a la ciudad en la modernidad.
La Sociedad Menéndez Valdés y Cía, afincada en Gijón, consigue arrancar de los munícipes un acuerdo de exclusividad del alumbrado de la ciudad por 45 años, “instalando por cuenta propia las canalizaciones subterráneas precisas para el correcto funcionamiento del servicio y un mínimo de 400 faroles”. Dicha empresa sería subrogada desde el 1.7.1895 por la Sociedad de Gas y Electricidad de Santiago, que traería con el crepúsculo del pasado siglo el mayor avance científico de la época, el alumbrado eléctrico. A tal efecto se construye “la fábrica de gas de la Sociedad Industrial de Gijón que, reconvertida, permaneció hasta hace poco en el lugar de Machado, tras la Carrera del Conde, evolucionando rápidamente a la luz eléctrica, siendo instalada en la ciudad a finales del XIX y en los inmuebles a comienzos del XX, significando un cambio apreciable en la estética de la ciudad al disponerse tendidos de cableado y numerosos transformadores”.
A lo largo de la historia, Compostela se benefició de su posición estratégica en el contexto territorial gallego, al estar en contacto con las ancestrales sendas que atravesaban el país; desde las efectivas rutas de comunicación romanas, hasta los Caminos Reales trazados a lo largo de los siglos XVIII y XIX. De igual modo se favoreció de su vínculo con los cercanos puertos de Padrón o Noia ubicados en la costa occidental de Galicia, incluso con el de A Coruña, más al Norte. La Orden del Ministerio de Fomento de 1852 y la Ley General de Ferrocarriles de 3.6.1855, marcan el punto de arranque de la promoción de líneas férreas en Galicia y en el resto del Estado. Un lustro más tarde de publicada la Ley de Ferrocarriles, a instancia de la Sociedad Económica de Amigos del País, en Santiago se constituye la Junta Ferroviaria, presidida por Joaquín Caballero Piñeiro y formada por representantes de esta sociedad y del mismo Consistorio. Entre las distintas personalidades que la integran destaca la figura del prestigioso geógrafo gallego Domingo Fontán. Su objeto fue promover una línea que enlazara Compostela con el mar de Arousa a través de Cesures y el río Ulla. En los primeros años de la década del 60′ de aquella centuria, aunque incompleto, se presenta el expediente y trazado propuesto por el ingeniero Thomas Rumball, en 1860, inmediatamente aceptado. Trayecto inicial posteriormente corregido y ampliado por Fontán hasta el puerto de Carril, por las dificultades operativas de la baja mar en la zona. La propuesta fue aprobada por el gobierno de su majestad y declarada de utilidad pública. “A través del Real Decreto de 21.8.1863 se constituye definitivamente la Sociedad del Ferrocarril Compostelano de la Infanta Doña Isabel”. Del desarrollo del proyecto se encarga el ingeniero inglés John Stephenson Mould. También él realizará cambios sobre el trazado original. La falta de inversores endógenos, por las dificultades económicas de la época, obliga a la Sociedad constituida a buscar financiación foránea; los fondos llegan de la mano de la Sociedad Credit Foncier of England Limited que, junto a Mould, lograrán tener el control sobre la explotación. Con la concesión de licencias, el establecimiento de un muelle provisional en Carril y la llegada al mismo del material procedente de los puertos de Newport y Liverpool, da comienzo en 1872 la apertura de la línea con un largo de 42 km. Las obras se rematan en 1873 para ser inauguradas el 16 de septiembre del mismo año.
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1908 – Campos das Esterqueiras, San Clemente/Inferniño y Pombal – Santiago de Compostela

Al carecer la ciudad de un paseo propiamente dicho, cada vez va cobrando más fuerza la idea de crear uno en los terrenos ubicados frente a San Clemente y Porta Faxeira. El acuerdo de su formalización no tardaría en llegar. Simplemente habrá que esperar al término del primer tercio del siglo XIX para que la Real Junta de Policía Urbana, celebrada en octubre de 1827, decida constituir un paseo público y hacerlo de manera que resulte grato y amable. En 1873 se propone una reforma y ampliación de la Alameda. El objetivo persigue, por un lado, la unión de los paseos que la componen y en que está dividida y, por otro, la reforma del frontispicio de la misma.
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1908 Santiago de Compostela

