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Portugalete en el Gran Bilbao
Portugalete es un municipio de escasos 3,21 km2 en la provincia de Vizcaya, y una noble villa de dicho municipio, la única entidad de población del municipio. Pertenece a la comarca no oficial del Gran Bilbao y a la comarca oficial de la Margen Izquierda.
Su devenir histórico es la conquista y el ordenamiento de un territorio histórico ligado a la actividad de los asentamientos urbanos. Primero mirando al mar, el puerto, las actividades pesqueras, el comercio, el dominio de la Ría, las relaciones humanas; y más tarde la explotación de una fuente primarias para la industria, la veta del carbón, y la adecuación imprescindible de las marismas, el Adra de Bilbao, el hierro, la industrialización, el ferrocarril, y los ensanches. Su enclave privilegiado entre Las Encartaciones, más concretamente, el Valle de Somorrostro (suministradoras de mineral de hierro y productos férricos variados) y la Ría (importante eje comercial y vía de comunicación con Europa) fue determinante.servicios para los trabajadores de aquéllas.
Igualmente, a finales del siglo XIX un nuevo elemento incidió decisivamente en el devenir portugalujo: el turismo. Factor este que determinó la calificación de la Villa como una de las primeras localidades vizcaínas de carácter residencial y turístico de alto postín, ligada a la temporada de baños. La burguesía bilbaína y local, al igual que numerosas familias fundamentalmente inglesas se asentaron en la población. Esto provocó la dotación, por parte de capitales públicos y privados, de un conjunto de serviciosmunicipales (ayuntamiento, matadero, escuela, cementerio, lavaderos, depósito de aguas y cuartel), de edificios de recreo y ocio (balneario, teatro, kiosco de música,…), así como, de nuevas infraestructuras (construcción de nuevas carreteras de unión con Bilbao y Santurtzi entre 1854 y 1858; llegada del ferrocarril en 1888; realización del Puente Colgante entre 1891 y 1893).
«…Emplazada a 13 kms de Bilbao, (43º 19’ 12’’ de latitud y 0º 40’ 00’’ de longitud), en la margen izquierda de la desembocadura de la Ría del Nervión-Ibaizabal, la localidad de Portugalete se extiende entre los municipios de Ortuella, Santurtzi, Sestao y Trapagaran. Está asentada sobre una colina levemente ondulada en la que destacan las suaves elevaciones de Campanzar (103 m), Los Hoyos (102 m) y San Roque (85 m). Situada en el flanco septentrional del gran pliegue anticlinal de Bizkaia, de orientación NO-SE, sus formas son el resultado de los restos dejados por los antiguos glacis de la época preglaciar, modeladas en un clima semiárido. Desde el punto de vista geológico se halla enclavada sobre una superficie carbonatada e intensamente fragmentada, que pertenece al cretácico, al igual que el resto de las poblaciones limítrofes de aquella orilla. Sus terrenos se encuentran recubiertos por una capa arcillosa que dificulta el trabajo agrícola, sustituida en las zonas más elevadas por arenisca y roca calcárea. Los materiales geológicos de Portugalete, enmarcados en el Albiense Inferior-Medio, con una antigüedad aproximada de 115 millones de años, tardaron en depositarse de 10 a 12 millones de años, siendo sus terrenos más elevados, es decir, los barrios de Repélega, La Florida y Campanzar, los más antiguos…»

Mapa de Portugalete
El núcleo histórico de Portugalete se asienta sobre una ladera en la margen izquierda de la Ría del Nervión-Ibaizabal, en la desembocadura de la misma. Fue fundada en 1322 y refundada en 1332 por María Díaz de Haro, mediante concesión del Fuero de Logroño. Los privilegios jurisdiccionales consiguientes auspiciaron un cambio radical en la actividad económica con lo que el antiguo asentamiento agrícola-pesquero se fue convirtiendo en una villa desarrollada en función del comercio. Atendiendo a la estructura urbana aún se conservan restos del primitivo asentamiento pesquero en la línea de edificios actual del llamado «muelle Viejo», lugar donde se encontraba el pequeño puerto natural que, en el siglo pasado, fue rellenado para la construcción de la estación del Ferrocarril.
El casco histórico de la Villa, sin embargo, se consolida a partir del desarrollo comercial de ésta, y presenta una estructura singular, única en las villas costeras y vizcaínas. Esta se deriva por una parte, del sentido comercial del puerto, que hace que la villa sea un lugar de paso entre el mar y la tierra, y por otra, de su asentamiento en una costa de difícil topografía. Así, la planta de la Villa responde morfológicamente a la forma elíptica de las villas de paso de la tierra llana, pero abriéndose al mar al modo de las villas marineras. Las calles principales: Santa María, calle de Víctor Chávarri (antigua calle del Medio), y Coscojales, con cantones transversales, avanzan en el sentido de la pendiente permitiendo el enlace entre el puerto y tierra llana, reflejando la dedicación comercial de Portugalete. Dentro del casco, la mayor parte de los edificios son construcciones residenciales de planta baja destinada a actividades comerciales o artesanales, y 1 o 2 pisos recrecidos en una o dos alturas en el siglo pasado.
Algunos presentan escudo y arco de acceso, y la mayor parte se orientan hacia las calles principales, con trazado prácticamente rectilíneo, formando manzanas sencillas en las calles extremas y dobles en las centrales. Las transformaciones que supuso el crecimiento económico vizcaíno del pasado siglo tuvieron importantes consecuencias en la morfología de Portugalete. En el entorno del casco medieval, el antiguo puerto fue rellenado para la construcción de la estación del ferrocarril, y a partir de aquí se crea la Plaza Solar y se construye el primer ensanche del muelle. En el Casco Medieval y en el primer ensanche de éste hacia la ría se encuentran edificios de gran relevancia histórico-artística destacando especialmente: la Iglesia de Santa María, magnífico ejemplar del llamado «gótico vasco», en la zona alta del casco urbano medieval, sobre el antiguo puerto de Portugalete; la reconstruida Torre de Salazar, única conservada de las cuatro torres banderizas documentadas en la Villa, que es el elemento arquitectónico más antiguo de la misma; la Casa Consistorial, neoclásica, con fachada noble orientada hacia el tramo final de la C/ Santa María; y la antigua Estación de Ferrocarril, de estilo neoclásico tardío, sobre el relleno del antiguo puerto de la Villa. Habría que citar, así mismo, el actualmente desaparecido «Hotel» o «Casa de los pobres», el Kiosko de la Música, el Monumento a Víctor Chávarri y el edificio del mercado. En el N del Casco Histórico se sitúan las piezas urbanas de ejecución contemporánea, en algunos momentos son sin solución de continuidad con el resto de la ciudad que se desarrolla hacia el O.
La villa fundada en 1322 por Dª María Díaz de Haro «La Buena», sobre una puebla documentada ya siglos antes, integrada en Las Encartaciones y habitada por gentes de mar asentadas al abrigo de su puerto natural. La fundación, cuya carta puebla firmada por Dª María fue ratificada en 1432, mediante el Privilegio de Confirmación por Juan II de Castilla. En ambos documentos se otorgaba a los vecinos una serie de beneficios sobre el comercio y transporte de mercaderías, principalmente lana y hierro, así como sobre la actividad pesquera. Y ha sido esta la característica de su territorio y sus habitantes a lo largo de la historia.

1693 Portugalete

1680 Portugalete
El casco viejo representa el origen de la villa, allá por la Edad Media, cuando estaba protegida por murallas (ha sido declarado conjunto histórico artístico).
«En la etapa bajo medieval la Corona de Castilla otorgó a Bizkaia un gran protagonismo al convertir su costa en el puerto de salida para el desarrollo de sus intercambios internacionales. De ahí que el Señorío de Vizcaya se lanzase a la fundación de un sólido cinturón de núcleos costeros como Plencia (1299), Bilbao (1300), Lekeitio (1325), etc, volcados todos ellos a las actividades portuarias. En ese marco hay que inscribir la fundación de Portugalete en 1322 por la Señora de Vizcaya, Doña María la Buena. Esta villa medieval ha vivido hasta mediados del siglo XIX casi exclusivamente de las actividades económicas relacionadas con el mar “…la principal vibienda e mantenimiento della es por la mar, de manera que ay muy pocos que no ayan de yr por ella en diversos tiempos”. En la etapa medieval, la que nos ocupa, la ocupación principal de Portugalete fueron las actividades de carga y descarga, en relación a su recinto portuario que ofrecía unas condiciones excepcionales. Esta dedicación se vio reforzada en la carta fundacional al otorgarle un conjunto de privilegios comerciales en exclusividad, que lo convirtieron en el único puerto de la zona baja de la ria autoriazado para las operaciones comerciales de carga y descarga. Los dos flujos comerciales que centraron la especialización comercial de Portugalete, otorgándole pujanza económica durante los siglos XIV y XV fueron la exportación de lana y el transporte de mineral ferruginoso…»
«…En el origen de Portugalete se combinan dos factores muy favorables, el ocupar una privilegiada posición en el bajo Nervión-Ibaizabal y contar con un puerto con suficientes garantias para el tráfico comercial. Estos factores positivos conducen a pensar que con anterioridad a la fundación de la villa medieval existió un enclave costero, no sabemos desde cuando, dedicado a la pesca de litoral. En la fundación de la villa estas dos circunstancias tuvieron un papel decisivo. Este modesto puerto se dispusó a lo largo de la actual calle de Manuel Calvo, contado con un núcleo edificatorio compacto a la altura de la actual estación de Ferrocarril. Este puerto desapareció entre 1884 y 1888 al rellenarse la ensenada del muelle viejo para construir el ferrocarril de Bilbao a Portugalete.
La villa medieval se dispusó en la ladera inmediata al puerto, roquedal que penetra en el mar, porque las condiciones orográficas, atalaya sobre fuerte talud, imposibilitaban su ubicación justo encima del Puerto. Con este emplazamiento el puerto de Portugalete ganó en superficie al integrar dentro de su recinto los arenales en los que desembocaba el roquedal, que venían a ocupar lo que hoy se conoce como la Plaza del Solar. Confinaba por el N con el mar, por el S con los límites jurisdiccionales de Sestao, por el E con los de la anteiglesia de Getxo y por el O y NO con el concejo de Santurce. Esta disposición geográfica tiene su plasmación en una morfología urbana peculiar en el contexto de las villas medievales vizcaínas. Esta singularidad se centra en que las calles se disponen perpendicularmente con el puerto, en vez de hacerlo en paralelo. La razón se encontraba en la necesidad de favorecer las actividades portuarias, lo que se conseguía con el trazado de viales rectos. Estas ruas fueron; Santa María, del Medio y la Fuente (hoy Coscojales).
En cuanto a su formación se puede intuir su disposición sucesiva en dirección SE-NO, en relación con la proximidad al puerto primitivo y la necesidad de comunicar el nuevo puerto con la zona alta. El casco urbano de este villa presentaba un reducido formato al igual que el resto de las villas medievales vizcainas “su tamaño medio era, hacía 1500, de 3’3 ha”. El plano del casco se ajusta a un modelo reticular, heredero del sistema hipodármico helenístico que obedece a un criterio organizador que se repite en todas las villas vizcainas. En Portugalete se presentan 3 calles paralelas, Santa María, del Medio y de la Fuente, cortadas por 2 cantones, Atarazanas (hoy Salcedo) y Santa Clara-Panaderas (hoy Lope García de Salazar). El casco portugalujo se emplaza entre una cota mínima de 6,3 m en la plaza del Solar y una máxima de 30,77 m en la plaza del Cristo, lo que se transluce en un fuerte desnivel muy acusado como consecuencia de la disposición sobre una ladera de fuerte pendiente…
Este pequeño casco urbano se hallaba definido por las cercas “que eran muros exentos de fábrica pétrea de 5 a 7 m de altura y un grosor que oscilaba entre 1 y 1’7 m. Se abrían al exterior a través de portales y portillos situados en el extremos de algunos viales. Las funciones de estas murallas eran múltiples. La más evidente era la defensiva… eran ante todo un elemento disuasor contra posibles ataques de pequeños grupos armados…» En la carta-puebla de Portugalete no se indica nada en lo que respecta a la necesidad de crear la villa como sucede, por ejemplo, en el caso de Lekeitio, sin embargo de su existencia se registran numerosas referencias en las actas municipales hasta que fueron derribadas en 1691.
El recinto amurallado se componía de 3 portales principales de acceso y un portillo menor:
a) La Puerta del Cristo que estaba en la salida hacia Sestao, Somorrosto y Ortuella. En sesión del doce de julio de 1649 se ordena que como medida preventiva contra la enfermedad contagiosa se pongan guardas en las puertas del Cristo y Santa Clara.
b) La Puerta de la Ribera o de la Sardina que se disponía en la salida al mar. En sesión del 8.7.1564 se le denomina como puerta de la Ribera del baxo del Solar.
c) La puerta de la Barrera o de Santurce o de San Jorge o de Santa Clara que estaba frente al Convento de Santa Clara en la salida hacia el camino de Santurce. Esta puerta se menciona en sesión municipal del concejo con fecha de 8.7.1564, denominándola puerta de la Barrera.
d) El portillo del cantón de Lope de García de Salazar se trata “de una tapia de unos 3’5 m de altura por poco más de un metro de profundidad. Su fábrica en mampuesto de arenisca de mediano tamaño y ordenado en hiladas, se remata en las cantoneras mediante sillares, también de arenisca, bien trabajados”. En ella se abren 3 huecos, 2 saeteras abocinadas al exterior “rasgadas en el siglo XVI–quizás como ampliación de otras anteriores” y el amplio arco de acceso al cantón de Lope García de Salazar, ligeramente apuntado hasta que en 1983 una torpe y desdichada intervención le dió la forma circular actual, como resultado de la sustitución de dos dovelas (una la clave y otra vecina). En opinión de Glez. Cembellín este portillo se construyó con toda probabilidad en 1494, respondiendo a la inquietud de los vecinos de Portugalete, provocada por los intentos de Ochoa de Salazar de integrar al cantón dentro del recinto de su torre…
El trazado de la muralla en el siglo XV queda patente en el plano topográfico de Portugalete realizado en 1878. La cerca se extendía entre los portales de la Barrera y el Cristo siguiendo el trazado del cantón de Atarazanas (denominación que recibió a finales del siglo pasado al formarse la calle sobre la antigüa ronda); continuaba por la calle Casilda Iturrizar (se formó en el siglo XVIII al derribarse la cerca) seguía por el cantón del Salcedo (con anterioridad se llamó Atarazanas por disponerse en él, los astilleros y luego Carniceria, cuando decayeron los astilleros, por situarse ese edificio en la embocadura del cantón), hasta el Portal de la Ribera, finalmente desde el Portal de la Ribera ascendía hasta el Campo de la Iglesia. También había otro tramo de cerca que partía del Portal del Cristo y llegaba al camino del puerto viejo, envolviendo a la iglesia parroquial…»
PORTUGALETE, VILLA MEDIEVAL. URBANISMO Y ARQUITECTURA, 1322-1500 Gorka Pérez de la Peña Oleaga. Revisión del Arte Medieval en Euskal Herria. Cuad. Secc. Artes Plást. Monum. nº 15 (1996), pp 247-261.- Donostia: Eusko Ikaskuntza.- ISBN: 84-89516-06-5

Portugalete s XVI
El cosmógrafo portugués Pedro de Texeira elaboró para Felipe IV uno de los atlas más bellos que existen, al tiempo que un documento excepcional para conocer el estado de los más importantes puertos de la monarquía española en el siglo XVII. Con este mapa Texeira pretendía realizar la descripción de toda la costa peninsular; un propósito que se inició hacia el año 1622 y concluyó en 1634. La obra de Texeira estaba dividida en 2 partes, la gráfica, con los dibujos de la costa, y la literaria, con el relato de algunas peculiaridades y los aspectos más destacados de las villas y pueblos que se reflejaban.

1624 Portugalete
“Está la villa de Plazencia situada de la parte del oriente de su río, gozando de su margen y de amenas arboledas que le acompañan. Es lugar de buena población y lindo asiento, abierto como lo son todos los más de esta costa. La barra de su río no es capaz de (que) por ella entraren más barcos. Tiene a la entrada, de la parte del poniente, una isla. Poco distante della ase la costa vn cabo que dizen de Ostondo.
Desta villa y puerto de Plazençia a dos leguas está Portogalete. Ynclinándose la costa del nonbrado cabo de Ostondo azia el medio día sale en el mar el cabo que llaman de Galera. Adelante de él está la barra del río de Bilbao y, media legua della, junto al río de la parte del poniente, está çituada la villa de Portogalete, donde dan fondo todos los nauíos que van a Bilbao, aguardando la marca para subir por el río. Y este espaçio de tienpo les vezitan los de Puertogalete de que Bilbao reçibe, ansí en la juridiçión como en el trato, mucho daño. Tiene esta villa de Puertogalete vn muelle y en él vn terrapleno con quatro pieças de artillería para la defensa de la barra. Cárgase en este puerto muncha cantidad de hierro en mineral que lleban a laurar a Guepúscoa y otras partes, de que reçibe la barra mucho daño y conosidamente se ua cada año serrando y por tienpos se ará yncapaz de poder entrar por ella nauíos considerables. Y es que todos los que bienen a cargar el hierro, como queda dicho, vienen uazios y les obliga uenir con mucho lastre y para tomar la carga todo desaligan en la plaia y con las abenidas del río le lleba a la barra. Y aunque es conoçido este daño no tratan del remedio por el ynterés que se les sigue de vender el mineral. Y conósese este daño en la uilla de Bilbao porque solían venir muchos nauíos de grande porte cargados de mercancías a ella y oy no se atreuen con el peligro de la barra y así se le ba acabando el trato, siendo por él esta uilla la más rica de todo este señorío.
Está la famosa villa de Bilbao distante de la barra al mediodía dos leguas. Situada en la orilla de su río de la parte del leuante y de la del poniente tiene vn gran arrabal. Es lugar de muncha poblaçión y de buenos edifiçios, murada lo antiguo. Asiste en ella su corregidor y deputaçión. Llegan los nauíos a descargar sus mercançías en vn cais junto a las mismas cazas y puente de la uilla.
De Portogalete ba la costa al poniente. Dos leguas está la barra y puerto de la uilla de Sumorrostro, quedando en media distançia della y de Puertogalete vna plaia de arena, junto a la qual está vna aldea que llaman Poueña. Es Sumorrostro lugar de poca población y de menos trato. La barra tiene muy poco fondo. Fabrican en este lugar nauíos para la carga de hierro y para los sacar ende la barra aguardan por agua bibas, y sin ellas ny pueden salir ny boluer a entrar. Deste puerto al poniente media legua parte este señorío de Biscaia con la jurisdiçión de las Quatro Villas o Asturias de Santillana, y de la barra de Puertogalete asta este límite es la costa de la Encartaçión que dizen de Bizcaya.”

1625 Portugalete
A finales del siglo XIV comienza las guerras banderizas, que marcaron el siglo XIV y XV en el País Vasco. En estas guerras cabe destacar, en cuanto a la nobleza jarrillera, la intervención de los Salazar, quienes erigieron la casa-torre que lleva su nombre a finales del siglo XV. En 1483 visitó la villa la Reina Isabel la Católica. Quiso la reina con su presencia invitar a la paz y concordia a los bandos y linajes que mantenían rivalidades desde mucho tiempo atrás, aparte de confirmar el Fuero de Portugalete.
El puerto de Portugalete fue desde finales de la Edad Media el lugar de salida de la lana castellana hacia Flandes, como antepuerto de Bilbao que era. No obstante Bilbao, a partir del siglo XVI, apoyándose en el poder de la monarquía, le fue arrebatando este monopolio comercial.
En 1614 se construyó el Convento de Santa Clara, actualmente Centro Cultural de la Villa al ser adquirido por el ayuntamiento en 1987.