En Galicia, a pesar del atraso del país y las dificultades estructurales planteadas en el conjunto del Estado en gran parte de la segunda mitad del XIX y principios del XX, se consolida un cierto renacimiento cultural, de marcado signo regional y fuerte arraigo en la tierra, que se conformará, pasados los años, en semilla de futuros comportamientos lineales enraizados en los valores de su fuerte, aunque incipiente, nacionalismo galleguista.
Bajo el amparo del Estatuto Municipal de Primo de Rivera y de las Leyes de Ensanches, que con tanta insistencia pretendían ser aplicadas en la ciudad, el arquitecto gallego Antonio Palacios Ramilo presenta para este sector occidental de la población los primeros bocetos de su propuesta denominada “Rúa de Galicia”, en el año 1932. El ámbito de actuación previsto abarcaba desde la Porta Faxeira hasta la Praza do Obradoiro. Ambos puntos se constituían en una referencia obligada de paso de un teórico eje vertebrador territorial, que supuestamente enlazaba con la ciudad de A Coruña, por el Norte, y con la de Vigo, por el Sur. El denominado “Proyecto de Palacios para Santiago” no llega a cuajar, a pesar de las encendidas proclamas en su favor en distintos medios de comunicación, como pueden ser las publicadas en la revista Vida Gallega364, en la que se llegó a manifestar: “Trazar una nueva rúa sin romper la estructura de la vieja ciudad, sin desarticular ninguna de sus piezas es tarea de ser superior”… “Y esto hizo Palacios, espontáneamente como regalo”.

1987 santiago

La Corporación Municipal Santiaguesa, reunida en fecha 3.11.1945 toma el acuerdo de organizar un nuevo Ensanche, desarrollar y urbanizar el espacio comprendido entre la antigua terminal del Ferrocarril Compostelano en el lugar de Cornes, el Camiño Novo, Carreira do Conde y calles de la Senra, General Franco, Hórreo y su prolongación hacia el paso inferior de la carretera que se dirigía a Ourense por Pontepedriña.
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1935 Santiago de Compostela