Plano que representa el estado de la Región Inferior de la Ría y Barra en 1731 y proyecto propuesto entonces para mejorar una y otra por el Ing. D. Pedro Moreau, y modificación introducida por el Ing. Drtor. D. Diego Bordik

1734 Portugalete

1738 Portugalete
Durante la III Guerra Carlista (1871-1875), la villa sufrió el asedio de los partidarios de D. Carlos, de julio de 1873 a marzo de 1874. La plaza fue tomada por los sitiadores.
En 1828, el perito portugalujo Pedro Miguel de Soriano tasaba un terreno de labranza propiedad de su vecino José Chávarri situado en el paraje El Cuervo, zona acantilada junto a la batería del mismo nombre. Daba así comienzo la expansión de Portugalete hacia los límites del municipio de Santurce.
En el siglo XIX, la industrialización de la comarca dinamizó su economía, reforzada por la llegada del ferrocarril Bilbao-Portugalete en 1888 y la construcción del puente colgante en 1893 y el muelle de hierro en 1887.
Su ubicación costera, unida a su playa y balneario, motivó a la nueva burguesía a establecer en Portugalete su residencia de verano, erigiendo palacetes al borde de la ría y sobre la costa.
La promoción del proyecto de ensanche de Las Arenas data del 13.10.1867 y corrió a cargo del empresario Luciano Urízar Echevarría, esposo de Cesárea Roales San Martín (Socia Fundadora de Altos Hornos de Bilbao), y abuelo del diputado a Cortes Luciano Zubiría, Luis Zubiría (Marqués de Yanduri), Mercedes Zubiría (Condesa de Motrico), y Teresa Zubiría (Condesa del Abra), quien se comprometió a una serie de estipulaciones y compensaciones urbanísticas y financieras para la Villa. La extensión total del terreno era de 12.543 m2. Los solares fueron adquiridos por destacados miembros de la burguesía vizcaína e indiana (Manuel Calvo, Urigüen, Leandro John, Tomás José de Epalza, y Luciano Urízar), que levantaron aquí los edificios que siguen definiendo la fachada de Portugalete hacia la ría. El plano de Francisco Murueta delimitaba 5 manzanas, partiendo de la actual del hotel, cortadas por 4 calles transversales de 6 m. La alineación se hizo siguiendo la ría, entre el muelle y la calle María Díaz de Haro.
A lo largo del siglo XX Portugalete ha seguido siendo centro neurálgico, foco comercial y de esparcimiento de la Margen Izquierda.
La villa no cuenta con grandes empresas industriales, pues las existentes son de mediano tamaño, entre ellas se encuentran las de transformados metálicos, maquinaria y construcción. La inmensa mayoría de sus habitantes trabajan en la zona fabril circundante. Las actividades agrícolas y ganaderas han desaparecido prácticamente a causa del continuo avance del espacio edificado.

1893 Alberto de Palacio. Puente Colgante de Portugalete
El Puente Colgante
«El 28.7.1893, se inauguraba el Puente Vizcaya, también conocido popularmente como «Puente Colgante», «Puente de Portugalete» o, simplemente, «El Transbordador». Es una infraestructura de transporte ubicada en la boca del río Ibaizabal (o «Ría de Bilbao»), en el punto en el que el estuario navegable de Bilbao se abría al mar hasta el siglo XIX. Es un puente transbordador de peaje, de factura absolutamente funcional y utilitaria, sin la más mínima concesión a la estética, pero, sin embargo, bellísimo. Fue concebido, diseñado y construido por la iniciativa privada entre 1887 y 1893, para enlazar con su gran cuerpo de hierro lo que hoy es el suelo de carácter urbano de los 2 municipios que une: Portugalete y Getxo.
Consiste en una estructura metálica formada por 4 torres de celosía de acero remachadas, atirantadas con cables y enlazadas 2 a 2, con una altura total de 51 m. Entre ambas parejas de torres situadas en cada orilla se tienden cables parabólicos de los que cuelga el tablero superior, de 160 m de longitud, suspendido a 45 m de altura sobre el nivel del agua en las pleamares. Por ese tablero rueda, a fin de no interferir en la navegación, un carretón mecánico del que pende una plataforma situada al nivel de las riberas; se trata de la barquilla, capaz de transportar una docena de automóviles y dos centenares de personas. El conjunto móvil enlaza ambas orillas de la ría con un ritmo constante e ininterrumpido, tanto de día como de noche: ese mecanismo del Puente llega a mover anualmente casi 6 millones de viajeros, manteniendo una actividad sin interrupción, 24 horas al día y 365 días al año.
El Puente encarna dos cosas: sueño y negocio. En 1887 Alberto de Palacio conoce al contratista Ferdinand Arnodin. El francés queda seducido por el proyecto de Palacio y le aporta las técnicas de puentes suspendidos con cables que había desarrollado en sus obras anteriores. Así pues, el «Puente Vizcaya» en lo que tiene de Transbordador es invención de Palacio y, en lo que tiene de Colgante, contribución de Arnodin. Por fortuna es las dos cosas al mismo tiempo y es eso lo que le hace original y novedoso.
En un tiempo en que al borde de la ría se fraguaban fortunas multimillonarias, ninguno de los magnates mineros, ni de los riquísimos navieros, ningún banquero ni ninguno de los acaudalados patrones del mayor centro siderúrgico peninsular se arriesgaron a intervenir en el proyecto de unir las dos riberas con un puente de hierro. La novedad absoluta del proyecto hace que los grandes apellidos del Olimpo financiero bilbaíno lo miren con escepticismo. Tampoco ven en el transporte de pasajeros en distancias reducidas un negocio jugoso. Serán doce modestos empresarios ligados al comercio y la industria ligera quienes se embarcarán en la aventura. Entre todos ellos uno destaca como el auténtico empresario de la obra: Santos López de Letona.
El 15.7.1893 llegó la última pieza que faltaba para completar el gigantesco mecano: una bomba de alimentación de agua «Henri David» fabricada en Orleáns. Todo se montó con rapidez en una plataforma sobre los arcos del primer piso de un inmueble cercano y el día 24 el puente se encontraba listo para ser probado. La máquina arrancó con un temblor, la barquilla comenzó a moverse, los cables se tensaron y a pesar de ello el gran esqueleto metálico permaneció rígido, sin flechas ni vibraciones. El puente funcionaba. Y aún hoy lo sigue haciendo…»
La industria siderometalúrgica de la Margen Izquierda monopolizó el trabajo, la producción, la economía, la mentalidad… y la historia de la región. Por esta razón, el estudio de los grandes bastiones industriales ha ensombrecido el papel de las pequeñas y medianas empresas transformadoras del metal, asentadas a lo largo de las márgenes de la Ría en los años 90. Pero que, sin lugar a dudas, también fueron importantes en el proceso de industrialización, ya no sólo por su producción o por la provisión de puestos de trabajo, sino porque actuaron como demandantes de los productos elaborados por las grandes industrias. Como resultado final, toda la Margen Izquierda, especialmente, Barakaldo y Sestao y, en menor medida, Portugalete, quedaron configurados como un espacio fabril muy característico de la industria pesada. Surgió, de esta forma, un continuo urbano entre la línea costera de la Ría y los ferrocarriles, de baja calidad residencial que mezclaba usos industriales, residenciales e infraestructurales. Un paraje urbano en el que la Villa, muy lejos de esa especialización industrial y minera, se afianzó como el centro comercial de los pueblos vecinos…
El Abra
ABRA (del fr. havre ‘puerto de mar’, y este del neerl. medio havene ‘puerto’; cf. al. e ingl. haven)
1. f. Bahía no muy extensa
2. f. Abertura ancha y despejada entre dos montañas…
Así define la RAE abra. Y participa Portugalete de las 2 primeras acepciones. Y es que el gran Puerto de Bilbao, en sus orígenes, se ubicaba en las riberas superiores de la ría, junto a la villa de Bilbao donde se mantuvo hasta la década de los 80 del siglo XX, y en la actualidad el Puerto de Bilbao ubica la mayoría de sus instalaciones en la parte inferior de la ría, en lo que se conoce como el El Abra Exterior, en terrenos de Santurce, Guecho, Portugalete y Abanto y Ciérvana.
«…La articulación de Portugalete como estación de veraneo de lujo para la aristocracia y la alta burguesía a partir de 1850, en que llegan los primeros veraneantes, provocará su expansión fuera del núcleo medieval y la construcción de una nueva ciudad. Por una parte reunía unas condiciones inmejorables para el turismo al estar bañada por una amplia playa de arena fina en la ensenada formada en la desembocadura del río Nervión, y por otra estaba muy próxima a los principales núcleos industriales de la margen izquierda. Los proyectos de ensanche fijaron su interés en los terrenos de arenales, que se extendían entre el escarpe de Abaro y el muelle construido en el siglo XVII, por ser llanos y fácilmente urbanizables. La realización de estas iniciativas se vieron condicionadas desde el principio por la disputa que mantenían el Ayuntamiento y el Estado sobre la propiedad y jurisdicción de los terrenos, discusión que se mantendría durante muchos años. Los planes que se ejecutan son dos, el de 1869-1872 y el de 1904-1917. Estos ensanches configuraron un paseo marítimo de casi 1 km, que se remataba con un muelle de hierro de 800 m. Este paseo con 10 manzanas de palacios y casas burguesas daban una bellísima imagen de la fachada costera de Portugalete. Hoy, las recientes demoliciones y la construcción de edificios que desentonan en altura y en estilo con la arquitectura del Muelle, han modificado el encanto que tenía este entorno urbano. Los dos proyectos realizados tuvieron como antecedentes dos no fraguados, el de 1852 y el de 1857.
EI proyecto de 1852 fue una solicitud de varios propietarios de Bilbao y Portugalete de los solares de Las Arenas para edificar en ellos. El Ayuntamiento, reunido el 5.11.1852, manifestó su apoyo, pero para ejecutarlo debería formarse un plano. El plan que se elabora a partir de ese acuerdo, lo desconocemos; tampoco se ha localizado la memoria. Tenemos referencia de él, a través del informe que elaboró el Ministerio de Gobernación en 1860. Según este, la única diferencia que tiene con el proyecto de 1857, reside en que la calle de Servicio es más ancha. El proyecto de ensanche de 1857 fue elaborado por el ingeniero Amado Lázaro y firmado el 30.7.1857. Elaboró un proyecto exhaustivo y detallado en cuanto al ordenamiento urbano, el ornato de los edificios y su ejecución, pero tenía lagunas en lo que concernía a sus aspectos arquitectónicos….
…Luciano Urigüen y Luciano Urizar presentaron en el Ayuntamiento de Portugalete, el 13.10.1867, el proyecto de ensanche de Las Arenas, sobre los terrenos comprendidos entre la plaza del Solar y la casa del Hospital y Telégrafo, cuyos lindes eran, por el norte con los muelles, por el sur con los huertos de Valle, Epalza, otros huertos y plazuela existente delante de la casa de Moronati, por el este con la plaza del Solar y por el oeste con el terreno cedido que da al mar. Este terreno inculto tenía una extensión de 12.543 m2, 65 cm2 y una longitud de 338,02 m. Se considera que el proyecto era de conveniencia pública en el sentido de mejorar las condiciones materiales de esa culta población, construyendo edificios útiles y capaces para comodidad positiva de sus vecinos y moradores y también a los centenares de forasteros que anualmente concurrían a la playa a solazarse. Estas manzanas son cortadas por 4 calles transversales de 6,54 m de ancho que prestarán luz a los edificios y acceso al muelle. En la parte zaguera forma una calle, la actual María Díaz de Haro que posibilita la comunicación entre la población y los baños. Retira la línea de casas para rematarlas con antuzano, de 4,87 m para que la plaza pública dominara y conservara en gran parte sus vistas al mar.
Hay que esperar hasta los inicios de la presente centuria para que la primera expansión del muelle tenga continuidad edificatoria. El 3.4.1901, el Ayuntamiento toma la ini- ciativa de elaborar un nuevo proyecto de ensanche. El 24 de Julio eleva al Ministerio de Gobernación una exposición con los razonamientos para acometer el proyecto. La primera razón se fundamentó en el enorme crecimiento demográfico que experimentaba la villa, que había pasado de tener 2.920 habitantes en 1887 a 4.692 en 1897 y el crecimiento del núcleo de viviendas, no había crecido al mismo ritmo…
LOS ENSANCHES DEL MUELLE NUEVO DE PORTUGALETE (1869-1917) Gorka Pérez de la Peña Oleaga. Cuadernos de Sección. Historia-Geografía 21. (1993) p. 183-194 ISBN: 84-87471-49-8 Donostia: Eusko Ikaskuntza.

1894 Portugalete
«…Con la citada expansión y consolidación protoindustrial de la comarca, a finales del siglo XIX Portugalete contaba con un variado conjunto de zonas de asentamiento humano, algunas ya consolidadas y otras que empezaban a dibujarse en el entramado urbano, como por ejemplo la calle-carretera del General Castaños, alineada en 1892. Unas áreas diferentes no sólo en su composición social, sino también en su morfología y estructura urbana, distinguiéndose: El antiguo Casco Histórico, abandonado por la burguesía quien seguía conservando su propiedad, vio como poco a poco la cualificación social de sus habitantes iba disminuyendo. Acogía en sus habitáculos a la población obrera, especialmente, en las calles menos iluminadas y con un mayor grado de humedad y estrechez (Atarazanas, Coscojales y los diferentes cantones). En numerosas viviendas insalubres de escasa ventilación e iluminación, carentes de retretes y cocinas, y hacinadas, se daban gran cantidad de casos de hacinamiento, arriendos y subarriendos, habitándose, incluso, las bodegas. Las zonas bajas de la población, junto a la Ría en el Muelle Nuevo, y los escarpes de Abaro y Peñota, eran los parajes elegidos por los vecinos más destacados y poderosos (navieros, armadores, mineros, comerciantes…), para emplazar sus majestuosas edificaciones. De esta forma, satisfacieron sus necesidades de vivienda higiénica, saludable y oreada. Además, la proyección de estos nuevos alojamientos sirvió también para dejar patente en el entramado portugalujo el enorme poder alcanzado por la burguesía, al organizar a su antojo, por y para ella, el espacio urbano.
Las zonas altas de la jurisdicción, Azeta (“Mier”, entonces) recogían a otro sector de la población trabajadora, continuando la alineación de casas obreras que se iniciaba en la calle del Carmen en Barakaldo, que seguía por la de Chávarri de Sestao y que finalizaba en Azeta. Su localización cercana a Altos Hornos de Bilbao, La Vizcaya y a otras factorías, así como a los cargaderos de mineral del ferrocarril de Galdámes, atrajeron a la población obrera. De esta forma, los obreros limitaron al máximo el gasto económico y temporal en sus desplazamientos diarios al trabajo. Sin valores arquitectónicos destacables, estos inmuebles, levantados con rapidez, no reunían las condiciones higiénico-sanitarias mínimas, al carecer de desagüe por donde verter las aguas sucias al mar. Un proyecto este último que tardó en realizarse, contradiciéndose con la rápida ejecución de obras de infraestructura en el Muelle Nuevo, como su alumbrado.
De hecho, la canalización de las aguas sucias de esta área se llevó a cabo a partir de 1885 cuando las autoridades municipales se concienciaron de que un mal saneamiento contribuía a expandir enfermedades infecciosas como la viruela o el cólera. La nueva calle del Ojillo (alineada en 1883), que seguía el antiguo camino vecinal hacia el Valle de Somorrostro, aglutinaba en su interior a otra importante porción de la población trabajadora. Entendido este nuevo vial como la continuación urbana de las construcciones del Casco Histórico, partiendo de la plazuela del Cristo, fue en el primer tercio del siglo XX cuando se produjo su verdadero desarrollo (alineación de las calles La Cruz, Maestro Zubeldia, San Roque y Bailén), si bien sus primeras actuaciones se rastrean ya a finales del siglo XIX.
El resto del término municipal basado fundamentalmente en una economía de carácter agrícola y caracterizado por la presencia de los tradicionales y diseminados caseríos rurales. Los barrios de La Florida (también denominada Calega), Ballonti, Los Hoyos, Los Llanos, La Sierra, Rivas, Pando o Repélega, situados junto a los Concejos de Santurtzi, Sestao y Trapagaran, cobijaban a la población dedicada a las labores del campo.
Realidad urbana, la hasta aquí retratada, en la que se dieron difíciles situaciones de hacinamiento que el estallido de la II Guerra Carlista y el asedio de la Villa (1873-1874) vinieron a complicar aún más. La contienda afectó al conjunto urbano, puesto que múltiples bombardeos hicieron mella en un considerable número de construcciones. Pero fueron las viviendas obreras las que debieron soportar un incremento del hacinamiento, derivado de los destrozos sufridos en numerosos solares urbanos. Así por ejemplo, la destrucción de la manzana de viviendas anexa a la Casa-Torre de Salazar, jamás reconstruida, obligó el realojamiento de sus moradores en las ya existentes. Aunque, éste no es el único caso de estas características. Numerosos inmuebles no se reedificaron rápidamente quedando simplemente como solares, obligando a sus antiguos residentes a recolocarse en las casas situadas en la plazuela del Cristo, propiedad de la Junta de Beneficencia y del Cabildo Eclesiástico.
Otra consecuencia emanada de la conclusión de la contienda carlista fue la gestación de una nueva tipología de viviendas con las nuevas reedificaciones y construcciones. La tradicional casa artesanal1, característica de la Villa, cedería su lugar privilegiado ante las casas de rentas por pisos. Las nuevas construcciones levantadas tras la guerra aumentaron su altura, elevaron el número de plantas y el número de viviendas en un mismo espacio, tratando de dar respuesta a la fuerte demanda residencial, derivada del incremento económico y demográfico de finales de siglo. Una sobreelevación que pretendió al mismo tiempo minimizar la expansión territorial de la Villa garantizando de esta manera su mejor defensa.
Tras la guerra carlista y sus bombardeos, el ensanche del Muelle Nuevo se consolidó y la burguesía abandonó sus viviendas del Casco Viejo, edificando sus viviendas junto al mar o sobre los acantilados.
Con la definitiva conclusión de la contienda la fisonomía de Portugalete cambió completamente, transformándose en una urbe decimonónica, dejando atrás su aspecto medieval. Ala vez que nacieron o se concebieron las figuras del promotor y del rentista que invierte en la propiedad inmobiliaria. La burguesía vizcaína, de este modo, se dedicó a invertir en la ciudad como negocio rentable, apoyándose en la especulación, lo que revirtió en las rentas de los alquileres y en el plusvalor del suelo. Este es el caso, por ejemplo, de Luciano Urigüen y Luciano Urízar, burgueses bilbaínos, que no sólo costearon la edificación del “Ensanche” sobre el Muelle Nuevo, sino que también erigieron aquí sus viviendas.
Desde mediados del siglo XIX la intensificación de la explotaciónminera se convirtió en una extraordinaria fuente de riqueza y relaciones comerciales. Cuando la extracciónminera decayó en el primer tercio del siglo XX la industria siderometalúrgica, el sector financiero y la construcción naval recogieron el testigo. Pronto asumieron el liderazgo de la economía comarcal y de toda Bizkaia, arropados por una incipiente burguesía, ansiosa por rentabilizar al máximo la inversión de sus capitales y por aprovecharse de un conjunto de factores que propiciaron la instalación de modernas y potentes factorías en la orilla izquierda del Nervión. Entre ellos, su emplazamiento geográfico como puerta de entrada hacia Europa, especialmente tras el traslado de las aduanas a la costa en 1841, que la situaron en una privilegiada posición. Asimismo, la difusión por todo el continente europeo de una serie de avances tecnológicos (convertidores Bessemer y Martin-Siemens) favoreció no sólo el aprovechamiento de unos recursos férricos abundantes, sino también el despliegue de una potente industria siderometalúrgica. Además, la larga tradición en el laboreo del mineral de hierro, el florecimiento de una potente burguesía capaz de dirigir esta nueva empresa, la realización de un conjunto de mejoras en la infraestructura (encauzamiento de la Ría, 1878-1887, y construcción del Puerto Exterior, 1887-1902), o el desarrollo de un diversificado entramado financiero, capaz de afrontar los riesgos de esta nueva aventura industrial resultaron también claves en este proceso.