En los albores del siglo XX, Giner de los Ríos, en Madrid, con Novoa, Cadarso y Bustamante, en Santiago, junto a otros, alcanzarían notoriedad manifiesta al propugnar conceptos reivindicativos articuladas en el entorno de la Institución Libre de Enseñanza y que, pasado el tiempo, desembocarían en la creación de la “Residencia” de Madrid, el primero, y en la conformación del Comité Pro-residencia de Compostela, los segundos. Años más tarde los docentes gallegos mencionados tendrían una participación activa en el Patronato Universitario, figura de gestión creada por el Estado en el verano de 1926 para la reorganización de la vida académica y la generación de los Colegios Mayores o Residencia de Estudiantes. Consecuencia de las grandes dificultades que atravesaba en todo aquel período de entre siglos, la Universidad Compostelana se muestra incapaz de acoger espacialmente la incorporación de nuevas enseñanzas, así como desarrollar o incrementar los estudios existentes. La situación no solo afecta a sus precarias instalaciones, también está presente en las grandes carencias de servicios básicos necesarios para el ejercicio de la docencia en las Facultades de Medicina, Derecho o Farmacia. Asimismo, con posterioridad, a partir del curso 1915-16, afectaría a las de Filosofía o Ciencias; estudios los de esta última para los que se había solicitado la creación de una Facultad en 1879. En este contexto, se incrementa la oferta de estudios y se abre el camino a la incorporación de la mujer a las aulas. En un alarde de realismo derivado del reconocimiento de sus propias deficiencias, a mayores, se incentiva intelectualmente la transmisión e intercambio del conocimiento con otras universidades del estado e incluso con otras extranjeras. Como consecuencia se obtiene un claro aumento del alumnado, evidente a finales del primer tercio del siglo XX. En esos años Compostela cubre con obras emblemáticas su falta de espacio y medios, gran parte de ellas promovidas bajo el amparo de la figura de Eugenio Montero Ríos; inicialmente por el Ministerio de Fomento y más adelante por el Ministerio de Instrucción Pública.
La Residencia de Estudiantes nace con el fundamento de incentivar un nuevo espíritu estudiantil en la convivencia e intercambio de ideas a través del debate intelectual y científico permanente. Su leit motiv se ampara en similares postulados que aquellos utilizados por su homóloga madrileña.
De suma importancia para el desarrollo de la Residencia de Estudiantes Compostelana son los Reales Decretos del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de los años 1924 y 1926. Estos textos oficiales dan pleno significado, asientan y confirman, las aspiraciones del mundo universitario. El primero de ellos, de fecha 9 de julio de 1924, viene a reconocer “su carácter de interés público, permitiéndolas disfrutar de personalidad jurídica para adquirir, poseer y administrar bienes”534. El segundo, de fecha 25 de agosto de 1926, ya en la etapa del Directorio, es fundamental en la creación de los llamados Colegios Mayores, en Compostela conocidos por el nombre de Residencia de Estudiantes. En cada una de las Universidades españolas se establecía la institución de “un Patronato a los fines: a), de construir o reorganizar Colegios Mayores en que facilitar, con el internado de los alumnos oficiales de la Facultades, los servicios docentes culturales y educativos complementarios de instrucción académica, y b), sostener toda clase de servicios benéfico-docentes y atenciones y necesidades de cultura dentro de la Universidad”.
El estudio general del anteproyecto de la Residencia de Estudiantes en Santiago de Compostela se firma en la ciudad de Vigo en 1930. En octubre del mismo año, Jenaro de la Fuente presenta el estudio de la urbanización y al mes siguiente, el del primer edificio, concretando “el problema en conjunto con la visión completa de lo que debe ser la Residencia de Estudiantes, resolviendo a la par la urbanización global de los terrenos que la circunda y los accesos a la ciudad”. Dicho expediente, con una breve memoria de nueve páginas explicativa del proyecto, se expone a aprobación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Este es aceptado por la Junta de Construcciones en diciembre del mismo año, según se desprende del oficio de la Subsecretaría de Universidades de aquellas fechas. Un año más tarde, la corporación municipal toma el acuerdo de aprobar el estudio, “dentro del cual se proyectaron el grupo de edificios destinados a Residencia de Estudiantes, Stadium, etc”

ensanche universitario 1936

En el primer trimestre de 1935, el proyecto de urbanización de Jenaro de la Fuente para la Residencia se encuentra concluido y listo para su tramitación, incluso el expediente de expropiación de terrenos y propiedades complementarias para la casi completa ejecución del ámbito. El proyecto de la Residencia de Estudiantes sufre distintos avatares hasta su aprobación el 2 de abril de 1936, según consta en el acta existente. Sigue un proceso de ajuste en su trazado de enlace con el Barrio de San Lorenzo, motivado por contraposición de intereses de los propietarios, moradores de parcela y edificios en dicha zona.
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El alzamiento contra el régimen constitucional de la República, el obligado paréntesis de la contienda civil y el triunfo del “nuevo orden”, graba con sangre un antes y después en el desarrollo de la Residencia de Estudiantes, su urbanización y ejecución de las edificaciones o proyectos. Este hecho establece la transición de la etapa del pensamiento a la construcción de la quimera. En el conjunto del Estado, cualquier atisbo de modernidad se desfigura, las inquietudes ideológicas de la producción arquitectónica moderna vinculada a los movimientos racionalistas europeos desaparecen, al menos en los primeros momentos.
En el mes de septiembre de 1940 se vuelve a publicar el acuerdo de aprobación del proyecto de urbanización de la Residencia de Estudiantes y al día siguiente se informa en Bando del alcalde de la ciudad D. Fermín Zelada Varela. Se inicia una nueva etapa. El esbozo que Jenaro de la Fuente había establecido tendrá, años más tarde, un cierto eco al consolidarse su previsión en los estudios preliminares y borradores del Plan General de 1959, suscrito por el entonces Ministerio de la Vivienda y la Dirección General de Urbanismo. El planteamiento del organismo estatal establecerá una gran ampliación del ámbito territorial del futuro Campus, planteando hacia el Norte, una gran extensión a modo de ciudad deportiva que traspasaría los límites del Barrio de San Lorenzo; al Sur y Oeste se extenderían las instalaciones docentes, trazado zonal asumido, como veremos, en los estudios de Plan Parcial del arquitecto de la oficina técnica universitaria Arturo Zas Aznar.
El acta de Recepción de las obras de la Residencia Universitaria de Santiago de Compostela se firma en día 30 de enero de 1967, 3 años después de la muerte de Jenaro de la Fuente y 4 décadas más tarde de su inicio virtual.