Ese despertar industrializador de la Ría a finales del siglo XIX fue, sin lugar a dudas, un fenómeno de gran envergadura, que conllevó la transformación radical de las relaciones socioeconómicas del área circunscrita y de su entramado espacial.
Ahora bien, las primeras fábricas siderúrgicas, empezando por Santa Ana de Bolueta (1841) se instalaron en Bilbao, mientras, en la Margen Izquierda tan sólo Nuestra Señora del Carmen (1854), en Barakaldo, poseía una única fábrica moderna e importante pero su incidencia en la economía local era limitada. Se encontraba instalada en un área que continuaba manteniendo su marcado carácter agrícola-ganadero, cuyo centro urbano más relevante seguía siendo Portugalete.
Así las cosas, el verdadero despegue industrial de la Margen Izquierda se produjo en la década de los 80 del siglo XIX, coincidiendo con la época en que empezaron a hacerse palpables los beneficios obtenidos por las explotaciones mineras. La industria siderúrgica se convirtió en el abanderado de este despegue y la riqueza del hierro fue la base de un doble comercio hacia Gran Bretaña que aprovechó el flete de vuelta a las costas vizcaínas transportando carbón, necesario para las empresas siderúrgicas instaladas en las márgenes de la Ría, así como tecnología.
Establecidos los pilares de la nueva siderurgia, Barakaldo, Sestao y toda la Margen Izquierda adquirieron entonces un gran protagonismo, acentuándose aún más si cabe al darse el importante paso productivo, del hierro dulce al acero. Su plasmación en el espacio quedó reflejada en la instalación de nuevas factorías. La primera de ellas fue la de San Francisco de Mudela (1880-82) en las marismas de Sestao. Le siguieron en 1882 dos nuevas iniciativas de gran trascendencia, Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao, en Barakaldo y la SociedadMetalúrgica y de Construcciones La Vizcaya, en Sestao, que comenzaron a producir en 1885. Posteriormente, en 1902 estas dos últimas factorías junto con la Sociedad Anónima Iberia, se fusionaron, formando la mayor empresa estatal de carácter siderúrgico: Altos Hornos de Vizcaya, culminación de un proceso de concentración e integración.
La industria siderometalúrgica de la Margen Izquierda monopolizó el trabajo, la producción, la economía, la mentalidad… y la historia de la región. Por esta razón, el estudio de los grandes bastiones industriales ha ensombrecido el papel de las pequeñas y medianas empresas transformadoras del metal, asentadas a lo largo de las márgenes de la Ría en los años 90. Pero que, sin lugar a dudas, también fueron importantes en el proceso de industrialización, ya no sólo por su producción o por la provisión de puestos de trabajo, sino porque actuaron como demandantes de los productos elaborados por las grandes industrias.
Como resultado final, toda la Margen Izquierda, especialmente, Barakaldo y Sestao y, en menor medida, Portugalete, quedaron configurados como un espacio fabril muy característico de la industria pesada. Surgió, de esta forma, un continuo urbano entre la línea costera de la Ría y los ferrocarriles, de baja calidad residencial que mezclaba usos industriales, residenciales e infraestructurales. Un paraje urbano en el que la Villa, muy lejos de esa especialización industrial y minera, se afianzó como el centro comercial de los pueblos vecinos.
Fue así como la población de Portugalete comenzó a sufrir una profunda metamorfosis. El cambio de siglo trajo consigo la afluencia masiva de emigrantes obreros, provocando la entrada en crisis de una sociedad caracterizada hasta entonces por el predominio del sector burgués. Así, desde la primera década de la centuria fueron observables numerosos y relevantes cambios en los diferentes ámbitos de la comunidad portugaluja, ya fuera en la esfera social, económica, política,… Alguno de los signos más notables fueron la reducción del número de sirvientas, la práctica desaparición de las costureras y el incremento de la preocupación municipal ya desde finales del siglo XIX por la dotación de alguaciles y la instalación de cuerpos de seguridad de la Guardia Civil ante la aglomeración de gentes de todas clases, especialmente, trabajadores y la generalización de altercados, delitos,…
El proceso industrializador se consolidaba mientras tanto en la Margen Izquierda y acabó integrando a Portugalete en la economía de la comarca, ante la concentración de actividades industriales, urbanas y portuarias en los municipios adyacentes. De esta manera, la Villa quedó englobada en la encrucijada de los tres ejes existentes en la comarca: el financiero de Bilbao; el industrial de Barakaldo y Sestao; y el minero de Santurtzi-Ortuella, Trapagaran, Abanto y Zierbena. Pero lo hizo sin encuadrarse completamente en alguno de ellos, constituyendo uno propio, el cuarto eje de cariz mercantil-industrial. En el corazón de los ejes fabril y minero, Portugalete aglutinó en sus límites una sociedad mercantil e industrial, ejerciendo las veces de prototipo para las villas mercantiles que se industrializan.
Pero a esa primera y próspera etapa de las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, le sucedió otra, tras la conclusión de la I Guerra Mundial, en la que la producción industrial y sus extraordinarios beneficios se resintieron, incidiendo gravemente en la coyuntura económica de la región, incluido Portugalete. Después, “los felices años 20” hicieron resurgir nuevamente el esplendor siderometalúrgico y la euforia inversionista, truncados una vez más con el inicio de la década de los 30.
El “crack” bursátil del 29 y la inestabilidad financiera consecuente afectaron a la economía de la comarca, pese a la desvinculación española de la economía internacional. La minería y las sociedades navieras fueron las primeras en toparse con serias dificultades, seguidas inicialmente por la crisis de la siderurgia al congelarse las inversiones públicas de la II República en obras públicas y después, en 1936, por los problemas económicos del resto de empresas con el estallido de la contienda civil. Más tarde, los escasos daños provocados por la conflagración en los establecimientos industriales de la Margen Izquierda contribuyeron a que su siderometalurgia fuera militarizada.
Con la entrada de las tropas nacionales en junio de 1937 las fábricas enfocaron su producción hacia la elaboración de material bélico. Este hecho provocó un crecimiento de la producción hasta 1942, estimulado en un primer momento por la propia Guerra Civil y, después, por el contexto europeo y el aporte tecnológico y de maquinaria a las potencias del Eje.
Producido el alzamiento de las tropas nacionales el 18.7.1936 contra el Gobierno de la República, su entrada en Portugalete se produjo el 22.6.1937. Antes, el 26 de abril, había tenido lugar el bombardeo de Gernika, una trascendental maniobra táctica que, no sólo supuso la destrucción de un enclave sacro para los vascos, sino que también dio a conocer a los defensores de la República el potencial aéreo de la Legión Cóndor alemana. En realidad, su bombardeo fue una advertencia a la población de la Ría, sin destruir su industria, del poderío franquista respaldado por los alemanes, puesto que la conservación de las fábricas vizcaínas resultaba vital en sus planes. De este modo, con la instauración del régimen franquista en la Margen Izquierda, se reactivó la actividad industrial, bursátil y minera de la zona, paralizadas por el conflicto bélico. Pero también se produjo un empeoramiento del nivel de vida de la población obrera al originarse un distanciamiento entre los precios y los salarios. Además los estropicios provocados por el bombardeo en el parque inmobiliario quedaron a la vista de todos, convirtiéndose la imagen del travesaño central del Puente Colgante, hundido y totalmente destruido, en una de las más representativas.
La conclusión de la II Guerra Mundial marcó el inicio de una nueva etapa caracterizada por el estancamiento de la producción industrial, que tan sólo comenzó a ser superado, de forma pausada, a partir de 1951. Dió comienzo, de esta manera, la década bisagra de los 50′, en la que el tren de la recuperación en la Margen Izquierda lo arrastraron, especialmente, la siderometalurgia y los transformados metálicos y, secundariamente, la industria química y el sector de la construcción. Fue en esos años cuando nuevos establecimientos fabriles decidieron emplazarse en Portugalete, reproduciendo el mismo esquema al presentado por el resto de la Margen Izquierda. Atrás quedaban aquellas pequeñas instalaciones industriales jarrilleras de producción modesta sin ninguna notoriedad, entre las que predominaron los talleres de carpintería o los talleres mecánicos. Ahora, el sector de maquinaria no eléctrica y la construcción se convertía en las actividades fabriles de mayor relevancia. Después, aparecerían las industrias básicas y las construcciones metálicas. El resto de sectores industriales (alimentación, bebidas y tabaco; textil, cuero y calzado; caucho, plástico, otras manufacturas; y el material eléctrico y electrónico) poseían limitada importancia.
Los primeros desarrollos urbanísticos del área metropolitana de Bilbao comentario a fines del s XIX, mediante los denominados Planes de Ensanche. El inicial y más representativo fue el de Bilbao, redactado por Alzola, Achúcarro y Hoffmeyer en 1876. Diseñaban una ciudad nueva, separada de la tradicional Ría y alrededor de l espacio del ensanche surgía una cinturón de suburbios sin planificación previa. Luego el Ayuntamiento de Bilbao propuso una nueva ampliación que sería realizada finalmente por Epalza en 1896. Posteriormente en 1923, se decide acometer el planeamiento comarca de La Ría y el Abra. Ricardo Bastida diseña el esquema de conexión diaria de los pueblos colindantes con Bilbao.
Los municipios de los alrededores también fueron creciendo mediante planes de ensanche: Barakaldo (Proyecto de Urbanización, 1926), Sestao (plano de 1928 y Proyecto de 1933), Portugalete (Plan de Ensanche de 1925), Erandio (Proyecto de Ensanche de 1925) y Getxo (Plan de Ensanche de 1924).
En 1946 se dió óel gran salto a un nuevo mecanismo de planeamiento con la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao y su Comarca (1946) que, si aún no se le puede atribuir una concepción metropolitana, articula la ordenación de los nuevos usos urbanos sobre los 3 valles de Txorierri, Nervión y Trapagarán. Esta concepción de 3 valles de desarrollo más allá del propio municipio de Bilbao se mantiene en el vigente Plan Territorial Parcial del Bilbao Metropolitano. El Plan Comarcal pretendía utilizar la nevegabilidad del Nervión como puerto continuó y ordenar los usos industriales apoyándolos en el frente de la Ría, criterio que tuvo una profunda incidencia en los paisajes de todo el ámbito. El PGOU de Bilbao y su comarca de 1964 contenía en cuanto a ordenación industrial el esquema territorial definido en el plan de 1946, si bien la cantidad de suelo disponible se aumentó, por lo que algunos autores lo han calificado como Plan de Extensión. El único cambio de criterio que introdujo el Plan Comarcal de 1964 respecto del de 1946 fue el traslado del puerto a la desembocadura.
Una serie de factores como la tolerancia municipal, la vulneración de la Ley del Suelo de 1956 en numerosas ocasiones o la concesión de licencias constructivas tomando como referencia un Plan de Ordenación Urbana (1965-67), nunca aprobado oficialmente por las autoridades superiores, contribuyeron a gestar una anárquica realidad espacial. Los “errores” o irregularidades urbanísticas se multiplicaron por doquier, alentados por la permisividad municipal y la búsqueda de mayores beneficios de los promotores. La sombra de las irregularidades urbanísticas, así como la sospecha de la corrupción y el abuso de poder hicieron acto de aparición, llegando incluso hasta los plenos municipales (1.4.1969 y 23.10.1970). El resultado se dejó sentir rápidamente en la morfología urbana. Viviendas apresuradamente levantadas, de pequeñas dimensiones y pagadas mediante hipotecas vitalicias se apoderaron del panorama constructivo portugalujo. El alto índice ocupación y las pobres condiciones de habitabilidad de los alojamientos, el desorden urbanístico, la mínima inversión en infraestructura y equipamientos, junto con la drástica reducción del espacio libre, el hacinamiento, la degradación del medio ambiente y la carencia de suelo público se convirtieron en las notas dominantes de la localidad.
A partir de 1975, con la irrupción de la crisis y las dos posteriores décadas de ininterrumpido declive, se pusieron en marcha para el área metropolitana una serie de proyectos e iniciativas (inversiones en grandes infraestructuras, políticas de promoción económica) que tenían por objeto iniciar un proceso de regeneración metropolitana. Se trataba de una serie de estrategias que ya se habían experimentado anteriormente en otras ciudades en procesos de desindustrialización, como Pittsburg o Baltimore. Se planteaba la realización de grandes proyectos urbanos que transformarían fisica y funcionalmente todo el espacio del área metropolitana, reconvirtiendo espacios estratégicos y singulares degradados u ocupados por actividades obsoletas.
De 1970 a 1990, el área metropolitana de Bilbao se reestructuró debido al declive industrial y urbano. A partir de 1990 se asistió a un proceso de regeneración económica y a la formación de un nuevo modelo urbano con base terciaria. Desde 1980, fue el sector servicios el que compensó en parte la destrucción de empleo en el sector industrial. Todo ello se produjo en un marco de cambio de modelo productivo en el que el proceso de desindustrialización intensificaba la jerarquización espacial y la segregación social entre margen izquierda y derecha, ya que eran los municipios de la margen izquierda los que sufrían con mayor crudeza la destrucción de empleo y veían un escaso desarrollo de las actividades terciarias, entre otras razones por la relocalización de una parte importante de la población residente desde las zonas deprimidas de la margen izquierda hacia la
margen derecha.
La estructura urbana y paisajística estaba totalmente condicionada por el desarrollo industrial ligado a la actividad portuaria y al transporte de la Ría. Esos espacios mostraban hacia 1980 todo el impacto de la crisis industrial que había dejado como legado extensas áreas de ruinas industriales en desuso a lo largo de la Ría, un auténtico «mosaico de barbechos industriales» susceptibles de nuevos usos.
En 1978 el Ministerio de Cultura iniciaba la declaración de Conjunto Histórico Artístico para el denominado Casco Viejo de Portugalete, de acuerdo con una delimitación que venía a corresponder fundamentalmente con la trama de la villa medieval. El Ayuntamiento posteriormente decide redactar al amparo de la nueva legislación del suelo, un Plan Especial con contenidos orientados tanto a la protección como a la reforma interior. El ámbito en este caso resultaba ligeramente mayor, ya que incluía algunos bordes inmediatos al casco viejo. Por último, el Gobierno Vasco en 1985 procedía a declarar un área de Rehabilitación Integrada, pero para un ámbito también distinto a los dos anteriores y pensado fundamentalmente desde la óptica exclusiva de la rehabilitación de la vivienda. Se nos plantea así la necesidad de redactar un Plan , que por una parte, 2 actuara sobre un ámbito de planeamiento que englobara las tres delimitaciones, y por otra, estuviera dotado con unos contenidos que dieran respuesta a las distintas demandas planteadas de protección, reforma interior y rehabilitación. El ámbito de la actuación y las características de la intervención no podían plantearse al margen de las estrategias de planeamiento diseñadas desde y para el conjunto de la ciudad, de ahí que su enmarque en el Plan General resultara una necesidad, hasta el punto de optar porque las redacciones, tanto del Plan General como del Especial, corrieran paralelas en el tiempo. En este sentido, era una cuestión fundamental la de replantear de nuevo la relación entre la ciudad y la ría. Esta relación, que dio contenido y forma a la ciudad hasta la última guerra civil, saltó hecha añicos en el momento en que el boom inmobiliario de postguerra desparramó incontroladamente la ciudad hucia el interior del territorio municipal, cambiando buena parte del sentido económico que sustentaba aquella relación, lo que trajo consigo el que ría y ciudad pasaran a ignorarse mutuamente.
La necesidad de hacer que la ciudad volviera la vista hacia la ría, y la justa revalorización de ésta, entendida como el gran espacio libre al que históricamente aquélla se abría, hacía obligado el situar el casco medieval y su ensanche inmediato en el conjunto de la cornisa a través de la cual el municipio se asomaba. La cornisa se convertía así en el verdadero ámbito y objeto del planeamiento, dentro del cual la villa se convertía, de sujeto central, en un elemento más de este nuevo ámbito de planeamiento.
El tramo final de la ría conserva todavía, a pesar de las recientes edificaciones que han desvirtuado su imagen, un indudable interés paisajístico como contraste con el paisaje industrial que la caracteriza en su curso superior. En este tramo ,final el paisaje urbano de la ría se abre hacia el puerto exterior haciéndose sentir la presencia del mar. Es, pues, un lugar donde la ciudad, el río Nervión y el mar se encuentran. Encuentro plagado, por otra parte, de múltiples sugerencias y evocaciones del esfuerzo del hombre por dominar para su beneficio un díficil estuario.
Su configuración actual nos habla de los continuados intentos por hacerla navegable; de la lucha contra la barra de arena que cegaba el acceso; de la consolidación de sus márgenes; de la fijación de la bocana con el muelle de hierro, etc., episodios todos ellos que se ilustra en el monumento al ingeniero Evaristo Churruca. Desde esta perspectiva se condensa para nosotros en la actual configuración física del tramo final de la ría el núcleo fundamental de la historia del desarrollo minero e industrial de Bilbao, que es al fin y a la postre la historia que ha configurado territorialmente la Vizcaya actual. El Plan Especial tenía, lógicamente, que ocuparse de la conservación y protección de este gran espacio, que debía ser entendido en su definición morfológica como un tramo de ría histórica totalmente acabado, al que no dudamos en calificar por sí mismo, como el monumento más emblemático y significativo de nuestra provincia.
La fachada de Portugalete, junto con el puente transbordador del arquitecto Alberto de Palacio, auténtico arco de triunfo y puerta de acceso de la ría bilbaina, y la atalaya en la que se asienta el templo gótico de Santa María configuran hoy una imagen, que se ha llegado a convertir en una vista típica y casi turísticamente tópica, que ha pasado a formar parte del patrimonio iconográfico popular. El ámbito de la intervención presenta un carácter diverso, derivado de la propia definición y configuración de las distintas áreas que quedan incluidas dentro de él. El área del casco viejo y su entorno se diferencia claramente del resto de la ciudad por sus dos flancos, en donde se presentan amplios espacios verdes, que permiten distinguir el centro histórico del resto de la ciudad, contraste este que el Plan propone mantener, tanto por la conservación de la imagen que se ofrece sobre la ría, como por su función clarificadora de la forma de la ciudad. La reserva inedificada in extremis de estos espacios libres, permite pensarlos como verdaderos parques, de una ciudad caracterizada por la agobiante presencia de lo edificado. A efectos tanto de análisis como de intervención, el área queda dividida en partes que pueden diferenciarse entre sí, por su localización, su morfología, su función dominante, su período de construcción, etc., aspectos todos ellos que ilustran en buena medida, ideas diferenciadas de conseguir la ciudad y que exigen a su vez intervenciones particularizadas para cada una de ellas. La primera de las partes se correspondería con lo que hoy entendemos por villa de fundación de ascendencia medieval, en la que la coherencia entre morfología urbana y tipología edificatoria puede ser seguida y analizada a lo largo del tiempo, detrayendo de ella consecuentes criterios y pautas de intervención. La planta de la villa responde morfológicamente a la conocida forma elíptica de las fundaciones vascas, con las particularidades propias derivadas de encontrarse asentada en una ladera de fuertes pendientes y de abrirse en su parte inferior, junto a la margen del río, a la actividad portuaria. El interés de este trozo de ciudad no radica, por descontado, en el valor artístico de arquitecturas concretas, aunque una pieza como la iglesia de Santa María goza de la declaración de monumento nacional, sino que es el conjunto de lo edificado, formado fundamentalmente por arquitecturas menores de caserío residencial, con bajos comerciales y artesanos, lo que, unido a la traza de sus manzanas y a la interesante coherencia entre parcelario, forma urbana y tipología edificatoria, acaba configurando un área, que suma a su valor histórico una indudable.