SANTIAGO DE COMPOSTELA GE6

pgou 1959

El PGOU de 1965, presenta una estructura urbana, consolidación de la ya existente con un criterio exclusivamente conservador del crecimiento de la ciudad. En él se habían ordenado los Planes Parciales de El Ensanche» (anterior a la Ley del Suelo, en período de edificación muya avanzado), «Vite»(anterior al PG), «Puente Pediña», «Corjo» y «La Choupana» (sujetos a reparcelación), «Tambre, polígono industrial recientemente aprobado, «Noya», «Universidad» (en preparación) y «Sar» (con delimitación previa y a la espera de aprobación de la delimitación).

Un nuevo PGOU-1974 es aprobado el 10.6.1974, redactado por EUR Estudios de Arquitectura, Planificación Urbana y Regional, bajo la dirección de Francisco F. Longoria y su equipo, como una concepción del crecimiento urbano ilimitado, una simplificación funcionalista zonificadora y un desapego disciplinar de la tradición urbanística, insensible a las exigencias de la compleja realidad social, económica y física de la ciudad existente, y la ignorancia de los problemas relativos a la gestión y ejecución.

PGOU 1989 – Santiago de Compostela

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El 26.4.1990 se aprobará el PGOU de 1989, como Revisión y Adaptación del PGOU del Municipio de Santiago de Compostela, por Oficina de Planeamiento SA, quien en un plazo de 18 meses, completa la documentación del ámbito comarcal incluyendo Ames, Boquiexón, Brión, Teo, Vedra, O Pino, Touro, Oroso, Trazo y Val de Dubra.

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PGOU 1974 – Santiago de Compostela

En relación con el momento de su redacción, el Plan General de 1989 también concebido como  revisión del Plan General de 1974 llegó con un retraso considerable con respecto a la generación de los planes elaborados en las 80 ciudades españolas que se enfrentan en el marco democrático municipal, con la interpretación de los nuevos objetivos ampliamente ciudadanos, con el contexto de la crisis de crecimiento y con nuevos factores culturales de incorporación de la disciplina de planificación de proyectos. Los planes de los 80′ constituyeron un urbanismo de segunda generación confrontada criticamente con la herencia crítica y tecnocrática de la primera generación de la planificación general de los años 60′ y 70′, redactado de conformidad con el primer código urbanístico de 1956, pero obstaculizado por las deficiencias de la falta de representación política de los concejos en el conjunto de los intereses de los ciudadanos. A aquela primera generación pertenecía al Plan General de Santiago de 1974.

 Y así llegamos al vigente PGOU 2007, y después de 8 años de aplicación, apenas ha iniciado su recorrido, sin duda debido a la actual coyuntura económica y a sus desorbitadas previsiones, planificadas en una época totalmente distinta caracterizada por la burbuja inmobiliaria. Los planeamientos de desarrollo iniciados se paralizan y los aprobados no se gestionan ni ejecutan. Lo mismo ocurre en los demás ayuntamientos del área urbana. Ya no existe financiación ni demanda. Los modelos de crecimiento de los planeamientos urbanísticos vigentes se revelan, en general, sobredimensionados e insostenibles para una etapa de recesión económica.

Ante las evidentes CARENCIAS EN EL MODELO DE CIUDAD, es momento de planificar el territorio que ocupamos desde el sentido común, de un modo integral para todo el área urbana, excediendo y superando las rigideces que imponen los límites administrativos físicos, con el objetivo de alcanzar una planificación supramunicipal más racional que tenga en cuenta las evidentes relaciones funcionales entre todos los barrios de la URBE COMPOSTELANA, ya sean barrios de Santiago, Ames, Brión, Oroso o Teo. Y para ello, con carácter previo, es hora de DEBATIR.

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Además el Plan Especial de Protección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica de Santiago de Compostela desarrolla el Plan General Municipal de Ordenación de Santiago de Compostela (en lo sucesivo P.G.), aprobado definitivamente por resolución del Conselleiro de Ordenación del Territorio y Obras Públicas de fecha 16.12.1989. La decisión municipal de 1988 de iniciar la revisión del Plan General de Ordenación Municipal simultáneamente con la redacción del Plan Especial de Protección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica ha de considerarse como punto de partida y fundamento del método de planificación y de los resultados alcanzados. El Plan General de Ordenación, que culminó su aprobación en diciembre de 1989, y el Plan Especial de Protección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica, cuyo Avance se redactó simultáneamente con la Revisión del Plan General, se proyectaron en un momento en el que Compostela se hallaba inmersa en un proceso de desarrollo urbano de características diferentes al conocido en las décadas anteriores, por cuanto estaba originado por una diversificación de sus actividades tradicionales, debido al enriquecimiento de los roles que la ciudad pasó a desempeñar en la década de los ochenta. Ambos planes urbanísticos tratan de renovar este impulso, poniéndolo al servicio de un proyecto urbano complejo.

En el Informe “Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables 1996. Catálogo de Áreas Vulnerables Españolas”. Ministerio de Fomento–Instituto Juan de Herrera. Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid.‐ HERNÁNDEZ AJA, Agustín (director) 1996) se identifica en 1991 el siguiente barrio vulnerable: 1.- Noroeste.

Barrio Noroeste.jpgEn el noroeste de la ciudad de Santiago, situado en las faldas del Monte Pedroso y surcado por el arroyo de Sarela, afluente del Sar. Conglomerado de antiguas aldeas, con casas muy tradicionales, incluso históricas en torno a Carme de Abaixo, parte más próxima al centro (tras la plaza del Obradoiro). Entre Carme de Abaixo y el hospital, se está desarrollando un nuevo barrio de viviendas de nivel socioeconómico medio-alto. Son los barrios de Barrios de TORREIRA, VITE DE ARRIBA, CASAS NOVAS, CASAS DO REGO y CARME DE ABAIXO.

La parte de la sección 1.2, esto es, la zona sureste, muy cercana al casco histórico, es la parte más singular del ámbito, donde está el Hospital General. Esta parte está cambiando mucho, se está haciendo ciudad donde antes había prados y huertas junto al Sarela. Del resto la impresión es de un contexto rururbano, con mucha población envejecida viviendo con carencias, pero con ciertas posibilidades de arreglarse.

Santiago de Compostela tiene suelo en desarrollo cona edificabilidad residencial prevista 1.963.836 m2 para 15.106 viviendas, quedando pendientes el 100%. Son los SECTORES SUD-01 MALLOU (350.153 m2 de suelo para una edificabilidad de 350.159 m2 para 2.694 viviendas, empezando), SECTOR SUD-02 CANCELAS-A MUIDA (349.492 m2 de suelo para una edificabilidad residencial de 227.170 m2 para 1.747 viviendas, sin empezar), SECTOR SUD-03 AMIO NORTE (315.029 M2 de suelo para una edificabilidad residencial de 267.774 m2 para 2.060 viviendas, empezando), SECTOR SUD-04 A PULLEIRA (296.842 m2 de suelo para una edificabilidad de 261.221 m2 para 2.009 viviendas, urbanizado al 17% y edificadas 60 viviendas), SECTOR SUD-16 AGRA DOS CAMPOS-ARINS (439.226 m2 de suelo para una edificabilidad residencial de 175.691 m2 para 1.351 viviendas, sin empezar), SECTOR SUD-18 CANEIROS-BOISACA (325.156 m2 de suelo para una edificabilidad residencial de 178.836 m2 para 1.376 viviendas, sin urbanizar ni edificar), SECTOR SUD-19 A COSTA VELLA II (315.687 m2 de suelo para una edificabilidad residencial de 173.628 m2 para 1.336 viviendas, urbanizado al 15% y sin construir viviendas).