En 1986 quedará aprobado el Plan General de Portugalete-1986. En el Avance manifiesta:
«…Portugalete es pues en este sentido un importante subcentro en la comarca, que puede jugar muy positivamente. de alguna manera, como un contrapeso del excesivo nivel de concentración que esta acumulando Bilbao-Centro. Potenciar pues el desarrollo de la Villa en este semor, manteniendo a su vez una buena calidad ambiental de su medio urbano, es una alternative clara y positiva para el futuro del municipio. Mejorar su accesibilidad por una parte y elevar el nivel cultural de su población por otra, e traves de una política institucional y equipamental. Son aspectos complementarios que es necesario desarrollar para conseguir aquellos objetivos. La personalidad histórica de Portugalete en la comarca es asimismo un capital que el municipio no puede abandonar si no quiere diluirse en la suma descualificada de barrios que hoy forma la comarca. Recuperar su Casco Histórico por una parte y la memoria histórica de su población por otra, resulta en esta perspectiva fundamental.
Por una parte, el significado socio-económico de Portugalete en el conjunto de la comarca, no permite el planteamiento de grandes problemáticas o estrategias que intervengan desde la ordenación del territorio, en los nudos gordianos del desarrollo económico de la comarca industrial en que se inscribe. Los tipos de objetivos y las técnicas de planeamiento e intervención quedan así pues en una primera instancia limitados a la escala más propiamente urbana. La ordenación del territorio deja paso a la ordenación de la ciudad.
Por otra, la reducida extensión del municipio y su elevado nivel de urbanización, plantea a la hora de ordenar y regular los usos del suelo, la necesidad de definirse frente al binomio «plan-plan» o «plan-proyecto», que precisamente. por la presencia de aquellos dos aspectos queda de plano planteado. En este sentido parece evidente lo inadecuado de una planificación de tipo genérico, en base exclusivamente a usos globales. Lo lógico parece que debiera ser una planificación detallada y pormenorizada, ajustada a la diversificada casuística que plantea una estructura urbana con múltiples problemas, falta de remates e inacabada. Las técnicas de planificación estarán pues en este caso oscilando en una posición ambigua entre plan-plan y plan-proyecto, aproximándose según los casos concretos a un extremo o a otro…»
Por acuerdo de 14.7.1992 el Ayuntamiento de Portugalete aprobó definitivamente el Plan Especial del Casco Viejo, y con fecha de 16.5.2000 el Pleno del Ayuntamiento de Portugalete aprobó inicialmente el expediente de Modificación-Adaptación del Plan Especial prolongándose su trámite hasta el año 2009 para finalmente no aprobarse definitivamente. En el mes de marzo del año 2013 se vuelven a contratar los pertinentes servicios técnicos para una nueva redacción del documento de Revisión del Plan Especial.
En 1991, aparecía en el Informe «Análisis Urbanístico de Barrios Vulnerables», DUYOT-Instituto Juan de Herrera, ETSAM- UPM, dirigido por Agustín Hernández-Aja, el Sur de Portugalete como barrio vulnerable. formado por los poblados de Wicon, Rivas Nuevo, Villa Nueva, Pando, La Sierra, La Florida y Grupo Allende.
El PTP del Bilbao Metropolitano fue aprobado definitivamente por el Consejo del Gobierno Vasco, mediante el Decreto 179/2006, de 26 de septiembre. Este Plan establece una ordenación integral para todo el Área Funcional, que comprende los términos municipales de Abanto y Ciérvana-Abanto Zierbena, Alonsotegi, Arrankudiaga, Arrigorriaga, Barakaldo, Barrika, Basauri, Berango, Bilbao, Derio, Erandio, Etxebarri, Galdakao, Getxo, Gorliz, Larrabetzu, Leioa, Lemoiz, Lezama, Loiu, Muskiz, Ortuella, Plentzia, Portugalete, Santurtzi, Sestao, Sondika, Sopelana, Ugao-Miraballes, Urduliz, Valle de Trápaga-Trapagaran, Zamudio, Zaratamo, Zeberio y Zierbena.
El Plan General de Ordenación Urbana 2010, cuenta con aprobación definitiva por Resolución de la Excma. Diputación Foral de 21.5.1991, publicada en el Boletín Oficial de Bizkaia de 11.6.1991 y en el Boletín Oficial del País Vasco de 18.6.1991, siendo declarada la ejecutoriedad de las previsiones que en la aprobación definitiva quedaron en suspenso mediante Orden Foral 291/1993 de 2 de junio, publicada en el Boletín Oficial de Bizkaia de 25.6.1993 y en el Boletín Oficial del País Vasco de 16.7.1993, y en Boletín Oficial de Bizkaia.
El Ayuntamiento de Portugalete acordó iniciar el procedimiento para la Adaptación del Plan General de Ordenación Urbana al régimen urbanístico vigente en la Comunidad Autónoma del País Vasco, tras la Sentencia del Tribunal Constitucional 61/1997, de 20 de marzo, y la Revisión de su Programa de Actuación.
Las Directrices de Ordenación territorial del País Vasco establecieron los criterios de cuantificación de la oferta de suelo residencial que de forma provisional y orientativa hasta la aprobación del correspondiente plan territorial deben contener los instrumentos de planeamiento municipal. La cuantificación del número de viviendas está basada en la determinación de 5 componentes: implicaciones del modelo territorial, crecimiento demográfico, variación de la estructura familiar, rigidez de la oferta y segunda residencia; el número de viviendas resultantes tiene carácter de límite máximo:
El Ayuntamiento de Portugalete, en sesión de Pleno de 25.10.2007, acordó aprobar inicialmente el documento de Revisión de Plan General de Ordenación Urbana, sometiéndolo a información pública por el plazo de 60 días, y el Pleno de la Corporación municipal, en sesión extraordinaria, celebrada el 17.12.2010, acordó la aprobación definitiva de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)
El modelo de crecimiento que establece el Plan General para el municipio se basa en el modelo existente en el plan vigente, reforzando la estructura viaria de éste, de manera que los nuevos crecimientos se incorporen plenamente a la ciudad consolidada con la definición de recorridos alternativos que descongestionen la ciudad tradicional y pluralicen los nexos entre sus diferentes partes.
El tejido urbano consolidado del centro de la ciudad se enfrenta hoy a problemas de densificación y monotonía en su malla urbana, así como congestión de su sistema viario, insuficientemente estructurado, y a la ausencia de referencias urbanas de calidad. La propuesta del plan se centra en la reestructuración de su sistema viario como soporte del nuevo modelo de ciudad, multiplicando necesariamente los nexos con los nuevos barrios y con los equipamientos que en ellos o en los bordes del tejido urbano se están implantando, de manera que las nuevas relaciones espaciales basándose en los tiempos y facilidad de acercamiento varíen el sentido tradicional de centralidad.
La ciudad consolidada se ha compactado al Noroeste en torno al parque de Campanzar, con el desarrollo reciente de los sectores de Los Llanos y Los Hoyos. Se prolonga la ciudad hacia el Sur, reforzando el desarrollo de La Florida con el sector de Vicíos, para el que se establecen nuevas determinaciones, entre ellas la asunción de sistemas viarios que cierran una ronda de nueva creación que recorre toda la ciudad al Sur, y la necesidad de contemplar las preexistencias residenciales dentro de la ordenación del conjunto. En esta zona de nuevos crecimientos se prevé una gran concentración de equipamiento comunitario escolar, bordeados en su emplazamiento por nuevos trazados viarios que permiten un fácil acceso desde cualquier punto de la ciudad.
La ciudad al Sur, de Oeste a Este, queda fragmentada en la actualidad en 2 partes diferenciadas, separadas por una profunda vaguada que supone un límite físico de gran entidad, recorrida en sentido longitudinal a ambos lados por viarios de carácter interurbano (carreteras de Ortuella y Portugalete). La propuesta del Plan refuerza la unión entre estas zonas diferenciadas, con la creación de una ronda al Sur, que relaciona todas y cada una de las nuevas estructuras urbanas de reciente incorporación a la ciudad. La ejecución de este viario estructurante conlleva la resolución de un nudo viario que relaciona finalmente las calles Miguel de Unamuno y José Zaldua.
Al Sureste de la ciudad consolidada, apoyándose en los ejes viarios de las calles Abatxolo y Ramón y Cajal, se desarrollan las colonias de viviendas unifamiliares, con tipologías de viviendas adosadas y aisladas. Junto a las colonias, en el límite del término municipal, en frontera con el municipio de Sestao, se desarrolla el sector de Repélega, con un desarrollo residencial de baja densidad, abrazando a un gran parque urbano, Parque de Rivas, que se extiende hacia el suelo no urbanizable que bordea el término municipal, fundiéndose con este gran espacio libre.
La ciudad residencial queda configurada en base a una pieza central, el casco histórico, que limita con la ría, donde se desarrollan las tipologías de vivienda de mayor densidad, alcanzando un mayor grado de compacidad, desarrollándose las tipologías menos densas hacia el Sur, conteniendo los nuevos desarrollos equipamientos comunitarios de entidad, conformando una red dotacional cuyo eje conductor lo constituyen la C/ Ramón y Cajal y su continuación con Luis Galdós y José Zaldúa.
Los usos industriales y de servicios se relacionan con la ciudad residencial a partir de la ronda Sur de nuevo trazado, desarrollándose hacia la Autovía A-8 Bilbao-Santander, limitados por el sistema general de espacios libres que recorre la ciudad al Sur, que configura una digna fachada para los enclaves de actividad económica.
Al otro lado de la Autovía quedan dos franjas lineales prácticamente desligadas de la estructura del resto de la ciudad, mas vinculadas a los municipios colindantes que a la estructura urbana de Portugalete.
Estas áreas quedan delimitadas por la Autovía y el curso del arroyo Ballonti, en ellas se fija una franja de especial protección, siguiendo el curso del arroyo, que tiende a su recuperación y restauración paisajística.
La franja Norte, disminuida en superficie respecto a la pieza que configuraba el Plan General que se revisa, debido al trazado del eje viario del Ballonti, se destina básicamente a industrias de almacenaje, y servicios, admitiendo la localización de pequeños talleres. La franja Sur, se destina para la implantación de actividades económicas y de servicios, aprovechando su posición estratégica en escaparate frente a la Autovía, sin menoscabo de la salvaguarda de las riberas del arroyo, que se protegen con la fijación de una banda lineal en todo su recorrido.