El Pleno del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, con fecha 30.10.2008 aprobó el Texto Refundido Final del PGOM, incorporando las determinaciones contenidas en las Órdenes de la Consellería de Política Territorial, Obras Públicas y Transportes de fechas 3.10.2007 y 1 .9.2008. En el BOP de A Coruña número 56, de 10.3.2009, se publica la normativa del Plan General de Ordenación Municipal del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, de conformidad con lo exigido por el artículo 92.2 de la Ley 9/2002, de 30 de diciembre, de ordenación urbanística y protección del medio rural de Galicia.

esquema edusi.jpgEn enero de 2016, se presenta el documento EDUSI Santiago de Compostela 2015-2020, cuya finalidad es definir la Estrategia Integrada de Desarrollo Urbano Sostenible de Santiago de Compostela para el periodo 2015-2025 (EDUSI), adaptada a los requerimientos de la Orden HAP/2427/2015 por la que se aprueban las bases y la primera convocatoria para la selección de estrategias que serán cofinanciadas mediante el programa operativo FEDER de crecimiento sostenible 2014-2020.

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Por si fuera poco, las Estrategias sectoriales sobre el ámbito del área urbana de Santiago existentes son
– Plan Estratégico de Santiago de Compostela
– Agenda 21 Local
– Plan director en sostenibilidad y eficiencia energética 2020
– Estrategia verde para Santiago
– Plan de desarrollo sostenible de la USC y Plan estratégico de la USC 2011-2020
– Plan sectorial de áreas empresariales
– Plan sectorial de la red viaria de Santiago de Compostela, Ames y Teo
– Plan sectorial de aparcamientos disuasorios ligados al fomento del transporte público y del viaje compartido en los ámbitos metropolitanos de A Coruña, Ferrol, Vigo, Pontevedra, Santiago de Compostela, Lugo y Ourense.
– Plan director del aeropuerto de Santiago

– Plan de Movilidad Urbana Sostenible
– Plan de transporte metropolitano de Santiago.
– Programa Compostela Activa
– Plan de excelencia comercial y Plan estratégico del comercio compostelano
– Plan de excelencia turística, Plan estratégico del turismo y Plan de desestacionalización
– Plan director de la Catedral de Santiago
– Plan estratégico del Gaiás-Ciudad de la Cultura de Galicia 2012-2018

Evolución urbana y cambios morfológicos, Santiago de Compostela 1778-1950. 2013. Pablo Costa Buján. Tesis Doctoral.
La gestión del patrimonio cutural en las ciudades patrimonio mundial «Santiago de Compostela.2013. Trabajo Fin de Master. Fco Javier Somoza Suárez

Hoy Santiago de Compostela tiene una población de 95.612 habitantes y un parque residencial edificado de 51.978 viviendas, de las cuales, 15.533 son unifamiliares (el 29,88%). Aún conserva más del 15% del parque de viviendas anteriores a 1960, datando de los 60′ el 10% del parque (5.099 viviendas), de los 70′ son 12.330 viviendas (el 24%), de los 80′ es el 16% (8.271 viviendas), de los 90′ son 8.229 viviendas (el 16%) y de la década prodigiosa 2000-2009 son 9.517 viviendas, el 18% del parque de viviendas.

Mucha información, muchos proyectos, muchos planes, muchos programas…


Cada mercado es local.

Cada municipio tiene su singularidad.

Cada municipio se retrata en su parque residencial.


…seguiremos analizando en próximas entregas los 250 municipios mayores de España.