Finalmente la propuesta apuesta decididamente por la configuración de una nueva fachada al Sur de la ciudad, a partir de la consolidación de los nuevos desarrollos, tanto residenciales como de actividad económica, limitados todos ellos de Oeste a Este por el continuo del sistema general de espacios libres, que a través de las diversas acciones en él previstas de regeneración paisajística constituirá un remate digno de la ciudad.
7.2. EL SUELO URBANO RESIDENCIAL. El consolidado central, tipologías La ciudad consolidada residencial, sobre todo el área central, presenta escasas oportunidades de mejora de la ordenación propiamente dicha. En esta área, la ocasional sustitución de la edificación se restringe a casos singulares, que, además, presentan unas condiciones extremas de compactación, así las pautas de ordenación a establecer se dirigen al establecimiento de acciones de mejora ambiental y de urbanización, a través de actuaciones de arborización, peatonalización, ampliación de aceras, etc. No obstante, existen enclaves específicos dentro del consolidado en los que es necesario abordar limitadas operaciones de reforma interior, como la calle de la Vid, C/ de la Colina y operaciones análogas, que hagan más racional la estructura que las sustenta, configurando áreas mixtas de espacios libres y nuevas edificaciones residenciales, que entronquen de forma coherente con la trama urbana que las circunda, a la vez que se obtienen áreas dotacionales de calidad en posición de centralidad con respecto a la ciudad consolidada. La ciudad compacta residencial se ve limitada por la Ría al Norte, al Este por la calle Barrengoitia, Ramón y Cajal al Sur y se cierra al Oeste con una franja residencial que bordea la c/ Libertador Simón Bolívar. Se aprecian 4 tipologías diferenciadas: la manzana cerrada que consolida el centro propiamente dicho; la manzana en bloque que recoge la mayor parte de las operaciones residenciales ejecutadas en los últimos años; el bloque lineal, cuya utilización pionera se emplea en los conjuntos de bloques lineales de viviendas sociales que se realizan en los años 30′-40′, como el grupo Miramar o el grupo Genaro Riestra, y el bloque abierto.
En muchas de las manzanas cerradas centrales se repite el esquema de desarrollo, con un número variable de alturas a alineación de fachada y espacios libres para el uso y disfrute de cada parcela, ocupados en parte por construcciones anejas.
Las colonias, la vivienda unifamiliar y residencial en hilera
En los años 30′ surgen los primeros poblados obreros que se sitúan en la periferia de la ciudad consolidada, a uno y otro lado de la C/ Ramón y Cajal, en el extremo Sureste de la ciudad. Los conjuntos urbanos de El Progreso y Villanueva están formados por viviendas unifamiliares adosadas en hilera, de dos plantas. La propuesta de ordenación consolida estos conjuntos de gran valor morfológico y tipológico, proponiendo en el caso del primero el remate de una de las manzanas, que queda incompleta, con tipología semejante. Respondiendo a un desarrollo morfológico muy diferente al de los conjuntos anteriores se desarrolla el grupo Babcock Wilcox, con viviendas unifamiliares aisladas o adosadas en hilera, con amplias zonas verdes interiores. Al igual que para los otros conjuntos de viviendas unifamiliares, se recogen sus constantes morfológicas, fomentando su mantenimiento y conservación.
Otra tipología próxima a la de “Ciudad Jardín” es la residencial en hilera, también de baja densidad corresponde a viviendas colectivas en edificaciones de tres alturas. Se significa con esta tipología el desarrollo de viviendas en la Florida, que abrazando un gran parque central conforman un conjunto de gran calidad. La propuesta de ordenación propone dentro del suelo urbano pequeñas operaciones de detalle a consolidar con esta tipología: extremo Sur del grupo Alonso Allende, remate de la C/ Abatxolo y extremo de la C/ Ramón y Cajal en el límite con el término municipal de Sestao.
7.3. LOS NUEVOS CRECIMIENTOS En los últimos años se han diseñado nuevas piezas residenciales que se encuentran en proceso de incorporación a la ciudad, algunas como Repélega y Los Llanos prácticamente consolidadas, y otras como Los Hoyos en proceso de ejecución.
Los planes parciales que los desarrollan se incorporan al Plan General, asumiendo sus determinaciones, apareciendo en la documentación gráfica como Suelo Urbano con Planeamiento Asumido (URPI), o Suelo Urbanizable con Planeamiento Asumido (UZPI), dependiendo del grado de ejecución de las determinaciones de los respectivos Planes Parciales. Estos nuevos barrios, situados en los bordes de la ciudad edificada, se apoyan en viarios estructurantes de nueva creación, que se constituirán, dentro del conjunto de la ciudad, en verdaderos ejes urbanos.
Al Sureste, en el límite del término municipal de Portugalete con Sestao, se desarrolla el sector de Repélega de iniciativa pública, con edificación de baja densidad en bloques de tres plantas. Este sector configura una nueva fachada de la ciudad, los bloques de tres plantas conforman manzanas regulares que consolidan un espacio libre de uso público hacia el interior, entre éstas y el grupo de viviendas Alonso Allende, configurando hacia el exterior un gran parque urbano que se funde con el suelo no urbanizable protegido que bordea la ciudad –Parque de Rivas-.
Al Noroeste, se consolidan los sectores de Los Hoyos y Los Llanos, con densidades medias de vivienda (45 y 64 viv/ha respectivamente). Estos desarrollos completan la ciudad al Norte de la C/ José Zaldua.
En Los Hoyos conviven las tipologías de bloque lineal de tres plantas, localizados al Norte y parte central del sector y viviendas unifamiliares en hilera en la parte Sur, concentrando los equipamientos al Norte frente a la Avenida Campanzar. Los Llanos se desarrolla con bloques lineales de densidad media, concentrando el equipamiento en la parte suroeste, dando frente a la C/ José Zaldua y al espacio libre que rodea el cerro donde se asienta la residencia de la tercera edad, que a su vez se va a configurar como el espacio libre de mayor entidad de esta parte de la ciudad, -Parque de Campanzar-.
El sector de Vicíos, antiguo SR-4 del Plan que se revisa, no se llegó a gestionar. La ordenación que se propone para este sector –Sector 1- introduce algunas variaciones frente a las determinaciones que proponía el plan anterior. Se varía el ámbito del sector, incluyendo los sistemas viarios, generales y locales, que constituyen los ejes estructurantes de esta nueva pieza urbana, y se excluyen del ámbito las preexistencias residenciales existentes con frente a la calle Grumete Diego, que son asumidas por la ordenación como suelo urbano directo.
El barrio de Grumete Diego, que toma el nombre de la calle que se desarrolla al Este de la agrupación de viviendas, tangente al conjunto de La Florida, responde a un desarrollo lineal de carácter espontáneo, en el que predominan las edificaciones de autoconstrucción, surgido de forma irregular al margen de las reglamentaciones urbanísticas. En el planeamiento que se revisa se contemplaba su completa desaparición.
La propuesta de ordenación contenida en este Plan General asume parte de las viviendas existentes que quedan fuera de los sistemas viarios definidos. Esta zona contiene viviendas de una y dos plantas, no muy densificadas, con espacios aún libres en sus frentes anterior o posterior, estableciendo una ordenanza para la renovación de las edificaciones, consolidando en la zona tipologías de baja densidad, que permita la recualificación de un tejido residencial degradado.
Estos 4 sectores, junto con el barrio de La Florida, consolidado con bloques de tipología residencial en hilera de desarrollo lineal de baja densidad, constituyen la nueva fachada Suroeste de la ciudad, que al igual que ocurría en Repélega, limitan sus desarrollos con el suelo no urbanizable protegido dando frente al nuevo parque de Vicíos.
Plan Estratégico del Casto Histórico de Portugalete-2014. Contando con la participación y cooperación de agentes locales, ciudadanos y expertos, se ha dinamizado un proceso de reflexión, cuyo resultado es un documento estratégico, que contiene las medidas necesarias para que el Casco Histórico sea un espacio dinámico y singular, manteniendo el debido equilibrio entre su función social, económica y residencial y pueda ser un referente y motor de oportunidades para la Villa.
Hoy Portugalete cuenta con una población de 46.375 habitantes (en reducción desde, al menos, hace 20 años), con problemas de envejecimiento severo, y dispone de un parque de viviendas de 21.867 unidades, mayoritariamente construido en los 60′ (8.456 viviendas, el 38,67% del parque total) y en los 70′ (5.435 viviendas, el 24,85% del total), de las cuales 349 (1,60%) son unifamiliares. En las últimas décadas, (desde 1980 hasta 2010) ha ido construyendo a ritmo de 1.350 viviendas/año, ralentizándose su renovación del parque de viviendas entre 2010-2016 con 518 viviendas.
Su densidad de población tan alta (14.447 hab/km2), fruto de su escasa superficie (3,21 km2) obliga a un esmeradísimo tratamiento de cualquier suelo, bien sea para zona verde, dotación, equipamiento o para unidades de uso residencial. Su integración en la gran comarca de Bilbao añade, además, la competitividad inter-municipal, como factor de alteración. Su apuesta histórica por la conservación y revitalización del casco urbano les ha permitido conservar gran parte de su idiosincrasia, en la margen izquierda de la Ría.
Pero además, hoy los tiempos obligan a la descontaminación de muchos suelos, antaño industriales, para servir de soporte urbano residencial, son unidades o actuaciones aisladas (en suelo urbano consolidado), y unas pocas actuaciones en suelo urbano no consolidado o urbanizable sectorizado mediante Programas de actuación urbanizadora. Todo un ejercicio de micro-cirujía urbana de alta precisión. La regeneración urbana, una vez más, en Portugalete.
Nota: dispone Portugalete de un enorme foro de su municipio, a través del blog «La colección el Mareómetro», imprescindible para conocer Portugalete, y sin el cual no habría sido posible elaborar este pincelada de su territorio y su evolución y desarrollo urbano.
Cada mercado es local.
Cada municipio tiene su singularidad.
Cada municipio se retrata en su parque residencial.
…seguiremos analizando en próximas entregas los 350 municipios mayores de España.